• 𝘈𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘥𝘢𝘺, 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘦𝘯𝘤𝘦. ──── 𝕻𝖗𝖊𝖘𝖊𝖓𝖙 𝕯𝖆𝖞 | 𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 [𝟏𝟎]

    ──── 𝘌𝘶𝘳𝘰𝘱𝘦𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘦𝘳𝘥𝘢. ────

    Fueron las primeras palabras expresadas en una mañana como cualquier otra. Odiaba a los europeos y su extravagantes ideales con los cuáles anhelaban llevarse el mundo entero por delante.

    En éstos últimos días estuvo en Rusia cerrando algunos acuerdos que salieron de forma exitosa y ahora debía viajar a Francia para continuar con todo el trayecto. Pero, mientras dormía recibió un inesperado llamado en la madrugada al teléfono del hotel donde se hospedaba.

    Yacía allí, sentado y escuchando un silencio que hacía llenarse de incógnitas. Estaba por colgar, pero una voz se escucho del otro lado llevando el teléfono a su oído nuevamente. Era el senador de Toulouse, Francia, aquél con cuál debía ir a ver para poder concluír con los negocios. Solo escucho unas palabras provenientes de este.

    ❝ 𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑬𝑳 𝟔𝟎% 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑮𝑨𝑵𝑨𝑵𝑪𝑰𝑨𝑺 𝑶 𝑫𝑬𝑺𝑷Í𝑫𝑬𝑻𝑬 𝑫𝑬 𝑺𝑬𝑮𝑼𝑰𝑹 𝑪𝑶𝑵 𝑻𝑼𝑺 𝑵𝑬𝑮𝑶𝑪𝑰𝑶𝑺 𝑬𝑵 𝑬𝑺𝑻𝑬 𝑷𝑨Í𝑺. ❞

    Aquél sujeto luego de mencionar eso en voz alta colgó de inmediato. Santiago solo se dignó a dejar escapar un suspiro por lo bajo lejos de enojarse. Otra cosa más con la cuál lidiar y que ponía en gran riesgo su actividad laboral.

    ──── 𝘏𝘪𝘫𝘰 𝘥𝘦 𝘱𝘶𝘵𝘢. . . ────

    No podía continuar con su trayectoria a otros países si no solucionaba esto lo antes posible y necesitaba sí o sí tener todo lo acordado, sin ninguna alteración de por medio. Debía salir inmediatamente y solucionar esto cuánto antes. . . Podría quizá correr sangre de por medio en el transcurso si todo se iba al carajo. No dejaría que su trabajo se arruine por la corrupción e inoperancia de un sujeto como aquél.


    𝘈𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘥𝘢𝘺, 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘦𝘯𝘤𝘦. ──── 𝕻𝖗𝖊𝖘𝖊𝖓𝖙 𝕯𝖆𝖞 | 𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 [𝟏𝟎] ──── 𝘌𝘶𝘳𝘰𝘱𝘦𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘦𝘳𝘥𝘢. ──── Fueron las primeras palabras expresadas en una mañana como cualquier otra. Odiaba a los europeos y su extravagantes ideales con los cuáles anhelaban llevarse el mundo entero por delante. En éstos últimos días estuvo en Rusia cerrando algunos acuerdos que salieron de forma exitosa y ahora debía viajar a Francia para continuar con todo el trayecto. Pero, mientras dormía recibió un inesperado llamado en la madrugada al teléfono del hotel donde se hospedaba. Yacía allí, sentado y escuchando un silencio que hacía llenarse de incógnitas. Estaba por colgar, pero una voz se escucho del otro lado llevando el teléfono a su oído nuevamente. Era el senador de Toulouse, Francia, aquél con cuál debía ir a ver para poder concluír con los negocios. Solo escucho unas palabras provenientes de este. ❝ 𝑸𝑼𝑰𝑬𝑹𝑶 𝑬𝑳 𝟔𝟎% 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑮𝑨𝑵𝑨𝑵𝑪𝑰𝑨𝑺 𝑶 𝑫𝑬𝑺𝑷Í𝑫𝑬𝑻𝑬 𝑫𝑬 𝑺𝑬𝑮𝑼𝑰𝑹 𝑪𝑶𝑵 𝑻𝑼𝑺 𝑵𝑬𝑮𝑶𝑪𝑰𝑶𝑺 𝑬𝑵 𝑬𝑺𝑻𝑬 𝑷𝑨Í𝑺. ❞ Aquél sujeto luego de mencionar eso en voz alta colgó de inmediato. Santiago solo se dignó a dejar escapar un suspiro por lo bajo lejos de enojarse. Otra cosa más con la cuál lidiar y que ponía en gran riesgo su actividad laboral. ──── 𝘏𝘪𝘫𝘰 𝘥𝘦 𝘱𝘶𝘵𝘢. . . ──── No podía continuar con su trayectoria a otros países si no solucionaba esto lo antes posible y necesitaba sí o sí tener todo lo acordado, sin ninguna alteración de por medio. Debía salir inmediatamente y solucionar esto cuánto antes. . . Podría quizá correr sangre de por medio en el transcurso si todo se iba al carajo. No dejaría que su trabajo se arruine por la corrupción e inoperancia de un sujeto como aquél.
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  • ⸻ Una vez más, el silencio es una tira de decisiones. He masticado más de lo que podía comer. Y no me arrepiento, quizás, solo de las cosas que no hice en su momento.

    Pero se acabó. En este juego, tu perderás no solo la dignidad. Conozco tu identidad pero guardaré silencio y dejaré que el terrible destino se haga cargo de tus cenizas.
    ⸻ Una vez más, el silencio es una tira de decisiones. He masticado más de lo que podía comer. Y no me arrepiento, quizás, solo de las cosas que no hice en su momento. Pero se acabó. En este juego, tu perderás no solo la dignidad. Conozco tu identidad pero guardaré silencio y dejaré que el terrible destino se haga cargo de tus cenizas.
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  • | 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟐 : 𝕸𝖎 𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖈𝖔𝖗𝖉𝖊𝖗𝖔. |



    Aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer.

    Te vi arrastrándote, Kiev. Tus piernas eran un despojo roto, huesos quebrados que no respondían, arrastrándote en aquella madera empapada por la tormenta. La sangre se mezclaba con la lluvia, y tus manos temblaban mientras te aferrabas al suelo como si así pudieras sostener tu vida un segundo más.

    Tus gritos resonaban en la oscuridad, clamando por ayuda, rogando por ellos, por los dos que amabas. Fue casi divertido verte desafiarme, desafiar a la misma muerte, como si tu voluntad pudiera torcer la balanza.

    Y sin embargo, cuando por fin me encontraste, cuando mi sombra se alzó frente a ti, lo único que deseaste fue vivir. No por ti… sino por ellos.

    Han pasado diez años desde aquella noche. Diez años y aún sigues siendo mi juguete favorito, mi dulce cordero quebrado.



    ╰───────────────✧─────────────╮



    La bruma cayó con la suavidad de la medianoche, reptando entre las grietas de la oficina y devorando cada rincón de luz. El aire se volvió pesado, húmedo, frío como un invierno imposible.

    La sombra tomó forma. La neblina se enroscó hasta erguirse tras de él, y sus dedos, tan pálidos como el mármol de un sepulcro, rozaron sus hombros.
    Qué frágil se sentía su piel, tan helada… como la carne de un hombre al que ya le habían arrebatado lo más valioso: el alma.

    Ella se inclinó sobre él, tan cerca que su aliento se confundió con el suyo.

    —Buh~ — Susurro con dulzura. — ¿Disfrutando de la inmortalidad mi pequeño cordero?
    | 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟎𝟐 : 𝕸𝖎 𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖈𝖔𝖗𝖉𝖊𝖗𝖔. | Aún lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Te vi arrastrándote, Kiev. Tus piernas eran un despojo roto, huesos quebrados que no respondían, arrastrándote en aquella madera empapada por la tormenta. La sangre se mezclaba con la lluvia, y tus manos temblaban mientras te aferrabas al suelo como si así pudieras sostener tu vida un segundo más. Tus gritos resonaban en la oscuridad, clamando por ayuda, rogando por ellos, por los dos que amabas. Fue casi divertido verte desafiarme, desafiar a la misma muerte, como si tu voluntad pudiera torcer la balanza. Y sin embargo, cuando por fin me encontraste, cuando mi sombra se alzó frente a ti, lo único que deseaste fue vivir. No por ti… sino por ellos. Han pasado diez años desde aquella noche. Diez años y aún sigues siendo mi juguete favorito, mi dulce cordero quebrado. ╰───────────────✧─────────────╮ La bruma cayó con la suavidad de la medianoche, reptando entre las grietas de la oficina y devorando cada rincón de luz. El aire se volvió pesado, húmedo, frío como un invierno imposible. La sombra tomó forma. La neblina se enroscó hasta erguirse tras de él, y sus dedos, tan pálidos como el mármol de un sepulcro, rozaron sus hombros. Qué frágil se sentía su piel, tan helada… como la carne de un hombre al que ya le habían arrebatado lo más valioso: el alma. Ella se inclinó sobre él, tan cerca que su aliento se confundió con el suyo. —Buh~ — Susurro con dulzura. — ¿Disfrutando de la inmortalidad mi pequeño cordero?
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  • Cuando el dios del sol me eligió, vio en mí algo que no tienen los demás, un lobo nacido de la sombra con un corazón de luz. El blanco de mi pelaje no es belleza ni pureza, es contradicción, es el equilibrio imposible entre la bestia y la divinidad.

    Mientras otros licántropos se esconden bajo el gris o el negro de la oscuridad, yo brillo como un reflejo lunar que no puede ignorarse. En la batalla, mi pelaje me distingue, me convierte en un faro que despierta miedo en mis enemigos y esperanza en los pocos que merecen mi protección.

    No soy como otras manadas, soy el lobo que camina en solitario, el que Apolo marcó con su luz para cazar a las criaturas de la sombra. Mi blanco no es debilidad… es el peligro de que, cuando me muestro, la oscuridad no tiene dónde ocultarse, mis ojos plateados son el sello de esa verdad, una mirada que desnuda el alma, que intimida, que no permite mentiras, veo la verdad
    Cuando el dios del sol me eligió, vio en mí algo que no tienen los demás, un lobo nacido de la sombra con un corazón de luz. El blanco de mi pelaje no es belleza ni pureza, es contradicción, es el equilibrio imposible entre la bestia y la divinidad. Mientras otros licántropos se esconden bajo el gris o el negro de la oscuridad, yo brillo como un reflejo lunar que no puede ignorarse. En la batalla, mi pelaje me distingue, me convierte en un faro que despierta miedo en mis enemigos y esperanza en los pocos que merecen mi protección. No soy como otras manadas, soy el lobo que camina en solitario, el que Apolo marcó con su luz para cazar a las criaturas de la sombra. Mi blanco no es debilidad… es el peligro de que, cuando me muestro, la oscuridad no tiene dónde ocultarse, mis ojos plateados son el sello de esa verdad, una mirada que desnuda el alma, que intimida, que no permite mentiras, veo la verdad
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  • Si, ven a cebero con multicolor yo no fui ..... Bueno lo mejores , quedo mucho mejor que antes!
    Jejejeje
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  • https://www.tiktok.com/@nochedletras/video/7464019726650363178

    Porque el mundo no es amable...
    https://www.tiktok.com/@nochedletras/video/7464019726650363178 Porque el mundo no es amable...
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  • FICHA DE MANON LACROIX.
    Nombre y apellido: Manon Lacroix. Edad: 28 años. Nacimiento: 1 de Diciembre. 1996. FC: Jenna Ortega. Raza: Licántropa. Pura. Lugar de nacimiento: Niza. Francia. Humana: ojos color marrón oscuro, cabello oscuro y largo, 1'60 cm. Loba / Licántropa: ojos color ámbar, pelaje gris oscuro humo. Ocupación: Exorcista.  Habilidades:...
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  • Tokio lo recibía con un torbellino de luces y murmullos. Una ciudad que nunca dormía, que lo devoraba todo, pero que al mismo tiempo le ofrecía un silencio extraño en los rincones donde nadie miraba. Viktor había aprendido a leer esos silencios, y era precisamente en ellos donde ahora estaba construyendo lo suyo: un restaurante que no era simplemente un negocio, sino una declaración personal.

    El edificio era discreto, una fachada tradicional que podía pasar desapercibida entre cientos de locales, pero por dentro se estaba transformando. Tablas de madera pulida, paredes reforzadas y un salón que empezaba a tomar forma. Mientras caminaba entre andamios y polvo de cemento, Viktor se detuvo en el centro, observando el espacio vacío como si ya pudiera verlo terminado. Lo imaginaba lleno de luz cálida, aromas intensos y voces mezcladas en un murmullo sofisticado. Pero sobre todo, lo imaginaba como suyo.

    Ayudar a Noah siempre había sido parte de su vida; lo hacía con convicción, aunque eso significara poner sus propios planes en pausa. Pero esta vez era diferente. Esta vez, Viktor necesitaba algo que no estuviera ligado al peso de los Veyrith, algo que no fuera sombra de nadie. Este restaurante era su forma de dejar una huella, de demostrarse —quizá más a sí mismo que a los demás— que podía levantar algo con sus propias manos.

    Apoyó una mano en la madera áspera de una de las columnas, cerrando los ojos unos segundos. Recordó los años en los que había sido solo un jugador más en el tablero de otros, cumpliendo órdenes, cargando con expectativas que nunca había pedido. Ese eco aún lo seguía, pero aquí… aquí había una oportunidad distinta. El restaurante no sería solo una pantalla para sus negocios; sería un refugio, un lugar que hablaría de él sin necesidad de palabras.

    En el despacho improvisado del segundo piso, desplegó los planos sobre la mesa. Con un cigarro encendido en los labios, trazaba con el dedo las líneas de los pasillos, de las habitaciones privadas, de la cocina que quería perfecta hasta en el último detalle. Había elegido chefs que no solo fueran talentosos, sino que transmitieran en cada plato una identidad. No buscaba simpleza; buscaba arte, precisión y alma.

    Sabía que pronto volvería a sumergirse en los asuntos de Noah, y no dudaba en hacerlo. Pero mientras tanto, cada decisión que tomaba sobre ese restaurante lo acercaba más a algo que sentía suyo. Por primera vez en mucho tiempo, se permitía imaginar un futuro donde no solo sobrevivía a base de cálculos y estrategias, sino donde podía sentarse en ese mismo salón, copa en mano, y sentirse dueño de su propio destino.

    La conclusión le resultaba tan inevitable como inquietante: en una ciudad que tragaba imperios y olvidaba nombres, Viktor estaba decidido a dejar el suyo grabado. Y lo haría no con gritos, sino con un lugar donde cada persona que cruzara la puerta sentiría que estaba entrando en su mundo.
    Tokio lo recibía con un torbellino de luces y murmullos. Una ciudad que nunca dormía, que lo devoraba todo, pero que al mismo tiempo le ofrecía un silencio extraño en los rincones donde nadie miraba. Viktor había aprendido a leer esos silencios, y era precisamente en ellos donde ahora estaba construyendo lo suyo: un restaurante que no era simplemente un negocio, sino una declaración personal. El edificio era discreto, una fachada tradicional que podía pasar desapercibida entre cientos de locales, pero por dentro se estaba transformando. Tablas de madera pulida, paredes reforzadas y un salón que empezaba a tomar forma. Mientras caminaba entre andamios y polvo de cemento, Viktor se detuvo en el centro, observando el espacio vacío como si ya pudiera verlo terminado. Lo imaginaba lleno de luz cálida, aromas intensos y voces mezcladas en un murmullo sofisticado. Pero sobre todo, lo imaginaba como suyo. Ayudar a Noah siempre había sido parte de su vida; lo hacía con convicción, aunque eso significara poner sus propios planes en pausa. Pero esta vez era diferente. Esta vez, Viktor necesitaba algo que no estuviera ligado al peso de los Veyrith, algo que no fuera sombra de nadie. Este restaurante era su forma de dejar una huella, de demostrarse —quizá más a sí mismo que a los demás— que podía levantar algo con sus propias manos. Apoyó una mano en la madera áspera de una de las columnas, cerrando los ojos unos segundos. Recordó los años en los que había sido solo un jugador más en el tablero de otros, cumpliendo órdenes, cargando con expectativas que nunca había pedido. Ese eco aún lo seguía, pero aquí… aquí había una oportunidad distinta. El restaurante no sería solo una pantalla para sus negocios; sería un refugio, un lugar que hablaría de él sin necesidad de palabras. En el despacho improvisado del segundo piso, desplegó los planos sobre la mesa. Con un cigarro encendido en los labios, trazaba con el dedo las líneas de los pasillos, de las habitaciones privadas, de la cocina que quería perfecta hasta en el último detalle. Había elegido chefs que no solo fueran talentosos, sino que transmitieran en cada plato una identidad. No buscaba simpleza; buscaba arte, precisión y alma. Sabía que pronto volvería a sumergirse en los asuntos de Noah, y no dudaba en hacerlo. Pero mientras tanto, cada decisión que tomaba sobre ese restaurante lo acercaba más a algo que sentía suyo. Por primera vez en mucho tiempo, se permitía imaginar un futuro donde no solo sobrevivía a base de cálculos y estrategias, sino donde podía sentarse en ese mismo salón, copa en mano, y sentirse dueño de su propio destino. La conclusión le resultaba tan inevitable como inquietante: en una ciudad que tragaba imperios y olvidaba nombres, Viktor estaba decidido a dejar el suyo grabado. Y lo haría no con gritos, sino con un lugar donde cada persona que cruzara la puerta sentiría que estaba entrando en su mundo.
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  • Mi hermano, nunca supo que tuvo cuñado por 1 día jajaja.. Pues después se fue
    Mi hermano, nunca supo que tuvo cuñado por 1 día jajaja.. Pues después se fue
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    Me enjaja
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  • - "Is my sandia, mi sandia rica. ¿Quieres?, es grande"
    - "Is my sandia, mi sandia rica. ¿Quieres?, es grande"
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