• »»——♛——««
    La noche ha caído con un abrazo frío y equitativo, incapaz de discriminar. Tengo los pezones duros y la piel de gallina.

    La luna ilumina, lo suficiente para que los depredadores hagan de las suyas entre las tinieblas. Me cuesta ver más allá de seis metros, pero es mejor que nada.

    A mis espaldas hay silencio, allí donde yace el templo que me vió renacer. Quisiera volver y disfrutar otra vez del banquete.

    Camino por el sendero empedrado frente a mí, ese que se extiende en bajada con varios escalones de piedra pulida. Lo habré subido y bajado mil veces, hasta el punto de que puedo caminar sobre él por memoria muscular que por fijarme dónde pongo los pies.

    O eso quería pensar.
    Un paso, un tobillo torcido y rodé hasta el último escalón.
    »»——♛——««

    𝐿𝑎𝑠 𝑝𝑢𝑏𝑙𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑡𝑖𝑝𝑜: 𝑀𝑜𝑛𝑜𝑟𝑜𝑙𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑜𝑟𝑖𝑔𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑗𝑒.

    𝐴𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒𝑠 (𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑚𝑒 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎 𝑑𝑒 𝑜𝑐𝑢𝑟𝑟𝑖𝑟 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 𝑑𝑎𝑟𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑚𝑎𝑠 𝑒𝑥𝑡𝑒𝑛𝑠𝑎) 𝑦 𝑜𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑒𝑝𝑖𝑠𝑜𝑑𝑖𝑐𝑎𝑠.

    𝑇𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑝𝑖𝑒𝑛𝑠𝑜 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑝𝑢𝑏𝑙𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑑𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑖𝑙𝑒𝑠, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑠𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑒𝑟 𝑚𝑎𝑠 𝑔𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑦 𝑡𝑜𝑑𝑎 𝑙𝑎 𝑐ℎ𝑎𝑐ℎ𝑎𝑟𝑎.
    »»——♛——«« La noche ha caído con un abrazo frío y equitativo, incapaz de discriminar. Tengo los pezones duros y la piel de gallina. La luna ilumina, lo suficiente para que los depredadores hagan de las suyas entre las tinieblas. Me cuesta ver más allá de seis metros, pero es mejor que nada. A mis espaldas hay silencio, allí donde yace el templo que me vió renacer. Quisiera volver y disfrutar otra vez del banquete. Camino por el sendero empedrado frente a mí, ese que se extiende en bajada con varios escalones de piedra pulida. Lo habré subido y bajado mil veces, hasta el punto de que puedo caminar sobre él por memoria muscular que por fijarme dónde pongo los pies. O eso quería pensar. Un paso, un tobillo torcido y rodé hasta el último escalón. »»——♛——«« ⚠️𝐿𝑎𝑠 𝑝𝑢𝑏𝑙𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑡𝑖𝑝𝑜: 𝑀𝑜𝑛𝑜𝑟𝑜𝑙𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑜𝑟𝑖𝑔𝑒𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑗𝑒. ⚠️𝐴𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒𝑠 (𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑚𝑒 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎 𝑑𝑒 𝑜𝑐𝑢𝑟𝑟𝑖𝑟 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 𝑑𝑎𝑟𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑚𝑎𝑠 𝑒𝑥𝑡𝑒𝑛𝑠𝑎) 𝑦 𝑜𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑒𝑝𝑖𝑠𝑜𝑑𝑖𝑐𝑎𝑠. ⚠️𝑇𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑝𝑖𝑒𝑛𝑠𝑜 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑝𝑢𝑏𝑙𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑑𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑖𝑙𝑒𝑠, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑠𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑒𝑟 𝑚𝑎𝑠 𝑔𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑦 𝑡𝑜𝑑𝑎 𝑙𝑎 𝑐ℎ𝑎𝑐ℎ𝑎𝑟𝑎.
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  • ×Aunque en los campos elíseos, estaba nevando, dentro de mi templo/hogar, estaba en ropas más.. qué ligeras, preparando ramen, y cortando los demás ingredientes, usando mi delantal favorito×

    La... la.. lala... Lalala....

    Wahh huele delicioso, no hay más delicias qué un ramen extra picante
    ×Aunque en los campos elíseos, estaba nevando, dentro de mi templo/hogar, estaba en ropas más.. qué ligeras, preparando ramen, y cortando los demás ingredientes, usando mi delantal favorito× La... la.. lala... Lalala.... Wahh huele delicioso, no hay más delicias qué un ramen extra picante
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  • Hablan de ídolos y han olvidado nombrar a los escultores. Profesan igualdad, pero reniegan de la renuncia. Ruegan por los deseos, olvidándose de la dignidad que surge del proceso. Se atreven a amar, pero han descuidado sus propios templos. Reprimen los intereses tras palabras rimbombantes.

    Esperarlos es desviar la mirada, fingir ignorancia. Deben recordar constantemente las palabras de quienes antaño fueron iluminados, sin dejar por ello de ser humanos.

    No se trata de imitar al mártir desollado, sino de aprender a razonar incluso frente a aquello que parece no someterse a juicio alguno.
    Hablan de ídolos y han olvidado nombrar a los escultores. Profesan igualdad, pero reniegan de la renuncia. Ruegan por los deseos, olvidándose de la dignidad que surge del proceso. Se atreven a amar, pero han descuidado sus propios templos. Reprimen los intereses tras palabras rimbombantes. Esperarlos es desviar la mirada, fingir ignorancia. Deben recordar constantemente las palabras de quienes antaño fueron iluminados, sin dejar por ello de ser humanos. No se trata de imitar al mártir desollado, sino de aprender a razonar incluso frente a aquello que parece no someterse a juicio alguno.
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  • Soy una monja del templo de la lujuria, un buen cuerpo, un vientre preñable ¿Que más necesitas de mi?
    Soy una monja del templo de la lujuria, un buen cuerpo, un vientre preñable ¿Que más necesitas de mi?
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  • Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin

    Camino sola.
    O eso aparento.

    Veythra camina conmigo, pero ya no proyecta su sombra; se repliega, se disuelve en lo más hondo de mi alma, como una bestia cansada que acepta el silencio. Soy yo, Lili, quien avanza hacia el templo de Yue, o hacia lo que queda de él: ruinas plateadas, heridas abiertas en la memoria del mundo.

    Mis pasos son firmes, aunque mi cuerpo no lo esté.
    El sello Qadistu me devora despacio. No hay disfraz, no hay glamour de reina ni caricia de magia. Mi piel muestra la corrupción, las grietas del sacrificio, el precio de haber sido usada como vasija, como semilla de un ejército que yo pedí. Camino así, expuesta, porque no me queda nada que ocultar.

    Las ruinas me ven.
    Y responden.

    La plata se alza, se recompone, canta. El templo me reconoce. No como diosa, no como monstruo, sino como hija. Me aceptan… me reclaman. Las columnas resurgen como huesos que recuerdan su forma original, y el aire vibra con una devoción antigua.

    A mi lado, 001 observa en silencio. Sus ojos no juzgan. Aprende. Una niña entendiendo, poco a poco, cuál es su lugar en un mundo que nació roto.

    El caldero plateado me espera.
    Bebo un solo sorbo.

    El dolor retrocede. Mi cuerpo vuelve a su forma conocida, no porque esté curado, sino porque el templo me concede un respiro. Me siento en el trono. La piedra es fría. Justa. 001 se coloca de pie a mi lado, recta, atenta, como si ese gesto ya estuviera escrito en su destino.

    Y entonces… solo queda un nombre.

    Ryu.

    ¿Estás aullando a la luna, lobita mía?
    ¿Me aúllas a mí… o a lo que hice?
    ¿A lo que permití que hicieran conmigo?

    Vendí mi cuerpo al caos para crear monstruos, sí.
    Pero nunca vendí mi corazón.
    Ese sigue latiendo, herido, obstinado, aferrado a tu recuerdo.

    Dime…
    ¿Aún me amas más de lo que me odias?

    Porque esto —todo esto— es lo único que me queda.

    No el trono.
    No el poder.
    No el ejército.

    Mi corazón.

    Y aun roto, aun temblando…
    te lo entrego.
    Mi amor.
    [Ryu] Camino sola. O eso aparento. Veythra camina conmigo, pero ya no proyecta su sombra; se repliega, se disuelve en lo más hondo de mi alma, como una bestia cansada que acepta el silencio. Soy yo, Lili, quien avanza hacia el templo de Yue, o hacia lo que queda de él: ruinas plateadas, heridas abiertas en la memoria del mundo. Mis pasos son firmes, aunque mi cuerpo no lo esté. El sello Qadistu me devora despacio. No hay disfraz, no hay glamour de reina ni caricia de magia. Mi piel muestra la corrupción, las grietas del sacrificio, el precio de haber sido usada como vasija, como semilla de un ejército que yo pedí. Camino así, expuesta, porque no me queda nada que ocultar. Las ruinas me ven. Y responden. La plata se alza, se recompone, canta. El templo me reconoce. No como diosa, no como monstruo, sino como hija. Me aceptan… me reclaman. Las columnas resurgen como huesos que recuerdan su forma original, y el aire vibra con una devoción antigua. A mi lado, 001 observa en silencio. Sus ojos no juzgan. Aprende. Una niña entendiendo, poco a poco, cuál es su lugar en un mundo que nació roto. El caldero plateado me espera. Bebo un solo sorbo. El dolor retrocede. Mi cuerpo vuelve a su forma conocida, no porque esté curado, sino porque el templo me concede un respiro. Me siento en el trono. La piedra es fría. Justa. 001 se coloca de pie a mi lado, recta, atenta, como si ese gesto ya estuviera escrito en su destino. Y entonces… solo queda un nombre. Ryu. ¿Estás aullando a la luna, lobita mía? ¿Me aúllas a mí… o a lo que hice? ¿A lo que permití que hicieran conmigo? Vendí mi cuerpo al caos para crear monstruos, sí. Pero nunca vendí mi corazón. Ese sigue latiendo, herido, obstinado, aferrado a tu recuerdo. Dime… ¿Aún me amas más de lo que me odias? Porque esto —todo esto— es lo único que me queda. No el trono. No el poder. No el ejército. Mi corazón. Y aun roto, aun temblando… te lo entrego. Mi amor.
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  • -Desde la serenidad de la colina, con Ciudad Pentagrama a mis pies, contemplo el horizonte con una sonrisa cargada de recuerdos. Quién diría que aquel recién llegado llegaría tan lejos; atravesando un sendero de traiciones, descartando aliados que no supieron evolucionar y cortando hilos que ya no tejían nada útil. Pese a todo, logré erigir mi propio dominio, rodeado de aquellos que, aunque persiguen sus propios demonios, marchan al compás de mi misma ambición.
    Con un matiz tétrico y una profundidad que hace vibrar el aire, mi voz se distorsiona hasta lo irreconocible:-

    El tiempo del resurgimiento ha comenzado. Prepárense para el cambio, pecadores, porque el amanecer de mi nuevo mundo ya está aquí.

    -Expandí mis brazos, dejando que el aire viciado llenara mis pulmones de pura euforia. -

    Esta vez, mi estimada audiencia, me aseguraré de que las llamas de este abismo alcancen alturas inimaginables. Convertiré sus lamentos en la más exquisita de las sinfonías: un vals infernal que resonará por toda la eternidad.

    -Deslicé mis dedos con una delicadeza casi burlona sobre mi vientre apenas marcado. Mi expresión se transformó en una máscara de satisfacción absoluta ante los nuevos cambios que se avecina.-
    -Desde la serenidad de la colina, con Ciudad Pentagrama a mis pies, contemplo el horizonte con una sonrisa cargada de recuerdos. Quién diría que aquel recién llegado llegaría tan lejos; atravesando un sendero de traiciones, descartando aliados que no supieron evolucionar y cortando hilos que ya no tejían nada útil. Pese a todo, logré erigir mi propio dominio, rodeado de aquellos que, aunque persiguen sus propios demonios, marchan al compás de mi misma ambición. Con un matiz tétrico y una profundidad que hace vibrar el aire, mi voz se distorsiona hasta lo irreconocible:- El tiempo del resurgimiento ha comenzado. Prepárense para el cambio, pecadores, porque el amanecer de mi nuevo mundo ya está aquí. -Expandí mis brazos, dejando que el aire viciado llenara mis pulmones de pura euforia. - Esta vez, mi estimada audiencia, me aseguraré de que las llamas de este abismo alcancen alturas inimaginables. Convertiré sus lamentos en la más exquisita de las sinfonías: un vals infernal que resonará por toda la eternidad. -Deslicé mis dedos con una delicadeza casi burlona sobre mi vientre apenas marcado. Mi expresión se transformó en una máscara de satisfacción absoluta ante los nuevos cambios que se avecina.-
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  • 【𝐒𝐇𝐄 𝐑𝐀 ᴼᴿ ᴶᵁˢᵀ 𝐀𝐝𝐨𝐫𝐚】
    Scorpia

    Mientras iban caminando por el bosque, camino al Templo del Dios del Trueno, Adora y la felina Catra escucharon un ruido, detrás de los árboles, alguien las está siguiendo, parece ser el inicio de un enfrentamiento que uniría a las enemigas a Adora y Catra.
    Catra decidió dejar que Adora sea quien maneje la situación, se acercaba hacia el árbol dónde escuchó el ruido, y entonces...
    [lunar_teal_spider_618] [nova_indigo_fox_494] Mientras iban caminando por el bosque, camino al Templo del Dios del Trueno, Adora y la felina Catra escucharon un ruido, detrás de los árboles, alguien las está siguiendo, parece ser el inicio de un enfrentamiento que uniría a las enemigas a Adora y Catra. Catra decidió dejar que Adora sea quien maneje la situación, se acercaba hacia el árbol dónde escuchó el ruido, y entonces...
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  • Agrat Eisheth Zenunim Naamah

    Vuelvo a estar en cinta.

    No debería haber ocurrido así.
    No ahora.
    No cuando Agrat, la hermana mayor, había dictado su voluntad: que fuese Eisheth quien trajera a las siguientes soldados, que el peso del Caos cambiara de vientre, de sangre, de sacrificio.

    Pero Naamah nunca obedece del todo.

    Su deseo me encuentra de nuevo, como una grieta que jamás termina de cerrarse. Otra ordaz de engendros se forma en mí, más numerosa, más hambrienta, más impaciente. No he terminado de sanar del último parto cuando mi cuerpo vuelve a convertirse en umbral.

    Las contracciones comienzan demasiado pronto.
    No avanzan: estallan.

    Son peores que las anteriores, más profundas, más crueles. No siento solo el útero contrayéndose; siento capas enteras de mí colapsando hacia dentro, como si el espacio se plegara para darles lugar. Respiro y el aire no alcanza. Grito y el sonido no basta.

    Me tumban para el ecógrafo.

    La pantalla parpadea.
    El técnico se queda inmóvil.

    Uno.
    Dos.
    Cinco.
    Diez.

    El contador sigue subiendo mientras el silencio se vuelve espeso, irrespirable. Las formas se superponen, se mueven demasiado, como si no respetaran límites físicos. El aparato emite un pitido agudo, nervioso.

    —Veinte —susurra alguien, sin darse cuenta de que ha hablado en voz alta.

    Veinte criaturas dentro de mí.

    Siento cómo se empujan, cómo reclaman espacio que no existe, cómo aprenden a odiarse incluso antes de nacer. Mis entrañas arden. Cada contracción es una orden directa del Caos: abre, cede, rompe.

    Agrat no quería esto.
    Eisheth debía ser la siguiente.

    Pero Naamah me ha elegido otra vez.

    Y mi cuerpo, traidor y templo, vuelve a obedecer.
    [f_off_bih] [demonsmile01] [n.a.a.m.a.h] Vuelvo a estar en cinta. No debería haber ocurrido así. No ahora. No cuando Agrat, la hermana mayor, había dictado su voluntad: que fuese Eisheth quien trajera a las siguientes soldados, que el peso del Caos cambiara de vientre, de sangre, de sacrificio. Pero Naamah nunca obedece del todo. Su deseo me encuentra de nuevo, como una grieta que jamás termina de cerrarse. Otra ordaz de engendros se forma en mí, más numerosa, más hambrienta, más impaciente. No he terminado de sanar del último parto cuando mi cuerpo vuelve a convertirse en umbral. Las contracciones comienzan demasiado pronto. No avanzan: estallan. Son peores que las anteriores, más profundas, más crueles. No siento solo el útero contrayéndose; siento capas enteras de mí colapsando hacia dentro, como si el espacio se plegara para darles lugar. Respiro y el aire no alcanza. Grito y el sonido no basta. Me tumban para el ecógrafo. La pantalla parpadea. El técnico se queda inmóvil. Uno. Dos. Cinco. Diez. El contador sigue subiendo mientras el silencio se vuelve espeso, irrespirable. Las formas se superponen, se mueven demasiado, como si no respetaran límites físicos. El aparato emite un pitido agudo, nervioso. —Veinte —susurra alguien, sin darse cuenta de que ha hablado en voz alta. Veinte criaturas dentro de mí. Siento cómo se empujan, cómo reclaman espacio que no existe, cómo aprenden a odiarse incluso antes de nacer. Mis entrañas arden. Cada contracción es una orden directa del Caos: abre, cede, rompe. Agrat no quería esto. Eisheth debía ser la siguiente. Pero Naamah me ha elegido otra vez. Y mi cuerpo, traidor y templo, vuelve a obedecer.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    BATALLA ÉPICA: THE RETURN OF ISHTAR
    Rex Ishtar vs Ignia Ishtar

    Cuando el linaje Ishtar vuelve a reclamar su lugar en el destino, dos voluntades absolutas chocan. No es una lucha por odio… es una batalla por la verdad del poder, el legado y la supremacía del espíritu.

    Rex Ishtar — El Heredero del Acero Celestial
    Título: El Filo del Juicio
    Afinidad: Hielo astral y energía arcana
    Rol: Estratega, duelista supremo

    Habilidades:
    - Espada del Vacío Azul: canaliza energía gélida capaz de congelar el tiempo por instantes.

    - Voluntad del Patriarca: su aura aumenta fuerza, defensa y precisión conforme la batalla se alarga.

    - Ojo del Ishtar Antiguo: analiza y predice los movimientos del enemigo.

    - Última Postura – Juicio Silente: un corte definitivo que separa cuerpo, alma y voluntad.

    Ignia Ishtar — El Fuego del Renacimiento
    Título: El Corazón Ardiente del Clan
    Afinidad: Fuego demoníaco y sangre ancestral
    Rol: Guerrero ofensivo, destructor imparable

    Habilidades:
    - Llamas Carmesí del Linaje: fuego vivo que consume energía, carne y espíritu.

    - Marca del Renacido: mientras su sangre arde, Ignia no puede caer.

    - Puños del Cataclismo: cada golpe provoca ondas de choque ígneas.

    - Despertar Infernal: su poder se multiplica al borde de la derrota.

    Lugar del Choque
    *El Santuario Quebrado de Ishtar*
    Un antiguo templo flotante entre planos, rodeado de ruinas suspendidas, relámpagos azules y grietas por donde se filtra el fuego del inframundo. El suelo reacciona al poder de ambos, quebrándose con cada impacto.

    La Batalla:
    El primer choque sacude los cielos: hielo contra fuego, silencio contra furia.
    Rex domina el ritmo, congela el espacio y castiga con precisión quirúrgica.
    Ignia responde con brutalidad, quemando el aire, rompiendo defensas a pura voluntad.

    Cada segundo eleva el poder del linaje Ishtar.
    El templo comienza a colapsar.
    El clan observa desde el destino.

    El Clan Ishtar no necesita elegir un solo rey.
    Mientras Rex y Ignia existan, el linaje jamás caerá.

    El regreso de Ishtar ha comenzado… y esta batalla fue solo el inicio.
    ⚔️ BATALLA ÉPICA: THE RETURN OF ISHTAR ⚔️ Rex Ishtar vs Ignia Ishtar Cuando el linaje Ishtar vuelve a reclamar su lugar en el destino, dos voluntades absolutas chocan. No es una lucha por odio… es una batalla por la verdad del poder, el legado y la supremacía del espíritu. 🔷 Rex Ishtar — El Heredero del Acero Celestial Título: El Filo del Juicio Afinidad: Hielo astral y energía arcana Rol: Estratega, duelista supremo 🧬 Habilidades: - Espada del Vacío Azul: canaliza energía gélida capaz de congelar el tiempo por instantes. - Voluntad del Patriarca: su aura aumenta fuerza, defensa y precisión conforme la batalla se alarga. - Ojo del Ishtar Antiguo: analiza y predice los movimientos del enemigo. - Última Postura – Juicio Silente: un corte definitivo que separa cuerpo, alma y voluntad. 🔥 Ignia Ishtar — El Fuego del Renacimiento Título: El Corazón Ardiente del Clan Afinidad: Fuego demoníaco y sangre ancestral Rol: Guerrero ofensivo, destructor imparable 🧬 Habilidades: - Llamas Carmesí del Linaje: fuego vivo que consume energía, carne y espíritu. - Marca del Renacido: mientras su sangre arde, Ignia no puede caer. - Puños del Cataclismo: cada golpe provoca ondas de choque ígneas. - Despertar Infernal: su poder se multiplica al borde de la derrota. 🌌 Lugar del Choque *El Santuario Quebrado de Ishtar* Un antiguo templo flotante entre planos, rodeado de ruinas suspendidas, relámpagos azules y grietas por donde se filtra el fuego del inframundo. El suelo reacciona al poder de ambos, quebrándose con cada impacto. ⚔️ La Batalla: El primer choque sacude los cielos: hielo contra fuego, silencio contra furia. Rex domina el ritmo, congela el espacio y castiga con precisión quirúrgica. Ignia responde con brutalidad, quemando el aire, rompiendo defensas a pura voluntad. Cada segundo eleva el poder del linaje Ishtar. El templo comienza a colapsar. El clan observa desde el destino. El Clan Ishtar no necesita elegir un solo rey. Mientras Rex y Ignia existan, el linaje jamás caerá. 🔥 El regreso de Ishtar ha comenzado… y esta batalla fue solo el inicio. 🔥
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  • Llevaba días investigando a un extraño culto, un culto de desquiciados que no lograba comprender, secuestraban a sus víctimas, generalmente eran mujeres y niños. Abrían sus cuerpos, sacaban sus tripas y decoraban las paredes de sus templos con carne y sangre, a veces simplemente los trituraban. Sin duda un escenario escalofriante para la mayoría, para él solo era grotesco.

    Había encontrado muchas de sus guaridas, todas siempre convertidas en un verdadero mar de sangre y vísceras. Esos tipos no le temían, pero tampoco le atacaban, hablaba con ellos, compartían palabras en cada dialogo.

    El solo hecho de interactuar con ese tipo de gente resultaría como algo inmortal, incorrecto. Pero a estas alturas... ¿Qué significado tiene la moralidad? ¿Qué importancia tiene? Si antes de ser lo que es poco le importaba, ahora ya no tenía ningún tipo de relevancia. De todas maneras, el solo atestiguaba las consecuencias de esos enfermizos rituales, más nunca participo en ello. No sentía ira, no sentía nada, ni siquiera morbo, era como ver insectos matándose entre sí.

    Pero el hecho de no dejar de investigar significaba que veía algo en todo eso, algo que podría de alguna forma tener un significado, alguna razón en especial.

    ── “Amor es violencia. Odio es paz”. ──Citó una de las tantas frases que esos cultistas repetían en sus rituales y procedimientos. ¿Tenía sentido? Para ellos sí, era todo. Para él….

    ──Putos enfermos. ──Dijo alzando la vista hacia el cielo. En medio de una caminata los había recordado, encontró irónico referirse con ese tipo de palabrotas hacia un cierto grupo de individuos, hacía tiempo que no lo hacía. Casi como si una parte del “lado humano” en su ser, se expresara.
    Llevaba días investigando a un extraño culto, un culto de desquiciados que no lograba comprender, secuestraban a sus víctimas, generalmente eran mujeres y niños. Abrían sus cuerpos, sacaban sus tripas y decoraban las paredes de sus templos con carne y sangre, a veces simplemente los trituraban. Sin duda un escenario escalofriante para la mayoría, para él solo era grotesco. Había encontrado muchas de sus guaridas, todas siempre convertidas en un verdadero mar de sangre y vísceras. Esos tipos no le temían, pero tampoco le atacaban, hablaba con ellos, compartían palabras en cada dialogo. El solo hecho de interactuar con ese tipo de gente resultaría como algo inmortal, incorrecto. Pero a estas alturas... ¿Qué significado tiene la moralidad? ¿Qué importancia tiene? Si antes de ser lo que es poco le importaba, ahora ya no tenía ningún tipo de relevancia. De todas maneras, el solo atestiguaba las consecuencias de esos enfermizos rituales, más nunca participo en ello. No sentía ira, no sentía nada, ni siquiera morbo, era como ver insectos matándose entre sí. Pero el hecho de no dejar de investigar significaba que veía algo en todo eso, algo que podría de alguna forma tener un significado, alguna razón en especial. ── “Amor es violencia. Odio es paz”. ──Citó una de las tantas frases que esos cultistas repetían en sus rituales y procedimientos. ¿Tenía sentido? Para ellos sí, era todo. Para él…. ──Putos enfermos. ──Dijo alzando la vista hacia el cielo. En medio de una caminata los había recordado, encontró irónico referirse con ese tipo de palabrotas hacia un cierto grupo de individuos, hacía tiempo que no lo hacía. Casi como si una parte del “lado humano” en su ser, se expresara.
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