• -Mi vida siempre fue una gran aventura, hice todo lo que un calamar humanoide haría en el fantastico planeta tierra .
    De vez en cuando me encierro horas y mas horas a leer los relatos de los humanos, es increíble como su imaginación les permite crear seres como yo aun mas magníficos -
    ¿Puedes creer que no tienen super poderes y aun asi son los mas peligrosos de esta galaxia?
    -Mi vida siempre fue una gran aventura, hice todo lo que un calamar humanoide haría en el fantastico planeta tierra . De vez en cuando me encierro horas y mas horas a leer los relatos de los humanos, es increíble como su imaginación les permite crear seres como yo aun mas magníficos - ¿Puedes creer que no tienen super poderes y aun asi son los mas peligrosos de esta galaxia?
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    // Tengo un poco de bloqueo de escritura. Nose sobre que podría escribir sobre Kazuo. Sobre relatos de su pasado. Si tienen alguna idea con un hilo des cual poder tirar estaré agradecido .
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    𝐅𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐟𝐢́𝐚𝐬, 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐭𝐢𝐫.

    𝐂𝐚𝐧𝐨𝐧

    Cuando el joven Maximillian escapó de su hogar, apenas tuvo tiempo de reunir unas pocas pertenencias. Entre armas viejas y harapos desgastados, rescató lo único que realmente importaba: una fotografía. A primera vista, era apenas un papel gastado y descolorido, con los bordes maltratados por el tiempo y los viajes. Pero para Maximillian, aquella imagen era un ancla, un pedazo irremplazable de su historia.

    En la fotografía aparecía él, un niño pequeño de rostro marcado por el polvo y las lágrimas, abrazado por la única figura que había sido su refugio: su abuelo. Era más joven en esa imagen, aunque ya portaba su imponente cabellera plateada y aquella mirada severa, pero bondadosa. El día capturado en esa instantánea fue un momento donde todo pudo haber terminado: un Maximillian demasiado curioso y torpe había terminado en un aprieto mortal, pero su abuelo llegó justo a tiempo para salvarlo. La escena quedó sellada en esa foto, que luego conservaron como una especie de chiste familiar, un símbolo de la cercanía que los unía.

    Pero ahora, ya no quedaban más bromas. El abuelo había caído tiempo después, arrebatado por el consulado en un acto de traición que dejó a Maximillian con lágrimas en los ojos y el corazón endurecido. Aquel último recuerdo feliz —un rescate, una sonrisa, y una mano fuerte que lo sostenía— era todo lo que le quedaba.

    Desde entonces, Maximillian nunca partía sin observar aquella fotografía una vez más. Cada arruga y mancha le devolvía las palabras de su abuelo:
    —“Nunca te perderás mientras puedas recordar de dónde vienes.”

    Ahora, bajo el nombre de Corvus, el narrador de historias y maestro de ilusiones, aquella fotografía seguía con él. Antes de subir al escenario, donde las luces y sombras daban forma a su magia, la sacaba con cuidado. La mirada de su abuelo en la imagen seguía dándole fuerzas, como si lo alentara a seguir adelante.

    Los espectadores lo veían como un cuentacuentos excéntrico, un ilusionista astuto que podía hechizarlos con una sonrisa enigmática y relatos que parecían demasiado reales. Pero cuando las cortinas caían y la audiencia se desvanecía en la noche, Corvus volvía a sostener aquella fotografía, sus dedos recorriendo con ternura la imagen del hombre que le enseñó a sobrevivir.

    Porque aquella foto no era solo un recuerdo; era su promesa. Una promesa de que seguiría contando historias, seguiría sobreviviendo y que, de algún modo, el abuelo seguiría vivo en cada palabra que él susurrara al viento.
    𝐅𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐟𝐢́𝐚𝐬, 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐩𝐞𝐭𝐢𝐫. 𝐂𝐚𝐧𝐨𝐧 Cuando el joven Maximillian escapó de su hogar, apenas tuvo tiempo de reunir unas pocas pertenencias. Entre armas viejas y harapos desgastados, rescató lo único que realmente importaba: una fotografía. A primera vista, era apenas un papel gastado y descolorido, con los bordes maltratados por el tiempo y los viajes. Pero para Maximillian, aquella imagen era un ancla, un pedazo irremplazable de su historia. En la fotografía aparecía él, un niño pequeño de rostro marcado por el polvo y las lágrimas, abrazado por la única figura que había sido su refugio: su abuelo. Era más joven en esa imagen, aunque ya portaba su imponente cabellera plateada y aquella mirada severa, pero bondadosa. El día capturado en esa instantánea fue un momento donde todo pudo haber terminado: un Maximillian demasiado curioso y torpe había terminado en un aprieto mortal, pero su abuelo llegó justo a tiempo para salvarlo. La escena quedó sellada en esa foto, que luego conservaron como una especie de chiste familiar, un símbolo de la cercanía que los unía. Pero ahora, ya no quedaban más bromas. El abuelo había caído tiempo después, arrebatado por el consulado en un acto de traición que dejó a Maximillian con lágrimas en los ojos y el corazón endurecido. Aquel último recuerdo feliz —un rescate, una sonrisa, y una mano fuerte que lo sostenía— era todo lo que le quedaba. Desde entonces, Maximillian nunca partía sin observar aquella fotografía una vez más. Cada arruga y mancha le devolvía las palabras de su abuelo: —“Nunca te perderás mientras puedas recordar de dónde vienes.” Ahora, bajo el nombre de Corvus, el narrador de historias y maestro de ilusiones, aquella fotografía seguía con él. Antes de subir al escenario, donde las luces y sombras daban forma a su magia, la sacaba con cuidado. La mirada de su abuelo en la imagen seguía dándole fuerzas, como si lo alentara a seguir adelante. Los espectadores lo veían como un cuentacuentos excéntrico, un ilusionista astuto que podía hechizarlos con una sonrisa enigmática y relatos que parecían demasiado reales. Pero cuando las cortinas caían y la audiencia se desvanecía en la noche, Corvus volvía a sostener aquella fotografía, sus dedos recorriendo con ternura la imagen del hombre que le enseñó a sobrevivir. Porque aquella foto no era solo un recuerdo; era su promesa. Una promesa de que seguiría contando historias, seguiría sobreviviendo y que, de algún modo, el abuelo seguiría vivo en cada palabra que él susurrara al viento.
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  • ━━━༻❁༺━━━━━━━━━━━━
    Cuánto tiempo. . . Aliada. . .

    [ A través de los míticos y largos años, los ancianos narraban con voces quebradas historias de una Reina Escarlata, historias de una Reina que conquistó, con el furor de su espada, un reino opresivo y esclavista. Lo irónico es que subyugó a quienes la habían subyugado. Según los relatos transmitidos de boca en boca por tiempo de dias y largura de noches, esta reina era la única llama de sangre, una raza sumamente poderosa que fue tachada de brujos y herejes, enseguida perseguída, esclavizada y casi aniquilada.

    Se decía que su poder era tan inmenso que podía doblegar a los más fuertes con solo una mirada, una mirada de llama, porque ese era su poder, la llama.

    Sin embargo, parecía que desde las profundidades de la oscuridad, se urdían planes meticulosos, cada movimiento de la pelirroja reina fue calculado con precisión por algo. La reina escarlata, aunque poderosa, no estaba sola en su lucha. Fuerzas invisibles guiaban su camino, asegurándose de que cada obstáculo fuera superado, cada enemigo derrotado. Era como si un maestro titiritero dirigiera una obra épica, o como si un celebre pintor ilustrara un cuadro, donde la reina era la protagonista, pero no la única arquitecta de su destino. En las sombras, el verdadero artífice del triunfo observaba, satisfecho con el desenlace de su manipulada trama.

    Al menos, estas eran las teorías de conspiración que se desplegaban por la población. Las calles murmullos, cada rincón albergaba una nueva versión de los eventos. Lo que comenzó como simples rumores, pronto se convirtió en una narrativa colectiva, donde cada persona añadía su propio toque, haciendo que la leyenda de la reina escarlata y su enigmático benefactor pareciera más tangible, más auténtica. En cada relato, la línea entre la realidad y la ficción se desdibujaba, alimentando la imaginación de todos aquellos que escuchaban.

    La reina escarlata ahora estaba asentada en su trono de gloria, rodeada por el resplandor de su victoria. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, sabía que debía regresar a Gazú, su benefactor en las sombras. Ahora, con la corona sobre su cabeza y el reino a sus pies, sentía la necesidad de rendir homenaje a quien había sido su guía y protector. Gazú, Maestro de las sombras, Maestro titiritero y Pintor del Cuadro, había sido fundamental en su ascenso.

    ¿Cómo será ese reencuentro de Aliados? ¿El tiempo ha apañado su alianza? ¿Porque hubo un silencio entre ambos?

    La respuesta como siempre. . . . La dará el tiempo ]

    𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆
    ━━━༻❁༺━━━━━━━━━━━━ 🌹 Cuánto tiempo. . . Aliada. . . [ A través de los míticos y largos años, los ancianos narraban con voces quebradas historias de una Reina Escarlata, historias de una Reina que conquistó, con el furor de su espada, un reino opresivo y esclavista. Lo irónico es que subyugó a quienes la habían subyugado. Según los relatos transmitidos de boca en boca por tiempo de dias y largura de noches, esta reina era la única llama de sangre, una raza sumamente poderosa que fue tachada de brujos y herejes, enseguida perseguída, esclavizada y casi aniquilada. Se decía que su poder era tan inmenso que podía doblegar a los más fuertes con solo una mirada, una mirada de llama, porque ese era su poder, la llama. Sin embargo, parecía que desde las profundidades de la oscuridad, se urdían planes meticulosos, cada movimiento de la pelirroja reina fue calculado con precisión por algo. La reina escarlata, aunque poderosa, no estaba sola en su lucha. Fuerzas invisibles guiaban su camino, asegurándose de que cada obstáculo fuera superado, cada enemigo derrotado. Era como si un maestro titiritero dirigiera una obra épica, o como si un celebre pintor ilustrara un cuadro, donde la reina era la protagonista, pero no la única arquitecta de su destino. En las sombras, el verdadero artífice del triunfo observaba, satisfecho con el desenlace de su manipulada trama. Al menos, estas eran las teorías de conspiración que se desplegaban por la población. Las calles murmullos, cada rincón albergaba una nueva versión de los eventos. Lo que comenzó como simples rumores, pronto se convirtió en una narrativa colectiva, donde cada persona añadía su propio toque, haciendo que la leyenda de la reina escarlata y su enigmático benefactor pareciera más tangible, más auténtica. En cada relato, la línea entre la realidad y la ficción se desdibujaba, alimentando la imaginación de todos aquellos que escuchaban. La reina escarlata ahora estaba asentada en su trono de gloria, rodeada por el resplandor de su victoria. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, sabía que debía regresar a Gazú, su benefactor en las sombras. Ahora, con la corona sobre su cabeza y el reino a sus pies, sentía la necesidad de rendir homenaje a quien había sido su guía y protector. Gazú, Maestro de las sombras, Maestro titiritero y Pintor del Cuadro, había sido fundamental en su ascenso. ¿Cómo será ese reencuentro de Aliados? ¿El tiempo ha apañado su alianza? ¿Porque hubo un silencio entre ambos? La respuesta como siempre. . . . La dará el tiempo ] [Liz_bloodFlame] 🌹
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    // Hola gente. Me gustaría subir más relatos sobre Kazuo. Pero tengo un poco de bloqueo narrativo. ¿Hay algo del personaje que os intigre o quisierais saber?. Para hacer un relato más detallado y extenso. Incluso he pensado en hacer algunos en primera persona. Directamente Kazuo narrando y expresando lo que siente.

    Me encantaría que participaseis en esta dinámica. Gracias de antemano ♥️//
    // Hola gente. Me gustaría subir más relatos sobre Kazuo. Pero tengo un poco de bloqueo narrativo. ¿Hay algo del personaje que os intigre o quisierais saber?. Para hacer un relato más detallado y extenso. Incluso he pensado en hacer algunos en primera persona. Directamente Kazuo narrando y expresando lo que siente. Me encantaría que participaseis en esta dinámica. Gracias de antemano ☺️♥️// :STK-13:
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  • 3000 αñσѕ αℓ ησятє. ( 北方 3000 年 )
    Fandom Lord Seventh
    Categoría Original
    ㅤ(景) Jing; como el caballero distinguido que había sido en el pasado, en su primera vida lejana a esta última.

    ㅤ(北) Bei; el norte cardinal que resguarda leyendas, dónde el Inframundo es helado y los demonios no temen perder su nombre y piel.

    ㅤ(渊) Yuan; el abismo profundo dónde las almas se pierden en la oscuridad y el frío cristaliza hasta el más puro sentimiento.

    ㅤTiempo pasado era aquel cuando al final de su primera vida sus ojos habían presenciado un lugar que las leyendas no podían hacer justicia. Miles de relatos del Inframundo se habían plasmado en bambú y papel, desde la eternidad hasta la actualidad, pero ninguno podía preparar a un alma mortal para lo que se encontraría al perder aquel cuerpo mortal. ¿Demonios y fuego?¿fantasmas y cadenas? Eran visiones dantescas y apocalípticas de un tortuoso paraje que espanta hasta al alma más atroz. ¿La realidad? La realidad aún vivía en sus sueños más profundos, lejanos a cualquier escena que los mortales imaginan.

    ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable; el aroma de los lirios de araña recién florecidos impregnaba el lugar, los rojos pétalos decorando la vista de aquel paisaje que se asemejaba a un verdadero paraíso, aquella piedra dónde había dormido sesenta y tres años, una cascada cristalina en la cuál ropajes verdes y cabellera blanca eran reflejadas.

    ㅤUna escena tan palpable y real, ¿Era esto un sueño o nuevamente había abandonado su mortalidad?

    ㅤPasos se movían lentamente, arrastrándose con pesadez, la tela del hanfu típico se sentía tal como la recordaba luego de no haberla usado durante siglos, y en cuanto quedó a orillas de las aguas del olvido, sumergió un pie, seguidamente el otro… El fondo no se divisaba, pero el río no llegaba a cubrir sus tobillos, no obstante el frío del agua helaba hasta la última fibra de su humanidad.

    ㅤUna sensación tan real que aún se debatía entre la realidad y un recuerdo de la muerte.

    ㅤLos lirios de araña se desprendían de todos lados a su alrededor, cayendo arrastradas por una brisa imperceptible, primero serían un par, luego una docena, luego serían cientos, finalmente miles de ellas se esparcieron a su alrededor como una cascada de sangre que lo atrapaba en el centro de un rojo paraje, preguntándose de dónde vendrían tantas de ellas. De sus labios morados escaparía un suspiro tan agotado como ese viejo espíritu que siempre había sido, cerraría sus ojos y despertaría en su cama para comprobar que todo aquello era solo una memoria escondida de lo que alguna vez fue vivir la muerte… Volvería a su cama, a su casa y su pecho se hundiría al recordar que solo esta vida quedaba.

    ㅤNo.

    ㅤAlgo era diferente esta vez.

    ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable, la próxima vez que parpadeara, todo aquello se perdería en un recuerdo y volvería a su hogar… Pero esta vez algo era diferente.

    ㅤEl aroma a lirios aún se colaba por su nariz, tan fuerte como nunca, y entre el sonido del agua que desconocidamente galopaba furiosa podía escuchar que algo cortaba su paso y se acercaba a él. En tantos años, nunca se había cruzado con otra alma en su paraje onírico. Entonces, ¿esto en verdad se trataba de un sueño?

    ㅤSu cuerpo se tornó papel; tan frágil que el viento parecía querer arrastrarlo consigo. Sus pies parecían estáticos, clavados a algo invisible que no le dejaba huir. Poco a poco era capaz de sentir como el agua subía, primero hasta la mitad de sus piernas, luego hasta sus rodillas y en cuestión de tiempo su pecho se apretaba bajo una incomprensible presión, robando su aliento, inmovilizando cada extremidad.

    ㅤEn profundidad inhaló justo antes de que sus ojos se abrieran. Una lluvía de flores carmesí le rodeaba y en la cercanía una figura totalmente negra se acercaba, tan lenta que parecía el dueño del tiempo, tan imponente que con solo verla de costado su alma temía y su corazón temblaba y con cada paso que daba, más y más se hundía en aquella corriente que parecía no ir más allá de la visible superficie.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Tres pasos… ㅤ

    ㅤAtrapado hasta el cuello se sentía perdido, tan perdido como la primera vez que en aquel lugar se había encontrado. Desolado como un espíritu que es obligado a ir en contra de su destino. Una fuerte tos se escapó, llenando su boca con un sabor metálico, el agua que lucía impecable la primera vez se teñía de motas bermellón que abandonaban su cuerpo y se fusionaba con los pétalos de araña.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Dos pasos… ㅤ

    ㅤAquel sabor era familiar, recordado de la guerra, de cada vida perdida, de cada espada que lo había atravesado. Reconocía la sangre, reconocía el dolor, rápidamente opacados quedaron estas sensaciones, dando paso a un gusto dulce que lavaba hasta la última gota de pena que saboreaba su lengua. El agua ahora llegaba hasta sus labios, besando la sensación fría de diez mil cuchillas atravesando cada músculo se su cuerpo.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Un paso …

    ㅤUna sombra se cernía sobre los patéticos vestigios que quedaban a flote de su persona; oscura y pesada era esta presencia que lo hacía sentir aún más pequeño de lo que podría ser en aquel lugar. La esencia floral se había desvanecido, sus pulmones se sentían llenos al contener la respiración, se encontraba hundido hasta la nariz, solo el gris de sus ojos se encontraba por sobre la superficie. Una mirada de reojo, túnicas negras se habían detenido a su lado, un silbido ahogado se introducía en la poca audición que era capaz de percibir y lo último que su mirada logró distinguir fue una mano pálida que lo empujó hasta su final.

    ㅤEso era todo.

    ㅤEn su memoria no recordaba haber estado tan a fondo en aquellas aguas, tan profundas como el olvido en sí. Inmóvil en ellas, todo lo que se encontraba a su alrededor era oscuridad, nada era visible a su alrededor, ningún rastro de aquel paisaje de ensueño que en cada recóndito de su mente se encontraba cuando anhelaba algún escape, ningún rastro de aquella figura negra que tan familiar se le hacía ahora que lo pensaba. Solo era él, flotando en calma debajo de la corriente del río del olvido. ㅤ

    ㅤJing; el noble caballero que había sido en el pasado, ahora quedaba enterrado en la desmemoria.

    ㅤBei; el norte cardinal, ahora atrapado entre la corriente del este y el oeste, dejando que la vida se escapara de sus pulmones, se preguntaba si alguna vez en realidad había escapado de la muerte.

    ㅤYuan; que significaba abismo profundo, ¿Había sido su nombre una premonición de su futuro? Parecía que su destino era ese; profundidad, oscuridad, desesperanza …

    ㅤAquel nombre que alguna vez fue distinguido ¿Moriría en lo que alguna vez había representado?

    ㅤFrígida soledad sería su tumba y su alma sería devuelta a la madre tierra que lo había visto nacer, BeiYuan había sucumbido a su destino, a decir verdad, lo había esperado mucho tiempo pero ¿Por qué de este modo?.

    ㅤUn último suspiro, una última lágrima antes de abrazar su final. Y en aquella penumbra un par de manos cubrieron sus ojos desde atrás, provocando que aquel corazón paralizado diera un salto, escapando de él un latido abandonado; una voz familiar, causante de su pena ahora susurraba en su oído palabras indistinguibles, un mucito imperceptible que libraba su pecho del peso de la aflicción y de repente su cuerpo pesaba lo mismo que una hoja.

    ㅤSu cuerpo se alzó bruscamente tosiendo con violencia al punto de caer de la cama. Agua se extendía por el suelo debajo de sus palmas escapando totalmente de sus pulmones hasta que finalmente era capaz de respirar con agitación, en su hogar, en su conocida habitación, escuchando la respiración de su pareja que reposaba del otro lado de la cama, nuevamente era él, nuevamente sentía cada parte de sí, era consciente de cada signo vital, respiraba al final. Aún así, su mente no abandonaba la sensación de realidad, aquella fina línea que lo separaba del reino de los vivos y de los muertos parecía haberse desvanecido un instante, perdiéndose en aquellos difusos límites que ya no creía conocer.
    ㅤ(景) Jing; como el caballero distinguido que había sido en el pasado, en su primera vida lejana a esta última. ㅤ(北) Bei; el norte cardinal que resguarda leyendas, dónde el Inframundo es helado y los demonios no temen perder su nombre y piel. ㅤ(渊) Yuan; el abismo profundo dónde las almas se pierden en la oscuridad y el frío cristaliza hasta el más puro sentimiento. ㅤTiempo pasado era aquel cuando al final de su primera vida sus ojos habían presenciado un lugar que las leyendas no podían hacer justicia. Miles de relatos del Inframundo se habían plasmado en bambú y papel, desde la eternidad hasta la actualidad, pero ninguno podía preparar a un alma mortal para lo que se encontraría al perder aquel cuerpo mortal. ¿Demonios y fuego?¿fantasmas y cadenas? Eran visiones dantescas y apocalípticas de un tortuoso paraje que espanta hasta al alma más atroz. ¿La realidad? La realidad aún vivía en sus sueños más profundos, lejanos a cualquier escena que los mortales imaginan. ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable; el aroma de los lirios de araña recién florecidos impregnaba el lugar, los rojos pétalos decorando la vista de aquel paisaje que se asemejaba a un verdadero paraíso, aquella piedra dónde había dormido sesenta y tres años, una cascada cristalina en la cuál ropajes verdes y cabellera blanca eran reflejadas. ㅤUna escena tan palpable y real, ¿Era esto un sueño o nuevamente había abandonado su mortalidad? ㅤPasos se movían lentamente, arrastrándose con pesadez, la tela del hanfu típico se sentía tal como la recordaba luego de no haberla usado durante siglos, y en cuanto quedó a orillas de las aguas del olvido, sumergió un pie, seguidamente el otro… El fondo no se divisaba, pero el río no llegaba a cubrir sus tobillos, no obstante el frío del agua helaba hasta la última fibra de su humanidad. ㅤUna sensación tan real que aún se debatía entre la realidad y un recuerdo de la muerte. ㅤLos lirios de araña se desprendían de todos lados a su alrededor, cayendo arrastradas por una brisa imperceptible, primero serían un par, luego una docena, luego serían cientos, finalmente miles de ellas se esparcieron a su alrededor como una cascada de sangre que lo atrapaba en el centro de un rojo paraje, preguntándose de dónde vendrían tantas de ellas. De sus labios morados escaparía un suspiro tan agotado como ese viejo espíritu que siempre había sido, cerraría sus ojos y despertaría en su cama para comprobar que todo aquello era solo una memoria escondida de lo que alguna vez fue vivir la muerte… Volvería a su cama, a su casa y su pecho se hundiría al recordar que solo esta vida quedaba. ㅤNo. ㅤAlgo era diferente esta vez. ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable, la próxima vez que parpadeara, todo aquello se perdería en un recuerdo y volvería a su hogar… Pero esta vez algo era diferente. ㅤEl aroma a lirios aún se colaba por su nariz, tan fuerte como nunca, y entre el sonido del agua que desconocidamente galopaba furiosa podía escuchar que algo cortaba su paso y se acercaba a él. En tantos años, nunca se había cruzado con otra alma en su paraje onírico. Entonces, ¿esto en verdad se trataba de un sueño? ㅤSu cuerpo se tornó papel; tan frágil que el viento parecía querer arrastrarlo consigo. Sus pies parecían estáticos, clavados a algo invisible que no le dejaba huir. Poco a poco era capaz de sentir como el agua subía, primero hasta la mitad de sus piernas, luego hasta sus rodillas y en cuestión de tiempo su pecho se apretaba bajo una incomprensible presión, robando su aliento, inmovilizando cada extremidad. ㅤEn profundidad inhaló justo antes de que sus ojos se abrieran. Una lluvía de flores carmesí le rodeaba y en la cercanía una figura totalmente negra se acercaba, tan lenta que parecía el dueño del tiempo, tan imponente que con solo verla de costado su alma temía y su corazón temblaba y con cada paso que daba, más y más se hundía en aquella corriente que parecía no ir más allá de la visible superficie. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Tres pasos… ㅤ ㅤAtrapado hasta el cuello se sentía perdido, tan perdido como la primera vez que en aquel lugar se había encontrado. Desolado como un espíritu que es obligado a ir en contra de su destino. Una fuerte tos se escapó, llenando su boca con un sabor metálico, el agua que lucía impecable la primera vez se teñía de motas bermellón que abandonaban su cuerpo y se fusionaba con los pétalos de araña. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Dos pasos… ㅤ ㅤAquel sabor era familiar, recordado de la guerra, de cada vida perdida, de cada espada que lo había atravesado. Reconocía la sangre, reconocía el dolor, rápidamente opacados quedaron estas sensaciones, dando paso a un gusto dulce que lavaba hasta la última gota de pena que saboreaba su lengua. El agua ahora llegaba hasta sus labios, besando la sensación fría de diez mil cuchillas atravesando cada músculo se su cuerpo. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Un paso … ㅤUna sombra se cernía sobre los patéticos vestigios que quedaban a flote de su persona; oscura y pesada era esta presencia que lo hacía sentir aún más pequeño de lo que podría ser en aquel lugar. La esencia floral se había desvanecido, sus pulmones se sentían llenos al contener la respiración, se encontraba hundido hasta la nariz, solo el gris de sus ojos se encontraba por sobre la superficie. Una mirada de reojo, túnicas negras se habían detenido a su lado, un silbido ahogado se introducía en la poca audición que era capaz de percibir y lo último que su mirada logró distinguir fue una mano pálida que lo empujó hasta su final. ㅤEso era todo. ㅤEn su memoria no recordaba haber estado tan a fondo en aquellas aguas, tan profundas como el olvido en sí. Inmóvil en ellas, todo lo que se encontraba a su alrededor era oscuridad, nada era visible a su alrededor, ningún rastro de aquel paisaje de ensueño que en cada recóndito de su mente se encontraba cuando anhelaba algún escape, ningún rastro de aquella figura negra que tan familiar se le hacía ahora que lo pensaba. Solo era él, flotando en calma debajo de la corriente del río del olvido. ㅤ ㅤJing; el noble caballero que había sido en el pasado, ahora quedaba enterrado en la desmemoria. ㅤBei; el norte cardinal, ahora atrapado entre la corriente del este y el oeste, dejando que la vida se escapara de sus pulmones, se preguntaba si alguna vez en realidad había escapado de la muerte. ㅤYuan; que significaba abismo profundo, ¿Había sido su nombre una premonición de su futuro? Parecía que su destino era ese; profundidad, oscuridad, desesperanza … ㅤAquel nombre que alguna vez fue distinguido ¿Moriría en lo que alguna vez había representado? ㅤFrígida soledad sería su tumba y su alma sería devuelta a la madre tierra que lo había visto nacer, BeiYuan había sucumbido a su destino, a decir verdad, lo había esperado mucho tiempo pero ¿Por qué de este modo?. ㅤUn último suspiro, una última lágrima antes de abrazar su final. Y en aquella penumbra un par de manos cubrieron sus ojos desde atrás, provocando que aquel corazón paralizado diera un salto, escapando de él un latido abandonado; una voz familiar, causante de su pena ahora susurraba en su oído palabras indistinguibles, un mucito imperceptible que libraba su pecho del peso de la aflicción y de repente su cuerpo pesaba lo mismo que una hoja. ㅤSu cuerpo se alzó bruscamente tosiendo con violencia al punto de caer de la cama. Agua se extendía por el suelo debajo de sus palmas escapando totalmente de sus pulmones hasta que finalmente era capaz de respirar con agitación, en su hogar, en su conocida habitación, escuchando la respiración de su pareja que reposaba del otro lado de la cama, nuevamente era él, nuevamente sentía cada parte de sí, era consciente de cada signo vital, respiraba al final. Aún así, su mente no abandonaba la sensación de realidad, aquella fina línea que lo separaba del reino de los vivos y de los muertos parecía haberse desvanecido un instante, perdiéndose en aquellos difusos límites que ya no creía conocer.
    Tipo
    Individual
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  • El crepúsculo envolvía el bosque en una tenue penumbra, donde el aire estaba impregnado de una fría y solemne tranquilidad. Rian avanzaba lentamente para ahorrar un poco de energia. Su armadura, ahora desgastada y marcada por incontables batallas, resonaba como un eco distante de los combates pasados, una melodía de acero que solo él podía oír. El sendero ante él se desvanecía en sombras, desdibujado por la bruma que se arrastraba entre los árboles, como si el mismo bosque intentara ocultar lo que venía. El caballero se detuvo, observando cómo la oscuridad devoraba el horizonte, preguntándose cuántas veces había caminado por caminos como este, siempre solo, siempre luchando contra enemigos que no tenían rostro, pero que siempre estaban presentes en su mente.

    Miró el escudo en su mano izquierda, un objeto que una vez había sido brillante y nuevo, pero que ahora estaba tan desgastado como él. Las cicatrices en su superficie eran historias sin palabras, relatos de victorias y derrotas. Pero la mayor batalla, no era la que libraba con su espada, sino la que se libraba en su interior, una lucha constante contra la desesperanza que amenazaba con consumirlo. El camino se dividía frente a él, como lo hacía siempre. Dos destinos posibles, dos futuros inciertos. Una parte de él sabía que no importaba cuál eligiera; ambos lo llevarían al mismo lugar, eventualmente.

    Con cada paso que daba, la noche lo engullía, y el caballero continuó su marcha solitaria, una figura de acero en un mundo que casi había olvidado la luz.
    El crepúsculo envolvía el bosque en una tenue penumbra, donde el aire estaba impregnado de una fría y solemne tranquilidad. Rian avanzaba lentamente para ahorrar un poco de energia. Su armadura, ahora desgastada y marcada por incontables batallas, resonaba como un eco distante de los combates pasados, una melodía de acero que solo él podía oír. El sendero ante él se desvanecía en sombras, desdibujado por la bruma que se arrastraba entre los árboles, como si el mismo bosque intentara ocultar lo que venía. El caballero se detuvo, observando cómo la oscuridad devoraba el horizonte, preguntándose cuántas veces había caminado por caminos como este, siempre solo, siempre luchando contra enemigos que no tenían rostro, pero que siempre estaban presentes en su mente. Miró el escudo en su mano izquierda, un objeto que una vez había sido brillante y nuevo, pero que ahora estaba tan desgastado como él. Las cicatrices en su superficie eran historias sin palabras, relatos de victorias y derrotas. Pero la mayor batalla, no era la que libraba con su espada, sino la que se libraba en su interior, una lucha constante contra la desesperanza que amenazaba con consumirlo. El camino se dividía frente a él, como lo hacía siempre. Dos destinos posibles, dos futuros inciertos. Una parte de él sabía que no importaba cuál eligiera; ambos lo llevarían al mismo lugar, eventualmente. Con cada paso que daba, la noche lo engullía, y el caballero continuó su marcha solitaria, una figura de acero en un mundo que casi había olvidado la luz.
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  • - Como si una extraña pesadez rodeara todo su cuerpo, como si los sempiternos pensamientos de culpa y de caos refulgente estallaran en lo más profundo del subconsciente, el Alquimista ahora se encontraba en el balcón de una vieja y gloriosa biblioteca. La misma estaba ubicada en un origen desconocido para la mayoría de los aventureros, pero siempre era hallada por aquellos eruditos del conocimiento y sabios de la información; muchos maestros y consejeros de guerra encontraban su camino hacia esta gloriosa ubicación donde el saber era la guía y el arma definitiva para desentrañar los misterios más grandes, donde la mayoría de los seres obtenían un sendero claro para sus objetivos.

    Este viejo rincón alejado del mundo se decía que contenía una maldición positiva, es decir una bendición para cada aventurero. Se rumoreaba que la misma siempre podría ser encontrada por quienes realmente sintieran amor por el saber, por la cognición; este enorme santuario era dirigido por encapuchados en túnicas blancas de todas las razas existentes; aquí no había ninguna clase de poder u orden social, no existían las razas como tales, solo adeptos y neófitos que buscaban "El saber primordial", por lo que no era raro encontrarse con Elfos, Demonios, Ángeles, Humanos, Enanos, Trols, No-Muertos, entre otros muchos. Cada uno guardaba la llave y era el guía de alguna sección específica donde la sabiduría esperaba para ser obtenida; Inclusive la iluminación y los tragaluces junto a los alfeizares y ventanales eran sorprendentemente planificados, cada parte y cada arista de los balcones, incluso los agarraderos; la arquitectura completa de la biblioteca más grande de los 12 reinos estaba diseñada para aprovechar la puesta completa del sol.

    "Quienes diseñaron este sitio sabían lo que hacían" era lo que se decía Alex cada vez que necesitaba aclarar sus ideas y recabar información; es así como ahora yacía en una pequeña banqueta disfrutando de la enorme vista hacia el horizonte, mientras que tras de sí había un sin fin de estanterías y libreros con toda clase de material teórico y práctico sobre literalmente cualquier conocimiento. Muchas criaturas humanoides estaban en los diferentes pisos, leyendo y recopilando datos, información, relatos, números. Todos en aquel sitio eran iguales ante los ojos del Dios del conocimiento. -
    - Como si una extraña pesadez rodeara todo su cuerpo, como si los sempiternos pensamientos de culpa y de caos refulgente estallaran en lo más profundo del subconsciente, el Alquimista ahora se encontraba en el balcón de una vieja y gloriosa biblioteca. La misma estaba ubicada en un origen desconocido para la mayoría de los aventureros, pero siempre era hallada por aquellos eruditos del conocimiento y sabios de la información; muchos maestros y consejeros de guerra encontraban su camino hacia esta gloriosa ubicación donde el saber era la guía y el arma definitiva para desentrañar los misterios más grandes, donde la mayoría de los seres obtenían un sendero claro para sus objetivos. Este viejo rincón alejado del mundo se decía que contenía una maldición positiva, es decir una bendición para cada aventurero. Se rumoreaba que la misma siempre podría ser encontrada por quienes realmente sintieran amor por el saber, por la cognición; este enorme santuario era dirigido por encapuchados en túnicas blancas de todas las razas existentes; aquí no había ninguna clase de poder u orden social, no existían las razas como tales, solo adeptos y neófitos que buscaban "El saber primordial", por lo que no era raro encontrarse con Elfos, Demonios, Ángeles, Humanos, Enanos, Trols, No-Muertos, entre otros muchos. Cada uno guardaba la llave y era el guía de alguna sección específica donde la sabiduría esperaba para ser obtenida; Inclusive la iluminación y los tragaluces junto a los alfeizares y ventanales eran sorprendentemente planificados, cada parte y cada arista de los balcones, incluso los agarraderos; la arquitectura completa de la biblioteca más grande de los 12 reinos estaba diseñada para aprovechar la puesta completa del sol. "Quienes diseñaron este sitio sabían lo que hacían" era lo que se decía Alex cada vez que necesitaba aclarar sus ideas y recabar información; es así como ahora yacía en una pequeña banqueta disfrutando de la enorme vista hacia el horizonte, mientras que tras de sí había un sin fin de estanterías y libreros con toda clase de material teórico y práctico sobre literalmente cualquier conocimiento. Muchas criaturas humanoides estaban en los diferentes pisos, leyendo y recopilando datos, información, relatos, números. Todos en aquel sitio eran iguales ante los ojos del Dios del conocimiento. -
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  • Discernir entre la delgada línea del infundio y la veracidad, entre la mentira y la verdad es parte del trabajo de un Alquimista. ¿Qué? ¿Creías que no podíamos ver a través del dulce velo del engaño? Nada escapa a nuestros sentidos ~

    -La presencia magnánima del Alquimista evocaba una mezcla de respeto y autoridad junto con un temor que podía hacer temblar incluso a la nobleza. Alex era el compendio y la condensación de múltiples habilidades pulidas a lo largo de décadas; todo debido a sus entrenamientos inhumanos a los que fue sometido desde que era un niño junto su proceso de mutación mezcla de lo más oscuro de la Ciencia y la Magia.

    Los Alquimistas de la división de Campo eran realmente monstruos en todo el sentido de la palabra, y eso era lo que los demás veían al conocer las leyendas y relatos acerca del Pelilargo, cruentas batallas sin descanso, guerras, destrucción y un sinfín de disputas a las cuales la mayoría de las lides de los diversos reinos acudían al susodicho para ponerles fin-
    Discernir entre la delgada línea del infundio y la veracidad, entre la mentira y la verdad es parte del trabajo de un Alquimista. ¿Qué? ¿Creías que no podíamos ver a través del dulce velo del engaño? Nada escapa a nuestros sentidos ~ -La presencia magnánima del Alquimista evocaba una mezcla de respeto y autoridad junto con un temor que podía hacer temblar incluso a la nobleza. Alex era el compendio y la condensación de múltiples habilidades pulidas a lo largo de décadas; todo debido a sus entrenamientos inhumanos a los que fue sometido desde que era un niño junto su proceso de mutación mezcla de lo más oscuro de la Ciencia y la Magia. Los Alquimistas de la división de Campo eran realmente monstruos en todo el sentido de la palabra, y eso era lo que los demás veían al conocer las leyendas y relatos acerca del Pelilargo, cruentas batallas sin descanso, guerras, destrucción y un sinfín de disputas a las cuales la mayoría de las lides de los diversos reinos acudían al susodicho para ponerles fin-
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  • En La Oscuridad: Llegada de los seres de Pesadilla
    Fandom Creepypastas
    Categoría Terror
    Grupal con
    [BenDr0wned] Jeff The Killer [Blood7] Nina The Killer [Janethekiller67] 午前 Homicidal Liu 大きい ㊄ Slenderman [T0ymaker] [Smiley00] [JackBox7]

    Forma de rol: como cada creepy llego a diferentes zonas, pueden abrir cada uno un comentario y organizar con quienes están, dejar en aviso en su cometario de quienes participarán.

    Ejemplo.
    Jeff/Nina
    Zona norte..

    Asi será hasta llegar a juntarse todos.
    Este será el inicio de nuestra llegada.

    ---------------------------------

    [Categoría: Terror psicológico, misterio]



    En una antigua casa abandonada, hogar de una familia, cuyo hijo es fan de los relatos de terror, principalmente las Creepypastas, un día mientras navegaba en Internet, encontré un conjuro o hechizo para traer a la vida lo que deseara, obviamente estaba escéptico pero aun asi lo intento y fue con el peor de los Creepypastas, Zalgo.

    Aunque lleno de dudas, opto por hacerlo esa noche, cuando todos esten fuera, ya que según decía las indicaciones: Debían ser cuando estén solos.

    Fue así, sus padres salieron de casa, su hermana fue a una pijamada con unas amigas, era el momento, el cual aprovecho rápidamente, pues se estuvo preparando desde la mañana.

    El joven al momento comenzó a hacer lo que se indica en los paso a seguir, cuando termino se quedo en la oscuridad de su cuarto, solo siendo alumbrado por las velas.

    —En verdad esto es muy falso—.

    Comentó tras suspirar profundamente, cuando todo se puso un poco tenso y las velas se apagaron.

    —¿Q̷u̷i̷e̷n̷ e̷r̷e̷s̷ t̷u̷? ¿P̷o̷r̷q̷u̷e̷ m̷e̷ h̷a̷s̷ l̷l̷e̷n̷a̷d̷o̷? —

    Esa voz se hizo sentir por toda la habitación, el muchacho asustado sabiendo ya lo que pasa o presientiendo lo que pasa, trata de cerrar el ritual pero el ser... No se lo permito y hasta le quito el hechizo.

    —N̷o̷ t̷e̷ d̷e̷j̷a̷r̷é̷ p̷e̷r̷o̷ t̷e̷ a̷g̷r̷a̷d̷e̷z̷c̷o̷ q̷u̷e̷ m̷e̷ a̷b̷r̷a̷s̷ l̷a̷ p̷u̷e̷r̷t̷a̷ a̷ t̷u̷ m̷u̷n̷d̷o̷, t̷r̷a̷e̷r̷é̷ a̷ m̷á̷s̷ a̷m̷i̷g̷o̷s̷ m̷í̷o̷s̷—.

    Comentó, mata al muchacho, espero por la llegada de cada miembro de la familia, principalmente por diversión.

    Cuando masacro a la familia se dispone a hacer invocación de cada Creepypastas usando lo que el chico uso, aunque cada creepy aparece en diferentes lugares del lugar de esa ciudad donde fue llamado.

    La era de los Creepypastas a regresado y peor que nunca porque ahora daran su reino de terror a todo aquel que se le cruzar, sin estar ligados a unas cuantas historias.
    Grupal con [BenDr0wned] [jeffry_woods] [Blood7] [N1na.K1ller] [Janethekiller67] [Liu.Woods] [Slender.Man_Cp] [T0ymaker] [Smiley00] [JackBox7] Forma de rol: como cada creepy llego a diferentes zonas, pueden abrir cada uno un comentario y organizar con quienes están, dejar en aviso en su cometario de quienes participarán. Ejemplo. Jeff/Nina Zona norte.. Asi será hasta llegar a juntarse todos. Este será el inicio de nuestra llegada. --------------------------------- [Categoría: Terror psicológico, misterio] En una antigua casa abandonada, hogar de una familia, cuyo hijo es fan de los relatos de terror, principalmente las Creepypastas, un día mientras navegaba en Internet, encontré un conjuro o hechizo para traer a la vida lo que deseara, obviamente estaba escéptico pero aun asi lo intento y fue con el peor de los Creepypastas, Zalgo. Aunque lleno de dudas, opto por hacerlo esa noche, cuando todos esten fuera, ya que según decía las indicaciones: Debían ser cuando estén solos. Fue así, sus padres salieron de casa, su hermana fue a una pijamada con unas amigas, era el momento, el cual aprovecho rápidamente, pues se estuvo preparando desde la mañana. El joven al momento comenzó a hacer lo que se indica en los paso a seguir, cuando termino se quedo en la oscuridad de su cuarto, solo siendo alumbrado por las velas. —En verdad esto es muy falso—. Comentó tras suspirar profundamente, cuando todo se puso un poco tenso y las velas se apagaron. —¿Q̷u̷i̷e̷n̷ e̷r̷e̷s̷ t̷u̷? ¿P̷o̷r̷q̷u̷e̷ m̷e̷ h̷a̷s̷ l̷l̷e̷n̷a̷d̷o̷? — Esa voz se hizo sentir por toda la habitación, el muchacho asustado sabiendo ya lo que pasa o presientiendo lo que pasa, trata de cerrar el ritual pero el ser... No se lo permito y hasta le quito el hechizo. —N̷o̷ t̷e̷ d̷e̷j̷a̷r̷é̷ p̷e̷r̷o̷ t̷e̷ a̷g̷r̷a̷d̷e̷z̷c̷o̷ q̷u̷e̷ m̷e̷ a̷b̷r̷a̷s̷ l̷a̷ p̷u̷e̷r̷t̷a̷ a̷ t̷u̷ m̷u̷n̷d̷o̷, t̷r̷a̷e̷r̷é̷ a̷ m̷á̷s̷ a̷m̷i̷g̷o̷s̷ m̷í̷o̷s̷—. Comentó, mata al muchacho, espero por la llegada de cada miembro de la familia, principalmente por diversión. Cuando masacro a la familia se dispone a hacer invocación de cada Creepypastas usando lo que el chico uso, aunque cada creepy aparece en diferentes lugares del lugar de esa ciudad donde fue llamado. La era de los Creepypastas a regresado y peor que nunca porque ahora daran su reino de terror a todo aquel que se le cruzar, sin estar ligados a unas cuantas historias.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
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