• Y pensar que los Reis nos abandonaron y prefierieron a los Veiryth un clásico los traidores siempre están donde les conviene no donde deben estar gracias a la vida heredaron nuestros poderes youkai eso no lo van a poder evitar nunca será un recuerdo que su mayor poder lo heredaron de aquellos que traicionaron y abandonaron como ellos que abandonaron a su padre por preferir a la familia de la esposa de su madre en fin traidores
    Y pensar que los Reis nos abandonaron y prefierieron a los Veiryth un clásico los traidores siempre están donde les conviene no donde deben estar gracias a la vida heredaron nuestros poderes youkai eso no lo van a poder evitar nunca será un recuerdo que su mayor poder lo heredaron de aquellos que traicionaron y abandonaron como ellos que abandonaron a su padre por preferir a la familia de la esposa de su madre en fin traidores
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  • El vapor de su mate se perdía en las alturas, próximo a los cielos de New York. Estaba aburrido, como era de costumbre.
    Pero el sabor del amargor de su cultura jamás traicionaba, esto despertaba a cualquier muerto.

    No había nada mejor para los días fríos. Uno de esos pocos placeres que había conservado desde hace tanto.
    El vapor de su mate se perdía en las alturas, próximo a los cielos de New York. Estaba aburrido, como era de costumbre. Pero el sabor del amargor de su cultura jamás traicionaba, esto despertaba a cualquier muerto. No había nada mejor para los días fríos. Uno de esos pocos placeres que había conservado desde hace tanto.
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  • Baelz se había sentido extraña los últimos días, mareos repentinos y un extraño e ineludible antojo por la pizza. Recurrió a su nuevo mejor amigo, el Internet, para orientarse y compró uno de esos dispositivos de plástico. Esperó los minutos necesarios, mirando fijamente el palo de plástico donde se dibujaron dos rayitas

    —Vale, dos rayas. ¿Qué significa esto? Creo que gane algo. Ahhh claro internet, internet — Dijo confundida, pero por alguna razón estaba muy emocionada

    Encendió la computadora y tecleó furiosamente en la barra de búsqueda

    —Positivo... Embarazado... Gestación. ¡JAJAJA! —Leyó en voz alta, riendo escandalosamente —Imposible yo no soy humana, nunca he visto que las encarnaciones del caos se embaracen... Esperen... la única encarnación del caos soy yo... No,no,no,no. Imposible tal vez tengo un virus voy a morir.

    Buscó rápidamente con una compresión erronea

    —"Tumores con falsos positivos" Lo sabia, tengo un tumor por comer tanto queso frito. Bueno, voy a buscar los síntomas del embarazo... Nauseas, antojos inusuales y cansancio... ¡Oh no! — Baelz se puso pálida, la verdad la golpeó

    Ultima búsqueda "Promedio de bebés que tiene la rata"

    —¡¿5-16?! Acaso voy a tener un ejército de niños? Esto es una broma... Los humanos estan jugando sucio

    Cerró la computadora con un golpe, haciendo que los vidrios cayeran. Definitivamente todo es culpa de esa gata, pensó

    —Realmente voy a parecer una pelota de queso con patas. Maldigo a tu generación Raora... Espera, esa es mi generación ¡Nuestra generación! No,no ¿Y si la mitad son ratas y la otra mitad gatitos? ¿Significa que tendremos que comprar queso y carne? ¿O van a pelear por el mismo plato?

    Sus ojos empezaron a picar, y comenzó a llorar de forma incontrolable. Sus hormonas la habían traicionado

    —Si voy a tener un ejército. Necesito el equipo adecuado

    Limpió rápidamente sus lágrimas con el dorso de la mano. Tomó su laptop rota y abrio una tienda online

    En menos de tres minutos la tarjeta quedo bloqueada, pero no le preocupo ya que no era suya

    —500 pañales con estampado de rata, letrero led "Bienvenidos al caos" Perfecto todo listo

    En un gesto que la sorprendió, puso una mano en su vientre y se dirigió a sus hijos por primera vez con dulzura

    —Pequeños, ustedes serán los mejores, los más fuertes y los más ruidosos. Espero les guste el rojo y los ratones. Realmente no me importa si son ratas o pequeñas bolas de furia. Simplemente son mis hijos... Y los amo
    Baelz se había sentido extraña los últimos días, mareos repentinos y un extraño e ineludible antojo por la pizza. Recurrió a su nuevo mejor amigo, el Internet, para orientarse y compró uno de esos dispositivos de plástico. Esperó los minutos necesarios, mirando fijamente el palo de plástico donde se dibujaron dos rayitas —Vale, dos rayas. ¿Qué significa esto? Creo que gane algo. Ahhh claro internet, internet — Dijo confundida, pero por alguna razón estaba muy emocionada Encendió la computadora y tecleó furiosamente en la barra de búsqueda —Positivo... Embarazado... Gestación. ¡JAJAJA! —Leyó en voz alta, riendo escandalosamente —Imposible yo no soy humana, nunca he visto que las encarnaciones del caos se embaracen... Esperen... la única encarnación del caos soy yo... No,no,no,no. Imposible tal vez tengo un virus voy a morir. Buscó rápidamente con una compresión erronea —"Tumores con falsos positivos" Lo sabia, tengo un tumor por comer tanto queso frito. Bueno, voy a buscar los síntomas del embarazo... Nauseas, antojos inusuales y cansancio... ¡Oh no! — Baelz se puso pálida, la verdad la golpeó Ultima búsqueda "Promedio de bebés que tiene la rata" —¡¿5-16?! Acaso voy a tener un ejército de niños? Esto es una broma... Los humanos estan jugando sucio Cerró la computadora con un golpe, haciendo que los vidrios cayeran. Definitivamente todo es culpa de esa gata, pensó —Realmente voy a parecer una pelota de queso con patas. Maldigo a tu generación Raora... Espera, esa es mi generación ¡Nuestra generación! No,no ¿Y si la mitad son ratas y la otra mitad gatitos? ¿Significa que tendremos que comprar queso y carne? ¿O van a pelear por el mismo plato? Sus ojos empezaron a picar, y comenzó a llorar de forma incontrolable. Sus hormonas la habían traicionado —Si voy a tener un ejército. Necesito el equipo adecuado Limpió rápidamente sus lágrimas con el dorso de la mano. Tomó su laptop rota y abrio una tienda online En menos de tres minutos la tarjeta quedo bloqueada, pero no le preocupo ya que no era suya —500 pañales con estampado de rata, letrero led "Bienvenidos al caos" Perfecto todo listo En un gesto que la sorprendió, puso una mano en su vientre y se dirigió a sus hijos por primera vez con dulzura —Pequeños, ustedes serán los mejores, los más fuertes y los más ruidosos. Espero les guste el rojo y los ratones. Realmente no me importa si son ratas o pequeñas bolas de furia. Simplemente son mis hijos... Y los amo
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  • 𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳

    Habían pasado toda la tarde jugando videojuegos, la rubia tenía el ceño fruncido tratando de concentrarse en tocar desesperadamente los botones correctos del control, soltó un suspiro con frustración al ver como volvía a perder la partida por cuarta vez. Dejo caer el control sobre el sillón y se cruzó de brazos.

    —No puede ser...debes estar haciendo trampa. —bufó, mirando la pantalla.

    Apretó los labios, casi indignada por haber sido derrotada tan fácilmente.

    —Eres un digno oponente, nadie me gana en este juego, le dedique mi vida! —bromeo.

    Se inclinó hacia adelante, como si hubiera recuperado el espíritu competitivo y aunque se sentía herida en el orgullo, mostró una sonrisa desafiante.

    —Toma el control, vamos por otra. No cerraré sesión hasta que demuestre que lo tuyo fue suerte. —y aún así, el rubor en sus mejillas la traicionaba: le molestaba perder, pero más le molestaba que tú la vieras.
    𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳🍮 Habían pasado toda la tarde jugando videojuegos, la rubia tenía el ceño fruncido tratando de concentrarse en tocar desesperadamente los botones correctos del control, soltó un suspiro con frustración al ver como volvía a perder la partida por cuarta vez. Dejo caer el control sobre el sillón y se cruzó de brazos. —No puede ser...debes estar haciendo trampa. —bufó, mirando la pantalla. Apretó los labios, casi indignada por haber sido derrotada tan fácilmente. —Eres un digno oponente, nadie me gana en este juego, le dedique mi vida! —bromeo. Se inclinó hacia adelante, como si hubiera recuperado el espíritu competitivo y aunque se sentía herida en el orgullo, mostró una sonrisa desafiante. —Toma el control, vamos por otra. No cerraré sesión hasta que demuestre que lo tuyo fue suerte. —y aún así, el rubor en sus mejillas la traicionaba: le molestaba perder, pero más le molestaba que tú la vieras.
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    Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver...

    Selin: Déjame que te cuente...

    La Leyenda de Shobu y Xinia

    Eclipses de amor y guerra

    Antes de que el tiempo aprendiera a contarse,
    cuando el cosmos aún era joven y silencioso,
    existió un espíritu solar errante.

    Shobu,
    una chispa viva del Sol,
    no era un habitante como los Phyros,
    sino una de las entidades primordiales,
    un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella.

    Viajaba libre,
    cruzando reinos de fuego, polvo y vacío,
    curioso ante todo aquello que no ardía como él.

    Un día, su luz chocó contra una esfera
    que no quemaba…
    sino que reflejaba.

    Había encontrado la Luna.

    La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa:
    los Elunai, habitantes lunares,
    y los misteriosos Espíritus de la Luna,
    criaturas antiguas como la noche.

    Y entre ellos,
    Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento:

    Xinia,
    espíritu lunar joven,
    una raposa de pelaje blanco y brillo azul,
    nacida de la calma de la Luna
    y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares.

    Su luz no quemaba.
    Su luz acariciaba.

    Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado.


    ---

    El primer lazo entre Sol y Luna

    Xinia se acercó sin temor alguno:
    ella no conocía el fuego,
    solo la quietud luminosa.

    Cuando tocaron sus energías —fuego y plata—
    el cosmos registró un suceso inédito:

    dos espíritus de orígenes contrarios
    hicieron armonía.

    Su unión fue inmediata,
    natural,
    destinada.

    Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol.
    Xinia aceptó, curiosa…
    y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos.


    ---

    La ira de Phyros y Elunai

    Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol:

    Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia:
    ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol?
    Lo consideraron un sacrilegio.

    Los Espíritus del Sol vieron peligro:
    “lo que es lunar no debe tocar lo solar”.


    Mientras tanto,

    Los Elunai (habitantes de la Luna)
    se sintieron traicionados:
    Shobu había arrebatado a su criatura más pura.

    Y los Espíritus de la Luna,
    orgullosos y fríos,
    declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios.


    Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares—
    tejieron un destino cruel:

    un sello eterno
    que impedía que lo solar tocara lo lunar
    y que lo lunar tocara lo solar.

    Los mundos quedaron separados
    por la fuerza del miedo.

    Y Shobu y Xinia quedaron separados
    por la fuerza del amor.


    ---

    El Primer Eclipse

    Pero el amor, cuando es verdadero,
    rompe incluso las órdenes de los dioses.

    La Luna pasó frente al Sol.
    El Sol abrazó a la Luna por la espalda.

    Y en esa alineación perfecta,
    por primera vez en la historia del cielo,
    nació un camino imposible:

    un puente de fuego y plata,
    creado no por magia solar ni lunar,
    sino
    por la súplica unida
    de dos espíritus que se negaban a olvidarse.

    Xinia cruzó.
    Shobu cruzó.

    Y se encontraron en medio del eclipse,
    en un territorio que no era del Sol ni de la Luna,
    sino del amor prohibido.

    Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas.
    Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos.


    ---

    Los eclipses de amor y guerra

    Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse
    había roto sus prohibiciones,
    nació la primera guerra entre sus pueblos.

    No una guerra de ejércitos,
    sino una guerra de pensamiento:

    unos defendiendo la unión,

    otros exigiendo separación eterna.


    Desde entonces,
    cada eclipse repite la historia:

    cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes;
    cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos.

    Los eclipses son puentes.
    Los eclipses son cicatrices.
    Y en el corazón de cada uno
    late todavía el juramento de Shobu y Xinia,
    el primer amor entre fuego y plata.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver... Selin: Déjame que te cuente... La Leyenda de Shobu y Xinia Eclipses de amor y guerra Antes de que el tiempo aprendiera a contarse, cuando el cosmos aún era joven y silencioso, existió un espíritu solar errante. Shobu, una chispa viva del Sol, no era un habitante como los Phyros, sino una de las entidades primordiales, un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella. Viajaba libre, cruzando reinos de fuego, polvo y vacío, curioso ante todo aquello que no ardía como él. Un día, su luz chocó contra una esfera que no quemaba… sino que reflejaba. Había encontrado la Luna. La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa: los Elunai, habitantes lunares, y los misteriosos Espíritus de la Luna, criaturas antiguas como la noche. Y entre ellos, Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento: Xinia, espíritu lunar joven, una raposa de pelaje blanco y brillo azul, nacida de la calma de la Luna y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares. Su luz no quemaba. Su luz acariciaba. Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado. --- El primer lazo entre Sol y Luna Xinia se acercó sin temor alguno: ella no conocía el fuego, solo la quietud luminosa. Cuando tocaron sus energías —fuego y plata— el cosmos registró un suceso inédito: dos espíritus de orígenes contrarios hicieron armonía. Su unión fue inmediata, natural, destinada. Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol. Xinia aceptó, curiosa… y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos. --- La ira de Phyros y Elunai Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol: Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia: ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol? Lo consideraron un sacrilegio. Los Espíritus del Sol vieron peligro: “lo que es lunar no debe tocar lo solar”. Mientras tanto, Los Elunai (habitantes de la Luna) se sintieron traicionados: Shobu había arrebatado a su criatura más pura. Y los Espíritus de la Luna, orgullosos y fríos, declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios. Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares— tejieron un destino cruel: un sello eterno que impedía que lo solar tocara lo lunar y que lo lunar tocara lo solar. Los mundos quedaron separados por la fuerza del miedo. Y Shobu y Xinia quedaron separados por la fuerza del amor. --- El Primer Eclipse Pero el amor, cuando es verdadero, rompe incluso las órdenes de los dioses. La Luna pasó frente al Sol. El Sol abrazó a la Luna por la espalda. Y en esa alineación perfecta, por primera vez en la historia del cielo, nació un camino imposible: un puente de fuego y plata, creado no por magia solar ni lunar, sino por la súplica unida de dos espíritus que se negaban a olvidarse. Xinia cruzó. Shobu cruzó. Y se encontraron en medio del eclipse, en un territorio que no era del Sol ni de la Luna, sino del amor prohibido. Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas. Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos. --- Los eclipses de amor y guerra Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse había roto sus prohibiciones, nació la primera guerra entre sus pueblos. No una guerra de ejércitos, sino una guerra de pensamiento: unos defendiendo la unión, otros exigiendo separación eterna. Desde entonces, cada eclipse repite la historia: cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes; cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos. Los eclipses son puentes. Los eclipses son cicatrices. Y en el corazón de cada uno late todavía el juramento de Shobu y Xinia, el primer amor entre fuego y plata.
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    Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver...

    Selin: Déjame que te cuente...

    La Leyenda de Shobu y Xinia

    Eclipses de amor y guerra

    Antes de que el tiempo aprendiera a contarse,
    cuando el cosmos aún era joven y silencioso,
    existió un espíritu solar errante.

    Shobu,
    una chispa viva del Sol,
    no era un habitante como los Phyros,
    sino una de las entidades primordiales,
    un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella.

    Viajaba libre,
    cruzando reinos de fuego, polvo y vacío,
    curioso ante todo aquello que no ardía como él.

    Un día, su luz chocó contra una esfera
    que no quemaba…
    sino que reflejaba.

    Había encontrado la Luna.

    La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa:
    los Elunai, habitantes lunares,
    y los misteriosos Espíritus de la Luna,
    criaturas antiguas como la noche.

    Y entre ellos,
    Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento:

    Xinia,
    espíritu lunar joven,
    una raposa de pelaje blanco y brillo azul,
    nacida de la calma de la Luna
    y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares.

    Su luz no quemaba.
    Su luz acariciaba.

    Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado.


    ---

    El primer lazo entre Sol y Luna

    Xinia se acercó sin temor alguno:
    ella no conocía el fuego,
    solo la quietud luminosa.

    Cuando tocaron sus energías —fuego y plata—
    el cosmos registró un suceso inédito:

    dos espíritus de orígenes contrarios
    hicieron armonía.

    Su unión fue inmediata,
    natural,
    destinada.

    Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol.
    Xinia aceptó, curiosa…
    y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos.


    ---

    La ira de Phyros y Elunai

    Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol:

    Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia:
    ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol?
    Lo consideraron un sacrilegio.

    Los Espíritus del Sol vieron peligro:
    “lo que es lunar no debe tocar lo solar”.


    Mientras tanto,

    Los Elunai (habitantes de la Luna)
    se sintieron traicionados:
    Shobu había arrebatado a su criatura más pura.

    Y los Espíritus de la Luna,
    orgullosos y fríos,
    declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios.


    Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares—
    tejieron un destino cruel:

    un sello eterno
    que impedía que lo solar tocara lo lunar
    y que lo lunar tocara lo solar.

    Los mundos quedaron separados
    por la fuerza del miedo.

    Y Shobu y Xinia quedaron separados
    por la fuerza del amor.


    ---

    El Primer Eclipse

    Pero el amor, cuando es verdadero,
    rompe incluso las órdenes de los dioses.

    La Luna pasó frente al Sol.
    El Sol abrazó a la Luna por la espalda.

    Y en esa alineación perfecta,
    por primera vez en la historia del cielo,
    nació un camino imposible:

    un puente de fuego y plata,
    creado no por magia solar ni lunar,
    sino
    por la súplica unida
    de dos espíritus que se negaban a olvidarse.

    Xinia cruzó.
    Shobu cruzó.

    Y se encontraron en medio del eclipse,
    en un territorio que no era del Sol ni de la Luna,
    sino del amor prohibido.

    Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas.
    Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos.


    ---

    Los eclipses de amor y guerra

    Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse
    había roto sus prohibiciones,
    nació la primera guerra entre sus pueblos.

    No una guerra de ejércitos,
    sino una guerra de pensamiento:

    unos defendiendo la unión,

    otros exigiendo separación eterna.


    Desde entonces,
    cada eclipse repite la historia:

    cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes;
    cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos.

    Los eclipses son puentes.
    Los eclipses son cicatrices.
    Y en el corazón de cada uno
    late todavía el juramento de Shobu y Xinia,
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    La Leyenda de Shobu y Xinia

    Eclipses de amor y guerra

    Antes de que el tiempo aprendiera a contarse,
    cuando el cosmos aún era joven y silencioso,
    existió un espíritu solar errante.

    Shobu,
    una chispa viva del Sol,
    no era un habitante como los Phyros,
    sino una de las entidades primordiales,
    un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella.

    Viajaba libre,
    cruzando reinos de fuego, polvo y vacío,
    curioso ante todo aquello que no ardía como él.

    Un día, su luz chocó contra una esfera
    que no quemaba…
    sino que reflejaba.

    Había encontrado la Luna.

    La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa:
    los Elunai, habitantes lunares,
    y los misteriosos Espíritus de la Luna,
    criaturas antiguas como la noche.

    Y entre ellos,
    Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento:

    Xinia,
    espíritu lunar joven,
    una raposa de pelaje blanco y brillo azul,
    nacida de la calma de la Luna
    y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares.

    Su luz no quemaba.
    Su luz acariciaba.

    Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado.


    ---

    El primer lazo entre Sol y Luna

    Xinia se acercó sin temor alguno:
    ella no conocía el fuego,
    solo la quietud luminosa.

    Cuando tocaron sus energías —fuego y plata—
    el cosmos registró un suceso inédito:

    dos espíritus de orígenes contrarios
    hicieron armonía.

    Su unión fue inmediata,
    natural,
    destinada.

    Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol.
    Xinia aceptó, curiosa…
    y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos.


    ---

    La ira de Phyros y Elunai

    Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol:

    Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia:
    ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol?
    Lo consideraron un sacrilegio.

    Los Espíritus del Sol vieron peligro:
    “lo que es lunar no debe tocar lo solar”.


    Mientras tanto,

    Los Elunai (habitantes de la Luna)
    se sintieron traicionados:
    Shobu había arrebatado a su criatura más pura.

    Y los Espíritus de la Luna,
    orgullosos y fríos,
    declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios.


    Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares—
    tejieron un destino cruel:

    un sello eterno
    que impedía que lo solar tocara lo lunar
    y que lo lunar tocara lo solar.

    Los mundos quedaron separados
    por la fuerza del miedo.

    Y Shobu y Xinia quedaron separados
    por la fuerza del amor.


    ---

    El Primer Eclipse

    Pero el amor, cuando es verdadero,
    rompe incluso las órdenes de los dioses.

    La Luna pasó frente al Sol.
    El Sol abrazó a la Luna por la espalda.

    Y en esa alineación perfecta,
    por primera vez en la historia del cielo,
    nació un camino imposible:

    un puente de fuego y plata,
    creado no por magia solar ni lunar,
    sino
    por la súplica unida
    de dos espíritus que se negaban a olvidarse.

    Xinia cruzó.
    Shobu cruzó.

    Y se encontraron en medio del eclipse,
    en un territorio que no era del Sol ni de la Luna,
    sino del amor prohibido.

    Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas.
    Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos.


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    Los eclipses de amor y guerra

    Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse
    había roto sus prohibiciones,
    nació la primera guerra entre sus pueblos.

    No una guerra de ejércitos,
    sino una guerra de pensamiento:

    unos defendiendo la unión,

    otros exigiendo separación eterna.


    Desde entonces,
    cada eclipse repite la historia:

    cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes;
    cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos.

    Los eclipses son puentes.
    Los eclipses son cicatrices.
    Y en el corazón de cada uno
    late todavía el juramento de Shobu y Xinia,
    el primer amor entre fuego y plata.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Al caer la segunda noche, la vuelvo a ver... Selin: Déjame que te cuente... La Leyenda de Shobu y Xinia Eclipses de amor y guerra Antes de que el tiempo aprendiera a contarse, cuando el cosmos aún era joven y silencioso, existió un espíritu solar errante. Shobu, una chispa viva del Sol, no era un habitante como los Phyros, sino una de las entidades primordiales, un Espíritu del Sol nacido del núcleo ardiente de la estrella. Viajaba libre, cruzando reinos de fuego, polvo y vacío, curioso ante todo aquello que no ardía como él. Un día, su luz chocó contra una esfera que no quemaba… sino que reflejaba. Había encontrado la Luna. La superficie plateada escondía vida delicada y silenciosa: los Elunai, habitantes lunares, y los misteriosos Espíritus de la Luna, criaturas antiguas como la noche. Y entre ellos, Shobu vio a una criatura cuya belleza anuló todo pensamiento: Xinia, espíritu lunar joven, una raposa de pelaje blanco y brillo azul, nacida de la calma de la Luna y bendecida por la plata de los Espíritus Lunares. Su luz no quemaba. Su luz acariciaba. Y Shobu, por primera vez, quiso ser acariciado. --- El primer lazo entre Sol y Luna Xinia se acercó sin temor alguno: ella no conocía el fuego, solo la quietud luminosa. Cuando tocaron sus energías —fuego y plata— el cosmos registró un suceso inédito: dos espíritus de orígenes contrarios hicieron armonía. Su unión fue inmediata, natural, destinada. Shobu deseó mostrarle su hogar en el Sol. Xinia aceptó, curiosa… y ese gesto inocente cambió para siempre el equilibrio de los mundos. --- La ira de Phyros y Elunai Cuando Shobu llevó a Xinia al Sol: Los Phyros (habitantes solares) ardieron en rabia: ¿cómo podía una criatura lunar resistir el calor sagrado del Sol? Lo consideraron un sacrilegio. Los Espíritus del Sol vieron peligro: “lo que es lunar no debe tocar lo solar”. Mientras tanto, Los Elunai (habitantes de la Luna) se sintieron traicionados: Shobu había arrebatado a su criatura más pura. Y los Espíritus de la Luna, orgullosos y fríos, declararon que ningún ser solar debía volver a pisar sus dominios. Fue entonces cuando ambos grupos superiores —solares y lunares— tejieron un destino cruel: un sello eterno que impedía que lo solar tocara lo lunar y que lo lunar tocara lo solar. Los mundos quedaron separados por la fuerza del miedo. Y Shobu y Xinia quedaron separados por la fuerza del amor. --- El Primer Eclipse Pero el amor, cuando es verdadero, rompe incluso las órdenes de los dioses. La Luna pasó frente al Sol. El Sol abrazó a la Luna por la espalda. Y en esa alineación perfecta, por primera vez en la historia del cielo, nació un camino imposible: un puente de fuego y plata, creado no por magia solar ni lunar, sino por la súplica unida de dos espíritus que se negaban a olvidarse. Xinia cruzó. Shobu cruzó. Y se encontraron en medio del eclipse, en un territorio que no era del Sol ni de la Luna, sino del amor prohibido. Bajo aquel puente, se prometieron mil vidas. Pero mil vidas no fueron suficientes para calmar a los mundos. --- Los eclipses de amor y guerra Cuando los Phyros y los Elunai vieron que el eclipse había roto sus prohibiciones, nació la primera guerra entre sus pueblos. No una guerra de ejércitos, sino una guerra de pensamiento: unos defendiendo la unión, otros exigiendo separación eterna. Desde entonces, cada eclipse repite la historia: cuando Sol y Luna se tocan, se encuentran dos amantes; cuando Sol y Luna se oscurecen, se confrontan dos pueblos. Los eclipses son puentes. Los eclipses son cicatrices. Y en el corazón de cada uno late todavía el juramento de Shobu y Xinia, el primer amor entre fuego y plata.
    Me entristece
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  • Es un guerrero sumamente honorable, sin embargo, los cazadores de dragones no merecen su honor ni mucho menos su piedad, actúan de manera traicionera, siempre con trampas y ataques a traición.

    Ha destruido a muchos de ellos de manera poco humanas y siempre deja a un sobreviviente para que cuente el horror de tratar de cazar a los únicos dragones dorados.

    Es un guerrero sumamente honorable, sin embargo, los cazadores de dragones no merecen su honor ni mucho menos su piedad, actúan de manera traicionera, siempre con trampas y ataques a traición. Ha destruido a muchos de ellos de manera poco humanas y siempre deja a un sobreviviente para que cuente el horror de tratar de cazar a los únicos dragones dorados.
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  • #monorol
    -- Pilares de la Creación --

    [ Décadas atrás ]

    Nada más que un simple pueblo rural olvidado por Dios. Ni turismo, ni minería, ni cosechas abundantes, solo un par de casuchas polvorientas a mitad del desierto. Un lugar tan insignificante que bien podria ni existir y nadie notaría la diferencia.

    Sin embargo en los túneles subterráneos se ocultaba un secreto hasta ese día desconocido por el hombre. Secretos ancestrales tan antiguos que desafiaban todo lo establecido.

    "¡Apúrate, Cornelius!"
    El hombre que lideraba la expedición era Dominic Ryzenga, un joven micólogo que se había hecho de fama inusitada a su corta edad. No sólo fue él quien descubrió ese lugar, sino que habia descubierto nada menos que 78 especies diferentes de setas en ese abismo.

    "¿Podemos tomar un descanso? Saben que mi pierna ya no puede con este tipo de excursiones"
    El que se estaba rezagando era Cornelius Lenheim, un veterano de guerra que había heredado una fortuna tan inmensa de la noche a la mañana, tanto asi que no tenia idea qué hacer con ella. Se apoyaba de un bastón para caminar, cuando uno de los excursionistas regresó a ayudarle.

    "Creo que es buena idea tomar un descanso, Dominic".
    Su larga cabellera negra como la noche y su espada oriental eran inconfundibles. Amadeus Crowley, el filántropo y coleccionista que había decidido financiar la investigación del joven Ryzenga cuando el resto del mundo científico le había dado la espalda. Ahora la envidia de muchos gracias a la fructífera investigación del talentoso científico.

    Frente a los tres hombres y el resto de su expedición se encontraba una gruta natural, sinuosa y traicionera que llevaba a lo que Dominic habia llamado "Los Pilares de la Creación".

    Los pilares eran nada más que tres hongos de un colosal tamaño que desafiaba todo entendimiento moderno. Dominic había estimado que cada uno alcanzaba una profundidad de nada menos que ¡400 kilómetros!

    Desde ahí se esparcía una red de setas no solo a traves de esa área, sino a todos los rincones del mundo. Una red de información tan vieja como el propio planeta, aunque según Dominic, era aún más vieja que la tierra misma, o así lo explicaba una descabellada y atrevida teoría que él tenía.

    "La desdoblabilidad reversible del ADN" le llamaba. Fue recibida con burlas, pero Amadeus escuchó con atención e interés, y por supuesto, con fondos casi ilimitados. Fondos que provenían en gran parte de la familia Lenheim, ahora liderada por Cornelius.

    "¿Por qué siempre cargas esa espada?"
    Preguntó Cornelius como si fuera un tabú. Lo conocía desde hace casi un año y le había llamado la atención.

    "¿De qué hablas?"
    Amadeus respondió perplejo.
    "Yo no cargo nada. Ella es la que ha decidido acompañarme"

    "Es más que una espada para ti"
    Acotó Dominic con certeza.

    "Como estas setas son más que simples hongos para ti, ¿no es así?"
    Afirmó Amadeus.

    "Aquí no hay hongos ni setas"
    Dominic explicó.
    "Esos son los nombres que decidimos para los verdaderos habitantes de este mundo. Estuvieron aquí primero y estarán cuando nuestro turno termine. Ellos son los que deberían decidir si 'humano' es como nos deberíamos llamar"

    "¿En serio son así de importantes?"
    Pregunta Cornelius con cautela pues sabe lo apasionado que Dominic es en cuanto a este tema.

    "¿Importantes? Es lo único que importa, este planeta solo fue creado como un hogar para los Pilares. Comparados con ellos, los humanos somos solo personajes secundarios en este mundo"
    Dominic mostraba más intensidad a cada palabra.

    "En ese caso..."
    Completó Amadeus.
    "¿Qué tal si nosotros tres tomamos el papel protagónico de este mundo prestado?" Sólo un momento"
    #monorol -- Pilares de la Creación -- [ Décadas atrás ] Nada más que un simple pueblo rural olvidado por Dios. Ni turismo, ni minería, ni cosechas abundantes, solo un par de casuchas polvorientas a mitad del desierto. Un lugar tan insignificante que bien podria ni existir y nadie notaría la diferencia. Sin embargo en los túneles subterráneos se ocultaba un secreto hasta ese día desconocido por el hombre. Secretos ancestrales tan antiguos que desafiaban todo lo establecido. "¡Apúrate, Cornelius!" El hombre que lideraba la expedición era Dominic Ryzenga, un joven micólogo que se había hecho de fama inusitada a su corta edad. No sólo fue él quien descubrió ese lugar, sino que habia descubierto nada menos que 78 especies diferentes de setas en ese abismo. "¿Podemos tomar un descanso? Saben que mi pierna ya no puede con este tipo de excursiones" El que se estaba rezagando era Cornelius Lenheim, un veterano de guerra que había heredado una fortuna tan inmensa de la noche a la mañana, tanto asi que no tenia idea qué hacer con ella. Se apoyaba de un bastón para caminar, cuando uno de los excursionistas regresó a ayudarle. "Creo que es buena idea tomar un descanso, Dominic". Su larga cabellera negra como la noche y su espada oriental eran inconfundibles. Amadeus Crowley, el filántropo y coleccionista que había decidido financiar la investigación del joven Ryzenga cuando el resto del mundo científico le había dado la espalda. Ahora la envidia de muchos gracias a la fructífera investigación del talentoso científico. Frente a los tres hombres y el resto de su expedición se encontraba una gruta natural, sinuosa y traicionera que llevaba a lo que Dominic habia llamado "Los Pilares de la Creación". Los pilares eran nada más que tres hongos de un colosal tamaño que desafiaba todo entendimiento moderno. Dominic había estimado que cada uno alcanzaba una profundidad de nada menos que ¡400 kilómetros! Desde ahí se esparcía una red de setas no solo a traves de esa área, sino a todos los rincones del mundo. Una red de información tan vieja como el propio planeta, aunque según Dominic, era aún más vieja que la tierra misma, o así lo explicaba una descabellada y atrevida teoría que él tenía. "La desdoblabilidad reversible del ADN" le llamaba. Fue recibida con burlas, pero Amadeus escuchó con atención e interés, y por supuesto, con fondos casi ilimitados. Fondos que provenían en gran parte de la familia Lenheim, ahora liderada por Cornelius. "¿Por qué siempre cargas esa espada?" Preguntó Cornelius como si fuera un tabú. Lo conocía desde hace casi un año y le había llamado la atención. "¿De qué hablas?" Amadeus respondió perplejo. "Yo no cargo nada. Ella es la que ha decidido acompañarme" "Es más que una espada para ti" Acotó Dominic con certeza. "Como estas setas son más que simples hongos para ti, ¿no es así?" Afirmó Amadeus. "Aquí no hay hongos ni setas" Dominic explicó. "Esos son los nombres que decidimos para los verdaderos habitantes de este mundo. Estuvieron aquí primero y estarán cuando nuestro turno termine. Ellos son los que deberían decidir si 'humano' es como nos deberíamos llamar" "¿En serio son así de importantes?" Pregunta Cornelius con cautela pues sabe lo apasionado que Dominic es en cuanto a este tema. "¿Importantes? Es lo único que importa, este planeta solo fue creado como un hogar para los Pilares. Comparados con ellos, los humanos somos solo personajes secundarios en este mundo" Dominic mostraba más intensidad a cada palabra. "En ese caso..." Completó Amadeus. "¿Qué tal si nosotros tres tomamos el papel protagónico de este mundo prestado?" Sólo un momento"
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  • En ese momento, como un verdadero demonio emergiendo entre las sombras se apareció ante un pobre hombre asustado, perdido, el cual temblaba por el simple y más absoluto miedo. Y es que él tampoco estaba ocultando esa energía oscura tan siniestra, una esencia que alberga las almas de mil demonios consumidos, toda clase de seres corruptos que curiosamente poseían sus propios ideales, deseos y objetivos; los cuales fueron destruidos por alguien que supo aprovecharse y arrebatarles todo.

    Tras unos segundos de observación, el silencio se rompería.

    ──¿Por qué sigues temiendo a estas alturas? Perdiste a tú esposa, a tus hijos, todos te traicionaron y te abandonaron como si no fueras nada. ¿Realmente tiene sentido temer ahora? ──Cuestionó observando a aquel hombre que se encontraba en el suelo, apenas de rodillas. ──Entre tanta desgracia tienes algo de suerte, no te mataré, ni siquiera tiene sentido hacerlo. ──El enmascarado miraba a aquel hombre, sus palabras sonaban frías, pero aparte de eso era difícil tratar de adivinar la posible intención al respecto tras aparecerse de esa forma. Pero antes de alguna posible pregunta o respuesta contraria, la cual probablemente no llegaría, el entorno se oscurecería imposibilitando toda visión posible, un negro absoluto.

    Segundos después, la oscuridad total desaparecería regresando a la visión previa del lugar. El enmascarado yacía detrás del hombre que lo había perdido todo, dándole la espalda y distanciándose cada vez más, buscando abandonar el sitio, no sin antes lanzar otro comentario. ──Lo perdiste todo, deberías aprovechar eso y usarlo como un impulso… Aunque si quieres vivir lo que te queda rememorando la perdida hasta el final, es cosa tuya. ──Y así, se perdió completamente en la penumbra.

    ¿Qué había sido eso? ¿Un consejo? ¿Una advertencia? Una cosa es segura, en el momento de mayor desgracia y sufrimiento, siempre existe la posibilidad de iniciar un camino para alcanzar algo realmente valioso y significativo, pero eso es algo que no esta al alcance de cualquiera.
    En ese momento, como un verdadero demonio emergiendo entre las sombras se apareció ante un pobre hombre asustado, perdido, el cual temblaba por el simple y más absoluto miedo. Y es que él tampoco estaba ocultando esa energía oscura tan siniestra, una esencia que alberga las almas de mil demonios consumidos, toda clase de seres corruptos que curiosamente poseían sus propios ideales, deseos y objetivos; los cuales fueron destruidos por alguien que supo aprovecharse y arrebatarles todo. Tras unos segundos de observación, el silencio se rompería. ──¿Por qué sigues temiendo a estas alturas? Perdiste a tú esposa, a tus hijos, todos te traicionaron y te abandonaron como si no fueras nada. ¿Realmente tiene sentido temer ahora? ──Cuestionó observando a aquel hombre que se encontraba en el suelo, apenas de rodillas. ──Entre tanta desgracia tienes algo de suerte, no te mataré, ni siquiera tiene sentido hacerlo. ──El enmascarado miraba a aquel hombre, sus palabras sonaban frías, pero aparte de eso era difícil tratar de adivinar la posible intención al respecto tras aparecerse de esa forma. Pero antes de alguna posible pregunta o respuesta contraria, la cual probablemente no llegaría, el entorno se oscurecería imposibilitando toda visión posible, un negro absoluto. Segundos después, la oscuridad total desaparecería regresando a la visión previa del lugar. El enmascarado yacía detrás del hombre que lo había perdido todo, dándole la espalda y distanciándose cada vez más, buscando abandonar el sitio, no sin antes lanzar otro comentario. ──Lo perdiste todo, deberías aprovechar eso y usarlo como un impulso… Aunque si quieres vivir lo que te queda rememorando la perdida hasta el final, es cosa tuya. ──Y así, se perdió completamente en la penumbra. ¿Qué había sido eso? ¿Un consejo? ¿Una advertencia? Una cosa es segura, en el momento de mayor desgracia y sufrimiento, siempre existe la posibilidad de iniciar un camino para alcanzar algo realmente valioso y significativo, pero eso es algo que no esta al alcance de cualquiera.
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  • Voy a ser caer todos aquellos que me olvidaron , y me traicionaron y toda bretania todas las razas estaran bajo mi mano o pie ..... pidiemdome piedad.
    Voy a ser caer todos aquellos que me olvidaron , y me traicionaron y toda bretania todas las razas estaran bajo mi mano o pie ..... pidiemdome piedad.
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