• El pelo de Morana se movía suavemente por la brisa que recorría el bosque.

    Cuantos recuerdos le traían este bosque... ¿Dónde estaba? Nadie lo sabía, solo ella. Cada día que venía aquí su corazón, endurecido por los años, latía con fuerza, algo que solamente una persona podía provocar.

    Él, su ya fallecido esposo, con el que seguía teniendo encuentros incluso siglos después de su muerte.

    Él, el único que miró a Morana con amor, con honestidad. Sus ojos eran el foco que iluminaba a Morana…

    Una pena que ya perdieron esa luz.

    Morana continuó caminando con una mano en su pecho, hasta que finalmente la vio, la tumba que había hecho para su esposo, cubierta en todas las flores que le trajo a lo largo de los años, y colocó las que trajo en esta visita.

    — Ahí estás. — Murmuró, nadie había perturbado su descanso...

    Esbozó una pequeña sonrisa que poco a poco se fue haciendo más amplia. — Te echo de menos. — Comentó, siempre lo decía, pero sabía bien que su Esposo no quería una segunda vida.

    Acostumbraba a venir cada cierto tiempo, no solo a verlo... Sino a tomar una nueva forma, cada visita a su esposo era un cambio en su identidad, solo venía para que él pudiera verla, para que si, desde algún lado la estaba mirando, pudiera reconocerla.

    Entonces su rostro comenzó a retorcerse.
    Sus huesos comenzaron a crujir, rompiéndose solo para poder tomar una forma nueva. Sus músculos se rompieron, su cabello cayó para volver a crecer de forma diferente, su piel se desgarró, abriéndole paso a un nuevo rostro, a un nuevo cuerpo...

    Y cuando terminó, ya no quedaba nada de la antigua Morana, solamente la sangre en el suelo recordaría la vieja forma de Morana.

    Miró hacia la tumba. — ¿Te gusta...? — Preguntó, pero como siempre, no tuvo respuesta, pero así estaba bien, si así lo quería él, lo permitiría descansar en paz...

    Su sonrisa se desvaneció y echó una última mirada... Quizás en el fondo odiaba que no quisiera volver con ella, pero lo respetaría...

    Por ahora.
    El pelo de Morana se movía suavemente por la brisa que recorría el bosque. Cuantos recuerdos le traían este bosque... ¿Dónde estaba? Nadie lo sabía, solo ella. Cada día que venía aquí su corazón, endurecido por los años, latía con fuerza, algo que solamente una persona podía provocar. Él, su ya fallecido esposo, con el que seguía teniendo encuentros incluso siglos después de su muerte. Él, el único que miró a Morana con amor, con honestidad. Sus ojos eran el foco que iluminaba a Morana… Una pena que ya perdieron esa luz. Morana continuó caminando con una mano en su pecho, hasta que finalmente la vio, la tumba que había hecho para su esposo, cubierta en todas las flores que le trajo a lo largo de los años, y colocó las que trajo en esta visita. — Ahí estás. — Murmuró, nadie había perturbado su descanso... Esbozó una pequeña sonrisa que poco a poco se fue haciendo más amplia. — Te echo de menos. — Comentó, siempre lo decía, pero sabía bien que su Esposo no quería una segunda vida. Acostumbraba a venir cada cierto tiempo, no solo a verlo... Sino a tomar una nueva forma, cada visita a su esposo era un cambio en su identidad, solo venía para que él pudiera verla, para que si, desde algún lado la estaba mirando, pudiera reconocerla. Entonces su rostro comenzó a retorcerse. Sus huesos comenzaron a crujir, rompiéndose solo para poder tomar una forma nueva. Sus músculos se rompieron, su cabello cayó para volver a crecer de forma diferente, su piel se desgarró, abriéndole paso a un nuevo rostro, a un nuevo cuerpo... Y cuando terminó, ya no quedaba nada de la antigua Morana, solamente la sangre en el suelo recordaría la vieja forma de Morana. Miró hacia la tumba. — ¿Te gusta...? — Preguntó, pero como siempre, no tuvo respuesta, pero así estaba bien, si así lo quería él, lo permitiría descansar en paz... Su sonrisa se desvaneció y echó una última mirada... Quizás en el fondo odiaba que no quisiera volver con ella, pero lo respetaría... Por ahora.
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  • Los humanos son algo que los dioses no entendemos pesar los siglos , pero aun asi al cosas ......
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  • "Juraría... que te conozco..."
    Fandom Marvel
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ∽『𝗦𝗧𝗔𝗥𝗧𝗘𝗥』∽
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝖤𝖱𝖨𝖪 𝖫𝖤𝖭𝖲𝖧𝖤𝖱𝖱
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤSi alguien te dice que jugar con los límites del tiempo y el espacio es divertido, no le hagas caso. Los túneles temporales y el vacío provocaban un profundo y doloroso dolor de cabeza. Sobre todo, cuando no sabias cual era la salida de ese puñetero puente de Einstein – Rosen. El ser humano no sabia como funcionaba y Wanda, a pesar de que llevaba lidiando con ellos lo que parecían siglos, tampoco era capaz de controlarlos. Loki y ella habían pasado por demasiados mundos alternativos, por demasiadas líneas temporales y demasiados puntos fijados en el tiempo como para toda una vida. Escapar del bucle de 1963 había sido difícil, muy difícil, pero parecía un juego de niños a comparación de los muchos universos que llevaban explorados ya. Sus complicaciones, sus normas, sus peligros… Ser un dios asgardiano y la Bruja Escarlata no granjeaban simpatías en ningún lado.

    Por eso habían tenido que salir huyendo de una versión mucho más cruel y dura de Asgard que el Asgard que el propio Jotunn recordaba. Habían logrado encontrar un portal y escapado a duras penas mientras una peligrosa versión malvada de Thor enviaba un ejército de elfos oscuros contra ellos.

    -¡Tú primero! -le gritó Loki por encima del ruido que creaba la brecha y de los golpes de los soldados en la enorme puerta de madera.

    Wanda lo miró estupefacta.

    -¿Qué? ¡No! ¡No voy a dejarte aquí! -su marcado acento sokoviano estaba teñido del miedo a dejar allí a su compañero de aventuras- ¡No puedes…!

    Loki la miró por encima de su hombro.

    -¡NO HAY TIEMPO, BRUJITA! -le apremió- ¡Ve!

    Wanda apretó los labios y frunciendo las cejas, enfadada.

    -¡Más te vale seguirme, Loki Laufeyson! ¡Porque no habrá lugar donde puedas esconderte de mi furia si no lo haces! - lo amenazó con un dedo y caminó un par de pasos atrás hacia el portal que ambos habían abierto. Después corrió hacia este y se lanzó.

    La sensación de vértigo la abrumó,. El tiempo y el espacio fluyendo en hilos de corriente a través de su cuerpo mientras este viajaba a través de escenas, paisajes recogidos en pequeños ojos de buey. Wanda desvió la mirada para ver si Loki la seguía, le pareció verle tras ella, a cierta distancia. No. Tenían que estar juntos.

    “¡NO!”

    Intentó detenerse, regresar. Pero no hubo tiempo.

    Su cuerpo cayó a plomo sobre la arena blanca haciendo que Wanda se quedara sin aire un momento. Movió sus manos y las posó al lado de su cabeza para intentar incorporarse. Tosió intentando recuperar oxígeno en sus pulmones. El sonido de las olas del mar llegó a sus oídos de forma suave.

    -Bueno…- musitó con cierto esfuerzo mientras se daba la vuelta para quedar sentada en la arena- Al menos esta vez hemos llegado a un lugar bonito…

    Silencio. Nada más que las olas del mar.

    Wanda miró a su lado. No había nadie.

    -¿Loki? -preguntó, y se giró hacia el otro lado esperando ver su sonrisa arrogante. “¿Preocupada, brujita?”, pero él no estaba allí- ¡¿Loki?! -llamó mientras se apresuraba a ponerse en pie de forma algo dolorida.

    Su mirada recorrió la playa.

    Estaba… sola…

    -Maldita sea…- maldijo sin intentar controlar su acento sokoviano.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol #Marvel
    ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ∽『𝗦𝗧𝗔𝗥𝗧𝗘𝗥』∽ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ [MAGNET0] ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤSi alguien te dice que jugar con los límites del tiempo y el espacio es divertido, no le hagas caso. Los túneles temporales y el vacío provocaban un profundo y doloroso dolor de cabeza. Sobre todo, cuando no sabias cual era la salida de ese puñetero puente de Einstein – Rosen. El ser humano no sabia como funcionaba y Wanda, a pesar de que llevaba lidiando con ellos lo que parecían siglos, tampoco era capaz de controlarlos. Loki y ella habían pasado por demasiados mundos alternativos, por demasiadas líneas temporales y demasiados puntos fijados en el tiempo como para toda una vida. Escapar del bucle de 1963 había sido difícil, muy difícil, pero parecía un juego de niños a comparación de los muchos universos que llevaban explorados ya. Sus complicaciones, sus normas, sus peligros… Ser un dios asgardiano y la Bruja Escarlata no granjeaban simpatías en ningún lado. Por eso habían tenido que salir huyendo de una versión mucho más cruel y dura de Asgard que el Asgard que el propio Jotunn recordaba. Habían logrado encontrar un portal y escapado a duras penas mientras una peligrosa versión malvada de Thor enviaba un ejército de elfos oscuros contra ellos. -¡Tú primero! -le gritó Loki por encima del ruido que creaba la brecha y de los golpes de los soldados en la enorme puerta de madera. Wanda lo miró estupefacta. -¿Qué? ¡No! ¡No voy a dejarte aquí! -su marcado acento sokoviano estaba teñido del miedo a dejar allí a su compañero de aventuras- ¡No puedes…! Loki la miró por encima de su hombro. -¡NO HAY TIEMPO, BRUJITA! -le apremió- ¡Ve! Wanda apretó los labios y frunciendo las cejas, enfadada. -¡Más te vale seguirme, Loki Laufeyson! ¡Porque no habrá lugar donde puedas esconderte de mi furia si no lo haces! - lo amenazó con un dedo y caminó un par de pasos atrás hacia el portal que ambos habían abierto. Después corrió hacia este y se lanzó. La sensación de vértigo la abrumó,. El tiempo y el espacio fluyendo en hilos de corriente a través de su cuerpo mientras este viajaba a través de escenas, paisajes recogidos en pequeños ojos de buey. Wanda desvió la mirada para ver si Loki la seguía, le pareció verle tras ella, a cierta distancia. No. Tenían que estar juntos. “¡NO!” Intentó detenerse, regresar. Pero no hubo tiempo. Su cuerpo cayó a plomo sobre la arena blanca haciendo que Wanda se quedara sin aire un momento. Movió sus manos y las posó al lado de su cabeza para intentar incorporarse. Tosió intentando recuperar oxígeno en sus pulmones. El sonido de las olas del mar llegó a sus oídos de forma suave. -Bueno…- musitó con cierto esfuerzo mientras se daba la vuelta para quedar sentada en la arena- Al menos esta vez hemos llegado a un lugar bonito… Silencio. Nada más que las olas del mar. Wanda miró a su lado. No había nadie. -¿Loki? -preguntó, y se giró hacia el otro lado esperando ver su sonrisa arrogante. “¿Preocupada, brujita?”, pero él no estaba allí- ¡¿Loki?! -llamó mientras se apresuraba a ponerse en pie de forma algo dolorida. Su mirada recorrió la playa. Estaba… sola… -Maldita sea…- maldijo sin intentar controlar su acento sokoviano. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol #Marvel
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  • 𝐍𝐎𝐓 𝐀 𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐌𝐀𝐍, 𝐁𝐔𝐓 𝐀 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐒𝐎𝐋𝐃𝐈𝐄𝐑.
    Fandom The Boys
    Categoría Acción
    Había pasado un mes desde que vought consiguio interceptar a Soldier boy en New York. El gobierno ruso los había alerta do sobre la fuga del super justo a tiempo y antes de que Butcher junto a su grupo llegaran a él, la empresa lo convencio de volver a trabajar con ellos.

    No fue una tarea sencilla. El primer héroe guardaba demasiado rencor contra vought y también hacia los miembros de Payback, su antiguo equipo. Stan Edgar fue quien consiguió hacerle cambiar de parecer, alegando de que todo lo sucedido no era más que un enorme mal entendido y que se encargaría personalmente de enmendar esos errores.

    Mientras se ocupaban de eso, lo reincorporaron en la base de datos y les dieron la orden a las grandes mentes del marketing en la empresa para que preparan alguna historia que pudiera justificar su regreso y que su vez, sonara creíble.

    Luego enviaron a Homelander a participar en nombre de vought en una campaña de concientización por los derechos humanos en África, prometiendole que sería algo temporal y teniendo la certeza de que no iba a negarse cuando los ojos del mundo esperaban ver a su héroe estrechandoles la mano a cada miembro de la ONU.

    No eran más que excusas, un pretexto para darle a soldier boy el puesto de líder en esa nueva camada de héroes llamada "Los Siete". Así resolvieron el primer problema, el segundo apareció cuando el super reconocio a un miembro de su antiguo equipo sentado en la mesa, como si no le debiera nada a nadie. Pero la situación no escalo a mayores, estaba conforme con la compensación que le estaban dando y
    optó por dejar el pasado en el pasado, a condición de convivir lo estrictamente necesario.

    Tras la muerte de Madelyn Stillwell , Ashley asumió el cargo de vicepresidenta sénior de Hero Management y aunque no tenía autoridad sobre Los Siete, como si lo tenía predecesora. Se encargo de cubrir las necesidades del super recién llegado, incluyendo el cumplir sus caprichos y ya había demostrado ser alguien sumamente demandante y ella no podía encargarse de él y del resto de los supers a la vez.

    Se encamino al primer piso de la torre, lugar destinado al personal administrativo y se dirigío a la primera empleada que encontro en su camino, tomándose la molestia de leer el nombre en su gafete antes de hablarle.

    ──Anne Baxter, necesito que me acompañes un momento. No te preocupes por mover tus cosas, alguien lo hará por ti ── Entrelazo su brazo al de ella y la arrastro hacia al ascensor más cercano. Una vez dentro presiono el número del último del piso de la torre.

    Mientras subían, Ashley la puso al tanto de la situación aunque tampoco era un secreto para el resto de los empleados. En las últimas semanas solo se había hablado de eso, del super que el mundo creía muerto y especulaban sobre cuando anunciarian su regreso.

    ──Lo que necesitamos es que se adapte a los nuevos tiempos, al siglo XXI. Que deje de ver la tecnológia como algo negativo y que eventualmente pueda hacer uso de una computadora o de un teléfono celular... ── Los números en la pantalla sobre las puertas del ascensor pasaban lento, apenas iban por el piso 10 y el penthouse de los supers quedaba en el piso 99. ──No voy a mentirte, su vanidad no conoce límites y ahora que esta de regreso, con un nuevo equipo, con Homelander lejos; lo cual nos alegra mucho a todos... Bueno, digamos que su ego esta por las nubes.

    𝐀𝐧𝐧𝐞 𝐁𝐚𝐱𝐭𝐞𝐫
    Había pasado un mes desde que vought consiguio interceptar a Soldier boy en New York. El gobierno ruso los había alerta do sobre la fuga del super justo a tiempo y antes de que Butcher junto a su grupo llegaran a él, la empresa lo convencio de volver a trabajar con ellos. No fue una tarea sencilla. El primer héroe guardaba demasiado rencor contra vought y también hacia los miembros de Payback, su antiguo equipo. Stan Edgar fue quien consiguió hacerle cambiar de parecer, alegando de que todo lo sucedido no era más que un enorme mal entendido y que se encargaría personalmente de enmendar esos errores. Mientras se ocupaban de eso, lo reincorporaron en la base de datos y les dieron la orden a las grandes mentes del marketing en la empresa para que preparan alguna historia que pudiera justificar su regreso y que su vez, sonara creíble. Luego enviaron a Homelander a participar en nombre de vought en una campaña de concientización por los derechos humanos en África, prometiendole que sería algo temporal y teniendo la certeza de que no iba a negarse cuando los ojos del mundo esperaban ver a su héroe estrechandoles la mano a cada miembro de la ONU. No eran más que excusas, un pretexto para darle a soldier boy el puesto de líder en esa nueva camada de héroes llamada "Los Siete". Así resolvieron el primer problema, el segundo apareció cuando el super reconocio a un miembro de su antiguo equipo sentado en la mesa, como si no le debiera nada a nadie. Pero la situación no escalo a mayores, estaba conforme con la compensación que le estaban dando y optó por dejar el pasado en el pasado, a condición de convivir lo estrictamente necesario. Tras la muerte de Madelyn Stillwell , Ashley asumió el cargo de vicepresidenta sénior de Hero Management y aunque no tenía autoridad sobre Los Siete, como si lo tenía predecesora. Se encargo de cubrir las necesidades del super recién llegado, incluyendo el cumplir sus caprichos y ya había demostrado ser alguien sumamente demandante y ella no podía encargarse de él y del resto de los supers a la vez. Se encamino al primer piso de la torre, lugar destinado al personal administrativo y se dirigío a la primera empleada que encontro en su camino, tomándose la molestia de leer el nombre en su gafete antes de hablarle. ──Anne Baxter, necesito que me acompañes un momento. No te preocupes por mover tus cosas, alguien lo hará por ti ── Entrelazo su brazo al de ella y la arrastro hacia al ascensor más cercano. Una vez dentro presiono el número del último del piso de la torre. Mientras subían, Ashley la puso al tanto de la situación aunque tampoco era un secreto para el resto de los empleados. En las últimas semanas solo se había hablado de eso, del super que el mundo creía muerto y especulaban sobre cuando anunciarian su regreso. ──Lo que necesitamos es que se adapte a los nuevos tiempos, al siglo XXI. Que deje de ver la tecnológia como algo negativo y que eventualmente pueda hacer uso de una computadora o de un teléfono celular... ── Los números en la pantalla sobre las puertas del ascensor pasaban lento, apenas iban por el piso 10 y el penthouse de los supers quedaba en el piso 99. ──No voy a mentirte, su vanidad no conoce límites y ahora que esta de regreso, con un nuevo equipo, con Homelander lejos; lo cual nos alegra mucho a todos... Bueno, digamos que su ego esta por las nubes. [ASISTENTEDECONF1ANZA]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Rex *voz grave, serena, cargada de juicio*

    Hermano… ¿alguna vez te has preguntado en qué momento los ángeles dejaron de servir a la Luz y comenzaron a adorarse a sí mismos?

    *Da unos pasos, las alas plegadas, la mirada firme.*

    Se dicen guardianes del orden, mensajeros de la voluntad divina… pero su corazón late al ritmo de la avaricia. No desean proteger el cielo, desean poseerlo.
    La codicia los cegó: primero quisieron autoridad, luego veneración… y ahora se creen dioses.

    *Aprieta el puño.*

    Olvidaron que el poder no se reclama, se sostiene con sacrificio.
    Ellos no crean… consumen. No guían… imponen.
    Y lo peor no es que se equivoquen, hermano…

    lo peor es que jamás admitirán su caída, porque para un ángel orgulloso, aceptar el error es peor que caer al abismo.

    *Suspira, con una media sonrisa amarga.*

    Tal vez por eso temen tanto a los demonios y a los humanos…
    porque en nuestra fragilidad aún existe algo que ellos perdieron hace siglos:
    conciencia.

    Recuérdalo bien, hermano…
    quien se proclama dios por codicia, ya ha firmado su propia ruina.
    Rex *voz grave, serena, cargada de juicio* Hermano… ¿alguna vez te has preguntado en qué momento los ángeles dejaron de servir a la Luz y comenzaron a adorarse a sí mismos? *Da unos pasos, las alas plegadas, la mirada firme.* Se dicen guardianes del orden, mensajeros de la voluntad divina… pero su corazón late al ritmo de la avaricia. No desean proteger el cielo, desean poseerlo. La codicia los cegó: primero quisieron autoridad, luego veneración… y ahora se creen dioses. *Aprieta el puño.* Olvidaron que el poder no se reclama, se sostiene con sacrificio. Ellos no crean… consumen. No guían… imponen. Y lo peor no es que se equivoquen, hermano… lo peor es que jamás admitirán su caída, porque para un ángel orgulloso, aceptar el error es peor que caer al abismo. *Suspira, con una media sonrisa amarga.* Tal vez por eso temen tanto a los demonios y a los humanos… porque en nuestra fragilidad aún existe algo que ellos perdieron hace siglos: conciencia. Recuérdalo bien, hermano… quien se proclama dios por codicia, ya ha firmado su propia ruina.
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  • 𓁺𝑺𝒐𝒍𝒆𝒅𝒂𝒅𓁺

    "— ͓̽C͓̽a͓͓̽̽r͓͓̽̽i͓̽ñ͓̽o͓̽!, ͓̽y͓̽a͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓͓̽̽y͓̽ ͓̽e͓͓̽̽n͓̽ ͓̽c͓̽a͓͓̽̽s͓̽a͓̽!."

    ×Diria abriendo la puerta de su hogar flotante y oculto en el espacio, repleto de ojos que no están conectados a el, y que creó únicamente para sentirse observado...×

    "— ͓̽O͓͓̽̽h͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽p͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓̽a͓̽ ͓̽j͓̽a͓͓̽̽j͓̽a͓̽, ͓̽t͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓̽a͓͓̽̽s͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽a͓͓̽̽s͓̽ ͓̽l͓͓̽̽l͓͓̽̽e͓͓̽̽v͓̽a͓͓̽̽n͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽g͓͓̽̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽m͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽t͓̽a͓͓̽̽s͓̽... ͓̽J͓̽a͓͓̽̽j͓̽a͓͓̽̽j͓̽a͓̽!, ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽c͓͓̽̽o͓̽ ͓̽y͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽o͓͓̽̽l͓͓̽̽v͓͓̽̽i͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽... ͓̽A͓͓̽̽y͓̽ ͓̽b͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓͓̽̽o͓̽, ͓̽s͓͓̽̽u͓͓̽̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓͓̽̽g͓͓̽̽o͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓͓̽̽d͓͓̽̽r͓̽é a͓̽ ͓̽o͓͓̽̽b͓͓̽̽s͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽v͓̽a͓͓̽̽r͓̽ ͓̽c͓͓̽̽o͓͓̽̽m͓͓̽̽o͓̽ ͓̽v͓̽a͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓̽ ͓̽c͓͓̽̽r͓͓̽̽e͓̽a͓͓̽̽c͓͓̽̽i͓̽ó͓̽n͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓̽ ͓̽r͓̽a͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓̽..."

    ×Entra al sitio quitandose su característica capucha de color negro, y colgandola en una mano que salía de la pared. Camina por los pasillos de su hogar, en el cual a cada paso que da todo se pone cada vez mas bizarro; Manos jugando al pingpong con un globo ocular como pelota, una vaca ordeñando a una cabra, pasillos deformados en los que al pasar terminabas caminando por las paredes o por el techo, cuadros en los que se mostraban acontecimientos turbios de la historia de la humanidad pero deformados de manera escalofriante, como por ejemplo un cuadro en el que Hitler tiene solo un ojo ensangrentado en la cara y se encuentra sentado en una mesa junto a 4 cerdos deformados igualmente, comiendose a los judios. Apesar de todo habia algo caracteristico de cada pasillo: Ojos, verdes y cada vez mas grotescos con una mirada intensa que se clava en el creador a medida que avanza, y aun asi este permanece imperturbable, manteniendo en todo momento una sonrisa con cierta inocencia infantil.×

    ×Finalmente llega a una sala, esta no tenía ojos en ninguna parte, sin embargo si tenía varias partes de cuerpos humanos, desgastadas, podridas y corroidas que salían de las paredes y el techo, y que parecian retorcerse de dolor puro. En el centro un sencillo sillon que tenia una mesita con un televisor antiguo frente. El creador avanza por la habitacion, tomando asiento en el sillon.×

    "— ͓̽A͓͓̽̽h͓̽... ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽r͓͓̽̽i͓͓̽̽c͓͓̽̽o͓̽~... ͓̽h͓͓̽̽m͓͓̽̽m͓͓̽̽m͓̽, ͓̽e͓͓̽̽l͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽l͓͓̽̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓̽ ͓̽m͓̽á͓̽s͓̽ ͓̽c͓̽ó͓̽m͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽d͓͓̽̽e͓̽ ͓̽t͓͓̽̽o͓͓̽̽o͓͓̽̽o͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽e͓͓̽̽l͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓͓̽̽i͓͓̽̽v͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽~... ͓̽H͓͓̽̽m͓̽?, ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽i͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓̽ ͓̽c͓̽a͓͓̽̽r͓̽a͓͓̽̽j͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽p͓͓̽̽u͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽ a͓͓̽̽h͓͓̽̽i͓̽?"

    ×Chasquea los dedos y la mesita con el televisor se desintegra, a continuacion un gran ojo se abre en el espacio donde se encontraba la mesita, luego su iris se transforma en estatica. Una de las manos en la habitacion le pasa un control como de television y el creador empieza a usarlo para ver al mundo humano desde el ojo frente a el, cambiando de lugares como si fueran canales de television.×

    ×Para el pasan 10000 o mas horas (el tiempo en el lugar que se encuentra esta todo deformado y 1000 horas ahi son como 1 hora en la tierra) pues no tenia percepcion del tiempo, aunque igualmente despues de tanto se aburre y deja el control a un lado suspirando.×

    "— ͓̽A͓͓̽̽g͓͓̽̽h͓̽... ͓̽E͓͓̽̽s͓͓̽̽t͓̽a͓̽ ͓̽s͓͓̽̽o͓͓̽̽l͓͓̽̽e͓͓̽̽d͓̽a͓͓̽̽d͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓̽... ͓̽A͓͓̽̽p͓͓̽̽l͓̽a͓͓̽̽s͓͓̽̽t͓̽a͓͓̽̽n͓͓̽̽t͓͓̽̽e͓̽!... Ya͓̽ ͓̽s͓͓̽̽e͓̽!, ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽r͓̽ía͓̽ ͓̽i͓͓̽̽r͓̽ a͓̽ ͓̽v͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽t͓̽a͓͓̽̽r͓̽ a͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓̽ ͓̽h͓͓̽̽i͓͓̽̽j͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽!... ͓̽O͓͓̽̽h͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓̽ ͓̽m͓͓̽̽o͓͓̽̽m͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓̽, ͓̽n͓͓̽̽o͓̽, ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓̽ ͓̽h͓͓̽̽i͓͓̽̽j͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽i͓̽a͓͓̽̽n͓̽... ͓̽J͓͓̽̽e͓̽, ͓̽e͓͓̽̽h͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓̽ ͓̽p͓̽a͓͓̽̽d͓͓̽̽r͓͓̽̽e͓̽ a͓͓̽̽s͓͓̽̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽ ͓̽n͓͓̽̽o͓̽?, ͓̽p͓͓̽̽r͓͓̽̽i͓͓̽̽m͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽t͓͓̽̽r͓̽a͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓̽ ͓̽c͓͓̽̽o͓͓̽̽m͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓̽a͓̽ ͓̽v͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽g͓̽a͓̽ ͓̽y͓̽ ͓̽l͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽g͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ a͓͓̽̽b͓̽a͓͓̽̽n͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓͓̽̽o͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽g͓͓̽̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽... ͓̽Y͓̽ a͓͓̽̽h͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽a͓̽, ͓̽n͓͓̽̽o͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽d͓̽a͓̽ ͓̽n͓̽a͓͓̽̽d͓͓̽̽i͓͓̽̽e͓̽ ͓̽m͓̽á͓̽s͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽y͓͓̽̽o͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓͓̽̽m͓͓̽̽o͓̽... ͓̽T͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓͓̽̽o͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽e͓͓̽̽h͓̽ ͓̽h͓͓̽̽e͓͓̽̽c͓͓̽̽h͓͓̽̽o͓̽, ¿͓̽A͓͓̽̽h͓̽ ͓̽v͓̽a͓͓̽̽l͓͓̽̽i͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽r͓͓̽̽e͓̽a͓͓̽̽l͓͓̽̽m͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓͓̽̽t͓͓̽̽e͓̽ ͓̽l͓̽a͓̽ ͓̽p͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓̽a͓̽?..."

    ×A medida que habla sus cuerpo se va relajando y sus ojos entrecerrando.×

    "— ͯOͯͯhͯ ͯvͯͯaͯͯyͯͯaͯ ͯjͯͯaͯͯjͯͯaͯ... ͯNͯͯoͯ ͯeͯͯhͯ ͯdͯͯoͯͯrͯͯmͯͯiͯͯdͯͯoͯ ͯeͯͯnͯ ͯsͯͯiͯͯgͯͯlͯͯoͯͯsͯ... ¿ͯQͯͯuͯé ͯsͯͯeͯͯrͯíͯaͯ ͯpͯͯeͯͯoͯͯrͯ?, ͯnͯͯoͯ ͯdͯͯeͯͯsͯͯpͯͯeͯͯrͯͯtͯͯaͯͯrͯ ͯoͯ... ͯDͯͯeͯͯsͯͯpͯͯeͯͯrͯͯtͯͯaͯͯrͯ ͯyͯ ͯvͯͯeͯͯrͯ ͯqͯͯuͯé ͯsͯͯiͯͯgͯͯoͯ ͯsͯͯoͯͯlͯͯoͯ... ͯMͯͯaͯͯrͯͯyͯ ͯqͯͯuͯͯeͯͯrͯͯiͯͯdͯͯaͯ... ¿ͯQͯ-ͯqͯͯuͯͯeͯ ͯhͯͯaͯͯrͯíͯaͯͯsͯ ͯtͯͯuͯ ͯeͯͯnͯ ͯmͯͯiͯ ͯlͯͯuͯͯgͯͯaͯͯrͯ?, ͯsͯͯeͯͯgͯͯuͯͯrͯͯaͯͯmͯͯeͯͯnͯͯtͯͯeͯ ͯaͯͯlͯͯgͯͯuͯͯnͯͯaͯ ͯlͯͯoͯͯcͯͯuͯͯrͯͯaͯ ͯcͯͯoͯͯmͯͯoͯ "ͯiͯͯnͯͯtͯͯeͯͯnͯͯtͯͯaͯͯrͯ ͯhͯͯaͯͯbͯͯlͯͯaͯͯrͯ ͯcͯͯoͯͯnͯ ͯmͯͯiͯͯsͯ ͯhͯͯiͯͯjͯͯoͯͯsͯ ͯyͯ ͯdͯͯiͯͯsͯͯcͯͯuͯͯlͯͯpͯͯaͯͯrͯͯtͯͯeͯ" ͯjͯͯaͯͯjͯͯaͯ... ͯCͯͯoͯͯmͯͯoͯ ͯsͯͯiͯ ͯuͯͯnͯͯaͯ ͯdͯͯiͯͯsͯͯcͯͯuͯͯlͯͯpͯͯaͯ ͯbͯͯaͯͯsͯͯtͯͯaͯͯrͯa͓̽ ͯpͯͯaͯͯrͯͯaͯ ͯcͯͯoͯͯmͯͯpͯͯeͯͯnͯͯsͯͯaͯͯrͯ ͯlͯͯoͯ ͯqͯͯuͯͯeͯ ͯlͯͯeͯͯsͯ ͯeͯͯhͯ ͯhͯͯeͯͯcͯͯhͯͯoͯ... ͯTͯͯeͯ ͯeͯͯxͯͯtͯͯrͯͯaͯñͯoͯ, ͯmͯͯiͯ ͯaͯͯmͯͯoͯͯrͯ... ͯMͯͯeͯ ͯeͯͯnͯͯtͯͯeͯͯnͯͯdͯíͯaͯͯsͯ ͯsͯͯiͯͯeͯͯmͯͯpͯͯrͯͯeͯ ͯyͯ ͯnͯͯoͯ ͯtͯͯeͯ ͯdͯͯaͯͯbͯͯaͯ ͯmͯͯiͯͯeͯͯdͯͯoͯ ͯrͯͯeͯͯgͯͯaͯñͯaͯͯrͯͯmͯͯeͯ ͯcͯͯoͯͯmͯͯoͯ ͯpͯͯeͯͯrͯͯrͯͯoͯ ͯcͯͯuͯͯaͯͯnͯͯdͯͯoͯ ͯmͯͯeͯ ͯeͯͯqͯͯuͯͯiͯͯvͯͯoͯͯcͯͯaͯͯbͯͯaͯ ͯjͯͯaͯͯjͯͯaͯ... ͯDͯͯeͯ ͯtͯͯoͯͯdͯͯaͯͯsͯ ͯmͯͯiͯͯsͯ ͯeͯͯsͯͯpͯͯoͯͯsͯͯaͯͯsͯ... ͯEͯͯrͯͯaͯͯsͯ ͯlͯͯaͯ ͯuͯͯnͯͯiͯͯcͯͯaͯ... ͯAͯ ͯlͯͯaͯ ͯqͯͯuͯͯeͯ ͯrͯͯeͯͯaͯͯlͯͯmͯͯeͯͯnͯͯtͯͯeͯ... ͯAͯͯmͯͯeͯ..."

    ×Sus ojos se cierran brotando un par de lagrimas, despues de siglos y siglos de no hacerlo, el creador cayo dormido.×
    𓁺𝑺𝒐𝒍𝒆𝒅𝒂𝒅𓁺 "— ͓̽C͓̽a͓͓̽̽r͓͓̽̽i͓̽ñ͓̽o͓̽!, ͓̽y͓̽a͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓͓̽̽y͓̽ ͓̽e͓͓̽̽n͓̽ ͓̽c͓̽a͓͓̽̽s͓̽a͓̽!." ×Diria abriendo la puerta de su hogar flotante y oculto en el espacio, repleto de ojos que no están conectados a el, y que creó únicamente para sentirse observado...× "— ͓̽O͓͓̽̽h͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽p͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓̽a͓̽ ͓̽j͓̽a͓͓̽̽j͓̽a͓̽, ͓̽t͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓̽a͓͓̽̽s͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽a͓͓̽̽s͓̽ ͓̽l͓͓̽̽l͓͓̽̽e͓͓̽̽v͓̽a͓͓̽̽n͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽g͓͓̽̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽m͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽t͓̽a͓͓̽̽s͓̽... ͓̽J͓̽a͓͓̽̽j͓̽a͓͓̽̽j͓̽a͓̽!, ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽c͓͓̽̽o͓̽ ͓̽y͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽o͓͓̽̽l͓͓̽̽v͓͓̽̽i͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽... ͓̽A͓͓̽̽y͓̽ ͓̽b͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓͓̽̽o͓̽, ͓̽s͓͓̽̽u͓͓̽̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓͓̽̽g͓͓̽̽o͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓͓̽̽d͓͓̽̽r͓̽é a͓̽ ͓̽o͓͓̽̽b͓͓̽̽s͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽v͓̽a͓͓̽̽r͓̽ ͓̽c͓͓̽̽o͓͓̽̽m͓͓̽̽o͓̽ ͓̽v͓̽a͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓̽ ͓̽c͓͓̽̽r͓͓̽̽e͓̽a͓͓̽̽c͓͓̽̽i͓̽ó͓̽n͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓̽ ͓̽r͓̽a͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓̽..." ×Entra al sitio quitandose su característica capucha de color negro, y colgandola en una mano que salía de la pared. Camina por los pasillos de su hogar, en el cual a cada paso que da todo se pone cada vez mas bizarro; Manos jugando al pingpong con un globo ocular como pelota, una vaca ordeñando a una cabra, pasillos deformados en los que al pasar terminabas caminando por las paredes o por el techo, cuadros en los que se mostraban acontecimientos turbios de la historia de la humanidad pero deformados de manera escalofriante, como por ejemplo un cuadro en el que Hitler tiene solo un ojo ensangrentado en la cara y se encuentra sentado en una mesa junto a 4 cerdos deformados igualmente, comiendose a los judios. Apesar de todo habia algo caracteristico de cada pasillo: Ojos, verdes y cada vez mas grotescos con una mirada intensa que se clava en el creador a medida que avanza, y aun asi este permanece imperturbable, manteniendo en todo momento una sonrisa con cierta inocencia infantil.× ×Finalmente llega a una sala, esta no tenía ojos en ninguna parte, sin embargo si tenía varias partes de cuerpos humanos, desgastadas, podridas y corroidas que salían de las paredes y el techo, y que parecian retorcerse de dolor puro. En el centro un sencillo sillon que tenia una mesita con un televisor antiguo frente. El creador avanza por la habitacion, tomando asiento en el sillon.× "— ͓̽A͓͓̽̽h͓̽... ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽r͓͓̽̽i͓͓̽̽c͓͓̽̽o͓̽~... ͓̽h͓͓̽̽m͓͓̽̽m͓͓̽̽m͓̽, ͓̽e͓͓̽̽l͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽l͓͓̽̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓̽ ͓̽m͓̽á͓̽s͓̽ ͓̽c͓̽ó͓̽m͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽d͓͓̽̽e͓̽ ͓̽t͓͓̽̽o͓͓̽̽o͓͓̽̽o͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽e͓͓̽̽l͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓͓̽̽i͓͓̽̽v͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽~... ͓̽H͓͓̽̽m͓̽?, ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽i͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓̽ ͓̽c͓̽a͓͓̽̽r͓̽a͓͓̽̽j͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽p͓͓̽̽u͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽ a͓͓̽̽h͓͓̽̽i͓̽?" ×Chasquea los dedos y la mesita con el televisor se desintegra, a continuacion un gran ojo se abre en el espacio donde se encontraba la mesita, luego su iris se transforma en estatica. Una de las manos en la habitacion le pasa un control como de television y el creador empieza a usarlo para ver al mundo humano desde el ojo frente a el, cambiando de lugares como si fueran canales de television.× ×Para el pasan 10000 o mas horas (el tiempo en el lugar que se encuentra esta todo deformado y 1000 horas ahi son como 1 hora en la tierra) pues no tenia percepcion del tiempo, aunque igualmente despues de tanto se aburre y deja el control a un lado suspirando.× "— ͓̽A͓͓̽̽g͓͓̽̽h͓̽... ͓̽E͓͓̽̽s͓͓̽̽t͓̽a͓̽ ͓̽s͓͓̽̽o͓͓̽̽l͓͓̽̽e͓͓̽̽d͓̽a͓͓̽̽d͓̽ ͓̽e͓͓̽̽s͓̽... ͓̽A͓͓̽̽p͓͓̽̽l͓̽a͓͓̽̽s͓͓̽̽t͓̽a͓͓̽̽n͓͓̽̽t͓͓̽̽e͓̽!... Ya͓̽ ͓̽s͓͓̽̽e͓̽!, ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽r͓̽ía͓̽ ͓̽i͓͓̽̽r͓̽ a͓̽ ͓̽v͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽t͓̽a͓͓̽̽r͓̽ a͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓̽ ͓̽h͓͓̽̽i͓͓̽̽j͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽!... ͓̽O͓͓̽̽h͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓̽ ͓̽m͓͓̽̽o͓͓̽̽m͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓̽, ͓̽n͓͓̽̽o͓̽, ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓̽ ͓̽h͓͓̽̽i͓͓̽̽j͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽i͓̽a͓͓̽̽n͓̽... ͓̽J͓͓̽̽e͓̽, ͓̽e͓͓̽̽h͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽u͓͓̽̽n͓̽ ͓̽p͓̽a͓͓̽̽d͓͓̽̽r͓͓̽̽e͓̽ a͓͓̽̽s͓͓̽̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓͓̽̽o͓̽ ͓̽n͓͓̽̽o͓̽?, ͓̽p͓͓̽̽r͓͓̽̽i͓͓̽̽m͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ ͓̽t͓͓̽̽r͓̽a͓͓̽̽t͓͓̽̽o͓̽ ͓̽c͓͓̽̽o͓͓̽̽m͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓̽a͓̽ ͓̽v͓͓̽̽e͓͓̽̽r͓͓̽̽g͓̽a͓̽ ͓̽y͓̽ ͓̽l͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽g͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽ a͓͓̽̽b͓̽a͓͓̽̽n͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓͓̽̽n͓͓̽̽o͓̽ ͓̽p͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽ ͓̽s͓͓̽̽i͓͓̽̽g͓͓̽̽l͓͓̽̽o͓͓̽̽s͓̽... ͓̽Y͓̽ a͓͓̽̽h͓͓̽̽o͓͓̽̽r͓̽a͓̽, ͓̽n͓͓̽̽o͓̽ ͓̽m͓͓̽̽e͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓͓̽̽d͓̽a͓̽ ͓̽n͓̽a͓͓̽̽d͓͓̽̽i͓͓̽̽e͓̽ ͓̽m͓̽á͓̽s͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽y͓͓̽̽o͓̽ ͓̽m͓͓̽̽i͓͓̽̽s͓͓̽̽m͓͓̽̽o͓̽... ͓̽T͓͓̽̽o͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽l͓͓̽̽o͓̽ ͓̽q͓͓̽̽u͓͓̽̽e͓̽ ͓̽e͓͓̽̽h͓̽ ͓̽h͓͓̽̽e͓͓̽̽c͓͓̽̽h͓͓̽̽o͓̽, ¿͓̽A͓͓̽̽h͓̽ ͓̽v͓̽a͓͓̽̽l͓͓̽̽i͓͓̽̽d͓͓̽̽o͓̽ ͓̽r͓͓̽̽e͓̽a͓͓̽̽l͓͓̽̽m͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓͓̽̽t͓͓̽̽e͓̽ ͓̽l͓̽a͓̽ ͓̽p͓͓̽̽e͓͓̽̽n͓̽a͓̽?..." ×A medida que habla sus cuerpo se va relajando y sus ojos entrecerrando.× "— ͯOͯͯhͯ ͯvͯͯaͯͯyͯͯaͯ ͯjͯͯaͯͯjͯͯaͯ... ͯNͯͯoͯ ͯeͯͯhͯ ͯdͯͯoͯͯrͯͯmͯͯiͯͯdͯͯoͯ ͯeͯͯnͯ ͯsͯͯiͯͯgͯͯlͯͯoͯͯsͯ... ¿ͯQͯͯuͯé ͯsͯͯeͯͯrͯíͯaͯ ͯpͯͯeͯͯoͯͯrͯ?, ͯnͯͯoͯ ͯdͯͯeͯͯsͯͯpͯͯeͯͯrͯͯtͯͯaͯͯrͯ ͯoͯ... ͯDͯͯeͯͯsͯͯpͯͯeͯͯrͯͯtͯͯaͯͯrͯ ͯyͯ ͯvͯͯeͯͯrͯ ͯqͯͯuͯé ͯsͯͯiͯͯgͯͯoͯ ͯsͯͯoͯͯlͯͯoͯ... ͯMͯͯaͯͯrͯͯyͯ ͯqͯͯuͯͯeͯͯrͯͯiͯͯdͯͯaͯ... ¿ͯQͯ-ͯqͯͯuͯͯeͯ ͯhͯͯaͯͯrͯíͯaͯͯsͯ ͯtͯͯuͯ ͯeͯͯnͯ ͯmͯͯiͯ ͯlͯͯuͯͯgͯͯaͯͯrͯ?, ͯsͯͯeͯͯgͯͯuͯͯrͯͯaͯͯmͯͯeͯͯnͯͯtͯͯeͯ ͯaͯͯlͯͯgͯͯuͯͯnͯͯaͯ ͯlͯͯoͯͯcͯͯuͯͯrͯͯaͯ ͯcͯͯoͯͯmͯͯoͯ "ͯiͯͯnͯͯtͯͯeͯͯnͯͯtͯͯaͯͯrͯ ͯhͯͯaͯͯbͯͯlͯͯaͯͯrͯ ͯcͯͯoͯͯnͯ ͯmͯͯiͯͯsͯ ͯhͯͯiͯͯjͯͯoͯͯsͯ ͯyͯ ͯdͯͯiͯͯsͯͯcͯͯuͯͯlͯͯpͯͯaͯͯrͯͯtͯͯeͯ" ͯjͯͯaͯͯjͯͯaͯ... ͯCͯͯoͯͯmͯͯoͯ ͯsͯͯiͯ ͯuͯͯnͯͯaͯ ͯdͯͯiͯͯsͯͯcͯͯuͯͯlͯͯpͯͯaͯ ͯbͯͯaͯͯsͯͯtͯͯaͯͯrͯa͓̽ ͯpͯͯaͯͯrͯͯaͯ ͯcͯͯoͯͯmͯͯpͯͯeͯͯnͯͯsͯͯaͯͯrͯ ͯlͯͯoͯ ͯqͯͯuͯͯeͯ ͯlͯͯeͯͯsͯ ͯeͯͯhͯ ͯhͯͯeͯͯcͯͯhͯͯoͯ... ͯTͯͯeͯ ͯeͯͯxͯͯtͯͯrͯͯaͯñͯoͯ, ͯmͯͯiͯ ͯaͯͯmͯͯoͯͯrͯ... ͯMͯͯeͯ ͯeͯͯnͯͯtͯͯeͯͯnͯͯdͯíͯaͯͯsͯ ͯsͯͯiͯͯeͯͯmͯͯpͯͯrͯͯeͯ ͯyͯ ͯnͯͯoͯ ͯtͯͯeͯ ͯdͯͯaͯͯbͯͯaͯ ͯmͯͯiͯͯeͯͯdͯͯoͯ ͯrͯͯeͯͯgͯͯaͯñͯaͯͯrͯͯmͯͯeͯ ͯcͯͯoͯͯmͯͯoͯ ͯpͯͯeͯͯrͯͯrͯͯoͯ ͯcͯͯuͯͯaͯͯnͯͯdͯͯoͯ ͯmͯͯeͯ ͯeͯͯqͯͯuͯͯiͯͯvͯͯoͯͯcͯͯaͯͯbͯͯaͯ ͯjͯͯaͯͯjͯͯaͯ... ͯDͯͯeͯ ͯtͯͯoͯͯdͯͯaͯͯsͯ ͯmͯͯiͯͯsͯ ͯeͯͯsͯͯpͯͯoͯͯsͯͯaͯͯsͯ... ͯEͯͯrͯͯaͯͯsͯ ͯlͯͯaͯ ͯuͯͯnͯͯiͯͯcͯͯaͯ... ͯAͯ ͯlͯͯaͯ ͯqͯͯuͯͯeͯ ͯrͯͯeͯͯaͯͯlͯͯmͯͯeͯͯnͯͯtͯͯeͯ... ͯAͯͯmͯͯeͯ..." ×Sus ojos se cierran brotando un par de lagrimas, despues de siglos y siglos de no hacerlo, el creador cayo dormido.×
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    —El tiempo es un río que corre, y en la lejanía, Cyrene espera, inmune a la prisa, observando la marea de los siglos.
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  • Escena con [masasita_masaru]

    Kazuo no solo era mensajero, también era guía.

    Nunca fue conducido por una mano amiga en sus primeros pasos. Al nacer, fue bendecido… una bendición que, a veces, se sentía como una maldición.

    En sus primeros cien años de vida aprendió solo, sin nadie que le explicase qué era y por qué estaba adquiriendo ese tipo de conciencia, una que un zorro salvaje jamás desarrollaría. Su camino no fue fácil, al contrario; la tragedia, la venganza y la muerte fueron sus mentores en sus primeros siglos de vida.

    No quería que ningún ser celestial pasara por lo mismo que él sufrió. En ocasiones, cuando la luna llena estaba en su punto más alto «la hora en que los espíritus se adueñaban de la oscuridad del bosque», Kazuo entonaba un llamado para que aquellos iguales a él sintieran que no estaban solos en este mundo cruel; que su diferencia no era un error, sino una bendición. Quería que, en sus primeros años, no se desarrollaran bajo la crueldad que el mundo les tenía reservado.

    Algunos no trascenderían; vivirían más de lo normal sin llegar a ser conscientes del poder que albergaban. Pero para aquellos cuya cola se partiera en dos, Kazuo deseaba estar allí. Darles ese amor que a él nadie le dió, en una etapa totalmente crucial.

    Caminaba por el bosque entonando una melodía que solo aquellos que podían caminar entre dos mundos eran capaces de escuchar. A su paso, la tierra, que había cedido al frío invierno, volvía a llenarse de vida, como si la energía y la luz que emanaban los zorros hicieran que la naturaleza se abriera camino. Era un espectáculo visual, una experiencia casi religiosa y trascendental. Quien fuera testigo de aquel milagro podría considerarse afortunado, pues era algo sagrado, reservado solo para los ojos que miraban el mundo con inocencia, más allá de lo físico.

    De pronto se escuchó el crujir de las ramas del suelo, cediendo a un peso ajeno y desconocido. No pertenecía a ninguno de los presentes en aquella marcha celestial. Cuando los kitsunes caminaban, lo hacían con el silencio de un depredador nocturno, sin que la hojarasca protestase bajo sus patas. Aquel sonido hizo que todos los zorros, del color de la luna, corrieran espantados hacia el amparo del manto nocturno. Kazuo fue el único que permaneció allí, con sus nueve colas en un vaivén suave, casi ensayado, manteniendo una calma imperturbable.

    Bajó su flauta lentamente, pero con la decisión de quien no teme lo desconocido, mientras sus ojos color zafiro se dirigían hacia el origen del sonido que había perturbado su labor. Aquellas cuencas no eran ojos que perteneciesen del todo a este mundo: la luz interior que poseían se hacía visible en la oscuridad, como si dos luciérnagas azules volaran al mismo compás.

    —Has asustado a mis hermanos… ¿Podrías mostrarte para poder ponerte rostro? —musitó con serenidad. No había hostilidad alguna en su voz, tan solo esa calma intrínseca de su ser.
    Escena con [masasita_masaru] Kazuo no solo era mensajero, también era guía. Nunca fue conducido por una mano amiga en sus primeros pasos. Al nacer, fue bendecido… una bendición que, a veces, se sentía como una maldición. En sus primeros cien años de vida aprendió solo, sin nadie que le explicase qué era y por qué estaba adquiriendo ese tipo de conciencia, una que un zorro salvaje jamás desarrollaría. Su camino no fue fácil, al contrario; la tragedia, la venganza y la muerte fueron sus mentores en sus primeros siglos de vida. No quería que ningún ser celestial pasara por lo mismo que él sufrió. En ocasiones, cuando la luna llena estaba en su punto más alto «la hora en que los espíritus se adueñaban de la oscuridad del bosque», Kazuo entonaba un llamado para que aquellos iguales a él sintieran que no estaban solos en este mundo cruel; que su diferencia no era un error, sino una bendición. Quería que, en sus primeros años, no se desarrollaran bajo la crueldad que el mundo les tenía reservado. Algunos no trascenderían; vivirían más de lo normal sin llegar a ser conscientes del poder que albergaban. Pero para aquellos cuya cola se partiera en dos, Kazuo deseaba estar allí. Darles ese amor que a él nadie le dió, en una etapa totalmente crucial. Caminaba por el bosque entonando una melodía que solo aquellos que podían caminar entre dos mundos eran capaces de escuchar. A su paso, la tierra, que había cedido al frío invierno, volvía a llenarse de vida, como si la energía y la luz que emanaban los zorros hicieran que la naturaleza se abriera camino. Era un espectáculo visual, una experiencia casi religiosa y trascendental. Quien fuera testigo de aquel milagro podría considerarse afortunado, pues era algo sagrado, reservado solo para los ojos que miraban el mundo con inocencia, más allá de lo físico. De pronto se escuchó el crujir de las ramas del suelo, cediendo a un peso ajeno y desconocido. No pertenecía a ninguno de los presentes en aquella marcha celestial. Cuando los kitsunes caminaban, lo hacían con el silencio de un depredador nocturno, sin que la hojarasca protestase bajo sus patas. Aquel sonido hizo que todos los zorros, del color de la luna, corrieran espantados hacia el amparo del manto nocturno. Kazuo fue el único que permaneció allí, con sus nueve colas en un vaivén suave, casi ensayado, manteniendo una calma imperturbable. Bajó su flauta lentamente, pero con la decisión de quien no teme lo desconocido, mientras sus ojos color zafiro se dirigían hacia el origen del sonido que había perturbado su labor. Aquellas cuencas no eran ojos que perteneciesen del todo a este mundo: la luz interior que poseían se hacía visible en la oscuridad, como si dos luciérnagas azules volaran al mismo compás. —Has asustado a mis hermanos… ¿Podrías mostrarte para poder ponerte rostro? —musitó con serenidad. No había hostilidad alguna en su voz, tan solo esa calma intrínseca de su ser.
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  • -se mira las garras en silencio mientras espera a que alguien en algún siglo quizás se motive en darle rol o al menos se acuerden que ella existe. Diría que se siente ofendida pero ya a esas alturas el abandono se volvió parte de su vida -

    -se mira las garras en silencio mientras espera a que alguien en algún siglo quizás se motive en darle rol o al menos se acuerden que ella existe. Diría que se siente ofendida pero ya a esas alturas el abandono se volvió parte de su vida -
    Me entristece
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  • 𝑾𝙚𝒍𝙘𝒐𝙢𝒆 𝒕𝙤 𝙒𝒊𝙣𝒕𝙚𝒓𝙛𝒆𝙡𝒍
    Fandom Juego de Tronos
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ"𝐻𝑎𝑏𝑒́𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎.
    ㅤㅤㅤ𝑃𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜. 𝑈𝑛 𝐿𝑎𝑛𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟
    ㅤㅤㅤ𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑖́ 𝑝𝑎𝑔𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠"

    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤ˹ Jaime Lannister
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤSiquiera un buen capitán pensaría que la peor batalla librada había sido la del paso de Altojardin. A pesar de las escasas pérdidas había sido una semi derrota para el bando de la reina Targaryen pues el grueso del oro de Altojardin ya había llegado a Desembarco cuando ellos atacaron. Desde que había pisado Poniente, cada prueba que se le había presentado parecía más complicada que la anterior. Como si Cersei avanzase a pasos agigantados y ella sintiera que se ahogaba, incapaz de ver más allá…

    El único que parecía avanzar en su cometido era Jon Nieve, pues a esas alturas el Rey en el Norte había comenzado con bastante éxito la extracción del vidriagón de la roca. No estaba demasiado contento con los métodos de Daenerys e incluso la reina tuvo la impresión de que guardaba una buena critica a sus métodos cuando regresó de Altojardin.

    Pero puede que la mayor victoria para Daenerys en aquellos dias fuera de ámbito personal. Una visita inesperada había llegado a Rocadragón mientras ella estuvo fuera. Sir Jorah Mormont había regresado. Curado y dispuesto a volver a jurarle su espada. Y Daenerys, quien a pesar de todo, de la traición y del dolor, seguía adorando a ese hombre, volvio a aceptarlo en sus filas.

    Un cuervo llegó poco después para Jon Nieve. Sus hermanos Arya y Bran habían regresado a Invernalia y el menor de los dos traía palabras negras: había visto al Rey de la Noche viajar hacia Guardaoriente del Mar con todas sus huestes con intención de cruzar el Muro. Jon expresó su deseo de regresar a Invernalia para la batalla y tanto él como Daenerys sabían que no tenía suficientes hombres. Y Daenerys no tenía intención de unírsele en ese momento. No con la amenaza de Cersei a sus espaldas a cada paso que daba.

    Pero Tyrion tuvo una idea acertada. Cersei y Poniente entero pensaban que los caminantes blancos eran una leyenda, un cuento para mandar a los niños a la cama. Había que refutarle aquella idea. Traer uno de los muertos hasta la civilización para convencer a Cersei de pelear por el mundo de los vivos. Para ello Sir Davos y Tyrion fueron hasta Desembarco del Rey. Tyrion se reunió con su hermano Jaime Lannister para pedir aquella audiencia. Mientras tanto, Davos tenía su propia tarea uniendo al equipo a Gendry, un herrero de Desembarco que resultó ser el heredero del difunto Robert Baratheon…

    La comitiva formada por Sir Jorah, Jon Nieve y Gendry partió de Rocadragón y en Guardaoriente sumaron a Sandor Clegane, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund y un par de hombres libres a aquella complicada misión. Una misión que se selló con un final trágico. Dos de los hombres de Tormund perecieron en la tormenta, Thoros de Myr lo hizo en el hielo y cuando Gendry Baratheon envio aquel cuervo pidiendo ayuda a Daenerys Targaryen, la reina y sus tres dragones volaron hasta el otro lado del Muro. Y allí, la aspirante al trono de los Siete Reinos vio morir a uno de sus tres hijos cuando El Rey de la Noche le atravesó el pecho con una lanza helada.

    Pero, al menos, habían conseguido capturar a un caminante con “vida”.

    Siquiera Jon Nieve regresó con ellos, más bien llegó a caballo hasta Guardaoriente. Herido, congelado y casi al borde de la muerte. Pero al despertar, convaleciente aun, juró su lealtad y el Norte a la Reina plateada.

    En vista de que Jaime había conseguido convencer a Cersei, se dio lugar la reunión más extraña jamás vista en Pozodragón: Jon Nieve, Tyrion Lannister, Davos Seaworth, Theon Greyjoy, Jorah Mormont, Brienne de Tarth en representación de Sansa Stark, Sandor Clegane, Missandei de Naath, Euron Greyjoy, dothrakis, soldados Lannister, Cersei Lannister, su hermano Jaime y, al final, acompañada de sus dos dragones restantes, Daenerys Targaryen.

    Cersei no pareció demasiado convencida, siquiera al ver a aquel muerto en vida que traían con ellos, no al menos hasta que se reunió en privado con su hermano menor. Nadie supo de qué hablaron la Reina de Poniente y la Mano de Daenerys Targaryen, pero la convenció lo suficiente como para que la hija de Tywin accediera a enviar huestes al Norte mientras se llevaba a cabo una tregua entre ambos bandos. Al menos hasta que la guerra contra los muertos terminase.

    Tras lo que parecieron siglos a caballo -siendo apenas un mes y medio- la comitiva de Daenerys Targaryen, Jon Nieve y sus hombres, llegaron hasta Invernalia con intención de prepararse para la batalla contra los caminantes blancos. La recepción en Invernalia no fue tan bien como la reina Targaryen había imaginado. Pero, honestamente, no esperaba otra cosa. El norte era orgulloso, cerrado y no solían gustar de forasteros. Aun asi no sintió miradas hostiles, lo cual era de agradecer ya que había llegado hasta allí con intención de pelear por esas personas con sus dos dragones y su ejército.

    Aun asi, se había visto en peores circunstancias y había sabido como usar las condiciones en su favor. Solo era cuestión de… tiempo. Y es que el Norte no estaba del todo convencido de la alianza entre Jon Nieve y la Targaryen y aunque Jon sabia surcar aquellas aguas con bastante elegancia, se notaba que el ambiente era tenso.

    Lo malo de las reuniones entre personas que no se conocían y que habían luchado unos contra otros es que siempre se encontraban tiranteces y malos deseos a la vuelta de la esquina. Como le ocurrió a la Reina al conocer a Samwell Tarly, amigo de Jon. No fue facil revelarle que había ejecutado a su padre y hermano por negarse a hincar la rodilla. Pero… cosas peores se habían llevado a cabo. A fin de cuentas, Lord Randyll Tarly había combatido junto a los Lannister y Baratheon contra la casa Targaryen. Daenerys sabía que aquella conversacion le traería más de un problema. Pero no podía pensar en eso en aquel momento. Había mucho que preparar, iban a ser semanas muy duras y complicadas en Invernalia. Para todos.

    Y es que Invernalia tuvo un inesperado recién llegado…

    Nada más y nada menos que Sir Jaime Lannister. Quien traía noticias para nada esperanzadoras para la gente del Norte y para la Alianza Ponientí.



    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #GameOfThrones
    ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ"𝐻𝑎𝑏𝑒́𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎. ㅤㅤㅤ𝑃𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜. 𝑈𝑛 𝐿𝑎𝑛𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟 ㅤㅤㅤ𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑖́ 𝑝𝑎𝑔𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠" ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤ˹ [The_Lion] ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤSiquiera un buen capitán pensaría que la peor batalla librada había sido la del paso de Altojardin. A pesar de las escasas pérdidas había sido una semi derrota para el bando de la reina Targaryen pues el grueso del oro de Altojardin ya había llegado a Desembarco cuando ellos atacaron. Desde que había pisado Poniente, cada prueba que se le había presentado parecía más complicada que la anterior. Como si Cersei avanzase a pasos agigantados y ella sintiera que se ahogaba, incapaz de ver más allá… El único que parecía avanzar en su cometido era Jon Nieve, pues a esas alturas el Rey en el Norte había comenzado con bastante éxito la extracción del vidriagón de la roca. No estaba demasiado contento con los métodos de Daenerys e incluso la reina tuvo la impresión de que guardaba una buena critica a sus métodos cuando regresó de Altojardin. Pero puede que la mayor victoria para Daenerys en aquellos dias fuera de ámbito personal. Una visita inesperada había llegado a Rocadragón mientras ella estuvo fuera. Sir Jorah Mormont había regresado. Curado y dispuesto a volver a jurarle su espada. Y Daenerys, quien a pesar de todo, de la traición y del dolor, seguía adorando a ese hombre, volvio a aceptarlo en sus filas. Un cuervo llegó poco después para Jon Nieve. Sus hermanos Arya y Bran habían regresado a Invernalia y el menor de los dos traía palabras negras: había visto al Rey de la Noche viajar hacia Guardaoriente del Mar con todas sus huestes con intención de cruzar el Muro. Jon expresó su deseo de regresar a Invernalia para la batalla y tanto él como Daenerys sabían que no tenía suficientes hombres. Y Daenerys no tenía intención de unírsele en ese momento. No con la amenaza de Cersei a sus espaldas a cada paso que daba. Pero Tyrion tuvo una idea acertada. Cersei y Poniente entero pensaban que los caminantes blancos eran una leyenda, un cuento para mandar a los niños a la cama. Había que refutarle aquella idea. Traer uno de los muertos hasta la civilización para convencer a Cersei de pelear por el mundo de los vivos. Para ello Sir Davos y Tyrion fueron hasta Desembarco del Rey. Tyrion se reunió con su hermano Jaime Lannister para pedir aquella audiencia. Mientras tanto, Davos tenía su propia tarea uniendo al equipo a Gendry, un herrero de Desembarco que resultó ser el heredero del difunto Robert Baratheon… La comitiva formada por Sir Jorah, Jon Nieve y Gendry partió de Rocadragón y en Guardaoriente sumaron a Sandor Clegane, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund y un par de hombres libres a aquella complicada misión. Una misión que se selló con un final trágico. Dos de los hombres de Tormund perecieron en la tormenta, Thoros de Myr lo hizo en el hielo y cuando Gendry Baratheon envio aquel cuervo pidiendo ayuda a Daenerys Targaryen, la reina y sus tres dragones volaron hasta el otro lado del Muro. Y allí, la aspirante al trono de los Siete Reinos vio morir a uno de sus tres hijos cuando El Rey de la Noche le atravesó el pecho con una lanza helada. Pero, al menos, habían conseguido capturar a un caminante con “vida”. Siquiera Jon Nieve regresó con ellos, más bien llegó a caballo hasta Guardaoriente. Herido, congelado y casi al borde de la muerte. Pero al despertar, convaleciente aun, juró su lealtad y el Norte a la Reina plateada. En vista de que Jaime había conseguido convencer a Cersei, se dio lugar la reunión más extraña jamás vista en Pozodragón: Jon Nieve, Tyrion Lannister, Davos Seaworth, Theon Greyjoy, Jorah Mormont, Brienne de Tarth en representación de Sansa Stark, Sandor Clegane, Missandei de Naath, Euron Greyjoy, dothrakis, soldados Lannister, Cersei Lannister, su hermano Jaime y, al final, acompañada de sus dos dragones restantes, Daenerys Targaryen. Cersei no pareció demasiado convencida, siquiera al ver a aquel muerto en vida que traían con ellos, no al menos hasta que se reunió en privado con su hermano menor. Nadie supo de qué hablaron la Reina de Poniente y la Mano de Daenerys Targaryen, pero la convenció lo suficiente como para que la hija de Tywin accediera a enviar huestes al Norte mientras se llevaba a cabo una tregua entre ambos bandos. Al menos hasta que la guerra contra los muertos terminase. Tras lo que parecieron siglos a caballo -siendo apenas un mes y medio- la comitiva de Daenerys Targaryen, Jon Nieve y sus hombres, llegaron hasta Invernalia con intención de prepararse para la batalla contra los caminantes blancos. La recepción en Invernalia no fue tan bien como la reina Targaryen había imaginado. Pero, honestamente, no esperaba otra cosa. El norte era orgulloso, cerrado y no solían gustar de forasteros. Aun asi no sintió miradas hostiles, lo cual era de agradecer ya que había llegado hasta allí con intención de pelear por esas personas con sus dos dragones y su ejército. Aun asi, se había visto en peores circunstancias y había sabido como usar las condiciones en su favor. Solo era cuestión de… tiempo. Y es que el Norte no estaba del todo convencido de la alianza entre Jon Nieve y la Targaryen y aunque Jon sabia surcar aquellas aguas con bastante elegancia, se notaba que el ambiente era tenso. Lo malo de las reuniones entre personas que no se conocían y que habían luchado unos contra otros es que siempre se encontraban tiranteces y malos deseos a la vuelta de la esquina. Como le ocurrió a la Reina al conocer a Samwell Tarly, amigo de Jon. No fue facil revelarle que había ejecutado a su padre y hermano por negarse a hincar la rodilla. Pero… cosas peores se habían llevado a cabo. A fin de cuentas, Lord Randyll Tarly había combatido junto a los Lannister y Baratheon contra la casa Targaryen. Daenerys sabía que aquella conversacion le traería más de un problema. Pero no podía pensar en eso en aquel momento. Había mucho que preparar, iban a ser semanas muy duras y complicadas en Invernalia. Para todos. Y es que Invernalia tuvo un inesperado recién llegado… Nada más y nada menos que Sir Jaime Lannister. Quien traía noticias para nada esperanzadoras para la gente del Norte y para la Alianza Ponientí. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #GameOfThrones
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