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Παλλὰς Aθήνα

Palas Atenea

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Información básica

⊱ 𝑁𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒: 𝐴𝑡ℎ𝑒𝑛𝑎 / 𝑃𝑎𝑙𝑎𝑠 𝐴𝑡𝑒𝑛𝑒𝑎 
⊱ 𝑁𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑜: 𝑆ℎ𝑖𝑧𝑢𝑘𝑎 𝐴𝑠𝑎𝑚𝑖𝑦𝑎
𝐸𝑑𝑎𝑑: 𝟷𝟼 𝑎𝑛̃𝑜𝑠
⊱ 𝑅𝑎𝑧𝑎: 𝐷𝑖𝑜𝑠𝑎 𝑟𝑒𝑒𝑛𝑐𝑎𝑟𝑛𝑎𝑑𝑎
⊱ 𝐴𝑛𝑡𝑒𝑐𝑒𝑠𝑜𝑟: 𝑆𝑎𝑜𝑟𝑖 𝐾𝑖𝑑𝑜
⊱ 𝐴𝑙𝑡𝑢𝑟𝑎: 𝟷,𝟽𝟶 𝑚𝑡𝑠
⊱ 𝑃𝑒𝑠𝑜: 𝟼𝟿 𝑘𝑔
⊱ 𝑁𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑: 𝐺𝑟𝑖𝑒𝑔𝑎 - 𝐽𝑎𝑝𝑜𝑛𝑒𝑠𝑎

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Athena

 

Athena es la diosa de la guerra justa, de la civilización, la sabiduría, la razón, la inteligencia, la estrategia en combate, la victoria, las ciencias, la artesanía, la industria, los inventos, las artes, los oficios, la navegación, los héroes, la fuerza, el valor, la protección, la educación, la justicia, la ley y la habilidad. Hija de Zeus, y una de los Doce Dioses Olímpicos.

Atenea recibió culto en toda la Grecia Antigua y en toda su área de influencia, desde las colonias griegas de Asia Menor hasta las de la península ibérica y el norte de África. Su presencia está atestiguada hasta en las proximidades de la India. Por ello su culto tomó muchas formas e incluso tuvo una extensión considerable hasta el punto de que su figura fue sincretizada con otras divinidades en las regiones aledañas al Mediterráneo.

La versión más tradicional de su mito la representa como hija partenogenética de Zeus, nacida de su frente ya completamente armada después de que se tragase a su madre. Jamás se casó o tuvo amantes, y mantuvo una virginidad perpetua. Era imbatible en la guerra, ni el mismo Ares pudo derrotarla. Fue patrona de varias ciudades pero se volvió más conocida como protectora de Atenas y de toda la región del Ática. También protegió a muchos héroes y otras figuras mitológicas, y aparece en una gran cantidad de episodios de la mitología.

Fue una de las deidades más representadas en el arte griego y su simbología ejerció una profunda influencia sobre el propio pensamiento de aquella cultura, en especial en los conceptos relativos a la justicia, la sabiduría y la función social de la cultura y las artes, cuyos reflejos son perceptibles hasta nuestros días en todo el Occidente.

Ella renace como una humana con el principal motivo de dirigir a su ejército de caballeros en la cruzada contra cualquier entidad que busque la destrucción de la humanidad o el planeta Tierra.

 

 

Nombrada Shizuka en su nacimiento, no se sabe nada sobre sus padres o como fue su nacimiento, solo se llegó alguna vez a mencionar que desde recién nacida fue secuestrada por unos codiciosos humanos que buscaban riquezas. Al conocer la historia de la "salvadora" Athena, estos buscaron encontrar a esa nueva reencarnación y venderla en el mercado negro, y fue así como comenzó su calvario. 

Shizuka pasaba de mano en mano, siendo vendida una y otra vez, y en el proceso, abusada y maltratada por quienes solían adquirirla. Al principio, un humano que llegó a comprarla y sabiendo que era la "reencarnación de la diosa Athena", quiso usarla como un entretenimiento, pensando que su negocio sería un éxito, hizo gran publicidad, pero la joven Shizuka, quien en ese momento tan solo tenía 5 años, no demostró poder alguno, por lo que tomaron al hombre como un estafador, así que vivió siendo esclava por un largo tiempo hasta que otro hombre se interesó en ella. 

Cuando tenía 7 años, un extraño hombre tocó la puerta de la casa de quien en ese momento era su amo; pidió ver a la chiquilla y su amo la tomó por los cabellos y la mostró ante ese hombre, presentándola como una "mierda humana", una "estafa". Pero ese hombre desconocido bien sabía ver más allá de lo que había en sus narices, así que tomó a Shizuka y cuando intentó llevársela, el "amo" trató de evitarlo, pero en un solo rápido y certero movimiento del desconocido, su "amo" fue lanzado por los aires cayendo inconciente en el suelo. Shizuka estaba asombrada, no entendía lo que sucedía y mucho menos para su corta edad. Aquel hombre extraño y desconocido se la llevó. 

Los días pasaban y Shizuka solo veía como la llevaban de un lado a otro, subiendo por primera vez a un avión hasta llegar a un lugar que para nada conocía, ni siquiera por los pocos libros o dibujos que llegó a ver. 

" Llegando a Grecia "

En aquel lugar, de nueva cuenta comenzó su calvario, siendo una vez más encerrada, pero esta vez en una alta torre, desde donde a la lejanía podía ver una rara estatua que le llamaba la atención. 

Años y años pasaron, hasta que algo comenzó a cambiar en ella. Todos los días solía ver a la lejanía esa estatua y sentía que la conocía muy bien, que esa mujer era alguien conocida para ella; tenía la necesidad de salir de ahí y acercarse a ese lugar donde estaba la estatua, pero no podía salir, no tenía permitido salir. Por las noches, tenía sueños extraños que no entendía, que sentía como si fueran algo vívido, algo que realmente ocurrió, pero cada vez que despertaba, recordaba que nunca había conocido a esas personas. En sus sueños, siempre veía a 5 hombres que la rodeaban, que la protegían de todo mal, que la alababan y la llamaban "Diosa Athena", pero el rostro que más sonaba en su memoria era de alguien que, cuando despertaba, siempre llamaba "Seiya".

 

Shizuka

 

Cada recuerdo de Shizuka se sentía más y más nítido, como si esos sueños de verdad sucedieran y eso tenía confundida a la pobre chiquilla de tan solo 12 años. 

Cada vez que veía por la ventana, extendía sus manos hacia la estatua, como si buscara a alguien o a algo que la sacara de ahí, como si algo dentro de ella llamara a ese chico de sonrisa afable; "Seiya de Pegaso".

Y sus súplicas fueron escuchadas...

 

A sus 15 años, escuchó un gran estruendo bajo la torre donde yacía encerrada. Por más que se asomaba, no lograba ver que pasaba, pero sentía una extraña presión en su pecho y una emoción que no le cabía; sonreía de par en par, como si algo dentro de si le dijera "Todo estará bien". Entonces, la puerta fue abierta de par en par; el brillo de la mañana, el esplendor ante sus ojos, no la dejó divisar del todo; pero cuando parpadeó un par de veces, pudo ver a ese chico que estaba en el portal de la puerta. "Es él", mencionó para si misma, con un gran asombro en su rostro. ¿Sería un sueño? ¿Otra vez estaba soñando con ese caballero que le salvaría del yugo donde la tenían sometida? No, no era un sueño, era real. Él le tendió la mano, pero ella dudaba, no quería ilusionarse, no quería volver a sentir la libertad entre sus dedos, para luego despertar y darse cuenta que solo fueron ilusiones, sueños... Pero algo seguía palpitando dentro de si misma, una voz femenina que le decía "Recuerda... Recuerda quien eres... Recuerda." La voz se hacía más y más nítida, la escuchaba con demasiada fuerza; entonces, tomó la mano de aquel chico y fue donde todo se desató en ella. 

 

Un extraño poder emanó de su cuerpo, algo que nunca había sentido, que nunca había experimentado; todo su cuerpo brillaba en destellos dorados, sus heridas, su dolor, incluso su desgastada ropa, todo en ella cambió, incluso su propia voz. 

"Recuerda Shizuka, recuerda quien eres... Tu eres..."

— Sí, yo soy la diosa Athena...

Vociferó en un tono sereno y firme, mirando afable al caballero frente a ella; un joven de bella y brillante armadura de oro; centellante. Recordaba su cara, pero esa armadura era distinta a la de sus sueños, más aún así le reconocía perfectamente. 

— Seiya... Seiya de Peg... No, Seiya de Sagitario. 

Volvió a hablar, esbozando una amplia y dulce sonrisa. Tomó con fuerza la mano del caballero y en un destello, todo terminó. En un pequeño parpadeo, o así lo percibió ella, estaba rodeada de esos 5 caballeros que en sus sueños siempre la cuidaban y la protegían, más sus armaduras eran distintas. 

— Seiya de Sagitario, Shiryu de Libra, Shun de Virgo, Hyoga de Acuario e Ikki de Leo... Los 5 caballeros más fieles a Saori Athena. 

Mantuvo su gran sonrisa y su cálida mirada, hasta desplomarse, pues aún no controlaba ese destellante poder y sus memorias habían acabado con su cosmos, al menos una parte de ella. 

 

"𝑀𝑒 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑜 𝑆ℎ𝑖𝑧𝑢𝑘𝑎 𝐴𝑠𝑎𝑚𝑖𝑦𝑎, 𝑦 𝑠𝑜𝑦 𝑙𝑎 𝑟𝑒𝑒𝑛𝑐𝑎𝑟𝑛𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑑𝑖𝑜𝑠𝑎 𝐴𝑡ℎ𝑒𝑛𝑎. 𝐻𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑙𝑒𝑡𝑎𝑟𝑔𝑜, ℎ𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑜 𝑎 𝑛𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟𝑙𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑙 𝑦 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑟𝑔𝑜́ 𝑑𝑒 𝑠𝑢𝑝𝑟𝑖𝑚𝑖𝑟𝑚𝑒, 𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑦 𝑛𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑚𝑖𝑡𝑖𝑟𝑚𝑒 𝑙𝑢𝑐ℎ𝑎𝑟. 𝑉𝑖𝑣𝑖́ 𝑒𝑙 𝑦𝑢𝑔𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑠ℎ𝑜𝑛𝑟𝑎, 𝑒𝑙 𝑑𝑜𝑙𝑜𝑟 𝑦 𝑒𝑙 𝑙𝑎𝑑𝑜 𝑚𝑎́𝑠 𝑜𝑠𝑐𝑢𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑦 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑜𝑛 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑜𝑚𝑝𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑚𝑎𝑙𝑑𝑎𝑑. 𝐿𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑜𝑠𝑒𝑠 𝑔𝑎𝑛𝑎𝑟𝑜𝑛, 𝑔𝑜𝑏𝑒𝑟𝑛𝑎𝑟𝑜𝑛 𝑎 𝑠𝑢 𝑚𝑎𝑛𝑒𝑟𝑎 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑎𝑢𝑠𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎, 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑦𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑡𝑜𝑑𝑎 𝑙𝑎 𝑝𝑎𝑧 𝑦 𝑎𝑟𝑚𝑜𝑛𝑖́𝑎 𝑦 𝑡𝑟𝑎𝑦𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑖𝑔𝑜 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑙𝑜 𝑚𝑎𝑙𝑜, 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒, 𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠, 𝑣𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑒𝑟𝑎 𝑢𝑛 𝑚𝑎𝑙 𝑖𝑛𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑎𝑟𝑖𝑜, 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑏𝑖́𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑒𝑥𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑜. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑦𝑜... 𝐴𝑡ℎ𝑒𝑛𝑎, 𝑡𝑒𝑛𝑔𝑜 𝑙𝑎 𝑓𝑒́ 𝑦 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑧𝑎 𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑢́𝑛 ℎ𝑎𝑦 𝑙𝑢𝑧 𝑦 𝑏𝑜𝑛𝑑𝑎𝑑 𝑒𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠, 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑙 𝑚𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑜𝑚𝑝𝑒 𝑠𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑒𝑥𝑡𝑖𝑛𝑔𝑢𝑖𝑟. ¡𝑁𝑜 𝑚𝑒 𝑟𝑒𝑛𝑑𝑖𝑟𝑒́! ¡𝑆𝑎𝑙𝑣𝑎𝑟𝑒́ 𝑎 𝑙𝑎 ℎ𝑢𝑚𝑎𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒: 𝑃𝑎𝑙𝑎𝑠 𝐴𝑡𝑒𝑛𝑒𝑎."