• " 𝙿𝚊𝚍𝚛𝚎 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘, 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝á𝚜 𝚎𝚗 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚒𝚎𝚕𝚘𝚜 "









    Su cuerpo estaba tirado en el sofá de su oficina, el estrés lo estaba matando. Los problemas solo parecían llegar uno tras otro. Y lo único que lo atormentaba eran aquellas palabras que habían salido de la boca de aquella mujer.

    Tomo una de las fichas que estaban dispersas en el suelo. Eran todas de hombres que trabajaban para el padre de Kiev. Uno le llamo la atención.


    "𝑺𝒂𝒏𝒕𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒔𝒆𝒂 𝒕𝒐𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒆"

    El señor Marco Isagaretti, un hombre cristiano de 45 años, que se dedicaba al tráfico de personas, alguien muy activo en la iglesia, ofreciendo donaciones en nombre de Dios.

    "𝑽𝒆𝒏𝒈𝒂 𝒂 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒕𝒖 𝒓𝒆𝒊𝒏𝒐"

    Se levantó del sofá con la intención de hacer el trabajo. Normalmente ese hombre iba a la iglesia en la tarde, sus hombres vigilaban todo el lugar, así que tenía que ver cómo entrar.

    — ¿Y si me visto de padre? — Sonrió y chasqueo los dedos ante la idea. Hacia tiempo que no se disfrazaba.

    "𝑯á𝒈𝒂𝒔𝒆 𝒕𝒖 𝒗𝒐𝒍𝒖𝒏𝒕𝒂𝒅 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒊𝒆𝒍𝒐"

    — Puedes hablar hermano.

    Estaba del otro lado del confesionario, escuchando atentamente cada delito cometido y que iba a cometer aquel hombre.

    "𝑫𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒉𝒐𝒚, 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂; 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔."

    — Una cosa más. — El viejo señor añadió — Deseo a una mujer. Y creo que la voy a tomar a la fuerza. Se que es malo, pero ella es preciosa como una joya ,y la quiero para mí, incluso su nombre le hace justicia... "Rubí"

    "𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊é𝒏 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒅𝒆𝒏; "

    La mirada de Ryan se oscureció, sus latidos se aceleraron, su sangre hervía y su cuerpo temblaba de rabia. Solo cerro los ojos un segundo, y ya estába sobre él, la sangre se escurría de sus manos y la escena era de horror.

    Su cuerpo y respiración agitado, lo decía todo. Había perdido el control.


    " 𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒋𝒆𝒔 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒕𝒂𝒄𝒊ó𝒏, 𝒚 𝒍í𝒃𝒓𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒍. "

    — Amén. — Sus dedos temblantes y sangrientos, dibujaban una cruz en el aire.
    " 𝙿𝚊𝚍𝚛𝚎 𝚗𝚞𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘, 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝á𝚜 𝚎𝚗 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚒𝚎𝚕𝚘𝚜 " Su cuerpo estaba tirado en el sofá de su oficina, el estrés lo estaba matando. Los problemas solo parecían llegar uno tras otro. Y lo único que lo atormentaba eran aquellas palabras que habían salido de la boca de aquella mujer. Tomo una de las fichas que estaban dispersas en el suelo. Eran todas de hombres que trabajaban para el padre de Kiev. Uno le llamo la atención. "𝑺𝒂𝒏𝒕𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒔𝒆𝒂 𝒕𝒐𝒖 𝒏𝒐𝒎𝒆" El señor Marco Isagaretti, un hombre cristiano de 45 años, que se dedicaba al tráfico de personas, alguien muy activo en la iglesia, ofreciendo donaciones en nombre de Dios. "𝑽𝒆𝒏𝒈𝒂 𝒂 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒕𝒖 𝒓𝒆𝒊𝒏𝒐" Se levantó del sofá con la intención de hacer el trabajo. Normalmente ese hombre iba a la iglesia en la tarde, sus hombres vigilaban todo el lugar, así que tenía que ver cómo entrar. — ¿Y si me visto de padre? — Sonrió y chasqueo los dedos ante la idea. Hacia tiempo que no se disfrazaba. "𝑯á𝒈𝒂𝒔𝒆 𝒕𝒖 𝒗𝒐𝒍𝒖𝒏𝒕𝒂𝒅 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒓𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒊𝒆𝒍𝒐" — Puedes hablar hermano. Estaba del otro lado del confesionario, escuchando atentamente cada delito cometido y que iba a cometer aquel hombre. "𝑫𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒉𝒐𝒚, 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂; 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔." — Una cosa más. — El viejo señor añadió — Deseo a una mujer. Y creo que la voy a tomar a la fuerza. Se que es malo, pero ella es preciosa como una joya ,y la quiero para mí, incluso su nombre le hace justicia... "Rubí" "𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊é𝒏 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒅𝒆𝒏; " La mirada de Ryan se oscureció, sus latidos se aceleraron, su sangre hervía y su cuerpo temblaba de rabia. Solo cerro los ojos un segundo, y ya estába sobre él, la sangre se escurría de sus manos y la escena era de horror. Su cuerpo y respiración agitado, lo decía todo. Había perdido el control. " 𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒋𝒆𝒔 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒆𝒏𝒕𝒂𝒄𝒊ó𝒏, 𝒚 𝒍í𝒃𝒓𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒍. " — Amén. — Sus dedos temblantes y sangrientos, dibujaban una cruz en el aire.
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  • La fina delgada entre la justicia y la violencia.
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  • "Mientras las estrellas se alcen en el cielo; tienes mi protección sagrada. No obstante, cualquier prejuicio o indulto que rompa nuestro acuerdo de justicia, absolverá por completo cualquier lazo que nos una".
    "Mientras las estrellas se alcen en el cielo; tienes mi protección sagrada. No obstante, cualquier prejuicio o indulto que rompa nuestro acuerdo de justicia, absolverá por completo cualquier lazo que nos una".
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  • Y si mi destino siempre ha sido caer, entonces el único arrepentimiento en mi vida es...
    ..No haberlo hecho mucho antes.

    No le tengo miedo a la caída,
    Ni a que me arranquen mis alas,
    Ni al aparente castigo del fuego eterno,
    No tengo ni una sola duda,
    He visto injusticias,
    Se me obligó dejar morir a la victima
    a ver cómo la vida dejaba sus ojos.
    Se me instruyó proteger la vida del asesino.
    a ver en sus manos la sangre de otros.

    Tuve incontables noches sin poder dormir de sufrimiento.
    Sufrí terribles heridas que no podían sanar.

    Ahora lo entiendo;
    Toda mi creación, mi propósito supremo.
    Yo siempre estuve destinado a perecer.
    A siempre sufrir, a descubrir cuanto es suficiente.

    Espero haber superado sus expectativas,

    Pero es hora de despertar.
    Y si mi destino siempre ha sido caer, entonces el único arrepentimiento en mi vida es... ..No haberlo hecho mucho antes. No le tengo miedo a la caída, Ni a que me arranquen mis alas, Ni al aparente castigo del fuego eterno, No tengo ni una sola duda, He visto injusticias, Se me obligó dejar morir a la victima a ver cómo la vida dejaba sus ojos. Se me instruyó proteger la vida del asesino. a ver en sus manos la sangre de otros. Tuve incontables noches sin poder dormir de sufrimiento. Sufrí terribles heridas que no podían sanar. Ahora lo entiendo; Toda mi creación, mi propósito supremo. Yo siempre estuve destinado a perecer. A siempre sufrir, a descubrir cuanto es suficiente. Espero haber superado sus expectativas, Pero es hora de despertar.
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  • Estoy aquí para luchar por la justicia y la verdad.
    Estoy aquí para luchar por la justicia y la verdad.
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  • Las pesadillas de ese día lo asechan desde que pasó. Cada momento se repite en su cabeza haciendo bombo, retumbando dentro de él y haciendo temblar su mente.

    Recuerda las caras de dolor de sus amigas, aquellas curanderas y brujas que en nombre de un "Dios", fueron quemadas a injusticia. Recuerda que desde ese día, odió ser un humano. Aunque ya no sabe quién es humano y quien es un monstruo a esta altura de su "vida".

    Él solo devolvió lo que aquellos pueblerinos religiosos le hicieron a sus amigas, quería darles una cucharada de su propia medicina para que entiendan lo que se sentía ver morir seres queridos.

    "¡MONSTRUO!".

    "¡PECADOR!".

    "¡DEMONIO!".

    Recuerda todas las palabras que aquellos pueblerinos recitaron antes de morir quemados por el propio fuego que usaron para quemar a las brujas.

    Con la sangre de aquellos pueblerinos, escribió su primera poesía, y desde ese momento, nació un mito, y también un nuevo camino que recorrer. Un camino que deseaba jamás haber transitado.
    Las pesadillas de ese día lo asechan desde que pasó. Cada momento se repite en su cabeza haciendo bombo, retumbando dentro de él y haciendo temblar su mente. Recuerda las caras de dolor de sus amigas, aquellas curanderas y brujas que en nombre de un "Dios", fueron quemadas a injusticia. Recuerda que desde ese día, odió ser un humano. Aunque ya no sabe quién es humano y quien es un monstruo a esta altura de su "vida". Él solo devolvió lo que aquellos pueblerinos religiosos le hicieron a sus amigas, quería darles una cucharada de su propia medicina para que entiendan lo que se sentía ver morir seres queridos. "¡MONSTRUO!". "¡PECADOR!". "¡DEMONIO!". Recuerda todas las palabras que aquellos pueblerinos recitaron antes de morir quemados por el propio fuego que usaron para quemar a las brujas. Con la sangre de aquellos pueblerinos, escribió su primera poesía, y desde ese momento, nació un mito, y también un nuevo camino que recorrer. Un camino que deseaba jamás haber transitado.
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  • 3000 αñσѕ αℓ ησятє. ( 北方 3000 年 )
    Fandom Lord Seventh
    Categoría Original
    ㅤ(景) Jing; como el caballero distinguido que había sido en el pasado, en su primera vida lejana a esta última.

    ㅤ(北) Bei; el norte cardinal que resguarda leyendas, dónde el Inframundo es helado y los demonios no temen perder su nombre y piel.

    ㅤ(渊) Yuan; el abismo profundo dónde las almas se pierden en la oscuridad y el frío cristaliza hasta el más puro sentimiento.

    ㅤTiempo pasado era aquel cuando al final de su primera vida sus ojos habían presenciado un lugar que las leyendas no podían hacer justicia. Miles de relatos del Inframundo se habían plasmado en bambú y papel, desde la eternidad hasta la actualidad, pero ninguno podía preparar a un alma mortal para lo que se encontraría al perder aquel cuerpo mortal. ¿Demonios y fuego?¿fantasmas y cadenas? Eran visiones dantescas y apocalípticas de un tortuoso paraje que espanta hasta al alma más atroz. ¿La realidad? La realidad aún vivía en sus sueños más profundos, lejanos a cualquier escena que los mortales imaginan.

    ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable; el aroma de los lirios de araña recién florecidos impregnaba el lugar, los rojos pétalos decorando la vista de aquel paisaje que se asemejaba a un verdadero paraíso, aquella piedra dónde había dormido sesenta y tres años, una cascada cristalina en la cuál ropajes verdes y cabellera blanca eran reflejadas.

    ㅤUna escena tan palpable y real, ¿Era esto un sueño o nuevamente había abandonado su mortalidad?

    ㅤPasos se movían lentamente, arrastrándose con pesadez, la tela del hanfu típico se sentía tal como la recordaba luego de no haberla usado durante siglos, y en cuanto quedó a orillas de las aguas del olvido, sumergió un pie, seguidamente el otro… El fondo no se divisaba, pero el río no llegaba a cubrir sus tobillos, no obstante el frío del agua helaba hasta la última fibra de su humanidad.

    ㅤUna sensación tan real que aún se debatía entre la realidad y un recuerdo de la muerte.

    ㅤLos lirios de araña se desprendían de todos lados a su alrededor, cayendo arrastradas por una brisa imperceptible, primero serían un par, luego una docena, luego serían cientos, finalmente miles de ellas se esparcieron a su alrededor como una cascada de sangre que lo atrapaba en el centro de un rojo paraje, preguntándose de dónde vendrían tantas de ellas. De sus labios morados escaparía un suspiro tan agotado como ese viejo espíritu que siempre había sido, cerraría sus ojos y despertaría en su cama para comprobar que todo aquello era solo una memoria escondida de lo que alguna vez fue vivir la muerte… Volvería a su cama, a su casa y su pecho se hundiría al recordar que solo esta vida quedaba.

    ㅤNo.

    ㅤAlgo era diferente esta vez.

    ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable, la próxima vez que parpadeara, todo aquello se perdería en un recuerdo y volvería a su hogar… Pero esta vez algo era diferente.

    ㅤEl aroma a lirios aún se colaba por su nariz, tan fuerte como nunca, y entre el sonido del agua que desconocidamente galopaba furiosa podía escuchar que algo cortaba su paso y se acercaba a él. En tantos años, nunca se había cruzado con otra alma en su paraje onírico. Entonces, ¿esto en verdad se trataba de un sueño?

    ㅤSu cuerpo se tornó papel; tan frágil que el viento parecía querer arrastrarlo consigo. Sus pies parecían estáticos, clavados a algo invisible que no le dejaba huir. Poco a poco era capaz de sentir como el agua subía, primero hasta la mitad de sus piernas, luego hasta sus rodillas y en cuestión de tiempo su pecho se apretaba bajo una incomprensible presión, robando su aliento, inmovilizando cada extremidad.

    ㅤEn profundidad inhaló justo antes de que sus ojos se abrieran. Una lluvía de flores carmesí le rodeaba y en la cercanía una figura totalmente negra se acercaba, tan lenta que parecía el dueño del tiempo, tan imponente que con solo verla de costado su alma temía y su corazón temblaba y con cada paso que daba, más y más se hundía en aquella corriente que parecía no ir más allá de la visible superficie.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Tres pasos… ㅤ

    ㅤAtrapado hasta el cuello se sentía perdido, tan perdido como la primera vez que en aquel lugar se había encontrado. Desolado como un espíritu que es obligado a ir en contra de su destino. Una fuerte tos se escapó, llenando su boca con un sabor metálico, el agua que lucía impecable la primera vez se teñía de motas bermellón que abandonaban su cuerpo y se fusionaba con los pétalos de araña.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Dos pasos… ㅤ

    ㅤAquel sabor era familiar, recordado de la guerra, de cada vida perdida, de cada espada que lo había atravesado. Reconocía la sangre, reconocía el dolor, rápidamente opacados quedaron estas sensaciones, dando paso a un gusto dulce que lavaba hasta la última gota de pena que saboreaba su lengua. El agua ahora llegaba hasta sus labios, besando la sensación fría de diez mil cuchillas atravesando cada músculo se su cuerpo.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Un paso …

    ㅤUna sombra se cernía sobre los patéticos vestigios que quedaban a flote de su persona; oscura y pesada era esta presencia que lo hacía sentir aún más pequeño de lo que podría ser en aquel lugar. La esencia floral se había desvanecido, sus pulmones se sentían llenos al contener la respiración, se encontraba hundido hasta la nariz, solo el gris de sus ojos se encontraba por sobre la superficie. Una mirada de reojo, túnicas negras se habían detenido a su lado, un silbido ahogado se introducía en la poca audición que era capaz de percibir y lo último que su mirada logró distinguir fue una mano pálida que lo empujó hasta su final.

    ㅤEso era todo.

    ㅤEn su memoria no recordaba haber estado tan a fondo en aquellas aguas, tan profundas como el olvido en sí. Inmóvil en ellas, todo lo que se encontraba a su alrededor era oscuridad, nada era visible a su alrededor, ningún rastro de aquel paisaje de ensueño que en cada recóndito de su mente se encontraba cuando anhelaba algún escape, ningún rastro de aquella figura negra que tan familiar se le hacía ahora que lo pensaba. Solo era él, flotando en calma debajo de la corriente del río del olvido. ㅤ

    ㅤJing; el noble caballero que había sido en el pasado, ahora quedaba enterrado en la desmemoria.

    ㅤBei; el norte cardinal, ahora atrapado entre la corriente del este y el oeste, dejando que la vida se escapara de sus pulmones, se preguntaba si alguna vez en realidad había escapado de la muerte.

    ㅤYuan; que significaba abismo profundo, ¿Había sido su nombre una premonición de su futuro? Parecía que su destino era ese; profundidad, oscuridad, desesperanza …

    ㅤAquel nombre que alguna vez fue distinguido ¿Moriría en lo que alguna vez había representado?

    ㅤFrígida soledad sería su tumba y su alma sería devuelta a la madre tierra que lo había visto nacer, BeiYuan había sucumbido a su destino, a decir verdad, lo había esperado mucho tiempo pero ¿Por qué de este modo?.

    ㅤUn último suspiro, una última lágrima antes de abrazar su final. Y en aquella penumbra un par de manos cubrieron sus ojos desde atrás, provocando que aquel corazón paralizado diera un salto, escapando de él un latido abandonado; una voz familiar, causante de su pena ahora susurraba en su oído palabras indistinguibles, un mucito imperceptible que libraba su pecho del peso de la aflicción y de repente su cuerpo pesaba lo mismo que una hoja.

    ㅤSu cuerpo se alzó bruscamente tosiendo con violencia al punto de caer de la cama. Agua se extendía por el suelo debajo de sus palmas escapando totalmente de sus pulmones hasta que finalmente era capaz de respirar con agitación, en su hogar, en su conocida habitación, escuchando la respiración de su pareja que reposaba del otro lado de la cama, nuevamente era él, nuevamente sentía cada parte de sí, era consciente de cada signo vital, respiraba al final. Aún así, su mente no abandonaba la sensación de realidad, aquella fina línea que lo separaba del reino de los vivos y de los muertos parecía haberse desvanecido un instante, perdiéndose en aquellos difusos límites que ya no creía conocer.
    ㅤ(景) Jing; como el caballero distinguido que había sido en el pasado, en su primera vida lejana a esta última. ㅤ(北) Bei; el norte cardinal que resguarda leyendas, dónde el Inframundo es helado y los demonios no temen perder su nombre y piel. ㅤ(渊) Yuan; el abismo profundo dónde las almas se pierden en la oscuridad y el frío cristaliza hasta el más puro sentimiento. ㅤTiempo pasado era aquel cuando al final de su primera vida sus ojos habían presenciado un lugar que las leyendas no podían hacer justicia. Miles de relatos del Inframundo se habían plasmado en bambú y papel, desde la eternidad hasta la actualidad, pero ninguno podía preparar a un alma mortal para lo que se encontraría al perder aquel cuerpo mortal. ¿Demonios y fuego?¿fantasmas y cadenas? Eran visiones dantescas y apocalípticas de un tortuoso paraje que espanta hasta al alma más atroz. ¿La realidad? La realidad aún vivía en sus sueños más profundos, lejanos a cualquier escena que los mortales imaginan. ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable; el aroma de los lirios de araña recién florecidos impregnaba el lugar, los rojos pétalos decorando la vista de aquel paisaje que se asemejaba a un verdadero paraíso, aquella piedra dónde había dormido sesenta y tres años, una cascada cristalina en la cuál ropajes verdes y cabellera blanca eran reflejadas. ㅤUna escena tan palpable y real, ¿Era esto un sueño o nuevamente había abandonado su mortalidad? ㅤPasos se movían lentamente, arrastrándose con pesadez, la tela del hanfu típico se sentía tal como la recordaba luego de no haberla usado durante siglos, y en cuanto quedó a orillas de las aguas del olvido, sumergió un pie, seguidamente el otro… El fondo no se divisaba, pero el río no llegaba a cubrir sus tobillos, no obstante el frío del agua helaba hasta la última fibra de su humanidad. ㅤUna sensación tan real que aún se debatía entre la realidad y un recuerdo de la muerte. ㅤLos lirios de araña se desprendían de todos lados a su alrededor, cayendo arrastradas por una brisa imperceptible, primero serían un par, luego una docena, luego serían cientos, finalmente miles de ellas se esparcieron a su alrededor como una cascada de sangre que lo atrapaba en el centro de un rojo paraje, preguntándose de dónde vendrían tantas de ellas. De sus labios morados escaparía un suspiro tan agotado como ese viejo espíritu que siempre había sido, cerraría sus ojos y despertaría en su cama para comprobar que todo aquello era solo una memoria escondida de lo que alguna vez fue vivir la muerte… Volvería a su cama, a su casa y su pecho se hundiría al recordar que solo esta vida quedaba. ㅤNo. ㅤAlgo era diferente esta vez. ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable, la próxima vez que parpadeara, todo aquello se perdería en un recuerdo y volvería a su hogar… Pero esta vez algo era diferente. ㅤEl aroma a lirios aún se colaba por su nariz, tan fuerte como nunca, y entre el sonido del agua que desconocidamente galopaba furiosa podía escuchar que algo cortaba su paso y se acercaba a él. En tantos años, nunca se había cruzado con otra alma en su paraje onírico. Entonces, ¿esto en verdad se trataba de un sueño? ㅤSu cuerpo se tornó papel; tan frágil que el viento parecía querer arrastrarlo consigo. Sus pies parecían estáticos, clavados a algo invisible que no le dejaba huir. Poco a poco era capaz de sentir como el agua subía, primero hasta la mitad de sus piernas, luego hasta sus rodillas y en cuestión de tiempo su pecho se apretaba bajo una incomprensible presión, robando su aliento, inmovilizando cada extremidad. ㅤEn profundidad inhaló justo antes de que sus ojos se abrieran. Una lluvía de flores carmesí le rodeaba y en la cercanía una figura totalmente negra se acercaba, tan lenta que parecía el dueño del tiempo, tan imponente que con solo verla de costado su alma temía y su corazón temblaba y con cada paso que daba, más y más se hundía en aquella corriente que parecía no ir más allá de la visible superficie. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Tres pasos… ㅤ ㅤAtrapado hasta el cuello se sentía perdido, tan perdido como la primera vez que en aquel lugar se había encontrado. Desolado como un espíritu que es obligado a ir en contra de su destino. Una fuerte tos se escapó, llenando su boca con un sabor metálico, el agua que lucía impecable la primera vez se teñía de motas bermellón que abandonaban su cuerpo y se fusionaba con los pétalos de araña. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Dos pasos… ㅤ ㅤAquel sabor era familiar, recordado de la guerra, de cada vida perdida, de cada espada que lo había atravesado. Reconocía la sangre, reconocía el dolor, rápidamente opacados quedaron estas sensaciones, dando paso a un gusto dulce que lavaba hasta la última gota de pena que saboreaba su lengua. El agua ahora llegaba hasta sus labios, besando la sensación fría de diez mil cuchillas atravesando cada músculo se su cuerpo. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Un paso … ㅤUna sombra se cernía sobre los patéticos vestigios que quedaban a flote de su persona; oscura y pesada era esta presencia que lo hacía sentir aún más pequeño de lo que podría ser en aquel lugar. La esencia floral se había desvanecido, sus pulmones se sentían llenos al contener la respiración, se encontraba hundido hasta la nariz, solo el gris de sus ojos se encontraba por sobre la superficie. Una mirada de reojo, túnicas negras se habían detenido a su lado, un silbido ahogado se introducía en la poca audición que era capaz de percibir y lo último que su mirada logró distinguir fue una mano pálida que lo empujó hasta su final. ㅤEso era todo. ㅤEn su memoria no recordaba haber estado tan a fondo en aquellas aguas, tan profundas como el olvido en sí. Inmóvil en ellas, todo lo que se encontraba a su alrededor era oscuridad, nada era visible a su alrededor, ningún rastro de aquel paisaje de ensueño que en cada recóndito de su mente se encontraba cuando anhelaba algún escape, ningún rastro de aquella figura negra que tan familiar se le hacía ahora que lo pensaba. Solo era él, flotando en calma debajo de la corriente del río del olvido. ㅤ ㅤJing; el noble caballero que había sido en el pasado, ahora quedaba enterrado en la desmemoria. ㅤBei; el norte cardinal, ahora atrapado entre la corriente del este y el oeste, dejando que la vida se escapara de sus pulmones, se preguntaba si alguna vez en realidad había escapado de la muerte. ㅤYuan; que significaba abismo profundo, ¿Había sido su nombre una premonición de su futuro? Parecía que su destino era ese; profundidad, oscuridad, desesperanza … ㅤAquel nombre que alguna vez fue distinguido ¿Moriría en lo que alguna vez había representado? ㅤFrígida soledad sería su tumba y su alma sería devuelta a la madre tierra que lo había visto nacer, BeiYuan había sucumbido a su destino, a decir verdad, lo había esperado mucho tiempo pero ¿Por qué de este modo?. ㅤUn último suspiro, una última lágrima antes de abrazar su final. Y en aquella penumbra un par de manos cubrieron sus ojos desde atrás, provocando que aquel corazón paralizado diera un salto, escapando de él un latido abandonado; una voz familiar, causante de su pena ahora susurraba en su oído palabras indistinguibles, un mucito imperceptible que libraba su pecho del peso de la aflicción y de repente su cuerpo pesaba lo mismo que una hoja. ㅤSu cuerpo se alzó bruscamente tosiendo con violencia al punto de caer de la cama. Agua se extendía por el suelo debajo de sus palmas escapando totalmente de sus pulmones hasta que finalmente era capaz de respirar con agitación, en su hogar, en su conocida habitación, escuchando la respiración de su pareja que reposaba del otro lado de la cama, nuevamente era él, nuevamente sentía cada parte de sí, era consciente de cada signo vital, respiraba al final. Aún así, su mente no abandonaba la sensación de realidad, aquella fina línea que lo separaba del reino de los vivos y de los muertos parecía haberse desvanecido un instante, perdiéndose en aquellos difusos límites que ya no creía conocer.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    30
    Estado
    Terminado
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    Tras meses de caminatas e indagación de aldea en aldea por su exhaustiva búsqueda de otras personas con su estirpe arribó al tercer reino costero impregnado de misterio y tragedia. Allí, se encontró con tres esclavos conocidos por los habitantes como "llamas de sangre", cuyas almas habían crecido en cautiverio sin ver nada más que el látigo sobre su espalda, sus cuerpos estaban marcados por las cadenas de la opresión. Habían osado alzarse contra sus amos/captores en una revolución, utilizando las escasas habilidades en el arte del fuego que habían logrado desarrollar en medio de la servidumbre.

    Ante el sombrío destino que les aguardaba, Liz se vio atrapada en el centro del pueblo donde los verdugos preparaban su sentencia fatal. Con el corazón oprimido por la impotencia y los ojos fijos en la injusticia que se desplegaba ante ella, desenvainó su espada con determinación para enfrentar a los ejecutores de la tragedia. La hoja brillaba con un halo de valentía mientras se abría paso entre los opresores, cobrando venganza en cada golpe que asestaba.

    El fragor de la batalla envolvió aquel lugar, donde se entremezclaban los alaridos de dolor y la danza del fuego en un macabro espectáculo. Elizabeth, con valentía y destreza, logró abatir a algunos verdugos y calcinar a otros con su fuego abrasador, pero aún así, no pudo evitar que los tres esclavos fueran arrastrados hacia su trágico final, sus cabezas rodaron a sus pies. El precio de la libertad había sido demasiado alto.

    Liz herida en su costado izquierdo y cojeando por un golpe en su pierna, emprendió una huida desesperada entre los callejones de la aldea, hasta alcanzar la orilla de un río al final del bosque que rodeaba el poblado. Allí, arrodillada en la penumbra, se desgarró en llanto desconsolado por la tragedia que acababa de presenciar. Tanto tiempo deseando encontrar a personas con cabello de fuego, y ahora, al tenerlas frente a ella, no pudo evitar que sus destinos se desvanecieran en la oscuridad.

    Las almas de aquellos valientes se sumaron al pesado fardo que Elizabeth cargaba en sus hombros, recordándole que el camino hacia la redención estaba plagado de sacrificios y pérdidas. En medio del crepúsculo, con el eco de sus lamentos resonando en la quietud del bosque, Liz se aferró a la esperanza de poder redimirse algún día, buscando en su interior la fuerza para seguir adelante en su búsqueda de justicia y redención.

    Que la llama de la libertad siga ardiendo en lo más profundo de su ser, iluminando su camino en la oscuridad de la noche y guiándola hacia un mañana donde el sacrificio de aquellos que cayeron no sea en vano.
    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ Tras meses de caminatas e indagación de aldea en aldea por su exhaustiva búsqueda de otras personas con su estirpe arribó al tercer reino costero impregnado de misterio y tragedia. Allí, se encontró con tres esclavos conocidos por los habitantes como "llamas de sangre", cuyas almas habían crecido en cautiverio sin ver nada más que el látigo sobre su espalda, sus cuerpos estaban marcados por las cadenas de la opresión. Habían osado alzarse contra sus amos/captores en una revolución, utilizando las escasas habilidades en el arte del fuego que habían logrado desarrollar en medio de la servidumbre. Ante el sombrío destino que les aguardaba, Liz se vio atrapada en el centro del pueblo donde los verdugos preparaban su sentencia fatal. Con el corazón oprimido por la impotencia y los ojos fijos en la injusticia que se desplegaba ante ella, desenvainó su espada con determinación para enfrentar a los ejecutores de la tragedia. La hoja brillaba con un halo de valentía mientras se abría paso entre los opresores, cobrando venganza en cada golpe que asestaba. El fragor de la batalla envolvió aquel lugar, donde se entremezclaban los alaridos de dolor y la danza del fuego en un macabro espectáculo. Elizabeth, con valentía y destreza, logró abatir a algunos verdugos y calcinar a otros con su fuego abrasador, pero aún así, no pudo evitar que los tres esclavos fueran arrastrados hacia su trágico final, sus cabezas rodaron a sus pies. El precio de la libertad había sido demasiado alto. Liz herida en su costado izquierdo y cojeando por un golpe en su pierna, emprendió una huida desesperada entre los callejones de la aldea, hasta alcanzar la orilla de un río al final del bosque que rodeaba el poblado. Allí, arrodillada en la penumbra, se desgarró en llanto desconsolado por la tragedia que acababa de presenciar. Tanto tiempo deseando encontrar a personas con cabello de fuego, y ahora, al tenerlas frente a ella, no pudo evitar que sus destinos se desvanecieran en la oscuridad. Las almas de aquellos valientes se sumaron al pesado fardo que Elizabeth cargaba en sus hombros, recordándole que el camino hacia la redención estaba plagado de sacrificios y pérdidas. En medio del crepúsculo, con el eco de sus lamentos resonando en la quietud del bosque, Liz se aferró a la esperanza de poder redimirse algún día, buscando en su interior la fuerza para seguir adelante en su búsqueda de justicia y redención. Que la llama de la libertad siga ardiendo en lo más profundo de su ser, iluminando su camino en la oscuridad de la noche y guiándola hacia un mañana donde el sacrificio de aquellos que cayeron no sea en vano.
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  • ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪

    El sentido de la justicia es tan esquivo como traicionero. Liz lo tiene impregnado en la piel de tal manera que muchas veces la ilusión y la utopía se adueñan de sus estándares de vida. Muy pocos viven a la luz de éste,como ella con tanta fuerza y pasión... La misma que la enciende en llamas frente al caos y corrupción.

    Para Elizabeth la búsqueda del equilibrio es constante pero a su vez desgastante, es un gran precio cargar con ese fuego en su interior
    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ El sentido de la justicia es tan esquivo como traicionero. Liz lo tiene impregnado en la piel de tal manera que muchas veces la ilusión y la utopía se adueñan de sus estándares de vida. Muy pocos viven a la luz de éste,como ella con tanta fuerza y pasión... La misma que la enciende en llamas frente al caos y corrupción. Para Elizabeth la búsqueda del equilibrio es constante pero a su vez desgastante, es un gran precio cargar con ese fuego en su interior
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  • "Nadie volverá a ponerte la mano encima"
    Fandom Game of Thrones
    Categoría Aventura
    ㅤㅤㅤㅤ ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ 🜲 ㅤ𝑆𝑎𝑛𝑠𝑎 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤ
    “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎”

    Esas eran las últimas palabras que había escuchado una y otra vez mientras sus hermanos juramentados, Alliser Thorne y Olly lo apuñalaban una y otra vez. Esas eran las palabras que su cerebro repitió como un eco hasta que su conciencia se extinguió con la misma velocidad que la sangre se extendía sobre la nieve pálida de aquella noche de verano casi a punto de concluir.

    “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎”

    Asesinado por sus propios hermanos tan solo por velar y tratar de salvar todas las vidas humanas posibles. ¿Acaso valía más la pena la vida de un hombre del sur del muro que la de un niño del otro lado de este? No. Para Jon Nieve no. Una vida era una vida. Y con las cosas que el bastardo de Invernalia había visto los últimos años lo cierto era que iban a necesitar todos los hombres posibles. La muerte marcharía sobre el muro más tarde o más temprano y solo existía una cosa: carne viva y carne muerta. Cuantos más miembros del pueblo libre salvase, más probabilidades tendría Poniente de salvarse.

    “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎”

    No había esperado sobrevivir a aquella lluvia de puñaladas y, sin embargo, sus pulmones volvieron a acoger aire, sus ojos volvieron a abrirse. Desorientado, Jon Nieve había tenido que hacerse a la idea de que había sido asesinado por sus propios hermanos, que lo habían traicionado, que habían cometido un acto tan deplorable como era el de matar a su Lord Comandante…

    “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎”

    Sí. Por la guardia.. Ahora era su deber poner fin a esa rebelión, sofocarla y dar ejemplo de lo que sucedía en el Castillo Negro si se osaba levantar un arma contra otro hermano… No era de buen gusto.

    Mientras avanzaba entre lo escasos hermanos de la Guardia de la noche que quedaban, mientras caminaba hacia el cadalso donde Alliser Thorne, Olly y otros dos hermanos juramentados aguardaban, Jon no dejaba de pensar en aquella tarde estival cuando su padre, Ned Stark, había impartido la justicia del rey contra otro hermano de la guardia de la noche. No dejaba de pensar en el modo en que Hielo, el espadón, había cercenado la cabeza de ese joven. Nunca era de buen grado matar a un hombre a sangre fría, claro. Pero… ¿Acaso sus hermanos habían mostrado más misericordia con él? No, claro que no.

    A pesar de la frialdad de Thorne, a pesar de la mirada de odio de Olly aquello no se hacia mucho más facil. Cortar la cuerda que mantenía con vida a esos cuatro hombres fue, probablemente, una de las decisiones más difíciles que habría tenido que tomar Jon Nieve y tambien la última que tomaría como Lord Comandante.

    Después de aquello le cedió su capa de Lord Comandante a Ed El Penas. Había muerto por la Guardia de la noche. Su guardia había terminado. Ahora tenia un destino mucho más oscuro e incierto delante de si… Pero, desde luego no estaría ligado a la guardia de la Noche.

    Estaba preparado para partir. Al Sur, lo más probable… Era la única opción. A pesar de la insistencia de Ed, a pesar de lo que los dos sabían que habían visto en Casa Austera tambien sabían los dos que Jon no podía quedarse. No podía quedarse en el Norte, no después de abandonar la Guardia, no podía volver a casa porque ya no quedaba casa a la que volver… No sabia qué otra cosa hacer. Y entonces un cuerno sonó… Como si hubiese estado buscando una respuesta de forma silenciosa.

    “Un toque para un explorador que vuelve.”

    Solo que no esperaban explorador alguno.

    Jon salió rápidamente de sus dependencias y, cuando se asomó a la barandilla para observar al recién llegado casi creyó estar viendo un fantasma o un espejismo. Habían pasado los años, se la veia cansada del viaje, sucia, pero… ni la nieve ni el polvo habían hecho mella en aquel rostro que conocía desde que era un niño. Reconocería ese cabello rojizo entre un millar de cabezas.

    Y aun asi seguía pareciendo totalmente irreal…

    No podía apartar la mirada de ella mientras bajaba las escaleras. Porque a cada paso que daba más temía verla desaparecer en el aire. Nunca habían sido grandes amigos, lo cierto era que no se soportaban y no la había visto desde que la vio subir a un carruaje camino de Desembarco del Rey. Y allí estaba tantos años después…

    Sus pasos se aceleraron a medida que acortaba el camino y para comprobar que era real acudió a estrecharla entre sus brazos, quizás con la misma fuerza con que Sansa Stark, su hermana, lo abrazaba de vuelta.

    La emotividad del rencuentro fraternal no duró demasiado, pues si algo había estado claro desde el día en que nació era que Sansa podía parecer tan Tully como su madre, pero era más terca que todos los Stark vivos o muertos. La joven loba tenia solo una idea en mente: recuperar Invernalia. Algo que resultaba… imposible siquiera de pensar…

    Mientras la veia marchar a las habitaciones que habían conseguido destinarle, Jon pensaba en que si Sansa queria recuperar Invernalia, ella sola seria capaz de conseguirlo. Pero… no le vendría mal una espada o dos. Y él… Pobre de él, la seguiría a donde fuera. Por el miedo a la venganza fantasma de su padre y porque no pensaba volver a dejarla sola nunca más…

    Aquella mañana había decidido no volver a pasar una sola noche más en aquel castillo y ahora, sin embargo… seguía tumbado en la cama del Lord Comandante. Su cuerpo se retorcía sumido en una serie de pesadillas que no era capaz de controlar. Sangre, muertos, caminantes blancos, los gritos… La mirada dolida de Ygritte cuando descubrió que nunca había dejado a los Cuervos… Todas esas imágenes pasando a toda velocidad ante sus ojos hasta que Jon despertó agitado empapado en un inusual sudor a pesar de la temperatura invernal del exterior. Se levantó del camastro y acudió a la pequeña tinaja de agua la cual vertió en la pila que le hacia de lavabo. Se mojó la cara un par de veces y se miró en el espejo siendo apenas capaz de ver su propio reflejo a causa de la tenue luz de las velas.

    Necesitaba despejarse y en esa habitación no encontraría nada más que pesadillas y quebraderos de cabeza, así que se colocó su jubón de cuero negro y salió al estrecho pasillo de madera y piedra con intención de encontrar la puerta al exterior, pero… algo llamó su atención desde las dependencias cercanas a su propia habitación. Un sollozo casi ahogado. Y supo enseguida de quien se trataba.

    Como si su brújula interna de pronto hubiera encontrado otro norte, los pies de Jon se internaron en el pasillo hasta dar con la puerta entreabierta de la habitación que le habían cedido a Sansa Stark.

    -Sansa… -susurró Jon entrando en las dependencias de su hermana y acudiendo en tres zancadas hasta su camastro donde se acuclilló casi rendido al ver sus orbes azules brillantes a causa de aquellas mudas lágrimas. Tomó rápidamente la mano de su hermana tratando de calentarla entre las propias- Estoy aquí… Estás a salvo… No dejaré que nadie más te ponga un dedo encima. Mataré a quien ose volver a hacerte daño…- aseguró el bastardo antes de llevarse la mano de su hermana a los labios y dejando un beso en el dorso de estos- Te lo prometo…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Jonsa #GameOfThrones
    ㅤㅤㅤㅤ ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [N.Q.Stark] ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎” Esas eran las últimas palabras que había escuchado una y otra vez mientras sus hermanos juramentados, Alliser Thorne y Olly lo apuñalaban una y otra vez. Esas eran las palabras que su cerebro repitió como un eco hasta que su conciencia se extinguió con la misma velocidad que la sangre se extendía sobre la nieve pálida de aquella noche de verano casi a punto de concluir. “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎” Asesinado por sus propios hermanos tan solo por velar y tratar de salvar todas las vidas humanas posibles. ¿Acaso valía más la pena la vida de un hombre del sur del muro que la de un niño del otro lado de este? No. Para Jon Nieve no. Una vida era una vida. Y con las cosas que el bastardo de Invernalia había visto los últimos años lo cierto era que iban a necesitar todos los hombres posibles. La muerte marcharía sobre el muro más tarde o más temprano y solo existía una cosa: carne viva y carne muerta. Cuantos más miembros del pueblo libre salvase, más probabilidades tendría Poniente de salvarse. “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎” No había esperado sobrevivir a aquella lluvia de puñaladas y, sin embargo, sus pulmones volvieron a acoger aire, sus ojos volvieron a abrirse. Desorientado, Jon Nieve había tenido que hacerse a la idea de que había sido asesinado por sus propios hermanos, que lo habían traicionado, que habían cometido un acto tan deplorable como era el de matar a su Lord Comandante… “𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑖𝑎” Sí. Por la guardia.. Ahora era su deber poner fin a esa rebelión, sofocarla y dar ejemplo de lo que sucedía en el Castillo Negro si se osaba levantar un arma contra otro hermano… No era de buen gusto. Mientras avanzaba entre lo escasos hermanos de la Guardia de la noche que quedaban, mientras caminaba hacia el cadalso donde Alliser Thorne, Olly y otros dos hermanos juramentados aguardaban, Jon no dejaba de pensar en aquella tarde estival cuando su padre, Ned Stark, había impartido la justicia del rey contra otro hermano de la guardia de la noche. No dejaba de pensar en el modo en que Hielo, el espadón, había cercenado la cabeza de ese joven. Nunca era de buen grado matar a un hombre a sangre fría, claro. Pero… ¿Acaso sus hermanos habían mostrado más misericordia con él? No, claro que no. A pesar de la frialdad de Thorne, a pesar de la mirada de odio de Olly aquello no se hacia mucho más facil. Cortar la cuerda que mantenía con vida a esos cuatro hombres fue, probablemente, una de las decisiones más difíciles que habría tenido que tomar Jon Nieve y tambien la última que tomaría como Lord Comandante. Después de aquello le cedió su capa de Lord Comandante a Ed El Penas. Había muerto por la Guardia de la noche. Su guardia había terminado. Ahora tenia un destino mucho más oscuro e incierto delante de si… Pero, desde luego no estaría ligado a la guardia de la Noche. Estaba preparado para partir. Al Sur, lo más probable… Era la única opción. A pesar de la insistencia de Ed, a pesar de lo que los dos sabían que habían visto en Casa Austera tambien sabían los dos que Jon no podía quedarse. No podía quedarse en el Norte, no después de abandonar la Guardia, no podía volver a casa porque ya no quedaba casa a la que volver… No sabia qué otra cosa hacer. Y entonces un cuerno sonó… Como si hubiese estado buscando una respuesta de forma silenciosa. “Un toque para un explorador que vuelve.” Solo que no esperaban explorador alguno. Jon salió rápidamente de sus dependencias y, cuando se asomó a la barandilla para observar al recién llegado casi creyó estar viendo un fantasma o un espejismo. Habían pasado los años, se la veia cansada del viaje, sucia, pero… ni la nieve ni el polvo habían hecho mella en aquel rostro que conocía desde que era un niño. Reconocería ese cabello rojizo entre un millar de cabezas. Y aun asi seguía pareciendo totalmente irreal… No podía apartar la mirada de ella mientras bajaba las escaleras. Porque a cada paso que daba más temía verla desaparecer en el aire. Nunca habían sido grandes amigos, lo cierto era que no se soportaban y no la había visto desde que la vio subir a un carruaje camino de Desembarco del Rey. Y allí estaba tantos años después… Sus pasos se aceleraron a medida que acortaba el camino y para comprobar que era real acudió a estrecharla entre sus brazos, quizás con la misma fuerza con que Sansa Stark, su hermana, lo abrazaba de vuelta. La emotividad del rencuentro fraternal no duró demasiado, pues si algo había estado claro desde el día en que nació era que Sansa podía parecer tan Tully como su madre, pero era más terca que todos los Stark vivos o muertos. La joven loba tenia solo una idea en mente: recuperar Invernalia. Algo que resultaba… imposible siquiera de pensar… Mientras la veia marchar a las habitaciones que habían conseguido destinarle, Jon pensaba en que si Sansa queria recuperar Invernalia, ella sola seria capaz de conseguirlo. Pero… no le vendría mal una espada o dos. Y él… Pobre de él, la seguiría a donde fuera. Por el miedo a la venganza fantasma de su padre y porque no pensaba volver a dejarla sola nunca más… Aquella mañana había decidido no volver a pasar una sola noche más en aquel castillo y ahora, sin embargo… seguía tumbado en la cama del Lord Comandante. Su cuerpo se retorcía sumido en una serie de pesadillas que no era capaz de controlar. Sangre, muertos, caminantes blancos, los gritos… La mirada dolida de Ygritte cuando descubrió que nunca había dejado a los Cuervos… Todas esas imágenes pasando a toda velocidad ante sus ojos hasta que Jon despertó agitado empapado en un inusual sudor a pesar de la temperatura invernal del exterior. Se levantó del camastro y acudió a la pequeña tinaja de agua la cual vertió en la pila que le hacia de lavabo. Se mojó la cara un par de veces y se miró en el espejo siendo apenas capaz de ver su propio reflejo a causa de la tenue luz de las velas. Necesitaba despejarse y en esa habitación no encontraría nada más que pesadillas y quebraderos de cabeza, así que se colocó su jubón de cuero negro y salió al estrecho pasillo de madera y piedra con intención de encontrar la puerta al exterior, pero… algo llamó su atención desde las dependencias cercanas a su propia habitación. Un sollozo casi ahogado. Y supo enseguida de quien se trataba. Como si su brújula interna de pronto hubiera encontrado otro norte, los pies de Jon se internaron en el pasillo hasta dar con la puerta entreabierta de la habitación que le habían cedido a Sansa Stark. -Sansa… -susurró Jon entrando en las dependencias de su hermana y acudiendo en tres zancadas hasta su camastro donde se acuclilló casi rendido al ver sus orbes azules brillantes a causa de aquellas mudas lágrimas. Tomó rápidamente la mano de su hermana tratando de calentarla entre las propias- Estoy aquí… Estás a salvo… No dejaré que nadie más te ponga un dedo encima. Mataré a quien ose volver a hacerte daño…- aseguró el bastardo antes de llevarse la mano de su hermana a los labios y dejando un beso en el dorso de estos- Te lo prometo… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Jonsa #GameOfThrones
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