• —Esta es una foto de mi en mis mejores años,habia olvidado lo delgado que estaba en ese entonces,cuando me converti en rey,los banquetes y las tartas de mi esposa hicieron que sea...mas rellenito
    —Esta es una foto de mi en mis mejores años,habia olvidado lo delgado que estaba en ese entonces,cuando me converti en rey,los banquetes y las tartas de mi esposa hicieron que sea...mas rellenito
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  • Grey’s Anatomy lo es todo para mí
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  • - Freya se tomo un baño largo después de un día atareado en el trabajo de la huerta, incluso con los preparativos de otro festival. Suspiro un poco por lo relajada que estaba, que incluso se quedo mas tiempo de lo esperado -
    - Freya se tomo un baño largo después de un día atareado en el trabajo de la huerta, incluso con los preparativos de otro festival. Suspiro un poco por lo relajada que estaba, que incluso se quedo mas tiempo de lo esperado -
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  • ❝ — 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 ¿𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐? ❞




    Fue de un cerrar de ojos

    Un día atendía papeles mientras Kiev aún no despertaba, Ryan se había ido, sin dejar una nota, ni una palabra, absolutamente nada.

    Aunque sabía que el rescate de Kiev lo había afectado de sobremanera, no creyó que terminaría provocando un mal dentro de su cabeza, algo que terminaría atormentandolo.

    Trato de hablar, pero ella era la menos indicada para hacerlo, porque también tenía sus propios problemas.

    Su ausencia ocurrió de la nada. Estaba cansada y exhausta, había tomado el control de todo de forma repentina para que la mafia no cayera, ordenó documentos, firmó contratos, controló los negocios, cuidó de Kiev como si fuera su enfermera, y las dudas la carcomían lentamente... ¿por qué no despertaba?, ¿por qué sus heridas no sanaban?, ¿por qué parecía tan simple, tan tranquilo? Su cuerpo no sanaba, parecía un simple mortal...


    Fue una de tanta noches, bebía unas copas, mientras hablaba con Kyo, su supuesta libertad se convirtió en una trampa, en un agujero oscuro que no vio venir. Alguien a quien consideraba un amigo, lo más cercano a ello.

    Cuando sus ojos se abrieron, estaba dentro de una casa antigua con arquitectura japonesa, todo era demasiado silencioso, demasiado ajeno

    Fue la primera alerta

    Buscó a alguien, a cualquiera, y cuando una mujer abrió la boca, el idioma japonés se le clavó como una daga en el oído

    La habían secuestrado y la habían llevado a un país donde no entendía el idioma, donde no tenía poder, donde no era nadie

    — ¡Voy a matarte, Ryo! — gritó con rabia

    Su cabello rojo era un desastre, su respiración desordenada, y los extraños la miraban como si fuera un espectro fuera de lugar.

    Se había olvidado de lo lejos que Kyo estaba dispuesto a llegar para sacarla del camino, alejarla tanto de Kiev como de Ryan, y lo había logrado, porque aunque Ryan fue el primero en desaparecer, a ella la empujaron aún más lejos

    ¿Qué tan difícil podía ser sobrevivir a esto?

    Esperó durante tres días la llegada del japonés, pero ninguna sombra se acercó, no tenía dinero, ni identificación, ni un contacto, ni un maldito plan para regresar a Albania

    Era un desastre, y no solo por fuera

    Intentó conseguir dinero, buscar salidas, improvisar, pero todo era ajeno, todo era hostil, todo estaba en su contra

    Y al final, terminó por involucrarse con los yakuza, fue inevitable, uno de ellos intentó tocarla y sin pensarlo le rompió el brazo, y cuando el resto vino a buscar explicaciones, ya era tarde

    No tuvo más opción que hundirse en ese mundo, meterse en los bajos fondos, adaptarse, ensuciarse, sobrevivir con lo poco que tenía, con lo que recordaba, con las ganas de volver a casa y verlos de nuevo

    Días, semanas, meses

    Todo era una cuenta regresiva


    — .... —

    El humo se disipaba con tranquilidad mientras ella lo observaba, solo tenía que terminar el contrato, solo eso y nada más.

    Estaba en una habitación japonesa, sentada con elegancia, vestía una yukata roja que dejaba parte de sus hombros al descubierto, el cabello recogido a medias, su piel marcada por el cansancio pero su sonrisa intacta, los dedos firmes alrededor de la pipa que encendía con lentitud, la mirada tranquila de quien lleva dentro una tormenta

    — ¿Es un trato? — sus labios soltaron las palabras tan suaves como venenosos mientras caminaba alrededor del hombre que tenía frente a ella, sus pasos suaves, calculados, su tono dulce como veneno — te lo prometo... esto te traerá más beneficios a ti que a mí. — Sus dedos recorrieron los hombros ajenos.

    El humo se escapaba de sus labios con naturalidad mientras se agachaba para sentarse, la yukata se deslizaba lo justo para jugar con su atención, su presencia era un arma, y ese hombre no tenía idea de en qué momento había bajado la guardia

    Estaba acompañado, claro, pero Rubi no se inmutó, los observó con la serenidad de quien ya había hecho esto muchas veces

    No podía decir nada más, cualquier palabra de más lo arruinaría, solo le quedaban unas frases suaves, una sonrisa y esa forma suya de mentir como si no lo hiciera, aunque sus dedos se aferraban a la tela roja que la envolvía.

    — Bien, es un trato — dijo él, haciendo un gesto japonés con la cabeza

    Rubi sonrió, como si acabara de escuchar una melodía perfecta. Aplaudió suavemente, juntó las manos con elegancia.

    Los hombres ingresaron a la sala con los papeles. El sello. El final.

    ¿Estaba contenta?
    Más que eso.
    El contrato era el precio exacto de su libertad.
    Su pasaje de regreso.

    Y mientras firmaban, aquella pregunta flotó por su cabeza, silenciosa, cálida y dolorosa:

    ¿Cómo estarían los chicos...?
    ❝ — 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 ¿𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐? ❞ Fue de un cerrar de ojos Un día atendía papeles mientras Kiev aún no despertaba, Ryan se había ido, sin dejar una nota, ni una palabra, absolutamente nada. Aunque sabía que el rescate de Kiev lo había afectado de sobremanera, no creyó que terminaría provocando un mal dentro de su cabeza, algo que terminaría atormentandolo. Trato de hablar, pero ella era la menos indicada para hacerlo, porque también tenía sus propios problemas. Su ausencia ocurrió de la nada. Estaba cansada y exhausta, había tomado el control de todo de forma repentina para que la mafia no cayera, ordenó documentos, firmó contratos, controló los negocios, cuidó de Kiev como si fuera su enfermera, y las dudas la carcomían lentamente... ¿por qué no despertaba?, ¿por qué sus heridas no sanaban?, ¿por qué parecía tan simple, tan tranquilo? Su cuerpo no sanaba, parecía un simple mortal... Fue una de tanta noches, bebía unas copas, mientras hablaba con Kyo, su supuesta libertad se convirtió en una trampa, en un agujero oscuro que no vio venir. Alguien a quien consideraba un amigo, lo más cercano a ello. Cuando sus ojos se abrieron, estaba dentro de una casa antigua con arquitectura japonesa, todo era demasiado silencioso, demasiado ajeno Fue la primera alerta Buscó a alguien, a cualquiera, y cuando una mujer abrió la boca, el idioma japonés se le clavó como una daga en el oído La habían secuestrado y la habían llevado a un país donde no entendía el idioma, donde no tenía poder, donde no era nadie — ¡Voy a matarte, Ryo! — gritó con rabia Su cabello rojo era un desastre, su respiración desordenada, y los extraños la miraban como si fuera un espectro fuera de lugar. Se había olvidado de lo lejos que Kyo estaba dispuesto a llegar para sacarla del camino, alejarla tanto de Kiev como de Ryan, y lo había logrado, porque aunque Ryan fue el primero en desaparecer, a ella la empujaron aún más lejos ¿Qué tan difícil podía ser sobrevivir a esto? Esperó durante tres días la llegada del japonés, pero ninguna sombra se acercó, no tenía dinero, ni identificación, ni un contacto, ni un maldito plan para regresar a Albania Era un desastre, y no solo por fuera Intentó conseguir dinero, buscar salidas, improvisar, pero todo era ajeno, todo era hostil, todo estaba en su contra Y al final, terminó por involucrarse con los yakuza, fue inevitable, uno de ellos intentó tocarla y sin pensarlo le rompió el brazo, y cuando el resto vino a buscar explicaciones, ya era tarde No tuvo más opción que hundirse en ese mundo, meterse en los bajos fondos, adaptarse, ensuciarse, sobrevivir con lo poco que tenía, con lo que recordaba, con las ganas de volver a casa y verlos de nuevo Días, semanas, meses Todo era una cuenta regresiva — .... — El humo se disipaba con tranquilidad mientras ella lo observaba, solo tenía que terminar el contrato, solo eso y nada más. Estaba en una habitación japonesa, sentada con elegancia, vestía una yukata roja que dejaba parte de sus hombros al descubierto, el cabello recogido a medias, su piel marcada por el cansancio pero su sonrisa intacta, los dedos firmes alrededor de la pipa que encendía con lentitud, la mirada tranquila de quien lleva dentro una tormenta — ¿Es un trato? — sus labios soltaron las palabras tan suaves como venenosos mientras caminaba alrededor del hombre que tenía frente a ella, sus pasos suaves, calculados, su tono dulce como veneno — te lo prometo... esto te traerá más beneficios a ti que a mí. — Sus dedos recorrieron los hombros ajenos. El humo se escapaba de sus labios con naturalidad mientras se agachaba para sentarse, la yukata se deslizaba lo justo para jugar con su atención, su presencia era un arma, y ese hombre no tenía idea de en qué momento había bajado la guardia Estaba acompañado, claro, pero Rubi no se inmutó, los observó con la serenidad de quien ya había hecho esto muchas veces No podía decir nada más, cualquier palabra de más lo arruinaría, solo le quedaban unas frases suaves, una sonrisa y esa forma suya de mentir como si no lo hiciera, aunque sus dedos se aferraban a la tela roja que la envolvía. — Bien, es un trato — dijo él, haciendo un gesto japonés con la cabeza Rubi sonrió, como si acabara de escuchar una melodía perfecta. Aplaudió suavemente, juntó las manos con elegancia. Los hombres ingresaron a la sala con los papeles. El sello. El final. ¿Estaba contenta? Más que eso. El contrato era el precio exacto de su libertad. Su pasaje de regreso. Y mientras firmaban, aquella pregunta flotó por su cabeza, silenciosa, cálida y dolorosa: ¿Cómo estarían los chicos...?
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  • Cruce Matinal
    Fandom OC
    Categoría Slice of Life
    @Freya Magrina

    No sé qué hago aquí tan temprano. Ni siquiera me gusta el sol de la mañana, pero algo me empujó a salir. Quizá el insomnio, o esa absurda esperanza de que el mundo todavía tenga rincones tranquilos.

    El parque estaba casi vacío. El aire era fresco y olía a tierra húmeda, como si hubiera llovido hace poco. Me senté en el banco más alejado, ese que nadie ocupa porque el respaldo está medio roto y cruje como una promesa que no se cumple. Saqué el cuaderno del bolsillo de mi gabardina, aunque no tenía intención de escribir nada. A veces solo me gusta tenerlo entre las manos, como si pudiera convencerme de que tengo algo por decir.

    Fue entonces cuando la vi.

    Pequeña, no por frágil, sino por la forma en que se movía: ligera, con una energía contenida, como si cargara con algo que no estaba dispuesta a soltar. El pelo corto y los ojos brillantes destacaban en la luz blanda de la mañana. No parecía del tipo que pasea por costumbre. Más bien del tipo que busca algo.

    Nuestros ojos se cruzaron por un momento.

    No sé si fui yo quien la miró demasiado tiempo, o si fue ella quien no desvió la mirada.

    —¿Sueles venir a esta hora o... también estás huyendo de algo? —pregunté, sin pensar, con esa voz ronca que aún no se despierta del todo.

    Y me callé, dejando que el silencio hiciera su parte.

    @Freya Magrina No sé qué hago aquí tan temprano. Ni siquiera me gusta el sol de la mañana, pero algo me empujó a salir. Quizá el insomnio, o esa absurda esperanza de que el mundo todavía tenga rincones tranquilos. El parque estaba casi vacío. El aire era fresco y olía a tierra húmeda, como si hubiera llovido hace poco. Me senté en el banco más alejado, ese que nadie ocupa porque el respaldo está medio roto y cruje como una promesa que no se cumple. Saqué el cuaderno del bolsillo de mi gabardina, aunque no tenía intención de escribir nada. A veces solo me gusta tenerlo entre las manos, como si pudiera convencerme de que tengo algo por decir. Fue entonces cuando la vi. Pequeña, no por frágil, sino por la forma en que se movía: ligera, con una energía contenida, como si cargara con algo que no estaba dispuesta a soltar. El pelo corto y los ojos brillantes destacaban en la luz blanda de la mañana. No parecía del tipo que pasea por costumbre. Más bien del tipo que busca algo. Nuestros ojos se cruzaron por un momento. No sé si fui yo quien la miró demasiado tiempo, o si fue ella quien no desvió la mirada. —¿Sueles venir a esta hora o... también estás huyendo de algo? —pregunté, sin pensar, con esa voz ronca que aún no se despierta del todo. Y me callé, dejando que el silencio hiciera su parte.
    Tipo
    Individual
    Líneas
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    Estado
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  • Cómo..extraño a mi pequeño rey del infierno tan lindo...tan adorable..
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  • —¿Por qué solo me gusta pelear? Es lo único que conozco desde que tengo uso de razón. Para sobrevivir, para ser más fuerte, ¡Para ser el rey de Hueco Mundo!
    —¿Por qué solo me gusta pelear? Es lo único que conozco desde que tengo uso de razón. Para sobrevivir, para ser más fuerte, ¡Para ser el rey de Hueco Mundo!
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  • Nicho Lobrego....
    Un sarcófago que me mantuvo por fuera de todo por milenios debido a la locura de mi padre...

    Seguir una profecía...
    Una profecía que no era no más que una rabia de alguien que se sintió ofendido por el abandono de Auri-El...
    La rabia de un creyente al sentir que era abandonado cuando fue contaminada su alma y vida...
    Nicho Lobrego.... Un sarcófago que me mantuvo por fuera de todo por milenios debido a la locura de mi padre... Seguir una profecía... Una profecía que no era no más que una rabia de alguien que se sintió ofendido por el abandono de Auri-El... La rabia de un creyente al sentir que era abandonado cuando fue contaminada su alma y vida...
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  • Más que un rey pareces un niño perdido que acabó de encontrarse con sus padres.
    Más que un rey pareces un niño perdido que acabó de encontrarse con sus padres.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    --- El nacimiento de Ozma, el Rey Caído ---

    En un día que debía ser eterno, el padre de Jenifer encontró a su esposa sin vida. La luz se apagó en sus ojos, y con ella, el mundo perdió su color.

    El dolor lo corrompió. El Rey, antes conocido como Oz, se quebró. Su nombre ya no podía contener su furia. Desde entonces, sería llamado Ozma. Un nombre que resonaría como maldición y lamento.

    —El mundo me negó la felicidad... ahora todos morirán. ¡Todos conocerán mi dolor! Este es mi decreto: Voy a acabar con todo, hasta que no quede nada... excepto ella.

    Excepto Jenifer, su hija. La única chispa que no quiso apagar.

    Ozma comenzó su cruzada: ciudades fueron arrasadas, reinos reducidos a cenizas. Y Jenifer, aún inocente, fue enviada a conquistar pequeños territorios. Ella creía que su padre buscaba paz. Que reconstruiría lo perdido.

    Pero las palabras de Ozma, su mirada, sus actos... revelaron otra verdad. Una codicia destructora que no buscaba redención, sino ruina.

    Fue entonces que Jenifer lo enfrentó. Y con el corazón desgarrado, lo selló en el Jardín Prohibido, el lugar donde —según las leyendas— nació la verdadera vida en la Tierra.

    Allí, entre raíces antiguas y runas olvidadas, quedó encerrado el Rey que quiso rehacer el mundo a partir del dolor.

    https://www.youtube.com/watch?v=Eae1j_LkLyk&ab_channel=TanjiroK
    --- El nacimiento de Ozma, el Rey Caído --- En un día que debía ser eterno, el padre de Jenifer encontró a su esposa sin vida. La luz se apagó en sus ojos, y con ella, el mundo perdió su color. El dolor lo corrompió. El Rey, antes conocido como Oz, se quebró. Su nombre ya no podía contener su furia. Desde entonces, sería llamado Ozma. Un nombre que resonaría como maldición y lamento. —El mundo me negó la felicidad... ahora todos morirán. ¡Todos conocerán mi dolor! Este es mi decreto: Voy a acabar con todo, hasta que no quede nada... excepto ella. Excepto Jenifer, su hija. La única chispa que no quiso apagar. Ozma comenzó su cruzada: ciudades fueron arrasadas, reinos reducidos a cenizas. Y Jenifer, aún inocente, fue enviada a conquistar pequeños territorios. Ella creía que su padre buscaba paz. Que reconstruiría lo perdido. Pero las palabras de Ozma, su mirada, sus actos... revelaron otra verdad. Una codicia destructora que no buscaba redención, sino ruina. Fue entonces que Jenifer lo enfrentó. Y con el corazón desgarrado, lo selló en el Jardín Prohibido, el lugar donde —según las leyendas— nació la verdadera vida en la Tierra. Allí, entre raíces antiguas y runas olvidadas, quedó encerrado el Rey que quiso rehacer el mundo a partir del dolor. https://www.youtube.com/watch?v=Eae1j_LkLyk&ab_channel=TanjiroK
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