• "Esta rosa del desierto llama a la lluvia. Quién venera su presencia; acude como un condenado a sus melodías. Cada uno de los pasos que lo acercan a mí es una llamada de paraísos primigenios pese a que desconozco si lograré encontrarlo entre mis brazos para siempre. Aún perdura su estampa en este corazón que arrastra todas mis ilusiones. Mis huellas a ópera silente; porque no hay espíritu que lo pueda invocar y traerlo hasta mí".

    Sus palabras susurran delineados a sol de invierno y nieve de verano. La habitación produce que su corazón latiera y lagrimeara, sin derramar una lágrima alguna. Reparte una caricia entre los barrotes; la jaula no está oxidada pero reposa en matiz bronce. Ahí perduran sus memorias. El cofre en que las ha sepultado resuena música. Melodías que silban una La crecida, que delinean un Re escrito con hilares de lana. Las Mi que hechizan los dedos que tocan sus hoscos rostros; esos revestidos con vidrioso orégano y laureles circunspectos. Delimita una forma de prestarle los ojos de sus manos. Vislumbra las alineaciones de los astros que pecan de inocentes.

    El abrigo de sus rezos calma los sollozos del genuino imberbe con aroma a condenado; él matiza la arena con la que le calienta los pies. El orgullo de sus crímenes, signos de bosques y triadas de metal, esos que esgrimen una venía a sus denarios de dientes de leche y huesos de cimitarras; pigmentados con tinta indeleble para siempre en un pozo de ríos de paraísos sin final.

    Él presta a callar sus sentires; él imprime sus huellas dactilares en un esbozo que musita un esgrimido de hazañas y recodos de piedras en el centro de su vesícula. Tiene hambre y viste de espejismos y cayenas. Ofrece café de uvas; pastel de zanahorias y ciruelas pasas que pastan con el rencor de las palabras mudas que se elevan, se elevan, se elevan con el futuro de los céfiros y el humo de adviento que hace el Amor con sus delicadas promesas.

    Él abre la jaula. No persiste el juicio que lo condenó a vagar en la realidad sin siquiera moverse. Sus dedos se mueven, tejen un lagrimeo de lilas y árboles de lima. Las naranjas que crecen en su interior, que pare de vez en vez, de vez en vez, de vez en vez retienen los rostros infantiles de sus vástagos. Edifican pilares, consciencia con aroma a popurrí. Seda de huesos de besos. Desde el secuestro escriben una historia interminable; venenos y antídotos han trinado y sesgado a sus dominios; derrite a la razón de sus suspiros. Retira la sentencia en las nocturnas haladas que pregonan juntos; cada vez que abren las alas. Cada vez que fotografía su anatomía y la borda en el centro de su ombligo.

    Cada tanto que cuenta el tiempo que anda y, con anhelantes rezos, describe a la fantasía justo a su sangre y altares. A él acude cada vez que se equivoca en las lecciones. A él confiesa sus dolencias; la magia punza y retiene lo poco de cordura que les queda. Comparten el lecho de plumas y piojos de ganso. Sobre ellos crecen flores cristalinas; la fiereza de sus voces al llamarse sin palabras hiere a sus engaños. Jamás se abandonarán el uno al otro, el otro al uno, el uno al dos.

    Ambos son prisioneros y verdugos de su Amor, melodía decorosa que viste a la tumba de sus hilos rojos del Destino y muñecas con aroma a Sol. El otoño crece entre sus ramas: un firmamento anhelante de sal de mar. Un sueño que repite su ciclo de principio a fin con vestigios de cisnes y cigüeñas hechas de tejidos de papel. Hiela una brizna y recita la buena nueva de su historia en estos aquí y estos ahora.

    Amor y dolor. Duermen y sueñan con ellos mismos; sueños de dulces cunas. Se anhelan, se quieren, con etéreo valor. Se anhelan, se quieren, con etéreo valor. Se anhelan, se quieren, con etéreo valor. Un lamento de sus ecos alcanza a rasgar el silencio que escuda sus penas que aguardan ante como monolitos colgantes de pies descalzos; ellos se abrazan, aún en la distancia. Ellos hacen el Amor siempre entre desnudadas pérdidas y reencuentros de crueldades magnánimas, tan sólo son dos soñadores radicales que se anhelan; tan sólo el firmamento y el mar que se llaman entre los bordes del tiempo. Están ahí, y se desmoronan, similares a un leve susurro; a un encanto. Un sagrado sueño que los unifica y en el que se buscan sin siquiera conocer sus nombres verdaderos.


    "Esta rosa del desierto llama a la lluvia. Quién venera su presencia; acude como un condenado a sus melodías. Cada uno de los pasos que lo acercan a mí es una llamada de paraísos primigenios pese a que desconozco si lograré encontrarlo entre mis brazos para siempre. Aún perdura su estampa en este corazón que arrastra todas mis ilusiones. Mis huellas a ópera silente; porque no hay espíritu que lo pueda invocar y traerlo hasta mí". Sus palabras susurran delineados a sol de invierno y nieve de verano. La habitación produce que su corazón latiera y lagrimeara, sin derramar una lágrima alguna. Reparte una caricia entre los barrotes; la jaula no está oxidada pero reposa en matiz bronce. Ahí perduran sus memorias. El cofre en que las ha sepultado resuena música. Melodías que silban una La crecida, que delinean un Re escrito con hilares de lana. Las Mi que hechizan los dedos que tocan sus hoscos rostros; esos revestidos con vidrioso orégano y laureles circunspectos. Delimita una forma de prestarle los ojos de sus manos. Vislumbra las alineaciones de los astros que pecan de inocentes. El abrigo de sus rezos calma los sollozos del genuino imberbe con aroma a condenado; él matiza la arena con la que le calienta los pies. El orgullo de sus crímenes, signos de bosques y triadas de metal, esos que esgrimen una venía a sus denarios de dientes de leche y huesos de cimitarras; pigmentados con tinta indeleble para siempre en un pozo de ríos de paraísos sin final. Él presta a callar sus sentires; él imprime sus huellas dactilares en un esbozo que musita un esgrimido de hazañas y recodos de piedras en el centro de su vesícula. Tiene hambre y viste de espejismos y cayenas. Ofrece café de uvas; pastel de zanahorias y ciruelas pasas que pastan con el rencor de las palabras mudas que se elevan, se elevan, se elevan con el futuro de los céfiros y el humo de adviento que hace el Amor con sus delicadas promesas. Él abre la jaula. No persiste el juicio que lo condenó a vagar en la realidad sin siquiera moverse. Sus dedos se mueven, tejen un lagrimeo de lilas y árboles de lima. Las naranjas que crecen en su interior, que pare de vez en vez, de vez en vez, de vez en vez retienen los rostros infantiles de sus vástagos. Edifican pilares, consciencia con aroma a popurrí. Seda de huesos de besos. Desde el secuestro escriben una historia interminable; venenos y antídotos han trinado y sesgado a sus dominios; derrite a la razón de sus suspiros. Retira la sentencia en las nocturnas haladas que pregonan juntos; cada vez que abren las alas. Cada vez que fotografía su anatomía y la borda en el centro de su ombligo. Cada tanto que cuenta el tiempo que anda y, con anhelantes rezos, describe a la fantasía justo a su sangre y altares. A él acude cada vez que se equivoca en las lecciones. A él confiesa sus dolencias; la magia punza y retiene lo poco de cordura que les queda. Comparten el lecho de plumas y piojos de ganso. Sobre ellos crecen flores cristalinas; la fiereza de sus voces al llamarse sin palabras hiere a sus engaños. Jamás se abandonarán el uno al otro, el otro al uno, el uno al dos. Ambos son prisioneros y verdugos de su Amor, melodía decorosa que viste a la tumba de sus hilos rojos del Destino y muñecas con aroma a Sol. El otoño crece entre sus ramas: un firmamento anhelante de sal de mar. Un sueño que repite su ciclo de principio a fin con vestigios de cisnes y cigüeñas hechas de tejidos de papel. Hiela una brizna y recita la buena nueva de su historia en estos aquí y estos ahora. Amor y dolor. Duermen y sueñan con ellos mismos; sueños de dulces cunas. Se anhelan, se quieren, con etéreo valor. Se anhelan, se quieren, con etéreo valor. Se anhelan, se quieren, con etéreo valor. Un lamento de sus ecos alcanza a rasgar el silencio que escuda sus penas que aguardan ante como monolitos colgantes de pies descalzos; ellos se abrazan, aún en la distancia. Ellos hacen el Amor siempre entre desnudadas pérdidas y reencuentros de crueldades magnánimas, tan sólo son dos soñadores radicales que se anhelan; tan sólo el firmamento y el mar que se llaman entre los bordes del tiempo. Están ahí, y se desmoronan, similares a un leve susurro; a un encanto. Un sagrado sueño que los unifica y en el que se buscan sin siquiera conocer sus nombres verdaderos.
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  • —Hank ubico en donde tenian a Sirius, no dudo en ir alli, no le importaba si estaba fuertemente protegido, el iria solo para rescatar a su hijo,Hank no recurrio al sigilo o a la evasion,fue de frente por la entrada principal,la ira que llevaba encima era tan grande que provocaba una enorme concentracion y resistencia, al adentrarse en el pequeño edificio,las alarnas se dispararon y se preparaban para sacar a Sirius del lugar, Hank se metio a la sala electrica y comenzo a darle espadazos a todo lo que veia,esperando cortar algun cable crucial para las puertas automaticas o algo mas importante,cosa que logro parcialmente,logro que las luces fallaran y que todos los corredores esten en un constante apagado y encendido de las luces,tambien logro que la electricidad fallara por unos momentos y luego regresara de golpe,asi que tardarian bastante para sacar a Sirius.—



    —Mientras tanto,los soldados responsables de el secuestro de Sirius iban en un grupo de 12,uno de ellos lo traia en brazos,le habian tapado los oidos para no dejarlo sordo o perturbarlo,Una vez que llegaron a la parte de atras del edificio trataron de abrir la puerta,pero esta misma se abrio a medias,debido a que la electricidad se habia ido por el momento—



    "¡Carajo,ayudenme!"


    —Los soldados empezaron a hacer fuerzas para tratar de abrir la puerta,pero esta misma no cedia bajo ningun concepto—


    "Esta atascada"


    —Un estruendo se oyo enfrente de el grupo de Hombres,todos apuntaron a la densa oscuridad sin saber que pasaba,una presencia totamente oscura se sintio en el aire,al regresar la luz,se revelo a Hank en el final del pasillo,estaba cubierto de sangre casi por completo,todos se alarmaron y entraron en panico,sin pensarlo empezaron a dispararle a Hank,este mismo sabia que no podia usar las balas en contra de ellos porque podria herir a su hijo sin querer,Asi que empezo a desviar las balas hacia la pared.
    Hank fue avanzando por el corredor,matando uno por uno a los soldados,cuando quedo el ultimo soldado,el cual era el que cargaba a Sirius en brazos,trataba de abrir la puerta desesperadamente,Cuando Hank lo tuvo enfrente,me quito a Sirius de sus brazos y le clavo su espada con tal fuerza que atreveso la puerta de metal hasta el otro lado—
    —Hank ubico en donde tenian a Sirius, no dudo en ir alli, no le importaba si estaba fuertemente protegido, el iria solo para rescatar a su hijo,Hank no recurrio al sigilo o a la evasion,fue de frente por la entrada principal,la ira que llevaba encima era tan grande que provocaba una enorme concentracion y resistencia, al adentrarse en el pequeño edificio,las alarnas se dispararon y se preparaban para sacar a Sirius del lugar, Hank se metio a la sala electrica y comenzo a darle espadazos a todo lo que veia,esperando cortar algun cable crucial para las puertas automaticas o algo mas importante,cosa que logro parcialmente,logro que las luces fallaran y que todos los corredores esten en un constante apagado y encendido de las luces,tambien logro que la electricidad fallara por unos momentos y luego regresara de golpe,asi que tardarian bastante para sacar a Sirius.— —Mientras tanto,los soldados responsables de el secuestro de Sirius iban en un grupo de 12,uno de ellos lo traia en brazos,le habian tapado los oidos para no dejarlo sordo o perturbarlo,Una vez que llegaron a la parte de atras del edificio trataron de abrir la puerta,pero esta misma se abrio a medias,debido a que la electricidad se habia ido por el momento— "¡Carajo,ayudenme!" —Los soldados empezaron a hacer fuerzas para tratar de abrir la puerta,pero esta misma no cedia bajo ningun concepto— "Esta atascada" —Un estruendo se oyo enfrente de el grupo de Hombres,todos apuntaron a la densa oscuridad sin saber que pasaba,una presencia totamente oscura se sintio en el aire,al regresar la luz,se revelo a Hank en el final del pasillo,estaba cubierto de sangre casi por completo,todos se alarmaron y entraron en panico,sin pensarlo empezaron a dispararle a Hank,este mismo sabia que no podia usar las balas en contra de ellos porque podria herir a su hijo sin querer,Asi que empezo a desviar las balas hacia la pared. Hank fue avanzando por el corredor,matando uno por uno a los soldados,cuando quedo el ultimo soldado,el cual era el que cargaba a Sirius en brazos,trataba de abrir la puerta desesperadamente,Cuando Hank lo tuvo enfrente,me quito a Sirius de sus brazos y le clavo su espada con tal fuerza que atreveso la puerta de metal hasta el otro lado—
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  • ༄ 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​...
    ㅤㅤ⤹ 𝘿𝙀𝘼𝙉 𝙒𝙄𝙉𝘾𝙃𝙀𝙎𝙏𝙀𝙍

    ❛❛ ¿𝟻𝟶 𝒶𝓃̃𝑜𝓈? 𝐸𝓂𝓅𝑒𝒸𝑒𝓂𝑜𝓈 𝓅𝑜𝓇 𝒽𝑜𝓎.
    𝐸𝓁 𝓅𝓇𝒾𝓂𝑒𝓇 𝒹𝒾́𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓇𝑒𝓈𝓉𝑜 𝒹𝑒 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶. ❜❜

    ㅤㅤㅤ Casi había pasado un mes desde su “secuestro”, desde el ataque del genio, desde aquel buffet libre de pesadillas que le había regalado aquella desinteresada y altruista criatura. Casi un mes desde que, en un dormitorio o en otro, (casi siempre en el de Dean, porque “𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑢𝑠𝑎𝑟𝑙𝑒 𝑗𝑎𝑞𝑢𝑒𝑐𝑎”) la pareja dormía junta prácticamente todas las noches. Convirtiéndose el uno en el muro de contención de las pesadillas del otro.
    Casi un mes desde que Dean había descubierto su verdadero nombre y no se lo había revelado a absolutamente nadie.
    Hecho que Poppy le agradecía de corazón, primero porque no se sentía cómoda con que la gente lo supiera, y segundo porque en el fondo le gustaba que fuera algo entre ellos.

    Aquella noche en la que la habían llevado de vuelta al bunker se había prometido a si misma hablar con Sam, agradecerle su parte de implicación en aquel rescate, y la gestión de todo lo que había venido después, liberándola así a ella misma y a Dean de esa carga.
    Esa promesa, aún estaba pendiente. Pero no tenía intención de posponerla mucho más tiempo.
    Sabía dónde estaba Sam.
    Sabía que estaban solos en el bunker.
    Castiel estaba buscando a Jack.
    Y Dean habían salido al pueblo con la importante misión de llenar la nevera y la despensa.

    Así, Poppy aparece en la biblioteca, donde Sam estaba sentado en la misma silla que siempre usaba, con su inseparable portátil, con una enorme bandeja en las manos, llena de una taza de té. un café, uno de aquellos smoothies verdes que tanto le gustaban, y que hasta a ella le parecían algo repugnante, un plato con huevos revueltos, varias tostadas, algo de fruta fresca y zumo de naranja recién exprimido.

    Tras dejar la bandeja justo frente a él, la británica toma asiento al otro lado de la mesa. Coge la taza de té y bebe un primer trago tomándose su tiempo, mientras soportaba la mirada interrogativa de Sam, con una sonrisa.

    — ¿A que debo este despliegue, Poppy? Tengo la sensación de que es una encerrona…

    — ¿Tan mal concepto tienes aún de mí? Siempre he pensado que Dean era el más duro de pelar en cuanto a confianza se refiera…

    — Tengo claro que esa barrera ya la has sobrepasado con creces, pelirroja.

    — No he venido para hablar sobre mi relación con Dean… Bueno, no del todo al menos. Quería darte las gracias Sam. Por venir a salvarme el pellejo. Por aceptar arriesgarte por mí. — Poco sabia la pelirroja que Dean no hubiera aceptado un no por respuesta en lo que se refería a su rescate, y tampoco le importaba, no le importaban los “peros” que pudiera haber llegado a poner Sam, (si es que había puesto alguno) lo que importaba era que al final, había acudido. — No me importa si lo hiciste por tu hermano y no por mí, estabas ahí y eso es suficiente. De modo que esto es un pequeño gesto de agradecimiento. —

    Mientras dice aquellas últimas palabras empuja con su mano derecha la bandeja algo más hacia Sam, el cual termina por sonreír cuando se hace con el smoothie

    — Lo cierto es que Dean estaba seguro de que no podías haberte ido, que no nos… que no le, habías abandonado…

    — Tu tenías tus dudas, ¿cierto?

    — Las tenía, en pasado. Jamás volverá a ser así, ahora eres una más Pops, bienvenida a la familia.

    Aquellas palabras serian ese tipo de conversación que siempre recordaría, sabía que cuando hubiera pasado el tiempo, sería capaz de rememorar aquella conversación con todo lujo de detalles.
    Conversación que continua, conversación que sería uno de los primeros ladrillos en los cimientos de la relación entre la pelirroja y el menor de los Winchester. Conversación de la cual Poppy Davies saca su siguiente plan.

    Dean había llegado y les había sorprendido en su desayuno de hermandad, pero por suerte para ella no estaban tratando ese tema cuando él llega. En su mente ya estaba el plan trazado por completo y al milímetro. Tan solo necesitaba un día o día y medio para ponerlo en marcha.
    En cuanto tiene medio segundo a solas con un ordenador, busca alquilar la casa perfecta, completamente equipada, en la única playa que había pasado el corte de todos sus filtros.
    Que estuviera cerca, que fuera tranquila, poco concurrido, con arena fina y vegetación alrededor.

    El siguiente paso, es el que más disfruta. Se ausente toda una tarde fuera del bunker, y se dedica a comprar todo cuanto sabía que Dean no tenia y que iba a necesitar, además de otros caprichos que no puede evitar añadir a su compra.
    A la vuelta a casa, aprovechando que Dean está en la ducha, se cuela en su cuarto, con su enorme maleta de color rosa empolvado ya llena de prácticamente todo cuanto necesitaban, y la termina con la ropa que el cazador iba a necesitar.

    Una vez la maleta está en el Impala, Poppy cierra el maletero, se sienta en el asiento del conductor y saca su teléfono.

    ✉ “𝖣𝖾𝖺𝗇 𝗋𝖾𝗎́𝗇𝖾𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗆𝗂𝗀𝗈 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗀𝖺𝗋𝖺𝗃𝖾, 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋, 𝖾𝗌 𝗎𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾.”

    Iba a disfrutar aquel viaje, lo sabía. Pero lo mejor de todo aquello era que la británica también disfrutaba todo lo relacionado con la preparación, y la anticipación. Ahora tan solo le quedaba el escollo, de conseguir que Dean le cediera las llaves del coche, porque no pensaba revelar el destino del viaje. No iba a destripar la sorpresa.

    ༄ 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​... ㅤㅤ⤹ [thxsoldier] ❛❛ ¿𝟻𝟶 𝒶𝓃̃𝑜𝓈? 𝐸𝓂𝓅𝑒𝒸𝑒𝓂𝑜𝓈 𝓅𝑜𝓇 𝒽𝑜𝓎. 𝐸𝓁 𝓅𝓇𝒾𝓂𝑒𝓇 𝒹𝒾́𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓇𝑒𝓈𝓉𝑜 𝒹𝑒 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶. ❜❜ ㅤㅤㅤ Casi había pasado un mes desde su “secuestro”, desde el ataque del genio, desde aquel buffet libre de pesadillas que le había regalado aquella desinteresada y altruista criatura. Casi un mes desde que, en un dormitorio o en otro, (casi siempre en el de Dean, porque “𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑢𝑠𝑎𝑟𝑙𝑒 𝑗𝑎𝑞𝑢𝑒𝑐𝑎”) la pareja dormía junta prácticamente todas las noches. Convirtiéndose el uno en el muro de contención de las pesadillas del otro. Casi un mes desde que Dean había descubierto su verdadero nombre y no se lo había revelado a absolutamente nadie. Hecho que Poppy le agradecía de corazón, primero porque no se sentía cómoda con que la gente lo supiera, y segundo porque en el fondo le gustaba que fuera algo entre ellos. Aquella noche en la que la habían llevado de vuelta al bunker se había prometido a si misma hablar con Sam, agradecerle su parte de implicación en aquel rescate, y la gestión de todo lo que había venido después, liberándola así a ella misma y a Dean de esa carga. Esa promesa, aún estaba pendiente. Pero no tenía intención de posponerla mucho más tiempo. Sabía dónde estaba Sam. Sabía que estaban solos en el bunker. Castiel estaba buscando a Jack. Y Dean habían salido al pueblo con la importante misión de llenar la nevera y la despensa. Así, Poppy aparece en la biblioteca, donde Sam estaba sentado en la misma silla que siempre usaba, con su inseparable portátil, con una enorme bandeja en las manos, llena de una taza de té. un café, uno de aquellos smoothies verdes que tanto le gustaban, y que hasta a ella le parecían algo repugnante, un plato con huevos revueltos, varias tostadas, algo de fruta fresca y zumo de naranja recién exprimido. Tras dejar la bandeja justo frente a él, la británica toma asiento al otro lado de la mesa. Coge la taza de té y bebe un primer trago tomándose su tiempo, mientras soportaba la mirada interrogativa de Sam, con una sonrisa. — ¿A que debo este despliegue, Poppy? Tengo la sensación de que es una encerrona… — ¿Tan mal concepto tienes aún de mí? Siempre he pensado que Dean era el más duro de pelar en cuanto a confianza se refiera… — Tengo claro que esa barrera ya la has sobrepasado con creces, pelirroja. — No he venido para hablar sobre mi relación con Dean… Bueno, no del todo al menos. Quería darte las gracias Sam. Por venir a salvarme el pellejo. Por aceptar arriesgarte por mí. — Poco sabia la pelirroja que Dean no hubiera aceptado un no por respuesta en lo que se refería a su rescate, y tampoco le importaba, no le importaban los “peros” que pudiera haber llegado a poner Sam, (si es que había puesto alguno) lo que importaba era que al final, había acudido. — No me importa si lo hiciste por tu hermano y no por mí, estabas ahí y eso es suficiente. De modo que esto es un pequeño gesto de agradecimiento. — Mientras dice aquellas últimas palabras empuja con su mano derecha la bandeja algo más hacia Sam, el cual termina por sonreír cuando se hace con el smoothie — Lo cierto es que Dean estaba seguro de que no podías haberte ido, que no nos… que no le, habías abandonado… — Tu tenías tus dudas, ¿cierto? — Las tenía, en pasado. Jamás volverá a ser así, ahora eres una más Pops, bienvenida a la familia. Aquellas palabras serian ese tipo de conversación que siempre recordaría, sabía que cuando hubiera pasado el tiempo, sería capaz de rememorar aquella conversación con todo lujo de detalles. Conversación que continua, conversación que sería uno de los primeros ladrillos en los cimientos de la relación entre la pelirroja y el menor de los Winchester. Conversación de la cual Poppy Davies saca su siguiente plan. Dean había llegado y les había sorprendido en su desayuno de hermandad, pero por suerte para ella no estaban tratando ese tema cuando él llega. En su mente ya estaba el plan trazado por completo y al milímetro. Tan solo necesitaba un día o día y medio para ponerlo en marcha. En cuanto tiene medio segundo a solas con un ordenador, busca alquilar la casa perfecta, completamente equipada, en la única playa que había pasado el corte de todos sus filtros. Que estuviera cerca, que fuera tranquila, poco concurrido, con arena fina y vegetación alrededor. El siguiente paso, es el que más disfruta. Se ausente toda una tarde fuera del bunker, y se dedica a comprar todo cuanto sabía que Dean no tenia y que iba a necesitar, además de otros caprichos que no puede evitar añadir a su compra. A la vuelta a casa, aprovechando que Dean está en la ducha, se cuela en su cuarto, con su enorme maleta de color rosa empolvado ya llena de prácticamente todo cuanto necesitaban, y la termina con la ropa que el cazador iba a necesitar. Una vez la maleta está en el Impala, Poppy cierra el maletero, se sienta en el asiento del conductor y saca su teléfono. ✉ “𝖣𝖾𝖺𝗇 𝗋𝖾𝗎́𝗇𝖾𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗆𝗂𝗀𝗈 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗀𝖺𝗋𝖺𝗃𝖾, 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋, 𝖾𝗌 𝗎𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾.” Iba a disfrutar aquel viaje, lo sabía. Pero lo mejor de todo aquello era que la británica también disfrutaba todo lo relacionado con la preparación, y la anticipación. Ahora tan solo le quedaba el escollo, de conseguir que Dean le cediera las llaves del coche, porque no pensaba revelar el destino del viaje. No iba a destripar la sorpresa.
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    || ¿Quien secuestro gente para el fandom?
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  • Siendo una noche calma, la luna asomando en el cielo dejando caer su luz en la ciudad, podía verse una mínima cantidad de personas transitar en las zonas de barrios bajos, algunos notablemente perturbados, otros con miradas escrutando a posibles víctimas, un robo, un asalto, un secuestro, en la zona era normal ver esas actividades

    En uno de los callejones se podía ver un grupo de personas en el suelo, golpeados, desmayados, con algunas heridas incluso, sangre saliendo de diversas heridas que algunos tenían, como sin algo sumamente filoso los hubiese atacado, en la cercanía podía verse a Alexander, ropas de cuero y algunos mechones de tonos azulados de su reciente tintada, una sonrisa desafiante, vestigios de posesividad notable en sus gestos, frente a él una joven de cabellos rojos, en otra vida fue su protegida y en esta la miraba como su propiedad, celoso, posesivo, dominante, antes de ver hacia los alrededores la había sujetado del brazo para impedirla actuar

    — Debes controlar mejor ese lado sanguinario tuyo mi pequeña.....

    La voz era amable, pero podía notarse un vestigio de reproche, un suspiro saliendo de los labios algo secos del hombre antes de acariciar su mejilla para acercarla a él depositando un corto beso en los impropios, seguido a ello se acercó a su oído para susurrar suavemente

    — No me molesta que destroces a esos pecadores... me molesta lo hagas a mis espaldas.... recuerda... eres mía...

    Con aquellas palabras se apartó dejando una mordida suave en el cuello de la chica, un gesto posesivo que tenía hacia la chica.

    Maiko Kimura
    Siendo una noche calma, la luna asomando en el cielo dejando caer su luz en la ciudad, podía verse una mínima cantidad de personas transitar en las zonas de barrios bajos, algunos notablemente perturbados, otros con miradas escrutando a posibles víctimas, un robo, un asalto, un secuestro, en la zona era normal ver esas actividades En uno de los callejones se podía ver un grupo de personas en el suelo, golpeados, desmayados, con algunas heridas incluso, sangre saliendo de diversas heridas que algunos tenían, como sin algo sumamente filoso los hubiese atacado, en la cercanía podía verse a Alexander, ropas de cuero y algunos mechones de tonos azulados de su reciente tintada, una sonrisa desafiante, vestigios de posesividad notable en sus gestos, frente a él una joven de cabellos rojos, en otra vida fue su protegida y en esta la miraba como su propiedad, celoso, posesivo, dominante, antes de ver hacia los alrededores la había sujetado del brazo para impedirla actuar — Debes controlar mejor ese lado sanguinario tuyo mi pequeña..... La voz era amable, pero podía notarse un vestigio de reproche, un suspiro saliendo de los labios algo secos del hombre antes de acariciar su mejilla para acercarla a él depositando un corto beso en los impropios, seguido a ello se acercó a su oído para susurrar suavemente — No me molesta que destroces a esos pecadores... me molesta lo hagas a mis espaldas.... recuerda... eres mía... Con aquellas palabras se apartó dejando una mordida suave en el cuello de la chica, un gesto posesivo que tenía hacia la chica. [Maiko_Kimura]
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  • Oriunda es la historia, que amansa la gloria de tus pasos. Vislumbro los dedos de tus pies adornados con las cuentas del denario que masca las cayenas de tus ojos, tus lágrimas, cristalinas esferas que bañan tu cuerpo hediondo a perfume de amores secretos. Amores conscientes, amores de vals interminable; de esos solsticios de verano en los que bailamos los dos bajo un océano de rosas negras.

    Preso de tus besos, me hinco ante tus manos; tus manos que tejen trenzas de incorruptos velos, desolados imperios vivos a los que vamos a morir. Respiran por tu causa, respiran tus níveos espejismos.

    Tus sueños, fueron crueles promesas, regadas por casas de pájaros de carne recia, heridas evanescentes, marcadas por tus intervenciones de curandero. Abusaste de tu don, así mudaste mis labios a tu cuerpo. Solemne fueron tus auroras boreales, el trigo de tus cabellos cayó, cortado por hachas de espuma de ojos vivos de arcoíris. Exploré por ti mis extremidades, deseé comprenderte con mis alas de papel, acabé por traicionarte y, en el fondo, no me arrepiento.

    Ángel.
    Arlequín.
    Bufón.
    Payaso.

    Curandero.
    Curandero.
    Curandero.

    De vivificados imperios.

    De lunas tristes.

    Sueños hechos sueños.
    Hogares de animales.
    Carruseles de estaciones grises, tornasoles.

    Etérea juventud.
    Ven.
    Lléname de tus delirios.
    La funda de tu lengua.
    Tu plata.
    El oro de tu alma.
    Caída estampa.
    Son tus virtudes.
    Son tus heraldos.
    Son tus amores.
    Es tu majestad justa.
    Tú.
    Justicia de ébano.

    Caíste preso entre tus evanescentes doncellas. Caíste preso. Te malviviste, te alzaste vivo, y ahí, entre tu desnudez carnosa con sabor a canela y cúrcuma, fabricaste tus caminos. Porque su voz hilada, con los colores de la aurora boreal, me había dado un beso. Ese primer y último beso que nos dimos a través de los barrotes. De esos desgraciados que separaban nuestros cuerpos.

    Habíamos pasado por tanto.

    Apenas nos habíamos amado.

    Admiré como el toque de sus fantasmales manos, hechas ya muñones, reventaba las burbujas de rocío que mancillaban su etérea juventud con sangre y oro; con aroma a incienso y mirra. Con la dimensión de una venia justa, que también, ya se posaba en el dorso de las mías.

    Todo esto consumado porque no desearon que orara más, que sanara más. Él había perecido. Ya no era necesario que trabajase con las hierbas que idolatraban imperios. Apenas y podía hablar, pero él, con sus cosmos hechos soles, lunas y estrellas, chocaba contra mis espacios apenas edificados, sin siquiera tocarme. Su poder era inconmensurable. Estaba dotado de vida, pese a todo lo hecho por él, por mí, por todos nosotros.

    Entonces me tocó el rostro, esta vez con esas eternidades que desfilaron por mis sienes, mis mejillas, mis manos. Me abrazó y sus alas de anochecidas transparencias se batieron desnudas; reconocieron mis visiones. Mi toque, mi todo. Yo había estado ahí con él desde el secuestro.

    “Me dijiste una vez que no te dejara revelar tus dones ante esos inmundos gusanos. Aun así lo hiciste. Ahora henos aquí, Madheira, Maqkayanir, Tú, mi tafetán, mi seda, príncipe de mis osadías. Contempla como has acabado”.

    No respondiste, sin embargo, sonreíste. Iluminaste con tu racimo de corazones a los míos. Me avivaste con la luminaria de tus ojos, con un aviso que me hizo enmudecer más que lo que provocaban todas las canciones que cantaban por y para ti; esas que provenían desde el cielo. En una vida en este infierno, sin embargo, para mí, tú eras el encarnado paraíso.

    Hasta este día todas las estrellas cayeron por tu causa.

    Los reyes de papel murieron, las princesas de ébano parieron monstruos. Los altos mandos se rebelaron, en cambio tú, con tus manos de seda, nos sanaste. Oraste por todos los fieles, por todos los imperios forjados con flores y enredaderas.

    Sometiste a todos a tu mandato. Nos hicimos uno contigo. Lo supe cuando te descubrí. Que sólo tú y tan sólo tú, tendrías demasiado poder sobre el cosmos conmovido, con tus ofrendas siemprevivas. Así quedaríamos completamente derrotados con tu don.

    El don que equilibraría a los señoríos más amados que tocaste, con tu sidéreo amar, con tus ayeres convertidos en tus más perpetuas musas.
    Oriunda es la historia, que amansa la gloria de tus pasos. Vislumbro los dedos de tus pies adornados con las cuentas del denario que masca las cayenas de tus ojos, tus lágrimas, cristalinas esferas que bañan tu cuerpo hediondo a perfume de amores secretos. Amores conscientes, amores de vals interminable; de esos solsticios de verano en los que bailamos los dos bajo un océano de rosas negras. Preso de tus besos, me hinco ante tus manos; tus manos que tejen trenzas de incorruptos velos, desolados imperios vivos a los que vamos a morir. Respiran por tu causa, respiran tus níveos espejismos. Tus sueños, fueron crueles promesas, regadas por casas de pájaros de carne recia, heridas evanescentes, marcadas por tus intervenciones de curandero. Abusaste de tu don, así mudaste mis labios a tu cuerpo. Solemne fueron tus auroras boreales, el trigo de tus cabellos cayó, cortado por hachas de espuma de ojos vivos de arcoíris. Exploré por ti mis extremidades, deseé comprenderte con mis alas de papel, acabé por traicionarte y, en el fondo, no me arrepiento. Ángel. Arlequín. Bufón. Payaso. Curandero. Curandero. Curandero. De vivificados imperios. De lunas tristes. Sueños hechos sueños. Hogares de animales. Carruseles de estaciones grises, tornasoles. Etérea juventud. Ven. Lléname de tus delirios. La funda de tu lengua. Tu plata. El oro de tu alma. Caída estampa. Son tus virtudes. Son tus heraldos. Son tus amores. Es tu majestad justa. Tú. Justicia de ébano. Caíste preso entre tus evanescentes doncellas. Caíste preso. Te malviviste, te alzaste vivo, y ahí, entre tu desnudez carnosa con sabor a canela y cúrcuma, fabricaste tus caminos. Porque su voz hilada, con los colores de la aurora boreal, me había dado un beso. Ese primer y último beso que nos dimos a través de los barrotes. De esos desgraciados que separaban nuestros cuerpos. Habíamos pasado por tanto. Apenas nos habíamos amado. Admiré como el toque de sus fantasmales manos, hechas ya muñones, reventaba las burbujas de rocío que mancillaban su etérea juventud con sangre y oro; con aroma a incienso y mirra. Con la dimensión de una venia justa, que también, ya se posaba en el dorso de las mías. Todo esto consumado porque no desearon que orara más, que sanara más. Él había perecido. Ya no era necesario que trabajase con las hierbas que idolatraban imperios. Apenas y podía hablar, pero él, con sus cosmos hechos soles, lunas y estrellas, chocaba contra mis espacios apenas edificados, sin siquiera tocarme. Su poder era inconmensurable. Estaba dotado de vida, pese a todo lo hecho por él, por mí, por todos nosotros. Entonces me tocó el rostro, esta vez con esas eternidades que desfilaron por mis sienes, mis mejillas, mis manos. Me abrazó y sus alas de anochecidas transparencias se batieron desnudas; reconocieron mis visiones. Mi toque, mi todo. Yo había estado ahí con él desde el secuestro. “Me dijiste una vez que no te dejara revelar tus dones ante esos inmundos gusanos. Aun así lo hiciste. Ahora henos aquí, Madheira, Maqkayanir, Tú, mi tafetán, mi seda, príncipe de mis osadías. Contempla como has acabado”. No respondiste, sin embargo, sonreíste. Iluminaste con tu racimo de corazones a los míos. Me avivaste con la luminaria de tus ojos, con un aviso que me hizo enmudecer más que lo que provocaban todas las canciones que cantaban por y para ti; esas que provenían desde el cielo. En una vida en este infierno, sin embargo, para mí, tú eras el encarnado paraíso. Hasta este día todas las estrellas cayeron por tu causa. Los reyes de papel murieron, las princesas de ébano parieron monstruos. Los altos mandos se rebelaron, en cambio tú, con tus manos de seda, nos sanaste. Oraste por todos los fieles, por todos los imperios forjados con flores y enredaderas. Sometiste a todos a tu mandato. Nos hicimos uno contigo. Lo supe cuando te descubrí. Que sólo tú y tan sólo tú, tendrías demasiado poder sobre el cosmos conmovido, con tus ofrendas siemprevivas. Así quedaríamos completamente derrotados con tu don. El don que equilibraría a los señoríos más amados que tocaste, con tu sidéreo amar, con tus ayeres convertidos en tus más perpetuas musas.
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  • Secuestro a Fushiguro y ahora van a ver La Lombriz Humana

    -Sera divertido

    Megumi Fushiguro Yuji Itadori ユウジ ˢᵘᵏᵘⁿᵃ
    Secuestro a Fushiguro y ahora van a ver La Lombriz Humana -Sera divertido [Megumi_Fushiguro] [Itadori]
    Me encocora
    Me shockea
    2
    11 turnos 0 maullidos 196 vistas
  • "Bienvenidos a la partida final"
    Fandom A Discovery Of Witches | Multifandom
    Categoría Drama

    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ [VampireW0lf]


    ㅤㅤㅤㅤㅤ¿Cómo una vida puede dar un giro radical de ciento ochenta grados, convertirse en una absoluta locura y aun asi haber mejorado radicalmente? Para Diana los últimos tres años habían supuesto un cambio absoluto. Tres años atrás no se hubiera planteado siquiera interesarse en sus habilidades como bruja, tres años atrás no se hubiera imaginado enamorarse de un vampiro, ni ser madre. Tres años atrás lo único que interesaba a aquella tenaz y cabezota bruja era su doctorado y su tesis… Nada más. Y entonces, Matthew entró en su vida y ya nada volvió a ser igual.

    Abandonar Oxford e instalarse en Sept Tours había parecido la opción más sensata una vez que la Congregación dejó de estar en manos de los facinerosos y aprovechados. Diana se encontraba más comoda allí y queria que Matthew reconectase con sus raíces. Queria, tambien, que sus hijos crecieran en la casa familiar. Queria que Ysabeau estrechara lazos con Philip y Rebecca. Además, se le daban estupendamente los niños, y ambos parecían estar encantados con la antigua vampira.

    Diana había terminado su tesis doctoral entre los muros del castillo y a esas alturas ya era la orgullosa Doctora Diana Bishop. Después de aquello siguió aprendiendo todo lo referente al Libro de la Vida, dejando que cobrara vida a través de ella. Había demasiado que aprender de esas “páginas” pues no solamente contenía el origen de las especies. Lo contenía todo.

    Aquella mañana se despertó sobresaltada sintiendo un dolor innombrable en el estómago. No fue capaz de explicarle a la preocupada mirada de Matthew qué era lo que pasaba, solo sabia que algo iba mal. No con ella… En el mundo…

    -Algo se está rompiendo…- le susurró preocupada de forma terriblemente enigmática. No era capaz de explicarlo, era como sentir que los pilares del mundo comenzaban a resquebrajarse. Y ella, al haber absorbido el libro de la vida y haberse convertido en este ahora era capaz de sentirlo todo. Absolutamente… todo.

    Aquel malestar que aquejaba a Diana durante los próximos dias no pareció desaparecer y las dudas y temores solo se incrementaron cuando Doménico Michele hizo acto de presencia en Sept Tours con terribles noticias. Algo sin explicación estaba ocurriendo… Algunos vampiros habían comenzado a desaparecer de la faz de la tierra. Entre ellos Gerberto D’Aurillac quien en su día fuera el líder de Venecia. Y esto sucedía en todas las partes del mundo. Decenas de vampiros habían comenzado a desaparecer. Y, aunque parecía ser cosa de brujas… pronto las brujas tambien comenzaron a desaparecer también: Satu Järvinen (cuyos poderes Diana ató como represalia por el secuestro de Matthew más de un año atrás) había desaparecido sin dejar rastro, las brujas de Londres habían reportado varias desapariciones. La cosa…

    -…se está descontrolando…- dijo Diana a Matthew, Ysabeau y Marthe aquella tarde. Tenia en brazos a Rebecca y la mecía suavemente en pequeños pivotes en mitad del salón principal- Esto no es cosa de brujas, demonios o vampiros… No es una guerra. Es un exterminio silencioso. No hay cadáveres… Simplemente… desaparecen… Y no sé qué es lo que está pasando… Creo que cada desaparición me desgarra por dentro… esos dolores que he sentido… El libro de la vida… Estoy conectada con todos ellos… Y los siento desaparecer dejando un vacío enorme en el mundo.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol #TheWeaver #ADiscoveryOfWitches

    ㅤ ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [VampireW0lf] ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ¿Cómo una vida puede dar un giro radical de ciento ochenta grados, convertirse en una absoluta locura y aun asi haber mejorado radicalmente? Para Diana los últimos tres años habían supuesto un cambio absoluto. Tres años atrás no se hubiera planteado siquiera interesarse en sus habilidades como bruja, tres años atrás no se hubiera imaginado enamorarse de un vampiro, ni ser madre. Tres años atrás lo único que interesaba a aquella tenaz y cabezota bruja era su doctorado y su tesis… Nada más. Y entonces, Matthew entró en su vida y ya nada volvió a ser igual. Abandonar Oxford e instalarse en Sept Tours había parecido la opción más sensata una vez que la Congregación dejó de estar en manos de los facinerosos y aprovechados. Diana se encontraba más comoda allí y queria que Matthew reconectase con sus raíces. Queria, tambien, que sus hijos crecieran en la casa familiar. Queria que Ysabeau estrechara lazos con Philip y Rebecca. Además, se le daban estupendamente los niños, y ambos parecían estar encantados con la antigua vampira. Diana había terminado su tesis doctoral entre los muros del castillo y a esas alturas ya era la orgullosa Doctora Diana Bishop. Después de aquello siguió aprendiendo todo lo referente al Libro de la Vida, dejando que cobrara vida a través de ella. Había demasiado que aprender de esas “páginas” pues no solamente contenía el origen de las especies. Lo contenía todo. Aquella mañana se despertó sobresaltada sintiendo un dolor innombrable en el estómago. No fue capaz de explicarle a la preocupada mirada de Matthew qué era lo que pasaba, solo sabia que algo iba mal. No con ella… En el mundo… -Algo se está rompiendo…- le susurró preocupada de forma terriblemente enigmática. No era capaz de explicarlo, era como sentir que los pilares del mundo comenzaban a resquebrajarse. Y ella, al haber absorbido el libro de la vida y haberse convertido en este ahora era capaz de sentirlo todo. Absolutamente… todo. Aquel malestar que aquejaba a Diana durante los próximos dias no pareció desaparecer y las dudas y temores solo se incrementaron cuando Doménico Michele hizo acto de presencia en Sept Tours con terribles noticias. Algo sin explicación estaba ocurriendo… Algunos vampiros habían comenzado a desaparecer de la faz de la tierra. Entre ellos Gerberto D’Aurillac quien en su día fuera el líder de Venecia. Y esto sucedía en todas las partes del mundo. Decenas de vampiros habían comenzado a desaparecer. Y, aunque parecía ser cosa de brujas… pronto las brujas tambien comenzaron a desaparecer también: Satu Järvinen (cuyos poderes Diana ató como represalia por el secuestro de Matthew más de un año atrás) había desaparecido sin dejar rastro, las brujas de Londres habían reportado varias desapariciones. La cosa… -…se está descontrolando…- dijo Diana a Matthew, Ysabeau y Marthe aquella tarde. Tenia en brazos a Rebecca y la mecía suavemente en pequeños pivotes en mitad del salón principal- Esto no es cosa de brujas, demonios o vampiros… No es una guerra. Es un exterminio silencioso. No hay cadáveres… Simplemente… desaparecen… Y no sé qué es lo que está pasando… Creo que cada desaparición me desgarra por dentro… esos dolores que he sentido… El libro de la vida… Estoy conectada con todos ellos… Y los siento desaparecer dejando un vacío enorme en el mundo. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol #TheWeaver #ADiscoveryOfWitches ㅤ
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    Individual
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    [Emma_R],¡ Mil gracias por el detalle! Supongo..... Oye, nunca viene mal un apósito, más cuando una es patosa por naturalESPERA ,¿ Cómo que secuestro?* Mira a user. Bombastic side eye (??).*
    [Emma_R],¡ Mil gracias por el detalle! Supongo..... Oye, nunca viene mal un apósito, más cuando una es patosa por naturalESPERA ,¿ Cómo que secuestro?* Mira a user. Bombastic side eye (??).*
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  • El enemigo ha probado un artilugio de la vieja era, donde los humanos seguían en la tierra, una par de fauces de acero, líneas de dientes filoso que se cierran con fuerza sobre la extremidad del pobre diablo que accione su complejo mecanismo oculto.

    Chroma al ver su pierna atrapado bajo esas frías fauces sobre su muslo, usa su Lex prime, un disparo y listo, se rompen las fauces, apenas daños superficiales y prosigue con la cacería del ingeniero para secuestro.


    Misión completa pero paso por 50 trampas similares que le han dejado algunas perforaciones en su cuerpo pero nada grave, la nave madre sale de la atmósfera con el ingeniero cautivo.
    El enemigo ha probado un artilugio de la vieja era, donde los humanos seguían en la tierra, una par de fauces de acero, líneas de dientes filoso que se cierran con fuerza sobre la extremidad del pobre diablo que accione su complejo mecanismo oculto. Chroma al ver su pierna atrapado bajo esas frías fauces sobre su muslo, usa su Lex prime, un disparo y listo, se rompen las fauces, apenas daños superficiales y prosigue con la cacería del ingeniero para secuestro. :STK-2: Misión completa pero paso por 50 trampas similares que le han dejado algunas perforaciones en su cuerpo pero nada grave, la nave madre sale de la atmósfera con el ingeniero cautivo.
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