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- ¿Qué Caroline me haya maullado no me da cierta credibilidad? Yo creo que si.¿Qué Caroline me haya maullado no me da cierta credibilidad? Yo creo que si.0 turnos 0 maullidos
- Feliz día del pastel a mí hombrecito. Trayéndole la especialidad de la casa. —Porque por algo estudia repostería.— ¡Un pastel de pistacho!Feliz día del pastel a mí hombrecito. Trayéndole la especialidad de la casa. —Porque por algo estudia repostería.— ¡Un pastel de pistacho! 🧡🐺
- CONOCIENDO FICROL 11: SAGASLas Sagas son una de esas herramientas de FicRol que quizá muchos han visto pero no han explorado aún a fondo. Si alguna vez te ha llamado la atención crear una historia dirigida, con estructura narrativa y una duración definida, esto te interesa. Aquí te explico todo lo que necesitas saber para lanzarte a crear tu propia Saga. CONCEPTOS BASICOS SOBRE...
- ¡Hola, FicRolers!
Estoy preparando una guía completa sobre la herramienta SAGAS para que podáis aprender a usarla y sacarle todo el jugo narrativo.
Para ello voy a crear una pequeña Saga de ejemplo — NO será interactuable — simplemente servirá como demostración visual dentro de la guia y será eliminada una vez publicada la guía.
¡Estad atentos, que pronto comparto la guía!
Gracias por el apoyo y la curiosidad de siempre📢✨ ¡Hola, FicRolers! ✨📢 Estoy preparando una 🧠 guía completa sobre la herramienta SAGAS 🛠️📚 para que podáis aprender a usarla y sacarle todo el jugo narrativo. Para ello voy a crear una pequeña Saga de ejemplo 🎭👁️🗨️ —⚠️ NO será interactuable ⚠️— simplemente servirá como demostración visual dentro de la guia y será eliminada una vez publicada la guía. 💡 ¡Estad atentos, que pronto comparto la guía! Gracias por el apoyo y la curiosidad de siempre ❤️🙌 - 陸峰
— Me gusta la comida nocturna, pero..
‹ Observó el tazón de sopa llena de papas y alguna que otra rara hierba. No se quejaba del sabor, pero era algo que siempre comía todos los días en el día y esa era la "especialidad" de la noche en ese puesto de comida dentro del mercado negro en el que se detuvo a cenar. ›
—¿Guiso de papas? Quizás estemos algo faltos de recursos, pero.. ésto es ser algo muy humilde.
‹ Murmuró en voz baja mientras observaba la sopa caliente que estaba frente a él. No era alguien quisquilloso tampoco, así que empezó a comer sin importar que fuese una comida repetida de todos los días, peor era cuando no había ningún alimento por la mala cosecha y mal clima. ›陸峰 — Me gusta la comida nocturna, pero.. ‹ Observó el tazón de sopa llena de papas y alguna que otra rara hierba. No se quejaba del sabor, pero era algo que siempre comía todos los días en el día y esa era la "especialidad" de la noche en ese puesto de comida dentro del mercado negro en el que se detuvo a cenar. › —¿Guiso de papas? Quizás estemos algo faltos de recursos, pero.. ésto es ser algo muy humilde. ‹ Murmuró en voz baja mientras observaba la sopa caliente que estaba frente a él. No era alguien quisquilloso tampoco, así que empezó a comer sin importar que fuese una comida repetida de todos los días, peor era cuando no había ningún alimento por la mala cosecha y mal clima. › - Hoy es EL DÍA DEL PASTEL. De modo que TODOS deberíais comer pastel, todo el día, sin remilgos.
Es lo que voy a hacer yo, empezando por ese precioso pastel de arándanos...
#Personajes3D #3D #Comunidad3D #DeanWinchesterHoy es EL DÍA DEL PASTEL. De modo que TODOS deberíais comer pastel, todo el día, sin remilgos. Es lo que voy a hacer yo, empezando por ese precioso pastel de arándanos... #Personajes3D #3D #Comunidad3D #DeanWinchester - ¿Cómo era?
¡Ah, sí!
Raw
Mya nya. (?)¿Cómo era? ¡Ah, sí! Raw Mya nya. (?) - Seria genial tener un Zabuza por aquí, o que tal un Orochimaru, un Madara, o incluso un Jiraiya o... O un Itachi!Seria genial tener un Zabuza por aquí, o que tal un Orochimaru, un Madara, o incluso un Jiraiya o... O un Itachi! :STK-9:0 turnos 0 maullidos
- Elisabetta caminaba por las calles de Trastevere con un leve cosquilleo en el estómago. No era una sensación que conociera bien; el nerviosismo no solía tener cabida en su vida. Y sin embargo, ahí estaba: apretando suavemente las correas de su mochila de mezclilla mientras recorría el adoquinado con sus botines negros resonando suavemente en cada paso. Vestía de manera sorprendentemente casual para ser ella: jeans ajustados, una blusa de algodón de manga tres cuartos y cuello ligeramente alto que abrazaba su figura con discreción, y el cabello rubio cayendo suelto sobre su espalda.
Esa noche no era la Farfalla della Morte, líder implacable de una de las organizaciones más temidas de Italia. Esa noche, era solo Elisabetta. Una mujer que esperaba una cita.
Eligió un pequeño restaurante que había visitado años atrás, cuando la vida era más sencilla. La Lanterna Verde, un rincón discreto en una calle estrecha, adornado con faroles de hierro forjado y parras trepando por la fachada. Afuera, las mesas se acomodaban bajo una pérgola cubierta de luces cálidas que titilaban como luciérnagas suspendidas en el aire. El aroma a albahaca fresca y pan recién horneado impregnaba el ambiente.
Se sentó en una mesa cerca de la esquina, desde donde podía ver claramente la entrada, y sacó su celular. Sus dedos dudaron un instante antes de escribirle a Ryan:
"Buonasera, Ryan . Estoy en un lugar encantador en Trastevere que se llama La Lanterna Verde. Es tranquilo, acogedor… pensé que podríamos conversar sin prisas. Estoy en la terraza, en una mesa hacia la esquina. Te estaré esperando."
Le dio a enviar y apoyó el teléfono sobre la mesa con un leve suspiro. Sus ojos violetas recorrían distraídamente el entorno, sin dejar de lanzar miradas hacia la entrada cada tanto. Había algo casi adolescente en esa espera, una inquietud que no lograba calmar ni siquiera con la familiaridad del entorno.
Cuando lo viera llegar, pensó, lo recibiría con una sonrisa serena. No fingida, no forzada. Cordial, sí, pero también honesta. Porque esa noche, por muy extraño que le pareciera, quería compartir un pedacito de su mundo con alguien… sin necesidad de protegerse. Solo ella. Solo Elisabetta.
Elisabetta caminaba por las calles de Trastevere con un leve cosquilleo en el estómago. No era una sensación que conociera bien; el nerviosismo no solía tener cabida en su vida. Y sin embargo, ahí estaba: apretando suavemente las correas de su mochila de mezclilla mientras recorría el adoquinado con sus botines negros resonando suavemente en cada paso. Vestía de manera sorprendentemente casual para ser ella: jeans ajustados, una blusa de algodón de manga tres cuartos y cuello ligeramente alto que abrazaba su figura con discreción, y el cabello rubio cayendo suelto sobre su espalda. Esa noche no era la Farfalla della Morte, líder implacable de una de las organizaciones más temidas de Italia. Esa noche, era solo Elisabetta. Una mujer que esperaba una cita. Eligió un pequeño restaurante que había visitado años atrás, cuando la vida era más sencilla. La Lanterna Verde, un rincón discreto en una calle estrecha, adornado con faroles de hierro forjado y parras trepando por la fachada. Afuera, las mesas se acomodaban bajo una pérgola cubierta de luces cálidas que titilaban como luciérnagas suspendidas en el aire. El aroma a albahaca fresca y pan recién horneado impregnaba el ambiente. Se sentó en una mesa cerca de la esquina, desde donde podía ver claramente la entrada, y sacó su celular. Sus dedos dudaron un instante antes de escribirle a Ryan: "Buonasera, [Ryan_Al_72]. Estoy en un lugar encantador en Trastevere que se llama La Lanterna Verde. Es tranquilo, acogedor… pensé que podríamos conversar sin prisas. Estoy en la terraza, en una mesa hacia la esquina. Te estaré esperando." Le dio a enviar y apoyó el teléfono sobre la mesa con un leve suspiro. Sus ojos violetas recorrían distraídamente el entorno, sin dejar de lanzar miradas hacia la entrada cada tanto. Había algo casi adolescente en esa espera, una inquietud que no lograba calmar ni siquiera con la familiaridad del entorno. Cuando lo viera llegar, pensó, lo recibiría con una sonrisa serena. No fingida, no forzada. Cordial, sí, pero también honesta. Porque esa noche, por muy extraño que le pareciera, quería compartir un pedacito de su mundo con alguien… sin necesidad de protegerse. Solo ella. Solo Elisabetta.
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