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Había perdido la cuenta de las veces que, en vano, había intentado ganarle la batalla a un bostezo rebelde que pugnaba por escapar de sus labios ante la divertida mirada de Will ,mientras cabeceaba.- Te estás muriendo de sueño, va a ser mejor que lo dejemos así por hoy,¿ No crees?- En respuesta, Rosie arqueó una ceja muy despacio al tiempo que el muchacho hacía el amago de cerrar el cuaderno de notas con el que habían estado trabajando hasta que la hora del toque de queda se les acabó echando encima.- ¿Es tu manera de decir que te caes de sueño?- Cuestionó con un gracioso mohín que al final se tornó bostezo sin poder evitarlo.

- Probablemente, aunque algo me dice que no soy el único que lo necesita.

- Apoyo la moción. O seremos los pringados de turno que cierren la biblioteca... - Secundó Aaron a su lado. Rosie se pasó una mano por el rostro para tratar de enfocar mejor las palabras del susodicho cuaderno , que para este punto empezaban a emborronarse, con un gruñidito de protesta. 

- ¿Ves? Hasta el Lobito me da la razón. 

- Pero estamos cerca...-Rezongó Rosie, recolocándose un mechón. Planta por planta las luces se fueron apagando hasta que la de la Biblioteca fue la única que quedó en pie. 

- Y seguiremos estando cerca mañana. Ahora mismo soy incapaz de dar pie con bola.- Se quejó Aaron. Wylla se estiró cuan larga era, y Rosie bufó con cierto fastidio, aunque terminó cediendo, resignada.  

- Ya me lo agradecerás mañana, enana... -Por su parte, ella no respondió, si no que se limitó a proceder a recoger los folios desperdigados por la mesa.- ¿Y Crys?, ¿No la esperamos? Dijo que iba al baño cinco minutos. Y han pasado ya casi veinte. - Arrugó la frente mientras se echaba la mochila al hombro y también la de su amiga. 

- Bueno, siempre le puedes echar la culpa a la fibra de los cereales de esta mañana. Por lo visto funciona.- Dijo Will. Aaron soltó una risita y Rosie le dio un toque en el hombro con un exagerado gesto de fingido hastío.- Eres asqueroso... -Bromeó. La puerta se abrió, sobresaltando a los tres cuando por ella apareció Crys, agitada, tratando de recuperar el resuello, con la espalda pegada al marco. Un par de goterones de sudor recorrían la despejada frente.- Hablando de la reina de Roma...- Añadió Will, que al percatarse del estado de Crys, barría con la mirada la habitación para cerciorarse de que, en efecto, seguían estando solos. Aaron, Rosie y la loba de Aaron fueron hacia la chiquilla, que no dejaba de temblar. 

Balbucía, respiraba agitada, sin llegar a dar una bocanada completa, estaba pálida , y tal fue el nivel de alerta que se acabó generando, que Will le ofreció una de las sillas por si se mareaba.

- ¿Qué ha pasado?-Rosie trató de llamar la atención de su amiga con una caricia en el brazo en mudo apoyo. 

- ¿Estás bien?- Quiso saber Aaron. Wylla se posicionó a sus pies , mientras Will quedaba a su altura, frotándole la pierna de manera tranquilizadora.- Sea lo que sea ya estás a salvo.- Habló con voz calmada, dulce.- Venga, va. Ahora desembucha, ¿Qué ha pasado?, ¿ Has visto un fantasma? - Crys tomó aire, apretujó la mano ajena en un intento de amarse de valor y tragó saliva, incapaz de que sus piernas dejaran de temblar. - Peor... -Aquella palabra logró caer como una pesada losa, dejando tras de sí un silencio tan tenso que nadie, salvo la propia Crys se atrevió a romper, con voz ronca, áspera.- He visto a la Hermana Bernadette y al Doctor Finn llevándose a uno de cuarto.-Ante la noticia, Will se limitó a soltar una risa irónica para acabar chasqueando la lengua en actitud despreocupada, o por lo menos algo más que el resto, que se tensaron nada más escuchar algo así.

Desde que se fundó el orfanato las Hermanas habían estado a cargo de aquellos que mostraban tener tendencia al manejo de la magia, de aquellos que poseían el don, como ellas acostumbraban a llamarlo, y que constara, solía haber presentes unas diez en todo el enclave para desempeñar la tarea de formar a estos nacidos con el don. 

- Anda, mira, y yo que pensaba que a ese chalado le iban más jovencitos...- Acabó diciendo Will, y Rosie lo miró con cara de circunstancias , a lo que él respondió únicamente con un encogimiento de hombros.

- Pero eso no es lo peor....- Cualquier pensamiento, por nefasto que fuera quedó interrumpido por Crys, que señaló con el mentón un bulto envuelto en una pulcra tela blanca que apenas atinaba a sacar de un bolsillo delantero. Cuando Aaron logró desenvolver el improvisado paquete, quedó al descubierto lo que a simple vista parecía ser la talla de un hombre que entre sus manos sostenía un cristal liso de tamaño considerable. El rostro del pelirrojo, y, especialmente el de Will,se ensombrecieron. 

- ¿ Qué coj...?

- Jo. Der. - Mascullló Will, que de manera imperceptible se revolvió en su posición, todavía frente a Crys, más para él que para el resto del grupo. Lo que fuera que pudiera estar pasando por su cabeza dejó de verse reflejado en su semblante tan rápido como había llegado.- Vaya con las Hermanitas de Caridad...¿ De dónde lo has sacado? - Los músculos del muchacho, para su sorpresa, estaban relajados, sin inmutarse lo más mínimo , lo que hacía que a Rosie se le pusieran los pelillos de punta. Con la yema de los dedos rozaba la superficie del cristal , frío al tacto. 

- Lo robé del despacho, creo que nadie me vio. Pude salir antes de que lo echaran de menos. - Crys trataba de recomponerse y apretujaba entre los dedos la rugosa tela entre pesadas bocanadas de aire. 

- Bien, bien, Crys. Lo has hecho bien. - Will dejó un último toquecillo cariñoso en la rodilla de la chica con lo que parecía ser un remedo de expresión entre aliviada y triunfal.- Un problema menos... 

- ¿Para qué sirve ese cacharro?- Los ojos verdes de Rosie se posaron en los grises que entonces le devolvían la mirada con un deje serio. 

- Para drenar el don hasta dejar seco a su portador. Es posible que por el momento Crys hoy le haya salvado la vida a ese chaval.- La idea a Rosie le resultaba tan aterradora que un escalofrío le recorrió de pies a cabeza. - Y,¿Para qué querrían usar a un chiquillo sin apenas formación en lugar de a alguien con el don más desarrollado? 

- Para ir a pedir caramelos si acaso... 

¿ A tí qué te parece?- Will tomó el objeto entre sus manos para observarlo con detenimiento. Un suspiro murió en sus labios, llevándose consigo parte del aire que estaba intentando contener hasta vaciar los pulmones y así poder dar otra bocanada.- Para nada bueno, enana, para nada bueno.

- Eso no es todo... - Intervino Crys una vez más. Aaron y Wylla se quedaron vigilando la puerta mientras su amiga sacaba de nuevo del bolsillo una libreta color granate, que Rosie se dispuso a abrir. Alguien había arrancado de cuajo la primera página. 

 

1998

Luca : 23/5. 2:30

Sarah : 18/9 . 5:00

Chase : 4/10. 10:30

Terence : 20/11 .2:50

 

2002 

Debra 8/6.22:00

Jaden : 8/6 22:30

David : 8/6 23:00

Kayla : 8/6 23:50

 

2003

Tate : 6/2. 21:35 

Catherine :6/2 21: 43 

Beth : 6/2 22:00 

Joel 6/2 22:15

 

2004

Marcus : 8/7. 22:30

Joe : 8/ 7 22:45 

Dave 8/7 22:50

Diana 8/7. 23:15 

 

Las manos de la joven apenas podían sostener el peso de la libreta y por poco ésta se le resbaló debido al shock, aunque por suerte sus reflejos no se vieron afectados y pudo evitarlo. - Will... - La garganta le raspaba, y un soplo cálido reptó por su nuca, haciendo que su cuerpo fuera incapaz de responder hasta que el interpelado se la arrebató de las manos. 

- Hijos de puta...- Logró decir en un susurro, ahora sí, tenso. 

- A mí esto me está dando muy mal rollo..... Mucho. Son psicópatas... O algo peor.- Poco más pudo añadir. Rosie le frotaba los hombros para tratar de confortarla en cuanto pudo reaccionar cuando Aaron volvió a entrar en la sala, a trompicones, seguido por Wylla que daba pequeños trotes hasta llegar al grupo y colocarse delante ,sentada sobre los cuartos traseros, erguida y con las orejas empinadas. - ¡Agua, agua! 

Will cerró la libreta de sopetón, envolvió de nuevo la talla con el cristal en la tela para, en lo que no debieron ser más de unos segundos, hacer desaparecer ambos objetos de la vista de todos cuando el inconfundible hábito de la Hermana Bernadette asomó por la puerta.- Ya nos íbamos a ir, Hermana. La más sincera disculpa por haber desatendido el toque de queda.- Se apresuró a decir. Aaron chistaba a su loba, que no dejaba de gruñir por lo bajo a la mujer, para que no se moviera de su lado. 

- Nunca me ha gustado ese animal , pero ya que forma parte de tu entrenamiento supongo que no me queda más remedio que aceptar que la bestia ande rondando el centro por más que me pese.- Acertó a decir la Hermana.- Te tengo dicho que la loba no puede estar en las estancias comunes.- Su mirada fue posándose en cada uno de los cuatro amigos, interrumpiendo al pelirrojo cuando éste quiso disculparse. - No obstante, hoy no estoy aquí por eso. Ha desaparecido un objeto muy preciado y uno de los cuatro es el responsable. Ya sabéis lo que eso significa,¿ Verdad?

- ¿ Que piensa el ladrón que son todos de su condición....? - Soltó Will de sopetón, con la voz cargada de rabia, escupiendo cada palabra. 

- Vigila esa lengua, William.- La tensión se cortaba con un cuchillo, y la vena que palpitaba en la arrugada frente del contrario demostraba el claro nulo autocontrol que estaba teniendo. 

- Es imposible.- Intervino Rosie. - Los tres han estado aquí conmigo todo el rato. - Añadió, dando un paso para, de esta manera, quedar delante de Will y de Crys. La Hermana Bernadette esbozó la misma sonrisa que mostraría a un chiquillo al que está empezando a enseñar. 

- Mentir es una blasfemia al Creador, y tú mejor que nadie deberías saberlo, querida. - Fue la respuesta de la mujer. 

- Claro, porque lo de llevarse a chavales que no tienen familia ni nadie que vaya a reclamarles está totalmente permitido, ¿Verdad? - Will era una bomba de relojería a la que le faltaba una chispa para estallar, Rosie lo sabía demasiado bien, podía verlo. La Hermana, no obstante, era la viva imagen de la calma.- Me parece que ya hemos hablado de esto antes. Esos niños ahora mismo están con sus nuevas familias, que estoy segura de que les darán todo su amor, están en buenas manos,no hay nada de lo que preocuparse.- Mentía. Mentía descaradamente y no le hacía falta echar mano de su poder para saberlo. La Hermana ladeó la cabeza, mientras Will adelantaba un pie para ser él quien quedara frente a la mujer.- No tenemos nada.- Hubo una pausa. El rostro de la Hermana estaba cubierto por un rubor iracundo. - Acusar en falso es también blasfemia, por cierto. 

- Así es.- No le quedó más remedio que admitir. 

- Dice la verdad. - Rosie dio de nuevo un pasito prudente hacia delante.- Han estado todo el tiempo conmigo aquí. No hemos podido ser ninguno. Comete un error, Hermana.-Crys había logrado recuperar la compostura, Aaron lanzaba aquí y allá alguna mirada inquieta y Wylla andurreaba alrededor de los cuatro amigos , los ojos color miel fijos en la Hermana Bernadette, quien, en un principio pareció ceder. - Lo veremos. Por ahora lo dejaré pasar, aunque mañana a primera hora registraré habitación por habitación. Podéis iros, después del toque de queda no puede haber nadie fuera de las habitaciones. Son las normas .- Dicho esto, la mujer abandonó la sala. Fue como si de repente el mundo volviera a girar.

 

- Hemos agitado el avispero, eso es una buena señal.- Will fue el primero en romper el silencio una vez se quedaron a solas. 

- O nos hemos metido en el barro hasta las cejas. - Añadió Aaron mientras metía en su carpeta unos papeles que había estado rellenando hacía poco.

- ¿ Vas a decirnos qué hiciste con el cuerpo del delito?- Rosie centró su mirada en Will .

- Primera Norma de un mago : un mago nunca revela sus trucos.-Respondió, echándose su mochila al hombro.

- Así que,¿ Ahora eres mago? - La joven puso los brazos en jarra con una expresión que incluso logró arrancar una risa a Crys.

- Podría decirse... Entre otras cosas.- Al pasar por su lado, Will le dió un pellizquito suave en la nariz, cómplice, para poco después dejar la Biblioteca atrás. Rosie hizo lo propio, rodeando los hombros de Crys con un brazo.

 

Para cuando llegaron a la habitación, el lugar estaba en completa calma, tanto que, si uno prestaba atención, podía escuchar hasta el sonido de un alfiler al caer.

Las chicas se cambiaron, prepararon lo que iban a necesitar para las clases del día siguiente y se dejaron caer en las respectivas camas.

- ¿De verdad crees que ha colado?, ¿Que nos libraremos así sin más?- Abajo, en la litera, Crys, sentada en el borde, se revolvió algo inquieta, y se abrazó las rodillas con un brazo mientras Rosie, ya tumbada, se daba la vuelta para quedar boca arriba, con un brazo por encima de la cabeza, pensativa.

- Tú tampoco te lo has tragado,¿ Verdad? - Dijo al fin, a lo que Crys negó.

- Ni un poquito. Lo sabe, seguro que lo sabe .- Convino su amiga, recostándose, para después taparse con la manta hasta arriba. El crujir de los muelles en aquel acto llenó el silencio. 

- Crys...-La llamó Rosie en la penumbra.- Le salvaste la vida a alguien, eso es lo que más valor tiene.- Aunque no podía verlo desde arriba, conocía a Crys lo suficiente como para saber que su gesto había terminado relajándose al menos un poco.

Pasados unos minutos, la puerta de la habitación se abrió cuando la Hermana Claire se dispuso a hacer su ronda, valiéndose de una lamparita de aceite para alumbrar.- ¿Estáis las dos? - Ambas asintieron con un cabeceo, y la Hermana correspondió con una de sus habituales sonrisas llenas de candor. - Muy bien, que descanséis.- Añadió antes de marcharse, seguida del reconocible taconeo de sus preciadas botas.

Ya se disponían a volver a acomodarse cuando por el rabillo del ojo vieron pasar a alguien más y cómo a través de la rendija de la puerta quien fuera colaba una nota bien doblada. Crys y Rosie intercambiaron una mirada y la segunda bajó de la cama para ver de qué se trataba.

En ella podía leerse :

 

Mañana a las 5, antes de clase, en los túneles.