• Dean nunca había sido un hombre detallista. Al menos eso había pensado sobre si mismo durante demasiado tiempo. Pero tambien había llegado casi a convencerse de que él no quería una vida tranquila, una vida normal, un matrimonio, una relación, una casa e hijos. Barbacoas y partidos de futbol los domingos.

    Sin embargo, su tiempo con Lisa había demostrado que no se le daba nada mal ser un padre de mi familia, llevar una vida como el resto del mundo, y lo peor no era que no se le diera mal, si no que le gustaba.

    El gran problema era que él no podia olvidar todo cuanto sabia que vivía acechando en las sombras. Y aquella vida con Lisa estaba demasiado lejos de lo que su pasado le había obligado a ser.

    Pero ahora... Con Hope podia tener el punto intermedio, lo mejor de los dos mundos, si es que su mundo tenia algo de bueno.
    Lo que si sabia era que no iba a dinamitar la paz y la seguridad de Hope por estar cerca, porque Hope había nacido, crecido y vivido en el mundo de las sombras, como él.

    De modo que el mayor de los hermanos que ahora ocupaba el bunker, había sacado a relucir de nuevo aquel lado suyo que escondía tanto que incluso a él llegaba a sorprenderle, caminaba por el pasillo, cargando una bandeja, con dos cafés, un vaso opaco con leche calentada a temperatura corporal, dos zumos, dos platos con seis tortitas repartidas, dos huevos y bacon.

    Siente la mirada y la sonrisa de Sam cuando se cruzan, él dirección a las habitaciones y el mas joven a la cocina, pero ninguno de los dos dice nada.

    El cazador abre la puerta con el codo y deja la bandeja en su lado de la cama para que Hope Mikaelson la viera cuando se despertase.

    — Buenos diaaaas...
    Dean nunca había sido un hombre detallista. Al menos eso había pensado sobre si mismo durante demasiado tiempo. Pero tambien había llegado casi a convencerse de que él no quería una vida tranquila, una vida normal, un matrimonio, una relación, una casa e hijos. Barbacoas y partidos de futbol los domingos. Sin embargo, su tiempo con Lisa había demostrado que no se le daba nada mal ser un padre de mi familia, llevar una vida como el resto del mundo, y lo peor no era que no se le diera mal, si no que le gustaba. El gran problema era que él no podia olvidar todo cuanto sabia que vivía acechando en las sombras. Y aquella vida con Lisa estaba demasiado lejos de lo que su pasado le había obligado a ser. Pero ahora... Con Hope podia tener el punto intermedio, lo mejor de los dos mundos, si es que su mundo tenia algo de bueno. Lo que si sabia era que no iba a dinamitar la paz y la seguridad de Hope por estar cerca, porque Hope había nacido, crecido y vivido en el mundo de las sombras, como él. De modo que el mayor de los hermanos que ahora ocupaba el bunker, había sacado a relucir de nuevo aquel lado suyo que escondía tanto que incluso a él llegaba a sorprenderle, caminaba por el pasillo, cargando una bandeja, con dos cafés, un vaso opaco con leche calentada a temperatura corporal, dos zumos, dos platos con seis tortitas repartidas, dos huevos y bacon. Siente la mirada y la sonrisa de Sam cuando se cruzan, él dirección a las habitaciones y el mas joven a la cocina, pero ninguno de los dos dice nada. El cazador abre la puerta con el codo y deja la bandeja en su lado de la cama para que [thetribrid] la viera cuando se despertase. — Buenos diaaaas...
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  • La estación orbital Aurora estaba abarrotada como nunca. Los viajeros se agolpaban en los corredores, mirando las pantallas holográficas que anunciaban el evento del año: un concierto de Robin, la voz que había conquistado galaxias enteras. Su música era más que entretenimiento; era un puente que conectaba a seres de diferentes mundos, un idioma universal que resonaba con el corazón de todos.

    Robin estaba en su camerino, ajustándose el último detalle de su atuendo: un vestido que parecía estar hecho de nebulosas en movimiento, diseñado por un famoso artista de Andrómeda. Frente al espejo, respiró profundamente. A pesar de los años de experiencia, aún sentía ese cosquilleo antes de salir al escenario.

    “Cinco minutos, Robin,” anunció su asistente, una androide llamada Selene con voz melodiosa y ojos que brillaban como pequeñas lunas.

    “Gracias, Selene,” respondió Robin, tomando un momento para mirar por la ventana hacia el espacio infinito. Cada estrella que veía le recordaba una historia, un rostro, una emoción que había capturado en sus canciones.

    Cuando las luces del escenario se encendieron y el público rugió, Robin dio un paso adelante. Desde la primera nota, el ambiente cambió. Las galaxias parecían detenerse para escuchar. Su voz era un torbellino de emociones: la calidez de un amanecer, la tristeza de una despedida, la esperanza de un nuevo comienzo.

    Entre las canciones, Robin habló al público. “He viajado por muchos lugares, visto maravillas que nunca olvidaré, pero siempre me sorprende lo que la música puede hacer. No importa de dónde vengamos, quiénes somos o qué hemos vivido. Aquí, en este momento, somos uno.”

    El público respondió con una ovación que hizo temblar los muros de la estación. Robin continuó, tocando su balada más famosa, una canción que había inspirado a exploradores a cruzar galaxias y a soñadores a nunca rendirse.

    Cuando el concierto terminó, Robin se quedó un momento más en el escenario, mirando a los miles de rostros emocionados frente a ella. Sabía que, aunque su vida estaba llena de viajes y luces brillantes, lo que realmente importaba era la conexión que creaba con cada palabra y cada nota.

    Al salir del escenario, Selene la esperaba con una toalla y una sonrisa. “El universo sigue hablando de ti, Robin.”

    Robin sonrió, agotada pero feliz. “Es porque, en el fondo, todos necesitamos una canción que nos haga sentir menos solos.”

    Y así, la estrella que iluminaba galaxias volvió a perderse entre las luces del cosmos, dejando a su paso una melodía que nunca se apagaría.

    La estación orbital Aurora estaba abarrotada como nunca. Los viajeros se agolpaban en los corredores, mirando las pantallas holográficas que anunciaban el evento del año: un concierto de Robin, la voz que había conquistado galaxias enteras. Su música era más que entretenimiento; era un puente que conectaba a seres de diferentes mundos, un idioma universal que resonaba con el corazón de todos. Robin estaba en su camerino, ajustándose el último detalle de su atuendo: un vestido que parecía estar hecho de nebulosas en movimiento, diseñado por un famoso artista de Andrómeda. Frente al espejo, respiró profundamente. A pesar de los años de experiencia, aún sentía ese cosquilleo antes de salir al escenario. “Cinco minutos, Robin,” anunció su asistente, una androide llamada Selene con voz melodiosa y ojos que brillaban como pequeñas lunas. “Gracias, Selene,” respondió Robin, tomando un momento para mirar por la ventana hacia el espacio infinito. Cada estrella que veía le recordaba una historia, un rostro, una emoción que había capturado en sus canciones. Cuando las luces del escenario se encendieron y el público rugió, Robin dio un paso adelante. Desde la primera nota, el ambiente cambió. Las galaxias parecían detenerse para escuchar. Su voz era un torbellino de emociones: la calidez de un amanecer, la tristeza de una despedida, la esperanza de un nuevo comienzo. Entre las canciones, Robin habló al público. “He viajado por muchos lugares, visto maravillas que nunca olvidaré, pero siempre me sorprende lo que la música puede hacer. No importa de dónde vengamos, quiénes somos o qué hemos vivido. Aquí, en este momento, somos uno.” El público respondió con una ovación que hizo temblar los muros de la estación. Robin continuó, tocando su balada más famosa, una canción que había inspirado a exploradores a cruzar galaxias y a soñadores a nunca rendirse. Cuando el concierto terminó, Robin se quedó un momento más en el escenario, mirando a los miles de rostros emocionados frente a ella. Sabía que, aunque su vida estaba llena de viajes y luces brillantes, lo que realmente importaba era la conexión que creaba con cada palabra y cada nota. Al salir del escenario, Selene la esperaba con una toalla y una sonrisa. “El universo sigue hablando de ti, Robin.” Robin sonrió, agotada pero feliz. “Es porque, en el fondo, todos necesitamos una canción que nos haga sentir menos solos.” Y así, la estrella que iluminaba galaxias volvió a perderse entre las luces del cosmos, dejando a su paso una melodía que nunca se apagaría.
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  • Me preguntó que mas alla de los dientes de estos mundos
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  • Una noche como está es donde se habré los portales entre ambos mundos , donde las almas de los muertos vuelven una noche más para estar con los vivos .
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  • ﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀
    ۰۪۫𝑀𝔞𝔟𝔢𝔩 𝐺𝔩𝔢𝔢𝔣𝔲𝔩
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    ー Definitivamente no era el momento adecuado para comenzar mi exploración de universos alternos.

    [Mencionó la chica frunciendo leve el ceño apoyando su mano en su frente en un gesto de desaprobación mientras negaba con ligerez su cabeza.]

    ー ¿Qué demonios acabo de ver?

    [Pronuncia mientras la luz tenue de las velas en toda la habitación danzaba suavemente,proyectando sombras inquietantes en las paredes.Se sento frente a la mesa de madera,donde la bola de cristal reposaba, su superficie pulida reflejando fragmentos de luz como si contendría secretos inimaginables.Había sentido una conexión con ella desde el primer momento en que la vió,pero la duda le asaltaba, recordándole que nunca antes había utilizado un artefacto tan poderoso y misterioso.]

    [Con un profundo suspiro, decidío que era mejor no precipitarme en la visión de mundos lejanos.La energía que emanaba de la bola era tan intensa que sentía como si estuviera a punto de desvanecerse en un torbellino de luces.]


    ⏝꒷꒦՞ ˖࣪ 𖥨 ˖࣪ .꒷⏝꒷꒦⏝꒷꒦՞ ˖࣪ 𖥨 ˖࣪ .꒷⏝꒷꒦ ]
    ﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀ 🔮۰۪۫💎𝑀𝔞𝔟𝔢𝔩 𝐺𝔩𝔢𝔢𝔣𝔲𝔩🎩🔮 _________________________ ー Definitivamente no era el momento adecuado para comenzar mi exploración de universos alternos. [Mencionó la chica frunciendo leve el ceño apoyando su mano en su frente en un gesto de desaprobación mientras negaba con ligerez su cabeza.] ー ¿Qué demonios acabo de ver? [Pronuncia mientras la luz tenue de las velas en toda la habitación danzaba suavemente,proyectando sombras inquietantes en las paredes.Se sento frente a la mesa de madera,donde la bola de cristal reposaba, su superficie pulida reflejando fragmentos de luz como si contendría secretos inimaginables.Había sentido una conexión con ella desde el primer momento en que la vió,pero la duda le asaltaba, recordándole que nunca antes había utilizado un artefacto tan poderoso y misterioso.] [Con un profundo suspiro, decidío que era mejor no precipitarme en la visión de mundos lejanos.La energía que emanaba de la bola era tan intensa que sentía como si estuviera a punto de desvanecerse en un torbellino de luces.] ⏝꒷꒦՞ ˖࣪ 𖥨 ˖࣪ .꒷⏝꒷꒦⏝꒷꒦՞ ˖࣪ 𖥨 ˖࣪ .꒷⏝꒷꒦ ]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    -En lo profundo del bosque, entre los murmullos de los árboles antiguos y el susurro de las hojas, se alzaba un santuario místico donde los tambores resonaban en la oscuridad de la noche. Allí, rodeada de lámparas de papel rojas que titilaban con una luz tenue, Yae, la joven sacerdotisa, se preparaba para cumplir su sagrado deber como guardiana de los Yokais y espíritus.

    Vestida con un kimono blanco que ondeaba suavemente con la brisa nocturna, su cabello rosa largo como los pétalos de cerezo caídos, Yae irradiaba una belleza sobrenatural mientras danzaba con gracia y elegancia al ritmo de una antigua melodía japonesa. En sus manos, sostenía una varita adornada con campanillas que resonaban armoniosamente a su paso.

    Aquella noche, en la que el mundo mortal se entrelazaba con el reino de lo sobrenatural, Yae se convertía en la guía de los Yokais por las tierras humanas. Cada uno de estos seres místicos depositaba ofrendas en los pequeños santuarios, recordando así su presencia en el mundo de los vivos.

    Entre las sombras de los árboles milenarios, Yae avanzaba con paso ligero y seguro, guiando a los Yokais de regreso a su hogar antes de que el sol despuntara en el horizonte. Su sonrisa dulce y sus ojos brillantes reflejaban la sabiduría de la kitsune que era, la mensajera de los dioses y guardiana del equilibrio entre ambos mundos.

    Cuando el alba despertaba con sus primeros destellos dorados sobre las montañas, Yae culminaba su danza sagrada, fusionando por un instante la esencia de los humanos y los Yokais en perfecta armonía. Esa única noche del año, donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en un baile mágico, recordando a todos que la unión de ambos era esencial para el equilibrio.

    Y así, envuelta en la luz del amanecer, Yae se despedía de los Yokais con una reverencia respetuosa, prometiendo ser la guardiana de su mundo hasta que las estrellas volvieran a brillar en la próxima noche de encuentro. Con paso sereno, la sacerdotisa regresaba al santuario, dejando tras de sí el eco de los tambores y el perfume de las ofrendas, mientras los Yokais se desvanecían en las sombras, aguardando pacientemente el próximo ciclo de unión entre sus dos mundos.-
    🌸-En lo profundo del bosque, entre los murmullos de los árboles antiguos y el susurro de las hojas, se alzaba un santuario místico donde los tambores resonaban en la oscuridad de la noche. Allí, rodeada de lámparas de papel rojas que titilaban con una luz tenue, Yae, la joven sacerdotisa, se preparaba para cumplir su sagrado deber como guardiana de los Yokais y espíritus. Vestida con un kimono blanco que ondeaba suavemente con la brisa nocturna, su cabello rosa largo como los pétalos de cerezo caídos, Yae irradiaba una belleza sobrenatural mientras danzaba con gracia y elegancia al ritmo de una antigua melodía japonesa. En sus manos, sostenía una varita adornada con campanillas que resonaban armoniosamente a su paso. Aquella noche, en la que el mundo mortal se entrelazaba con el reino de lo sobrenatural, Yae se convertía en la guía de los Yokais por las tierras humanas. Cada uno de estos seres místicos depositaba ofrendas en los pequeños santuarios, recordando así su presencia en el mundo de los vivos. Entre las sombras de los árboles milenarios, Yae avanzaba con paso ligero y seguro, guiando a los Yokais de regreso a su hogar antes de que el sol despuntara en el horizonte. Su sonrisa dulce y sus ojos brillantes reflejaban la sabiduría de la kitsune que era, la mensajera de los dioses y guardiana del equilibrio entre ambos mundos. Cuando el alba despertaba con sus primeros destellos dorados sobre las montañas, Yae culminaba su danza sagrada, fusionando por un instante la esencia de los humanos y los Yokais en perfecta armonía. Esa única noche del año, donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en un baile mágico, recordando a todos que la unión de ambos era esencial para el equilibrio. Y así, envuelta en la luz del amanecer, Yae se despedía de los Yokais con una reverencia respetuosa, prometiendo ser la guardiana de su mundo hasta que las estrellas volvieran a brillar en la próxima noche de encuentro. Con paso sereno, la sacerdotisa regresaba al santuario, dejando tras de sí el eco de los tambores y el perfume de las ofrendas, mientras los Yokais se desvanecían en las sombras, aguardando pacientemente el próximo ciclo de unión entre sus dos mundos.-
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  • Jajaja maricas pendejos, ni cuenta se dieron de que los pico ... Los animales son tan estúpidos por algo el humano es la especie dominante en todos los mundos

    -jugaba con una de las jeringas con droga lanzando la por los aires y atrapando la como una baqueta de bateria-

    Veamos veamos quien va a ser el siguiente pendejo? Aun me quedan dos de estás drogas que le robe a buxiang. Quien es el pendejo digno de esta droga? Oh ya se !!! Voy a drogar a.....MIERDA

    -sacudio la mano al sentir el piquete de la jeringa enterrando se en la palma de su mano. Bajo la mirada observando con desagrado como el líquido se corrió rápidamente dentro de su cuerpo -

    Ahora sí ellos dos me van a matar.....

    -y con ellos dos no habla de alguien más que de alduin y lute. Cerro los párpados de todos modos no hay nada que pueda hacer más que disfrutar de la droga antes de que venga el castigo -
    Jajaja maricas pendejos, ni cuenta se dieron de que los pico ... Los animales son tan estúpidos por algo el humano es la especie dominante en todos los mundos -jugaba con una de las jeringas con droga lanzando la por los aires y atrapando la como una baqueta de bateria- Veamos veamos quien va a ser el siguiente pendejo? Aun me quedan dos de estás drogas que le robe a buxiang. Quien es el pendejo digno de esta droga? Oh ya se !!! Voy a drogar a.....MIERDA -sacudio la mano al sentir el piquete de la jeringa enterrando se en la palma de su mano. Bajo la mirada observando con desagrado como el líquido se corrió rápidamente dentro de su cuerpo - Ahora sí ellos dos me van a matar..... -y con ellos dos no habla de alguien más que de alduin y lute. Cerro los párpados de todos modos no hay nada que pueda hacer más que disfrutar de la droga antes de que venga el castigo -
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    [ 多利安 • S͜͡ a͍ n͍ d͜͡ m͍ a͜͡ n͜͡  •
    ─ King of dreams ㅤ⬭ 𓈒♰ㅤ


    Soy la antivida, la bestia del juicio.
    Soy la oscuridad al fin de todo.
    Fin de universos, dioses, mundos...
    de todo. ¿Qué serás tú, soñador?
    ¿Esperanza?


    ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ [ 多利安 • S͜͡ a͍ n͍ d͜͡ m͍ a͜͡ n͜͡  • ─ King of dreams ㅤ⬭ 𓈒♰ㅤ Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo. ¿Qué serás tú, soñador? ¿Esperanza?
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  • -viajar por distintos mundos tiene sus pro y sus contras... Blossom Moon..... Tu eres yo y yo soy tu.... Pero tú tienes la suerte de tu mortalidad y las penurias de tu vivir.... Ojalá yo pudiera tener tu humanidad- suspiro de forma triste observando aquella foto
    -viajar por distintos mundos tiene sus pro y sus contras... [Blossom_Moon]..... Tu eres yo y yo soy tu.... Pero tú tienes la suerte de tu mortalidad y las penurias de tu vivir.... Ojalá yo pudiera tener tu humanidad- suspiro de forma triste observando aquella foto
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  • Siempre me ha gustado dar paseos y recorrer nuevos mundos.
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