Observo por un momento su propio reflejo sobre las aguas. Mirándose por unos segundos más, la proyección de su propio rostro lentamente fue cambiando. Visualizó esos ojos abisales de tonos amarillos, reformó en su mente la forma delicada de ese rostro, tanto su sonrisa, como la mezcla de peligrosidad y mutuo entendimiento que tenía con esa…
Sirena.
Entrecerró sus párpados en ese momento. Saliendo de sus propios pensamientos, para simplemente volver a ver su rostro reflejado en las aguas.
Pocas veces, Jinwoo realmente resiente una vida extinguiéndose. Primero fue con su padre, luego su madre; después, el director que murió en sus brazos.
Luego la amistad bien formada que tuvo con Skadi, y ahora, la vida de esa… persona, no, criatura, con la que por un momento sintió comprensión mutua.
¿Desde cuándo un nigromante, y peor aún, un ser como el, puede resentir una vida apagándose?
Esta era la prueba de que Jinwoo seguía siendo humano, al menos una parte de él.
Alzó la mirada, fijándose en el horizonte por unos instantes.
—Sigamos adelante. No pienso… condenarla también a ser una sombra.
Con esto dicho, dio media vuelta abandonando el sitio. Dejando una simple flor de loto flotando en el agua como última ofrenda.
Ahí estaba, otro momento de “normalidad” que se volvería un recuerdo.
Sirena.
Entrecerró sus párpados en ese momento. Saliendo de sus propios pensamientos, para simplemente volver a ver su rostro reflejado en las aguas.
Pocas veces, Jinwoo realmente resiente una vida extinguiéndose. Primero fue con su padre, luego su madre; después, el director que murió en sus brazos.
Luego la amistad bien formada que tuvo con Skadi, y ahora, la vida de esa… persona, no, criatura, con la que por un momento sintió comprensión mutua.
¿Desde cuándo un nigromante, y peor aún, un ser como el, puede resentir una vida apagándose?
Esta era la prueba de que Jinwoo seguía siendo humano, al menos una parte de él.
Alzó la mirada, fijándose en el horizonte por unos instantes.
—Sigamos adelante. No pienso… condenarla también a ser una sombra.
Con esto dicho, dio media vuelta abandonando el sitio. Dejando una simple flor de loto flotando en el agua como última ofrenda.
Ahí estaba, otro momento de “normalidad” que se volvería un recuerdo.
Observo por un momento su propio reflejo sobre las aguas. Mirándose por unos segundos más, la proyección de su propio rostro lentamente fue cambiando. Visualizó esos ojos abisales de tonos amarillos, reformó en su mente la forma delicada de ese rostro, tanto su sonrisa, como la mezcla de peligrosidad y mutuo entendimiento que tenía con esa…
Sirena.
Entrecerró sus párpados en ese momento. Saliendo de sus propios pensamientos, para simplemente volver a ver su rostro reflejado en las aguas.
Pocas veces, Jinwoo realmente resiente una vida extinguiéndose. Primero fue con su padre, luego su madre; después, el director que murió en sus brazos.
Luego la amistad bien formada que tuvo con Skadi, y ahora, la vida de esa… persona, no, criatura, con la que por un momento sintió comprensión mutua.
¿Desde cuándo un nigromante, y peor aún, un ser como el, puede resentir una vida apagándose?
Esta era la prueba de que Jinwoo seguía siendo humano, al menos una parte de él.
Alzó la mirada, fijándose en el horizonte por unos instantes.
—Sigamos adelante. No pienso… condenarla también a ser una sombra.
Con esto dicho, dio media vuelta abandonando el sitio. Dejando una simple flor de loto flotando en el agua como última ofrenda.
Ahí estaba, otro momento de “normalidad” que se volvería un recuerdo.
0
turnos
0
maullidos