"En lo largo de mis viajes siempre he podido rescatar algo entre la humanidad.
No solamente se trata de que en primera instancia parte de mí pertenece a ellos, es más un recuerdo lejano de la inocencia que se tiene. Jamás llegan a ser lo bastante viejos como para ver los contrastes de sus acciones.
Un hombre jamás verá hasta dónde puede llegar su sangre.
A qué punto sus ideales se mantienen o qué tan importantes se tornan sus logros en vida.
Al final nadie vive lo suficiente para ver las consecuencias de sus actos.
Y son condenados. Condenados a repetir los mismos actos una y otra vez.
Siempre buscando otro nombre para bautizar sus atrocidades.
Halagados de creerse los genios de una idea que siglos atrás alguien más la tuvo.
Lo sé. Lo sé muy bien. Mis bibliotecas albergan todo lo que pueden, mi propia investigación concretadas bajo las biografías de nombres que seguramente nadie más recordará.
Nadie excepto yo.
Me siento viejo, viejo de recordar.
Viejo de andar, de vagar.
En las noches el cielo estrellado es mi compañía. Porque por más que quisiera no está aquí.
Por más que desee no habrá rastro de su descendencia. Nuestra descendencia.
Nuestros actos, no hay vestigio de ellos, las arenas del tiempo se encargaron de olvidarnos."
No solamente se trata de que en primera instancia parte de mí pertenece a ellos, es más un recuerdo lejano de la inocencia que se tiene. Jamás llegan a ser lo bastante viejos como para ver los contrastes de sus acciones.
Un hombre jamás verá hasta dónde puede llegar su sangre.
A qué punto sus ideales se mantienen o qué tan importantes se tornan sus logros en vida.
Al final nadie vive lo suficiente para ver las consecuencias de sus actos.
Y son condenados. Condenados a repetir los mismos actos una y otra vez.
Siempre buscando otro nombre para bautizar sus atrocidades.
Halagados de creerse los genios de una idea que siglos atrás alguien más la tuvo.
Lo sé. Lo sé muy bien. Mis bibliotecas albergan todo lo que pueden, mi propia investigación concretadas bajo las biografías de nombres que seguramente nadie más recordará.
Nadie excepto yo.
Me siento viejo, viejo de recordar.
Viejo de andar, de vagar.
En las noches el cielo estrellado es mi compañía. Porque por más que quisiera no está aquí.
Por más que desee no habrá rastro de su descendencia. Nuestra descendencia.
Nuestros actos, no hay vestigio de ellos, las arenas del tiempo se encargaron de olvidarnos."
"En lo largo de mis viajes siempre he podido rescatar algo entre la humanidad.
No solamente se trata de que en primera instancia parte de mí pertenece a ellos, es más un recuerdo lejano de la inocencia que se tiene. Jamás llegan a ser lo bastante viejos como para ver los contrastes de sus acciones.
Un hombre jamás verá hasta dónde puede llegar su sangre.
A qué punto sus ideales se mantienen o qué tan importantes se tornan sus logros en vida.
Al final nadie vive lo suficiente para ver las consecuencias de sus actos.
Y son condenados. Condenados a repetir los mismos actos una y otra vez.
Siempre buscando otro nombre para bautizar sus atrocidades.
Halagados de creerse los genios de una idea que siglos atrás alguien más la tuvo.
Lo sé. Lo sé muy bien. Mis bibliotecas albergan todo lo que pueden, mi propia investigación concretadas bajo las biografías de nombres que seguramente nadie más recordará.
Nadie excepto yo.
Me siento viejo, viejo de recordar.
Viejo de andar, de vagar.
En las noches el cielo estrellado es mi compañía. Porque por más que quisiera no está aquí.
Por más que desee no habrá rastro de su descendencia. Nuestra descendencia.
Nuestros actos, no hay vestigio de ellos, las arenas del tiempo se encargaron de olvidarnos."

