• *En lo más profundo de mi templo estaba convencido de que Alastor estaba siendo utilizado solo yo debería salvarlo *

    —Porque no puedo encontrarte donde estas Alastor por qué te alejaron de mi —
    *En lo más profundo de mi templo estaba convencido de que Alastor estaba siendo utilizado solo yo debería salvarlo * —Porque no puedo encontrarte donde estas Alastor por qué te alejaron de mi —
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  • —Puedes descansar y disfrutar la hospitalidad de mi templo, viajero. Claro, todo tiene un precio... una ofrenda es el mío.
    —Puedes descansar y disfrutar la hospitalidad de mi templo, viajero. Claro, todo tiene un precio... una ofrenda es el mío.
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  • El amor…
    Empalaga como néctar antiguo servido en copas de cristal quebrado,
    te desliza entre susurros hasta las cimas donde las estrellas lloran,
    con aroma a rosas recién despiertas,
    y promesas bordadas en hilo dorado
    que, al rozar el tiempo, se deshilachan sin piedad.

    El amor es fuego que danza en las venas,
    luz que enceguece con ternura
    y cuchillo envuelto en caricias.
    Rompe el alma como una ola de invierno
    contra la barca frágil de la inocencia.

    Cuando los pétalos se posan como visiones sobre tus ojos,
    y de tu boca solo nacen suspiros —
    lamentos dulces y breves como canciones olvidadas —
    ya has caído.
    No en el abismo, sino en el altar del amor,
    donde el sacrificio viste ropas de ilusión.

    Las espinas no anuncian su llegada.
    Corren como amantes fugaces,
    silenciosas como traiciones al alba,
    y se hunden sin tregua en el corazón desnudo,
    ese que canta sin saber que cada nota
    es una herida por venir.

    El carmesí se derrama como río encantado
    por cada promesa pronunciada entre suspiros,
    por cada rosa entregada como juramento de eternidad
    que, al marchitarse, deja su aroma
    impreso en el recuerdo y su sombra
    en la piel que amó demasiado.

    Cada espina, testigo de una esperanza vencida.
    Cada pétalo, una memoria que se rehúsa a morir.
    Y el jardín que fue edén,
    ahora es templo de ruinas bendecidas por la lluvia.

    Pero aun así…
    Volvemos.
    Como lunas que no saben ser otra cosa que luz reflejada.
    Amamos aún sabiendo que la belleza se disfraza de dolor,
    que el amor es un acto de fe en el caos.

    Porque sólo entre espinas
    nace la flor que desafía la muerte,
    la que no promete eternidad,
    pero sí verdad.
    Y esa verdad, aunque doliente,
    es la más pura forma de sentir.
    #rol
    El amor… Empalaga como néctar antiguo servido en copas de cristal quebrado, te desliza entre susurros hasta las cimas donde las estrellas lloran, con aroma a rosas recién despiertas, y promesas bordadas en hilo dorado que, al rozar el tiempo, se deshilachan sin piedad. El amor es fuego que danza en las venas, luz que enceguece con ternura y cuchillo envuelto en caricias. Rompe el alma como una ola de invierno contra la barca frágil de la inocencia. Cuando los pétalos se posan como visiones sobre tus ojos, y de tu boca solo nacen suspiros — lamentos dulces y breves como canciones olvidadas — ya has caído. No en el abismo, sino en el altar del amor, donde el sacrificio viste ropas de ilusión. Las espinas no anuncian su llegada. Corren como amantes fugaces, silenciosas como traiciones al alba, y se hunden sin tregua en el corazón desnudo, ese que canta sin saber que cada nota es una herida por venir. El carmesí se derrama como río encantado por cada promesa pronunciada entre suspiros, por cada rosa entregada como juramento de eternidad que, al marchitarse, deja su aroma impreso en el recuerdo y su sombra en la piel que amó demasiado. Cada espina, testigo de una esperanza vencida. Cada pétalo, una memoria que se rehúsa a morir. Y el jardín que fue edén, ahora es templo de ruinas bendecidas por la lluvia. Pero aun así… Volvemos. Como lunas que no saben ser otra cosa que luz reflejada. Amamos aún sabiendo que la belleza se disfraza de dolor, que el amor es un acto de fe en el caos. Porque sólo entre espinas nace la flor que desafía la muerte, la que no promete eternidad, pero sí verdad. Y esa verdad, aunque doliente, es la más pura forma de sentir. #rol
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  • Capítulo II — La Furia Silenciosa de la Adolescente Maldita

    A los dieciséis años, Luna no era una adolescente común. Mientras otras chicas aprendían a maquillarse o soñaban con amores de verano, ella ya había fundado una empresa internacional:
    NoxTech International, una firma de inteligencia artificial, vigilancia, armamento tecnológico y comercio internacional.

    Su abuelo la ayudó a abrir las puertas, pero fue su mente —afilada como un cristal roto— la que selló contratos, aplastó competencia y estableció alianzas con gobiernos sin rostro.
    A ojos del mundo, era una prodigio callada, excéntrica, con una mirada que nadie podía sostener por mucho tiempo. Su empresa se convirtió en su escudo, pero también en su arma.

    Sin embargo, conforme crecía su imperio… crecía ella.

    La maldición de las Tres Caras ya no se ocultaba fácilmente.

    Fase Humana (La Más Frágil)
    Durante el día, Luna usaba su “máscara humana”:
    Cabello blanco como el invierno, ojos marrones que reflejaban demasiado, y una piel cubierta de tatuajes que se movían lentamente, como serpientes dormidas bajo su piel.
    Era en esta fase donde sentía hambre, cansancio, e incluso algo parecido a soledad. En la humanidad estaba su herencia más débil, pero también la más dolorosa.

    Era en esta forma donde soñaba con su madre, con su risa, con sus manos cubriéndola del frío. Donde aún recordaba el olor de la leña y el canto de las aves en las montañas.

    Pero en cada despertar… volvía la ira.

    Fase Celestial (La Memoria del Padre)
    Durante la noche, bajo la luz de la luna llena o cuando tocaba la electricidad con las manos, su cuerpo cambiaba. Su piel brillaba en tonos dorados y azulados, sus ojos se volvían plateados, y una voz surgía de su garganta que no parecía humana: la voz del dios olvidado.

    En esta fase, Luna tenía visiones. Veía los pasillos del Reino Celestial, las traiciones, los banquetes manchados de sangre, y el momento exacto en que los dioses decretaron la desaparición de su padre.

    La fase celestial le daba conocimiento, clarividencia, control sobre la energía y el metal.
    Pero le arrebataba su cuerpo durante horas. A veces despertaba en ciudades que no conocía, hablando lenguas muertas.

    Fase Demoníaca (El Legado de la Maldición)
    La peor parte. La cara que no controlaba.

    Aparecía cuando sentía miedo extremo, ira profunda o culpa. Su cuerpo se retorcía, sus huesos se alargaban, su rostro se dividía en fisuras, y dos cuernos oscuros emergían.
    Su voz se transformaba en un eco rasgado. Sus ojos se teñían de rojo con una pupila vertical, y su sombra se alargaba como si estuviera viva.

    En esa fase, Luna no pensaba… sobrevivía.

    En más de una ocasión, sus enemigos desaparecieron sin dejar rastro. Rumores en la red oscura hablaban de una "dama blanca" que aparecía cuando te atrevías a tocar lo prohibido.
    A veces, ella misma se encontraba con sangre en las manos, sin recordar cómo llegó ahí.

    La Adolescente que Nadie Puede Amar
    Mientras su nombre se volvía leyenda en el mundo corporativo, Luna no podía tener amigos, ni amantes, ni aliados verdaderos.
    Cada intento de acercarse a alguien terminaba en una tragedia: pesadillas, fiebre, locura… o muerte.

    Los dioses habían sido crueles.
    No le bastaba con que nadie la adorara.
    También la habían condenado a destruir todo lo que tocara.

    Por eso, cuando Luna cumplió 18 años, tomó una decisión que selló su destino:

    “Si no puedo ser amada… seré temida.
    Si mi nombre no puede ser una plegaria… que sea una maldición.”

    Desde entonces, Luna ha trabajado desde las sombras, construyendo su red global de influencia, infiltrando templos antiguos, destruyendo cultos secretos, y descubriendo los nombres verdaderos de los dioses que la maldijeron.

    Porque la hija del dios olvidado no ha olvidado nada.
    Y sabe que, algún día, las tres caras de su maldición…
    se convertirán en armas.
    Capítulo II — La Furia Silenciosa de la Adolescente Maldita A los dieciséis años, Luna no era una adolescente común. Mientras otras chicas aprendían a maquillarse o soñaban con amores de verano, ella ya había fundado una empresa internacional: NoxTech International, una firma de inteligencia artificial, vigilancia, armamento tecnológico y comercio internacional. Su abuelo la ayudó a abrir las puertas, pero fue su mente —afilada como un cristal roto— la que selló contratos, aplastó competencia y estableció alianzas con gobiernos sin rostro. A ojos del mundo, era una prodigio callada, excéntrica, con una mirada que nadie podía sostener por mucho tiempo. Su empresa se convirtió en su escudo, pero también en su arma. Sin embargo, conforme crecía su imperio… crecía ella. La maldición de las Tres Caras ya no se ocultaba fácilmente. 🔹 Fase Humana (La Más Frágil) Durante el día, Luna usaba su “máscara humana”: Cabello blanco como el invierno, ojos marrones que reflejaban demasiado, y una piel cubierta de tatuajes que se movían lentamente, como serpientes dormidas bajo su piel. Era en esta fase donde sentía hambre, cansancio, e incluso algo parecido a soledad. En la humanidad estaba su herencia más débil, pero también la más dolorosa. Era en esta forma donde soñaba con su madre, con su risa, con sus manos cubriéndola del frío. Donde aún recordaba el olor de la leña y el canto de las aves en las montañas. Pero en cada despertar… volvía la ira. 🔸 Fase Celestial (La Memoria del Padre) Durante la noche, bajo la luz de la luna llena o cuando tocaba la electricidad con las manos, su cuerpo cambiaba. Su piel brillaba en tonos dorados y azulados, sus ojos se volvían plateados, y una voz surgía de su garganta que no parecía humana: la voz del dios olvidado. En esta fase, Luna tenía visiones. Veía los pasillos del Reino Celestial, las traiciones, los banquetes manchados de sangre, y el momento exacto en que los dioses decretaron la desaparición de su padre. La fase celestial le daba conocimiento, clarividencia, control sobre la energía y el metal. Pero le arrebataba su cuerpo durante horas. A veces despertaba en ciudades que no conocía, hablando lenguas muertas. 🔥 Fase Demoníaca (El Legado de la Maldición) La peor parte. La cara que no controlaba. Aparecía cuando sentía miedo extremo, ira profunda o culpa. Su cuerpo se retorcía, sus huesos se alargaban, su rostro se dividía en fisuras, y dos cuernos oscuros emergían. Su voz se transformaba en un eco rasgado. Sus ojos se teñían de rojo con una pupila vertical, y su sombra se alargaba como si estuviera viva. En esa fase, Luna no pensaba… sobrevivía. En más de una ocasión, sus enemigos desaparecieron sin dejar rastro. Rumores en la red oscura hablaban de una "dama blanca" que aparecía cuando te atrevías a tocar lo prohibido. A veces, ella misma se encontraba con sangre en las manos, sin recordar cómo llegó ahí. 🌒 La Adolescente que Nadie Puede Amar Mientras su nombre se volvía leyenda en el mundo corporativo, Luna no podía tener amigos, ni amantes, ni aliados verdaderos. Cada intento de acercarse a alguien terminaba en una tragedia: pesadillas, fiebre, locura… o muerte. Los dioses habían sido crueles. No le bastaba con que nadie la adorara. También la habían condenado a destruir todo lo que tocara. Por eso, cuando Luna cumplió 18 años, tomó una decisión que selló su destino: “Si no puedo ser amada… seré temida. Si mi nombre no puede ser una plegaria… que sea una maldición.” Desde entonces, Luna ha trabajado desde las sombras, construyendo su red global de influencia, infiltrando templos antiguos, destruyendo cultos secretos, y descubriendo los nombres verdaderos de los dioses que la maldijeron. Porque la hija del dios olvidado no ha olvidado nada. Y sabe que, algún día, las tres caras de su maldición… se convertirán en armas.
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  • ¡NOTICIA DE ÚLTIMA HORA!
    Transmisión en vivo desde las inmediaciones del estadio de Mazda, Hiroshima


    "¡Caos, espuma y gritos en dialecto romano! Lo que parecía ser una tranquila celebración por la victoria del equipo local se ha convertido en una escena digna del Coliseo Romano. La responsable: una misteriosa rubia. Que estaba claramente bajo los efectos del alcohol y causó varios disturbios por el vecindario."

    Testigos afirman que la mujer, que responde al nombre de "Blondie Máxima" (según ella, emperatriz legítima de Roma y ahora de Hiroshima), irrumpió en la celebración gritando;

    "No tengo ni idea...hip, pero parece que lo rojo ganó! Y la bandera de Roma tiene color rojo...¿No? Significa que hay que beber!"

    La susodicha fue vista brindando con cerveza varias horas hasta confundir una estatua religiosa del templo con un antiguo senador romano, el asunto fue comprometido por las muchas obsenidades hacia dicha estatua.

    La policía local intentó detenerla, pero la susodicha pudo escapar entre la multitud del festejo. Las autoridades piden que si ven una rubia de entre unos 25-30 años bajo los efectos del alcohol causando problemas. Se pongan en contacto rápidamente.

    Ahora, el tiempo.

    | Vuelvo en un par de meses cuando dejen de buscar a Bee. Saludos a todos. (?
    📺 ¡NOTICIA DE ÚLTIMA HORA! 📍 Transmisión en vivo desde las inmediaciones del estadio de Mazda, Hiroshima 🔴🎤 "¡Caos, espuma y gritos en dialecto romano! Lo que parecía ser una tranquila celebración por la victoria del equipo local se ha convertido en una escena digna del Coliseo Romano. La responsable: una misteriosa rubia. Que estaba claramente bajo los efectos del alcohol y causó varios disturbios por el vecindario." Testigos afirman que la mujer, que responde al nombre de "Blondie Máxima" (según ella, emperatriz legítima de Roma y ahora de Hiroshima), irrumpió en la celebración gritando; "No tengo ni idea...hip, pero parece que lo rojo ganó! Y la bandera de Roma tiene color rojo...¿No? Significa que hay que beber!" La susodicha fue vista brindando con cerveza varias horas hasta confundir una estatua religiosa del templo con un antiguo senador romano, el asunto fue comprometido por las muchas obsenidades hacia dicha estatua. La policía local intentó detenerla, pero la susodicha pudo escapar entre la multitud del festejo. Las autoridades piden que si ven una rubia de entre unos 25-30 años bajo los efectos del alcohol causando problemas. Se pongan en contacto rápidamente. Ahora, el tiempo. | Vuelvo en un par de meses cuando dejen de buscar a Bee. Saludos a todos. (?
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  • 𝐔𝐧 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐚́𝐬.
    Fandom Genshin Impact, Fantasyverse
    Categoría Otros
    Se habían olvidado de ella, y los pocos que aún sabían su nombre la llamaban "Kairos", temían pronunciar su verdadero nombre 𝑰𝒔𝒕𝒂𝒓𝒐𝒕𝒉.

    Había salido a caminar por Teyvat, había posado sus pies desnudos en los dominios del arconte del viento, en las ruinas de lo que en algún momento fue un venerable templo, un templo donde se la reconocía.

    Sus dorados orbes se detuvieron en unos hilichurls que parecían danzar, adorando algo antiguo, una sonrisa apareció en sus labios. Sus pequeños... todavía pensaban en ella.

    Los vientos la mecieron hasta el punto que podía verles con suma claridad, aquellos que una vez fueron "civilizados", aquellos que alguna vez la adoraron.

    Moviendo su mano en una pequeña floritura pareció que los hilichurls tenían... ¿Forma humana? Solo fue un cambio momentáneo, casi solo unos instantes, 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝘩𝑎𝑏𝜄́𝑎 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑜 𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑎𝑡𝑟𝑎́𝑠.
    Se habían olvidado de ella, y los pocos que aún sabían su nombre la llamaban "Kairos", temían pronunciar su verdadero nombre 𝑰𝒔𝒕𝒂𝒓𝒐𝒕𝒉. Había salido a caminar por Teyvat, había posado sus pies desnudos en los dominios del arconte del viento, en las ruinas de lo que en algún momento fue un venerable templo, un templo donde se la reconocía. Sus dorados orbes se detuvieron en unos hilichurls que parecían danzar, adorando algo antiguo, una sonrisa apareció en sus labios. Sus pequeños... todavía pensaban en ella. Los vientos la mecieron hasta el punto que podía verles con suma claridad, aquellos que una vez fueron "civilizados", aquellos que alguna vez la adoraron. Moviendo su mano en una pequeña floritura pareció que los hilichurls tenían... ¿Forma humana? Solo fue un cambio momentáneo, casi solo unos instantes, 𝑝𝑜𝑟 𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝘩𝑎𝑏𝜄́𝑎 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑜 𝑒𝑙 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑎𝑡𝑟𝑎́𝑠.
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  • Disculpa? Porque debería aceptar visitas incómodas, este es mi templo, mi hogar en donde almas y criaturas cómo tu, tan repugnantes, no es bien vista
    Disculpa? Porque debería aceptar visitas incómodas, este es mi templo, mi hogar en donde almas y criaturas cómo tu, tan repugnantes, no es bien vista
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  • ╔════ஓ๑༶๑ஓ════╗
    ❝ Ilitía.❞
    ╚════ஓ๑༶๑ஓ════╝

    ❝ Antes de la primera respiración,
    antes del primer latido,
    ya he caminado contigo.

    Soy la guardiana de lo invisible,
    la que asiste sin ser llamada en voz,
    pero siempre sentida en alma.

    No hay espada en mis manos,
    pero todo guerrero ha pasado por las mías.
    No hay altar que me contenga,
    porque mi templo es cada vientre,
    mi plegaria, cada nacimiento.

    Yo soy la calma que sostiene,
    la fuerza que no grita.
    El inicio... y el puente entre lo eterno y lo frágil. ❞
    ────────────ஓ๑༶๑ஓ──────────
    ╔════ஓ๑༶๑ஓ════╗ ❝ Ilitía.❞ ╚════ஓ๑༶๑ஓ════╝ ❝ Antes de la primera respiración, antes del primer latido, ya he caminado contigo. Soy la guardiana de lo invisible, la que asiste sin ser llamada en voz, pero siempre sentida en alma. No hay espada en mis manos, pero todo guerrero ha pasado por las mías. No hay altar que me contenga, porque mi templo es cada vientre, mi plegaria, cada nacimiento. Yo soy la calma que sostiene, la fuerza que no grita. El inicio... y el puente entre lo eterno y lo frágil. ❞ ────────────ஓ๑༶๑ஓ──────────
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  • Era el solsticio del quinto sol, el día marcado por los códices como el Juicio del Tezcatlipoca, el día en que los corazones serían sopesados por el humo negro que todo lo ve.

    El pueblo, temeroso y desnudo bajo los jirones del destino, observaba desde abajo, sabiendo que nadie saldría indemne. Desde las alturas, se escuchaba el retumbar de tambores hechos con piel de prisionero que golpeaban con fuerza y en ritmo. El humo de las antorchas se mezclaba con los cánticos guturales que invocaban a la Deidad, Tezcatlioca, el dios del espejo que refleja lo peor de cada hombre.

    Cuando el eclipse comenzó, el sol se tornó un ojo cerrado. Las aves huyeron, los perros dejaron de ladrar y gemían temerosos, los niños enmudecieron. El cielo se tornó rojo, luego gris opaco, y finalmente, negro como el abismo donde habita el Espejo Humeante.

    Desde la cima del templo, uno de los sacerdotes alzó los brazos con una daga de obsidiana, que parecía sangrar por voluntad propia. Su voz resonó:


    —¡Hoy el Tezcatlipoca se arrastra desde el humo para devorar a los débiles! ¡Hoy el juicio recae sobre nuestra sangre!

    Uno a uno, los elegidos subieron. Guerreros, doncellas, incluso nobles. Ninguno gritó. La daga silbaba en el aire, y los corazones ardientes eran alzados hacia el eclipse, como ofrendas para detener el olvido. Pero no fue suficiente... El eclipse no se detuvo.

    ...
    Era el solsticio del quinto sol, el día marcado por los códices como el Juicio del Tezcatlipoca, el día en que los corazones serían sopesados por el humo negro que todo lo ve. El pueblo, temeroso y desnudo bajo los jirones del destino, observaba desde abajo, sabiendo que nadie saldría indemne. Desde las alturas, se escuchaba el retumbar de tambores hechos con piel de prisionero que golpeaban con fuerza y en ritmo. El humo de las antorchas se mezclaba con los cánticos guturales que invocaban a la Deidad, Tezcatlioca, el dios del espejo que refleja lo peor de cada hombre. Cuando el eclipse comenzó, el sol se tornó un ojo cerrado. Las aves huyeron, los perros dejaron de ladrar y gemían temerosos, los niños enmudecieron. El cielo se tornó rojo, luego gris opaco, y finalmente, negro como el abismo donde habita el Espejo Humeante. Desde la cima del templo, uno de los sacerdotes alzó los brazos con una daga de obsidiana, que parecía sangrar por voluntad propia. Su voz resonó: —¡Hoy el Tezcatlipoca se arrastra desde el humo para devorar a los débiles! ¡Hoy el juicio recae sobre nuestra sangre! Uno a uno, los elegidos subieron. Guerreros, doncellas, incluso nobles. Ninguno gritó. La daga silbaba en el aire, y los corazones ardientes eran alzados hacia el eclipse, como ofrendas para detener el olvido. Pero no fue suficiente... El eclipse no se detuvo. ...
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  • Los días había pasado, apenas dos o tres a lo sumo. Las pesadillas de Kazuo eran cada vez más intensas, más vividas. El hermano de 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 seguía en una estancia indefinida en las termas cercanas al templo. Seguían muchos frentes abiertos.

    Sin embargo lo que más le preocupaba a Kazuo, aquello que le arrancaba el sueño, era el estado de Elizabeth. Saber que había tenido repetidos pinchazos de dolor en el vientre lo tenía muy intranquilo.

    Sin poder soportarlo más, fué en busca de Elizabeth. No necesitaba llamarla a voces, este era más que capaz de capar tu aroma y seguir el mismo. Finalmente sale fuera y la encuentra cerca del cerezo que se situaba en el centro del templo. Los estorninos cantaban desde sus ramas, como si se sintiesmran atraídos por la presencia de ella.

    Este camina hasta estar cerca, dedicándole una suave sonrisa. Tomó ambas manos con las suyas, tirando de estas para acercarla un poco a él.

    - Elizabeth... Quiero proponerte algo...- Comenzó a decir con un tono amable.

    - Me gustaría que bajaramos a la ciudad. Y encontrar una matrona sacerdotisa que te examine. No estoy tranquilo sabiendo que tienes esos pinchazos.- Dijo este acercándose más, hasta que la rodea con sus brazos, encajando su rostro entre su hombro y su cuello.

    - No se que tanto nos podrá decir. Dudo que sepa algo siendo un hijo concebido por un demonio y, no me siento cómodo revelándole ese dato . Pero creo que no estaré tranquilo hasta saber qué todo está bien. - Dijo en un susurro. Lo suficientemente alto para que lo pudiera escuchar.

    -Si ella no es capaz de decirnos algo buscaré a alguien en el mundo de los espíritus. Aún no sé cómo pero lo haré.- Dijo finalmente.

    Este se quedó ahí, abrazado a ella, aguardando su respuesta.
    Los días había pasado, apenas dos o tres a lo sumo. Las pesadillas de Kazuo eran cada vez más intensas, más vividas. El hermano de [Liz_bloodFlame] seguía en una estancia indefinida en las termas cercanas al templo. Seguían muchos frentes abiertos. Sin embargo lo que más le preocupaba a Kazuo, aquello que le arrancaba el sueño, era el estado de Elizabeth. Saber que había tenido repetidos pinchazos de dolor en el vientre lo tenía muy intranquilo. Sin poder soportarlo más, fué en busca de Elizabeth. No necesitaba llamarla a voces, este era más que capaz de capar tu aroma y seguir el mismo. Finalmente sale fuera y la encuentra cerca del cerezo que se situaba en el centro del templo. Los estorninos cantaban desde sus ramas, como si se sintiesmran atraídos por la presencia de ella. Este camina hasta estar cerca, dedicándole una suave sonrisa. Tomó ambas manos con las suyas, tirando de estas para acercarla un poco a él. - Elizabeth... Quiero proponerte algo...- Comenzó a decir con un tono amable. - Me gustaría que bajaramos a la ciudad. Y encontrar una matrona sacerdotisa que te examine. No estoy tranquilo sabiendo que tienes esos pinchazos.- Dijo este acercándose más, hasta que la rodea con sus brazos, encajando su rostro entre su hombro y su cuello. - No se que tanto nos podrá decir. Dudo que sepa algo siendo un hijo concebido por un demonio y, no me siento cómodo revelándole ese dato . Pero creo que no estaré tranquilo hasta saber qué todo está bien. - Dijo en un susurro. Lo suficientemente alto para que lo pudiera escuchar. -Si ella no es capaz de decirnos algo buscaré a alguien en el mundo de los espíritus. Aún no sé cómo pero lo haré.- Dijo finalmente. Este se quedó ahí, abrazado a ella, aguardando su respuesta.
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