• Después del terrible susto que nos llevamos, me alegra poder decir que todo está bien...
    Evan Park saldrá del hospital esta noche y lo más importante de todo...
    Estoy tan emocionado
    Después del terrible susto que nos llevamos, me alegra poder decir que todo está bien... [Park_space12] saldrá del hospital esta noche y lo más importante de todo... Estoy tan emocionado :STK-62:
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  • — 𝐸𝑙 𝐴𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑉𝑒𝑙𝑜 𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜 —

    El teatro estaba vacío. Las butacas cubiertas por sábanas blancas, como tumbas de espectadores ausentes. El aire olía a polvo antiguo y a rosas secas. Solo el eco respiraba en ese lugar, caminando por las vigas como un gato hambriento.

    Y en el escenario...
    Johan.

    Vestido de terciopelo negro con bordes dorados. Sentado frente a un espejo alto, ovalado, de esos que no reflejan tanto como devuelven memorias. Frente a él, una mesa con frascos de maquillaje, máscaras apiladas, pelucas, anillos, guantes y vendas. Tantas veces había cambiado de rostro que sus dedos sabían maquillarlo con los ojos cerrados.
    Hoy le tocaba ser alguien nuevo. O quizás alguien olvidado.

    —¿Quién seré esta noche? —se preguntó, y la voz no tenía ni una pizca de ironía. Era real la duda. Terriblemente real.

    Le habló a su reflejo, pero su reflejo no le devolvió la palabra.
    Solo lo miró, paciente, como se mira a alguien que se sigue ahogando en un pozo donde ya no hay agua.

    Porque Johan ya fue todo.

    Fue dios en una tierra sin fe. Fue demonio donde solo quedaba culpa.
    Fue padre, verdugo, sanador, mártir, traidor, maestro, esclavo, amante, tumba.
    Fue cada cosa con la misma pasión con la que un adicto busca el próximo trago de sí mismo.

    Y ahora...
    Ahora no quedaba nada.

    Pero debía actuar. Porque el silencio también exige máscaras. Porque incluso cuando el universo se duerme, alguien tiene que mantener viva la ilusión de que la historia continúa.

    Tomó un anillo. Lo giró entre los dedos.
    Un objeto antiguo. Recuerdo de un rol que lo marcó... aunque ya no recordaba cuál.
    Solo sabía que alguien —algún Johan pasado— había amado con ese anillo. O tal vez traicionado.

    —Hoy seré un salvador que no cree en la salvación —murmuró, mientras se cubría la cara con polvo blanco—. O un farsante que, por una vez, dice la verdad.

    Y entonces sonrió.
    No con burla. Sino con esa melancolía digna de un monstruo que ha jugado a ser humano demasiadas veces... y se ha olvidado de qué vino primero.

    Se puso de pie.
    La luz del escenario lo abrazó como un ritual. No había público. No había obra. Pero había que actuar. Porque el teatro no necesita testigos. Solo necesita que alguien lo mantenga vivo.

    Y Johan siempre está dispuesto.
    A ser todo.
    A ser nada.
    A interpretar cualquier cosa, menos a sí mismo.
    — 𝐸𝑙 𝐴𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑉𝑒𝑙𝑜 𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜 — El teatro estaba vacío. Las butacas cubiertas por sábanas blancas, como tumbas de espectadores ausentes. El aire olía a polvo antiguo y a rosas secas. Solo el eco respiraba en ese lugar, caminando por las vigas como un gato hambriento. Y en el escenario... Johan. Vestido de terciopelo negro con bordes dorados. Sentado frente a un espejo alto, ovalado, de esos que no reflejan tanto como devuelven memorias. Frente a él, una mesa con frascos de maquillaje, máscaras apiladas, pelucas, anillos, guantes y vendas. Tantas veces había cambiado de rostro que sus dedos sabían maquillarlo con los ojos cerrados. Hoy le tocaba ser alguien nuevo. O quizás alguien olvidado. —¿Quién seré esta noche? —se preguntó, y la voz no tenía ni una pizca de ironía. Era real la duda. Terriblemente real. Le habló a su reflejo, pero su reflejo no le devolvió la palabra. Solo lo miró, paciente, como se mira a alguien que se sigue ahogando en un pozo donde ya no hay agua. Porque Johan ya fue todo. Fue dios en una tierra sin fe. Fue demonio donde solo quedaba culpa. Fue padre, verdugo, sanador, mártir, traidor, maestro, esclavo, amante, tumba. Fue cada cosa con la misma pasión con la que un adicto busca el próximo trago de sí mismo. Y ahora... Ahora no quedaba nada. Pero debía actuar. Porque el silencio también exige máscaras. Porque incluso cuando el universo se duerme, alguien tiene que mantener viva la ilusión de que la historia continúa. Tomó un anillo. Lo giró entre los dedos. Un objeto antiguo. Recuerdo de un rol que lo marcó... aunque ya no recordaba cuál. Solo sabía que alguien —algún Johan pasado— había amado con ese anillo. O tal vez traicionado. —Hoy seré un salvador que no cree en la salvación —murmuró, mientras se cubría la cara con polvo blanco—. O un farsante que, por una vez, dice la verdad. Y entonces sonrió. No con burla. Sino con esa melancolía digna de un monstruo que ha jugado a ser humano demasiadas veces... y se ha olvidado de qué vino primero. Se puso de pie. La luz del escenario lo abrazó como un ritual. No había público. No había obra. Pero había que actuar. Porque el teatro no necesita testigos. Solo necesita que alguien lo mantenga vivo. Y Johan siempre está dispuesto. A ser todo. A ser nada. A interpretar cualquier cosa, menos a sí mismo.
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  • 𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒕𝒐 𝒔𝒆𝒆 𝒉𝒐𝒘 𝑰 𝒓𝒖𝒏 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒐 𝒌𝒊𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒚𝒔𝒆𝒍𝒇, 𝒕𝒂𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒚 𝒕𝒊𝒎𝒆
    𝑫𝒂𝒏𝒄𝒊𝒏𝒈 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒂𝒍𝒆 𝒎𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕

    𝑨𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒆𝒏𝒅 𝒐𝒇 𝒆𝒗𝒆𝒓𝒚 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎, 𝒕𝒉𝒆𝒓𝒆'𝒔 𝒂 𝒅𝒆𝒎𝒐𝒏 𝒔𝒂𝒚𝒊𝒏𝒈 𝑰
    𝑫𝒊𝒅𝒏'𝒕 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒕𝒐 𝒓𝒖𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒍𝒊𝒇𝒆
    𝑫𝒂𝒏𝒄𝒊𝒏𝒈 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒂𝒍𝒆 𝒎𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕.

    ~

    𝑉𝑒𝑛𝑔𝑎... 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑑𝑖𝑟 𝑢𝑛 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟 𝑐𝑎𝑓𝑒́ 𝑦 𝑛𝑜 ℎ𝑎𝑠 ℎ𝑒𝑐ℎ𝑜 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑚𝑎𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑒𝑠𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑟𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑙𝑡𝑟𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑔𝑎𝑟𝑖𝑙𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑒𝑔𝑟𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑓𝑢𝑚𝑎𝑠𝑡𝑒 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑒𝑛𝑖𝑐𝑒𝑟𝑜.

    A veces olvidaba lo sencilla y normal que podía ser la vida de alguien con doble vida.
    En un mundo algo más oscuro eran la maldad personificada y en el mundo normal solo hombres tratando de seguir la vibra de una vida socialmente aceptable.

    Despertar, alistarte, alimentarte y salir a trabajar. Una rutina que en apariencia no tenía espacio para permitirte arruinar desde la sombra más de una vida.

    Hacer de sombra vigilante nunca fue su actividad favorita precisamente por eso; a la luz no harían nada que pusiera en peligro su fachada de ciudadano promedio. Lo veía como una perdida de tiempo y riesgo porque asi como ella vigilaba a su objetivo podría convertirse en el de algún miembro del equipo de seguridad que muy probablemente estuviera vigilando también.

    𝑆𝑒𝑟𝑎 𝑢𝑛 𝑐𝑎𝑓𝑒 𝑚𝑎𝑠 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠, 𝑞𝑢𝑒 𝑟𝑒𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜...

    Pensó al ver el fondo del vaso que alguna vez estuvo lleno del líquido vital.
    Se ajustó su gorra antes de levantar la mano con esperanza de captar pronto la atención de su entusiasta mesera.
    𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒕𝒐 𝒔𝒆𝒆 𝒉𝒐𝒘 𝑰 𝒓𝒖𝒏 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒐 𝒌𝒊𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒚𝒔𝒆𝒍𝒇, 𝒕𝒂𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒚 𝒕𝒊𝒎𝒆 𝑫𝒂𝒏𝒄𝒊𝒏𝒈 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒂𝒍𝒆 𝒎𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕 𝑨𝒕 𝒕𝒉𝒆 𝒆𝒏𝒅 𝒐𝒇 𝒆𝒗𝒆𝒓𝒚 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎, 𝒕𝒉𝒆𝒓𝒆'𝒔 𝒂 𝒅𝒆𝒎𝒐𝒏 𝒔𝒂𝒚𝒊𝒏𝒈 𝑰 𝑫𝒊𝒅𝒏'𝒕 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒉𝒆𝒍𝒑 𝒕𝒐 𝒓𝒖𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒍𝒊𝒇𝒆 𝑫𝒂𝒏𝒄𝒊𝒏𝒈 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒑𝒂𝒍𝒆 𝒎𝒐𝒐𝒏𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕. ~ 𝑉𝑒𝑛𝑔𝑎... 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑑𝑖𝑟 𝑢𝑛 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟 𝑐𝑎𝑓𝑒́ 𝑦 𝑛𝑜 ℎ𝑎𝑠 ℎ𝑒𝑐ℎ𝑜 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑚𝑎𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑒𝑠𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑟𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑙𝑡𝑟𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑖𝑔𝑎𝑟𝑖𝑙𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑒𝑔𝑟𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑓𝑢𝑚𝑎𝑠𝑡𝑒 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑒𝑛𝑖𝑐𝑒𝑟𝑜. A veces olvidaba lo sencilla y normal que podía ser la vida de alguien con doble vida. En un mundo algo más oscuro eran la maldad personificada y en el mundo normal solo hombres tratando de seguir la vibra de una vida socialmente aceptable. Despertar, alistarte, alimentarte y salir a trabajar. Una rutina que en apariencia no tenía espacio para permitirte arruinar desde la sombra más de una vida. Hacer de sombra vigilante nunca fue su actividad favorita precisamente por eso; a la luz no harían nada que pusiera en peligro su fachada de ciudadano promedio. Lo veía como una perdida de tiempo y riesgo porque asi como ella vigilaba a su objetivo podría convertirse en el de algún miembro del equipo de seguridad que muy probablemente estuviera vigilando también. 𝑆𝑒𝑟𝑎 𝑢𝑛 𝑐𝑎𝑓𝑒 𝑚𝑎𝑠 𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠, 𝑞𝑢𝑒 𝑟𝑒𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜... Pensó al ver el fondo del vaso que alguna vez estuvo lleno del líquido vital. Se ajustó su gorra antes de levantar la mano con esperanza de captar pronto la atención de su entusiasta mesera.
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  • — Ya sé que solo salimos una vez, pero como te explico que tenia que saber tu árbol genealógico y quienes fueron tus ex´s novias desde el kinder.
    — Ya sé que solo salimos una vez, pero como te explico que tenia que saber tu árbol genealógico y quienes fueron tus ex´s novias desde el kinder.
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  • James Spellman

    Saco mi móvil del bolso para enviarte un mensaje

    No puedo dejar de pensar en ti
    [ThxSallow] Saco mi móvil del bolso para enviarte un mensaje 💬 No puedo dejar de pensar en ti
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  • la pista flotante serpenteaba entre praderas doradas y lagos cristalinos como si fuera una cinta de naranja chispeante sobre un campo de sueños.

    Jett venía cantando a todo pulmón dentro del Deora-2, golpeando el volante al ritmo de su música y con una botella de refresco de sabor dudoso entre las piernas.

    —¡Y en la curvaaa… giro como el vientooo…!

    Entonces lo vio.
    Un cervatillo.

    No uno común: este tenía **astas cubiertas de cintas y campanitas**, ojos que parecían conocer los secretos del universo… y estaba justo en medio de la pista.

    —¡¿QUÉ—?!

    Jett giró el volante con fuerza. El Deora-2 chilló, rozó el borde de la pista flotante y, como si fuera parte de un número de circo, **salió volando** con una vuelta elegante… directa al lago bajo la pista.

    **¡CHOF!**

    Burbujas. Silencio.
    Y luego, un portazo bajo el agua.

    Jett emergió nadando hasta la orilla, escupiendo agua y con los gogles en la barbilla. Su yukata roja goteaba, las zapatillas hacían “squish” al caminar, y su sombrilla flotaba cerca, girando con dignidad.

    Se sentó en la hierba, empapado, y miró hacia abajo. El Deora-2 reposaba en el fondo del lago, reflejando el cielo como si no hubiera pasado nada.

    —Bueno… —dijo, rascándose la cabeza— al menos no lo rayé.

    Suspiró.

    —Ahora… ¿cómo saco a Deora de ahí?

    Se quedó un rato en silencio, chasqueando la lengua.

    Lo pensó… y sonrió.

    —Ya se me ocurrirá algo. Siempre se me ocurre algo.
    la pista flotante serpenteaba entre praderas doradas y lagos cristalinos como si fuera una cinta de naranja chispeante sobre un campo de sueños. Jett venía cantando a todo pulmón dentro del Deora-2, golpeando el volante al ritmo de su música y con una botella de refresco de sabor dudoso entre las piernas. —¡Y en la curvaaa… giro como el vientooo…! Entonces lo vio. Un cervatillo. No uno común: este tenía **astas cubiertas de cintas y campanitas**, ojos que parecían conocer los secretos del universo… y estaba justo en medio de la pista. —¡¿QUÉ—?! Jett giró el volante con fuerza. El Deora-2 chilló, rozó el borde de la pista flotante y, como si fuera parte de un número de circo, **salió volando** con una vuelta elegante… directa al lago bajo la pista. **¡CHOF!** Burbujas. Silencio. Y luego, un portazo bajo el agua. Jett emergió nadando hasta la orilla, escupiendo agua y con los gogles en la barbilla. Su yukata roja goteaba, las zapatillas hacían “squish” al caminar, y su sombrilla flotaba cerca, girando con dignidad. Se sentó en la hierba, empapado, y miró hacia abajo. El Deora-2 reposaba en el fondo del lago, reflejando el cielo como si no hubiera pasado nada. —Bueno… —dijo, rascándose la cabeza— al menos no lo rayé. Suspiró. —Ahora… ¿cómo saco a Deora de ahí? Se quedó un rato en silencio, chasqueando la lengua. Lo pensó… y sonrió. —Ya se me ocurrirá algo. Siempre se me ocurre algo.
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  • - Vanitas estaba en la campana en lo alto , entre sus pensamientos había muchas cosas aún cosas que nadie que lo conocía bien , viendo la vistas cuidad y el sol estaba saliendo .-

    "Vaya, creo que así jamás saldré de problemas .... Que más da, es mi deber después de todo no?"
    - Vanitas estaba en la campana en lo alto , entre sus pensamientos había muchas cosas aún cosas que nadie que lo conocía bien , viendo la vistas cuidad y el sol estaba saliendo .- "Vaya, creo que así jamás saldré de problemas .... Que más da, es mi deber después de todo no?"
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  • [Solo en una habitación bañada por una tenue luz, su reflejo difuso en el vidrio frente a él. El silencio es denso. Habla en voz baja, casi como si alguien lo escuchara desde otra dimensión.]

    —¿Qué es la belleza si no una forma de crueldad disfrazada?
    Miran este rostro, esta piel intacta, y creen ver perfección.
    Pero no ven lo que hay debajo… no sienten la presión de lo que contengo.

    (Hace una leve pausa, inclina la cabeza, deja escapar una media sonrisa que no llega a sus ojos.)

    —Hay algo hermoso en el acto de romper.
    No por el placer del daño... sino por lo que se revela en los restos.
    Las personas... son como estatuas mal talladas.
    Yo no destruyo. Yo libero.
    Y tú… tú ya estás agrietándote, aunque aún finjas lo contrario.

    (Se acerca al vidrio, como si pudiera ver a alguien del otro lado. Su mirada se endurece, su voz se vuelve más íntima y venenosa.)

    —No te culpes por desearme.
    Todos lo hacen.
    No por quién soy… sino por lo que despierto.
    No soy un amante. No soy un salvador.
    Soy la semilla del monstruo que ocultás debajo de esa carne temblorosa.
    Y lo sabés.
    Por eso siempre volvés.

    (Apoya los dedos contra el vidrio, dejando una tenue marca. Habla con una dulzura peligrosa.)

    —Podés cerrar los ojos ahora… fingir que esto no arde, que no querés saltar.
    Pero cuando estés solo, cuando el mundo te repudie por lo que empezás a ser…
    recordarás mi voz.
    Y entenderás que jamás tuviste elección.
    Porque yo…
    ya estoy dentro de vos.

    [Solo en una habitación bañada por una tenue luz, su reflejo difuso en el vidrio frente a él. El silencio es denso. Habla en voz baja, casi como si alguien lo escuchara desde otra dimensión.] —¿Qué es la belleza si no una forma de crueldad disfrazada? Miran este rostro, esta piel intacta, y creen ver perfección. Pero no ven lo que hay debajo… no sienten la presión de lo que contengo. (Hace una leve pausa, inclina la cabeza, deja escapar una media sonrisa que no llega a sus ojos.) —Hay algo hermoso en el acto de romper. No por el placer del daño... sino por lo que se revela en los restos. Las personas... son como estatuas mal talladas. Yo no destruyo. Yo libero. Y tú… tú ya estás agrietándote, aunque aún finjas lo contrario. (Se acerca al vidrio, como si pudiera ver a alguien del otro lado. Su mirada se endurece, su voz se vuelve más íntima y venenosa.) —No te culpes por desearme. Todos lo hacen. No por quién soy… sino por lo que despierto. No soy un amante. No soy un salvador. Soy la semilla del monstruo que ocultás debajo de esa carne temblorosa. Y lo sabés. Por eso siempre volvés. (Apoya los dedos contra el vidrio, dejando una tenue marca. Habla con una dulzura peligrosa.) —Podés cerrar los ojos ahora… fingir que esto no arde, que no querés saltar. Pero cuando estés solo, cuando el mundo te repudie por lo que empezás a ser… recordarás mi voz. Y entenderás que jamás tuviste elección. Porque yo… ya estoy dentro de vos.
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  • "Demonios"

    -dijo a ver la marca , había creado por usar el poder del grimorio aún algo pensativo, a la vez preocupado.-

    "Aun no estoy listo para contestarles , ¿Que harás Vanitas?"

    -se sentó así mientras se tomó su brazo y se puso a pensar una respuesta o el día que aquello pase Pero por ahora solo podría pensar que todo salió bien.-
    "Demonios" -dijo a ver la marca , había creado por usar el poder del grimorio aún algo pensativo, a la vez preocupado.- "Aun no estoy listo para contestarles , ¿Que harás Vanitas?" -se sentó así mientras se tomó su brazo y se puso a pensar una respuesta o el día que aquello pase Pero por ahora solo podría pensar que todo salió bien.-
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  • Tardó un poco más de lo que dijo, pero quería asegurarse de vestir algo especial, algo que nadie más le hubiera visto puesto por su trabajo y fuera sólo de ellos dos ahora, más sabiendo que le gustaba verlo en lencería.

    Nervioso, terminó de arreglarse, tomando un profundo respiro y saliendo lentamente del baño, mirándolo con una pequeña y apenada sonrisa, queriendo darse una nueva oportunidad de intentar aunque seguía inseguro.

    —G-Gatito... ¿Te... gusta?~
    Tardó un poco más de lo que dijo, pero quería asegurarse de vestir algo especial, algo que nadie más le hubiera visto puesto por su trabajo y fuera sólo de ellos dos ahora, más sabiendo que le gustaba verlo en lencería. Nervioso, terminó de arreglarse, tomando un profundo respiro y saliendo lentamente del baño, mirándolo con una pequeña y apenada sonrisa, queriendo darse una nueva oportunidad de intentar aunque seguía inseguro. —G-Gatito... ¿Te... gusta?~
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