• #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia

    Antes de que existiera la asesina, mucho antes de la chica mentalmente inestable, antes de la niña que fue reclutada por una organización secreta con el fin de ser entrenada para matar, antes de ser la niña del orfanato e incluso antes de la chiquilla que los policías hallaron junto al cuerpo sin vida de su madre, sin muestras de tristeza, sin lágrimas y sin llanto alguno; existió una pequeña que lloraba tras cada pequeña reprimenda, una niña con el cabello blanco como la nieve que anhelaba la calidez de un abrazo, una pizca de comprensión, o simplemente que su madre le permitiera salir una tarde a jugar y poder sentir el pasto bajo sus pies.

    Esa pequeña niña de ojos tristes, a sus seis años, se encontraba en uno de los salones de su casa; una habitación fría y desprovista de cualquier rastro de calidez. Las paredes blancas y desnudas parecían reflejar la frialdad de su madre, quien la observaba con una mirada crítica desde el otro lado de la habitación.

    —Levanta más la pierna, Illyiv. ¿De verdad eso es lo mejor que puedes hacer? —La voz de su madre resonaba con dureza, sin un ápice de compasión.

    Illyiv, con su pequeña figura temblorosa, intentaba cumplir con las exigencias de su madre. Sus músculos ardían de cansancio, pero no se atrevía a quejarse. Sabía que cualquier muestra de debilidad sería castigada.

    —Lo siento, mamá. Estoy tratando… —murmuró, su voz apenas audible.

    —Tratar no es suficiente. Debes ser perfecta. ¿Quieres ser una bailarina mediocre? —La madre de Illyiv se acercó, sus pasos resonando en el suelo de madera—. ¿Cómo es que tu cuerpo es tan débil?

    Illyiv bajó la mirada, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos, que no tardaron en empezar a resbalar por su mejilla dejando surcos salados en su piel. Ella sabía que llorar no le servía de nada, pero no podía contener aquellas lagrimas, solo podía reprimir su llanto, ese que su madre siempre ignoraba. Con lágrimas silenciosas y amargas, se obligó a seguir practicando, sus movimientos cada vez más mecánicos y desprovistos de vida.

    Su energía se agotaba, su estómago rugía de hambre. Apenas había comido ese día, y la poca energía que le quedaba se desvanecía rápidamente. Sus músculos estaban tensos y adoloridos.

    —Mamá… no puedo más... —susurró.

    La madre de Illyiv la miró con amargura y profunda decepción.

    —Diez minutos. Tienes diez minutos para descansar. Luego, vuelves a practicar.

    Illyiv asintió débilmente y se dejó caer en el suelo, sus piernas temblando por el esfuerzo. Se arrastró hasta la ventana y se sentó, mirando hacia afuera mientras limpiaba sus lagrimas. Desde allí, podía ver a los hijos de los nuevos vecinos jugando en el parque de enfrente. Sus risas y gritos de alegría eran un recordatorio doloroso de lo que ella no podía tener. Deseaba con todas sus fuerzas unirse a ellos, correr y jugar como cualquier otro niño. Pero sabía que eso nunca sucedería. Sabía que eso era una fantasía inalcanzable. Su madre, con su mirada gélida y exigencias despiadadas, la había encerrado en una prisión de perfección, una prisión de la que no podía escapar.

    —¿Por qué no puedo salir a jugar con ellos, mamá? —preguntó Illyiv, su voz llena de anhelo.

    —Porque los niños de tu edad son inmaduros y no son capaces de pensar en sus futuros —respondió su madre con frialdad—. Solo serán una mala influencia para ti y una distracción. Ahorita no lo entiendes, pero algún día me lo agradecerás.

    Illyiv bajó la mirada, sintiendo una punzada de tristeza en su corazón.

    —Pero mamá, yo solo quiero salir a jugar y tener amigos…

    —Los amigos son una distracción —interrumpió su madre—. Por eso pago por clases particulares en casa en lugar de llevarte a un instituto. No quiero que las influencias de otros niños arruinen tu futuro en el ballet.

    Illyiv asintió lentamente, aunque no comprendía del todo las palabras de su madre. Solo sabía que se sentía sola y atrapada. Los diez minutos pasaron rápidamente, y su madre la llamó de nuevo.

    —Es hora de volver a practicar, Illyiv. No quiero escuchar más quejas. —La voz de su madre resonaba como un látigo, cortando el silencio de la habitación.

    Illyiv asintió, apartando la vista de la ventana. Suspiró y continuó con sus ejercicios, su cuerpo moviéndose con una precisión casi robótica. Cada error era castigado con severidad, y cada castigo la hacía más fuerte, más resistente. Esa situación, parecía repetirse día tras día. Con el tiempo, dejó de llorar. Las lágrimas se secaron, dejando en su lugar una coraza de indiferencia que la protegía del dolor. Llorar nunca servía de nada, su madre ignoraba el llanto de su propia hija, ¿Acaso había alguien más que pudiera venir a salvarla? Las lágrimas eran un lujo que no podía permitirse.

    "Que débil es tu cuerpo", repetía su madre cada vez que Illyiv mostraba signos de cansancio. "Nunca serás una bailarina si no te esfuerzas más."

    Las palabras de su madre, como espinas clavadas en su alma, se convirtieron en un mantra que la acompañaría durante toda su vida. "Qué débil es tu cuerpo“ resonaba en la cabeza de Illyiv, incluso después de más de diez años, cada vez que experimentaba un momento de debilidad o vulnerabilidad. "Qué débil es tu cuerpo" oía como un eco constante, cada vez que sentía dolor o cansancio. "Qué débil es tu cuerpo" recordaba, cada vez que cometía un error. "Qué débil es tu cuerpo" incluso cada vez que sangraba al herirse accidentalmente con sus propias armas. Esas palabras habían quedado grabadas en su mente, del mismo modo que las cicatrices de quemaduras, producto de los castigos de su madre, cubrían la piel de su espalda como marcas indelebles que la acompañarían hasta el final de sus días. Su madre había sido asesinada hace más de diez años a manos de su padrastro, pero aquellas palabras nunca murieron.

    —Desearía que te las hubieras llevado contigo, madre... Tus palabras... —dijo la peliblanca, ahora con ventiún años sentada junto a la tumba de su madre.


    #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Antes de que existiera la asesina, mucho antes de la chica mentalmente inestable, antes de la niña que fue reclutada por una organización secreta con el fin de ser entrenada para matar, antes de ser la niña del orfanato e incluso antes de la chiquilla que los policías hallaron junto al cuerpo sin vida de su madre, sin muestras de tristeza, sin lágrimas y sin llanto alguno; existió una pequeña que lloraba tras cada pequeña reprimenda, una niña con el cabello blanco como la nieve que anhelaba la calidez de un abrazo, una pizca de comprensión, o simplemente que su madre le permitiera salir una tarde a jugar y poder sentir el pasto bajo sus pies. Esa pequeña niña de ojos tristes, a sus seis años, se encontraba en uno de los salones de su casa; una habitación fría y desprovista de cualquier rastro de calidez. Las paredes blancas y desnudas parecían reflejar la frialdad de su madre, quien la observaba con una mirada crítica desde el otro lado de la habitación. —Levanta más la pierna, Illyiv. ¿De verdad eso es lo mejor que puedes hacer? —La voz de su madre resonaba con dureza, sin un ápice de compasión. Illyiv, con su pequeña figura temblorosa, intentaba cumplir con las exigencias de su madre. Sus músculos ardían de cansancio, pero no se atrevía a quejarse. Sabía que cualquier muestra de debilidad sería castigada. —Lo siento, mamá. Estoy tratando… —murmuró, su voz apenas audible. —Tratar no es suficiente. Debes ser perfecta. ¿Quieres ser una bailarina mediocre? —La madre de Illyiv se acercó, sus pasos resonando en el suelo de madera—. ¿Cómo es que tu cuerpo es tan débil? Illyiv bajó la mirada, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos, que no tardaron en empezar a resbalar por su mejilla dejando surcos salados en su piel. Ella sabía que llorar no le servía de nada, pero no podía contener aquellas lagrimas, solo podía reprimir su llanto, ese que su madre siempre ignoraba. Con lágrimas silenciosas y amargas, se obligó a seguir practicando, sus movimientos cada vez más mecánicos y desprovistos de vida. Su energía se agotaba, su estómago rugía de hambre. Apenas había comido ese día, y la poca energía que le quedaba se desvanecía rápidamente. Sus músculos estaban tensos y adoloridos. —Mamá… no puedo más... —susurró. La madre de Illyiv la miró con amargura y profunda decepción. —Diez minutos. Tienes diez minutos para descansar. Luego, vuelves a practicar. Illyiv asintió débilmente y se dejó caer en el suelo, sus piernas temblando por el esfuerzo. Se arrastró hasta la ventana y se sentó, mirando hacia afuera mientras limpiaba sus lagrimas. Desde allí, podía ver a los hijos de los nuevos vecinos jugando en el parque de enfrente. Sus risas y gritos de alegría eran un recordatorio doloroso de lo que ella no podía tener. Deseaba con todas sus fuerzas unirse a ellos, correr y jugar como cualquier otro niño. Pero sabía que eso nunca sucedería. Sabía que eso era una fantasía inalcanzable. Su madre, con su mirada gélida y exigencias despiadadas, la había encerrado en una prisión de perfección, una prisión de la que no podía escapar. —¿Por qué no puedo salir a jugar con ellos, mamá? —preguntó Illyiv, su voz llena de anhelo. —Porque los niños de tu edad son inmaduros y no son capaces de pensar en sus futuros —respondió su madre con frialdad—. Solo serán una mala influencia para ti y una distracción. Ahorita no lo entiendes, pero algún día me lo agradecerás. Illyiv bajó la mirada, sintiendo una punzada de tristeza en su corazón. —Pero mamá, yo solo quiero salir a jugar y tener amigos… —Los amigos son una distracción —interrumpió su madre—. Por eso pago por clases particulares en casa en lugar de llevarte a un instituto. No quiero que las influencias de otros niños arruinen tu futuro en el ballet. Illyiv asintió lentamente, aunque no comprendía del todo las palabras de su madre. Solo sabía que se sentía sola y atrapada. Los diez minutos pasaron rápidamente, y su madre la llamó de nuevo. —Es hora de volver a practicar, Illyiv. No quiero escuchar más quejas. —La voz de su madre resonaba como un látigo, cortando el silencio de la habitación. Illyiv asintió, apartando la vista de la ventana. Suspiró y continuó con sus ejercicios, su cuerpo moviéndose con una precisión casi robótica. Cada error era castigado con severidad, y cada castigo la hacía más fuerte, más resistente. Esa situación, parecía repetirse día tras día. Con el tiempo, dejó de llorar. Las lágrimas se secaron, dejando en su lugar una coraza de indiferencia que la protegía del dolor. Llorar nunca servía de nada, su madre ignoraba el llanto de su propia hija, ¿Acaso había alguien más que pudiera venir a salvarla? Las lágrimas eran un lujo que no podía permitirse. "Que débil es tu cuerpo", repetía su madre cada vez que Illyiv mostraba signos de cansancio. "Nunca serás una bailarina si no te esfuerzas más." Las palabras de su madre, como espinas clavadas en su alma, se convirtieron en un mantra que la acompañaría durante toda su vida. "Qué débil es tu cuerpo“ resonaba en la cabeza de Illyiv, incluso después de más de diez años, cada vez que experimentaba un momento de debilidad o vulnerabilidad. "Qué débil es tu cuerpo" oía como un eco constante, cada vez que sentía dolor o cansancio. "Qué débil es tu cuerpo" recordaba, cada vez que cometía un error. "Qué débil es tu cuerpo" incluso cada vez que sangraba al herirse accidentalmente con sus propias armas. Esas palabras habían quedado grabadas en su mente, del mismo modo que las cicatrices de quemaduras, producto de los castigos de su madre, cubrían la piel de su espalda como marcas indelebles que la acompañarían hasta el final de sus días. Su madre había sido asesinada hace más de diez años a manos de su padrastro, pero aquellas palabras nunca murieron. —Desearía que te las hubieras llevado contigo, madre... Tus palabras... —dijo la peliblanca, ahora con ventiún años sentada junto a la tumba de su madre.
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  • Extraño muchísimo a Alek.. —Suspiró con cierta tristeza mientras salía de la universidad.
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  • — Un corazón antiguo ya no sirve en este mundo de amor líquido y vacío, posmoderno y monetizado.
    Ahora solo somos moneda de intercambio social, económico, político y social puestos en una vitrina a la espera del mejor postor. Un amor que se resigna a ser real, que le teme al cambio y se ha disminuido a su lado más hedonista, sexual y ahogado en un punto mercantil donde solo importa el envase sin contenido sin sustancia ni propósito.

    El amor es superficial, efímero y sin valor ya no importa amar con el corazón si este es un mero apéndice que no sirve de nada. Una mirada, una sonrisa, esa conexión al instante.
    Un verso y un poema aderezado con un tonto romanticismo, unas risas escribiendo un buen recuerdo.

    Nada, ya no importa.
    No importa poner tu corazón en ello.
    No importa la espera, los nervios tontos que te hacen trabarte al hablar y mucho menos ser vulnerable.

    La poesía murió en apuñalado por la posmodernidad y en su tumba ahora se celebra el placer instantáneo y el deseo carnal. Que más da..... —

    Nenet se deja llevar en sus pensamientos dejando salir un ligero y pesimista suspiro mientras observa por la ventana en el tren que viaja. El vagón está vacío siendo acompañada solo por los melancólicos beats de la música que escucha, cada tempo resuena en su cabeza llevándola a un abismo de tristeza y decepción.
    Las palabras sobran ya y no hay más que decir.

    El viaje se siente eterno como si cada metro recorrido se convirtiera en interminables kilómetros y los segundos se extendieran hasta la eternidad.
    Su corazón se nubla en melancolía decayendo a la tristeza dejándose llevar, arrastrar por la marea y no regresar más
    siendo apartada, exiliada de un mundo ciego y eufórico. Lo más puro ahora no es más que solo una moneda de cambio sin valor no proposito ¿Qué más queda?
    Ahora todo tiene un código de barras y todo es una tienda global donde hasta el más último detalle es comercializado, intercambiado por dogmas al servicio de corporativos e ideologías que buscan eternizarse al cambio del sustento y la sustancia. Incluso el alma es ya un producto más, puesto en almanaques con la promesa de cambio y un futuro brillante. La vida no es más que una bala en la recámara al día de ser desechada en cualquier momento sin más excusa que la carne podrida de la masa sin mente, sumida en vicios hasta perder todo de valor en líneas plateadas y pecados desenfrenados.

    No quiero volver, no quiero formar parte de nada solo quiero desaparecer y desvanecerme en la nada.
    Cada vibración del tren cuenta cada segundo y no puedo esperar para irme tan lejos que mi nombre sea solo un mito.
    Maldigo la conciencia que se sabe a si misma, este dolor y la angustia de una muerte pronta. Solo quisiera quedar enmudecida al último segundo y mi partida sea indolora y pronta.
    Cerrar mis ojos y que todo termine ya.
    No hay luz al final del túnel solo una oscuridad absoluta donde te disuelves en ella dejando atrás toda pena y duda.
    La crudeza de mi carne se desvanece arrebatandome de todo estímulo y alguna caricia alguna vez obtenida, queda olvidada sin poder ser escrita en una estrella o en un verso a la posteridad.
    No hay castigo ni virtud solo una absoluta disolución hasta que el polvo se reúne con todo y nada a la vez.

    Maldito dolor... maldito e insano vacío.
    No importa, he de partir y nada mas importa.

    ~ Nenet Nadouri.
    — Un corazón antiguo ya no sirve en este mundo de amor líquido y vacío, posmoderno y monetizado. Ahora solo somos moneda de intercambio social, económico, político y social puestos en una vitrina a la espera del mejor postor. Un amor que se resigna a ser real, que le teme al cambio y se ha disminuido a su lado más hedonista, sexual y ahogado en un punto mercantil donde solo importa el envase sin contenido sin sustancia ni propósito. El amor es superficial, efímero y sin valor ya no importa amar con el corazón si este es un mero apéndice que no sirve de nada. Una mirada, una sonrisa, esa conexión al instante. Un verso y un poema aderezado con un tonto romanticismo, unas risas escribiendo un buen recuerdo. Nada, ya no importa. No importa poner tu corazón en ello. No importa la espera, los nervios tontos que te hacen trabarte al hablar y mucho menos ser vulnerable. La poesía murió en apuñalado por la posmodernidad y en su tumba ahora se celebra el placer instantáneo y el deseo carnal. Que más da..... — Nenet se deja llevar en sus pensamientos dejando salir un ligero y pesimista suspiro mientras observa por la ventana en el tren que viaja. El vagón está vacío siendo acompañada solo por los melancólicos beats de la música que escucha, cada tempo resuena en su cabeza llevándola a un abismo de tristeza y decepción. Las palabras sobran ya y no hay más que decir. El viaje se siente eterno como si cada metro recorrido se convirtiera en interminables kilómetros y los segundos se extendieran hasta la eternidad. Su corazón se nubla en melancolía decayendo a la tristeza dejándose llevar, arrastrar por la marea y no regresar más siendo apartada, exiliada de un mundo ciego y eufórico. Lo más puro ahora no es más que solo una moneda de cambio sin valor no proposito ¿Qué más queda? Ahora todo tiene un código de barras y todo es una tienda global donde hasta el más último detalle es comercializado, intercambiado por dogmas al servicio de corporativos e ideologías que buscan eternizarse al cambio del sustento y la sustancia. Incluso el alma es ya un producto más, puesto en almanaques con la promesa de cambio y un futuro brillante. La vida no es más que una bala en la recámara al día de ser desechada en cualquier momento sin más excusa que la carne podrida de la masa sin mente, sumida en vicios hasta perder todo de valor en líneas plateadas y pecados desenfrenados. No quiero volver, no quiero formar parte de nada solo quiero desaparecer y desvanecerme en la nada. Cada vibración del tren cuenta cada segundo y no puedo esperar para irme tan lejos que mi nombre sea solo un mito. Maldigo la conciencia que se sabe a si misma, este dolor y la angustia de una muerte pronta. Solo quisiera quedar enmudecida al último segundo y mi partida sea indolora y pronta. Cerrar mis ojos y que todo termine ya. No hay luz al final del túnel solo una oscuridad absoluta donde te disuelves en ella dejando atrás toda pena y duda. La crudeza de mi carne se desvanece arrebatandome de todo estímulo y alguna caricia alguna vez obtenida, queda olvidada sin poder ser escrita en una estrella o en un verso a la posteridad. No hay castigo ni virtud solo una absoluta disolución hasta que el polvo se reúne con todo y nada a la vez. Maldito dolor... maldito e insano vacío. No importa, he de partir y nada mas importa. ~ Nenet Nadouri. ☀️
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  • Ah bien... Tan pesadas penas deben ahogarse en algún momento. Me perderé en el dulce mareo, deambulando en éste océano embriagante. Me estaba aguantando en demasía, divagando inestable en los extremos de la tristeza y la alegría... Olvidaré todo mientras la luna me cuide y el amanecer me despierte.
    Ah bien... Tan pesadas penas deben ahogarse en algún momento. Me perderé en el dulce mareo, deambulando en éste océano embriagante. Me estaba aguantando en demasía, divagando inestable en los extremos de la tristeza y la alegría... Olvidaré todo mientras la luna me cuide y el amanecer me despierte.
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  • -Habia pasado ya algo mas de uno o dos meses desde que el habia desaparecido. Sin embargo Arant aun sentia el vacío de su ausencia tan fuerte que su corazón dolia al pensar en el. .. al recordar que era el primero y el unico de su naturaleza al que había amado ( era un demonio como ella) de esos que poco se veian en ese lugar.
    Cuando esto pasaba ella solo intentaba evadir el recuerdo "llevandolo al olvido" pero era asi.
    Ella aveces veía a las parejas felices o a los tipos que intentaban cortejarla y recordaba a ese ser que habia sido el unico en lograrlo el único que sabia como queria ella ser amada y acariciada.....
    El único que se comportaba como un Demonio de las altas estirpes, con el que habia deseado incluso tener familia.
    Una lagrima rodo por su mejilla, sabia que no encontraría a nadie que borrara al tipo de su corazón...
    Dudo un poco antes de borrar ese recuerdo de aque beso que aun quedaba en su memoria mientras limpiaba su rostro con el dorso de la mano como si fuese una niña pequeña y luego con ese mismo brazo empezo a borrarlo como si revolviera arena entre sus manos en el aire.
    Era el momento de dejar partir el sentimiento del desamor y el recuerdo del ser que la habia lastimado tanto.
    Sus lagrimas se hacian mas intensas, por fin estaba exteriorizando lo que habia resistido expresar,por fin el dolor que habia ocultado estaba saliendo de su alma en forma de lagrimas.....lagrimas de tristeza y de curacion.
    Arant quiza no volvería a amar pero ARANT volveria a ser la chica
    Que sonreia alegre y paseaba por las otras dimensiones jugando con los sueños de los soñantes ....
    Arant habia estado sanando por fin, penso mientras seguia borrando el reflejo de su pensamiento en el aire se aquella habitación
    -Habia pasado ya algo mas de uno o dos meses desde que el habia desaparecido. Sin embargo Arant aun sentia el vacío de su ausencia tan fuerte que su corazón dolia al pensar en el. .. al recordar que era el primero y el unico de su naturaleza al que había amado ( era un demonio como ella) de esos que poco se veian en ese lugar. Cuando esto pasaba ella solo intentaba evadir el recuerdo "llevandolo al olvido" pero era asi. Ella aveces veía a las parejas felices o a los tipos que intentaban cortejarla y recordaba a ese ser que habia sido el unico en lograrlo el único que sabia como queria ella ser amada y acariciada..... El único que se comportaba como un Demonio de las altas estirpes, con el que habia deseado incluso tener familia. Una lagrima rodo por su mejilla, sabia que no encontraría a nadie que borrara al tipo de su corazón... Dudo un poco antes de borrar ese recuerdo de aque beso que aun quedaba en su memoria mientras limpiaba su rostro con el dorso de la mano como si fuese una niña pequeña y luego con ese mismo brazo empezo a borrarlo como si revolviera arena entre sus manos en el aire. Era el momento de dejar partir el sentimiento del desamor y el recuerdo del ser que la habia lastimado tanto. Sus lagrimas se hacian mas intensas, por fin estaba exteriorizando lo que habia resistido expresar,por fin el dolor que habia ocultado estaba saliendo de su alma en forma de lagrimas.....lagrimas de tristeza y de curacion. Arant quiza no volvería a amar pero ARANT volveria a ser la chica Que sonreia alegre y paseaba por las otras dimensiones jugando con los sueños de los soñantes .... Arant habia estado sanando por fin, penso mientras seguia borrando el reflejo de su pensamiento en el aire se aquella habitación :STK-55:
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  • Me cansé de estar detrás de ti... Al punto de ya no tener fuerza de ver tu rostro cansado.
    La importancia que tenía por querer hacerte sentir bien la hiciste desvanecer por qué en tu mente solo está la desolación con la que te ocultas y el hoyo en dónde no quieres salir.
    Te mientes diciendo que saldrás de ahí, pero no te mueves... ¿Tan agusto estás en la infelicidad y miseria? ¿Acaso crees que no noto que no lo intentas? Porque a pesar de estirarte la mano no levantas la tuya para agarrarte con fuerza.
    Si bien te seguí buscando fue para no dejarte colgado, pero tus faltas de ánimo me han dejado colgado a mi, a espera de hacernos sonreír.

    Si te vas tu... Si me voy yo... Ya da igual, porque no perderé mi ánimo por intentar sostener a alguien a quien no quiere ser sostenido.

    ---Fin del rol del pj No.: ¿?

    A quien su búsqueda no fue realizada.
    A quien por desesperación, tristeza y dolor será olvidada.
    A quien no quiso luchar por tenerla a su lado.
    A quien no quisieron levantarse por orgullo, tristeza y desánimo. ---

    ---- Megan se a apoderado completamente de esta Alma a quien no podrá volver a su realidad, está incrustada a su cuerpo como el olvido, la primera a quien no pudo ser salvada. ----
    Me cansé de estar detrás de ti... Al punto de ya no tener fuerza de ver tu rostro cansado. La importancia que tenía por querer hacerte sentir bien la hiciste desvanecer por qué en tu mente solo está la desolación con la que te ocultas y el hoyo en dónde no quieres salir. Te mientes diciendo que saldrás de ahí, pero no te mueves... ¿Tan agusto estás en la infelicidad y miseria? ¿Acaso crees que no noto que no lo intentas? Porque a pesar de estirarte la mano no levantas la tuya para agarrarte con fuerza. Si bien te seguí buscando fue para no dejarte colgado, pero tus faltas de ánimo me han dejado colgado a mi, a espera de hacernos sonreír. Si te vas tu... Si me voy yo... Ya da igual, porque no perderé mi ánimo por intentar sostener a alguien a quien no quiere ser sostenido. ---Fin del rol del pj No.: ¿? A quien su búsqueda no fue realizada. A quien por desesperación, tristeza y dolor será olvidada. A quien no quiso luchar por tenerla a su lado. A quien no quisieron levantarse por orgullo, tristeza y desánimo. --- ---- Megan se a apoderado completamente de esta Alma a quien no podrá volver a su realidad, está incrustada a su cuerpo como el olvido, la primera a quien no pudo ser salvada. ----
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  • —No le queda mucho tiempo—.

    "Lo sé".

    "Qué bueno".

    "Que se dé prisa".

    "Ya era hora".

    Había estado practicando para este momento por un largo, largo tiempo. Tantas cosas que pudo decir en ese instante, tan crueles como las que había escuchado de esos labios ahora secos, pálidos, resquebrajados por la enfermedad y la vejez.

    Y, sin embargo, su respuesta fue... ninguna.

    Silencio.

    No pudo decir nada. No pudo sentir nada. ¿Ira? ¿Felicidad? ¿Alivio? ¿Tristeza, incluso?

    ¿Nada? ¿De verdad no había nada?

    —No voy a decirle lo que tiene que hacer, pero... es su padre. Si hay algo que tengan que decirse, tiene que ser ahora—.

    El doctor tenía razón. Los doctores siempre suelen tener la razón, después de todo.

    Entró al cuarto, lo vio tendido ahí, rodeado de las máquinas que se esforzaban para mantenerlo aferrado a este mundo.

    Se miraron. Por una última vez, sus ojos se encontraron.

    Y entonces... nada.

    No había nada. Nunca hubo nada.

    Los resplandores de la pirotecnia tomaron turnos iluminando la habitación. Breves, fugaces, como los instantes que les quedaban. Y seguía sin haber nada.

    Como un susurro, apareció un conteo regresivo. Distante; una fiesta que cerraba el año anunciaba los segundos que quedaban antes de que un nuevo comienzo llegara. Distante, tan distante, que el sonido de las máquinas lo opacaba. Distante, pero presente.

    Diez, nueve, ocho, siete, seis.

    Todavía no había nada. Separó los labios, pero no hubo sonido que pudiera salir de ellos.

    Cinco, cuatro, tres, dos, uno.

    Plana, ininterrumpida como el ruido que ahora hacía quedó esa línea verde sobre el monitor. El personal del hospital apareció como si ese sonido los hubiera invocado.

    Ah, ahora sí había algo por decir.

    —Feliz Año Nuevo, viejo—.
    —No le queda mucho tiempo—. "Lo sé". "Qué bueno". "Que se dé prisa". "Ya era hora". Había estado practicando para este momento por un largo, largo tiempo. Tantas cosas que pudo decir en ese instante, tan crueles como las que había escuchado de esos labios ahora secos, pálidos, resquebrajados por la enfermedad y la vejez. Y, sin embargo, su respuesta fue... ninguna. Silencio. No pudo decir nada. No pudo sentir nada. ¿Ira? ¿Felicidad? ¿Alivio? ¿Tristeza, incluso? ¿Nada? ¿De verdad no había nada? —No voy a decirle lo que tiene que hacer, pero... es su padre. Si hay algo que tengan que decirse, tiene que ser ahora—. El doctor tenía razón. Los doctores siempre suelen tener la razón, después de todo. Entró al cuarto, lo vio tendido ahí, rodeado de las máquinas que se esforzaban para mantenerlo aferrado a este mundo. Se miraron. Por una última vez, sus ojos se encontraron. Y entonces... nada. No había nada. Nunca hubo nada. Los resplandores de la pirotecnia tomaron turnos iluminando la habitación. Breves, fugaces, como los instantes que les quedaban. Y seguía sin haber nada. Como un susurro, apareció un conteo regresivo. Distante; una fiesta que cerraba el año anunciaba los segundos que quedaban antes de que un nuevo comienzo llegara. Distante, tan distante, que el sonido de las máquinas lo opacaba. Distante, pero presente. Diez, nueve, ocho, siete, seis. Todavía no había nada. Separó los labios, pero no hubo sonido que pudiera salir de ellos. Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Plana, ininterrumpida como el ruido que ahora hacía quedó esa línea verde sobre el monitor. El personal del hospital apareció como si ese sonido los hubiera invocado. Ah, ahora sí había algo por decir. —Feliz Año Nuevo, viejo—.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Ficha de Personaje: Akuma Kurohane

    Nombre completo: Akuma Kurohane
    Alias: El Ángel Caído, Portador de la Pluma Negra
    Edad: Aparenta 45 años (Edad real desconocida)
    Altura: 1.95 m
    Complexión: Musculoso, imponente
    Rasgos distintivos:

    Cabello largo y negro con mechones plateados que denotan sabiduría y desgaste.

    Ojos rojo intenso que parecen arder con un brillo sobrenatural.

    Alas espectrales hechas de humo oscuro, evocando una presencia angelical corrupta.



    ---

    Apariencia:

    Akuma viste un manto negro adornado con detalles dorados y runas antiguas que brillan débilmente. El borde de su capa parece una extensión de sus alas, hechas de plumas oscuras. Su rostro, marcado por la experiencia, lleva una expresión de autoridad, sabiduría y amargura, reflejando un pasado plagado de traición.


    ---

    Personalidad:

    Fría y calculadora: Analiza cada situación y siempre actúa con precisión.

    Melancólica: Su mirada y comportamiento reflejan una profunda tristeza y resentimiento por su pasado.

    Autoritaria: Inspira respeto y temor tanto en aliados como enemigos.

    Rencorosa: Busca vengarse de quienes lo traicionaron, aunque su visión de justicia lo lleva a tener un conflicto interno.



    ---

    Habilidades y poderes:

    1. Plumas del Juicio: Utiliza las plumas de sus alas espectrales como proyectiles afilados. Cada pluma está cargada con energía oscura, capaz de penetrar cualquier barrera.


    2. Dominio de las sombras: Manipula las sombras para crear armas, armaduras o incluso criaturas que combaten a su lado.


    3. Juicio del Karma: Refleja los pecados y miedos de sus enemigos, llevándolos al borde de la locura.


    4. Aura de autoridad: Su mera presencia debilita la voluntad de los débiles y fortalece a quienes comparten su propósito.


    5. Inmortalidad parcial: Su vida está vinculada a un artefacto sagrado; mientras este exista, no puede ser destruido.




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    Historia:

    Akuma Kurohane fue una vez un ángel celestial que servía al "Trono Celestial", una organización divina encargada de preservar el equilibrio del mundo. Sin embargo, una conspiración interna lo acusó de un crimen que no cometió, lo que resultó en su destierro y la quema de sus alas blancas.

    En su caída, juró vengarse de quienes lo traicionaron y restaurar el mundo bajo su propio concepto de justicia, uno que no discrimina entre los "justos" y los "pecadores". Ahora, lidera un ejército de seguidores fieles, atraídos por su visión de un nuevo orden.


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    Motivaciones:

    Derrocar al "Trono Celestial" y destruir a los dioses corruptos que lo traicionaron.

    Imponer un nuevo sistema de justicia donde la fuerza y el mérito sean la única medida del valor.

    Encontrar redención para su alma fragmentada.



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    Frases célebres:

    1. _"La justicia no es blanca ni negra, es el filo de la espada que corta el alma."


    2. "Solo quien ha caído entiende el verdadero poder del abismo."


    3. "Mi traición fue su error, mi venganza será mi legado."




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    Debilidades:

    Su conexión con el artefacto sagrado lo hace vulnerable si este es destruido.

    Su pasado atormentado a veces lo lleva a dudar de sus propias acciones.

    Aunque es inmensamente poderoso, subestima a quienes considera "débiles".

    Ficha de Personaje: Akuma Kurohane Nombre completo: Akuma Kurohane Alias: El Ángel Caído, Portador de la Pluma Negra Edad: Aparenta 45 años (Edad real desconocida) Altura: 1.95 m Complexión: Musculoso, imponente Rasgos distintivos: Cabello largo y negro con mechones plateados que denotan sabiduría y desgaste. Ojos rojo intenso que parecen arder con un brillo sobrenatural. Alas espectrales hechas de humo oscuro, evocando una presencia angelical corrupta. --- Apariencia: Akuma viste un manto negro adornado con detalles dorados y runas antiguas que brillan débilmente. El borde de su capa parece una extensión de sus alas, hechas de plumas oscuras. Su rostro, marcado por la experiencia, lleva una expresión de autoridad, sabiduría y amargura, reflejando un pasado plagado de traición. --- Personalidad: Fría y calculadora: Analiza cada situación y siempre actúa con precisión. Melancólica: Su mirada y comportamiento reflejan una profunda tristeza y resentimiento por su pasado. Autoritaria: Inspira respeto y temor tanto en aliados como enemigos. Rencorosa: Busca vengarse de quienes lo traicionaron, aunque su visión de justicia lo lleva a tener un conflicto interno. --- Habilidades y poderes: 1. Plumas del Juicio: Utiliza las plumas de sus alas espectrales como proyectiles afilados. Cada pluma está cargada con energía oscura, capaz de penetrar cualquier barrera. 2. Dominio de las sombras: Manipula las sombras para crear armas, armaduras o incluso criaturas que combaten a su lado. 3. Juicio del Karma: Refleja los pecados y miedos de sus enemigos, llevándolos al borde de la locura. 4. Aura de autoridad: Su mera presencia debilita la voluntad de los débiles y fortalece a quienes comparten su propósito. 5. Inmortalidad parcial: Su vida está vinculada a un artefacto sagrado; mientras este exista, no puede ser destruido. --- Historia: Akuma Kurohane fue una vez un ángel celestial que servía al "Trono Celestial", una organización divina encargada de preservar el equilibrio del mundo. Sin embargo, una conspiración interna lo acusó de un crimen que no cometió, lo que resultó en su destierro y la quema de sus alas blancas. En su caída, juró vengarse de quienes lo traicionaron y restaurar el mundo bajo su propio concepto de justicia, uno que no discrimina entre los "justos" y los "pecadores". Ahora, lidera un ejército de seguidores fieles, atraídos por su visión de un nuevo orden. --- Motivaciones: Derrocar al "Trono Celestial" y destruir a los dioses corruptos que lo traicionaron. Imponer un nuevo sistema de justicia donde la fuerza y el mérito sean la única medida del valor. Encontrar redención para su alma fragmentada. --- Frases célebres: 1. _"La justicia no es blanca ni negra, es el filo de la espada que corta el alma." 2. "Solo quien ha caído entiende el verdadero poder del abismo." 3. "Mi traición fue su error, mi venganza será mi legado." --- Debilidades: Su conexión con el artefacto sagrado lo hace vulnerable si este es destruido. Su pasado atormentado a veces lo lleva a dudar de sus propias acciones. Aunque es inmensamente poderoso, subestima a quienes considera "débiles".
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  • Ya vasta de tener una cara llena de pena y tristeza, no importa lo que pasé o como se den las cosas sabré afrontarlas y seguir adelante lo hice en edad dorada porque ahora no..........

    *Jugando con una máscara de exorcista, pintando una sonrisa con mi sangre*
    Ya vasta de tener una cara llena de pena y tristeza, no importa lo que pasé o como se den las cosas sabré afrontarlas y seguir adelante lo hice en edad dorada porque ahora no.......... *Jugando con una máscara de exorcista, pintando una sonrisa con mi sangre*
    Me encocora
    Me shockea
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