Cuelgo de mala gana el teléfono menuda mujer más borde con la que acabo de hablar. La educación y los buenos modales son escasos. 

Justo antes de llegar a la sala de descanso, en el medio del pasillo hay muchas compañeras y compañeros rodeando algo y en ese momento viene directa hacia mí Rachel, una amiga del trabajo.

-Por fin te encuentro Melo.

-¿Qué es todo este escándalo?.

-Tenemos nuevo compañero en la oficina y es super guapo.

-¿Enserio?.

-Lo acabo de conocer y te aseguro que es perfecto para convertirse en el padre de mis hijos.

-¡Rachel estamos trabajando, compórtate!

-Ven a conocerlo.

-Ya lo conoceré cuando este solo.

-Esas brujas no le dejan en paz.

-Es lo que tiene ser el nuevo.

-A ti no te lo hicieron y a mí tampoco.

-¿Un café?.

-Me encantaría pedirle una cita.

La observo lleva como media hora removiendo sin parar el café con la cuchara, vuelvo a dar otro pequeño sorbo al mío.

-No le conoces.

-Así lo hago.

-Y si tiene novia o es gay.

-No puede ser gay.

-No sabes nada sobre él.

-¿Y si hablas tú con él?.

-Has perdido el juicio.

-Por favor. 

-Vuelvo al trabajo, ¡adiós Lunática!

-Melo.