• Stefano
    Nombre: Stefano Corleone  Edad: 40 años  Orientación sexual: Heterosexual  Ocupación: Profesor    Stefano nació en una buena familia cuya reputación es la cúspide del contrabando.  Con años de historia familiar Stefano es el primogénito que lo abandonó todo. El poder de la mafia, una autoridad...
    Me gusta
    Me encocora
    6
    0 comentarios 0 compartidos
  • Ina está sentada en medio del templo, escribiendo con tinta que brilla como la Vía Láctea.

    —¡Mmmm~ 'Galletas de Ina edición especial' —murmura mientras escribe sus propias palabras en un grimorio— con sabor a: '¿Qué diablos acabo de comer?' pero adictivo~... y con toques de nostalgia tóxica.

    Lanky, su tentáculo, escupe una nube de glitter cosmico sobre la página. Ina lo ignora y sigue concentrada en la receta.

    —... Paso 1: Añadir una taza de eco de risas... —pausa dramática— ...si, de esas que se repiten en tu cabeza... —murmura antes de continuar escribiendo— Paso 2: Mezclar con polvo de estrellas ebrias... —pausa reflexiva— Hmmmh, ¿Que venía luego...? ¡Ah, claro! Paso 3: Agregar 2 cucharadas de ternura perturbadora~ Yyy, decorar con... —mira a Glitter, otro de sus tentáculos— ¿Tú qué opinas?

    Glitter, con aire de experto en gastronomía abismal le arroja un frasco de pétalos de rosas congelados en el tiempo. Ina asiente y escribe frenéticamente.

    —¡Eso! ¡Pétalos de rosas congeladas en el tiempo! Para un toque de drama~... —cierra el grimorio y se prepara para ir a cocinar— ¿A ver, a ver, quien se ofrece a probarlas? —Tiny se esconde— ...¡Cobardes!
    Ina está sentada en medio del templo, escribiendo con tinta que brilla como la Vía Láctea. —¡Mmmm~ 'Galletas de Ina edición especial' —murmura mientras escribe sus propias palabras en un grimorio— con sabor a: '¿Qué diablos acabo de comer?' pero adictivo~... y con toques de nostalgia tóxica. Lanky, su tentáculo, escupe una nube de glitter cosmico sobre la página. Ina lo ignora y sigue concentrada en la receta. —... Paso 1: Añadir una taza de eco de risas... —pausa dramática— ...si, de esas que se repiten en tu cabeza... —murmura antes de continuar escribiendo— Paso 2: Mezclar con polvo de estrellas ebrias... —pausa reflexiva— Hmmmh, ¿Que venía luego...? ¡Ah, claro! Paso 3: Agregar 2 cucharadas de ternura perturbadora~ Yyy, decorar con... —mira a Glitter, otro de sus tentáculos— ¿Tú qué opinas? Glitter, con aire de experto en gastronomía abismal le arroja un frasco de pétalos de rosas congelados en el tiempo. Ina asiente y escribe frenéticamente. —¡Eso! ¡Pétalos de rosas congeladas en el tiempo! Para un toque de drama~... —cierra el grimorio y se prepara para ir a cocinar— ¿A ver, a ver, quien se ofrece a probarlas? —Tiny se esconde— ...¡Cobardes!
    Me encocora
    Me gusta
    10
    0 turnos 0 maullidos
  • Deja ir a quién no quiera estar contigo en primer lugar.
    Deja ir a quién no quiera estar contigo en primer lugar.
    Me gusta
    Me encocora
    7
    1 turno 0 maullidos
  • "Tengo horarios de sueño muy raros, deja que siga durmiendo por favor"
    "Tengo horarios de sueño muy raros, deja que siga durmiendo por favor"
    Me gusta
    Me encocora
    Me enjaja
    7
    10 turnos 0 maullidos
  • La eternidad me abraza, pero su frío no llena el vacío de mi soledad.
    La eternidad me abraza, pero su frío no llena el vacío de mi soledad.
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • <<Yo esperaba que dejes la marca de tus dientes Pero no me quejo con tus besos me conformaré ahora es mi turno de marcarte >>
    <<Yo esperaba que dejes la marca de tus dientes Pero no me quejo con tus besos me conformaré ahora es mi turno de marcarte >>
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    Me shockea
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Yace Atropos en su lecho de sombra, los hilos del día aún rozando la yema de sus dedos. El silencio no es un consuelo; es una sentencia. Como siempre. El mundo mortal pulsa allá afuera, enfermo de sus propios errores. Un niño que llora porque su madre no volvió. Una mujer que reza a un dios que no la escucha. Un anciano que esconde monedas bajo el colchón para no morir olvidado. Todos, pequeños, rotos, tratando de encontrar sentido al caos. Atropos no los odia. Sólo los juzga. Porque eso es lo que hace. Porque eso es lo que es.

    Pero esta noche no es como las demás. En la memoria de su conciencia vibra aún el eco de una conversación. No con un humano, no con un dios exactamente… con un ser. Uno que vive entre susurros y polvo de sueño. Le advirtió, entre sonrisas burlonas, que si alguna vez se entregaba al descanso, si su cuerpo caía dormido, tal vez no despertaría siendo la misma. Tal vez su cuerpo perdería algo.

    Y ahora, el cansancio la muerde. Una punzada lenta y pesada que baja por sus hombros, que enturbia su juicio por primera vez en siglos. Pero no cierra los ojos. No todavía. Se pregunta si eso es miedo. Si puede temer. Si aún es capaz de sentir algo más que la gravedad de su tarea.

    Finalmente, con un suspiro que no concede ni al alivio ni al temor, los párpados caen como un telón. El juicio duerme. Y en ese umbral, justo antes de perderse, Atropos se permite algo peligroso: curiosidad.
    Yace Atropos en su lecho de sombra, los hilos del día aún rozando la yema de sus dedos. El silencio no es un consuelo; es una sentencia. Como siempre. El mundo mortal pulsa allá afuera, enfermo de sus propios errores. Un niño que llora porque su madre no volvió. Una mujer que reza a un dios que no la escucha. Un anciano que esconde monedas bajo el colchón para no morir olvidado. Todos, pequeños, rotos, tratando de encontrar sentido al caos. Atropos no los odia. Sólo los juzga. Porque eso es lo que hace. Porque eso es lo que es. Pero esta noche no es como las demás. En la memoria de su conciencia vibra aún el eco de una conversación. No con un humano, no con un dios exactamente… con un ser. Uno que vive entre susurros y polvo de sueño. Le advirtió, entre sonrisas burlonas, que si alguna vez se entregaba al descanso, si su cuerpo caía dormido, tal vez no despertaría siendo la misma. Tal vez su cuerpo perdería algo. Y ahora, el cansancio la muerde. Una punzada lenta y pesada que baja por sus hombros, que enturbia su juicio por primera vez en siglos. Pero no cierra los ojos. No todavía. Se pregunta si eso es miedo. Si puede temer. Si aún es capaz de sentir algo más que la gravedad de su tarea. Finalmente, con un suspiro que no concede ni al alivio ni al temor, los párpados caen como un telón. El juicio duerme. Y en ese umbral, justo antes de perderse, Atropos se permite algo peligroso: curiosidad.
    Me gusta
    Me encocora
    5
    1 turno 0 maullidos
  • Con mi primo y guía, Superman. Fue tan lindo cuando me recibió por primera vez en la Tierra. En su honor, tomé el manto de... Superchica.
    Con mi primo y guía, Superman. Fue tan lindo cuando me recibió por primera vez en la Tierra. En su honor, tomé el manto de... Superchica.
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    4
    4 turnos 0 maullidos
  • E de repente, bum! Eu tiro sua calcinha com a boca...~
    (Y de repente zas! Te quito las bragas con la boca)
    E de repente, bum! Eu tiro sua calcinha com a boca...~ (Y de repente zas! Te quito las bragas con la boca)
    Me gusta
    2
    16 turnos 0 maullidos
  • "No hay alas... fue hace mucho"
    "No hay alas... fue hace mucho"
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
Patrocinados