• Buenos días, una linda melodía para ponerlos de buenas (?)

    Yo pienso que
    No son tan inútiles las noches que te di
    Te marchas, ¿y qué?
    Yo no intento discutírtelo, lo sabes y lo sé
    Al menos quédate solo esta noche
    Prometo no tocarte, estás segura
    Hay veces que me voy sintiendo solo
    Porque conozco esa sonrisa tan definitiva
    Tu sonrisa que a mí mismo, me abrió tu paraíso
    Se dice que
    Con cada hombre, hay una como tú
    Pero mi sitio, luego
    Lo ocuparás con alguno, igual que yo, mejor, lo dudo
    ¿Por qué esta vez agachas la mirada?
    Me pides que sigamos siendo amigos
    ¿Amigos para qué?, ¡maldita sea!
    A un amigo lo perdono, pero a ti te amo
    Pueden parecer banales mis instintos naturales
    Buenos días, una linda melodía para ponerlos de buenas (?) Yo pienso que No son tan inútiles las noches que te di Te marchas, ¿y qué? Yo no intento discutírtelo, lo sabes y lo sé Al menos quédate solo esta noche Prometo no tocarte, estás segura Hay veces que me voy sintiendo solo Porque conozco esa sonrisa tan definitiva Tu sonrisa que a mí mismo, me abrió tu paraíso Se dice que Con cada hombre, hay una como tú Pero mi sitio, luego Lo ocuparás con alguno, igual que yo, mejor, lo dudo ¿Por qué esta vez agachas la mirada? Me pides que sigamos siendo amigos ¿Amigos para qué?, ¡maldita sea! A un amigo lo perdono, pero a ti te amo Pueden parecer banales mis instintos naturales
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    Tengo ganas de hacer rol en comunidad sobre un universo gótico-punk oscuro y pesimista donde criaturas sobrenaturales como vampiros, hombres lobo, magos, fantasmas, cazadores, ángeles y demonios coexisten en secreto con la humanidad, tejiendo conspiraciones milenarias desde las sombras. Ambientado en ciudades decadentes y paisajes urbanos corruptos, un mundo que está impregnado de un horror existencial, donde la moralidad se desvanece y cada facción libra sus propias guerras por poder, supervivencia o redención. Con una narrativa rica en tragedia, intriga política y terror sobrenatural, explorando temas como la pérdida de humanidad, el precio del conocimiento prohibido y la inevitable decadencia de un mundo al borde del fin de sus días. (Básicamente describe MDT)
    Tengo ganas de hacer rol en comunidad sobre un universo gótico-punk oscuro y pesimista donde criaturas sobrenaturales como vampiros, hombres lobo, magos, fantasmas, cazadores, ángeles y demonios coexisten en secreto con la humanidad, tejiendo conspiraciones milenarias desde las sombras. Ambientado en ciudades decadentes y paisajes urbanos corruptos, un mundo que está impregnado de un horror existencial, donde la moralidad se desvanece y cada facción libra sus propias guerras por poder, supervivencia o redención. Con una narrativa rica en tragedia, intriga política y terror sobrenatural, explorando temas como la pérdida de humanidad, el precio del conocimiento prohibido y la inevitable decadencia de un mundo al borde del fin de sus días. (Básicamente describe MDT)
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    "Mis memorias."

    23 de noviembre.
    Una semana antes me habían pedido viajar a el noroeste de las tierras Celestes, ¿el motivo? Un enano de la tribu más antigua que a habitado esos bosques se encontraba enfermo, habían llegado a escuchar de mi por otras misiones exitosas que había tenido cerca de allí por lo cual me contactaron.

    Viaje sin problema alguno hasta ellos, todos me recibieron con cordialidad, lo cual agradezco infinitamente, sin embargo al ver al afectado, me percato de que la enfermedad ya estaba muy avanzada, yo no podía hacer más... no podía derrotar a la muerte... el ciclo natural de la vida debía seguir con su curso. Con pociones naturales ayude a mitigar el dolor de su cuerpo, a él le gustaba mucho contarme sus tantas aventuras y el como salía librado de todas esas situaciones tan chuscas y precipitadas, yo amaba escucharlo y ver en su rostro la felicidad y orgullo que sentía por contarmelas.

    Finalmente su muerte llego, todo el pueblo se reunió para dar tributo al enano que con valor defendió muchas veces a los suyos, ofrecieron todo tipo de riquezas en su honor, para finalmente sepultarlo en lo más alto del bosque y junto con el un árbol que crecería fuerte como lo fue él en vida.

    Me hubiera gustado ayudar de otra manera, el saber que mi magia no podía hacer más me afecto de sobremanera, después entendí que no fue mi culpa y que al final le pude brindar calidez y alegría en sus últimos días. Nos veremos pronto Nori... querido amigo.
    "Mis memorias." 23 de noviembre. Una semana antes me habían pedido viajar a el noroeste de las tierras Celestes, ¿el motivo? Un enano de la tribu más antigua que a habitado esos bosques se encontraba enfermo, habían llegado a escuchar de mi por otras misiones exitosas que había tenido cerca de allí por lo cual me contactaron. Viaje sin problema alguno hasta ellos, todos me recibieron con cordialidad, lo cual agradezco infinitamente, sin embargo al ver al afectado, me percato de que la enfermedad ya estaba muy avanzada, yo no podía hacer más... no podía derrotar a la muerte... el ciclo natural de la vida debía seguir con su curso. Con pociones naturales ayude a mitigar el dolor de su cuerpo, a él le gustaba mucho contarme sus tantas aventuras y el como salía librado de todas esas situaciones tan chuscas y precipitadas, yo amaba escucharlo y ver en su rostro la felicidad y orgullo que sentía por contarmelas. Finalmente su muerte llego, todo el pueblo se reunió para dar tributo al enano que con valor defendió muchas veces a los suyos, ofrecieron todo tipo de riquezas en su honor, para finalmente sepultarlo en lo más alto del bosque y junto con el un árbol que crecería fuerte como lo fue él en vida. Me hubiera gustado ayudar de otra manera, el saber que mi magia no podía hacer más me afecto de sobremanera, después entendí que no fue mi culpa y que al final le pude brindar calidez y alegría en sus últimos días. Nos veremos pronto Nori... querido amigo.
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  • Entonces él dijo ser su padre, y Side, quien no guardaba recuerdos de su familia, sintió la punzada de la tentación, sintió la fascinación de jugar aquel juego.

    La idea de pretender ser una buena hija.
    ¿Cómo era eso?
    ¿Cómo se sentía?

    Él tomó su mano con una calidez que no le pertenecía. No para ella.

    Su tacto era firme, convincente, lleno de una autoridad que Side no reconocía, pero tampoco rechazaba.

    No apartó la mano.
    No mostró resistencia.

    Él la condujo por los largos pasillos de la inmensa mansión, caminos retorcidos, enmarañados, antinaturales. Todo en ese lugar era elegante, meticulosamente ordenado, pero afín a su naturaleza.

    La llevó hasta la biblioteca. Decenas de estanterías se alzaban hasta el techo, repletas de libros con títulos dorados y lomos rígidos, perfectamente alineados. Un mundo de historias encerradas en palabras. Historias de otros. Historias que no eran la suya.

    Él acercó una silla, la empujó con suavidad hasta que el respaldo tocó la parte trasera de sus rodillas y la obligó a sentarse.

    — Lee —ordenó, sin mirarla, sin esperar respuesta. Y sin más, salió de la habitación, cerrando la puerta con un chasquido, la llave girando en la cerradura.

    Side no se movió de inmediato.
    El silencio era denso.

    Escuchó su propia respiración, tranquila, ajena a la solemnidad del momento.

    Extendió una mano hacia el libro más cercano y pasó los dedos por el lomo cubierto de polvo.

    “El deber filial y la moral familiar”.

    Ladeó la cabeza.

    ¿Era una burla?
    ¿Una lección?
    Una prueba, quizás.

    La idea de jugar a ser una buena hija la había seducido por un instante. Pero Side no era buena. No quedaba nada bueno en ella.

    Sonrió.
    Una sonrisa torcida, hueca.

    Tomó el libro, lo abrió sin mirarlo realmente y tomó la página por el extremo.

    Tiró y la página se desprendió.
    La tinta y el papel eran cosas frágiles.
    Como las mentiras.


    Entonces él dijo ser su padre, y Side, quien no guardaba recuerdos de su familia, sintió la punzada de la tentación, sintió la fascinación de jugar aquel juego. La idea de pretender ser una buena hija. ¿Cómo era eso? ¿Cómo se sentía? Él tomó su mano con una calidez que no le pertenecía. No para ella. Su tacto era firme, convincente, lleno de una autoridad que Side no reconocía, pero tampoco rechazaba. No apartó la mano. No mostró resistencia. Él la condujo por los largos pasillos de la inmensa mansión, caminos retorcidos, enmarañados, antinaturales. Todo en ese lugar era elegante, meticulosamente ordenado, pero afín a su naturaleza. La llevó hasta la biblioteca. Decenas de estanterías se alzaban hasta el techo, repletas de libros con títulos dorados y lomos rígidos, perfectamente alineados. Un mundo de historias encerradas en palabras. Historias de otros. Historias que no eran la suya. Él acercó una silla, la empujó con suavidad hasta que el respaldo tocó la parte trasera de sus rodillas y la obligó a sentarse. — Lee —ordenó, sin mirarla, sin esperar respuesta. Y sin más, salió de la habitación, cerrando la puerta con un chasquido, la llave girando en la cerradura. Side no se movió de inmediato. El silencio era denso. Escuchó su propia respiración, tranquila, ajena a la solemnidad del momento. Extendió una mano hacia el libro más cercano y pasó los dedos por el lomo cubierto de polvo. “El deber filial y la moral familiar”. Ladeó la cabeza. ¿Era una burla? ¿Una lección? Una prueba, quizás. La idea de jugar a ser una buena hija la había seducido por un instante. Pero Side no era buena. No quedaba nada bueno en ella. Sonrió. Una sonrisa torcida, hueca. Tomó el libro, lo abrió sin mirarlo realmente y tomó la página por el extremo. Tiró y la página se desprendió. La tinta y el papel eran cosas frágiles. Como las mentiras.
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    // Amigos, tengo una crisis. Este bebé me gusta, es lindo y así, pero lo siento muy simple, muy...humano xD, estoy acostumbrado a llevar personajes mayoritariamente sobrenaturales, vampiros, demonios...jamás he tenido un PJ simplemente humano...y si lo he tenido han sido humanos de moral cuestionable: Narcotraficantes, asesinos y esas cosas, so...ahora mismo, quiero darle un tinte así a este niño, pero no sé, ¿les gustaría?//
    // Amigos, tengo una crisis. Este bebé me gusta, es lindo y así, pero lo siento muy simple, muy...humano xD, estoy acostumbrado a llevar personajes mayoritariamente sobrenaturales, vampiros, demonios...jamás he tenido un PJ simplemente humano...y si lo he tenido han sido humanos de moral cuestionable: Narcotraficantes, asesinos y esas cosas, so...ahora mismo, quiero darle un tinte así a este niño, pero no sé, ¿les gustaría?//
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  • Tener que ayudar a mi hermano en dar caza a otros cazadores es divertido, quién nos diría que íbamos a ayudar a seres sobrenaturales.
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ Flashback ]

    𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘮𝘦𝘳,
    𝘴𝘪 𝘤𝘢𝘦𝘮𝘰𝘴
    𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘪𝘦♫" —(𝘍𝘢𝘭𝘭𝘦𝘯, 𝘡𝘰𝘯𝘢 𝘡𝘦𝘳𝘰)

    Por un momento Bobby volvió a ser alguien que ya no existía y sobre todo con el que no se identificaba.

    Las luces del reflector y los flashes cegándolo le dieron la razón. Entre poses naturales y otras entrenadas, recordó que ese lado 'pop' de la música y la fama nunca había sido para él.

    Sí, amaba estar en el estudio, el escenario y los fans pero ¿la revistas? ¿La moda? ¿La 𝘩𝘢𝘶𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘶𝘵𝘶𝘳𝘦? Lo hacían sentir como pez fuera del agua.

    Pero Bobby no era hipócrita. El estar en una sesión fotográfica era como volver al pasado y bien suelen decir que todo tiempo pasado fue mejor y mal que bien, a Bobby le gustó sentirse de vuelta a esa época dorada y no se arrepintió de haber hecho el favor a último momento.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[ Flashback ] 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦𝘮𝘦𝘳, 𝘴𝘪 𝘤𝘢𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘪𝘦♫" —(𝘍𝘢𝘭𝘭𝘦𝘯, 𝘡𝘰𝘯𝘢 𝘡𝘦𝘳𝘰) Por un momento Bobby volvió a ser alguien que ya no existía y sobre todo con el que no se identificaba. Las luces del reflector y los flashes cegándolo le dieron la razón. Entre poses naturales y otras entrenadas, recordó que ese lado 'pop' de la música y la fama nunca había sido para él. Sí, amaba estar en el estudio, el escenario y los fans pero ¿la revistas? ¿La moda? ¿La 𝘩𝘢𝘶𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘶𝘵𝘶𝘳𝘦? Lo hacían sentir como pez fuera del agua. Pero Bobby no era hipócrita. El estar en una sesión fotográfica era como volver al pasado y bien suelen decir que todo tiempo pasado fue mejor y mal que bien, a Bobby le gustó sentirse de vuelta a esa época dorada y no se arrepintió de haber hecho el favor a último momento.
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  • Los espías.
    Fandom Libre
    Categoría Acción
    La noche había caído sobre los bosques de Canadá, envolviendo la vasta extensión del territorio de Blood Moon en una penumbra salpicada por el resplandor de la luna llena. La nieve crujía bajo las botas de los transeúntes y el viento helado transportaba consigo el aroma de la madera quemándose en las chimeneas de las cabañas cercanas.

    En lo alto de un risco, con la vista dominando el extenso territorio, se encontraba él.

    Anthork en su forma humana.

    El Alpha de Blood Moon observaba desde su posición privilegiada, con los ojos plateados reflejando la luz de la luna como si fueran dos fragmentos de hielo pulido. Vestía con su habitual chaqueta de cuero oscura, abierta sobre una camiseta negra, y unos vaqueros desgastados. Su respiración era tranquila, controlada, pero la tensión en sus músculos indicaba que estaba atento, siempre listo.

    El equilibrio en su territorio se había visto amenazado en las últimas semanas. Cazadores furtivos, traficantes de sangre y órganos sobrenaturales… Basura que se creía con derecho a pisar sus dominios. No eran humanos corrientes, sino un grupo bien organizado, con armas diseñadas para cazar seres como él. Había recibido quejas, testimonios de desapariciones, rastros de enfrentamientos. Aún no los había atrapado, pero sabía que estaban cerca.

    Respiró hondo, dejando que el aire invernal llenara sus pulmones. El bosque murmuraba a su alrededor, y su instinto le decía que no estaba solo.

    Alguien se acercaba, Anthork no se movió, no tenía por qué. Su territorio, sus reglas.

    —Si piensas esconderte en mis dominios, más vale que sepas en qué territorio estás pisando —su voz grave y dominante rompió el silencio, resonando en la inmensidad de la noche.

    Si era un enemigo, no dudaría en acabar con él.
    Si era un aliado, más le valía tener buenas razones para estar allí.
    La noche había caído sobre los bosques de Canadá, envolviendo la vasta extensión del territorio de Blood Moon en una penumbra salpicada por el resplandor de la luna llena. La nieve crujía bajo las botas de los transeúntes y el viento helado transportaba consigo el aroma de la madera quemándose en las chimeneas de las cabañas cercanas. En lo alto de un risco, con la vista dominando el extenso territorio, se encontraba él. Anthork en su forma humana. El Alpha de Blood Moon observaba desde su posición privilegiada, con los ojos plateados reflejando la luz de la luna como si fueran dos fragmentos de hielo pulido. Vestía con su habitual chaqueta de cuero oscura, abierta sobre una camiseta negra, y unos vaqueros desgastados. Su respiración era tranquila, controlada, pero la tensión en sus músculos indicaba que estaba atento, siempre listo. El equilibrio en su territorio se había visto amenazado en las últimas semanas. Cazadores furtivos, traficantes de sangre y órganos sobrenaturales… Basura que se creía con derecho a pisar sus dominios. No eran humanos corrientes, sino un grupo bien organizado, con armas diseñadas para cazar seres como él. Había recibido quejas, testimonios de desapariciones, rastros de enfrentamientos. Aún no los había atrapado, pero sabía que estaban cerca. Respiró hondo, dejando que el aire invernal llenara sus pulmones. El bosque murmuraba a su alrededor, y su instinto le decía que no estaba solo. Alguien se acercaba, Anthork no se movió, no tenía por qué. Su territorio, sus reglas. —Si piensas esconderte en mis dominios, más vale que sepas en qué territorio estás pisando —su voz grave y dominante rompió el silencio, resonando en la inmensidad de la noche. Si era un enemigo, no dudaría en acabar con él. Si era un aliado, más le valía tener buenas razones para estar allí.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    10
    Estado
    Disponible
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  • "𝒥𝓾𝓃𝓽ℴ𝓼 𝓼ℴ𝓶ℴ𝓼 𝓶𝒶𝓼 𝓯𝓊𝓮𝓇𝓽ℯ𝓼...
    Fandom Supernatural / The vampires diaries
    Categoría Acción
    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈
    ㅤㅤㅤ... ¿𝓷𝓸 𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓼?"
    ㅤㅤㅤ𝘀𝙩𝑎𝑟𝘵𝑒𝑟 𝘱𝘢𝙧𝑎 → Hope Mikaelson


    — Al parecer ella le dijo que le quería, en ese congelador, y él…

    — Él da bastante pena ahora mismo…

    — ¿Sabéis que parecéis dos marujas? ¿Y qué puedo oíros perfectamente?

    Dean termina por dejar la hamburguesa sobre el plato, únicamente para coger el botellín de cerveza que acompañaba a su cena.
    Sentía las miradas de Sam y Castiel clavadas en su espalda, pero ellos no veían el gesto de hartazgo que les estaba dedicando.
    Aquello era lo malo de vivir todos juntos como una gran familia feliz. Que la intimidad, tanto en los momentos buenos, como en los malos, brillaba por su ausencia.

    — Estas hecho un asco Dean. Ninguno de los dos sois felices así.

    Sam termina por sentarse a su derecha, dirigiéndole a él directamente por fin, aquel comentario.

    — ¿Alguna vez hemos tenido alguna relación que no haya terminado en desastre, Sammy? No me importa una mierda lo demás mientras ella este a salvo.

    Castiel repite el movimiento de Sam, pero a su izquierda.

    — La verdad, he visto muchas decisiones que tomáis los humanos y no entiendo, pero esta… esta me parece particularmente estúpida.

    Sam estaba diciéndole algo a raíz del comentario de Castiel, pero lo cierto es que Dean había desconectado de absolutamente todo. No quería explicarse con su familia, ni escuchar todas las razones desglosadas por puntos de como la había cagado.
    Por esas mismas razones, el mayor de los hermanos se levanta de golpe, provocando que la silla haga un ruido bastante desagradable ante su poca delicadeza.

    — No os aguanto.

    Y así, sin más coge su plato y su cerveza y desaparece de la biblioteca. Sin mirar atrás, con el único objetivo de llegar a su “cueva” sin cruzarse con Hope por el camino.


    >> De aquella conversación habían pasado dos meses.
    Dos meses en los que Sam aún había intentado hablar con él sobre aquel tema, con el mismo resultado que aquella primera vez.
    Dos meses en los que habían seguido resolviendo casos.
    Dos meses en los que la vida del bunker había seguido su curso, a pesar de que el ambiente se incomodara de golpe cada vez que uno de los dos entraba en una estancia en la que el otro ya estaba.
    Dos meses en los que Dean había observado a Hope en silencio, cuando sabía que ella no le miraba, revolcándose ligeramente en su miseria autoimpuesta, reconociendo los sentimientos que a pesar de no querer aceptarlos, la tribrida le provocaba.

    Pero también habían sido dos meses realmente tranquilos en lo que a Miguel y la seguridad de Hope se trataba. Hecho que tan solo ayudaba a Dean a reafirmarse en su postura en los momentos de mayor debilidad. En aquellas noches en la que las pesadillas le superaban y buscaba la figura dulce y cálida de la Mikaelson al otro lado de la cama.
    Su mirada cómplice al otro lado de la habitación.
    Su sonrisa.
    Sus curvas delicadas, y su piel increíblemente suave bajo sus manos toscas y ásperas.

    Pero si algo se le había dado bien durante toda su vida a Dean, además de matar seres sobrenaturales, había sido ocultar sus sentimientos. Hundirlos bajo capas y capas de negación ignorar el miedo, la frustración y el dolor en favor de las personas que quería.
    Lo había hecho con Sam, y ahora lo hacía con Hope.

    Si, podia tratar de engañar al resto, de mantener su fachada, pero lo cierto era que su mente no le dejaba un solo minuto de paz, ni si quiera mientras sus ojos recorrían un portal de noticias abierto en el portátil, en busca de algo de interés.
    Hasta el punto de que por poco se pierde un titular que no hubiera llamado la atención de nadie, al menos de nadie que no supiera buscar lo sobrenatural en lo corriente.

    “𝑰𝒏𝒒𝒖𝒊𝒆𝒕𝒖𝒅 𝒆𝒏 𝑴𝒐𝒓𝒓𝒊𝒍𝒍: 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆 𝒚 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆”

    𝐿𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑒𝑧 𝑓𝑢𝑒 𝑢𝑛 𝑟𝑖𝑛𝑐𝑜́𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑞𝑢𝑖𝑙𝑜 𝑑𝑒 𝑊𝑦𝑜𝑚𝑖𝑛𝑔 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑜𝑙𝑎 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑜𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎. 𝐸𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠, 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑡𝑜𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑎𝑢𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑟𝑎́𝑠𝑡𝑖𝑐𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙, 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑙𝑎𝑟𝑚𝑎 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑠𝑢𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠. 𝑅𝑜𝑏𝑜𝑠, 𝑣𝑎𝑛𝑑𝑎𝑙𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑦 𝑎𝑔𝑟𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑑𝑜 𝑙𝑎 𝑟𝑢𝑡𝑖𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛.
    𝐿𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑚𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑠𝑖𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑠𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑜𝑙, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑢𝑡𝑜𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑎𝑙𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎. 𝑆𝑖𝑛 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑐𝑙𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑛𝑖 𝑠𝑜𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑡𝑎𝑠, 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎 𝑖𝑛𝑞𝑢𝑖𝑒𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒: ¿𝑝𝑜𝑑𝑟𝑎́ 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑝𝑎𝑧 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑑𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒?

    Por supuesto aquella noticia, podría no ser absolutamente nada, pero había signos claros y alarmantes que cualquier cazador sabría ver a kilómetros, y justamente por eso, y en parte por su necesidad de alejarse del bunker, al menos por un par de días, Dean no tarda en lanzar su eterna bolsa de viaje al maletero del Impala, después de dejar una nota pegada en la nevera.
    Por delante tenía seis horas de viaje. Seis horas en las que tan solo estaría él, Baby, la carretera y los mejores éxitos del rock más clásico.
    Era prácticamente catártico. Y si después de aquel viaje podia patear el culo a algo… la guinda del pastel.

    Por primera vez en mucho tiempo disfruta del viaje, no apura la velocidad permitida, no recorta horas al reloj, tan solo conduce, y al llegar a Morrill, aparca el Impala y en un primer momento se dedica a caminar por el pueblo, simplemente se deja llevar, si la noticia era verídica, no le costaría mucho encontrar problemas.



    ᶠᵒᵗᵒ ᶜʳᵉᵃᵈᵃ ᵖᵒʳ: Hope Mikaelson
    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈 ㅤㅤㅤ... ¿𝓷𝓸 𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓼?" ㅤㅤㅤ𝘀𝙩𝑎𝑟𝘵𝑒𝑟 𝘱𝘢𝙧𝑎 → [thetribrid] — Al parecer ella le dijo que le quería, en ese congelador, y él… — Él da bastante pena ahora mismo… — ¿Sabéis que parecéis dos marujas? ¿Y qué puedo oíros perfectamente? Dean termina por dejar la hamburguesa sobre el plato, únicamente para coger el botellín de cerveza que acompañaba a su cena. Sentía las miradas de Sam y Castiel clavadas en su espalda, pero ellos no veían el gesto de hartazgo que les estaba dedicando. Aquello era lo malo de vivir todos juntos como una gran familia feliz. Que la intimidad, tanto en los momentos buenos, como en los malos, brillaba por su ausencia. — Estas hecho un asco Dean. Ninguno de los dos sois felices así. Sam termina por sentarse a su derecha, dirigiéndole a él directamente por fin, aquel comentario. — ¿Alguna vez hemos tenido alguna relación que no haya terminado en desastre, Sammy? No me importa una mierda lo demás mientras ella este a salvo. Castiel repite el movimiento de Sam, pero a su izquierda. — La verdad, he visto muchas decisiones que tomáis los humanos y no entiendo, pero esta… esta me parece particularmente estúpida. Sam estaba diciéndole algo a raíz del comentario de Castiel, pero lo cierto es que Dean había desconectado de absolutamente todo. No quería explicarse con su familia, ni escuchar todas las razones desglosadas por puntos de como la había cagado. Por esas mismas razones, el mayor de los hermanos se levanta de golpe, provocando que la silla haga un ruido bastante desagradable ante su poca delicadeza. — No os aguanto. Y así, sin más coge su plato y su cerveza y desaparece de la biblioteca. Sin mirar atrás, con el único objetivo de llegar a su “cueva” sin cruzarse con Hope por el camino. >> De aquella conversación habían pasado dos meses. Dos meses en los que Sam aún había intentado hablar con él sobre aquel tema, con el mismo resultado que aquella primera vez. Dos meses en los que habían seguido resolviendo casos. Dos meses en los que la vida del bunker había seguido su curso, a pesar de que el ambiente se incomodara de golpe cada vez que uno de los dos entraba en una estancia en la que el otro ya estaba. Dos meses en los que Dean había observado a Hope en silencio, cuando sabía que ella no le miraba, revolcándose ligeramente en su miseria autoimpuesta, reconociendo los sentimientos que a pesar de no querer aceptarlos, la tribrida le provocaba. Pero también habían sido dos meses realmente tranquilos en lo que a Miguel y la seguridad de Hope se trataba. Hecho que tan solo ayudaba a Dean a reafirmarse en su postura en los momentos de mayor debilidad. En aquellas noches en la que las pesadillas le superaban y buscaba la figura dulce y cálida de la Mikaelson al otro lado de la cama. Su mirada cómplice al otro lado de la habitación. Su sonrisa. Sus curvas delicadas, y su piel increíblemente suave bajo sus manos toscas y ásperas. Pero si algo se le había dado bien durante toda su vida a Dean, además de matar seres sobrenaturales, había sido ocultar sus sentimientos. Hundirlos bajo capas y capas de negación ignorar el miedo, la frustración y el dolor en favor de las personas que quería. Lo había hecho con Sam, y ahora lo hacía con Hope. Si, podia tratar de engañar al resto, de mantener su fachada, pero lo cierto era que su mente no le dejaba un solo minuto de paz, ni si quiera mientras sus ojos recorrían un portal de noticias abierto en el portátil, en busca de algo de interés. Hasta el punto de que por poco se pierde un titular que no hubiera llamado la atención de nadie, al menos de nadie que no supiera buscar lo sobrenatural en lo corriente. “𝑰𝒏𝒒𝒖𝒊𝒆𝒕𝒖𝒅 𝒆𝒏 𝑴𝒐𝒓𝒓𝒊𝒍𝒍: 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆 𝒚 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆” 𝐿𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑒𝑧 𝑓𝑢𝑒 𝑢𝑛 𝑟𝑖𝑛𝑐𝑜́𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑞𝑢𝑖𝑙𝑜 𝑑𝑒 𝑊𝑦𝑜𝑚𝑖𝑛𝑔 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑜𝑙𝑎 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑜𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎. 𝐸𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠, 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑡𝑜𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑎𝑢𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑟𝑎́𝑠𝑡𝑖𝑐𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙, 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑙𝑎𝑟𝑚𝑎 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑠𝑢𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠. 𝑅𝑜𝑏𝑜𝑠, 𝑣𝑎𝑛𝑑𝑎𝑙𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑦 𝑎𝑔𝑟𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑑𝑜 𝑙𝑎 𝑟𝑢𝑡𝑖𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛. 𝐿𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑚𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑠𝑖𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑠𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑜𝑙, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑢𝑡𝑜𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑎𝑙𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎. 𝑆𝑖𝑛 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑐𝑙𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑛𝑖 𝑠𝑜𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑡𝑎𝑠, 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎 𝑖𝑛𝑞𝑢𝑖𝑒𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒: ¿𝑝𝑜𝑑𝑟𝑎́ 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑝𝑎𝑧 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑑𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒? Por supuesto aquella noticia, podría no ser absolutamente nada, pero había signos claros y alarmantes que cualquier cazador sabría ver a kilómetros, y justamente por eso, y en parte por su necesidad de alejarse del bunker, al menos por un par de días, Dean no tarda en lanzar su eterna bolsa de viaje al maletero del Impala, después de dejar una nota pegada en la nevera. Por delante tenía seis horas de viaje. Seis horas en las que tan solo estaría él, Baby, la carretera y los mejores éxitos del rock más clásico. Era prácticamente catártico. Y si después de aquel viaje podia patear el culo a algo… la guinda del pastel. Por primera vez en mucho tiempo disfruta del viaje, no apura la velocidad permitida, no recorta horas al reloj, tan solo conduce, y al llegar a Morrill, aparca el Impala y en un primer momento se dedica a caminar por el pueblo, simplemente se deja llevar, si la noticia era verídica, no le costaría mucho encontrar problemas. ᶠᵒᵗᵒ ᶜʳᵉᵃᵈᵃ ᵖᵒʳ: [thetribrid]
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  • ᴇʟíᴀꜱ
    ──────
    En Knaresborough cada nueva generación de neófitos "Llamas de sangre" eran censados y asignados a una unidad de nodrizas quienes los criarían y educarían desde el momento que terminaran de lactar, asignándole nombres aleatorios con el fin de no poder ser identificados por sus padres a medida que crezcan, el vínculo paternal era roto al momento que la madre dejaba de amamantar, luego de eso, sería un adiós para siempre.

    Así pasaba con cada infante de esta tribu que cada año crecía en número volviéndose más y más poderosa.

    Los padres asumían el arrebatamiento de sus hijos como algo natural parte del ciclo de vida. Los nuevos habitantes del pueblo serían inducidos a un duro entrenamiento y adoctrinamiento militar apenas tuvieran consciencia del porqué y con qué fin habían sido concebidos.

    Este no era el caso de Elías, hijo de Hamza, un Llama de Sangre y Astrid, arquera Nórdica quien se había asentado en la tribu sin saber lo que significaría ser madre en un lugar como ese. La única forma de que una extranjera sea aceptada y recibida en Knaresborough era procrear y pasar por el rito de brazas calientes en cuencos con agua de mar durante la luna sangrienta para que así, por este pacto, el niño naciera con poderes de fuego... un soldado más para la ambiciosa colección del gobernante en ese entonces.

    Las madres quedaban con quemaduras de segundo grado en gran parte de sus cuerpos, era el costo de procrear bebés con poderes sobrenaturales

    Astrid, como las demás sufrió el mismo destino, tardó un largo tiempo en sanar las cicatrices que las brazas habían hecho en su piel. Ella, después de todo este sacrificio no daría su único hijo así como así, lo amaba sin conocerlo aún, no lo dejaría ir. Tenía que encontrar la manera de no perderlo.

    Pasó el tiempo y Elías era un hermoso y feliz bebé pelirrojo de pocos meses, cuando con mucho pesar Astrid le pidió a su esposo Hamza que lo marcara en su espalda, una huella al rojo vivo que no se borarría, la señal que aún estando lejos les indicaría quien era su hijo. Y así fue, el niño creció ganándose el respeto y cariño de las personas que estaban a su cargo. Mientras sus padres biológicos jamás dejaron de verlo y compartir con él a escondidas entregando todos sus conocimientos y amor a su preciado hijo.
    Como pocos pudo conocer a sus padres y mantener una relación de familia en lo secreto de las vigilias, en la soledad y con ellos podía llamarse con su legítimo nombre: Elías, pero para todos los demás era conocido como Gaspar el joven promesa.

    En una de tantas veladas con sus padres recibió una noticia que traía consigo una gran responsabilidad: Su madre Astrid esperaba una niña; su nombre sería Elizabeth y por ella también haría el rito de la luna roja aunque eso significara pasar por el doloroso proceso de sanación.

    Pasó el tiempo y Elizabeth pequeña todavía ya era parte de un grupo que en el futuro tenían todas las fichas puestas para ser el escuadrón combativo más letal de los últimos tiempos.

    A diferencia de su hermano, Liz no fue marcada ya que sus padres fueron asesinados por alta traición (a penas ella nació) al descubrir que mantenían contacto con su hijo, más nunca descubrieron de quien se trataba.
    Elías hizo unos arreglos con una de las nodrisas que afortunadamente lo tenían en gran estima para registrar con el nombre real a la pequeña pelirroja, nunca se presentó ante ella como su familiar, la observaba y cuidaba a distancia siempre que podía.

    El año del Búho llegó y con este el terrible genocidio de toda la tribu, muchos murieron y a él lo tomaron prisionero, entre cinco fue engrillado y arrastrado hasta un barco para hacerlo esclavo en el viejo continente. Su mundo se había destrozado por completo el corazón le dolía causando en cada palpitar agudas punzadas, pero entonces la vio... su pequeña hermanita se escabullía para ser libre. Elizabeth lo logró, eso quería creer, era una chispa de esperanza. Lograría escapar y la encontraría donde sea que estuviera sólo tenía que esperar el tiempo adecuado.

    A͟͞c͟͞t͟͞u͟͞a͟͞l͟͞i͟͞d͟͞a͟͞d͟͞ ͟͞

    Seis años pasaron para lograr su ansiada independencia después de un largo y tortuoso tiempo como esclavo al fin pudo emprender su búsqueda. Recordaba a Elizabeth como una niña, sería difícil dar con ella dependiendo sólo de sus memorias.
    Por suerte para él, después de un par de años de intensa investigación arribó a uno de los poblados donde Liz había adquirido cierta popularidad como la Reina Escarlata: una guerrera de ojos carmesí y la furia de su llama que consumía todo a su paso. Elías no dudó, era ella.

    Siguió migaja por migaja que obtenía de información recorriendo cada lugar que Liz había pisado hasta que despues de miles de kilómetros recorridos de travesía llegó a Kyoto.

    ── Te encontraré Elizabeth, aunque sea lo último que haga
    ᴇʟíᴀꜱ ────── En Knaresborough cada nueva generación de neófitos "Llamas de sangre" eran censados y asignados a una unidad de nodrizas quienes los criarían y educarían desde el momento que terminaran de lactar, asignándole nombres aleatorios con el fin de no poder ser identificados por sus padres a medida que crezcan, el vínculo paternal era roto al momento que la madre dejaba de amamantar, luego de eso, sería un adiós para siempre. Así pasaba con cada infante de esta tribu que cada año crecía en número volviéndose más y más poderosa. Los padres asumían el arrebatamiento de sus hijos como algo natural parte del ciclo de vida. Los nuevos habitantes del pueblo serían inducidos a un duro entrenamiento y adoctrinamiento militar apenas tuvieran consciencia del porqué y con qué fin habían sido concebidos. Este no era el caso de Elías, hijo de Hamza, un Llama de Sangre y Astrid, arquera Nórdica quien se había asentado en la tribu sin saber lo que significaría ser madre en un lugar como ese. La única forma de que una extranjera sea aceptada y recibida en Knaresborough era procrear y pasar por el rito de brazas calientes en cuencos con agua de mar durante la luna sangrienta para que así, por este pacto, el niño naciera con poderes de fuego... un soldado más para la ambiciosa colección del gobernante en ese entonces. Las madres quedaban con quemaduras de segundo grado en gran parte de sus cuerpos, era el costo de procrear bebés con poderes sobrenaturales Astrid, como las demás sufrió el mismo destino, tardó un largo tiempo en sanar las cicatrices que las brazas habían hecho en su piel. Ella, después de todo este sacrificio no daría su único hijo así como así, lo amaba sin conocerlo aún, no lo dejaría ir. Tenía que encontrar la manera de no perderlo. Pasó el tiempo y Elías era un hermoso y feliz bebé pelirrojo de pocos meses, cuando con mucho pesar Astrid le pidió a su esposo Hamza que lo marcara en su espalda, una huella al rojo vivo que no se borarría, la señal que aún estando lejos les indicaría quien era su hijo. Y así fue, el niño creció ganándose el respeto y cariño de las personas que estaban a su cargo. Mientras sus padres biológicos jamás dejaron de verlo y compartir con él a escondidas entregando todos sus conocimientos y amor a su preciado hijo. Como pocos pudo conocer a sus padres y mantener una relación de familia en lo secreto de las vigilias, en la soledad y con ellos podía llamarse con su legítimo nombre: Elías, pero para todos los demás era conocido como Gaspar el joven promesa. En una de tantas veladas con sus padres recibió una noticia que traía consigo una gran responsabilidad: Su madre Astrid esperaba una niña; su nombre sería Elizabeth y por ella también haría el rito de la luna roja aunque eso significara pasar por el doloroso proceso de sanación. Pasó el tiempo y Elizabeth pequeña todavía ya era parte de un grupo que en el futuro tenían todas las fichas puestas para ser el escuadrón combativo más letal de los últimos tiempos. A diferencia de su hermano, Liz no fue marcada ya que sus padres fueron asesinados por alta traición (a penas ella nació) al descubrir que mantenían contacto con su hijo, más nunca descubrieron de quien se trataba. Elías hizo unos arreglos con una de las nodrisas que afortunadamente lo tenían en gran estima para registrar con el nombre real a la pequeña pelirroja, nunca se presentó ante ella como su familiar, la observaba y cuidaba a distancia siempre que podía. El año del Búho llegó y con este el terrible genocidio de toda la tribu, muchos murieron y a él lo tomaron prisionero, entre cinco fue engrillado y arrastrado hasta un barco para hacerlo esclavo en el viejo continente. Su mundo se había destrozado por completo el corazón le dolía causando en cada palpitar agudas punzadas, pero entonces la vio... su pequeña hermanita se escabullía para ser libre. Elizabeth lo logró, eso quería creer, era una chispa de esperanza. Lograría escapar y la encontraría donde sea que estuviera sólo tenía que esperar el tiempo adecuado. A͟͞c͟͞t͟͞u͟͞a͟͞l͟͞i͟͞d͟͞a͟͞d͟͞ ͟͞ Seis años pasaron para lograr su ansiada independencia después de un largo y tortuoso tiempo como esclavo al fin pudo emprender su búsqueda. Recordaba a Elizabeth como una niña, sería difícil dar con ella dependiendo sólo de sus memorias. Por suerte para él, después de un par de años de intensa investigación arribó a uno de los poblados donde Liz había adquirido cierta popularidad como la Reina Escarlata: una guerrera de ojos carmesí y la furia de su llama que consumía todo a su paso. Elías no dudó, era ella. Siguió migaja por migaja que obtenía de información recorriendo cada lugar que Liz había pisado hasta que despues de miles de kilómetros recorridos de travesía llegó a Kyoto. ── Te encontraré Elizabeth, aunque sea lo último que haga
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