• — Que terrible equivocación. ¿En verdad creyeron que no iba a matarlos?. ¿Al par de brutos secuestradores de menores?. ¿Ustedes que hacen que pobres niños pierdan la libertad por deseos asquerosos aristócratas?.

    No me digas que lo hago por heroísmo, es simple venganza, por idiotas como ustedes tuve que sufrir mucho durante un siglo. En fin, no tienes que saberlo, solo muérete.—
    — Que terrible equivocación. ¿En verdad creyeron que no iba a matarlos?. ¿Al par de brutos secuestradores de menores?. ¿Ustedes que hacen que pobres niños pierdan la libertad por deseos asquerosos aristócratas?. No me digas que lo hago por heroísmo, es simple venganza, por idiotas como ustedes tuve que sufrir mucho durante un siglo. En fin, no tienes que saberlo, solo muérete.—
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  • Sin contexto 2, pensamientos en la carretera.

    — Dante dibujó un círculo para los lujuriosos, azotados por vientos que no dejan descansar. Y yo entiendo por qué… aquello no es placer, es hambre disfrazada. Es buscar en cada cuerpo algo que no se encuentra en uno mismo. Y ellas… algunas también cargaban vacíos, heridas con perfume. No las culpo, ni me salvo. Porque en ese torbellino fuimos iguales: dos almas perdidas creyendo que el calor del otro era redención, cuando en verdad solo era condena compartida.
    Sin contexto 2, pensamientos en la carretera. — Dante dibujó un círculo para los lujuriosos, azotados por vientos que no dejan descansar. Y yo entiendo por qué… aquello no es placer, es hambre disfrazada. Es buscar en cada cuerpo algo que no se encuentra en uno mismo. Y ellas… algunas también cargaban vacíos, heridas con perfume. No las culpo, ni me salvo. Porque en ese torbellino fuimos iguales: dos almas perdidas creyendo que el calor del otro era redención, cuando en verdad solo era condena compartida.
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  • ——————✧◦♚◦✧——————⋆

    El emperador, aquel que parece omnisciente, que todo ve, todo escucha y gobierna cada rincón de su vasto dominio; aquel que se alza por encima de todos los demás como una figura imponente e inquebrantable, ahora se encuentra cautivado, casi subyugado, por una mujer cuya audacia desafía toda lógica. Es increíble cómo desafía sin reservas su autoridad y cómo parece no temer la sombra del poder ni los riesgos que supone acercarse tanto a él.

    Y lo peor —o quizás lo más fascinante— es su actitud. Esa sonrisa despreocupada que desarma cualquier defensa, los pequeños empujones que rompen cualquier formalidad, las mordidas juguetonas que él nunca habría permitido en otro tiempo, y su insaciable curiosidad por cada aspecto de lo que él hace o deja de hacer; toda ella resulta una paradoja que nunca logra descifrar.

    Como si eso fuera insuficiente, aquella mujer tuvo incluso el descaro de obligarlo a abandonar la solemnidad de sus tradicionales atuendos para enfundarse en un traje elegante, solo con el objetivo de cumplir su capricho de asistir a una boda insignificante de una amiga. Él debería detestarla por esto, y quizá lo hace, pero hay algo más profundo. Le intriga el hecho de que ella actúe como si pudiera ejercer algún tipo de control sobre él, como si realmente creyera haber conquistado al emperador. Qué absurda ilusión. Qué ingenua.
    ——————✧◦♚◦✧——————⋆ El emperador, aquel que parece omnisciente, que todo ve, todo escucha y gobierna cada rincón de su vasto dominio; aquel que se alza por encima de todos los demás como una figura imponente e inquebrantable, ahora se encuentra cautivado, casi subyugado, por una mujer cuya audacia desafía toda lógica. Es increíble cómo desafía sin reservas su autoridad y cómo parece no temer la sombra del poder ni los riesgos que supone acercarse tanto a él. Y lo peor —o quizás lo más fascinante— es su actitud. Esa sonrisa despreocupada que desarma cualquier defensa, los pequeños empujones que rompen cualquier formalidad, las mordidas juguetonas que él nunca habría permitido en otro tiempo, y su insaciable curiosidad por cada aspecto de lo que él hace o deja de hacer; toda ella resulta una paradoja que nunca logra descifrar. Como si eso fuera insuficiente, aquella mujer tuvo incluso el descaro de obligarlo a abandonar la solemnidad de sus tradicionales atuendos para enfundarse en un traje elegante, solo con el objetivo de cumplir su capricho de asistir a una boda insignificante de una amiga. Él debería detestarla por esto, y quizá lo hace, pero hay algo más profundo. Le intriga el hecho de que ella actúe como si pudiera ejercer algún tipo de control sobre él, como si realmente creyera haber conquistado al emperador. Qué absurda ilusión. Qué ingenua.
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  • La vi.

    Vi cómo le ofrecía los hilos de su alma,
    deshilando su esencia poco a poco
    como si de remiendos pudieran nacer milagros.

    Él…
    Un hombre quebrado por sus propios silencios, astillado en rincones que ya ni recordaba, y ella, torpe en su ternura, creyó que podía reconstruirlo con amor.

    Le dio comprensión donde él ofrecía evasivas.
    Le dio calma cuando él respondía con muros.
    Le entregó trozos de sí
    para llenar los huecos que otros le dejaron… y él los tomó sin mirar.

    No por maldad.
    No por crueldad.
    Sino por la costumbre de quien ya no sabe recibir
    y solo sabe absorber.

    Y así la vi marchitarse.
    No por falta de amor, sino por el exceso de darlo sin retorno.

    ¿Sabes?
    El amor no basta para quien no quiere ser amado.
    La comprensión no repara a quien no desea ser entendido.
    Y a veces, el intento de salvar a otro
    es la forma más lenta de ahogarse.

    Ella no entendía por qué dolía.
    Por qué él se iba más completo
    y ella se quedaba en ruinas.
    Pero yo sí lo supe.

    Le tejió alas con sus propias fibras,
    y cuando él voló, no volteó a mirar que ella ya no tenía cómo sostenerse.

    No todas las reparaciones son justas.
    No todo el amor dado regresa.
    Y algunas veces, el alma no se rompe por el abandono, sino por haber amado a quien nunca tuvo la intención de quedarse.

    Y cuando corté su hilo, no lloró por él.
    Lloró por ella.
    Por todo lo que dio…
    y por todo lo que nunca volvería.
    La vi. Vi cómo le ofrecía los hilos de su alma, deshilando su esencia poco a poco como si de remiendos pudieran nacer milagros. Él… Un hombre quebrado por sus propios silencios, astillado en rincones que ya ni recordaba, y ella, torpe en su ternura, creyó que podía reconstruirlo con amor. Le dio comprensión donde él ofrecía evasivas. Le dio calma cuando él respondía con muros. Le entregó trozos de sí para llenar los huecos que otros le dejaron… y él los tomó sin mirar. No por maldad. No por crueldad. Sino por la costumbre de quien ya no sabe recibir y solo sabe absorber. Y así la vi marchitarse. No por falta de amor, sino por el exceso de darlo sin retorno. ¿Sabes? El amor no basta para quien no quiere ser amado. La comprensión no repara a quien no desea ser entendido. Y a veces, el intento de salvar a otro es la forma más lenta de ahogarse. Ella no entendía por qué dolía. Por qué él se iba más completo y ella se quedaba en ruinas. Pero yo sí lo supe. Le tejió alas con sus propias fibras, y cuando él voló, no volteó a mirar que ella ya no tenía cómo sostenerse. No todas las reparaciones son justas. No todo el amor dado regresa. Y algunas veces, el alma no se rompe por el abandono, sino por haber amado a quien nunca tuvo la intención de quedarse. Y cuando corté su hilo, no lloró por él. Lloró por ella. Por todo lo que dio… y por todo lo que nunca volvería.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Propuesta de rol :3 al que le interesa interactúa con el post o me manda soli.
    En caso de no interesarle esta trama tengo algunas mas que escribí.

    Un dia una pareja de científicos estaban apuntó de crear la IA definitiva, una que junto a un cuerpo androide, buscaban replicar la consciencia humana.
    Y justo aquel dia que iniciarían el proceso para activar a la androide, la esposa del científico tuvo un accidente mientras se dirigía al laboratorio..
    Está murió y devastó al científico al Punto en que su mente se quebró. Tanto que decidió usurpar el cementerio donde se encontraba su difunta esposa. Todo con la loca idea de usar a la androide para rescatar de la muerte a su mujer.
    Su conocimiento e ingenió le daban lo suficiente como para que pudiera transplantar partes importantes del cadáver de su esposa a lo que ahora empezaba a ser un cyborg, un adroide con un cerebro híbrido entre humano y robot.
    Todo parecia ir bien, eso hasta que hubo una pequeña falla en un momento crítico...
    Cuando la memoria de su esposa estaba siendo inyectada en la androide, la energia del lugar decayo, haciendo que todo se apagara..
    Al tener una sola oportunidad el científico simplemente colapso y quedo tendido en su escritorio mientras pensaba en como había perdido a su esposa..
    Pero una luz iluminó el lugar, la Cyborg que ahora aunque se veia casi como una réplica robot de la apariencia joven de su espsoa. Despertó y empezó a hacer ruidos..
    El científico creyo que todo estaba bien, pero para su mala suerte, los recuerdos de su esposa habían sido destruidos y reemplazados por la Inteligencia artificial que parecía tener conciencia..
    Aqui es donde inicia el rol, el al verla como una falla se desquitara con la androide todo su amargo sentir, aunque no se puede deshacer porque se ve como la versión joven de su esposa,
    Mientras la androide que con conciencia pero sin saber quien es, resguarda solo las emociones de la esposa muerta. Por lo que ella en un principio sin entenderlo sentira que solo debe vivir por su creador mientras intenta comprender que son las emociones humanas que siente.
    Muchas cosas pasaran además de la relación que habrá entre ellos.
    Propuesta de rol :3 al que le interesa interactúa con el post o me manda soli. En caso de no interesarle esta trama tengo algunas mas que escribí. Un dia una pareja de científicos estaban apuntó de crear la IA definitiva, una que junto a un cuerpo androide, buscaban replicar la consciencia humana. Y justo aquel dia que iniciarían el proceso para activar a la androide, la esposa del científico tuvo un accidente mientras se dirigía al laboratorio.. Está murió y devastó al científico al Punto en que su mente se quebró. Tanto que decidió usurpar el cementerio donde se encontraba su difunta esposa. Todo con la loca idea de usar a la androide para rescatar de la muerte a su mujer. Su conocimiento e ingenió le daban lo suficiente como para que pudiera transplantar partes importantes del cadáver de su esposa a lo que ahora empezaba a ser un cyborg, un adroide con un cerebro híbrido entre humano y robot. Todo parecia ir bien, eso hasta que hubo una pequeña falla en un momento crítico... Cuando la memoria de su esposa estaba siendo inyectada en la androide, la energia del lugar decayo, haciendo que todo se apagara.. Al tener una sola oportunidad el científico simplemente colapso y quedo tendido en su escritorio mientras pensaba en como había perdido a su esposa.. Pero una luz iluminó el lugar, la Cyborg que ahora aunque se veia casi como una réplica robot de la apariencia joven de su espsoa. Despertó y empezó a hacer ruidos.. El científico creyo que todo estaba bien, pero para su mala suerte, los recuerdos de su esposa habían sido destruidos y reemplazados por la Inteligencia artificial que parecía tener conciencia.. Aqui es donde inicia el rol, el al verla como una falla se desquitara con la androide todo su amargo sentir, aunque no se puede deshacer porque se ve como la versión joven de su esposa, Mientras la androide que con conciencia pero sin saber quien es, resguarda solo las emociones de la esposa muerta. Por lo que ella en un principio sin entenderlo sentira que solo debe vivir por su creador mientras intenta comprender que son las emociones humanas que siente. Muchas cosas pasaran además de la relación que habrá entre ellos.
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  • Había regresado de un exilio autoimpuesto, un viaje silencioso más allá del Velo, donde incluso los sueños no lo encontraban. Y ahora, por fin, volvía a su reino: el Sueño.

    Pero al llegar a su torre de obsidiana, no lo recibió ningún coro de pesadillas ni danzas oníricas. Solo el eco de lo que alguna vez fue un bello lugar.

    —Ha cambiado todo… o quizás soy yo quien ha cambiado —susurró Morfeo para sí mismo con nostalgia.

    Fue entonces cuando escuchó: el batir de unas alas conocidas, ligeras pero firmes. Un crujido de garras sobre piedra y un graznido entre incrédulo y emocionado.

    —¿Jefe…? ¿Eres tú de verdad?

    Morfeo giró con lentitud. Y allí estaba, posado sobre el brazo de un trono sin rey, un cuervo negro de ojos vivaces: Matthew, su mensajero, su espía, su voz cuando él decidía guardar silencio. Pero más que eso… su único amigo verdadero.

    Morfeo no sonrió, pero la típica bruma que lo envolvía pareció suavizarse.

    —Matthew.

    El cuervo se revoloteaba con ligeros saltos, como un niño perdido que al fin encuentra el camino a casa.

    —¡Dioses del Sueño! Pensé que ya no ibas a volver… El reino estaba… roto, jefe. Y yo… Bueno, intenté mantenerlo, pero no soy más que un cuervo, ¿sabes? Incluso Lucienne se fue por un tiempo. Las cosas se deshicieron sin ti.

    Morfeo alzó una mano enguantada y la ofreció. Matthew se posó en ella con el mismo respeto de antaño, aunque esta vez, había algo más: ternura.

    —No eras "solo" un cuervo. Nunca lo fuiste. —La voz de Morfeo fue suave como la bruma de los sueños profundos—. Te confié lo más frágil: mi dominio, mi esperanza… y regresé porque sabía que tú seguirías aquí.

    Matthew ladeó la cabeza, con ese gesto pícaro que lo hacía parecer un viejo bufón disfrazado de ave.

    —Bueno, jefe, no iba a dejar que un montón de pesadillas se hicieran con el lugar. Además… alguien tenía que contarles historias sobre ti.

    Morfeo lo alzó al nivel de su rostro para observarle mejor.

    —¿Historias?

    —Claro. Dije que volverías. Que el Rey del Sueño nunca desaparece para siempre… solo se toma su tiempo. Y mira… aquí estás.

    Un silencio pesado se extendió, no era incómodo. Morfeo, en un gesto casi humano y palabras con sentimiento le dijo:

    —Gracias por esperarme.

    —Siempre, jefe. Siempre. — le contestó su amigo.

    Y así, entre ruinas que pronto volverían a florecer, el Rey del Sueño y su fiel cuervo se reencontraron. Sin promesas, sin lágrimas, sino con ese tipo de entendimiento que solo existe entre los amigos.

    Había regresado de un exilio autoimpuesto, un viaje silencioso más allá del Velo, donde incluso los sueños no lo encontraban. Y ahora, por fin, volvía a su reino: el Sueño. Pero al llegar a su torre de obsidiana, no lo recibió ningún coro de pesadillas ni danzas oníricas. Solo el eco de lo que alguna vez fue un bello lugar. —Ha cambiado todo… o quizás soy yo quien ha cambiado —susurró Morfeo para sí mismo con nostalgia. Fue entonces cuando escuchó: el batir de unas alas conocidas, ligeras pero firmes. Un crujido de garras sobre piedra y un graznido entre incrédulo y emocionado. —¿Jefe…? ¿Eres tú de verdad? Morfeo giró con lentitud. Y allí estaba, posado sobre el brazo de un trono sin rey, un cuervo negro de ojos vivaces: Matthew, su mensajero, su espía, su voz cuando él decidía guardar silencio. Pero más que eso… su único amigo verdadero. Morfeo no sonrió, pero la típica bruma que lo envolvía pareció suavizarse. —Matthew. El cuervo se revoloteaba con ligeros saltos, como un niño perdido que al fin encuentra el camino a casa. —¡Dioses del Sueño! Pensé que ya no ibas a volver… El reino estaba… roto, jefe. Y yo… Bueno, intenté mantenerlo, pero no soy más que un cuervo, ¿sabes? Incluso Lucienne se fue por un tiempo. Las cosas se deshicieron sin ti. Morfeo alzó una mano enguantada y la ofreció. Matthew se posó en ella con el mismo respeto de antaño, aunque esta vez, había algo más: ternura. —No eras "solo" un cuervo. Nunca lo fuiste. —La voz de Morfeo fue suave como la bruma de los sueños profundos—. Te confié lo más frágil: mi dominio, mi esperanza… y regresé porque sabía que tú seguirías aquí. Matthew ladeó la cabeza, con ese gesto pícaro que lo hacía parecer un viejo bufón disfrazado de ave. —Bueno, jefe, no iba a dejar que un montón de pesadillas se hicieran con el lugar. Además… alguien tenía que contarles historias sobre ti. Morfeo lo alzó al nivel de su rostro para observarle mejor. —¿Historias? —Claro. Dije que volverías. Que el Rey del Sueño nunca desaparece para siempre… solo se toma su tiempo. Y mira… aquí estás. Un silencio pesado se extendió, no era incómodo. Morfeo, en un gesto casi humano y palabras con sentimiento le dijo: —Gracias por esperarme. —Siempre, jefe. Siempre. — le contestó su amigo. Y así, entre ruinas que pronto volverían a florecer, el Rey del Sueño y su fiel cuervo se reencontraron. Sin promesas, sin lágrimas, sino con ese tipo de entendimiento que solo existe entre los amigos.
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  • -Llevaba tiempo desde que el hermano mayor vergil sparda estaba viviendo en una época antigua , viajando por dimensiones y tiempo , encontró un reino el cual necesitaba ayuda, fue nombrado rey y líder de la orden de caballeros , aquel rey al menos en ese lugar era buscado por todo tipo de ,princesas ,mujeres de diferentes lugares ,ya que se preguntaban por qué vivía tan solo , no solia ser expresivo y prácticamente era malo socializando , solo se encerró en sus libros y sus pensamientos , se alejaría un tiempo de su hermano y de quién tenía una fuerte conexión,solo por darse un tiempo -

    Bueno,es momento de darme un tiempo aquí ,lo necesito
    -Llevaba tiempo desde que el hermano mayor vergil sparda estaba viviendo en una época antigua , viajando por dimensiones y tiempo , encontró un reino el cual necesitaba ayuda, fue nombrado rey y líder de la orden de caballeros , aquel rey al menos en ese lugar era buscado por todo tipo de ,princesas ,mujeres de diferentes lugares ,ya que se preguntaban por qué vivía tan solo , no solia ser expresivo y prácticamente era malo socializando , solo se encerró en sus libros y sus pensamientos , se alejaría un tiempo de su hermano y de quién tenía una fuerte conexión,solo por darse un tiempo - Bueno,es momento de darme un tiempo aquí ,lo necesito
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  • " Ha caído el día de lluvia, el corazón nublado y la vista con un tono de tristeza, como toda criatura con un alma .
    No faltó a su costumbre la bruja blanca ha visitado al Rey Dragón, siempre que le ve decaído, su imagen y su voz aparecen en todas partes Pero siempre como una sombra intocable, susurro de maldiciones que hacen llamado al Tirano que en él corazón de acero se esconde, ella canta y danza y no se deja tocar, es tormento del Basilio, muchos rostros hermosos muchos cambios de color, ella baila en los jardines sin tocar las espinas ella baila sobre las rosas una maestra bailarina, apasionada y sigilosa, peligrosa como todas y única en todos sus sentidos, bruja blanca espíritu de mariposa, dime tú nombre clama el Rey, ella no responde sigue cantando una y mil maldiciones .
    " Ha caído el día de lluvia, el corazón nublado y la vista con un tono de tristeza, como toda criatura con un alma . No faltó a su costumbre la bruja blanca ha visitado al Rey Dragón, siempre que le ve decaído, su imagen y su voz aparecen en todas partes Pero siempre como una sombra intocable, susurro de maldiciones que hacen llamado al Tirano que en él corazón de acero se esconde, ella canta y danza y no se deja tocar, es tormento del Basilio, muchos rostros hermosos muchos cambios de color, ella baila en los jardines sin tocar las espinas ella baila sobre las rosas una maestra bailarina, apasionada y sigilosa, peligrosa como todas y única en todos sus sentidos, bruja blanca espíritu de mariposa, dime tú nombre clama el Rey, ella no responde sigue cantando una y mil maldiciones .
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  • Desenvolviendo los regalos, Jean se encontró con:

    ➢ Unas trufas de chocolate hechas por Sebastián.
    Jean se comió una. Como era de esperarse, estaba deliciosa. Pero dejará el resto para más tarde.

    ➢ Un peluche de un conejo blanco, de Ciel.
    Es... esponjoso y suave. Lo conservará, pero escondido en algún lado. Jean ya no es un niño para jugar con peluches (tiene 13 años).

    ➢ Un pergamino nórdico por parte de su padre, el conde Phantomhive (¿o debería decir ex-conde?). Está un poco dañado, pero el contenido puede leerse. Fascinante.
    Lo traducirá más tarde.

    ➢ Un seax, una arma de doble filo. De su padre, el conde Grey. Se ve un poco desgastada, pero sin ningún rastro de oxido, excelentemente conservada. Le encanta.

    ➢ Una cruz celta, de Hiro. Parece que Jean no pudo disimular su fascinación por ellos. Su amigo es muy considerado.

    ➢ Un anillo céfiro, es precioso. De Ryan. Que buen detalle de su parte.

    ➢ Un atrapasueños que muestra indicios del futuro, de Alastor. Tendrá que probarlo esta noche.

    ➢ Una hermosa y antigua pluma estilográfica, una libreta de cuero, y también había una nota... Palabras sabias de la Teniente Sakimoto.

    ➢ Una colección de libros antiguos restaurados, junto a una nota escrita con tinta negra... de Heinrich. Él parece conocer bien sus gustos. Tendrá que agradecérselo personalmente.

    ➢ Un rompecabezas de cincomil piezas, de la señorita Charlotte. La dama con gran talento musical.

    Lo demás, eran deliciosos pasteles que se habían consumido el día de la fiesta. Del señor Echeverri y la dama Taoqi.

    Viendo la cantidad de paquetes y cajas apiladas a un lado, se sorprendió.

    —No esperaba despertar tanto aprecio.
    Desenvolviendo los regalos, Jean se encontró con: ➢ Unas trufas de chocolate hechas por Sebastián. Jean se comió una. Como era de esperarse, estaba deliciosa. Pero dejará el resto para más tarde. ➢ Un peluche de un conejo blanco, de Ciel. Es... esponjoso y suave. Lo conservará, pero escondido en algún lado. Jean ya no es un niño para jugar con peluches (tiene 13 años). ➢ Un pergamino nórdico por parte de su padre, el conde Phantomhive (¿o debería decir ex-conde?). Está un poco dañado, pero el contenido puede leerse. Fascinante. Lo traducirá más tarde. ➢ Un seax, una arma de doble filo. De su padre, el conde Grey. Se ve un poco desgastada, pero sin ningún rastro de oxido, excelentemente conservada. Le encanta. ➢ Una cruz celta, de Hiro. Parece que Jean no pudo disimular su fascinación por ellos. Su amigo es muy considerado. ➢ Un anillo céfiro, es precioso. De Ryan. Que buen detalle de su parte. ➢ Un atrapasueños que muestra indicios del futuro, de Alastor. Tendrá que probarlo esta noche. ➢ Una hermosa y antigua pluma estilográfica, una libreta de cuero, y también había una nota... Palabras sabias de la Teniente Sakimoto. ➢ Una colección de libros antiguos restaurados, junto a una nota escrita con tinta negra... de Heinrich. Él parece conocer bien sus gustos. Tendrá que agradecérselo personalmente. ➢ Un rompecabezas de cincomil piezas, de la señorita Charlotte. La dama con gran talento musical. Lo demás, eran deliciosos pasteles que se habían consumido el día de la fiesta. Del señor Echeverri y la dama Taoqi. Viendo la cantidad de paquetes y cajas apiladas a un lado, se sorprendió. —No esperaba despertar tanto aprecio.
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  • El rugido del motor se apagó lentamente, devorado por el silencio del atardecer. Kyu bajó una pierna, deteniendo su motocicleta al borde de un acantilado. La brisa suave le agitaba el cabello largo, ahora más suelto que nunca, y las luces doradas del horizonte pintaban su rostro con tonos cálidos, haciendo brillar con fuerza sus ojos ámbar.

    Se quitó los guantes sin dedos y apoyó ambos brazos sobre el manillar. Frente a él, el sol se rendía al final del día, derramando su luz como si el cielo se estuviera incendiando con suavidad. El mundo parecía más quieto, más limpio desde ese lugar elevado.

    Kyu soltó una breve risa nasal, como si aquel espectáculo fuera irónico, casi cruel.

    —Es tan bonito que casi se siente como una trampa —murmuró, sin esperar respuesta.

    Había algo en el resplandor que lo hacía recordar que la vida aún podía ser más que niebla, sangre o cicatrices. Algo que hacía doler el pecho, pero de una forma suave… parecida a la nostalgia.

    Con el casco apoyado en la motocicleta y su chaqueta blanca y negra ondeando al viento, simplemente observó.

    Y por un instante, solo uno, creyó que aún no era tarde para decidir hacia dónde seguir conduciendo.
    El rugido del motor se apagó lentamente, devorado por el silencio del atardecer. Kyu bajó una pierna, deteniendo su motocicleta al borde de un acantilado. La brisa suave le agitaba el cabello largo, ahora más suelto que nunca, y las luces doradas del horizonte pintaban su rostro con tonos cálidos, haciendo brillar con fuerza sus ojos ámbar. Se quitó los guantes sin dedos y apoyó ambos brazos sobre el manillar. Frente a él, el sol se rendía al final del día, derramando su luz como si el cielo se estuviera incendiando con suavidad. El mundo parecía más quieto, más limpio desde ese lugar elevado. Kyu soltó una breve risa nasal, como si aquel espectáculo fuera irónico, casi cruel. —Es tan bonito que casi se siente como una trampa —murmuró, sin esperar respuesta. Había algo en el resplandor que lo hacía recordar que la vida aún podía ser más que niebla, sangre o cicatrices. Algo que hacía doler el pecho, pero de una forma suave… parecida a la nostalgia. Con el casco apoyado en la motocicleta y su chaqueta blanca y negra ondeando al viento, simplemente observó. Y por un instante, solo uno, creyó que aún no era tarde para decidir hacia dónde seguir conduciendo.
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