-Ser la que lleve la armonía es un deber riesgos, pues te pone a situaciones de peligro, dejado cicatriz de el momento en que estuvo apunto de morir en un concierto, llevado la armonía.

Una bala perdida que casi le cuesta la vida, solo estuvo en coma después del suceso.

Sentir el frío apoderarse de su cuerpo en ese momento, justo cuando su sangre escurre de esa herida, derramadose por el piso, los gritos de terror de los espectadores para minutos después ser seguidos por la cirena de la ambulancia acercandose...

De ahí no recordó nada... Se desmayo cuando llego al hospital, despertando en una habitación.
Con el cuello vendado donde ocurrió el disparo..

De eso ya pasó tiempo pero la cicatriz de lo ocurrido quedo tatuado en su piel. -

── Esto está muy mal. Puedo sentir sus miradas en mi nuca, sus palabras hirientes, la forma en la que me hablan con disgusto.
¿Acaso estuvo mal que tomara su mano? ¿qué se supone que haga con esta culpa?

Buenos dias o tardes
Les deseo a todos un bonito gran dia.

- No puedo creer que me convencieras de venir a la tienda de noche para prepararnos café... Sabes que nos pueden despedir?... Es una locura

Buenos ..... dias
Les deseo a todos lo mejor .

-El joven ángel estaba caminando por el templo tranquilo entonces suspiro un poco mientras pensaba en varias cosas mientras miraba las flores con atención-

—Cada vez que no estamos en servico activo te quedas en la base. Hazme el favor y ve a tomar aire distinto. Toma, mis llaves. —eso le dijo un compañero de equipo cuando finalmente pudieron volver a la base tras varios meses de estar fuera. Y tenía razón. Micah se quedaba en la base y, ante cualquier emergencia, era de los primeros en responder.

Esta vez, por obligación, fue diferente. Su compañero le entregó las llaves del departamento para que se quedara sin tener que pagar algún hospedaje, además, iba a cuidar el departamento mientras tanto.

Entonces, ahí estaba, recién llegado a la ciudad tras bajar del autobús que lo dejó por el área más cercana. Tomó nuevamente el papel en su bolsillo donde estaba anotada la dirección, luego levantó la vista para ver alrededor. Se sentia casi surreal el ver a todos ir en el día de manera cotidiana y no estar en constante alerta.

Acomodó un poco la gorra que llevaba puesta y comenzó a caminar, tratando de evitar chocar con el mar de gente en las calles. Era hora pico, así que para nadie era inusual que haya tanto movimiento. Excepto para Micah, demasiado tiempo fuera de una ciudad como tal, se sentía incómodo.

- ¡Atrape al espia ultra secreto!