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  • La Pilar del Amor miraba con detenimiento los postres del mostrador. Había tantas opciones, pero se debatía especialmente entre dos. Tenía su favorito, mochi de sakura, el cual amaba tanto que, por comerlo en cantidades exageradas, su cabello se tornó exactamente del mismo color. Y, por otro lado, estaba un dulce llamado daifuku, que también lucía delicioso albergando una fresa brillante en el interior del mochi.

    —¡Oh, no puedo decidir! ¡Me gustan tanto los dos!— Se quejó con nadie en particular mientras inflaba sus mejillas haciendo un puchero. De pronto, se le ocurrió una magnífica idea. —¿Sabe qué? ¡Por favor, deme dos cajas de sakura mochi y daifuku de fresa para llevar!— Sonrió con sus ánimos completamente renovados y añadió: —También quiero un té verde helado, dos sakura mochi y dos daifuku para comer aquí.—

    Una vez que tomaron sus datos y le dieron el ticket con su orden, se dispuso a pasar al interior del establecimiento a esperar.

    /ᐠ - ˕ -マ ─⋅ ˚₊ AU ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ᴀᴄᴛᴜᴀʟ
    ⁺₊⋆-`♡´- Fᴀɴᴅᴏᴍ: Kɪᴍᴇᴛsᴜ ɴᴏ Yᴀɪʙᴀ

    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⢀⡤⣤⣀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⣀⡀
    ⠀⠀⠀⠀⠀⢀⡏⠀⠀⠈⠳⣄⠀⠀⠀⠀⠀⣀⠴⠋⠉⠉⡆
    ⠀⠀⠀⠀⠀⢸⠀⠀⠀⠀⠀⠈⠉⠉⠙⠓⠚⠁⠀⠀⠀⠀⣿
    ⠀⠀⠀⠀⢀⠞⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠹⣄
    ⠀⠀⠀⠀⡞⠀⠀⠀⠀⠀⠶⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠦⠀⠀⠀⠀⠀⠸⡆
    La Pilar del Amor miraba con detenimiento los postres del mostrador. Había tantas opciones, pero se debatía especialmente entre dos. Tenía su favorito, mochi de sakura, el cual amaba tanto que, por comerlo en cantidades exageradas, su cabello se tornó exactamente del mismo color. Y, por otro lado, estaba un dulce llamado daifuku, que también lucía delicioso albergando una fresa brillante en el interior del mochi. —¡Oh, no puedo decidir! ¡Me gustan tanto los dos!— Se quejó con nadie en particular mientras inflaba sus mejillas haciendo un puchero. De pronto, se le ocurrió una magnífica idea. —¿Sabe qué? ¡Por favor, deme dos cajas de sakura mochi y daifuku de fresa para llevar!— Sonrió con sus ánimos completamente renovados y añadió: —También quiero un té verde helado, dos sakura mochi y dos daifuku para comer aquí.— Una vez que tomaron sus datos y le dieron el ticket con su orden, se dispuso a pasar al interior del establecimiento a esperar. /ᐠ - ˕ -マ ─⋅ ˚₊ AU ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ᴀᴄᴛᴜᴀʟ ⁺₊⋆-`♡´- Fᴀɴᴅᴏᴍ: Kɪᴍᴇᴛsᴜ ɴᴏ Yᴀɪʙᴀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⢀⡤⣤⣀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⣀⡀ ⠀⠀⠀⠀⠀⢀⡏⠀⠀⠈⠳⣄⠀⠀⠀⠀⠀⣀⠴⠋⠉⠉⡆ ⠀⠀⠀⠀⠀⢸⠀⠀⠀⠀⠀⠈⠉⠉⠙⠓⠚⠁⠀⠀⠀⠀⣿ ⠀⠀⠀⠀⢀⠞⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠹⣄ ⠀⠀⠀⠀⡞⠀⠀⠀⠀⠀⠶⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠦⠀⠀⠀⠀⠀⠸⡆
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  • Bueno... creo que ya llego el momento

    ≿Había despertado temprano por su costumbre de beber agua, viendo a Hebe aun dormir se había apresurado a preparar lo que consideraba unas buenas opciones de desayuno bastante nutritivas para ambos, dejándolos en una tabla que servia como mesa opcional.

    De paso... Le dejaría ver que no solo era un tigre, si no su apariencia "humana" por así decirlo, aquello era la sorpresa que había mencionado≾

    Solo espero sepa reconocerme...
    Bueno... creo que ya llego el momento ≿Había despertado temprano por su costumbre de beber agua, viendo a Hebe aun dormir se había apresurado a preparar lo que consideraba unas buenas opciones de desayuno bastante nutritivas para ambos, dejándolos en una tabla que servia como mesa opcional. De paso... Le dejaría ver que no solo era un tigre, si no su apariencia "humana" por así decirlo, aquello era la sorpresa que había mencionado≾ Solo espero sepa reconocerme...
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  • Takeru cerró la puerta de su habitación con un bostezo. Había sido un día largo. Entre calmar a su alumno antes de la pelea y aguantar las mismas conversaciones de siempre con viejos conocidos, apenas había tenido un respiro. Se dejó caer en la silla junto a la mesa y se pasó una mano por el cabello.

    Fue entonces cuando lo vio.

    Un folder manila, perfectamente alineado con el borde de la mesa. Ni un milímetro fuera de lugar.

    Takeru arqueó una ceja. Lo tomó con una mano, lo giró un par de veces entre los dedos y lo abrió sin apurarse.

    Dos opciones.

    **Unirse al presidente de Strelka Defense Systems**.

    O…

    **Ser eliminado en la primera ronda del Kengan.**

    Se quedó mirando las hojas por unos segundos, luego chasqueó la lengua y dejó caer el folder sobre la mesa. Agarró una botella de agua, bebió un trago y miró el techo, pensativo.

    Finalmente, soltó una risa corta y murmuró, más para sí mismo que para cualquier posible oído en la habitación:

    —¿En serio? Antes al menos tenían los huevos de decirlo en la cara.

    Negó con la cabeza, se puso de pie y se estiró, como si aquello no mereciera más de su atención.
    Takeru cerró la puerta de su habitación con un bostezo. Había sido un día largo. Entre calmar a su alumno antes de la pelea y aguantar las mismas conversaciones de siempre con viejos conocidos, apenas había tenido un respiro. Se dejó caer en la silla junto a la mesa y se pasó una mano por el cabello. Fue entonces cuando lo vio. Un folder manila, perfectamente alineado con el borde de la mesa. Ni un milímetro fuera de lugar. Takeru arqueó una ceja. Lo tomó con una mano, lo giró un par de veces entre los dedos y lo abrió sin apurarse. Dos opciones. **Unirse al presidente de Strelka Defense Systems**. O… **Ser eliminado en la primera ronda del Kengan.** Se quedó mirando las hojas por unos segundos, luego chasqueó la lengua y dejó caer el folder sobre la mesa. Agarró una botella de agua, bebió un trago y miró el techo, pensativo. Finalmente, soltó una risa corta y murmuró, más para sí mismo que para cualquier posible oído en la habitación: —¿En serio? Antes al menos tenían los huevos de decirlo en la cara. Negó con la cabeza, se puso de pie y se estiró, como si aquello no mereciera más de su atención.
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  • Era una de esas noches en las que parecía que Hipnos no quería darle su bendición o quizás, se la había dado y ahora era inmune al sueño. Quería dormir, debería dormir, mañana sería un largo día. Sin muchas opciones que se le vinieran a la mente en esos instantes, sabiamente se le ocurrió algo: contar ovejas hasta dormirse.

    ──────Diez, once, doce, quince, treinta.... Oh, no. Espera. Acabo de perder la cuenta... empiezo de nuevo... una, dos, tres...
    Era una de esas noches en las que parecía que Hipnos no quería darle su bendición o quizás, se la había dado y ahora era inmune al sueño. Quería dormir, debería dormir, mañana sería un largo día. Sin muchas opciones que se le vinieran a la mente en esos instantes, sabiamente se le ocurrió algo: contar ovejas hasta dormirse. ──────Diez, once, doce, quince, treinta.... Oh, no. Espera. Acabo de perder la cuenta... empiezo de nuevo... una, dos, tres...
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  • *Desde ayer estando explotando cosas y ya estaba aburriéndome más de lo que estaba en un principio, podría simplemente parar y dejarlo o ver como explotan cosas más grandes como edificios o volcanes, incluso también buscar alguna que otra estrella [Sol] moribunda para ver cómo se produce una supernova o buscar un agujero negro para tirarle cosas y ver como se los tragaba, había muchas otras opciones así que empecé a barajarlas mientras me tumbaba en el suelo viendo el cielo estrellado estando en una colinita de césped llena de algunas cuantas flores*

    - Que aburrimiento…
    *Desde ayer estando explotando cosas y ya estaba aburriéndome más de lo que estaba en un principio, podría simplemente parar y dejarlo o ver como explotan cosas más grandes como edificios o volcanes, incluso también buscar alguna que otra estrella [Sol] moribunda para ver cómo se produce una supernova o buscar un agujero negro para tirarle cosas y ver como se los tragaba, había muchas otras opciones así que empecé a barajarlas mientras me tumbaba en el suelo viendo el cielo estrellado estando en una colinita de césped llena de algunas cuantas flores* - Que aburrimiento…
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  • 𝗦𝗶𝗰𝘂𝘁 𝗹𝘂𝘅 𝗲𝘁 𝘁𝗲𝗻𝗲𝗯𝗿𝗮𝗲
    Categoría Otros
    𝗐𝗂𝗍𝗁: James Delaney

    El olor de la carne era inconfundible, la sangre y el desmembramiento de partes era una de las cosas que desearía haber olvidar de la guerra, mas aun cuando no se conocer ni un poco de su propio futuro dentro de los próximos segundos. Tendida contra el suelo, deseo haber tomado una mejor eleccion, haber pedido ayuda, esperar en casa o simplemente ir mejor preparada para la batalla. Pero nada de eso la preparaba para la extrema antinaturalidad del lugar, con la sangre pesada desde el momento en que su carne toco la ramas o desde que el aire viciado de la neblina extraña comenzó a asfixiarla y confundir sus sentidos, con runas medio hechas que no se podia usar por mas de unos minutos antes de ceder y desvanecerse de la piel.

    El limite de las cosas, así lo queria ver, todo aquello que es invisible parecia superarla con crecer, con una gran particularidad divertida, siendo Clary parte vital del otro lado del velo, una de los muchos que pueden ver, una de las que puede conmbatir y protejer.

    "Esta trayendo seres oscuros entre nosotros, ya nisiquiera sabemos en quien confiar. Amenaza a nuestra especie y al orden, no quiero oír quejas. Por ahora, nos encargaremos nosotros personalmente de garantizar la seguridad del mundo, dejaremos el resto para quedar alerta desde sus respectivos institutos, sobre los brujos... deberán mantenerse en sus casas hasta terminar las investigaciones, cualquiera que se encuentre tan solo a unos metros, será considerado un traidor. No nos obliguen a replantear los acuerdos."

    Esa era la orden, esperar y dejar fluir. Pero para Clary eso era simplemente imposible, ser alguien que se queda quieto mientras tiene las armas suficientes para ayudar a otros y no ser simplemente la receptora de malas noticias llenas de nombres conocidos que desaparecían o simplemente morían en el deber. 'Se que no puedo detenerte, solo... ten cuidado' Prometió a Ragnor quien sabia de antemano que si abría el portal, no habría marcha atrás y comprometeriá, no solo su propia vida, si no la de alguien valioso para su viejo amigo, con opciones reducidas empujo a la menuda peliroja hacia la zona mas cercana, el bien conocido Puente de Overtoun, a solo unos pocos pasos del bosque denominado como
    "La mancha negra de Escocia".

    Con cada paso mas cerca del centro, sus pasos se volvían torpes, su respiracion dificil, su equilibrio entorpecido entre mas se sumergía en el lodoso pantano formado de manera antinatural, magia o alguún tipo de reacción sobrenaatural ante la oscuridad, no podia definirlo ni tenia la mente suficiente para concentrarse. Para la quinta caída decidio que el cuchillo serafín permaneciera mucho mas al frente de su rostro para evitar clavarlo en su propia carne y con la piedra luminosa pegada bien a su cuerpo para defenderse de la oscuridad del bosque y darse un poco de seguridad, no queriendo alejarse de la poca luz que la noche que cubría cada centímetro del area. Para cuando la cabaña se volvió visible ante sus ojos entre la niebla y con la luz apuntandole como si fuera una señal divina, el aire no le entraba con normalidad a los pulmones y sus pies se sentian cansados de tanto caminar, se dio cuenta de que los cuerpos de viejos y jovenes nefilim ya hacian esparcidos por todo el lugar, como en una escena de terror bien escenografiada para dar un escalofrío a quien mirase.
    𝗐𝗂𝗍𝗁: [DevilDelan3y] El olor de la carne era inconfundible, la sangre y el desmembramiento de partes era una de las cosas que desearía haber olvidar de la guerra, mas aun cuando no se conocer ni un poco de su propio futuro dentro de los próximos segundos. Tendida contra el suelo, deseo haber tomado una mejor eleccion, haber pedido ayuda, esperar en casa o simplemente ir mejor preparada para la batalla. Pero nada de eso la preparaba para la extrema antinaturalidad del lugar, con la sangre pesada desde el momento en que su carne toco la ramas o desde que el aire viciado de la neblina extraña comenzó a asfixiarla y confundir sus sentidos, con runas medio hechas que no se podia usar por mas de unos minutos antes de ceder y desvanecerse de la piel. El limite de las cosas, así lo queria ver, todo aquello que es invisible parecia superarla con crecer, con una gran particularidad divertida, siendo Clary parte vital del otro lado del velo, una de los muchos que pueden ver, una de las que puede conmbatir y protejer. "Esta trayendo seres oscuros entre nosotros, ya nisiquiera sabemos en quien confiar. Amenaza a nuestra especie y al orden, no quiero oír quejas. Por ahora, nos encargaremos nosotros personalmente de garantizar la seguridad del mundo, dejaremos el resto para quedar alerta desde sus respectivos institutos, sobre los brujos... deberán mantenerse en sus casas hasta terminar las investigaciones, cualquiera que se encuentre tan solo a unos metros, será considerado un traidor. No nos obliguen a replantear los acuerdos." Esa era la orden, esperar y dejar fluir. Pero para Clary eso era simplemente imposible, ser alguien que se queda quieto mientras tiene las armas suficientes para ayudar a otros y no ser simplemente la receptora de malas noticias llenas de nombres conocidos que desaparecían o simplemente morían en el deber. 'Se que no puedo detenerte, solo... ten cuidado' Prometió a Ragnor quien sabia de antemano que si abría el portal, no habría marcha atrás y comprometeriá, no solo su propia vida, si no la de alguien valioso para su viejo amigo, con opciones reducidas empujo a la menuda peliroja hacia la zona mas cercana, el bien conocido Puente de Overtoun, a solo unos pocos pasos del bosque denominado como "La mancha negra de Escocia". Con cada paso mas cerca del centro, sus pasos se volvían torpes, su respiracion dificil, su equilibrio entorpecido entre mas se sumergía en el lodoso pantano formado de manera antinatural, magia o alguún tipo de reacción sobrenaatural ante la oscuridad, no podia definirlo ni tenia la mente suficiente para concentrarse. Para la quinta caída decidio que el cuchillo serafín permaneciera mucho mas al frente de su rostro para evitar clavarlo en su propia carne y con la piedra luminosa pegada bien a su cuerpo para defenderse de la oscuridad del bosque y darse un poco de seguridad, no queriendo alejarse de la poca luz que la noche que cubría cada centímetro del area. Para cuando la cabaña se volvió visible ante sus ojos entre la niebla y con la luz apuntandole como si fuera una señal divina, el aire no le entraba con normalidad a los pulmones y sus pies se sentian cansados de tanto caminar, se dio cuenta de que los cuerpos de viejos y jovenes nefilim ya hacian esparcidos por todo el lugar, como en una escena de terror bien escenografiada para dar un escalofrío a quien mirase.
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  • Del pasado al presente.
    Fandom Crossover
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    La ciudad de los angeles era mucho mas calurosa de lo que esperaba un citadino Inglés sin ningún ápice de explorar mas haya de los mares para probar que tan atractivos eran los climas del otro lado del mundo. Pero las opciones eran tan reducidas y con el tiempo en contra, no se detendría a buscar una ropa mas cómoda de la que ya le brindaron., aunque esta fueran simples jeans rotos, una playera blanca y una camisa a cuadros, un conjunto espantoso si se lo preguntaran a cualquiera. "Quedate en la habitacion" fue lo que dijo su buen amigo Magnus al irse con sus buenos años a buscar respuestas entre viejas amistades "No te metas en problemas" Una de las frases que siempre le costo captar.

    Para cuando dieron la 1 de la tarde ya se encontraba cansado, buscando exhaustivamente por todos los rincones de una habitación con ventanas dando hacia una calle silenciosa con solo uno que otro mundano dando sus rondines cotidianos en su vida comun. No era que le interesara mucho el mundo moderno, pero tampoco era alguien tan paciente que simplemente espera respuestas. Salio por la ventana y bajo rápidamente por las escaleras de emergencia con agilidad hasta llegar al suelo, suspiro y se prometió que simplemente seria una vuelta tranquila por los alrededores, no mas de 10 minutos para estirar las piernas , pero esa promesa era completamente un engaño del destino cuando un monton de gente se reunió alrededor de una casucha vieja de una sola planta, imagino, era el estilo de aquella zona no muy lejos del viejo edificio del que salio.

    -Parece que alguien grito. -Cuchicheo una mujer de mediana edad hacia la joven a su lado.- Es una casa abandonada, muchos indigentes entran ahi, pero nunca los vi salir... Llamare a la policia 

    Levanto los hombros con indiferencia, no estaba en servicio como hacia unos años, pero podia dar por hecho que ahi se estaba desarrollando algo inusual, algo que lo atraía naturalmente hacia el peligro. Gracias a sus habilidades como nefilim ser invisible al ojo común era facil,logrando atravesar a la multitud sin llamar la atención de nadie sin la visión suficiente para verlo o a cualquier ser sobrenatural por lo que es.
    La ciudad de los angeles era mucho mas calurosa de lo que esperaba un citadino Inglés sin ningún ápice de explorar mas haya de los mares para probar que tan atractivos eran los climas del otro lado del mundo. Pero las opciones eran tan reducidas y con el tiempo en contra, no se detendría a buscar una ropa mas cómoda de la que ya le brindaron., aunque esta fueran simples jeans rotos, una playera blanca y una camisa a cuadros, un conjunto espantoso si se lo preguntaran a cualquiera. "Quedate en la habitacion" fue lo que dijo su buen amigo Magnus al irse con sus buenos años a buscar respuestas entre viejas amistades "No te metas en problemas" Una de las frases que siempre le costo captar. Para cuando dieron la 1 de la tarde ya se encontraba cansado, buscando exhaustivamente por todos los rincones de una habitación con ventanas dando hacia una calle silenciosa con solo uno que otro mundano dando sus rondines cotidianos en su vida comun. No era que le interesara mucho el mundo moderno, pero tampoco era alguien tan paciente que simplemente espera respuestas. Salio por la ventana y bajo rápidamente por las escaleras de emergencia con agilidad hasta llegar al suelo, suspiro y se prometió que simplemente seria una vuelta tranquila por los alrededores, no mas de 10 minutos para estirar las piernas , pero esa promesa era completamente un engaño del destino cuando un monton de gente se reunió alrededor de una casucha vieja de una sola planta, imagino, era el estilo de aquella zona no muy lejos del viejo edificio del que salio. -Parece que alguien grito. -Cuchicheo una mujer de mediana edad hacia la joven a su lado.- Es una casa abandonada, muchos indigentes entran ahi, pero nunca los vi salir... Llamare a la policia  Levanto los hombros con indiferencia, no estaba en servicio como hacia unos años, pero podia dar por hecho que ahi se estaba desarrollando algo inusual, algo que lo atraía naturalmente hacia el peligro. Gracias a sus habilidades como nefilim ser invisible al ojo común era facil,logrando atravesar a la multitud sin llamar la atención de nadie sin la visión suficiente para verlo o a cualquier ser sobrenatural por lo que es.
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  • Está leyendo un libro, quizá sea un clásico, ahora mismo desconoce el título, lo cogió de una de las estanterías de Charlie. Increíble pero cierto, pero ahí estaba, sentada en la cama, mordiéndose el dedo pulgar de manera casi infantil, de fondo el viento ululaba, y golpeaba algunas ramas creando sonido de ambiente, una de sus piernas la dobla para apoyar el brazo en esa zona dando pie a un movimiento impulsivo, casi inconsciente, mientras estaba sumergida en el libro.

    [| quien quiera seguirlo adelante, pronto aprenderé a usar mejor las opciones que me da Ficrol para rolear. |]
    Está leyendo un libro, quizá sea un clásico, ahora mismo desconoce el título, lo cogió de una de las estanterías de Charlie. Increíble pero cierto, pero ahí estaba, sentada en la cama, mordiéndose el dedo pulgar de manera casi infantil, de fondo el viento ululaba, y golpeaba algunas ramas creando sonido de ambiente, una de sus piernas la dobla para apoyar el brazo en esa zona dando pie a un movimiento impulsivo, casi inconsciente, mientras estaba sumergida en el libro. [| quien quiera seguirlo adelante, pronto aprenderé a usar mejor las opciones que me da Ficrol para rolear. 🥺 |]
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  • ---

    La plataforma de arena estaba cubierta de polvo, y el rugido de la multitud resonaba con fuerza. En ese instante, parecía que el destino de los dos guerreros se decidía en cada golpe. Takeru Arakawa, el "Lobo Negro", se enfrentaba a Goalang Wongsawat, el "Dios de la Guerra". El combate estaba lejos de ser sencillo, y las apuestas se disparaban a medida que la pelea avanzaba.

    ### **Primer asalto: El dominio del Dios de la Guerra**

    La campana sonó, y en un parpadeo, Goalang se lanzó hacia Takeru como un depredador imparable. Su estilo de **Hitman Boxing** era letal, sus golpes firmes, rápidos y certeros. Takeru, con su habilidad en el **out-boxing**, trató de moverse con agilidad para evitar el choque directo, pero Goalang estaba siempre un paso adelante, utilizando su tamaño y fuerza para acorralarlo.

    Los golpes de Goalang eran como mazos. Un gancho de derecha impactó en el costado de Takeru, quien retrocedió tambaleándose, pero logró mantenerse en pie. Cada vez que parecía escapar, Goalang lo alcanzaba, metiendo combinaciones de golpes que dejaban a Takeru sin apenas margen para respirar. En una de las embestidas más feroces, Goalang le dio un uppercut tan potente que Takeru cayó de rodillas, respirando con dificultad.

    Pero Takeru no era alguien que se dejara vencer tan fácilmente. Se levantó rápidamente, ajustándose los guantes, sin mostrar miedo en su mirada. **No iba a dejar que la primera caída fuera el final.**

    ### **Segundo asalto: La implacable resistencia de Goalang**

    Goalang no aflojaba. El "Dios de la Guerra" continuaba con su ofensiva arrolladora, como una tormenta de golpes. Takeru, aunque ágil y preciso, comenzó a sentir los efectos de la brutalidad del combate. Los ganchos de Goalang volaban hacia su rostro, conectando una y otra vez, haciendo que su cuerpo se sacudiera, pero Takeru se mantenía firme, evitando caer.

    Sin embargo, Goalang era imparable. En uno de los intercambios, un golpe directo al estómago de Takeru hizo que este cayera de espaldas al suelo. La multitud contuvo la respiración mientras el árbitro comenzaba la cuenta. Takeru, jadeando, levantó la cabeza con dificultad, pero rápidamente se incorporó, sacudiendo la arena de su cuerpo. **¿Cómo derrotar a este monstruo de resistencia?** pensó Takeru mientras se preparaba para seguir peleando.

    Aunque Takeru parecía estar siendo arrasado, su determinación no flaqueaba. **Tenía que encontrar una forma de sobrevivir a este huracán.**

    ### **Mitad del combate: El cambio de estrategia**

    Con los asaltos avanzando y Goalang demostrando su poder imparable, Takeru sintió que sus opciones se agotaban. Cada vez que lograba evadir un golpe, Goalang lo perseguía con una intensidad casi sobrehumana. Pero Takeru ya no luchaba solo contra Goalang; luchaba contra sí mismo, contra su límite físico, contra el desgaste de su cuerpo. Sin embargo, algo dentro de él hizo clic.

    Takeru recordó las enseñanzas de Niko, su maestro. **El estilo Posesión** debía activarse. **Si no lo hacía, su cuerpo no aguantaría más.** Aprovechando una apertura mínima, Takeru dio un paso atrás, dejando que Goalang fallara un golpe por milímetros, y rápidamente activó su técnica. **Posesión**.

    Era como si su cuerpo fuera uno con la arena, moviéndose con una velocidad y control renovados. Takeru comenzó a usar su **out-boxing** de una manera más estratégica. Comenzó a usar los errores de Goalang en su contra, esquivando los poderosos golpes de su oponente y respondiendo con rápidas combinaciones de puños. Los golpes de Takeru, aunque no tan poderosos como los de Goalang, empezaban a acumularse.

    Sin embargo, Goalang seguía siendo increíblemente difícil de derribar. Cada golpe que Takeru lanzaba parecía no tener el impacto esperado. Goalang se mantenía erguido, su resistencia increíblemente alta, y no mostraba señales de debilidad. Cada vez que Takeru lo golpeaba, Goalang lo miraba fijamente, como si nada pudiera derribarlo. A pesar de la diferencia en sus tamaños, Goalang no cedía.

    ### **Tercer asalto: La furia del lobo negro**

    Takeru, viendo la feroz resistencia de Goalang, comprendió que no bastaba con evadir. **Debía ser aún más preciso.** Cada golpe tenía que ser decisivo, cada movimiento más astuto que el anterior. Takeru aprovechó el momento en que Goalang erró un golpe tras un desliz y lo golpeó con una combinación rápida a la cara, haciendo que el "Dios de la Guerra" retrocediera por primera vez.

    La arena temblaba con cada intercambio. Takeru había logrado mantener su calma, adaptándose a la brutalidad del combate. Pero Goalang seguía de pie. Por cada golpe que Takeru le daba, Goalang respondía con igual o más fuerza, demostrando que su resistencia era, de lejos, su mayor fortaleza.

    Finalmente, en el cuarto asalto, Goalang, herido y agotado pero no derrotado, lanzó un golpe devastador. Takeru esquivó por poco y, con un contraataque meticuloso, lanzó un golpe al rostro de Goalang que, esta vez, hizo que su oponente tambaleara por un instante. **¿Sería ese el momento?**

    Pero Goalang se recuperó rápidamente. Aunque parecía estar retrocediendo, no mostraba signos de estar a punto de caer. **¿Qué más debía hacer?**

    ### **Quinto asalto: La técnica Posesión al límite**

    Era el momento decisivo. Takeru, con el corazón acelerado, comenzó a concentrar toda su fuerza, activando la **Posesión** de manera aún más profunda, permitiendo que su voluntad tomara completo control de sus movimientos. **Ya no se trataba de resistir**, sino de derribar a Goalang a toda costa.

    En un último esfuerzo, Takeru esquivó un gancho letal de Goalang y, con una velocidad casi sobrenatural, lanzó un puñetazo directo al rostro de Goalang, seguido de un potente uppercut. Goalang, por primera vez en toda la pelea, vaciló, y Takeru aprovechó ese segundo de duda para lanzarle una combinación de golpes certeros que finalmente lo derribaron.

    Goalang cayó a la arena, su cuerpo desmoronándose. La multitud estalló en vítores, sorprendida por la remontada de Takeru. El "Dios de la Guerra" se levantó lentamente, pero ya no tenía la misma fuerza. El árbitro lo contó rápidamente y, al final, no pudo ponerse de pie antes de la cuenta final.

    Takeru Arakawa, el **Lobo Negro**, había ganado. La arena temblaba por la ovación del público, mientras Takeru, agotado y sangrando, se desplomaba sobre sus rodillas, respirando con dificultad. La pelea más dura de su vida había llegado a su fin, y, aunque herido, el "Lobo Negro" había demostrado su increíble resistencia, superando incluso a un oponente tan imparable como Goalang.

    --- La plataforma de arena estaba cubierta de polvo, y el rugido de la multitud resonaba con fuerza. En ese instante, parecía que el destino de los dos guerreros se decidía en cada golpe. Takeru Arakawa, el "Lobo Negro", se enfrentaba a Goalang Wongsawat, el "Dios de la Guerra". El combate estaba lejos de ser sencillo, y las apuestas se disparaban a medida que la pelea avanzaba. ### **Primer asalto: El dominio del Dios de la Guerra** La campana sonó, y en un parpadeo, Goalang se lanzó hacia Takeru como un depredador imparable. Su estilo de **Hitman Boxing** era letal, sus golpes firmes, rápidos y certeros. Takeru, con su habilidad en el **out-boxing**, trató de moverse con agilidad para evitar el choque directo, pero Goalang estaba siempre un paso adelante, utilizando su tamaño y fuerza para acorralarlo. Los golpes de Goalang eran como mazos. Un gancho de derecha impactó en el costado de Takeru, quien retrocedió tambaleándose, pero logró mantenerse en pie. Cada vez que parecía escapar, Goalang lo alcanzaba, metiendo combinaciones de golpes que dejaban a Takeru sin apenas margen para respirar. En una de las embestidas más feroces, Goalang le dio un uppercut tan potente que Takeru cayó de rodillas, respirando con dificultad. Pero Takeru no era alguien que se dejara vencer tan fácilmente. Se levantó rápidamente, ajustándose los guantes, sin mostrar miedo en su mirada. **No iba a dejar que la primera caída fuera el final.** ### **Segundo asalto: La implacable resistencia de Goalang** Goalang no aflojaba. El "Dios de la Guerra" continuaba con su ofensiva arrolladora, como una tormenta de golpes. Takeru, aunque ágil y preciso, comenzó a sentir los efectos de la brutalidad del combate. Los ganchos de Goalang volaban hacia su rostro, conectando una y otra vez, haciendo que su cuerpo se sacudiera, pero Takeru se mantenía firme, evitando caer. Sin embargo, Goalang era imparable. En uno de los intercambios, un golpe directo al estómago de Takeru hizo que este cayera de espaldas al suelo. La multitud contuvo la respiración mientras el árbitro comenzaba la cuenta. Takeru, jadeando, levantó la cabeza con dificultad, pero rápidamente se incorporó, sacudiendo la arena de su cuerpo. **¿Cómo derrotar a este monstruo de resistencia?** pensó Takeru mientras se preparaba para seguir peleando. Aunque Takeru parecía estar siendo arrasado, su determinación no flaqueaba. **Tenía que encontrar una forma de sobrevivir a este huracán.** ### **Mitad del combate: El cambio de estrategia** Con los asaltos avanzando y Goalang demostrando su poder imparable, Takeru sintió que sus opciones se agotaban. Cada vez que lograba evadir un golpe, Goalang lo perseguía con una intensidad casi sobrehumana. Pero Takeru ya no luchaba solo contra Goalang; luchaba contra sí mismo, contra su límite físico, contra el desgaste de su cuerpo. Sin embargo, algo dentro de él hizo clic. Takeru recordó las enseñanzas de Niko, su maestro. **El estilo Posesión** debía activarse. **Si no lo hacía, su cuerpo no aguantaría más.** Aprovechando una apertura mínima, Takeru dio un paso atrás, dejando que Goalang fallara un golpe por milímetros, y rápidamente activó su técnica. **Posesión**. Era como si su cuerpo fuera uno con la arena, moviéndose con una velocidad y control renovados. Takeru comenzó a usar su **out-boxing** de una manera más estratégica. Comenzó a usar los errores de Goalang en su contra, esquivando los poderosos golpes de su oponente y respondiendo con rápidas combinaciones de puños. Los golpes de Takeru, aunque no tan poderosos como los de Goalang, empezaban a acumularse. Sin embargo, Goalang seguía siendo increíblemente difícil de derribar. Cada golpe que Takeru lanzaba parecía no tener el impacto esperado. Goalang se mantenía erguido, su resistencia increíblemente alta, y no mostraba señales de debilidad. Cada vez que Takeru lo golpeaba, Goalang lo miraba fijamente, como si nada pudiera derribarlo. A pesar de la diferencia en sus tamaños, Goalang no cedía. ### **Tercer asalto: La furia del lobo negro** Takeru, viendo la feroz resistencia de Goalang, comprendió que no bastaba con evadir. **Debía ser aún más preciso.** Cada golpe tenía que ser decisivo, cada movimiento más astuto que el anterior. Takeru aprovechó el momento en que Goalang erró un golpe tras un desliz y lo golpeó con una combinación rápida a la cara, haciendo que el "Dios de la Guerra" retrocediera por primera vez. La arena temblaba con cada intercambio. Takeru había logrado mantener su calma, adaptándose a la brutalidad del combate. Pero Goalang seguía de pie. Por cada golpe que Takeru le daba, Goalang respondía con igual o más fuerza, demostrando que su resistencia era, de lejos, su mayor fortaleza. Finalmente, en el cuarto asalto, Goalang, herido y agotado pero no derrotado, lanzó un golpe devastador. Takeru esquivó por poco y, con un contraataque meticuloso, lanzó un golpe al rostro de Goalang que, esta vez, hizo que su oponente tambaleara por un instante. **¿Sería ese el momento?** Pero Goalang se recuperó rápidamente. Aunque parecía estar retrocediendo, no mostraba signos de estar a punto de caer. **¿Qué más debía hacer?** ### **Quinto asalto: La técnica Posesión al límite** Era el momento decisivo. Takeru, con el corazón acelerado, comenzó a concentrar toda su fuerza, activando la **Posesión** de manera aún más profunda, permitiendo que su voluntad tomara completo control de sus movimientos. **Ya no se trataba de resistir**, sino de derribar a Goalang a toda costa. En un último esfuerzo, Takeru esquivó un gancho letal de Goalang y, con una velocidad casi sobrenatural, lanzó un puñetazo directo al rostro de Goalang, seguido de un potente uppercut. Goalang, por primera vez en toda la pelea, vaciló, y Takeru aprovechó ese segundo de duda para lanzarle una combinación de golpes certeros que finalmente lo derribaron. Goalang cayó a la arena, su cuerpo desmoronándose. La multitud estalló en vítores, sorprendida por la remontada de Takeru. El "Dios de la Guerra" se levantó lentamente, pero ya no tenía la misma fuerza. El árbitro lo contó rápidamente y, al final, no pudo ponerse de pie antes de la cuenta final. Takeru Arakawa, el **Lobo Negro**, había ganado. La arena temblaba por la ovación del público, mientras Takeru, agotado y sangrando, se desplomaba sobre sus rodillas, respirando con dificultad. La pelea más dura de su vida había llegado a su fin, y, aunque herido, el "Lobo Negro" había demostrado su increíble resistencia, superando incluso a un oponente tan imparable como Goalang.
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