El 21 de junio, día en que el sol alcanzó su punto más alto sobre los cielos del panteón, las campanas de la creación resonaron como un canto antiguo que sólo los dioses podían entender. Ese día, Aurelian Kwon nació entre un estallido de luz y fuego, una aurora que no anunciaba el amanecer, sino el nacimiento de un nuevo astro entre los inmortales. Era el solsticio de verano, y con él vino al mundo un dios destinado a reinar no por mandato, sino por naturaleza.

Desde su primer aliento, Aurelian no lloró: rugió. Su llanto fue un eco de autoridad, el rugido de un Alfa puro en cuerpo y alma. Su madre, una diosa de los lazos celestiales, decía que su piel brillaba como si el oro líquido corriera bajo ella; su padre, orgulloso y silencioso, supo entonces que su hijo no sería un simple heredero, sino un estandarte de pasión, fuego y orgullo divino.

Los siglos pasaron, y con ellos Aurelian se convirtió en un dios cuya mera presencia era suficiente para doblegar voluntades. Sus cabellos dorados, largos y suaves como rayos de sol atrapados entre los dedos del tiempo, enmarcaban un rostro de belleza imposible: labios de tono cálido, mirada dorada con destellos carmesí, y una sonrisa que oscilaba entre la tentación y la amenaza. Su cuerpo, fuerte, esculpido por la guerra y el deseo, parecía hecho para reinar tanto en el campo de batalla como en el lecho de los mortales.

🔥 Su esencia y poder

Aurelian es el dios de la pasión vital, de los impulsos primordiales que mueven tanto a dioses como a hombres. Representa el deseo de vivir, de amar, de arder hasta consumirse. A diferencia de su hermano mayor Rhen Kwon, que gobierna los dominios de la intensidad emocional y las sombras del alma, Aurelian es la llama abierta, el fuego visible, el impulso sin cadenas.

Su energía Alfa es pura e inquebrantable. Entre las criaturas sobrenaturales, su sola mirada basta para imponer silencio; entre los dioses, su poder es respetado, aunque temido. Tiene el don de encender los corazones, inspirar amor, lujuria, ambición y coraje. Allí donde camina, la temperatura del aire parece elevarse, y los ojos se vuelven hacia él como si el sol mismo hubiera descendido.

⚜️ Personalidad y carácter

Aurelian Kwon es, ante todo, temperamental. Su fuego interior no conoce moderación: ama intensamente, lucha con fiereza y protege con ferocidad. Posee un carácter fuerte y orgulloso, incapaz de aceptar la traición o la falsedad. No teme al conflicto; de hecho, lo considera una prueba de valor. Pero detrás de esa fachada de arrogancia y poder, se esconde un corazón complejo —bisexual y profundamente emocional, Aurelian busca conexiones verdaderas, almas que no teman tocar el fuego. Sus romances han sido muchos, pero efímeros: pocos pueden sostener su intensidad sin arder en el intento.

Le gusta desafiar el orden divino, romper reglas y probar límites. Si Rhen representa la elegancia del ocaso, Aurelian es el amanecer furioso que lo sigue. Su espíritu libre lo lleva a recorrer tanto los reinos divinos como el mundo mortal, disfrutando de la humanidad y sus deseos, aunque siempre manteniendo la distancia entre un dios y sus adoradores.

🌞 Relación con su linaje

Hijo del linaje Kwon, Aurelian heredó la nobleza y la carga del poder absoluto. Su relación con su hermano Rhen Kwon es un equilibrio entre amor y rivalidad. Donde uno es oscuridad controlada, el otro es fuego sin límite. Juntos representan las dos caras de la divinidad de la pasión: el deseo que arde y el deseo que consume.

Aunque sus enfrentamientos son legendarios, ambos se protegerían el uno al otro incluso ante el fin de los cielos.

🌹 Apariencia y aura

Aurelian mide más de un metro ochenta y cinco, su figura combina elegancia y fuerza. Sus cabellos rubios parecen brillar con luz propia, y su piel tiene un matiz dorado, como si el sol nunca lo abandonara. Sus ojos —donde el oro se funde con el carmesí— pueden derretir el hielo o incendiar los corazones. Cuando sonríe, el aire mismo parece vibrar; cuando se enfada, los vientos cambian dirección. Veste con armaduras ligeras y túnicas de tonos cálidos, adornadas con símbolos solares y grabados antiguos que emanan energía. En combate, su poder se manifiesta como fuego líquido, un resplandor dorado que lo envuelve y quema todo lo impuro.

⏳ Edad y eternidad

Aunque su apariencia humana es la de un joven de 24 años, su verdadera edad supera los 3.200 años. Cada siglo lo ha moldeado, pero nunca lo ha envejecido. Su fuego interno es su fuente de vida eterna; no hay sombra ni noche que pueda consumirlo. Nació el 21 de junio, bajo el dominio del sol, y cada solsticio de verano su poder se renueva: su energía alcanza su punto máximo, y los cielos celebran su resplandor con tormentas doradas y auroras que cruzan todos los planos del mundo.

💫 Legado y mito

Entre los mortales, su nombre se invoca en plegarias de amor y deseo. En los templos antiguos, se dice que los amantes que sellan su unión bajo su símbolo —el círculo solar atravesado por un pétalo carmesí— jamás olvidan su pasión. En los reinos divinos, se le conoce como “El Sol de Medianoche”, un título que hace honor a su capacidad de iluminar incluso las sombras del alma.

Aurelian Kwon no es sólo un dios: es el recordatorio de que incluso en la eternidad, el fuego del deseo nunca se extingue. Es la fuerza que impulsa, la chispa que desafía, el resplandor que nunca pide permiso para brillar. Y cuando el cielo se oscurezca, será su luz dorada la que arda por última vez, recordando a todos que el amor, la pasión y la voluntad de vivir… también son divinos.