• Las tavernas y el distrito comercial esta abarrotado el dia de hoy, irónicamente los domingos después de las reuniones de los creyentes, este lugar se queda vacío, perfecto para leer.

    ¿La biblioteca preguntas? No, está muy llena de aventureros juntando información para su próximas incursiones.
    Las tavernas y el distrito comercial esta abarrotado el dia de hoy, irónicamente los domingos después de las reuniones de los creyentes, este lugar se queda vacío, perfecto para leer. ¿La biblioteca preguntas? No, está muy llena de aventureros juntando información para su próximas incursiones.
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  • Donde el silencio respira

    Habían pasado dos semanas desde que Akane llegó al pueblito cerca de las montañas de las montañas, un lugar que parecía dormido en el tiempo. Las calles empedradas, las fachadas de tejas antiguas y los geranios colgando de las ventanas componían una calma que rozaba lo irreal. Era como si cada rincón exhalara dulces memorias.

    Ella vivía en un pequeño cuarto alquilado en la casa de una viuda de unos 48 años. La mujer, de manos fuertes y voz pausada, no hacía muchas preguntas; simplemente aceptó la presencia de Akane con una mezcla de curiosidad y respeto. En ese hogar silencioso, Akane encontró algo raro: estabilidad. Los ruidos eran suaves, el reloj parecía caminar más lento, y sus sueños no la despertaban tan bruscamente como antes.

    Paseaba a diario por el pueblo, y aunque su juventud destacaba entre la mayoría de los habitantes mayores, nadie la miraba con recelo. Al contrario, los rostros se iluminaban al verla pasar, le ofrecían frutas del mercado, saludos calurosos, e incluso recuerdos de otros tiempos donde el pueblo no estaba tan lleno de canas.

    Su cuerpo, tras tanto desgaste, mostraba señales de sanación. Ya no tenía que sujetarse del marco de la puerta al levantarse por la mañana. Aun así, algo dentro de ella, aquella llama que había conocido como goblina o como ogresa demonio permanecía dormida. No era ausencia, era espera.

    Su cabello ahora completamente plateado, brillaba con una luz suave, casi lunar, que parecía intensificarse bajo el cielo nocturno. Las ojeras aún teñían su mirada, pero menos profundas, como cicatrices que ya no dolían tanto, aunque no podían olvidarse.

    En este lugar detenido en el tiempo, Akane no buscaba nada. Pero quizás, sin saberlo, comenzaba a encontrar algo.
    Donde el silencio respira Habían pasado dos semanas desde que Akane llegó al pueblito cerca de las montañas de las montañas, un lugar que parecía dormido en el tiempo. Las calles empedradas, las fachadas de tejas antiguas y los geranios colgando de las ventanas componían una calma que rozaba lo irreal. Era como si cada rincón exhalara dulces memorias. Ella vivía en un pequeño cuarto alquilado en la casa de una viuda de unos 48 años. La mujer, de manos fuertes y voz pausada, no hacía muchas preguntas; simplemente aceptó la presencia de Akane con una mezcla de curiosidad y respeto. En ese hogar silencioso, Akane encontró algo raro: estabilidad. Los ruidos eran suaves, el reloj parecía caminar más lento, y sus sueños no la despertaban tan bruscamente como antes. Paseaba a diario por el pueblo, y aunque su juventud destacaba entre la mayoría de los habitantes mayores, nadie la miraba con recelo. Al contrario, los rostros se iluminaban al verla pasar, le ofrecían frutas del mercado, saludos calurosos, e incluso recuerdos de otros tiempos donde el pueblo no estaba tan lleno de canas. Su cuerpo, tras tanto desgaste, mostraba señales de sanación. Ya no tenía que sujetarse del marco de la puerta al levantarse por la mañana. Aun así, algo dentro de ella, aquella llama que había conocido como goblina o como ogresa demonio permanecía dormida. No era ausencia, era espera. Su cabello ahora completamente plateado, brillaba con una luz suave, casi lunar, que parecía intensificarse bajo el cielo nocturno. Las ojeras aún teñían su mirada, pero menos profundas, como cicatrices que ya no dolían tanto, aunque no podían olvidarse. En este lugar detenido en el tiempo, Akane no buscaba nada. Pero quizás, sin saberlo, comenzaba a encontrar algo.
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  • -Jack llega y se sienta en la silla mientras ella estaba acostaba boca arriba -

    Jack: bien señora es hora de que conteste estás preguntas

    ¿Acaso son necesarias?

    Jack: sus fans lo piden…

    Que fans Jack, hasta Salem tiene más fans que yo ..

    -Y Jack comenzó a preguntar -

    Jack: ¿Dónde vive?

    Dónde más en todas partes, soy la mismísima muerte no tengo un lugar fijo.. siguiente pregunta

    Jack: ¿A qué se dedica?

    Depende de día o de noche .. día soy jefa cirujana o directora de relaciones exteriores, de noche duermo (?)
    -Jack la miro seriamente -
    Ok ok .. de noche salgo a buscar almas en desgracias.. siguiente

    Jack: ¿Cómo es? Referido a personalidad

    Soy adorable.. jajaja ok no , depende si se meten con mi comida el páramo se hará chico. Sentido de humor negro, fría pero puedo ser amorosa cuando me conocen bien… siguiente

    Jack: ¿Amorosa usted?.. sigamos. ¿Cómo es en apariencia?

    Cabello rubio llegando a ser platino ojos azul hielo cambia a dorado cuando me llevo tu alma muajajaja.
    Piel blanca, estatura promedio (?)

    Jack: diría estatura portátil para esconder en una maleta… sigamos. ¿Quienes son tus amigos?

    Pues he conocido a muchos seres espectaculares , como la Srta Miya, el adefecio de Santiago que a pesar del bullying lo quiero. Al señor Odin, a mi consejero loco Merlin, el rubio mafioso de Ryan, Glint el repartidor que me trae mis cosas de Temu (?), Umbra, eso lo que recuerdo.

    Jack: ¿Que ha perdido? Además de la cabeza

    Buen punto, pues hoy en la mañana perdí mis llaves y tuve que entrar por la ventana.

    Jack:... No haré comentario… ¿A quien ama?

    A Salem , pero no sé lo digas jajaja.

    Jack: ¿Qué le hace reír? Además de los memes de internet

    Una persona con gran humor.

    Jack: Bien terminamos

    Al fin pensé que sería eterno

    #Conoceatupersonaje
    -Jack llega y se sienta en la silla mientras ella estaba acostaba boca arriba - Jack: bien señora es hora de que conteste estás preguntas ¿Acaso son necesarias? Jack: sus fans lo piden… Que fans Jack, hasta Salem tiene más fans que yo .. -Y Jack comenzó a preguntar - Jack: ¿Dónde vive? Dónde más en todas partes, soy la mismísima muerte no tengo un lugar fijo.. siguiente pregunta Jack: ¿A qué se dedica? Depende de día o de noche .. día soy jefa cirujana o directora de relaciones exteriores, de noche duermo (?) -Jack la miro seriamente - Ok ok .. de noche salgo a buscar almas en desgracias.. siguiente Jack: ¿Cómo es? Referido a personalidad Soy adorable.. jajaja ok no , depende si se meten con mi comida el páramo se hará chico. Sentido de humor negro, fría pero puedo ser amorosa cuando me conocen bien… siguiente Jack: ¿Amorosa usted?.. sigamos. ¿Cómo es en apariencia? Cabello rubio llegando a ser platino ojos azul hielo cambia a dorado cuando me llevo tu alma muajajaja. Piel blanca, estatura promedio (?) Jack: diría estatura portátil para esconder en una maleta… sigamos. ¿Quienes son tus amigos? Pues he conocido a muchos seres espectaculares , como la Srta Miya, el adefecio de Santiago que a pesar del bullying lo quiero. Al señor Odin, a mi consejero loco Merlin, el rubio mafioso de Ryan, Glint el repartidor que me trae mis cosas de Temu (?), Umbra, eso lo que recuerdo. Jack: ¿Que ha perdido? Además de la cabeza Buen punto, pues hoy en la mañana perdí mis llaves y tuve que entrar por la ventana. Jack:... No haré comentario… ¿A quien ama? A Salem , pero no sé lo digas jajaja. Jack: ¿Qué le hace reír? Además de los memes de internet Una persona con gran humor. Jack: Bien terminamos Al fin pensé que sería eterno #Conoceatupersonaje
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  • ♦ La noche estaba demasiado fría para la ropa que llevaba, aún así, había decidido caminar... ¿Iba a su casa? O tal vez a casa de sus padres...¿Qué importaba? A dónde fuera que se dirigía no quería llegar.

    "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?"

    Jamás pensó que una pregunta tan superficial podría calar tan profundo en su interior. Pensó al caminar, que quizá no era la pregunta, sino de quién venía, pensó también en por qué le importaba tanto, o que quizá, no era la persona, sino la pregunta que fue el detonante de un montón de otras preguntas que se hacía a si mismo y que prefería ignorar... ¿Qué importa?... ¿Qué le importa? ¿Por qué debía preguntarle aquello?

    No sabía, no tenía las respuestas y pensó que no le importaba a él tampoco saberlas.
    Fue solo cuando en el sueldo bajo sus pies vio impactar las lágrimas, que la realidad lo golpeó, lágrimas que caían frías y silenciosas en la inmensa soledad de aquella calle nocturna.
    Entonces se doblegó ante aquel silencio frío, sobre sus lágrimas y se preguntó
    "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?..." ♦
    ♦ La noche estaba demasiado fría para la ropa que llevaba, aún así, había decidido caminar... ¿Iba a su casa? O tal vez a casa de sus padres...¿Qué importaba? A dónde fuera que se dirigía no quería llegar. "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?" Jamás pensó que una pregunta tan superficial podría calar tan profundo en su interior. Pensó al caminar, que quizá no era la pregunta, sino de quién venía, pensó también en por qué le importaba tanto, o que quizá, no era la persona, sino la pregunta que fue el detonante de un montón de otras preguntas que se hacía a si mismo y que prefería ignorar... ¿Qué importa?... ¿Qué le importa? ¿Por qué debía preguntarle aquello? No sabía, no tenía las respuestas y pensó que no le importaba a él tampoco saberlas. Fue solo cuando en el sueldo bajo sus pies vio impactar las lágrimas, que la realidad lo golpeó, lágrimas que caían frías y silenciosas en la inmensa soledad de aquella calle nocturna. Entonces se doblegó ante aquel silencio frío, sobre sus lágrimas y se preguntó "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?..." ♦
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Queridos usuario me gustaria que Alice tuviera un aquelarre (osea brujas/ espiritus que sean su grupo de amigos) creo que seria un buen toque asi que si les interesa o tienen preguntas puedes escribirme por privado gracias por su atencion
    Queridos usuario me gustaria que Alice tuviera un aquelarre (osea brujas/ espiritus que sean su grupo de amigos) creo que seria un buen toque asi que si les interesa o tienen preguntas puedes escribirme por privado gracias por su atencion :STK-13:
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  • #Friends
    #Médico

    Quería golpear a sus amigos realmente. Había estado recibiendo llamadas suyas constantes, pensó que ellos nunca llamaban por algo bueno, pero igualmente respondió.

    — ¿Qué quieres?

    Habló sin amabilidad, del otro lado de la llamada se escuchó una voz quejándose.

    — Ah.. Asher, si me duele el estómago y no he podido ir al baño, ¿Significa que tengo cáncer de estómago? Investigué en Google

    Asher frunció sus cejas y se quedó pensando sin decir nada por unos segundos.

    — Idiota, solamente tienes mala digestión, debes tomar más líquido.

    Cuando su amigo empezó a preguntar qué tipo de líquido, Asher cortó la llamada. Pero en ese momento le cayó otra de su otro amigo, suspiró y contestó.

    — ¿Bueno?

    Del otro lado también se escucharon quejidos, alejó el teléfono de su rostro porque éstos eran algo fuertes.

    — Asher, mi médico favorito y mi buen hermano... Últimamente he tenido muchos dolores de cabeza y náuseas, busqué información en internet y me salió que podría ser un tumor cerebral, ¡No quiero tener un tumor, ahh!

    El vampiro nuevamente quedó sin palabras. Se preguntaba si ese día era día de hacer las preguntas estúpidas o si ellos se habían puesto de acuerdo en hacerlas.

    — ¿La noche anterior bebiste?

    Su amigo confirmó con balbuceos. Asher rodó los ojos.

    — Entonces los dolores son por eso, estúpido. Tampoco dormiste y bebiste mucho, aparte el dolor de cabeza causa asco, por eso tienes náuseas. Ah.. enserio. Sólo duerme más o toma una sopa para la resaca.

    Cortó la llamada si darle oportunidad a hablar y se frotó la cien con sus dedos.

    Debió esperarlo, ellos generalmente siempre se aprovechan para tener "consultas" rápidas ya que estudia medicina y trabaja medio tiempo en el hospital. Con ésto recordaría no volver a contestarles durante un tiempo.

    Lo que callaban los estudiantes de medicina.
    #Friends #Médico Quería golpear a sus amigos realmente. Había estado recibiendo llamadas suyas constantes, pensó que ellos nunca llamaban por algo bueno, pero igualmente respondió. — ¿Qué quieres? Habló sin amabilidad, del otro lado de la llamada se escuchó una voz quejándose. — Ah.. Asher, si me duele el estómago y no he podido ir al baño, ¿Significa que tengo cáncer de estómago? Investigué en Google Asher frunció sus cejas y se quedó pensando sin decir nada por unos segundos. — Idiota, solamente tienes mala digestión, debes tomar más líquido. Cuando su amigo empezó a preguntar qué tipo de líquido, Asher cortó la llamada. Pero en ese momento le cayó otra de su otro amigo, suspiró y contestó. — ¿Bueno? Del otro lado también se escucharon quejidos, alejó el teléfono de su rostro porque éstos eran algo fuertes. — Asher, mi médico favorito y mi buen hermano... Últimamente he tenido muchos dolores de cabeza y náuseas, busqué información en internet y me salió que podría ser un tumor cerebral, ¡No quiero tener un tumor, ahh! El vampiro nuevamente quedó sin palabras. Se preguntaba si ese día era día de hacer las preguntas estúpidas o si ellos se habían puesto de acuerdo en hacerlas. — ¿La noche anterior bebiste? Su amigo confirmó con balbuceos. Asher rodó los ojos. — Entonces los dolores son por eso, estúpido. Tampoco dormiste y bebiste mucho, aparte el dolor de cabeza causa asco, por eso tienes náuseas. Ah.. enserio. Sólo duerme más o toma una sopa para la resaca. Cortó la llamada si darle oportunidad a hablar y se frotó la cien con sus dedos. Debió esperarlo, ellos generalmente siempre se aprovechan para tener "consultas" rápidas ya que estudia medicina y trabaja medio tiempo en el hospital. Con ésto recordaría no volver a contestarles durante un tiempo. Lo que callaban los estudiantes de medicina.
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  • #Immortal_Mercenary

    La noche se había cernido sobre el imponente edificio, y las luces en la oficina de su protegida, en lo alto de aquella estructura, alumbraban con insistencia cada parte de la misma. Hasta el momento, no había nada que interrumpiese un día relativamente rutinario, en donde aquel hombre se comportaba como la sombra misma de quien fingía ser una inversionista, ahora mismo sentada en su escritorio blanco, haciéndose cargo de tareas diversas por medio de su computadora y unos cuantos documentos físicos.

    Él, por su parte, se hallaba a pocos centímetros de uno de los ventanales a su alrededor, contemplando desde su lugar las hermosas vistas que se le presentaban cada vez que tenía la oportunidad de subir hasta aquella habitación tan espaciosa. Sin embargo, muy pronto su mirada tranquila se vio levemente distorsionada por el extraño sonido que sus oídos habrían alcanzado a oír en la lejanía.

    Un sonido que le hizo levantar la mirada, uno que reconocía, proveniente de un helicóptero. Una máquina que, por cierto, alcanzó a ver acercándose desde el ventanal, y que al principio creyó que podría tratarse de uno de los altos mandos de Italia, a quienes ya estaba acostumbrado a recibir de la misma forma. Pero el presente horario no acompañaba, no era lógico una visita a esas horas de la noche.

    Fue entonces cuando entendió, y en su rostro se vio rápidamente reflejada la sorpresa y la fatalidad. Aquel no era un helicóptero del gobierno ni de alguna organización conocida por él, sino, todo lo contrario.

    — ¡Elisabetta, abajo! —

    Fue lo único que alcanzó a decir, al mismo tiempo en que se volteaba y saltaba directamente hacia el escritorio de aquella mujer, antes de que el techo sobre sus cabezas fuese, en gran parte, derribado por lo que entendía como una explosión. Una que pocos segundos después dejaría ver la entrada a por medio de sogas de unos extraños individuos armados, que parecían terroristas más que otra cosa.

    El árabe habría llegado satisfactoriamente hasta delante del escritorio de la líder mafiosa, sobre el cual afortunadamente no habrían caído pedazos del techo sobre ellos, ni mucho menos sobre ella, a quien debía proteger. No obstante, a causa de la explosión sus ropas habrían quedado rasgadas, y se habría llevado de regalo unas cuantas heridas superficiales, así como, por lo que pudo ver a simple vista, la fémina también.

    Rápidamente se habría puesto de pie para encarar directamente a quienes habrían usurpado el edificio, quienes expectantes se dirigían a él, mas sin poder verlos en su totalidad debido a extrañas máscaras que traían consigo.

    — Un hermoso espectáculo… me recuerdan a mi cuando era más joven. —

    Se le escapó de repente, como si a pesar de la espantosa situación en su cabeza todavía existiese lugar para bromas, aunque, muy probablemente no lo era. A esas alturas le sorprendía que no hubiesen reaccionado o continuado con el ataque, y por alguna razón nadie más que él habría dicho una sola palabra.

    Sin embargo, se notaba que cada uno de ellos estaban organizados, de manera tal que incluso un par se retiraron de la habitación, para poco después comenzar a oírse disparos provenientes de los pasillos y escaleras. Era obvio, nadie que estuviese en los pisos inferiores subirían, no lo permitirían.

    Podía escuchar a algún que otro enmascarado más arriba de lo que quedó del techo, pero estaba seguro que no había más. El helicóptero, de hecho, se había ido, entendiendo que todo aquello se estaba tratando de una emboscada para capturar o en el peor de los casos asesinar a la Farfalla dela Morte. Y en su evidente confianza grupal, no habrían ocasionado otra explosión con la cual probablemente habrían acabado con todo.

    — Si buscan a la dama.. van a tener que pasar por enc-… —

    Y de repente, se oyó un disparo. Una única bala que habría salido disparada directamente desde una de las armas pertenecientes a aquellos enmascarados. Una que atinó directamente a la frente del árabe, una que lo hizo retroceder un paso, mas no alcanzó a tirarlo al suelo. Evidentemente lo habían dejado hablar demasiado.

    Mientras que sus dientes se presionaban y sus puños se cerraban con fuerza, la sangre comenzaba a chorrear por aquel agujero que ahora mismo tenía en la cabeza. Los individuos en frente suya se miraron por un momento, con una extraña sorpresa por debajo de sus máscaras. Después de eso, las consecuencias no tardaron en llegar.

    Una lluvia de balas provenientes de revólveres y armas más grandes cayó sobre el pelinegro, de manera tal que su cuerpo no lograba ni siquiera caer al suelo por las ráfagas que sin piedad buscaban acabar con él. Y en un punto, ante la nula posibilidad de que volviese a levantarse después de eso, el fuego cesó.

    El cuerpo de aquel hombre se desplomó sobre el suelo, cubierto de sangre, irreconocible, desfigurado, ultrajado. ¿Cuándo fue la última vez que algo así había pasado? Cuándo fue la última vez que su cuerpo sufrió tales heridas, que no reaccionó a tiempo, que se dejó superar. Aparentemente, hace mucho.

    Obviamente, con el moreno fuera de lugar los atacantes se habrían apresurado a capturar a la dueña del edificio, entre dos de ellos, como si buscasen de cualquier forma que no reaccionara ni presentara obstáculos ni resistencia. Por otro lado, en alguna de las figuras internas propias de la mente del árabe, parecían resurgir viejas emociones, viejos deseos, un amplio y profundo espectro por el cual alguien como Khaleb se volvió tan temido en el bajo mundo, pero que sin embargo nadie logró ver.

    De repente, una risa suave y discreta se presentó en el entorno, una que con el pasar de los segundos se volvía cada vez más grave, más aterradora, o por lo menos inquietante. Los enmascarados detuvieron sus acciones, sus andanzas, y desviaron su atención a la dirección de donde provenía aquella risa: El cuerpo ensangrentado y totalmente agujereado del árabe que, por más fantasioso que sonase, a duras penas parecía estar levantándose.

    — Aue.. haya.. hull hatha gul chayaub. —

    Inesperadamente su idioma natal tomaría su voz, una que se presentó como un susurro al principio. Ronca, distorsionada, como si cada palabra le costara un esfuerzo considerable, pero cargada con un desprecio tan denso que casi se podía sentir.

    Prontamente, aquella figura se incorporó por completo, aun goteando, pero con las heridas cerrándose a una velocidad grotesca, expulsando constantemente restos de balas a causa de los órganos y piel regenerados. Su risa era ahora un eco constante, un bajo gutural. Sus ojos cargados de ira y demencia se fijaron prontamente en los enmascarados, quien atónitos lo observaban sin entender nada, pero tampoco con tiempo para preguntas. Era una mirada que no los ve como hombres, sino como obstáculos, como presas.

    Un temblor inquietante recorrió el cuerpo del árabe instantes antes de que una vez más, sus adversarios comenzaran a disparar, con la diferencia de que esta vez, ese hombre habría abandonado momentáneamente el plano terrenal conocido, dejando atrás su control, para abrir paso a lo que se esconde en lo más profundo de su quebrada mente.

    El sonido de balas tan constantes, así como el de los gatillos no se detuvo en ningún momento. Esta vez, de hecho, aparecieron gritos, propios de quienes en un principio se decidieron a asesinarlo y capturar a su protegida, a matar a todo aquello que se cruzase en su camino, en su presunto objetivo.

    — Daema neves al-ashkhas. daema... al-daafa.. min arsalham.. —

    Aquel hombre, quien en un principio parecía haber muerto, ahora mismo se veía no solamente como nuevo, sino también rodeado por un aura y un instinto asesino que no rozaba, conectaba directamente con lo maniático, con lo psicótico, con la locura. Todas estas características podían verse en sus movimientos, en cómo tomaba entre sus manos las extremidades de sus oponentes y se las arrancaba, en cómo atravesaba sus cuerpos con sus dedos como si de garras contra papel se tratase, en cómo provocaba que cruzasen sus propios fuegos. Todo, con una perturbadora sonrisa en su rostro, y unos ojos consumidos por la misma oscuridad que cubre el cielo durante la noche.

    Por supuesto, en una situación como esa, sacada propiamente de una película de terror, la captura de la aquella mujer habría pasado completamente a segundo plano, o incluso, a uno ya extinto, superado por el deseo natural de sobrevivir, pero que poco acompañaría a quienes decidieron enfrentarse a él.

    Eᥣιsᥲbᥱttᥲ Dι Vιᥒᥴᥱᥒzo
    #Immortal_Mercenary La noche se había cernido sobre el imponente edificio, y las luces en la oficina de su protegida, en lo alto de aquella estructura, alumbraban con insistencia cada parte de la misma. Hasta el momento, no había nada que interrumpiese un día relativamente rutinario, en donde aquel hombre se comportaba como la sombra misma de quien fingía ser una inversionista, ahora mismo sentada en su escritorio blanco, haciéndose cargo de tareas diversas por medio de su computadora y unos cuantos documentos físicos. Él, por su parte, se hallaba a pocos centímetros de uno de los ventanales a su alrededor, contemplando desde su lugar las hermosas vistas que se le presentaban cada vez que tenía la oportunidad de subir hasta aquella habitación tan espaciosa. Sin embargo, muy pronto su mirada tranquila se vio levemente distorsionada por el extraño sonido que sus oídos habrían alcanzado a oír en la lejanía. Un sonido que le hizo levantar la mirada, uno que reconocía, proveniente de un helicóptero. Una máquina que, por cierto, alcanzó a ver acercándose desde el ventanal, y que al principio creyó que podría tratarse de uno de los altos mandos de Italia, a quienes ya estaba acostumbrado a recibir de la misma forma. Pero el presente horario no acompañaba, no era lógico una visita a esas horas de la noche. Fue entonces cuando entendió, y en su rostro se vio rápidamente reflejada la sorpresa y la fatalidad. Aquel no era un helicóptero del gobierno ni de alguna organización conocida por él, sino, todo lo contrario. — ¡Elisabetta, abajo! — Fue lo único que alcanzó a decir, al mismo tiempo en que se volteaba y saltaba directamente hacia el escritorio de aquella mujer, antes de que el techo sobre sus cabezas fuese, en gran parte, derribado por lo que entendía como una explosión. Una que pocos segundos después dejaría ver la entrada a por medio de sogas de unos extraños individuos armados, que parecían terroristas más que otra cosa. El árabe habría llegado satisfactoriamente hasta delante del escritorio de la líder mafiosa, sobre el cual afortunadamente no habrían caído pedazos del techo sobre ellos, ni mucho menos sobre ella, a quien debía proteger. No obstante, a causa de la explosión sus ropas habrían quedado rasgadas, y se habría llevado de regalo unas cuantas heridas superficiales, así como, por lo que pudo ver a simple vista, la fémina también. Rápidamente se habría puesto de pie para encarar directamente a quienes habrían usurpado el edificio, quienes expectantes se dirigían a él, mas sin poder verlos en su totalidad debido a extrañas máscaras que traían consigo. — Un hermoso espectáculo… me recuerdan a mi cuando era más joven. — Se le escapó de repente, como si a pesar de la espantosa situación en su cabeza todavía existiese lugar para bromas, aunque, muy probablemente no lo era. A esas alturas le sorprendía que no hubiesen reaccionado o continuado con el ataque, y por alguna razón nadie más que él habría dicho una sola palabra. Sin embargo, se notaba que cada uno de ellos estaban organizados, de manera tal que incluso un par se retiraron de la habitación, para poco después comenzar a oírse disparos provenientes de los pasillos y escaleras. Era obvio, nadie que estuviese en los pisos inferiores subirían, no lo permitirían. Podía escuchar a algún que otro enmascarado más arriba de lo que quedó del techo, pero estaba seguro que no había más. El helicóptero, de hecho, se había ido, entendiendo que todo aquello se estaba tratando de una emboscada para capturar o en el peor de los casos asesinar a la Farfalla dela Morte. Y en su evidente confianza grupal, no habrían ocasionado otra explosión con la cual probablemente habrían acabado con todo. — Si buscan a la dama.. van a tener que pasar por enc-… — Y de repente, se oyó un disparo. Una única bala que habría salido disparada directamente desde una de las armas pertenecientes a aquellos enmascarados. Una que atinó directamente a la frente del árabe, una que lo hizo retroceder un paso, mas no alcanzó a tirarlo al suelo. Evidentemente lo habían dejado hablar demasiado. Mientras que sus dientes se presionaban y sus puños se cerraban con fuerza, la sangre comenzaba a chorrear por aquel agujero que ahora mismo tenía en la cabeza. Los individuos en frente suya se miraron por un momento, con una extraña sorpresa por debajo de sus máscaras. Después de eso, las consecuencias no tardaron en llegar. Una lluvia de balas provenientes de revólveres y armas más grandes cayó sobre el pelinegro, de manera tal que su cuerpo no lograba ni siquiera caer al suelo por las ráfagas que sin piedad buscaban acabar con él. Y en un punto, ante la nula posibilidad de que volviese a levantarse después de eso, el fuego cesó. El cuerpo de aquel hombre se desplomó sobre el suelo, cubierto de sangre, irreconocible, desfigurado, ultrajado. ¿Cuándo fue la última vez que algo así había pasado? Cuándo fue la última vez que su cuerpo sufrió tales heridas, que no reaccionó a tiempo, que se dejó superar. Aparentemente, hace mucho. Obviamente, con el moreno fuera de lugar los atacantes se habrían apresurado a capturar a la dueña del edificio, entre dos de ellos, como si buscasen de cualquier forma que no reaccionara ni presentara obstáculos ni resistencia. Por otro lado, en alguna de las figuras internas propias de la mente del árabe, parecían resurgir viejas emociones, viejos deseos, un amplio y profundo espectro por el cual alguien como Khaleb se volvió tan temido en el bajo mundo, pero que sin embargo nadie logró ver. De repente, una risa suave y discreta se presentó en el entorno, una que con el pasar de los segundos se volvía cada vez más grave, más aterradora, o por lo menos inquietante. Los enmascarados detuvieron sus acciones, sus andanzas, y desviaron su atención a la dirección de donde provenía aquella risa: El cuerpo ensangrentado y totalmente agujereado del árabe que, por más fantasioso que sonase, a duras penas parecía estar levantándose. — Aue.. haya.. hull hatha gul chayaub. — Inesperadamente su idioma natal tomaría su voz, una que se presentó como un susurro al principio. Ronca, distorsionada, como si cada palabra le costara un esfuerzo considerable, pero cargada con un desprecio tan denso que casi se podía sentir. Prontamente, aquella figura se incorporó por completo, aun goteando, pero con las heridas cerrándose a una velocidad grotesca, expulsando constantemente restos de balas a causa de los órganos y piel regenerados. Su risa era ahora un eco constante, un bajo gutural. Sus ojos cargados de ira y demencia se fijaron prontamente en los enmascarados, quien atónitos lo observaban sin entender nada, pero tampoco con tiempo para preguntas. Era una mirada que no los ve como hombres, sino como obstáculos, como presas. Un temblor inquietante recorrió el cuerpo del árabe instantes antes de que una vez más, sus adversarios comenzaran a disparar, con la diferencia de que esta vez, ese hombre habría abandonado momentáneamente el plano terrenal conocido, dejando atrás su control, para abrir paso a lo que se esconde en lo más profundo de su quebrada mente. El sonido de balas tan constantes, así como el de los gatillos no se detuvo en ningún momento. Esta vez, de hecho, aparecieron gritos, propios de quienes en un principio se decidieron a asesinarlo y capturar a su protegida, a matar a todo aquello que se cruzase en su camino, en su presunto objetivo. — Daema neves al-ashkhas. daema... al-daafa.. min arsalham.. — Aquel hombre, quien en un principio parecía haber muerto, ahora mismo se veía no solamente como nuevo, sino también rodeado por un aura y un instinto asesino que no rozaba, conectaba directamente con lo maniático, con lo psicótico, con la locura. Todas estas características podían verse en sus movimientos, en cómo tomaba entre sus manos las extremidades de sus oponentes y se las arrancaba, en cómo atravesaba sus cuerpos con sus dedos como si de garras contra papel se tratase, en cómo provocaba que cruzasen sus propios fuegos. Todo, con una perturbadora sonrisa en su rostro, y unos ojos consumidos por la misma oscuridad que cubre el cielo durante la noche. Por supuesto, en una situación como esa, sacada propiamente de una película de terror, la captura de la aquella mujer habría pasado completamente a segundo plano, o incluso, a uno ya extinto, superado por el deseo natural de sobrevivir, pero que poco acompañaría a quienes decidieron enfrentarse a él. [ElisabettaDV1]
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  • —¿E-Está seguro.? Es decir.. Mi pareja y yo si hemos compartido algún tiempo juntos... Itsuki Seom Yang

    -Así respondía ante las preguntas de su médico de cabecera, su especialidad eran jóvenes como ellos y conocía de sobra a los Alfas y sus omegas-
    —¿E-Está seguro.? Es decir.. Mi pareja y yo si hemos compartido algún tiempo juntos... [ember_magenta_fox_729] -Así respondía ante las preguntas de su médico de cabecera, su especialidad eran jóvenes como ellos y conocía de sobra a los Alfas y sus omegas-
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  • La sala estaba llena.
    Whisky caro, trajes de Armani, cuchillos bajo las mesas.
    La típica reunión anual de aliados, viejos favores y silencios compartidos.
    Yo estaba de pie junto a la barra. Vestido negro, cabello suelto. Mía estaba al otro lado de la sala, hablando con una de las chicas del sur, ajena, tranquila… guapísima como siempre.
    Y sí, ya todos sabían que estaba conmigo.
    Pero esta noche, no iba de eso.

    Cuando el Don de la familia anfitriona pidió silencio para brindar por el nuevo año de “negocios limpios”, se levantaron las copas.
    Yo también lo hice.
    Y antes de que se dispersaran otra vez, hablé.

    —Solo una cosa más —dije sin subir la voz. No me hizo falta. Bastó con eso para que todos giraran hacia mí.

    Esperé un segundo. No por dramatismo. Por control. Medí el silencio.

    —Quiero que lo escuchen de mí, de una vez —continué, con la copa en la mano, sin sonreír—. Mía y yo nos casamos. La semana que viene. Aquí, en Italia.

    Un parpadeo general. Algún murmullo. Nada de reacciones fuertes.
    La mayoría lo veía venir.
    Los que no, aprendieron a guardar la lengua.

    Alcé la copa hacia donde estaba ella. Mía me miraba. Esa mirada suya que mezcla orgullo y calma.
    Le devolví la mirada.
    Y añadí solo una frase más, sin adornos.

    —Para quien aún lo dude: es la mujer de mi vida. Y quien no la respete… ya sabe lo que eso significa.

    Bebí.
    Y el resto también.
    Sin preguntas.
    Sin bromas.

    Así se presentan las verdades cuando estás en un mundo donde todo se pone en duda.
    Mirándolos a los ojos.

    Y dejando claro que ese anillo, ya es sagrado.

    Mía Russo
    La sala estaba llena. Whisky caro, trajes de Armani, cuchillos bajo las mesas. La típica reunión anual de aliados, viejos favores y silencios compartidos. Yo estaba de pie junto a la barra. Vestido negro, cabello suelto. Mía estaba al otro lado de la sala, hablando con una de las chicas del sur, ajena, tranquila… guapísima como siempre. Y sí, ya todos sabían que estaba conmigo. Pero esta noche, no iba de eso. Cuando el Don de la familia anfitriona pidió silencio para brindar por el nuevo año de “negocios limpios”, se levantaron las copas. Yo también lo hice. Y antes de que se dispersaran otra vez, hablé. —Solo una cosa más —dije sin subir la voz. No me hizo falta. Bastó con eso para que todos giraran hacia mí. Esperé un segundo. No por dramatismo. Por control. Medí el silencio. —Quiero que lo escuchen de mí, de una vez —continué, con la copa en la mano, sin sonreír—. Mía y yo nos casamos. La semana que viene. Aquí, en Italia. Un parpadeo general. Algún murmullo. Nada de reacciones fuertes. La mayoría lo veía venir. Los que no, aprendieron a guardar la lengua. Alcé la copa hacia donde estaba ella. Mía me miraba. Esa mirada suya que mezcla orgullo y calma. Le devolví la mirada. Y añadí solo una frase más, sin adornos. —Para quien aún lo dude: es la mujer de mi vida. Y quien no la respete… ya sabe lo que eso significa. Bebí. Y el resto también. Sin preguntas. Sin bromas. Así se presentan las verdades cuando estás en un mundo donde todo se pone en duda. Mirándolos a los ojos. Y dejando claro que ese anillo, ya es sagrado. [Top_modelx95]
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  • [Cheating Warning]

    ¿Ah, te preguntas como es que de una pareja de dos personas blancas puede nacer un niño de tez morena? No es raro en realidad, de hecho es bastante común...

    Si ella tiene un conocido de piel oscura del que su novio ''No tiene que preocuparse'', claro está.

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    [Cheating Warning] ¿Ah, te preguntas como es que de una pareja de dos personas blancas puede nacer un niño de tez morena? No es raro en realidad, de hecho es bastante común... Si ella tiene un conocido de piel oscura del que su novio ''No tiene que preocuparse'', claro está. [Cheating Warning]
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