—Afro... —llega a ella temblorosa, con sus dientes catañeando. Con los ojos dilatados y su respiración entrecortada.

Volvimos pipol y aún más hots que antes, lamento la tardanza y mi falta de respuesta quizás ahorita empiece a responder sus lindos mensajes

-China Antigua, Comienzos del joven Taoista.-
ROL ABIERTO--


-La historia se remonta a un pasado donde las leyendas formaban parte del folklore de los pueblos, aquellos que llegaban a tener iluminacion o alcanzar la inmortalidad se les llamaba sabios, ermitaños antiguos, e inmortales cuando estos alcanzaban un conocimiento de todo lo que le rodeaba y habian alcanzado todos los meritos en vida.

Muchos de ellos creian que se podia reencarnar nuevamente y quiza asi estar con la persona destinada si asi lo elegia el destino.

La montaña celestial como su nombre lo indicaba estaba destinada solo para aquellos que eran muy cercanos o eran elegidos por la gran maestra inmortal Baoshan Sanren, una excelente cultivadora y medico que pocas veces salia de su hogar entre montañas y talismanes que sellaban ese bello lugar virgen y sacro, impartiendo sabiduria a sus discipulos que ella misma elegía. Jovenes con talento en este caso niños que con los años maduraban y se convertian en grandes cultivadores, una mujer talentosa, estricta pero con un gran sentido de afecto a sus discipulos que cuidaba como hijos, sin embargo la regla primordial y unica era simple: "Una vez que abandonas la montaña celestial tienes prohibido regresar".

Varios de sus discipulos habian partido y lamentablemente tuvieron un destino cruel y doloroso, dejando a los demas discipulos con mas cautela de salir al exterior, siendo el ultimo de ellos, un pequeño recogido en una de la smontañas nevadas y acogido por la maestra enseñandole con dedicacion todas las artes de cultivacion y desarrollando desde muy temprano un gran talento en las 7 artes, desarrollando su nucleo dorado desde los 8 años.

Un pequeño con rostro inmaculado, tez blanca como la nieve, rasgos delicados, cabellos de ebano y unos ojos azules como hermosas joyas, el pequeño era noble, delicado, y muy ingenuo.

Por esa mañana habia despertado temprano para poder hacer sus deberes y llevar asi una charola con el te para su maestra que estudiaba en la biblioteca principal-

El suelo tembló bajo sus pies.
Su corazón se aceleró y trató de encontrar un ritmo tranquilo a su respiración. Lo intentó. Varias veces, pero solo se quedó mirando a la deriva. Una lágrima cayó al agua, sin emitir una frase, sin nada y sintiendo todo. «Mi eternidad es irrompible. Se decretó así desde mi nacimiento.»pensó sintiendo el feo dolor de su pecho. No era un ataque de pánico. No. Solo era otra vez el mal presentimiento tocando cada hebra de su existencia. «Idiota.»pensó dolida al ver que el collar en sus manos iba volviendose transparente.

En el vasto mar de los sueños, donde los límites del tiempo se disuelven y el lenguaje es un eco de lo no dicho, como pequeña neblina plateada suave y delicada flotaba como un suspiro contenido. Su forma era bruma plateada, filamentos suaves que danzaban entre los pliegues del inconsciente humano, sin romperlos, sin perturbarlos. Tal como Morfeo le enseñó, no venía a curar, ni a redimir. Venía a sostener.

Cada destello era un alma dormida. Un niño que temía olvidar el rostro de su madre. Un anciano atrapado en un recuerdo sin final. Una joven que soñaba con correr, aunque su cuerpo ya no pudiera hacerlo. Eunoë se acercaba a cada uno sin prisa, envolviendo su esencia en un abrigo leve, sin peso ni sombra. No hablaba, porque allí no hacía falta. Su presencia era lo suficiente. Era la brisa que refresca en medio de una pesadilla, el instante donde el corazón se siente menos solo, sin saber por qué.

Se posó sobre un destello tembloroso: una mujer dormía con lágrimas aún frescas en su almohada. Sus sueños eran un campo abierto, sin refugio, lleno de voces que no cesaban. No intentó silenciarlas. Se dejó caer como rocío sobre su pecho, y las voces comenzaron a sonar más lejanas, más suaves. El campo siguió allí... pero ya no era hostil. Por un momento, la mujer suspiró, y en ese suspiro Eunoë sintió el reconocimiento mudo de una presencia.

Y entonces, con un dejo de ternura antigua, pensó: “No soy su escudo, ni su salvación. Solo soy su neblina. Su compañía. Su consuelo.”

Y se fue, con la misma delicadeza con la que había llegado, dejando una flor de diente de leon luminosa que flotaba en el borde del sueño. No era real. Pero tampoco lo era la angustia. Ambas cosas vivían allí, como hermanas.

Y ella, hija del consuelo esperanzador y de cierta forma pululaba siendo guiadas por las palabras de Morfeo, seguía anidando, una vigilia suave en cada corazón dormido.

𓆩ꨄ𓆪 Dulces sueños~

Estoy cansada, es que cargue un avión en mi espalda, me iré a dormir.

𝗘𝗹𝗹𝗮 𝘀𝗼ñó 𝘃𝗼𝗹𝗮𝗿, 𝗱𝗮𝗿 𝘂𝗻 𝗽𝗮𝘀𝗼 𝗮𝘁𝗿á𝘀 𝘆 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘇𝗮𝗿.
𝗤𝘂𝗶𝘀𝗼 𝗲𝘀𝗰𝗮𝗽𝗮𝗿 𝗱𝗲 𝗮𝗾𝘂í, 𝗲𝘀𝗰𝗼𝗻𝗱𝗲𝗿𝘀𝗲 𝘂𝗻 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗮𝗿.
𝗦𝗲 𝗺𝗲 𝗮𝗰𝗲𝗿𝗰ó 𝗹𝗹𝗼𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼. 𝗟𝗮 𝘀𝗲𝗻𝘁í 𝘁𝗮𝗻 𝗳𝗿á𝗴𝗶𝗹 𝘆 𝘃𝘂𝗹𝗻𝗲𝗿𝗮𝗯𝗹𝗲...
𝗤𝘂𝗶𝘀𝗲 𝗮𝗹𝗲𝗷𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗺𝗶𝘀 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀, 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝗹𝗮 𝘁𝗿𝗶𝘀𝘁𝗲𝘇𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗹𝗲𝘃𝗮𝗯𝗮 𝗮𝗱𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼.

-Ya no quiero mentiras para ir a buscarte...
Estoy cansado de escondites para poder tenerte...

https://youtu.be/PCHGWXQiPNw?si=Z9cTNlTrY_kEFhFl

En cama, aunque no tengo sueño... Estaba pensando, como se socializa aquí sin quedar ignorado al intento... Es dificil socializar pero muy fácil ignorar a alguien, quiero tener amistades o lo que sea, asi cambio un poco mi dia rutinario

Que día poco interesante el de hoy ¿Verdad? Es que está todo bien aburrido ¿Alguien para hacer planes?