• Recibió la amonestación, uno de sus mejores amigos se casaría, no le costó creer, siempre fue el más centrado de los tres,

    — Qué mal hermano, la libertad es lo mejor que hay.- Musitó al leer la invitación; el tren en el que se transportaba había tardado en salir, las estaciones pasaban, una tras otra, el conductor del mismo avisaba cada cierto tiempo el nombre de la estación, volviendo el viaje tedioso.

    — ¿A dónde te viniste a vivir?, la chica debe de ser bastante especial para que renunciaras a la ciudad. "B", supongo que en ese pueblo habrá con quien pasar el rato en mi estancia.

    De nuevo llevó la invitación al bolsillo, "B" era de la vieja escuela, tanto como él, por eso la misma razón las invitaciones fueron físicas, no como ahora que la mayoría las mandan en forma digital.

    La señorita que ofrecía los bocadillos pasaría a su lugar, y como era de costumbre, cualquiera que tuviera buenos melones y excelentes posaderas, trataría de seducirla, tenía una faceta y un don para que todas cayeran en sus redes, simple... les decía lo que deseaban escuchar, la mujer no fue la excepción, labios pintados en el rostro de Damián, el encuentro casual de él y la trabajadora fue impecable, la sonrisa y el acomodarse la ropa interior bajo la falda lo decía todo, al seguir por el pasillo llevando el carrito y ofreciendo a los demás pasajeros.

    — Gracias, preciosa, fue un placer degustar la... cena. (?)

    Por su lado, se cerró el zíper, volcando la mirada por la ventana, aún faltaban estaciones para llegar a su destino.



    Recibió la amonestación, uno de sus mejores amigos se casaría, no le costó creer, siempre fue el más centrado de los tres, — Qué mal hermano, la libertad es lo mejor que hay.- Musitó al leer la invitación; el tren en el que se transportaba había tardado en salir, las estaciones pasaban, una tras otra, el conductor del mismo avisaba cada cierto tiempo el nombre de la estación, volviendo el viaje tedioso. — ¿A dónde te viniste a vivir?, la chica debe de ser bastante especial para que renunciaras a la ciudad. "B", supongo que en ese pueblo habrá con quien pasar el rato en mi estancia. De nuevo llevó la invitación al bolsillo, "B" era de la vieja escuela, tanto como él, por eso la misma razón las invitaciones fueron físicas, no como ahora que la mayoría las mandan en forma digital. La señorita que ofrecía los bocadillos pasaría a su lugar, y como era de costumbre, cualquiera que tuviera buenos melones y excelentes posaderas, trataría de seducirla, tenía una faceta y un don para que todas cayeran en sus redes, simple... les decía lo que deseaban escuchar, la mujer no fue la excepción, labios pintados en el rostro de Damián, el encuentro casual de él y la trabajadora fue impecable, la sonrisa y el acomodarse la ropa interior bajo la falda lo decía todo, al seguir por el pasillo llevando el carrito y ofreciendo a los demás pasajeros. — Gracias, preciosa, fue un placer degustar la... cena. (?) Por su lado, se cerró el zíper, volcando la mirada por la ventana, aún faltaban estaciones para llegar a su destino.
    Me gusta
    4
    3 turnos 0 maullidos 281 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Bueno a todos, si bien Orion no necesita dormir, yo si... espero verlos mañana, se cuidan, descansan y mis mejores deseos en sus roles.

    Por aparte: para quienes quieran rolear con Orion me dejan mensajito PV o comentario aquí, a mi regreso podríamos planear algo.
    Bueno a todos, si bien Orion no necesita dormir, yo si... espero verlos mañana, se cuidan, descansan y mis mejores deseos en sus roles. Por aparte: para quienes quieran rolear con Orion me dejan mensajito PV o comentario aquí, a mi regreso podríamos planear algo.
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 comentarios 0 compartidos 414 vistas
  • ### **La Noche de los Titanes**

    El **Gran Hotel Imperial de Tokio** resplandecía bajo la luz de cientos de candelabros de cristal. En el salón principal, techos dorados reflejaban el resplandor de las lámparas de araña, mientras alfombras de terciopelo rojo amortiguaban los pasos de los magnates y combatientes que llenaban la estancia. Era una noche de lujo, pero también de tensión.

    Los empresarios más poderosos de Japón se paseaban con sus mejores trajes, acompañados de guardaespaldas y asistentes. Algunos intercambiaban sonrisas y brindaban con copas de champán, otros se observaban con miradas afiladas, midiendo a sus futuros rivales. Esta gala no era solo una celebración, era la antesala de la guerra.

    En el centro del salón, una enorme mesa de caoba estaba decorada con centros de flores exóticas y bandejas de los platillos más exclusivos. Wagyu de la más alta calidad, mariscos traídos del otro lado del mundo, caviar servido en pequeñas cucharas de oro. El vino fluía sin cesar, mientras los meseros, vestidos impecablemente de negro, se deslizaban entre los asistentes con la precisión de una coreografía bien ensayada.

    Takeru, vestido con un traje negro a la medida, ajustó su corbata con incomodidad. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos. Se sentía fuera de lugar rodeado de multimillonarios y jefes de la yakuza, pero sabía que debía estar ahí.

    —Te ves como un maldito pingüino—murmuró Christopher, su entrenador, apoyado contra una columna con un cigarro entre los labios.

    Takeru resopló. —Y tú como si hubieras salido de un callejón.

    Christopher sonrió con sorna. A diferencia de los demás, él solo llevaba una camisa blanca abierta en el cuello y una chaqueta oscura algo arrugada.

    La conversación se interrumpió cuando un repique de copas llamó la atención de todos. En el estrado, un hombre mayor con un porte imponente alzó su copa de vino. Su cabello plateado estaba peinado con precisión y su mirada fría evaluaba a cada persona en la sala.

    —Bienvenidos—su voz resonó con autoridad—. Hoy damos inicio al **Torneo Kengan**, la batalla definitiva para decidir quién realmente controla la economía de Japón.

    Las conversaciones se apagaron.

    —Las reglas son simples—continuó—. Para ganar, el oponente debe **rendirse, quedar inconsciente o morir**. No hay límites de tiempo ni árbitros que detengan la pelea. Solo hay una restricción: **las armas están prohibidas**. Todo lo demás… es válido.

    Hubo un murmullo en la multitud. Algunos sonrieron con ambición, otros mantuvieron sus expresiones impasibles.

    —Así que disfruten esta velada—concluyó el hombre—. Bañémonos en el lujo antes de que comience el verdadero infierno.

    Con un leve movimiento de la muñeca, brindó y bebió un sorbo.

    El ambiente cambió de inmediato. Las apuestas comenzaron a hacerse entre murmullos, empresarios estrechaban manos sellando acuerdos en la sombra, y los combatientes se miraban unos a otros, evaluando a sus futuros oponentes.

    Takeru tomó una copa de vino, pero no bebió. En su interior, una sensación de adrenalina comenzaba a burbujear.

    La caza había comenzado.
    ### **La Noche de los Titanes** El **Gran Hotel Imperial de Tokio** resplandecía bajo la luz de cientos de candelabros de cristal. En el salón principal, techos dorados reflejaban el resplandor de las lámparas de araña, mientras alfombras de terciopelo rojo amortiguaban los pasos de los magnates y combatientes que llenaban la estancia. Era una noche de lujo, pero también de tensión. Los empresarios más poderosos de Japón se paseaban con sus mejores trajes, acompañados de guardaespaldas y asistentes. Algunos intercambiaban sonrisas y brindaban con copas de champán, otros se observaban con miradas afiladas, midiendo a sus futuros rivales. Esta gala no era solo una celebración, era la antesala de la guerra. En el centro del salón, una enorme mesa de caoba estaba decorada con centros de flores exóticas y bandejas de los platillos más exclusivos. Wagyu de la más alta calidad, mariscos traídos del otro lado del mundo, caviar servido en pequeñas cucharas de oro. El vino fluía sin cesar, mientras los meseros, vestidos impecablemente de negro, se deslizaban entre los asistentes con la precisión de una coreografía bien ensayada. Takeru, vestido con un traje negro a la medida, ajustó su corbata con incomodidad. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos. Se sentía fuera de lugar rodeado de multimillonarios y jefes de la yakuza, pero sabía que debía estar ahí. —Te ves como un maldito pingüino—murmuró Christopher, su entrenador, apoyado contra una columna con un cigarro entre los labios. Takeru resopló. —Y tú como si hubieras salido de un callejón. Christopher sonrió con sorna. A diferencia de los demás, él solo llevaba una camisa blanca abierta en el cuello y una chaqueta oscura algo arrugada. La conversación se interrumpió cuando un repique de copas llamó la atención de todos. En el estrado, un hombre mayor con un porte imponente alzó su copa de vino. Su cabello plateado estaba peinado con precisión y su mirada fría evaluaba a cada persona en la sala. —Bienvenidos—su voz resonó con autoridad—. Hoy damos inicio al **Torneo Kengan**, la batalla definitiva para decidir quién realmente controla la economía de Japón. Las conversaciones se apagaron. —Las reglas son simples—continuó—. Para ganar, el oponente debe **rendirse, quedar inconsciente o morir**. No hay límites de tiempo ni árbitros que detengan la pelea. Solo hay una restricción: **las armas están prohibidas**. Todo lo demás… es válido. Hubo un murmullo en la multitud. Algunos sonrieron con ambición, otros mantuvieron sus expresiones impasibles. —Así que disfruten esta velada—concluyó el hombre—. Bañémonos en el lujo antes de que comience el verdadero infierno. Con un leve movimiento de la muñeca, brindó y bebió un sorbo. El ambiente cambió de inmediato. Las apuestas comenzaron a hacerse entre murmullos, empresarios estrechaban manos sellando acuerdos en la sombra, y los combatientes se miraban unos a otros, evaluando a sus futuros oponentes. Takeru tomó una copa de vino, pero no bebió. En su interior, una sensación de adrenalina comenzaba a burbujear. La caza había comenzado.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 280 vistas
  • Dean Winchester se apoyó contra la fría encimera de la cocina del búnker, dejando escapar un suspiro satisfecho. El aroma de las tortitas recién hechas flotaba en el aire, una mezcla tentadora de masa dorada, mantequilla derretida y un toque de jarabe de arce. Había pasado un día largo, entre cacerías y viejos grimorios, y lo único que deseaba en ese momento era una buena comida y un batido bien frío.

    Abrió la nevera con un movimiento automático, como si ese rincón del búnker se hubiera convertido en un refugio tan familiar como el Impala. La luz amarillenta iluminó el interior desordenado: botellas medio vacías de condimentos, un par de batidos artesanales que Sam había comprado, y restos de pizza de alguna noche anterior. Dean frunció el ceño, escudriñando entre los estantes, empujando a un lado un tarro de pepinillos y un envase olvidado de yogur que había visto mejores días.

    —Vamos, tiene que haber algo más por aquí... —murmuró para sí mismo, mientras sus dedos tamborileaban impacientes sobre el metal helado.

    Finalmente, encontró lo que buscaba: un batido de chocolate perfectamente frío. Lo sacó con un gesto triunfal, cerrando la puerta de la nevera con la cadera. El sonido característico del líquido agitándose en el envase le arrancó una pequeña sonrisa de satisfacción.

    Se sentó a la mesa, dejando el batido a su derecha y las tortitas frente a él. Por un momento, el búnker, con sus paredes de hierro y su historia sombría, se sintió acogedor. Dean tomó el primer bocado, cerrando los ojos brevemente mientras el sabor le llenaba la boca. Era un instante de paz, raro y precioso, en medio del caos.

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Dean Winchester se apoyó contra la fría encimera de la cocina del búnker, dejando escapar un suspiro satisfecho. El aroma de las tortitas recién hechas flotaba en el aire, una mezcla tentadora de masa dorada, mantequilla derretida y un toque de jarabe de arce. Había pasado un día largo, entre cacerías y viejos grimorios, y lo único que deseaba en ese momento era una buena comida y un batido bien frío. Abrió la nevera con un movimiento automático, como si ese rincón del búnker se hubiera convertido en un refugio tan familiar como el Impala. La luz amarillenta iluminó el interior desordenado: botellas medio vacías de condimentos, un par de batidos artesanales que Sam había comprado, y restos de pizza de alguna noche anterior. Dean frunció el ceño, escudriñando entre los estantes, empujando a un lado un tarro de pepinillos y un envase olvidado de yogur que había visto mejores días. —Vamos, tiene que haber algo más por aquí... —murmuró para sí mismo, mientras sus dedos tamborileaban impacientes sobre el metal helado. Finalmente, encontró lo que buscaba: un batido de chocolate perfectamente frío. Lo sacó con un gesto triunfal, cerrando la puerta de la nevera con la cadera. El sonido característico del líquido agitándose en el envase le arrancó una pequeña sonrisa de satisfacción. Se sentó a la mesa, dejando el batido a su derecha y las tortitas frente a él. Por un momento, el búnker, con sus paredes de hierro y su historia sombría, se sintió acogedor. Dean tomó el primer bocado, cerrando los ojos brevemente mientras el sabor le llenaba la boca. Era un instante de paz, raro y precioso, en medio del caos. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    0 turnos 0 maullidos 317 vistas
  • —Debo cambiar la manera de ver a mi familia..¿pero como?..

    —Esteban empezo a buscar alguna carrera que ayude a la gente pero no le gustaba ninguna de ellas,en eso tuvo una idea,una idea que le tomaria los mejores años de su vida y tal vez una enorme parte de la fortuna de su familia—


    —Un político importante...no,muy bajo debo apuntar mucho mas alto....¡ESO ES,YO SERE PRESIDENTE DE ESTA NACIÓN Y CAMBIARE LA VIDA DE LA GENTE!
    —Debo cambiar la manera de ver a mi familia..¿pero como?.. —Esteban empezo a buscar alguna carrera que ayude a la gente pero no le gustaba ninguna de ellas,en eso tuvo una idea,una idea que le tomaria los mejores años de su vida y tal vez una enorme parte de la fortuna de su familia— —Un político importante...no,muy bajo debo apuntar mucho mas alto....¡ESO ES,YO SERE PRESIDENTE DE ESTA NACIÓN Y CAMBIARE LA VIDA DE LA GENTE!
    Me shockea
    1
    0 turnos 0 maullidos 218 vistas
  • Tch... He tenido mejores días… pero mientras pueda levantarme, aún puedo preparar una comida para mis compañeros.
    Tch... He tenido mejores días… pero mientras pueda levantarme, aún puedo preparar una comida para mis compañeros.
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    7
    4 turnos 0 maullidos 427 vistas
  • ¡Así es!Chicas sois las mejores ¡Especialmente tú Lute ! Aunque... A veces tengas la extraña costumbre de emborracharme a saber por qué y me persigas para obligarme a ponerme la túnica... Pero, eso solo hace que seas imprevisible y bueno... Siempre está bien algo de emoción ¡Seguid así perras!¡Os quiero!
    ¡Así es!Chicas sois las mejores ¡Especialmente tú [Lute1]! Aunque... A veces tengas la extraña costumbre de emborracharme a saber por qué y me persigas para obligarme a ponerme la túnica... Pero, eso solo hace que seas imprevisible y bueno... Siempre está bien algo de emoción ¡Seguid así perras!¡Os quiero!
    1 turno 0 maullidos 265 vistas
  • Hoy hubo un evento donde se reunieron otros grupos~ aunque se que nosotras somos las mejores~
    Hoy hubo un evento donde se reunieron otros grupos~ aunque se que nosotras somos las mejores~
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos 185 vistas
  • Habia quedado claro a través de los años que Dean Winchester no era, lo que una persona podria considerar, detallista. Pero tampoco era idiota. Apreciaba el esfuerzo que 𝑃𝑜𝑝𝑝𝑦 𝐷𝑎𝑣𝑖𝑒𝑠 hacia por el cada dia. Apreciaba su ingenio, su entusiasmo, su manera de celebrar cada pequeña cosa. Cumpleaños, Navidad... todas esas cosas que nunca habian tenido demasiado sentido para Dean, ahora cobraban sentido gracias a esa mujer. Por eso aquel dia, Dean habia querido hacer algo especial.

    No le habia dicho donde iban, pero sí le habia pedido a Poppy que se pusiera sus mejores galas y se reuniera con él en el garaje. No habia dado más pistas, pero cuando la mujer llegó hasta el coche de Dean, el cazador llevaba puesto uno de esos trajes excesivamente caros que Poppy se habia esmerado en comprarle y que nunca usaba.

    Habia respondido con corteses evasivas las mil doscientas preguntas de la británica acerca de su destino, aunque todo quedó claro cuando llegaron a aquel restaurante. Uno en el que nunca verías a Dean Winchester, pero que sí estaba a la altura de una mujer como Poppy.

    -Feliz San Valentín, pelirroja -le dijo, una vez sentados a la mesa antes de deslizar una caja de terciopelo rojo sobre el mantel con suavidad. En su interior una fina pulsera de oro rosa y en los ojos de Dean una traviesa promesa, la de no separarse nunca de ella. Porque ella era, realmente, lo mejor que le habia pasado en la vida.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Habia quedado claro a través de los años que Dean Winchester no era, lo que una persona podria considerar, detallista. Pero tampoco era idiota. Apreciaba el esfuerzo que [WxmenLettrs] hacia por el cada dia. Apreciaba su ingenio, su entusiasmo, su manera de celebrar cada pequeña cosa. Cumpleaños, Navidad... todas esas cosas que nunca habian tenido demasiado sentido para Dean, ahora cobraban sentido gracias a esa mujer. Por eso aquel dia, Dean habia querido hacer algo especial. No le habia dicho donde iban, pero sí le habia pedido a Poppy que se pusiera sus mejores galas y se reuniera con él en el garaje. No habia dado más pistas, pero cuando la mujer llegó hasta el coche de Dean, el cazador llevaba puesto uno de esos trajes excesivamente caros que Poppy se habia esmerado en comprarle y que nunca usaba. Habia respondido con corteses evasivas las mil doscientas preguntas de la británica acerca de su destino, aunque todo quedó claro cuando llegaron a aquel restaurante. Uno en el que nunca verías a Dean Winchester, pero que sí estaba a la altura de una mujer como Poppy. -Feliz San Valentín, pelirroja -le dijo, una vez sentados a la mesa antes de deslizar una caja de terciopelo rojo sobre el mantel con suavidad. En su interior una fina pulsera de oro rosa y en los ojos de Dean una traviesa promesa, la de no separarse nunca de ella. Porque ella era, realmente, lo mejor que le habia pasado en la vida. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Me encocora
    1
    2 turnos 0 maullidos 449 vistas
  • - Agradezco de todo corazón estos regalos que me habéis hecho, Lιᥣιᥲ Vᥲᥒɾoᥙgᥱ y Anika guardare estos ositos como oro en paño y recibirán los mejores cuidados~, por otra parte Heinrich Rosenberg y Hiro los trozos de pastel estaban riquísimos, espero que aceptéis todos un trozo de la tarta que me regalo 焚 𝚈𝚊𝚔𝚎𝚗 𝚂𝚊𝚖𝚞𝚒𝚗𝚎𝚝𝚜𝚞 寒い ㊄ y celebrarlo todos juntos.
    - Agradezco de todo corazón estos regalos que me habéis hecho, [Lilia_vanrouge01] y [Anika1] guardare estos ositos como oro en paño y recibirán los mejores cuidados~, por otra parte [Heinz_Vamp] y [Hiritox3] los trozos de pastel estaban riquísimos, espero que aceptéis todos un trozo de la tarta que me regalo [Fir3.C4rmesi_D3v1l] y celebrarlo todos juntos.
    Me encocora
    Me gusta
    6
    15 turnos 0 maullidos 374 vistas
Ver más resultados
Patrocinados