𝐀𝐍𝐓𝐇𝐎𝐍𝐘 𝐁𝐑𝐈𝐃𝐆𝐄𝐑𝐓𝐎𝐍
Finalmente iba a ocurrir. Iba a casarse. Las últimas semanas habían sido una mezcla borrosa de preparativos, flores por doquier, menús para ofrecer, y diversas miradas ante la que iba a ser vizcondesa.
¡Ella vizcondesa! Lady Whistledown afirmaba en su columna que, a pesar de ser un compromiso que nadie esperaba, estaba convencida de que era una unión deseada por ambos. Tal vez podría haberlo sido si no les hubiesen descubierto aquel día con la abeja.
Maldito animal. Eso pensaba mientras daba una puntada a la costura que tenía entre manos. No se le daba demasiado bien, pero quería distraerse. Solamente quedaban dos días para la boda. Y tenía que decir, que la perspectiva no le resultaba del todo desagradable.
No sabía exactamente lo que sentía por lord Bridgerton, pero algo había. En su forma de hablar, de mirarla. Tuvo que sacudir su cabeza mientras recordaba que había sido el perfecto caballero durante esas últimas semanas. Pero la realidad era que no habían tenido demasiado tiempo para estar ambos solos.
Justo en ese momento pudo escuchar un carraspeo del mayordomo, que la hizo levantar la mirada.
-𝑳𝒐𝒓𝒅 𝑩𝒓𝒊𝒅𝒈𝒆𝒓𝒕𝒐𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒂𝒒𝒖𝜾́. 𝑫𝒆𝒔𝒆𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂.
Su boca se abrió por la impresión. Ese día su madre se encontraba con Violet Bridgerton, y su hermana había aprovechado para acompañarlas. Con un carraspeo, dejó su costura en la mesilla contigua antes de levantarse, estirando su vestido.
-Hágale pasar.
[CROCODILCROCK]
Finalmente iba a ocurrir. Iba a casarse. Las últimas semanas habían sido una mezcla borrosa de preparativos, flores por doquier, menús para ofrecer, y diversas miradas ante la que iba a ser vizcondesa.
¡Ella vizcondesa! Lady Whistledown afirmaba en su columna que, a pesar de ser un compromiso que nadie esperaba, estaba convencida de que era una unión deseada por ambos. Tal vez podría haberlo sido si no les hubiesen descubierto aquel día con la abeja.
Maldito animal. Eso pensaba mientras daba una puntada a la costura que tenía entre manos. No se le daba demasiado bien, pero quería distraerse. Solamente quedaban dos días para la boda. Y tenía que decir, que la perspectiva no le resultaba del todo desagradable.
No sabía exactamente lo que sentía por lord Bridgerton, pero algo había. En su forma de hablar, de mirarla. Tuvo que sacudir su cabeza mientras recordaba que había sido el perfecto caballero durante esas últimas semanas. Pero la realidad era que no habían tenido demasiado tiempo para estar ambos solos.
Justo en ese momento pudo escuchar un carraspeo del mayordomo, que la hizo levantar la mirada.
-𝑳𝒐𝒓𝒅 𝑩𝒓𝒊𝒅𝒈𝒆𝒓𝒕𝒐𝒏 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒂𝒒𝒖𝜾́. 𝑫𝒆𝒔𝒆𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂.
Su boca se abrió por la impresión. Ese día su madre se encontraba con Violet Bridgerton, y su hermana había aprovechado para acompañarlas. Con un carraspeo, dejó su costura en la mesilla contigua antes de levantarse, estirando su vestido.
-Hágale pasar.