• Siempre estaba atento. Al contrario que él, nada pasaba desapercibido en su bosque. Los ojos del zorro eran capaces de ver más allá de la maleza de los árboles, sus oídos escuchar como cae una hoja en algún lugar, y su olfato capaz de percibir el olor de un alumbre montaña arriba .

    Por alguna razón aquella noche se sentía inquieto. Como si algo fuera a pasar en cualquier momento. No necesariamente malo ni bueno. Era una sensación que no percibía son sus sentidos, de momento, si no más bien en el alma.

    Subido a aquella rama, mientras comía una manzana, escudriñaba con sus ojos color zafiro la oscuridad. Lo único que podría delatar su presencia eran aquellas don cuencas azules, que a luz de la luna, tomaban brillo propio.
    Siempre estaba atento. Al contrario que él, nada pasaba desapercibido en su bosque. Los ojos del zorro eran capaces de ver más allá de la maleza de los árboles, sus oídos escuchar como cae una hoja en algún lugar, y su olfato capaz de percibir el olor de un alumbre montaña arriba . Por alguna razón aquella noche se sentía inquieto. Como si algo fuera a pasar en cualquier momento. No necesariamente malo ni bueno. Era una sensación que no percibía son sus sentidos, de momento, si no más bien en el alma. Subido a aquella rama, mientras comía una manzana, escudriñaba con sus ojos color zafiro la oscuridad. Lo único que podría delatar su presencia eran aquellas don cuencas azules, que a luz de la luna, tomaban brillo propio.
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  • ℌ𝔦𝔡𝔢 𝔞𝔫𝔡 𝔖𝔢𝔢𝔨 (c/Calamitus)
    Categoría Acción
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado.

    ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios.

    ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar.

    ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman.

    ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad.

    ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar.

    ㅤO casi nadie.

    ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros.

    ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar?

    ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia.

    ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa.

    ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos.

    ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro.

    ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda.

    ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande?

    ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía.

    ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche.

    Yan Zhan Xie
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado. ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios. ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar. ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman. ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad. ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar. ㅤO casi nadie. ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros. ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar? ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia. ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa. ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos. ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro. ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda. ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande? ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía. ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche. [legend_malachite_lobster_769]
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  • Heredera del zorro de la discordia, mas no representante del caos, soy un fruto que ah caido lejos del árbol podrido.
    Heredera del zorro de la discordia, mas no representante del caos, soy un fruto que ah caido lejos del árbol podrido.
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  • La noche no había salido como esperaban ninguno de los presentes. Había sido todo tan intenso y agotador que cuando ambos llegaron a casa , 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 y Kazuo, prácticamente habían caído en el sueño casi de inmediato.

    Ahora tenían una audiencia con uno de los Kamis primigenios en la creación del mundo. Su madre Inari. Esto confirmaba que los había estado observando, y que alguna consecuencia se avecinaba. Lo más probable es, tal y como se había comunicado hacía ellos, es que fueran consecuencias buenas. ¿Pero y si no?, ¿Estarían desafiando a los dioses con su amor y promesas?. Eso hacía que el zorro se despertara a mitad de la noche, intranquilo, quedandose pensativo en el silencio de la noche. Barajaba y rumiaba todos los posibles escenarios cuando ambos fueran al reino de los espíritus, ese lugar que no pertenecía a ninguna parte.

    Por otro lado, había estado su discusión con Heinrich Rosenberg... Ambos se habían reprochado y dicho cosas de las que seguramente se arrepentían de un modo u otro. Pero de momento debería dejar que pasara unos días antes de abordar la situación. Tenían mucho que pensar, ordenar cada uno sus propias ideas antes de intentar solucionar por qué aquella noche parecía haberse quebrado.

    Todos esos pensamientos interrumpían el sueño del zorro, quien trazaba círculos de forma perezosa sobre el brazo de Elizabeth, un gesto que le mantenía los pies en la tierra y que le ayudaba pensar. Con ella cerca todo era más fácil, por qué ella era su prioridad, y ante eso jamás tenía dudas.

    ---------------------------
    Trama https://ficrol.com/posts/206030
    La noche no había salido como esperaban ninguno de los presentes. Había sido todo tan intenso y agotador que cuando ambos llegaron a casa , [Liz_bloodFlame] y Kazuo, prácticamente habían caído en el sueño casi de inmediato. Ahora tenían una audiencia con uno de los Kamis primigenios en la creación del mundo. Su madre Inari. Esto confirmaba que los había estado observando, y que alguna consecuencia se avecinaba. Lo más probable es, tal y como se había comunicado hacía ellos, es que fueran consecuencias buenas. ¿Pero y si no?, ¿Estarían desafiando a los dioses con su amor y promesas?. Eso hacía que el zorro se despertara a mitad de la noche, intranquilo, quedandose pensativo en el silencio de la noche. Barajaba y rumiaba todos los posibles escenarios cuando ambos fueran al reino de los espíritus, ese lugar que no pertenecía a ninguna parte. Por otro lado, había estado su discusión con [Heinz_Vamp]... Ambos se habían reprochado y dicho cosas de las que seguramente se arrepentían de un modo u otro. Pero de momento debería dejar que pasara unos días antes de abordar la situación. Tenían mucho que pensar, ordenar cada uno sus propias ideas antes de intentar solucionar por qué aquella noche parecía haberse quebrado. Todos esos pensamientos interrumpían el sueño del zorro, quien trazaba círculos de forma perezosa sobre el brazo de Elizabeth, un gesto que le mantenía los pies en la tierra y que le ayudaba pensar. Con ella cerca todo era más fácil, por qué ella era su prioridad, y ante eso jamás tenía dudas. --------------------------- Trama https://ficrol.com/posts/206030
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  • ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪

    La noche en el bosque había transcurrido entre bailes y Sake fermentado. Liz había podido conocer finalmente a Heinrich Rosenberg, el mejor amigo del zorro: Un vampiro delicado, cuya dulzura contrastaba con la pesada sombra de la conversación que pronto tendrían.

    En un rincón apartado, Heinrich le había revelado sus temores más profundos: la promesa que Kazuo había hecho días atrás, un pacto de amor que pesaba como una losa sobre sus corazones. "Si Elizabeth muere yo lo haré con ella"
    El dolor y miedo era compartido entre los pelirrojos, uno lo perdería para siempre y la otra sería la culpable de arrebatar a tan hermoso ser de este plano terrenal. Pero había una solución, Heinrich le ofrecía la opción de convertirla en vampiro una solución que la haría inmortal y, teóricamente, evitaría el sacrificio de Kazuo. Pero el costo era alto, un precio que se medía no solo en años de vida, sino en la esencia misma de lo que significaba ser humano. A Liz no le importaba; lo único que anhelaba era liberar a Kazuo de ese destino trágico que pendía sobre ellos.

    Kazuo al llegar escuchó la propuesta y se opuso rotundamente, desde ahí una conversación acalorada se fue tornando en discusión, en medio de eso estaba ella, una mortal entre dos seres que sabían lo que era tener el día de mañana asegurado.

    ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Y si no hubiera ido tras esas llamas zafiro? Quizás si no se hubieran conocido en ese árbol entonces Kazuo ahora no estaría sacrificando sus milenios ni sufriendo por la decisión de una simple humana, quizás Heinrich tendría a su amigo a su lado por siempre.

    El sufrimiento en su rostro era inconfundible; entre el alcohol y la confusión, la claridad había emergido. Elizabeth sabía que era el problema, le costaba respirar ante tal revelación, el peso de la culpa aprisionaba su pecho, veía como las palabras que ambos amigos se decían afectaban enormemente al otro .

    En un impulso aflojó su mano que sostenía la de Kazuo y empezó a correr tambaleándose entre la multitud, atravesando el bosque en una velocidad impresionante para todo el alcohol que tenía en la sangre. No quería escuchar más, no quería ser el motivo de la discusión

    Siguió y siguió y no se detuvo.El zorro gritaba a la distancia pero ella hizo caso omiso, hasta que la alcanzó y fue interceptada por sus brazos, en ese instante las lágrimas que había querido ocultar brotaron sin parar rodando por las mejillas de Elizabeth

    ── Necesito estar sola -decía con la voz entrecortada por el llanto, en un claro desconsuelo-

    {Toda la escena previa aquí https://ficrol.com/posts/203412 }
    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ La noche en el bosque había transcurrido entre bailes y Sake fermentado. Liz había podido conocer finalmente a [Heinz_Vamp], el mejor amigo del zorro: Un vampiro delicado, cuya dulzura contrastaba con la pesada sombra de la conversación que pronto tendrían. En un rincón apartado, Heinrich le había revelado sus temores más profundos: la promesa que Kazuo había hecho días atrás, un pacto de amor que pesaba como una losa sobre sus corazones. "Si Elizabeth muere yo lo haré con ella" El dolor y miedo era compartido entre los pelirrojos, uno lo perdería para siempre y la otra sería la culpable de arrebatar a tan hermoso ser de este plano terrenal. Pero había una solución, Heinrich le ofrecía la opción de convertirla en vampiro una solución que la haría inmortal y, teóricamente, evitaría el sacrificio de Kazuo. Pero el costo era alto, un precio que se medía no solo en años de vida, sino en la esencia misma de lo que significaba ser humano. A Liz no le importaba; lo único que anhelaba era liberar a Kazuo de ese destino trágico que pendía sobre ellos. [8KazuoAihara8] al llegar escuchó la propuesta y se opuso rotundamente, desde ahí una conversación acalorada se fue tornando en discusión, en medio de eso estaba ella, una mortal entre dos seres que sabían lo que era tener el día de mañana asegurado. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Y si no hubiera ido tras esas llamas zafiro? Quizás si no se hubieran conocido en ese árbol entonces Kazuo ahora no estaría sacrificando sus milenios ni sufriendo por la decisión de una simple humana, quizás Heinrich tendría a su amigo a su lado por siempre. El sufrimiento en su rostro era inconfundible; entre el alcohol y la confusión, la claridad había emergido. Elizabeth sabía que era el problema, le costaba respirar ante tal revelación, el peso de la culpa aprisionaba su pecho, veía como las palabras que ambos amigos se decían afectaban enormemente al otro . En un impulso aflojó su mano que sostenía la de Kazuo y empezó a correr tambaleándose entre la multitud, atravesando el bosque en una velocidad impresionante para todo el alcohol que tenía en la sangre. No quería escuchar más, no quería ser el motivo de la discusión Siguió y siguió y no se detuvo.El zorro gritaba a la distancia pero ella hizo caso omiso, hasta que la alcanzó y fue interceptada por sus brazos, en ese instante las lágrimas que había querido ocultar brotaron sin parar rodando por las mejillas de Elizabeth 🌹── Necesito estar sola -decía con la voz entrecortada por el llanto, en un claro desconsuelo- {Toda la escena previa aquí https://ficrol.com/posts/203412 }
    Me entristece
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  • 𝑺𝒆𝒂𝒓𝒄𝒉 𝒂𝒏𝒅 𝑭𝒊𝒏𝒅 (c/ Xie YanZhan)
    Categoría Slice of Life
    ㅤEn su mano portaba una pequeña piedra roja, aquella forma perfectamente redonda le daba una imagen simple y barata, no obstante el rostro del joven lucía nervioso antes de apretar su puño sobre aquella pequeña gema nuevamente. LiXue daba dos pasos y sentía la necesidad de revisar que en su mano aún se encontrara esa pequeña posesión. Era en momentos como esos que se arrepentía totalmente de la decisión de jugar con su destino, desafiando a aquel demonio zorro y robando su alma.

    ㅤSi, Lixue se había tornado en un demonio más poderoso aunque aún no fuera lo suficientemente fuerte, había puesto en vista que era capaz de mucho más de lo que todos creían de alguien como él, incluso se había impresionado a sí mismo en aquel entonces.

    ㅤO así había sido hasta que las consecuencias se presentaron de forma que cambiaría el resto de su vida de un modo bastante inconveniente.

    ㅤClaro que había escuchado con anterioridad que los demonios conocidos como Húli Jïng eran portadores de una joya que contenía la esencia de su alma, pues cada libro de demonología hablaba de cómo estos doblegarían su voluntad si esta piedra se les era arrebatada, concederían deseos o se convertirían en fieles esclavos con tal de asegurar su integridad; y cuando él se hizo con una de ellas pudo comprobar todo lo que aquellos antiguos textos profesaban entre sus amarillentas páginas.

    ㅤAsí es, Lixue había tenido bajo su control a una de estas maravillosas criaturas luego de robarle su alma, para descontento del reino demoníaco, era el alma de una de un Húli Jïng de avanzado rango, el ser todopoderoso que luego de desarrollar sus habilidades por siglos, había sido emboscado por un débil remanente cuyos huesos se aplastarían bajo el peso de la pata de esta criatura.

    ㅤNo obstante, el joven de apellido Song había logrado lo que otros ni siquiera hubieran imaginado antes de morir y había logrado hacer que uno de los espíritus más temidos se hincara de rodillas y pidiera por piedad incluso teniendo la oportunidad de obtener un deseo o eliminar la sangre celestial que por su torrente circulaba, tendría el pase al reino de los demonios totalmente asegurada.

    ㅤPero no era así cómo quería hacerlo y él tenía sus propios planes. Allí, en el limbo entre el reino de los mortales y la entrada a lo que muchos describieron como el infierno, Lixue apretó su puño concentrado cada esfuerzo y energía en su palma y frente a cientos de ojos atónitos, aquel demonio se volvió cenizas. Con suficiencia, Lixue miró al frente y con una mirada comunicó con claridad su intención “Me desharé de cada uno de ustedes”.

    ㅤPero su mirada desafiante se opacó con rapidez en el momento en que se vió envuelto en una nube de cenizas que apretaba su pecho hasta asfixiarlo a tal punto que en cada bocanada desesperada de aire aspiraba un poco de aquel ceniciento que lo abrazaba y prontamente en su mano apretada volvió a sentir una sensación familiar, una que apenas unos instantes atrás había experimentado. En su puño, los pequeños trozos que anteriormente se habían incrustado en su piel parecían tener propia memoria, volviendo a juntarse en una misma pieza como la original que se había destrozado anteriormente.

    ㅤPodía sentir que algo en él había cambiado notoriamente y su mente, a pesar del shock, había sido capaz de hilar los puntos y aunque nunca había visto, escuchado o leído de que algo como eso pudiera pasar, luego de aquel evento la realidad de Lixue ahora era otra.

    ㅤTal cómo aquel día, su mano se apretaba con fuerza alrededor de este nuevo artefacto que ahora contenía parte de su alma, temiendo cuál sería su destino si lo perdía de vista, por lo que siempre solía llevarlo encima en un pequeño collar, sin embargo, esta no era una piedra normal y cada cadena terminaba corroída y desgastada en cuestión de meses incluso si la encantaba, el proceso era desgastante. En la búsqueda de una solución un poco más duradera, en un libro creyó encontrar algo útil sobre artefactos que cargaran con una energía propia, tal como esas espadas antiguas indestructibles que poseían un núcleo propio, existían todo tipos de artefactos de este estilo, el problema sería encontrarlos o dar con una persona que pudiera hacerlos, teniendo en cuenta que actualmente el número de cultivadores y alquimistas se había reducido.

    ㅤSus contactos se habían puesto en marcha para encontrar un fabricante, pero en lo que la búsqueda daba frutos, alguien le había recomendado una tienda de antigüedades cuya energía era un tanto peculiar, presumiblemente por que en ella se albergaban artefactos especiales, quizás entre ellos podría encontrar lo que necesitaba.

    ㅤAfortunadamente el lugar estaba tan cerca de la cafetería que podía ubicarlo con facilidad, y aunque esa sensación nerviosa persistía en cada paso que daba en la acera, la familiaridad del lugar le otorgaba un poco más de seguridad y eliminar cualquier vestigio de preocupación en su rostro a la hora de entrar en la tienda fue bastante sencillo, aunque estaba seguro que en la oscuridad del lugar, sus expresiones no importaban básicamente porque apenas se podía distinguir algo allí.

    ㅤㅤ⸻ Buenas tardes.

    ㅤHabló con su voz haciéndose notar entre las paredes. No veía un timbre, tampoco ningún empleado, pero oía pequeños movimientos y a su nariz un aroma distinto llegaba para hacerse destacar sobre el típico aroma a polvo y paso del tiempo que usualmente tienen los artefactos que allí se podrían alojar.

    ㅤEn la espera de que alguien apareciera, apoyó parte de su cuerpo sobre el mostrador de entrada, sabía que había alguien cerca, solo era cuestión de esperar por una respuesta.

    Yan Zhan Xie
    ㅤEn su mano portaba una pequeña piedra roja, aquella forma perfectamente redonda le daba una imagen simple y barata, no obstante el rostro del joven lucía nervioso antes de apretar su puño sobre aquella pequeña gema nuevamente. LiXue daba dos pasos y sentía la necesidad de revisar que en su mano aún se encontrara esa pequeña posesión. Era en momentos como esos que se arrepentía totalmente de la decisión de jugar con su destino, desafiando a aquel demonio zorro y robando su alma. ㅤSi, Lixue se había tornado en un demonio más poderoso aunque aún no fuera lo suficientemente fuerte, había puesto en vista que era capaz de mucho más de lo que todos creían de alguien como él, incluso se había impresionado a sí mismo en aquel entonces. ㅤO así había sido hasta que las consecuencias se presentaron de forma que cambiaría el resto de su vida de un modo bastante inconveniente. ㅤClaro que había escuchado con anterioridad que los demonios conocidos como Húli Jïng eran portadores de una joya que contenía la esencia de su alma, pues cada libro de demonología hablaba de cómo estos doblegarían su voluntad si esta piedra se les era arrebatada, concederían deseos o se convertirían en fieles esclavos con tal de asegurar su integridad; y cuando él se hizo con una de ellas pudo comprobar todo lo que aquellos antiguos textos profesaban entre sus amarillentas páginas. ㅤAsí es, Lixue había tenido bajo su control a una de estas maravillosas criaturas luego de robarle su alma, para descontento del reino demoníaco, era el alma de una de un Húli Jïng de avanzado rango, el ser todopoderoso que luego de desarrollar sus habilidades por siglos, había sido emboscado por un débil remanente cuyos huesos se aplastarían bajo el peso de la pata de esta criatura. ㅤNo obstante, el joven de apellido Song había logrado lo que otros ni siquiera hubieran imaginado antes de morir y había logrado hacer que uno de los espíritus más temidos se hincara de rodillas y pidiera por piedad incluso teniendo la oportunidad de obtener un deseo o eliminar la sangre celestial que por su torrente circulaba, tendría el pase al reino de los demonios totalmente asegurada. ㅤPero no era así cómo quería hacerlo y él tenía sus propios planes. Allí, en el limbo entre el reino de los mortales y la entrada a lo que muchos describieron como el infierno, Lixue apretó su puño concentrado cada esfuerzo y energía en su palma y frente a cientos de ojos atónitos, aquel demonio se volvió cenizas. Con suficiencia, Lixue miró al frente y con una mirada comunicó con claridad su intención “Me desharé de cada uno de ustedes”. ㅤPero su mirada desafiante se opacó con rapidez en el momento en que se vió envuelto en una nube de cenizas que apretaba su pecho hasta asfixiarlo a tal punto que en cada bocanada desesperada de aire aspiraba un poco de aquel ceniciento que lo abrazaba y prontamente en su mano apretada volvió a sentir una sensación familiar, una que apenas unos instantes atrás había experimentado. En su puño, los pequeños trozos que anteriormente se habían incrustado en su piel parecían tener propia memoria, volviendo a juntarse en una misma pieza como la original que se había destrozado anteriormente. ㅤPodía sentir que algo en él había cambiado notoriamente y su mente, a pesar del shock, había sido capaz de hilar los puntos y aunque nunca había visto, escuchado o leído de que algo como eso pudiera pasar, luego de aquel evento la realidad de Lixue ahora era otra. ㅤTal cómo aquel día, su mano se apretaba con fuerza alrededor de este nuevo artefacto que ahora contenía parte de su alma, temiendo cuál sería su destino si lo perdía de vista, por lo que siempre solía llevarlo encima en un pequeño collar, sin embargo, esta no era una piedra normal y cada cadena terminaba corroída y desgastada en cuestión de meses incluso si la encantaba, el proceso era desgastante. En la búsqueda de una solución un poco más duradera, en un libro creyó encontrar algo útil sobre artefactos que cargaran con una energía propia, tal como esas espadas antiguas indestructibles que poseían un núcleo propio, existían todo tipos de artefactos de este estilo, el problema sería encontrarlos o dar con una persona que pudiera hacerlos, teniendo en cuenta que actualmente el número de cultivadores y alquimistas se había reducido. ㅤSus contactos se habían puesto en marcha para encontrar un fabricante, pero en lo que la búsqueda daba frutos, alguien le había recomendado una tienda de antigüedades cuya energía era un tanto peculiar, presumiblemente por que en ella se albergaban artefactos especiales, quizás entre ellos podría encontrar lo que necesitaba. ㅤAfortunadamente el lugar estaba tan cerca de la cafetería que podía ubicarlo con facilidad, y aunque esa sensación nerviosa persistía en cada paso que daba en la acera, la familiaridad del lugar le otorgaba un poco más de seguridad y eliminar cualquier vestigio de preocupación en su rostro a la hora de entrar en la tienda fue bastante sencillo, aunque estaba seguro que en la oscuridad del lugar, sus expresiones no importaban básicamente porque apenas se podía distinguir algo allí. ㅤ ㅤㅤ⸻ Buenas tardes. ㅤHabló con su voz haciéndose notar entre las paredes. No veía un timbre, tampoco ningún empleado, pero oía pequeños movimientos y a su nariz un aroma distinto llegaba para hacerse destacar sobre el típico aroma a polvo y paso del tiempo que usualmente tienen los artefactos que allí se podrían alojar. ㅤEn la espera de que alguien apareciera, apoyó parte de su cuerpo sobre el mostrador de entrada, sabía que había alguien cerca, solo era cuestión de esperar por una respuesta. ㅤ [legend_malachite_lobster_769]
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  • Caminata bajo el manto de la noche.
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    Categoría Fantasía
    // Puedes participar de forma grupal o individual. Para hacerlo en una linea grupal, a la hora de contestar una acción no olviden poner el @Id de todos los implicad@s.//

    𝕮𝖆𝖒𝖎𝖓𝖆𝖙𝖆 𝖇𝖆𝖏𝖔 𝖊𝖑 𝖒𝖆𝖓𝖙𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊.

    Era una noche tranquila, el silencio tan solo era interrumpido por el sonido de las hojas chocandose entre sí a causa del viento, de los grillos y alguna ave nocturna.

    El murmullo de un arrollo se hacía denotar a medida que avanzaba el sendero, colándose entre la melodía que acompañaba el viento. Justo desde la linde del pequeño claro, por donde el riachuelo se dibujaba, podía verse una imponente criatura.

    Era un zorro... Pero este era tan grande como tres caballos robustos, un pelaje blanco como la luz de luna, ojos de un color zafiro intenso y....nueve... tenía nueve colas. Nueve prolongaciones de su cuerpo que descansaban a su espalda, apenas moviéndose en suaves espasmos.

    La majestuosa criatura descansaba justo encima del puente que cruzaba el afluente, ocupando la totalidad de este y cortando el paso.

    ¿Que harás?
    // Puedes participar de forma grupal o individual. Para hacerlo en una linea grupal, a la hora de contestar una acción no olviden poner el @Id de todos los implicad@s.// 𝕮𝖆𝖒𝖎𝖓𝖆𝖙𝖆 𝖇𝖆𝖏𝖔 𝖊𝖑 𝖒𝖆𝖓𝖙𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊. Era una noche tranquila, el silencio tan solo era interrumpido por el sonido de las hojas chocandose entre sí a causa del viento, de los grillos y alguna ave nocturna. El murmullo de un arrollo se hacía denotar a medida que avanzaba el sendero, colándose entre la melodía que acompañaba el viento. Justo desde la linde del pequeño claro, por donde el riachuelo se dibujaba, podía verse una imponente criatura. Era un zorro... Pero este era tan grande como tres caballos robustos, un pelaje blanco como la luz de luna, ojos de un color zafiro intenso y....nueve... tenía nueve colas. Nueve prolongaciones de su cuerpo que descansaban a su espalda, apenas moviéndose en suaves espasmos. La majestuosa criatura descansaba justo encima del puente que cruzaba el afluente, ocupando la totalidad de este y cortando el paso. ¿Que harás?
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  • "Recuerda, mi bosque guarda secretos… Si lo hieres es probable que escuches mi amenaza susurrada al oído, un arrullo sentencial. Las consecuencias encontrarás, por qué el zorro de caza está."

    #SeductiveSunday

    "Recuerda, mi bosque guarda secretos… Si lo hieres es probable que escuches mi amenaza susurrada al oído, un arrullo sentencial. Las consecuencias encontrarás, por qué el zorro de caza está." #SeductiveSunday
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  • ¿Es posible burlar a la muerte?

    Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará.

    Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo?

    Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar.

    Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad.

    Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado.

    En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
    ¿Es posible burlar a la muerte? Para Kazuo, esto era algo innato. Había burlado a la muerte por más de 1,200 año. Pero ahora la cuenta regresiva se sentía más cerca que nunca. En un acto de amor, Kazuo vinculó su alma a la de Elizabeth. El día en que ella dé su último suspiro, él la acompañará. Aunque morir por amor suene muy romántico, Kazuo tenía la certeza de que volvería a reencarnar siendo quien es. Pero... ¿podría vivir una nueva vida sin ella? ¿Cómo sabría si ella se reencarnaría? ¿Y él, recordaría algo? Eran demasiados cabos sueltos, demasiada incertidumbre que el zorro no estaba dispuesto a asumir. Había dedicado sus últimas semanas a buscar información en libros, documentos y escritos de cualquier tipo que pudieran darle pistas sobre algo, algún hilo del que poder tirar. Algunos textos hablaban de un lugar más allá de Kyoto, un lugar en ruinas tan, o incluso más, antiguo que él. Decidió salir en la noche, solo... Probablemente recibiría una reprimenda, pero iba a ser un viaje de ida y vuelta en la misma noche; casi tendría que ir como un espíritu, en su forma de zorro, a través del bosque. Llevar a alguien con él haría imposible alcanzar esa velocidad. Llegó a aquellas ruinas, un amasijo de escombros cubiertos por la densidad del bosque, pero que emanaban un aura especial. Aquel sitio había sido antaño un lugar sagrado de extrema importancia. Seguramente, había sido destruido antes de la unificación de Japón; de ahí su estado. En una de las paredes había runas, símbolos y kanjis más antiguos que él mismo. Eran pocos los conocimientos que escapaban al saber del zorro, pero aquello era algo más grande que él: un conocimiento arcano. Decidió anotar todos los símbolos, memorizarlos e intentar encajar un significado con otro. Después de varias horas de recopilación, decidió marcharse de esas ruinas. No sabía si había encontrado el hilo que buscaba, pero al menos ya tenía más de lo que había podido averiguar hasta ahora.
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  • 𝕷𝖆 𝖕𝖗𝖔𝖒𝖊𝖘𝖆 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖆𝖗𝖎 - 𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔 (parte 2)

    Era consciente del transcurrir del tiempo, capaz de calcularlo con el paso de las estaciones. También era consciente de ver a otros animales nacer y morir sin que él sucumbiera a ese mismo paso del tiempo. No era inmortal: si se cortaba, sangraba, y eso era una prueba irrefutable de su mortalidad. Sin embargo, sus heridas sanaban con una velocidad que no era natural, y tampoco sucumbía a la enfermedad. Entonces recordó que, al nacer, una mano dorada acarició su pequeña cabeza. Era cálida, casi como un arrullo en una noche oscura, tan agradable como el abrazo de una madre. Ese gesto marcó la diferencia entre ser un zorro salvaje y lo que él era en ese momento.

    Era capaz de razonar todo aquello con una comprensión que rozaba lo humano o quizás, superior. Esa sensación cobró más fuerza cuando una voz lo llamó, una voz con la misma calidez de aquella mano que lo había arrullado al nacer. Se dejó guiar hasta llegar a ese lugar, fuera del plano donde solía estar. Era un océano infinito, donde al mirar hacia el horizonte no se podía distinguir dónde se separaban el cielo y el mar. El agua estaba tan quieta que ningún oleaje la alteraba, permaneciendo imperturbable. Solo cuando Kazuo posó sus patas sobre ella, unas pequeñas ondas desvelaron esa línea que diferenciaba el agua del cielo nocturno. Caminó sobre el mar como si fuera tierra firme, sin que el peso de su cuerpo lo hundiera. Mientras avanzaba, vio dos inmensos koi tan blancos como su pelaje, nadando bajo sus patas y guiándole el camino a seguir.

    Fue entonces, después de caminar durante un tiempo indefinido, que una figura apareció ante él. Su resplandor era dorado, tan brillante y cálido que resultaba imposible no deslumbrarse con su luz. Su rostro no se definía por un género; era imposible identificar si era hombre o mujer. Ese ser trascendía todas esas limitaciones. Era su madre, no la que le dio a luz, sino quien le dio la vida. Fue quien lo convirtió en lo que era, otorgándole ese pelaje color de luna, esos ojos color zafiro y ese poder que emanaba de su interior. Sus auras eran prácticamente iguales, como si Kazuo fuese una extensión de aquel ser. Finalmente, aquella majestuosa figura habló.

    —Hijo mío, siento orgullo del ser tan magnífico en el que te has convertido —decía con una voz dulce, que calaba hondo en el pecho del zorro.

    Kazuo podía entender sus palabras, aunque estas no fueran verbalizadas como tal. Era como si tomaran significado en su mente, proyectándose directamente en sus pensamientos.

    —Madre... Inari... —musitó él a través de esa conexión mental que ambos habían establecido.

    No entendía por qué sabía aquello; simplemente lo supo, como algo que llegó a él de manera tan natural como respirar.

    —Eres mi conexión en la Tierra; tú y tus hermanos sois mis ojos, la forma en que puedo llegar a todos los que necesitan mi bendición. Eres parte de mí, y yo soy parte de ti —continuó el kami.

    —Necesito que seas mi mensajero, aquel que lleve mi bondad y que me traiga el anhelo de aquellos que merecen mi gracia. Quiero que seas mi representación en la Tierra —añadió con una calma profunda.

    Las palabras de su madre se asentaron en el pecho de Kazuo, quien asintió suavemente, comprendiendo todo lo que ella le decía. Para él, de una forma inexplicable, todo aquello tenía sentido.

    El kami se acercó a él lentamente. Se arrodilló frente al zorro con extrema humildad, acunando su cabeza entre sus manos y entrelazando sus largos dedos en su pelaje. Kazuo cerró los ojos al sentir el contacto; era cálido, era como estar en casa. Aquella figura mística se inclinó para besarle la frente, como si le otorgara un beso de infinita gratitud.

    —Te amo, hijo mío. Gracias por existir —dijo, susurrando contra su piel.

    Y tras eso, el tintineo de una pequeña campana. Al abrir los ojos, todo había desaparecido, como si de un chasquido sordo lo hubiese despertado de un profundo sueño. Solo que aquello no había sido un sueño. Ahora Kazuo comprendía el propósito de su existencia y cuál sería su cometido de aquí en adelante. Cumpliría su misión hasta exhalar su último aliento, si es que eso llegara a suceder algún día. Fue entonces cuando Kazuo alcanzó un nivel de consciencia mayor que el de cualquier humano o ser terrenal, sellando su destino con una promesa eterna.
    𝕷𝖆 𝖕𝖗𝖔𝖒𝖊𝖘𝖆 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖆𝖗𝖎 - 𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔 (parte 2) Era consciente del transcurrir del tiempo, capaz de calcularlo con el paso de las estaciones. También era consciente de ver a otros animales nacer y morir sin que él sucumbiera a ese mismo paso del tiempo. No era inmortal: si se cortaba, sangraba, y eso era una prueba irrefutable de su mortalidad. Sin embargo, sus heridas sanaban con una velocidad que no era natural, y tampoco sucumbía a la enfermedad. Entonces recordó que, al nacer, una mano dorada acarició su pequeña cabeza. Era cálida, casi como un arrullo en una noche oscura, tan agradable como el abrazo de una madre. Ese gesto marcó la diferencia entre ser un zorro salvaje y lo que él era en ese momento. Era capaz de razonar todo aquello con una comprensión que rozaba lo humano o quizás, superior. Esa sensación cobró más fuerza cuando una voz lo llamó, una voz con la misma calidez de aquella mano que lo había arrullado al nacer. Se dejó guiar hasta llegar a ese lugar, fuera del plano donde solía estar. Era un océano infinito, donde al mirar hacia el horizonte no se podía distinguir dónde se separaban el cielo y el mar. El agua estaba tan quieta que ningún oleaje la alteraba, permaneciendo imperturbable. Solo cuando Kazuo posó sus patas sobre ella, unas pequeñas ondas desvelaron esa línea que diferenciaba el agua del cielo nocturno. Caminó sobre el mar como si fuera tierra firme, sin que el peso de su cuerpo lo hundiera. Mientras avanzaba, vio dos inmensos koi tan blancos como su pelaje, nadando bajo sus patas y guiándole el camino a seguir. Fue entonces, después de caminar durante un tiempo indefinido, que una figura apareció ante él. Su resplandor era dorado, tan brillante y cálido que resultaba imposible no deslumbrarse con su luz. Su rostro no se definía por un género; era imposible identificar si era hombre o mujer. Ese ser trascendía todas esas limitaciones. Era su madre, no la que le dio a luz, sino quien le dio la vida. Fue quien lo convirtió en lo que era, otorgándole ese pelaje color de luna, esos ojos color zafiro y ese poder que emanaba de su interior. Sus auras eran prácticamente iguales, como si Kazuo fuese una extensión de aquel ser. Finalmente, aquella majestuosa figura habló. —Hijo mío, siento orgullo del ser tan magnífico en el que te has convertido —decía con una voz dulce, que calaba hondo en el pecho del zorro. Kazuo podía entender sus palabras, aunque estas no fueran verbalizadas como tal. Era como si tomaran significado en su mente, proyectándose directamente en sus pensamientos. —Madre... Inari... —musitó él a través de esa conexión mental que ambos habían establecido. No entendía por qué sabía aquello; simplemente lo supo, como algo que llegó a él de manera tan natural como respirar. —Eres mi conexión en la Tierra; tú y tus hermanos sois mis ojos, la forma en que puedo llegar a todos los que necesitan mi bendición. Eres parte de mí, y yo soy parte de ti —continuó el kami. —Necesito que seas mi mensajero, aquel que lleve mi bondad y que me traiga el anhelo de aquellos que merecen mi gracia. Quiero que seas mi representación en la Tierra —añadió con una calma profunda. Las palabras de su madre se asentaron en el pecho de Kazuo, quien asintió suavemente, comprendiendo todo lo que ella le decía. Para él, de una forma inexplicable, todo aquello tenía sentido. El kami se acercó a él lentamente. Se arrodilló frente al zorro con extrema humildad, acunando su cabeza entre sus manos y entrelazando sus largos dedos en su pelaje. Kazuo cerró los ojos al sentir el contacto; era cálido, era como estar en casa. Aquella figura mística se inclinó para besarle la frente, como si le otorgara un beso de infinita gratitud. —Te amo, hijo mío. Gracias por existir —dijo, susurrando contra su piel. Y tras eso, el tintineo de una pequeña campana. Al abrir los ojos, todo había desaparecido, como si de un chasquido sordo lo hubiese despertado de un profundo sueño. Solo que aquello no había sido un sueño. Ahora Kazuo comprendía el propósito de su existencia y cuál sería su cometido de aquí en adelante. Cumpliría su misión hasta exhalar su último aliento, si es que eso llegara a suceder algún día. Fue entonces cuando Kazuo alcanzó un nivel de consciencia mayor que el de cualquier humano o ser terrenal, sellando su destino con una promesa eterna.
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