• Eh? , visto mucho cosas bellas echa por los humanos por siglos .... Una más increíbles que otras , algunas pequeñas otra brillantes Pero distintas a ellos .
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  • La próxima semana cumpliré un siglo más de vida como diosa .....

    No pido mucho, pero no me importa demaciado .
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  • — Hace mucho que no piso este cementerio, aqui estan todos los que considere mi familia, y estas tu.... un siglo ya sin venir, me eh tomado la libertad de que nadie mueva tus restos de lugar, claro que los demas estan protegidos, perdoname... no llegue a tiempo, no pude salvarte, si lo hubiera echo vivirias este infierno conmigo, oye Gray, desde entonces, nadie pudo ocupar tu lugar, ni borrar tus recuerdos, fuiste mi vida, mi todo... El ser que queria a mi lado... Una vida sin ti, suele ser vacia y dificil de llevar–

    Dejo caer las flores blancas en aquella tumba, brindando una ultima caricia.
    — Hace mucho que no piso este cementerio, aqui estan todos los que considere mi familia, y estas tu.... un siglo ya sin venir, me eh tomado la libertad de que nadie mueva tus restos de lugar, claro que los demas estan protegidos, perdoname... no llegue a tiempo, no pude salvarte, si lo hubiera echo vivirias este infierno conmigo, oye Gray, desde entonces, nadie pudo ocupar tu lugar, ni borrar tus recuerdos, fuiste mi vida, mi todo... El ser que queria a mi lado... Una vida sin ti, suele ser vacia y dificil de llevar– Dejo caer las flores blancas en aquella tumba, brindando una ultima caricia.
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    https://youtu.be/xZ8F5OAMcaM?si=hUr4G-zG13jZkO-u la mejor canción de todos los siglos y fandoms
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  • Un día como cualquier otro...
    Fandom OC
    Categoría Aventura
    Era un día normal en una taberna al este de las ruinas de la ciudadela de Lys, donde aventureros iban a buscar fortuna y tesoros dejados atrás por los reales hace siglos, pues extrañamente los miembros de la confraternidad no parecían interesados en conquistar formalmente el territorio, dejando el castillo en ruinas y la ciudadela deshabitadas, como si fueran un mero mensaje para las demás naciones y reinos menores sobre lo que puede pasar a aquellos que no obedezcan y se postren ante ellos como sus dioses.
    La taberna servía como lugar para beber, comer, dormir en el albergue que ofrece y como contacto de trabajo; diferentes empleadores emiten peticiones de ayuda ante trabajos complejos y potencialmente peligrosos y las pegan en tableros de anuncios en las tabernas en los lugares de paso, con la idea de contratar los servicios de aventureros sin nada qué perder para realizar tareas como combatir hordas de monstruos, buscar a gente desaparecida, librarse de un cacique de la confraternidad para liberar a un asentamiento, resguardar cargamentos de provisiones para la gente de los asentamientos, entre otras diferentes misiones que darían jugosas recompensas en monedas de oro...

    —Este lugar está animado el día de hoy... me alegra ver que la gente no ha perdido la capacidad de festejar y divertirse a pesar del estado actual del mundo...

    Murmuró un joven caballero vestido de azul, observando a la gente del establecimiento con interés; Desde el elfo comiendo educadamente una ensalsada hasta el semiorco devorando salvajemente un muslo de pavo como si de una paleta se tratara; desde el Enano presumiendo las joyas que consiguió en su último encargo hasta el pequeño Hobbit retando a un Bugbear a adivinar dónde quedó la pelota entre tres vasos, no notando que el pequeño granuja escondió la pelota en su manga. Aquellas eran visiones de una vida tranquila... pero que a la vez simboliza que la gente no se ha rendido a pesar de sus circunstancias; se niegan a dejar que la catástrofe de los portales los haga perder su espíritu de lucha...

    —Huh? Parece que llegó alguien nuevo...

    Murmuró el joven hidalgo mientras veía la sombra de alguien entrando en la taberna...
    Era un día normal en una taberna al este de las ruinas de la ciudadela de Lys, donde aventureros iban a buscar fortuna y tesoros dejados atrás por los reales hace siglos, pues extrañamente los miembros de la confraternidad no parecían interesados en conquistar formalmente el territorio, dejando el castillo en ruinas y la ciudadela deshabitadas, como si fueran un mero mensaje para las demás naciones y reinos menores sobre lo que puede pasar a aquellos que no obedezcan y se postren ante ellos como sus dioses. La taberna servía como lugar para beber, comer, dormir en el albergue que ofrece y como contacto de trabajo; diferentes empleadores emiten peticiones de ayuda ante trabajos complejos y potencialmente peligrosos y las pegan en tableros de anuncios en las tabernas en los lugares de paso, con la idea de contratar los servicios de aventureros sin nada qué perder para realizar tareas como combatir hordas de monstruos, buscar a gente desaparecida, librarse de un cacique de la confraternidad para liberar a un asentamiento, resguardar cargamentos de provisiones para la gente de los asentamientos, entre otras diferentes misiones que darían jugosas recompensas en monedas de oro... —Este lugar está animado el día de hoy... me alegra ver que la gente no ha perdido la capacidad de festejar y divertirse a pesar del estado actual del mundo... Murmuró un joven caballero vestido de azul, observando a la gente del establecimiento con interés; Desde el elfo comiendo educadamente una ensalsada hasta el semiorco devorando salvajemente un muslo de pavo como si de una paleta se tratara; desde el Enano presumiendo las joyas que consiguió en su último encargo hasta el pequeño Hobbit retando a un Bugbear a adivinar dónde quedó la pelota entre tres vasos, no notando que el pequeño granuja escondió la pelota en su manga. Aquellas eran visiones de una vida tranquila... pero que a la vez simboliza que la gente no se ha rendido a pesar de sus circunstancias; se niegan a dejar que la catástrofe de los portales los haga perder su espíritu de lucha... —Huh? Parece que llegó alguien nuevo... Murmuró el joven hidalgo mientras veía la sombra de alguien entrando en la taberna...
    Tipo
    Individual
    Líneas
    3
    Estado
    Disponible
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  • Carmina caminaba por las calles con una expresión que bien podría haber derretido una capa de hielo, pero lo único que amenazaba con derretirse era ella misma. El viento cortante se colaba por los rincones de su abrigo, y cada paso que daba era una batalla contra el frío.

    "Esto es una locura. ¿Por qué diablos vivo en un lugar donde el clima parece tener una relación personal con el invierno?" murmuraba para sí misma, apretando los dientes mientras abrazaba su chaleco con más fuerza. Cada bocanada de aire helado le congelaba la cara, y las puntas de sus dedos parecían ser un bloque de hielo que no se derretiría hasta el próximo siglo.

    Cuando pasó frente a una tienda de ropa, un impulso irrefrenable la hizo detenerse. ¿Una bufanda más? pensó. Claro, eso solucionará todos mis problemas. Y un par de guantes que no me hagan parecer un muñeco de nieve.

    A pesar de su furia interna, entró en la tienda, solo para ser recibida por un extraño tipo que le ofreció una bufanda de colores brillantes. "¡Es el último modelo! Totalmente de moda y mantiene el calor como ningún otro", dijo el vendedor con una sonrisa que parecía sacada de un catálogo de invierno feliz.

    Carmina lo miró, su ceño fruncido más pronunciado que nunca. "Escucha, amigo," dijo con voz grave y directa, "lo único que quiero es no sentir que mis huesos se están fracturando bajo la capa de hielo que el viento me está echando. No me importa la moda, solo busco algo que no me haga pensar que estoy congelando mi alma."

    El vendedor, claramente impresionado por su sinceridad, la observó mientras elegía una bufanda más sobria. "Entendido. Lo suyo es la funcionalidad, no el glamour," dijo, y se alejó, dejando a Carmina con una nueva pieza de lana que tenía todo el potencial de salvarla del invierno... o al menos eso esperaba.

    Cuando salió de la tienda, Carmina se envolvió en la bufanda, la cual, milagrosamente, parecía cumplir su propósito. Pero su rostro seguía tan enfadado como siempre. "Esto no es suficiente. El frío no se va a rendir solo porque me ponga ropa más abrigada. Necesito una solución, y no, no hablo de comprar más cosas."

    Justo cuando pensaba que su día no podría empeorar, el viento lanzó una ráfaga tan fuerte que su bufanda, por un breve segundo, se deshizo. "¡Ah, no!" gritó, mirando cómo su bufanda volaba como un cometa fuera de control.

    A regañadientes, Carmina comenzó a correr tras ella, lanzando maldiciones por cada paso que daba. Cuando finalmente atrapó la bufanda, se detuvo, respirando pesadamente, mirando el cielo como si estuviera esperando una señal de los dioses para que al menos el frío tuviera piedad de ella.

    "Debería haberme quedado en casa," dijo mientras se ajustaba la bufanda y comenzaba a caminar hacia su destino, resignada a que este invierno no la iba a ganar. "Pero, por lo menos, esta bufanda es bastante decente."
    Carmina caminaba por las calles con una expresión que bien podría haber derretido una capa de hielo, pero lo único que amenazaba con derretirse era ella misma. El viento cortante se colaba por los rincones de su abrigo, y cada paso que daba era una batalla contra el frío. "Esto es una locura. ¿Por qué diablos vivo en un lugar donde el clima parece tener una relación personal con el invierno?" murmuraba para sí misma, apretando los dientes mientras abrazaba su chaleco con más fuerza. Cada bocanada de aire helado le congelaba la cara, y las puntas de sus dedos parecían ser un bloque de hielo que no se derretiría hasta el próximo siglo. Cuando pasó frente a una tienda de ropa, un impulso irrefrenable la hizo detenerse. ¿Una bufanda más? pensó. Claro, eso solucionará todos mis problemas. Y un par de guantes que no me hagan parecer un muñeco de nieve. A pesar de su furia interna, entró en la tienda, solo para ser recibida por un extraño tipo que le ofreció una bufanda de colores brillantes. "¡Es el último modelo! Totalmente de moda y mantiene el calor como ningún otro", dijo el vendedor con una sonrisa que parecía sacada de un catálogo de invierno feliz. Carmina lo miró, su ceño fruncido más pronunciado que nunca. "Escucha, amigo," dijo con voz grave y directa, "lo único que quiero es no sentir que mis huesos se están fracturando bajo la capa de hielo que el viento me está echando. No me importa la moda, solo busco algo que no me haga pensar que estoy congelando mi alma." El vendedor, claramente impresionado por su sinceridad, la observó mientras elegía una bufanda más sobria. "Entendido. Lo suyo es la funcionalidad, no el glamour," dijo, y se alejó, dejando a Carmina con una nueva pieza de lana que tenía todo el potencial de salvarla del invierno... o al menos eso esperaba. Cuando salió de la tienda, Carmina se envolvió en la bufanda, la cual, milagrosamente, parecía cumplir su propósito. Pero su rostro seguía tan enfadado como siempre. "Esto no es suficiente. El frío no se va a rendir solo porque me ponga ropa más abrigada. Necesito una solución, y no, no hablo de comprar más cosas." Justo cuando pensaba que su día no podría empeorar, el viento lanzó una ráfaga tan fuerte que su bufanda, por un breve segundo, se deshizo. "¡Ah, no!" gritó, mirando cómo su bufanda volaba como un cometa fuera de control. A regañadientes, Carmina comenzó a correr tras ella, lanzando maldiciones por cada paso que daba. Cuando finalmente atrapó la bufanda, se detuvo, respirando pesadamente, mirando el cielo como si estuviera esperando una señal de los dioses para que al menos el frío tuviera piedad de ella. "Debería haberme quedado en casa," dijo mientras se ajustaba la bufanda y comenzaba a caminar hacia su destino, resignada a que este invierno no la iba a ganar. "Pero, por lo menos, esta bufanda es bastante decente."
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    Rol Privado

    Se detuvo en media caminata, ladeo un poco su rostro disimulando, comenzando a caminar hacia las vitrinas de las tiendas, ella sabía cuando alguien la perseguía lo presentía, aunque a veces creía que era solo ideas suyas, por primera vez en años o mejor dicho en siglos aspiraba el aroma en el aire, hombre, ¿Maduro o joven? Ni ella mismo lo sabía, olor aun traje recién lavado, tintorería tal vez, entonces se percato de que podrían ser sus eternos enemigos, ¿acaso la iglesia ya no quiere arriesgar a sus sacerdotes? Los recuerda como si hubiera sido ayer, uno murió en sus manos y el otro estuvo debajo de ella muchas veces.

    — Veamos, veamos.... ¿Quién es la presa de hoy? — Se giro para poder llevar su mirada hacia un callejón no tan camino con calma hacia el mismo con la mirada fija, sin saber con quién o quieres se encontraría.

    @𝐏 𝐀 𝐑 𝐀 𝐍 𝐎 𝐗
    Rol Privado Se detuvo en media caminata, ladeo un poco su rostro disimulando, comenzando a caminar hacia las vitrinas de las tiendas, ella sabía cuando alguien la perseguía lo presentía, aunque a veces creía que era solo ideas suyas, por primera vez en años o mejor dicho en siglos aspiraba el aroma en el aire, hombre, ¿Maduro o joven? Ni ella mismo lo sabía, olor aun traje recién lavado, tintorería tal vez, entonces se percato de que podrían ser sus eternos enemigos, ¿acaso la iglesia ya no quiere arriesgar a sus sacerdotes? Los recuerda como si hubiera sido ayer, uno murió en sus manos y el otro estuvo debajo de ella muchas veces. — Veamos, veamos.... ¿Quién es la presa de hoy? — Se giro para poder llevar su mirada hacia un callejón no tan camino con calma hacia el mismo con la mirada fija, sin saber con quién o quieres se encontraría. @𝐏 𝐀 𝐑 𝐀 𝐍 𝐎 𝐗
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  • Desde que su amada Elizabeth se había quedado en cinta, un instinto primitivo se había activado en Kazuo. Esto hacía que intentase por todos los medios mantener atendida y complacida a su prometida. Lo desencadenó que el zorro, después de siglos, comenzase a cazar como lo hacía antaño, cuando era un zorro salvaje.

    Llevaba presas a su hogar, a modo de mantener alimentada a su pareja, quién esperaba el hijo de ambos. Para él, una dieta a base de verduras y algo de pescado, no era suficiente para mantener el cuerpo de Liz bien nutrido para afrontar el desarrollo del embarazo.

    Este, la mayoría de veces, se sentía culpable por las vidas que arrebataba. Pero era algo que simplemente no podía controlar. Todos los días en la mesa había una copiosa comida donde el conejo, venado o el jabalí eran los protagonistas de tal festín.
    Desde que su amada Elizabeth se había quedado en cinta, un instinto primitivo se había activado en Kazuo. Esto hacía que intentase por todos los medios mantener atendida y complacida a su prometida. Lo desencadenó que el zorro, después de siglos, comenzase a cazar como lo hacía antaño, cuando era un zorro salvaje. Llevaba presas a su hogar, a modo de mantener alimentada a su pareja, quién esperaba el hijo de ambos. Para él, una dieta a base de verduras y algo de pescado, no era suficiente para mantener el cuerpo de Liz bien nutrido para afrontar el desarrollo del embarazo. Este, la mayoría de veces, se sentía culpable por las vidas que arrebataba. Pero era algo que simplemente no podía controlar. Todos los días en la mesa había una copiosa comida donde el conejo, venado o el jabalí eran los protagonistas de tal festín.
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  • Capítulo #5: La gran guerra nupcial. Parte #2.

    La guerra se desató... la familia del zar apenas lograron escapar de la encerrona que supuso la boda falsa, y de la zarevna descarriada y el traidor de su sirviente no se supo más... esto hizo que la tensa paz artificial entre las dos naciones finalmente rompiera su último hilo que la mantenía, iniciando la gran guerra. Este conflicto duró 300 años completos, en los cuales las grandes batallas en cielo mar y tierra se libraron. Poderosos hechizos y la más avanzada tecnología militar se desplegaron, aeronaves y dragones surcaban los cielos desatando bombas y bolas de fuego sobre la población y derramando sangre combatiente y civil por igual en ambos frentes. Durante años ambos bandos mantenían un estira y afloja en el campo de batalla, mientras que sus científicos y magos desarrollaban nuevas tecnología y rituales para tratar de derrotar a sus enemigos. Bases caían, los cadáveres se acumulaban y la miseria caía sobre los más inocentes...
    Entre estas tecnologías, en el tercer siglo de guerra el emperador Claude V, descendiente directo del emperador culpable de esta blasfemia contra la humanidad, ordenó usar un horrendo tomo antiguo recuperado de una misteriosa capilla negra en los territorios de la perdida civilización de Saionia; un grimorio negro azabache con el que lograron invocar y domar horrendos demonios llamados Formoire; gigantes de fuego y azufre nacidos de apócrifos ritos de sangre y orgías, con grandes astas, ojos llenos de locura y odio, gigantescas alas negras como la noche durante una tormenta y armados con enormes tridentes de hierro incandescente.
    Los Krassnos no se quedaron atrás, pues el Zar en curso, Nicolai Nicolaiev II ordenó l aconstrucción de las unidades de combate "Bogatyr"; colosales trajes de combate armados hasta los dientes capaces de causar la cantidad de daño que un escuadrón militar completo podría, apenas tripulados por un puñado de soldados...
    Y el agujero oscuro en el cielo sigue siendo ignorado... ahora es tan grande para que una persona quepa a través de él... y una gota de un líquido negro cayó casi al mismo tiempo que los demonios y las máquinas pisaron la tierra para desatar el horror...
    Capítulo #5: La gran guerra nupcial. Parte #2. La guerra se desató... la familia del zar apenas lograron escapar de la encerrona que supuso la boda falsa, y de la zarevna descarriada y el traidor de su sirviente no se supo más... esto hizo que la tensa paz artificial entre las dos naciones finalmente rompiera su último hilo que la mantenía, iniciando la gran guerra. Este conflicto duró 300 años completos, en los cuales las grandes batallas en cielo mar y tierra se libraron. Poderosos hechizos y la más avanzada tecnología militar se desplegaron, aeronaves y dragones surcaban los cielos desatando bombas y bolas de fuego sobre la población y derramando sangre combatiente y civil por igual en ambos frentes. Durante años ambos bandos mantenían un estira y afloja en el campo de batalla, mientras que sus científicos y magos desarrollaban nuevas tecnología y rituales para tratar de derrotar a sus enemigos. Bases caían, los cadáveres se acumulaban y la miseria caía sobre los más inocentes... Entre estas tecnologías, en el tercer siglo de guerra el emperador Claude V, descendiente directo del emperador culpable de esta blasfemia contra la humanidad, ordenó usar un horrendo tomo antiguo recuperado de una misteriosa capilla negra en los territorios de la perdida civilización de Saionia; un grimorio negro azabache con el que lograron invocar y domar horrendos demonios llamados Formoire; gigantes de fuego y azufre nacidos de apócrifos ritos de sangre y orgías, con grandes astas, ojos llenos de locura y odio, gigantescas alas negras como la noche durante una tormenta y armados con enormes tridentes de hierro incandescente. Los Krassnos no se quedaron atrás, pues el Zar en curso, Nicolai Nicolaiev II ordenó l aconstrucción de las unidades de combate "Bogatyr"; colosales trajes de combate armados hasta los dientes capaces de causar la cantidad de daño que un escuadrón militar completo podría, apenas tripulados por un puñado de soldados... Y el agujero oscuro en el cielo sigue siendo ignorado... ahora es tan grande para que una persona quepa a través de él... y una gota de un líquido negro cayó casi al mismo tiempo que los demonios y las máquinas pisaron la tierra para desatar el horror...
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  • No importa que época o siglo estemos la humanidad no cambiará.
    No importa que época o siglo estemos la humanidad no cambiará.
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