-Luego de ganarle a la antigua muerte y volver al mundo humano, no pasaron ni dos semanas que el consejo del mundo espíritual la llamara. El representante del consejo, Nathaniel la recibió en su despacho -
Nathaniel: Gracias por venir Angyar. Se que debes arreglar asuntos en el mundo humano, pero tenemos un caso de urgencia que necesitamos tu autorización.
-La mujer tomo asiento al lado derecho del hombre para escuchar de que se trataba, era raro que la llamará el representante si no es algo que ellos no podían solucionar -
Nathaniel: Te presentaré un caso que está clasificado, y la única que tiene la autoridad de revivirlo eres tú, Angyar.
-Nathaniel hace un gesto a su ayudante y este abre la puerta que estaba al lado izquierdo entrando un hombre de 2,37 metros , cabello oscuro. La mujer desvío su mirada de Nathaniel hacia la puerta que se abrió y la figura que entró le sorprendió. No por el porté, si no por que le era familiar-
Nathaniel: Angyar, él es Santiago, aunque por tu reacción da la impresión que se conocen..
-La mujer se levantó de su asiento mirando a la pared andante. Había una cosa que estaba segura lo conocía, no sabía de dónde pero lo conocía, era mala para los nombres pero un rostro jamás lo olvidaba.-
Santiago: es bueno verte anciana. Pensé que habías desaparecido
-La mujer frunció el ceño al escucharlo, la voz resonó en su cabeza, Nathaniel no había visto a Angyar reaccionar así-
Angyar: Tú no puedes morir… ¿Qué haces aquí?.. ¿no me digas que tus formas de morir dieron resultado?, o ¿diste tu alma a una secta?
Santiago: -Esbozo una sonrisa al escucharla- Así que ¿aquí te escondías?, con razón nadie pudo encontrarte
Nathaniel: Esto es interesante…
-Le llamó la atención a Nathaniel, solo el consejo sabía ese dato sobre Santiago y que la actual muerte lo supiera significaba que había una historia detrás. No sabía cómo el demonio más antiguo y la actual muerte se conocían pero era algo digno de averiguar. Nathaniel extendió un contrato hacia Angyar y un lápiz-
Nathaniel: bueno aquí está la autorización, después pueden retomar viejos tiempos..
-Angyar mantenía su mirada sería hacia él “adefesio”, hasta que escuchó las palabras de Nathaniel, y desvío la mirada hacia la autorización, tomando el lápiz para firmar la salida del grandulón del mundo espiritual -
Nathaniel: muchas gracias Angyar.. y Santiago ya puedes volver, es bueno tener a la “muerte” de tu lado no?
-mencionó de forma irónica Nathaniel levantándose de su asiento saliendo de la habitación. Así fue como se volvió a encontrar con alguien de su pasado que daba por hecho que no volviera a ver otra vez-