A partir de mis diecisiete años en adelante, gracias a la adición de cada tipo de Nymir elemental, fui descubriendo que había algo mucho mas grande en mi aura espiritual, aunque según Flama, eso era más magia de Maga de lo que mi inexperta mente llegaba a comprender. A los diecinueve años obtuve la alianza con el Nymir Aura, tipo Aire y a través de su compañía empecé a conocer historias narradas por el viento en tiempos nocturnos, lunares, brillantes y espirituales; sin embargo, a mis veintisiete años se añadió otro aliado a mi travesía, ese fue el Nymir Aqua, un gran guardián espiritual del tipo agua, uno que a través de su elemento me narraba historias mágicas, profecías y conocimientos de todo lugar fantasioso. No fue hasta que llegué a una manada de Licantropos, donde mi existencia pareció cobrar aun mas sentido, es decir: Descubrí que mi abuelo materno había sido un hechicero prestigioso de una manada que tenía tres siglos de existencia, llamada Rudeltlantik, ubicada cerca del río Elba en Alemania. Casi muero del susto cuando un Alfa pretendió ser mi compañero, fue un romance precioso pero por algún motivo las cosas no perdudaron y ese pereció, al igual que huí por protección ante mi gran naturaleza. No entendía como era posible que hubiera sobrevivido a ser marcada por un hombre lobo, que este hubiera muerto pero yo seguía intacta y peor aún, ¡Con un ser interno, es decir un lobo interno, compartiendo mi existencia!
Astra, así se llama mi loba interna, que resultó aparecer tras la marca del Alfa de esa manada y de esa forma, aclarar mis dudas mas profundas. Astra era una reencarnación de una lycan mestiza de maga protectora de criaturas mágicas, todo el hecho de tener alianzas con Nymires, se debía a su existencia silenciada por años ante mi ignorancia pero que al ser marcada, mi linaje recesivo se activara magicamente para que ella fuera a tomar su lugar como tal.
Concediendo así, mi origen completo. Mi abuelo fue hechicero, se enamoró de una humana en otro puedo hispano lejos de Alemania, dejando que la genética lycan no se activara por no estar pisando la tierra ancestral, pero justo al acabar conociendo al Alfa de la manada Rudeltlantik pues... Acabé despertando lo dormido. Mi loba era una maga por ende gracias a ella podía tener alianzas con criaturas elementales y mágicas y por parte del linaje de mi abuelo Simeon podía realizar cosas limitadas de hechicería, por lo que, podría ser considerada alguien poderosa por los incultos pero... Tenía mucha responsabilidad sobre mis hombros y jamás podía estar mucho tiempo en un solo lugar, por la avaricia y maldad.
Soy maga protectora y domadora porque me encanta la conexión espiritual y mágica que obtengo al tener amistades de todo tipo de criaturas, pero, muy en mi fuero privado, tengo miedo de destruir todo a mi alrededor al descontrolarme por culpa de Astra, sé que el primer encuentro con ese Alfa fue necesario, pero sé que no ha sido el primero ni el último, y eso me preocupa.
Ya que disfruto de una vida de paz, libertad y encantadora, aunque tenga un carácter de mil demonios si no me interesa con quién me haya cruzado. Pero si me cae bien la criatura, pues, hay espacio para tener conocido por cada lar que he tenido la dicha de pisar.
Estoy apunto de cumplir los veintiocho años, y sé que mi aventura nueva está recién por comenzar. Después de todo, he llegado a un nuevo lugar, y cuando uno llega como forastero... Uno nunca sabe con qué se puede encontrar.