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    Se encontraron señales anómalas en la zona de investigación beta , posiblemente meteoritos , el escuadrón de vigilancia espacial va a revisar los exteriores de la nave para averiguar algún tipo de malfuncionamiento

    - Señor , solo encontramos la zona de transmisión con leves daños , espere , los cables están cortados , ALERTA ROJA REPITO ACCIONES OFENSIVAS , INMEDIATO.
    Se encontraron señales anómalas en la zona de investigación beta , posiblemente meteoritos , el escuadrón de vigilancia espacial va a revisar los exteriores de la nave para averiguar algún tipo de malfuncionamiento - Señor , solo encontramos la zona de transmisión con leves daños , espere , los cables están cortados , ALERTA ROJA REPITO ACCIONES OFENSIVAS , INMEDIATO.
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  • Ya casi está listo.....

    *Después de 5 horas sin parar para hacer los nuevos ajustes a su estudio de investigación*
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  • Damien Voss

    Dispositivo de entrada 2.5

    Status: En progreso
    Fecha de actualización: xx-xx-xxxx
    Tiempo última modificación: 02:28:44
    Departamento: 043
    ----------------------------
    ----------[Error V/.08]-------

    <<Ingresar el método de medición alternativo

    Esto era la ventana que emergía del dispositivo de Lily al intentar configurar el nuevo termómetro para los drones de exploración. Hasta donde ella había trabajado solo había dos métodos de medición estándar, por lo que fue una desagradable y frustrante sorpresa la indicación del sistema para poder seguir haciendo las pruebas.

    —Damien...— culpó de inmediato a su colega llevando ambas manos a cubrir sus ojos dejando caer su cabeza hacia atrás. Era claro que él hizo la modificación hace más de dos horas y no le informó. —¿Podrías ser más considerado y menos egoísta? — dijo en voz suave y calma aún que claramente se notaba su disgusto.

    Dió un brinco de su silla para dirigirse al fondo del taller examinar la bitácora digital de seguimiento. Aún no se subían los datos así que por ley debía estar ese registro en la bitácora física, la busco en cada gabinete y compartimento del pequeño estudio montado dentro del taller, nada encontró, así que fue a la cápsula siguiente donde se encontraban los archivos impreso y tampoco consiguió éxito alguno.

    —"No molestes con preguntas hasta mañana." — arremedó la indicación del rubio cuando terminó la jornada de investigación hace una hora. —Eres ventajoso y no te lo permitiré...—

    Con decisión y una mirada traviesa de alguien que trama su plan atrevido se dirigió hasta el área de los dormitorios quedando justo enfrente del dormitorio del rubio.

    Observó el cerrojo digital, la luz cálida intermitente indicaba que la habitación estaba vacía.

    —Estoy de suerte - mordió su labio inferior sonriendo sin miedo a nada, deslizar la "llave maestra" que le permitirá acceso a casi cualquier área, tarjeta digital que ella misma configuró, se trataba de una práctica incorrecta no obstante su deber ser era obtener esa bitácora física y regresarla al lugar correcto. Conocía tan bien a Damien que no dudaba que la tuviera guardada en su habitación para usar de soporte tan valiosa libreta cuando venía una brillante idea a su mente.

    *Pimp* el acceso fue permitido, escaneo con la mirada aquella perfecta habitación, creía que podía estar a la vista lo que buscaba, lo cual habría hecho la tarea más fácil.

    —Tu me has obligado a ésto. — con cuidado comenzó a revisar, cajón por cajón, compartimento por compartimento, y cada mueble que sugiriera un escondite para la bitácora hasta que llegó a los cajones secretos, saco un maletín de piel que guardaba libros , lo abrió para dejar caer el contenido en la cama y examinar mejor, que equivocada estaba al pensar que escondía la bitácora ahí, la chica se sonrojó con lo que veía.

    ¿Atrevidas revistas con modelos? ¿Fotos indecorosas de personas reales? ¿Algún cómic erótico? No, nada de eso. Eran títulos de libros escritos por sexólogos para tener un amplio conocimiento y satisfacción al consumir el acto con una pareja. Definitivamente no era algo que quisiera saber de su colega y en ese momento supo que cruzó demasiado los límites, ya no podría verlo de la misma manera después de esta invasión a un lado muy íntimo.

    Con torpeza y nerviosismo tomo el primer libro para regresarlo al estuche pero no pudo evitar leer el título tan intrigante, claramente era un libro que revelaba los puntos más sensibles de pies a cabeza en el cuerpo femenino, los superficiales y los internos.
    [shadow_crimson_cow_904] Dispositivo de entrada 2.5 Status: En progreso Fecha de actualización: xx-xx-xxxx Tiempo última modificación: 02:28:44 Departamento: 043 ---------------------------- ----------[Error V/.08]------- <<Ingresar el método de medición alternativo Esto era la ventana que emergía del dispositivo de Lily al intentar configurar el nuevo termómetro para los drones de exploración. Hasta donde ella había trabajado solo había dos métodos de medición estándar, por lo que fue una desagradable y frustrante sorpresa la indicación del sistema para poder seguir haciendo las pruebas. —Damien...— culpó de inmediato a su colega llevando ambas manos a cubrir sus ojos dejando caer su cabeza hacia atrás. Era claro que él hizo la modificación hace más de dos horas y no le informó. —¿Podrías ser más considerado y menos egoísta? — dijo en voz suave y calma aún que claramente se notaba su disgusto. Dió un brinco de su silla para dirigirse al fondo del taller examinar la bitácora digital de seguimiento. Aún no se subían los datos así que por ley debía estar ese registro en la bitácora física, la busco en cada gabinete y compartimento del pequeño estudio montado dentro del taller, nada encontró, así que fue a la cápsula siguiente donde se encontraban los archivos impreso y tampoco consiguió éxito alguno. —"No molestes con preguntas hasta mañana." — arremedó la indicación del rubio cuando terminó la jornada de investigación hace una hora. —Eres ventajoso y no te lo permitiré...— Con decisión y una mirada traviesa de alguien que trama su plan atrevido se dirigió hasta el área de los dormitorios quedando justo enfrente del dormitorio del rubio. Observó el cerrojo digital, la luz cálida intermitente indicaba que la habitación estaba vacía. —Estoy de suerte - mordió su labio inferior sonriendo sin miedo a nada, deslizar la "llave maestra" que le permitirá acceso a casi cualquier área, tarjeta digital que ella misma configuró, se trataba de una práctica incorrecta no obstante su deber ser era obtener esa bitácora física y regresarla al lugar correcto. Conocía tan bien a Damien que no dudaba que la tuviera guardada en su habitación para usar de soporte tan valiosa libreta cuando venía una brillante idea a su mente. *Pimp* el acceso fue permitido, escaneo con la mirada aquella perfecta habitación, creía que podía estar a la vista lo que buscaba, lo cual habría hecho la tarea más fácil. —Tu me has obligado a ésto. — con cuidado comenzó a revisar, cajón por cajón, compartimento por compartimento, y cada mueble que sugiriera un escondite para la bitácora hasta que llegó a los cajones secretos, saco un maletín de piel que guardaba libros , lo abrió para dejar caer el contenido en la cama y examinar mejor, que equivocada estaba al pensar que escondía la bitácora ahí, la chica se sonrojó con lo que veía. ¿Atrevidas revistas con modelos? ¿Fotos indecorosas de personas reales? ¿Algún cómic erótico? No, nada de eso. Eran títulos de libros escritos por sexólogos para tener un amplio conocimiento y satisfacción al consumir el acto con una pareja. Definitivamente no era algo que quisiera saber de su colega y en ese momento supo que cruzó demasiado los límites, ya no podría verlo de la misma manera después de esta invasión a un lado muy íntimo. Con torpeza y nerviosismo tomo el primer libro para regresarlo al estuche pero no pudo evitar leer el título tan intrigante, claramente era un libro que revelaba los puntos más sensibles de pies a cabeza en el cuerpo femenino, los superficiales y los internos.
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  • La mañana se abría paso. Ángela ya descansaba en casa, aunque su piel aún mostraba el recuerdo de la plata y la herida de bala casi me la había arrebatado. Yo permanecía fuera, incluso despues de toda la noche, en el almacén donde teníamos la oficina central, incapaz de quedarme quieta mientras en mi cabeza seguía repitiéndose su respiración entrecortada y su mirada al borde de desvanecerse.

    La mesa frente a mí estaba cubierta de fotos, nombres, direcciones, informes viejos y nuevos. Algunos papeles tenían manchas de café, otros… de sangre. Movía las piezas como si fuera un tablero de ajedrez, repasando cada conexión, cada aliado, cada sombra que podía haber participado.

    Pasé las yemas de los dedos por una fotografía de un hombre que había aparecido en varios puntos de la investigación. Sabía que era una pieza clave, pero no todavía la pieza.

    Encendí un cigarro, aunque ni siquiera me apetecía fumar; era más el ritual de pensar con algo entre los labios. Mis contactos estaban trabajando, pero yo no esperaba informes perfectos, no con Ángela tan cerca de la muerte hacía apenas unas horas.

    —Si no lo hicieron por dinero, lo hicieron por miedo… —murmuré para mí misma, mirando el mapa en la pared, marcado con hilos rojos que conectaban nombres y lugares.

    A cada pista nueva, mi rabia se templaba y se afilaba. No podía permitirme un arrebato todavía. Primero sabría sus nombres completos, sus rostros, dónde dormían. Luego, cuando estuviera lista, iría por cada uno… y entonces comprenderían que no se toca lo que es mío.
    La mañana se abría paso. Ángela ya descansaba en casa, aunque su piel aún mostraba el recuerdo de la plata y la herida de bala casi me la había arrebatado. Yo permanecía fuera, incluso despues de toda la noche, en el almacén donde teníamos la oficina central, incapaz de quedarme quieta mientras en mi cabeza seguía repitiéndose su respiración entrecortada y su mirada al borde de desvanecerse. La mesa frente a mí estaba cubierta de fotos, nombres, direcciones, informes viejos y nuevos. Algunos papeles tenían manchas de café, otros… de sangre. Movía las piezas como si fuera un tablero de ajedrez, repasando cada conexión, cada aliado, cada sombra que podía haber participado. Pasé las yemas de los dedos por una fotografía de un hombre que había aparecido en varios puntos de la investigación. Sabía que era una pieza clave, pero no todavía la pieza. Encendí un cigarro, aunque ni siquiera me apetecía fumar; era más el ritual de pensar con algo entre los labios. Mis contactos estaban trabajando, pero yo no esperaba informes perfectos, no con Ángela tan cerca de la muerte hacía apenas unas horas. —Si no lo hicieron por dinero, lo hicieron por miedo… —murmuré para mí misma, mirando el mapa en la pared, marcado con hilos rojos que conectaban nombres y lugares. A cada pista nueva, mi rabia se templaba y se afilaba. No podía permitirme un arrebato todavía. Primero sabría sus nombres completos, sus rostros, dónde dormían. Luego, cuando estuviera lista, iría por cada uno… y entonces comprenderían que no se toca lo que es mío.
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  • Esto no es bueno...

    *En un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo", una investigación sobre ingeniería genética se salió de control, y se habían creado híbridos mutantes a partir de fósiles encontrados en dicho planeta. Estos pretendidos dinosaurios habían arrasado con los asentamientos humanos en ese planeta, y ya eran más de dos semanas desde que se habían desplegado pelotones de la Infantería Móvil para apoyar a la evacuación de los sobrevivientes.
    La última nave de evacuación había despegado, y aunque en teoría no quedaban más sobrevivientes, se pidieron voluntarios para misiones de reconocimiento, en caso de que quedaran algunas últimas personas que por alguna razón no hubieran podido llegar al punto de despegue, así como intentar recuperar información de los laboratorios donde había comenzado el desastre.
    El problema era que estos mutantes resultaron ser casi racionales, por la forma en cómo peleaban, además de que al parecer podían tender trampas, y su ferocidad no era normal. Era como si quisieran exterminar a todos...
    Elios había decidido quedarse, pero la operación era riesgosa, ya que prácticamente era ser abandonado a tu suerte, sin posibilidad de tener suministros, ni refuerzos, aunque se decía que en las ciudades, ahora desiertas, era posible encontrar todo lo necesario para completar la misión. El grave problema era que la energía de las armas, el traje acorazado y las municiones se agotaban cada vez más... Y no hablemos de todos los dinosaurios que acechaban en todos lados.*
    Esto no es bueno... *En un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo", una investigación sobre ingeniería genética se salió de control, y se habían creado híbridos mutantes a partir de fósiles encontrados en dicho planeta. Estos pretendidos dinosaurios habían arrasado con los asentamientos humanos en ese planeta, y ya eran más de dos semanas desde que se habían desplegado pelotones de la Infantería Móvil para apoyar a la evacuación de los sobrevivientes. La última nave de evacuación había despegado, y aunque en teoría no quedaban más sobrevivientes, se pidieron voluntarios para misiones de reconocimiento, en caso de que quedaran algunas últimas personas que por alguna razón no hubieran podido llegar al punto de despegue, así como intentar recuperar información de los laboratorios donde había comenzado el desastre. El problema era que estos mutantes resultaron ser casi racionales, por la forma en cómo peleaban, además de que al parecer podían tender trampas, y su ferocidad no era normal. Era como si quisieran exterminar a todos... Elios había decidido quedarse, pero la operación era riesgosa, ya que prácticamente era ser abandonado a tu suerte, sin posibilidad de tener suministros, ni refuerzos, aunque se decía que en las ciudades, ahora desiertas, era posible encontrar todo lo necesario para completar la misión. El grave problema era que la energía de las armas, el traje acorazado y las municiones se agotaban cada vez más... Y no hablemos de todos los dinosaurios que acechaban en todos lados.*
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  • ¡Codex Omega! ¡Codex Omega!

    *En un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo", una investigación sobre ingeniería genética se salió de control, y se habían creado híbridos mutantes a partir de fósiles encontrados en dicho planeta. Estos pretendidos dinosaurios habían arrasado con los asentamientos humanos en ese planeta, y ya habían pasado casi dos semanas desde que se habían desplegado pelotones de la Infantería Móvil para apoyar a la evacuación de los sobrevivientes.
    Con todo, estos mutantes resultaron ser muy difíciles de erradicar, pero la evacuación se había completado a un 98.5%. Sólo unos pocos civiles restaban, y se encontraban rezagados con los últimos sobrevivientes de aquellos pelotones que habían sido desplegados en el planeta.
    Elios sobrevivía aún, y se dirigía hacia el punto de encuentro donde la nave de recogida iba a hacer un aterrizaje forzado para recoger a aquellos que lograran escapar.*

    -¡Estas malditas cosas nunca se cansan! ¡De prisa, corran!

    *Siendo perseguidos por un grupo de esos dinosaurios gigantes consiguieron llegar a un hangar, el cual desgraciadamente estaba infestado por híbridos más pequeños... Pero Elios encontró un arma más poderosa. Una especie de látigo láser con el que era más fácil luchar...*

    -¡Alertas! ¡Recuerden que algunos de esos pueden camuflarse!

    *Eso era real. Algunos de esos híbridos eran como camaleones, podían cambiar el color de su piel y confundirse con el entorno, volviéndose casi invisibles, porque podías verlos... Cuando se arrojaban sobre ti.*
    ¡Codex Omega! ¡Codex Omega! *En un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo", una investigación sobre ingeniería genética se salió de control, y se habían creado híbridos mutantes a partir de fósiles encontrados en dicho planeta. Estos pretendidos dinosaurios habían arrasado con los asentamientos humanos en ese planeta, y ya habían pasado casi dos semanas desde que se habían desplegado pelotones de la Infantería Móvil para apoyar a la evacuación de los sobrevivientes. Con todo, estos mutantes resultaron ser muy difíciles de erradicar, pero la evacuación se había completado a un 98.5%. Sólo unos pocos civiles restaban, y se encontraban rezagados con los últimos sobrevivientes de aquellos pelotones que habían sido desplegados en el planeta. Elios sobrevivía aún, y se dirigía hacia el punto de encuentro donde la nave de recogida iba a hacer un aterrizaje forzado para recoger a aquellos que lograran escapar.* -¡Estas malditas cosas nunca se cansan! ¡De prisa, corran! *Siendo perseguidos por un grupo de esos dinosaurios gigantes consiguieron llegar a un hangar, el cual desgraciadamente estaba infestado por híbridos más pequeños... Pero Elios encontró un arma más poderosa. Una especie de látigo láser con el que era más fácil luchar...* -¡Alertas! ¡Recuerden que algunos de esos pueden camuflarse! *Eso era real. Algunos de esos híbridos eran como camaleones, podían cambiar el color de su piel y confundirse con el entorno, volviéndose casi invisibles, porque podías verlos... Cuando se arrojaban sobre ti.*
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  • Esas cosas no son dinosaurios...

    *Algún millonario idiota pensó que sería buena idea hacer investigaciones y experimentos genéticos con fósiles hallados en un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo". Tenía intenciones de promover la investigación científica, o eso decía, pero en el fondo sólo le importaba hacer negocio. Y como era de esperar, la cosa salió mal... Y pronto ese planeta se vio infestado por esos animales, pretendidos dinosaurios, amenazando la colonia humana en él.
    Aunque había mucha polémica, se respondió a las llamadas de auxilio de los pocos humanos sobrevivientes, y se desplegaron varios pelotones de la Infantería Móvil para proteger a las brigadas de rescate.
    Cal y Elios estaban en el mismo pelotón, y cuando fueron desplegados para hacer su trabajo pronto se vieron envueltos en una turrbulencia que amenazaba con volverse una carnicería...*
    Esas cosas no son dinosaurios... *Algún millonario idiota pensó que sería buena idea hacer investigaciones y experimentos genéticos con fósiles hallados en un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo". Tenía intenciones de promover la investigación científica, o eso decía, pero en el fondo sólo le importaba hacer negocio. Y como era de esperar, la cosa salió mal... Y pronto ese planeta se vio infestado por esos animales, pretendidos dinosaurios, amenazando la colonia humana en él. Aunque había mucha polémica, se respondió a las llamadas de auxilio de los pocos humanos sobrevivientes, y se desplegaron varios pelotones de la Infantería Móvil para proteger a las brigadas de rescate. Cal y Elios estaban en el mismo pelotón, y cuando fueron desplegados para hacer su trabajo pronto se vieron envueltos en una turrbulencia que amenazaba con volverse una carnicería...*
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  • ❝ ¡Reúnanse todos! La reunión ha comenzado. ❞ La voz retumbó como una campana, infantil y cantarina, una voz que no debería tener cabida en un lugar tan importante como en el que se encontraban.
    ❝ Cierren sus puertas, ustedes. . . Dejen de escribir en sus diarios. Ella ha hablado otra vez. ❞

    Uno a uno, como sombras, los eruditos del Coro emergieron de los corredores enmohecidos. Se deslizaban entre las columnas del claustro interior con la serenidad incorpórea de un mal presagio. Vestían el blanco puro de la devoción, inmaculados, nadie preguntó quién los había convocado.

    Todos sabían que era Ephraim.

    El salón común, usualmente reservado a los que deliraban tras las transfusiones o lloraban bajo el peso de la revelación, había sido despejado a toda prisa. Los frascos con restos de investigación, los atlas anatómicos cubiertos de sangre, los mapas hurtados al Observatorio... todo fue apartado para dar lugar a quienes realmente comprendían lo que era tener hambre de conocimiento.

    Y allí estaba él. Ephraim.
    Sentado con sus iguales, aunque no había entre ellos ninguno que pudiera considerarse su par. Su porte era el de un noble de Yharnam: recto, elegante, casi hermoso bajo la penumbra. Pero su voz, oh... su voz era la de un niño somnoliento, leve y distante.

    ❝ Escuchen. . . ❞ susurró con una sonrisa torcida, imperfecta, como si la piel no supiera ya imitar la alegría humana. ❝ Ebrietas me ha hablado esta noche. Un cántico sin fin, un murmullo sobre el lugar donde se arrastra la simiente estelar. Debemos sembrarla. Debemos verla florecer. ❞

    Ninguno osó reír. Nadie parpadeó. A su alrededor, cuatro figuras permanecían atentas, prisioneras de su deber. Uno escribía con furia ciega, los dedos crispados, la pluma arañando el pergamino como si temiera olvidar incluso una sílaba. Los otros observaban en un silencio reverencial, ojos abiertos, como si intentaran tragar el conocimiento que le estaban ofreciendo.

    En el centro de la mesa, descansaba un frasco de vidrio reforzado. Y en su interior, latía algo.

    Una criatura.

    Palpitante, húmeda, apenas nacida. Sus múltiples ojos algunos abiertos, otros aún cerrados, se movían con lentitud. Los tentáculos blandos, suaves como carne en sueños, se contraían y estiraban en un ritmo ajeno al tiempo. Ephraim la contemplaba con devoción, como un escultor a su obra maestra aún inacabada. La alzó con ambas manos, y la criatura brilló levemente bajo la tenue luz del candil.

    ❝ Miren que bella es mi hija ❞ dijo, con una voz tan suave que dolía. ❝ Los susurros me guiaron... la hallé entre la sangre tibia de un niño muerto, y el sueño olvidado de una bestia hambrienta. La luz interior aún trabaja en ella. Aún no es perfecta. Pero pronto... muy pronto, hablará. ❞

    Los tentáculos se agitaron con delicadeza, casi en respuesta. Uno de los ojos se abrió con una lentitud ceremoniosa, y por un instante terrible, pareció que entendía. Ephraim ladeó la cabeza, como si escuchara una vocecita secreta que el resto apenas podía intuir.

    ❝ ¿También la oyes, pequeña? Sí. . . las estrellas están tan cerca. . . tan cerca. ❞
    ❝ ¡Reúnanse todos! La reunión ha comenzado. ❞ La voz retumbó como una campana, infantil y cantarina, una voz que no debería tener cabida en un lugar tan importante como en el que se encontraban. ❝ Cierren sus puertas, ustedes. . . Dejen de escribir en sus diarios. Ella ha hablado otra vez. ❞ Uno a uno, como sombras, los eruditos del Coro emergieron de los corredores enmohecidos. Se deslizaban entre las columnas del claustro interior con la serenidad incorpórea de un mal presagio. Vestían el blanco puro de la devoción, inmaculados, nadie preguntó quién los había convocado. Todos sabían que era Ephraim. El salón común, usualmente reservado a los que deliraban tras las transfusiones o lloraban bajo el peso de la revelación, había sido despejado a toda prisa. Los frascos con restos de investigación, los atlas anatómicos cubiertos de sangre, los mapas hurtados al Observatorio... todo fue apartado para dar lugar a quienes realmente comprendían lo que era tener hambre de conocimiento. Y allí estaba él. Ephraim. Sentado con sus iguales, aunque no había entre ellos ninguno que pudiera considerarse su par. Su porte era el de un noble de Yharnam: recto, elegante, casi hermoso bajo la penumbra. Pero su voz, oh... su voz era la de un niño somnoliento, leve y distante. ❝ Escuchen. . . ❞ susurró con una sonrisa torcida, imperfecta, como si la piel no supiera ya imitar la alegría humana. ❝ Ebrietas me ha hablado esta noche. Un cántico sin fin, un murmullo sobre el lugar donde se arrastra la simiente estelar. Debemos sembrarla. Debemos verla florecer. ❞ Ninguno osó reír. Nadie parpadeó. A su alrededor, cuatro figuras permanecían atentas, prisioneras de su deber. Uno escribía con furia ciega, los dedos crispados, la pluma arañando el pergamino como si temiera olvidar incluso una sílaba. Los otros observaban en un silencio reverencial, ojos abiertos, como si intentaran tragar el conocimiento que le estaban ofreciendo. En el centro de la mesa, descansaba un frasco de vidrio reforzado. Y en su interior, latía algo. Una criatura. Palpitante, húmeda, apenas nacida. Sus múltiples ojos algunos abiertos, otros aún cerrados, se movían con lentitud. Los tentáculos blandos, suaves como carne en sueños, se contraían y estiraban en un ritmo ajeno al tiempo. Ephraim la contemplaba con devoción, como un escultor a su obra maestra aún inacabada. La alzó con ambas manos, y la criatura brilló levemente bajo la tenue luz del candil. ❝ Miren que bella es mi hija ❞ dijo, con una voz tan suave que dolía. ❝ Los susurros me guiaron... la hallé entre la sangre tibia de un niño muerto, y el sueño olvidado de una bestia hambrienta. La luz interior aún trabaja en ella. Aún no es perfecta. Pero pronto... muy pronto, hablará. ❞ Los tentáculos se agitaron con delicadeza, casi en respuesta. Uno de los ojos se abrió con una lentitud ceremoniosa, y por un instante terrible, pareció que entendía. Ephraim ladeó la cabeza, como si escuchara una vocecita secreta que el resto apenas podía intuir. ❝ ¿También la oyes, pequeña? Sí. . . las estrellas están tan cerca. . . tan cerca. ❞
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  • Just another day in life before desolation.
    Fandom N/A
    Categoría Otros
    Rol con: Zoé Tʜᴇ Iɴғɪɴɪᴛʏ Lɪɢʜᴛ

    ** —¡Largo de aquí!—

    Se escuchó un grito cargado de rabia y desprecio hacia la víctima que recibió tal descarga de ímpetu. El grito había sido tan rasposo que incluso resonó en los pasillos de aquel hospital ubicado en el centro Londinense del cual se enorgullecía de ser la epítome de la medicina en el Reino Unido. Un sitio que funcional no solo para el mejoramiento de la salud humana, sino también para la investigación y desarrollo de nuevos procedimientos para prevención de futuras pandemias que, de hecho ya habían azotado a la especie hace ya muchos años.

    Un fuerte estruendo se oyó al fondo de uno de los pasillos que guiaba a uno hasta la oficina y consultorio del jefe de doctores en cardiología y neurología. Su puerta se abrió de golpe y con violencia, arrojando a un joven aspirante que buscaba pertenecer al equipo de doctores al presentar un impecable expediente. Demasiado impecable para ser verdad, pues ni los mejores graduados tendrían un papeleo tan... ridículamente perfecto. Aquel chico salio corriendo y en su desesperación, aunado a la humillación propinada murmuró cosas como "Mi padre se enterará de esto" ó "Se arrepentirán".

    —¡Y la próxima vez que vengas a aplicar con tus estúpidas pretenciones de estatus... en lugar de verdadera experiencia o perspectiva, haré que te comas tus porquerías por el maldito culo!—

    El doctor en jefe era temperamental y nada paciente con los obstinados ricachones que trataban de ingresar al hospital tan solo por recomendación de sus tutores o por la excelente paga.

    —¡Señorita Harris, no vuelva a pasarme a estos malditos mocosos malcriados con nada de cerebro, a mis entrevistas!— **
    Rol con: [Zoe2104] ** —¡Largo de aquí!— Se escuchó un grito cargado de rabia y desprecio hacia la víctima que recibió tal descarga de ímpetu. El grito había sido tan rasposo que incluso resonó en los pasillos de aquel hospital ubicado en el centro Londinense del cual se enorgullecía de ser la epítome de la medicina en el Reino Unido. Un sitio que funcional no solo para el mejoramiento de la salud humana, sino también para la investigación y desarrollo de nuevos procedimientos para prevención de futuras pandemias que, de hecho ya habían azotado a la especie hace ya muchos años. Un fuerte estruendo se oyó al fondo de uno de los pasillos que guiaba a uno hasta la oficina y consultorio del jefe de doctores en cardiología y neurología. Su puerta se abrió de golpe y con violencia, arrojando a un joven aspirante que buscaba pertenecer al equipo de doctores al presentar un impecable expediente. Demasiado impecable para ser verdad, pues ni los mejores graduados tendrían un papeleo tan... ridículamente perfecto. Aquel chico salio corriendo y en su desesperación, aunado a la humillación propinada murmuró cosas como "Mi padre se enterará de esto" ó "Se arrepentirán". —¡Y la próxima vez que vengas a aplicar con tus estúpidas pretenciones de estatus... en lugar de verdadera experiencia o perspectiva, haré que te comas tus porquerías por el maldito culo!— El doctor en jefe era temperamental y nada paciente con los obstinados ricachones que trataban de ingresar al hospital tan solo por recomendación de sus tutores o por la excelente paga. —¡Señorita Harris, no vuelva a pasarme a estos malditos mocosos malcriados con nada de cerebro, a mis entrevistas!— **
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  • Y hasta podría a llegar a sentir lástima por el peeero como me dijo incoherente solo por hacer una pequeña investigación necesaria pues que se joda, allá el si juegan con sus sentimientos
    Y hasta podría a llegar a sentir lástima por el peeero como me dijo incoherente solo por hacer una pequeña investigación necesaria pues que se joda, allá el si juegan con sus sentimientos
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