• Ha visto los peores horrores... y los sigue viendo.
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  • " š™¼ššŽšš›ššššŽ... ššŽššœššššŽ šš™šš›šš˜šš‹šš•ššŽšš–ššŠ ššœššŽ ššŽššœššá ššœššŠšš•šš’ššŽšš—šššš˜ ššššŽ ššŒšš˜šš—šššš›šš˜šš•. "













    Saco el cigarrillo de su boca para aplastarlo contra la baranda del bar. Miraba con desdén los cuerpos regados por el piso, algunos con una pata de una silla introducida en su estómago, unos con el cuello roto y otros acuchillados o con alguna extremidad rota. La sangre sucia goteaba de sus manos, pero no se comparaba al lago rojo que pisaba. Él nunca tenía piedad al matar gente, mucho menos a los traicioneros.

    El lugar definitivamente era una escena del horror, ni siquiera se tomó el tiempo de contar las personas que había ahí. Lo único que sabía es que estás ratas eran responsables de un problema que le ocasionaron a su amigo. Kiev, se estaba volviendo loco, Ágatha normalmente lo mantendría a raya, pero ella no estaba por ahora. Lo que significaba que tendría que ayudar a su amigo a limpiar el desastre.

    Soltó un suspiro, estaba estresado. Le dio una seña a sus hombres para qué terminarán de regar la gasolina al lugar, no basto más que una cerilla para que ese lugar se consumiera de un fuego ardiente. Él miraba desde lejos, iría a buscar a Rubí, era la única con quién podía hablar de esta situación.











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  • Parte 1 ||• Confesión
    Fandom Crossover
    CategorĆ­a Fantasía
    Lúthien O Lórien

    No sabía con certeza cuánto tiempo llevaba atrapada entre aquellas cuatro paredes, pues apenas entraba algo de luz más allá de la necesaria para ver a más de tres palmos de distancia gracias a un candelabro .Bajo su luz cálida aunque tenue , que aún pugnaba por mantenerse en pie,la Madre Confesora andaba de un lado a otro de la estancia como un animal enjaulado en busca de cualquier indicio posible de una salida. Si la había, en ese momento fue incapaz de hallarla.
    Días atrás una de las cuadrillas de Rahl había logrado dar con ella además de Chase, Zedd y Brophy.
    No habían sido cuatro, como acostumbraban a ser , si no dos. Dos hombres de marcados rasgos Daharianos que no llevaban más armas que un puñal.
    Ambos habían intercambiado una mirada silente, más propia de un autómata que de una persona de carne y hueso. No hubo forcejeo, ni siquiera combate alguno. Sólo silencio, uno que bien hubiera podido cortarse con el filo de una espada , interrumpido por los aullidos lastimeros de Brophy. A ese silencio se le sumó una espesa neblina de un tono verdoso que reconoció y palabras pronunciadas en un idioma que desconocía.
    Después, todo fue confuso. Chase trató de encararse a aquellos hombres con su hacha, Zedd intentó en vano invocar el fuego de mago, y , en cuanto a ella, su cuerpo se negaba a responder, atrapado en algún tipo de red mágica antes de que el mundo empezara a girar, descontrolado, hasta sumirse en una profunda oscuridad.
    Cuando despertó y empezó a recobrar la conciencia, fue llevada ante su verdugo.
    -¿ Qué es lo que quieres de mí?- Consiguió preguntar finalmente, con una expresión carente de emoción y voz neutra cuando su mirada se topó con los ojos de Rahl el Oscuro.
    - A tí, en todos los sentidos.- Fue la respuesta de su captor mientras con un dedo humedecido se atusaba las pobladas cejas y un gesto que dejaba claro que estaba saboreando cada segundo de aquella pequeña victoria adornaba su rostro impoluto.
    - Me encontrarán. Tienes enemigos muy poderosos, tus días están contados. Tu reinado acabará pronto.
    - Tu Buscador y tu mago están muertos, Confesora. Yo que tú ni lo intentaría.- La voz de Rahl era calma, la clase de calma que siempre precede a la mayor de las tormentas. Dió un paso para quedar frente a ella, haciendo que la larga capa que portaba de un vivo color rojo y ricas sedas se arremolinara alrededor de los tobillos. Era la clase de imagen que aún después de mucho tiempo se te queda grabada en la retina. La imagen de un asesino , se dijo.
    - ¿ Por qué tendría que creer nada de lo que salga por tu boca?- Apuntó, haciendo acopio de un coraje que, por el momento, seguía intacto.
    - Porque ahora mismo sólo quedas tú para defender vuestra causa perdida, y cuando logre mi objetivo necesitaré a la Madre Confesora a mi lado.
    - No seré tu títere.
    - Piensa si de verdad merece la pena arriesgar tanto por algo que estaba destinado a fracasar.- En aquellas palabras Kahlan supo que había mucho más. Con Rahl nunca nada sucedía por casualidad.
    A pesar de no haber coincidido personalmente en un mismo espacio, además de su dominio de la magia del inframundo, la habilidad para las artes del engaño y la manipulación del Oscuro era algo que en la resistencia llevaba un tiempo resonando. Eso era lo más peligroso.
    - ¿ Dónde están?- Si bien en su rostro no se reflejaba nada en absoluto, su mandíbula estaba tensa, rígida.
    - Te creía más inteligente.- Había cierta sorna en la voz de Rahl.- Ya te lo he dicho ; están muertos, ya poco importa lo que haya podido pasarles. Cuanto antes lo aceptes ,más fácil será para tí. Igual que lo fue para ellos y para tu querida hermanita aceptar su destino.- Por segunda vez las palabras de su interlocutor despertaron algo en ella que no le era desconocido, pero que desde edad temprana se había asegurado de mantener a buen recaudo bajo capas y capas de contención, autocontrol y cortesía para que no saliera a flote salvo cuando era estrictamente necesario : rabia, ira, odio y el deseo de acabar de una vez por todas con la causa de aquel horror y sufrimiento.
    Primero habían sido Denee y el resto de confesoras, después el ataque a la Gente Barro que durante un tiempo había sido lo más cercano a un hogar,luego Richard y Zedd....." Sólo recordaré que lo amaba y que nunca pude decírselo",pensó. Todas aquellas perdidas habían sido motivadas y causadas por un único hombre al que había jurado destruir ante el cuerpo malherido de su querida Denee.

    - No caerá esa breva....- Primera Norma de un mago, se recordó. Un pequeño rayo de esperanza alumbraba la inminente bruma que amenazaba con engullirla.
    - ¿ Por qué no me miras a los ojos y lo compruebas tú misma?,¿ Acaso lo sucedido en el Molino de Horner no fue suficiente advertencia?

    Antes de que pudiera reaccionar, antes de que tales emociones rasgaran siquiera la superficie, con un gesto alzando la mano,un soldado con una R grabada en el pecho cerró un collar sencillo , liso y frío al tacto alrededor de su cuello mientras otros dos trataban de sostenerla. El susodicho collar envió una pequeña descarga desde el cuello al resto de cuerpo haciendo que cayera de hinojos.
    - En estos momentos mis hombres podrían estar marchando en dirección a Aydindril. Será cuestión de tiempo que caiga en mis manos, pero todo depende de que tomes la decisión correcta.- Ambos brazos de Rahl reposaban con desesperante tranquilidad cruzados sobre su pecho. El hombretón a su espalda le alzó de las muñecas, y ella se mantuvo lo más erguida posible, los hombros rectos y la cabeza alzada, algo que pareció divertir al Oscuro.- Seré generoso. Voy a darte de plazo hasta el primer día de invierno para que puedas reflexionar. Porque entonces,lo quieras o no, tendrás que colaborar. Prefiero hacerlo en buenos términos.- Tres semanas, ese era todo el tiempo que disponía para poder pensar en una manera de salir con vida de allí ... Y de acabar con él.
    El soldado presionó su espalda con el mango de la daga para que empezara a caminar. Rahl la llamo.- Y no te preocupes, tendrás todas las comodidades a las que una confesora está acostumbrada. No te llevaré a mi alcoba ni te pondré un dedo encima a menos que tú me lo pidas.- No respondió. De tanto apretar los puños los nudillos se habían tornado blanquecinos.- Espero que tu estancia aquí sea placentera, tal vez se prolongue.
    Rahl hizo un gesto con la mano para que la sacaran de la sala de Peticionarios del Palacio del pueblo, y tanto ella como el soldado Dahariano desaparecieron en el complejo laberinto que era el enclave hasta la habitación en la que ahora se hallaba.
    De eso habían pasado cuatro días , o eso había calculado gracias a las idas y venidas de las sirvientas que le traían la bandeja con la comida,pero ella se negaba a probar bocado. Se negaba a aceptar nada que viniera de él.
    La habitación se encontraba en una de las esquinas más alejadas del palacio, sin ventanas, y,para más inri ,dos Mord-sith custodiaban la puerta día y noche, así que debía buscar otros métodos.
    Al cuarto día la oportunidad se le presentó cuando al caer la noche la sirvienta de turno ( que nunca era la misma para que no pudiera establecer ningún vínculo) vino a traerle algo de asado, un pedazo de pan de centeno y agua. El plato, aserradero ligeramente en el borde ,era de un material lo suficiente flexible para ,que al doblarlo, pudiera improvisar un arma lo suficiente filosa para poderla clavar en el cuello del próximo guardia que se cruzara en su camino o al propio Rahl.
    La idea,en su desesperación ,fue tomando forma de tal manera que volcó el asado , se quedó sólo con el plato y poco a poco comenzó a doblarlo hasta crear una especie de hoja, tarea que la mantuvo ocupada durante unas horas en el silencio del zulo, hasta que la puerta se abrió con un chirrido estridente. Por ella apareció una Mord-Sith ataviada con su traje de cuero rojo, lo que hizo que su cuerpo se tensara al saber lo que eso significaba, pero lejos de realizar cualquier movimiento que indicara ataque o amenaza, la mujer se limitó a observar, con la espalda recostada sobre el marco de la puerta, los intimidantes ojos azules fijos en ella.- Lord Rahl os ha hecho llamar.- Anunció con voz fría. A una señal, el hombretón encargado de transladarla hasta allí, la obligó a levantarse. Dió gracias a que había sido lo suficiente rápida como para guardar el arma bajo la almohada de la cama cochambrosa que le había sido asignada.
    Sin intercambiar palabra, los tres se adentraron en el laberinto de habitaciones y salas , y, esta vez, fue escoltada hasta el Jardín de la Vida, donde Rahl aguardaba. No llevaba su habitual traje de terciopelo rojo e hilos dorados, sino una túnica de un impecable tono blanco que resaltaba sus facciones . Una sonrisa ladina adornaba sus labios. Junto a él, de pie y con una expresión que no supo descifrar, se encontraba una mujer cuyos rasgos no se correspondían con los comunes de la Tierra Central, aunque a juzgar por los largos cabellos era más que evidente que se trataba de alguien importante.- Madre Confesora, os presento a la futura Lady Rahl.
    [LuthienOfLorien] No sabía con certeza cuánto tiempo llevaba atrapada entre aquellas cuatro paredes, pues apenas entraba algo de luz más allá de la necesaria para ver a más de tres palmos de distancia gracias a un candelabro .Bajo su luz cálida aunque tenue , que aún pugnaba por mantenerse en pie,la Madre Confesora andaba de un lado a otro de la estancia como un animal enjaulado en busca de cualquier indicio posible de una salida. Si la había, en ese momento fue incapaz de hallarla. Días atrás una de las cuadrillas de Rahl había logrado dar con ella además de Chase, Zedd y Brophy. No habían sido cuatro, como acostumbraban a ser , si no dos. Dos hombres de marcados rasgos Daharianos que no llevaban más armas que un puñal. Ambos habían intercambiado una mirada silente, más propia de un autómata que de una persona de carne y hueso. No hubo forcejeo, ni siquiera combate alguno. Sólo silencio, uno que bien hubiera podido cortarse con el filo de una espada , interrumpido por los aullidos lastimeros de Brophy. A ese silencio se le sumó una espesa neblina de un tono verdoso que reconoció y palabras pronunciadas en un idioma que desconocía. Después, todo fue confuso. Chase trató de encararse a aquellos hombres con su hacha, Zedd intentó en vano invocar el fuego de mago, y , en cuanto a ella, su cuerpo se negaba a responder, atrapado en algún tipo de red mágica antes de que el mundo empezara a girar, descontrolado, hasta sumirse en una profunda oscuridad. Cuando despertó y empezó a recobrar la conciencia, fue llevada ante su verdugo. -¿ Qué es lo que quieres de mí?- Consiguió preguntar finalmente, con una expresión carente de emoción y voz neutra cuando su mirada se topó con los ojos de Rahl el Oscuro. - A tí, en todos los sentidos.- Fue la respuesta de su captor mientras con un dedo humedecido se atusaba las pobladas cejas y un gesto que dejaba claro que estaba saboreando cada segundo de aquella pequeña victoria adornaba su rostro impoluto. - Me encontrarán. Tienes enemigos muy poderosos, tus días están contados. Tu reinado acabará pronto. - Tu Buscador y tu mago están muertos, Confesora. Yo que tú ni lo intentaría.- La voz de Rahl era calma, la clase de calma que siempre precede a la mayor de las tormentas. Dió un paso para quedar frente a ella, haciendo que la larga capa que portaba de un vivo color rojo y ricas sedas se arremolinara alrededor de los tobillos. Era la clase de imagen que aún después de mucho tiempo se te queda grabada en la retina. La imagen de un asesino , se dijo. - ¿ Por qué tendría que creer nada de lo que salga por tu boca?- Apuntó, haciendo acopio de un coraje que, por el momento, seguía intacto. - Porque ahora mismo sólo quedas tú para defender vuestra causa perdida, y cuando logre mi objetivo necesitaré a la Madre Confesora a mi lado. - No seré tu títere. - Piensa si de verdad merece la pena arriesgar tanto por algo que estaba destinado a fracasar.- En aquellas palabras Kahlan supo que había mucho más. Con Rahl nunca nada sucedía por casualidad. A pesar de no haber coincidido personalmente en un mismo espacio, además de su dominio de la magia del inframundo, la habilidad para las artes del engaño y la manipulación del Oscuro era algo que en la resistencia llevaba un tiempo resonando. Eso era lo más peligroso. - ¿ Dónde están?- Si bien en su rostro no se reflejaba nada en absoluto, su mandíbula estaba tensa, rígida. - Te creía más inteligente.- Había cierta sorna en la voz de Rahl.- Ya te lo he dicho ; están muertos, ya poco importa lo que haya podido pasarles. Cuanto antes lo aceptes ,más fácil será para tí. Igual que lo fue para ellos y para tu querida hermanita aceptar su destino.- Por segunda vez las palabras de su interlocutor despertaron algo en ella que no le era desconocido, pero que desde edad temprana se había asegurado de mantener a buen recaudo bajo capas y capas de contención, autocontrol y cortesía para que no saliera a flote salvo cuando era estrictamente necesario : rabia, ira, odio y el deseo de acabar de una vez por todas con la causa de aquel horror y sufrimiento. Primero habían sido Denee y el resto de confesoras, después el ataque a la Gente Barro que durante un tiempo había sido lo más cercano a un hogar,luego Richard y Zedd....." Sólo recordaré que lo amaba y que nunca pude decírselo",pensó. Todas aquellas perdidas habían sido motivadas y causadas por un único hombre al que había jurado destruir ante el cuerpo malherido de su querida Denee. - No caerá esa breva....- Primera Norma de un mago, se recordó. Un pequeño rayo de esperanza alumbraba la inminente bruma que amenazaba con engullirla. - ¿ Por qué no me miras a los ojos y lo compruebas tú misma?,¿ Acaso lo sucedido en el Molino de Horner no fue suficiente advertencia? Antes de que pudiera reaccionar, antes de que tales emociones rasgaran siquiera la superficie, con un gesto alzando la mano,un soldado con una R grabada en el pecho cerró un collar sencillo , liso y frío al tacto alrededor de su cuello mientras otros dos trataban de sostenerla. El susodicho collar envió una pequeña descarga desde el cuello al resto de cuerpo haciendo que cayera de hinojos. - En estos momentos mis hombres podrían estar marchando en dirección a Aydindril. Será cuestión de tiempo que caiga en mis manos, pero todo depende de que tomes la decisión correcta.- Ambos brazos de Rahl reposaban con desesperante tranquilidad cruzados sobre su pecho. El hombretón a su espalda le alzó de las muñecas, y ella se mantuvo lo más erguida posible, los hombros rectos y la cabeza alzada, algo que pareció divertir al Oscuro.- Seré generoso. Voy a darte de plazo hasta el primer día de invierno para que puedas reflexionar. Porque entonces,lo quieras o no, tendrás que colaborar. Prefiero hacerlo en buenos términos.- Tres semanas, ese era todo el tiempo que disponía para poder pensar en una manera de salir con vida de allí ... Y de acabar con él. El soldado presionó su espalda con el mango de la daga para que empezara a caminar. Rahl la llamo.- Y no te preocupes, tendrás todas las comodidades a las que una confesora está acostumbrada. No te llevaré a mi alcoba ni te pondré un dedo encima a menos que tú me lo pidas.- No respondió. De tanto apretar los puños los nudillos se habían tornado blanquecinos.- Espero que tu estancia aquí sea placentera, tal vez se prolongue. Rahl hizo un gesto con la mano para que la sacaran de la sala de Peticionarios del Palacio del pueblo, y tanto ella como el soldado Dahariano desaparecieron en el complejo laberinto que era el enclave hasta la habitación en la que ahora se hallaba. De eso habían pasado cuatro días , o eso había calculado gracias a las idas y venidas de las sirvientas que le traían la bandeja con la comida,pero ella se negaba a probar bocado. Se negaba a aceptar nada que viniera de él. La habitación se encontraba en una de las esquinas más alejadas del palacio, sin ventanas, y,para más inri ,dos Mord-sith custodiaban la puerta día y noche, así que debía buscar otros métodos. Al cuarto día la oportunidad se le presentó cuando al caer la noche la sirvienta de turno ( que nunca era la misma para que no pudiera establecer ningún vínculo) vino a traerle algo de asado, un pedazo de pan de centeno y agua. El plato, aserradero ligeramente en el borde ,era de un material lo suficiente flexible para ,que al doblarlo, pudiera improvisar un arma lo suficiente filosa para poderla clavar en el cuello del próximo guardia que se cruzara en su camino o al propio Rahl. La idea,en su desesperación ,fue tomando forma de tal manera que volcó el asado , se quedó sólo con el plato y poco a poco comenzó a doblarlo hasta crear una especie de hoja, tarea que la mantuvo ocupada durante unas horas en el silencio del zulo, hasta que la puerta se abrió con un chirrido estridente. Por ella apareció una Mord-Sith ataviada con su traje de cuero rojo, lo que hizo que su cuerpo se tensara al saber lo que eso significaba, pero lejos de realizar cualquier movimiento que indicara ataque o amenaza, la mujer se limitó a observar, con la espalda recostada sobre el marco de la puerta, los intimidantes ojos azules fijos en ella.- Lord Rahl os ha hecho llamar.- Anunció con voz fría. A una señal, el hombretón encargado de transladarla hasta allí, la obligó a levantarse. Dió gracias a que había sido lo suficiente rápida como para guardar el arma bajo la almohada de la cama cochambrosa que le había sido asignada. Sin intercambiar palabra, los tres se adentraron en el laberinto de habitaciones y salas , y, esta vez, fue escoltada hasta el Jardín de la Vida, donde Rahl aguardaba. No llevaba su habitual traje de terciopelo rojo e hilos dorados, sino una túnica de un impecable tono blanco que resaltaba sus facciones . Una sonrisa ladina adornaba sus labios. Junto a él, de pie y con una expresión que no supo descifrar, se encontraba una mujer cuyos rasgos no se correspondían con los comunes de la Tierra Central, aunque a juzgar por los largos cabellos era más que evidente que se trataba de alguien importante.- Madre Confesora, os presento a la futura Lady Rahl.
    Tipo
    Individual
    LĆ­neas
    20
    Estado
    Disponible
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  • Veo muchos furros calientes... Que horror

    -lo dice el ser de rasgos animales que entra en celo cada semana -
    Veo muchos furros calientes... Que horror -lo dice el ser de rasgos animales que entra en celo cada semana -
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  • +Jack se sienta junto al fuego ,su capa está arrojada descuidadamente a un lado mientras sostiene su flintlock, mirando al vacío, respira hondo mientras piensa en lo agotador que se ha vuelto todo. Las noches cómo está le recuerdan cuánto necesita un descanso, no tanto por el cansancio físico sino por el desgaste mental de enfrentarse a horrores que antes solo existían en sus pesadillas+

    Esto ya es demasiado...

    +murmura para sí mismo, pasándose la mano por el cabello, debería estar acostumbrado a la violencia, pero hay algo en dispararle a esas malditas criaturas que le deja una sensación de vacío , decidiendo que por esa noche no habrá más disparos, ni más demonios, lentamente, guarda su arma y se recuesta, usando su capa como almohada improvisada, el cansancio finalmente lo vence, cierra los ojos, esperando descansar en paz esa noche +
    +Jack se sienta junto al fuego ,su capa está arrojada descuidadamente a un lado mientras sostiene su flintlock, mirando al vacío, respira hondo mientras piensa en lo agotador que se ha vuelto todo. Las noches cómo está le recuerdan cuánto necesita un descanso, no tanto por el cansancio físico sino por el desgaste mental de enfrentarse a horrores que antes solo existían en sus pesadillas+ Esto ya es demasiado... +murmura para sí mismo, pasándose la mano por el cabello, debería estar acostumbrado a la violencia, pero hay algo en dispararle a esas malditas criaturas que le deja una sensación de vacío , decidiendo que por esa noche no habrá más disparos, ni más demonios, lentamente, guarda su arma y se recuesta, usando su capa como almohada improvisada, el cansancio finalmente lo vence, cierra los ojos, esperando descansar en paz esa noche +
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  • Cassie se había quedado aquella noche en mega pizzaplex, en donde la magia y la diversión cobran vida, eso es lo que parecía después de que empezara los horrores dentro del local, que había cerrado a las 10:30 p.m el entorno estaba vacío, no hay excepto los Stars bots que vigilan alrededor, para ese entonces ya se había activado el protocolo de seguridad, abriendo las puertas de los animatronicos para también saliera a patrullar, lo cual no era normal.

    La voz de elocutor ha despertado a una pequeña que dormía en la zona de la guardería, donde lo único que se encontraba ahí era el sol y la luna animatronico, abrió levemente los ojos y vio que su padre no la había buscado, ¿Que raro? Ya debía haber estado ahí, no puede dejar a su hija sola, salió del castillo y miro su entorno, vacío y oscuro, lo único que podría escucharse es su respiración y las pasadas al caminar hacia adelante.

    Se detuvo abriendo la puerta de la entrada de la guardería para ver alrededor, oía pasos, pasos que se acerca, y un gruñido bajo desde la distancia, miro hacia el segundo piso, vio que estaba Monty, con el protocolo de caza, ¿Que no debería de estar adentro del camerino? Sentía su corazón acelerarse, como si le alertara que se escondiera y siguió ese instinto activado de supervivencia.

    Nada de lo que estaba ocurriendo era normal, menos para ella, está confundida y necesita respuesta.

    Monty Gator
    Cassie se había quedado aquella noche en mega pizzaplex, en donde la magia y la diversión cobran vida, eso es lo que parecía después de que empezara los horrores dentro del local, que había cerrado a las 10:30 p.m el entorno estaba vacío, no hay excepto los Stars bots que vigilan alrededor, para ese entonces ya se había activado el protocolo de seguridad, abriendo las puertas de los animatronicos para también saliera a patrullar, lo cual no era normal. La voz de elocutor ha despertado a una pequeña que dormía en la zona de la guardería, donde lo único que se encontraba ahí era el sol y la luna animatronico, abrió levemente los ojos y vio que su padre no la había buscado, ¿Que raro? Ya debía haber estado ahí, no puede dejar a su hija sola, salió del castillo y miro su entorno, vacío y oscuro, lo único que podría escucharse es su respiración y las pasadas al caminar hacia adelante. Se detuvo abriendo la puerta de la entrada de la guardería para ver alrededor, oía pasos, pasos que se acerca, y un gruñido bajo desde la distancia, miro hacia el segundo piso, vio que estaba Monty, con el protocolo de caza, ¿Que no debería de estar adentro del camerino? Sentía su corazón acelerarse, como si le alertara que se escondiera y siguió ese instinto activado de supervivencia. Nada de lo que estaba ocurriendo era normal, menos para ella, está confundida y necesita respuesta. [BigGator1]
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  • Cicatrices del Crepúsculo
    CategorĆ­a Fantasía
    El reino de Astora, al borde de la aniquilación, ha reclutado a todos los que pueden empuñar una espada, sin importar su edad. Rian, de solo 15 años, ha sido enviado a su primera misión junto a sus amigos de infancia, con quienes compartió juegos y sueños antes de que la guerra los arrebatara. Aunque su escuadra incluye a algunos soldados mayores, el peso de la desesperación recae sobre estos jóvenes, obligados a enfrentar horrores más allá de su comprensión.

    La escuadra de Rian, formada por chicos apenas en su adolescencia, marcha por un campo de batalla arrasado. El cielo está cubierto por nubes oscuras, y el aire es denso, cargado con el olor a muerte y desesperación. Los jóvenes intentan mantenerse valientes, aunque el miedo se refleja en sus ojos.

    Rian: "Estamos juntos en esto. No importa lo que pase, no nos separaremos."

    Pero en sus corazones saben que están marchando hacia un destino del que quizás no regresen. De repente, el suelo tiembla bajo sus pies, y la niebla que los rodea comienza a arremolinarse. De la oscuridad emergen las criaturas del Rey Oscuro, formas indescriptibles que parecen haber salido de las pesadillas más profundas.

    Elara: "¡Rian, mantente cerca!"

    Elara, siempre la optimista, es la primera en ser atacada. Una de las bestias la alcanza, y aunque lucha con todas sus fuerzas, su cuerpo joven es superado. Rian corre hacia ella, pero llega demasiado tarde. Con una última mirada, Elara sonríe débilmente antes de ser arrastrada por la oscuridad.

    Rian: "¡No, Elara!"

    El dolor de perder a su amiga de infancia lo deja paralizado, pero la batalla continúa. Tomas, que ha estado protegiendo a los demás, es el siguiente. Intenta mantener a raya a las criaturas con su fuerza, pero su valentía no es suficiente contra el poder de estos seres. Tomas lucha con todas sus fuerzas, pero estas abominaciones son implacables. Con un alarido que sacude el alma, Tomas es despedazado ante los ojos de Rian, su cuerpo destrozado por las garras de los monstruos. Sin poder despedirse su vida había sido extinguida.

    Ya no queda nadie más a quien cuidar. Edwin, aterrado y sin saber cómo luchar, es atrapado por una de las bestias. Sus gritos se mezclan con el viento, y sus sueños de una vida más allá de la guerra se desvanecen mientras es devorado por la oscuridad.

    Eadric: "¡Rian, corre! ¡No podemos hacer nada más!"

    El capitán Eadric, herido y agotado, sabe que no pueden ganar. Con la última de sus fuerzas, se lanza contra la mayor de las criaturas, dándole a Rian una oportunidad de escapar. Pero el sacrificio de Eadric solo subraya la impotencia del joven caballero.

    Las lágrimas caen por su rostro, y por primera vez, el peso de la soledad lo aplasta. En esa batalla, donde Rian perdió a sus amigos de infancia y a su capitán, también fue donde ganó sus primeras cicatrices. Marcas que no solo atravesaron su piel, sino que se incrustaron en lo más profundo de su alma, recordándole para siempre el precio de la guerra y el dolor de la pérdida. Cada cicatriz era un recordatorio de las vidas que no pudo salvar, un peso que llevaría consigo mientras continuaba su camino en un mundo que había cambiado para siempre.
    El reino de Astora, al borde de la aniquilación, ha reclutado a todos los que pueden empuñar una espada, sin importar su edad. Rian, de solo 15 años, ha sido enviado a su primera misión junto a sus amigos de infancia, con quienes compartió juegos y sueños antes de que la guerra los arrebatara. Aunque su escuadra incluye a algunos soldados mayores, el peso de la desesperación recae sobre estos jóvenes, obligados a enfrentar horrores más allá de su comprensión. La escuadra de Rian, formada por chicos apenas en su adolescencia, marcha por un campo de batalla arrasado. El cielo está cubierto por nubes oscuras, y el aire es denso, cargado con el olor a muerte y desesperación. Los jóvenes intentan mantenerse valientes, aunque el miedo se refleja en sus ojos. Rian: "Estamos juntos en esto. No importa lo que pase, no nos separaremos." Pero en sus corazones saben que están marchando hacia un destino del que quizás no regresen. De repente, el suelo tiembla bajo sus pies, y la niebla que los rodea comienza a arremolinarse. De la oscuridad emergen las criaturas del Rey Oscuro, formas indescriptibles que parecen haber salido de las pesadillas más profundas. Elara: "¡Rian, mantente cerca!" Elara, siempre la optimista, es la primera en ser atacada. Una de las bestias la alcanza, y aunque lucha con todas sus fuerzas, su cuerpo joven es superado. Rian corre hacia ella, pero llega demasiado tarde. Con una última mirada, Elara sonríe débilmente antes de ser arrastrada por la oscuridad. Rian: "¡No, Elara!" El dolor de perder a su amiga de infancia lo deja paralizado, pero la batalla continúa. Tomas, que ha estado protegiendo a los demás, es el siguiente. Intenta mantener a raya a las criaturas con su fuerza, pero su valentía no es suficiente contra el poder de estos seres. Tomas lucha con todas sus fuerzas, pero estas abominaciones son implacables. Con un alarido que sacude el alma, Tomas es despedazado ante los ojos de Rian, su cuerpo destrozado por las garras de los monstruos. Sin poder despedirse su vida había sido extinguida. Ya no queda nadie más a quien cuidar. Edwin, aterrado y sin saber cómo luchar, es atrapado por una de las bestias. Sus gritos se mezclan con el viento, y sus sueños de una vida más allá de la guerra se desvanecen mientras es devorado por la oscuridad. Eadric: "¡Rian, corre! ¡No podemos hacer nada más!" El capitán Eadric, herido y agotado, sabe que no pueden ganar. Con la última de sus fuerzas, se lanza contra la mayor de las criaturas, dándole a Rian una oportunidad de escapar. Pero el sacrificio de Eadric solo subraya la impotencia del joven caballero. Las lágrimas caen por su rostro, y por primera vez, el peso de la soledad lo aplasta. En esa batalla, donde Rian perdió a sus amigos de infancia y a su capitán, también fue donde ganó sus primeras cicatrices. Marcas que no solo atravesaron su piel, sino que se incrustaron en lo más profundo de su alma, recordándole para siempre el precio de la guerra y el dolor de la pérdida. Cada cicatriz era un recordatorio de las vidas que no pudo salvar, un peso que llevaría consigo mientras continuaba su camino en un mundo que había cambiado para siempre.
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  • estubo muy divertida la pelea con el chico lindo!
    -dijo soltando una pequeña risa-
    lo malo? mi ropa se arruino, ahhh! que horror

    https://youtu.be/WF5jIb_ioKs?si=JVKQnYZ9DiqA7BmZ
    estubo muy divertida la pelea con el chico lindo! -dijo soltando una pequeña risa- lo malo? mi ropa se arruino, ahhh! que horror https://youtu.be/WF5jIb_ioKs?si=JVKQnYZ9DiqA7BmZ
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  • En la frialdad de éstos días intento no mirar atrás en búsqueda de los pedazos de vida perdidos en el camino hacia el futuro. Los recuerdos son puntazos de dolor en el alma para impedir su completo desvanecimiento y yo lo permito pues sé que de horrores se mueve mi esencia. El caos me alimenta, es algo innegable, complejo y muchas veces dañino... Pero sin ello quizá ya me hubiese rendido de ésta existencia. #AshrahMortalKombat
    En la frialdad de éstos días intento no mirar atrás en búsqueda de los pedazos de vida perdidos en el camino hacia el futuro. Los recuerdos son puntazos de dolor en el alma para impedir su completo desvanecimiento y yo lo permito pues sé que de horrores se mueve mi esencia. El caos me alimenta, es algo innegable, complejo y muchas veces dañino... Pero sin ello quizá ya me hubiese rendido de ésta existencia. #AshrahMortalKombat
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  • Lo prometiste...
    Fandom Supernatural / The Vampire Diaries
    CategorĆ­a Drama
    慤慤
    慤慤慤慤 "...šiš£iš¬tšž šŖušž šžsš­aš«íššs ašŖuš¢Ģ."
    慤慤慤慤 ā§½ š’š“š€š‘š“š„š‘ Iš•
    慤慤慤慤 Ė¹ Dean Winchester

    慤
    š™¼ššŠšš”ššŠšššš˜, š™ŗššŠšš—ššœššŠššœ
    šŸøšŸø:šŸ¹šŸ» šš™.šš–


    Gary Trevit corría por Jefferson Street. La bruma de su aliento entrecortado nublaba ligeramente su vista con cada acelerada exhalación. De tanto en tanto miraba por encima de su hombro, como quien quiere cerciorarse de que está a salvo. Había corrido sin detenerse desde McRoberts Street, huyendo como alma que lleva el diablo, con el único propósito de salvar su vida.


    Había dejado su Ford Ranger aparcada en el desangelado y desvencijado cruce de N. Water Street. Casi podía ver el color rojo del capó del vehículo reflejando la luz mortecina de una farola solitaria en mitad de aquel camino perdido de la mano de Dios.


    Al llegar a su camioneta y echar la vista atrás sobre su hombro descubrió que estaba solo en mitad de la noche, nadie iba tras él, absolutamente nadie… De forma nerviosa rebuscó en los bolsillos de su cazadora pasando por encima del zippo y las cerillas y del arrugado recibo del motel de Lebanon donde se había alojado aquella noche pasada.


    Entró en su vehículo y casi sintió alivio. Pero no se detuvo allí. Sacó su revolver de la cartuchera y con la mano diestra rebuscó en la guantera en busca de su caja de balas matabrujas. Contó con los dedos y fue capaz de llegar hasta diez antes de coger cinco de ellas en su mano. Abrió el tambor del arma y comenzó a meter las balas en sus respectivos lugares. Y hubiera terminado rapido, Trevit estaba acostumbrado a aquello. Había trabajado en las condiciones más indeseables. Un poco de oscuridad no era nada para él. Era capaz de cargar cualquier arma con los ojos cerrados. Pero…


    Sintió una opresión en el pecho y tosió. La luna delantera se llenó de sangre esputada. Gary miró el espectáculo horrorizado. Tosió de nuevo llenando estaba vez de sangre sus manos y el volante.

    -Hijas de… -soltó el arma y comenzó a rebuscar en cada recoveco de la camioneta, en cada compartimento, en cada escondrijo… Pero la falta de aire, la tos incontrolada y la excesiva perdida de sangre provocaron que Gary Trevit sucumbiera en cuestión de segundos.


    Fue Lollis Staunton quien descubrió el cadáver a la mañana siguiente y horrorizada llamó al sheriff de Lebanon ya que era el pueblo más cercano. Una hora después, un pequeño y arcaico cordón policial se había montado en torno al coche de Gary Trevit. Walter Cordero analizaba rápidamente la escena del crimen. Aquello no tenia sentido. Ninguna clase de sentido. Y Walter sabia a qué se debía aquella percepción suya. En esa muerte no había nada de normal.


    >> A las ocho de la mañana el teléfono de Jody Mills comenzaba a sonar de forma incesante. Y en cuanto escuchó las palabras “esto es raro de cojones” supo a quien tenia que llamar.


    Por lo que a las ocho y cuarto de la mañana era el teléfono de Dean Winchester el que estaba sonando desde su mesilla de noche. La vibración insistente provocó que Hope abriera los ojos mosqueada y, al ver que Dean dormía como un bendito a pierna suelta, la tríbrida arrugó la nariz. Ahuecó la sábana y se movió colocando su cuerpo por encima del de Dean, despertándole en el proceso de estirarse a coger el móvil. Miró el identificador de llamadas y al reacomodarse en la cama le colocó el móvil a Dean en el pecho desnudo.


    -Es Jody -anunció mientras el móvil vibraba contra la piel desnuda de Dean- Quizás ha muerto alguien.

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Hope Mikaelson había decidido establecer su residencia habitual en el dormitorio de Dean en un pacto que habían resuelto con helado de chocolate, sexo y un extraño maratón de Scooby Doo. La combinación mas rara del mundo. Y aun asi.. funcionaba.


    A esas alturas, Hope conocía bastante acerca del circulo familiar de Dean, sus amigos, los que seguían vivos, los que estaban muertos y los que habían venido de ese otro universo paralelo. Había ampliado su conocimiento acerca de criaturas mágicas y tambien ella había puesto los propios al servicio del bunker: seres a los que se había enfrentado, diferentes mitologías, pociones…


    Castiel ya casi se fiaba de ella y Jack estaba entusiasmado con la tríbrida. A fin de cuentas los dos eran únicos en su especie y el joven parecía haber encontrado en Hope un alma raramente afín.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    慤慤 慤慤慤慤 "...šiš£iš¬tšž šŖušž šžsš­aš«íššs ašŖuš¢Ģ." 慤慤慤慤 ā§½ š’š“š€š‘š“š„š‘ Iš• 慤慤慤慤 Ė¹ [BxbyDriv3r] 慤 š™¼ššŠšš”ššŠšššš˜, š™ŗššŠšš—ššœššŠššœ šŸøšŸø:šŸ¹šŸ» šš™.šš– Gary Trevit corría por Jefferson Street. La bruma de su aliento entrecortado nublaba ligeramente su vista con cada acelerada exhalación. De tanto en tanto miraba por encima de su hombro, como quien quiere cerciorarse de que está a salvo. Había corrido sin detenerse desde McRoberts Street, huyendo como alma que lleva el diablo, con el único propósito de salvar su vida. Había dejado su Ford Ranger aparcada en el desangelado y desvencijado cruce de N. Water Street. Casi podía ver el color rojo del capó del vehículo reflejando la luz mortecina de una farola solitaria en mitad de aquel camino perdido de la mano de Dios. Al llegar a su camioneta y echar la vista atrás sobre su hombro descubrió que estaba solo en mitad de la noche, nadie iba tras él, absolutamente nadie… De forma nerviosa rebuscó en los bolsillos de su cazadora pasando por encima del zippo y las cerillas y del arrugado recibo del motel de Lebanon donde se había alojado aquella noche pasada. Entró en su vehículo y casi sintió alivio. Pero no se detuvo allí. Sacó su revolver de la cartuchera y con la mano diestra rebuscó en la guantera en busca de su caja de balas matabrujas. Contó con los dedos y fue capaz de llegar hasta diez antes de coger cinco de ellas en su mano. Abrió el tambor del arma y comenzó a meter las balas en sus respectivos lugares. Y hubiera terminado rapido, Trevit estaba acostumbrado a aquello. Había trabajado en las condiciones más indeseables. Un poco de oscuridad no era nada para él. Era capaz de cargar cualquier arma con los ojos cerrados. Pero… Sintió una opresión en el pecho y tosió. La luna delantera se llenó de sangre esputada. Gary miró el espectáculo horrorizado. Tosió de nuevo llenando estaba vez de sangre sus manos y el volante. -Hijas de… -soltó el arma y comenzó a rebuscar en cada recoveco de la camioneta, en cada compartimento, en cada escondrijo… Pero la falta de aire, la tos incontrolada y la excesiva perdida de sangre provocaron que Gary Trevit sucumbiera en cuestión de segundos. Fue Lollis Staunton quien descubrió el cadáver a la mañana siguiente y horrorizada llamó al sheriff de Lebanon ya que era el pueblo más cercano. Una hora después, un pequeño y arcaico cordón policial se había montado en torno al coche de Gary Trevit. Walter Cordero analizaba rápidamente la escena del crimen. Aquello no tenia sentido. Ninguna clase de sentido. Y Walter sabia a qué se debía aquella percepción suya. En esa muerte no había nada de normal. >> A las ocho de la mañana el teléfono de Jody Mills comenzaba a sonar de forma incesante. Y en cuanto escuchó las palabras “esto es raro de cojones” supo a quien tenia que llamar. Por lo que a las ocho y cuarto de la mañana era el teléfono de Dean Winchester el que estaba sonando desde su mesilla de noche. La vibración insistente provocó que Hope abriera los ojos mosqueada y, al ver que Dean dormía como un bendito a pierna suelta, la tríbrida arrugó la nariz. Ahuecó la sábana y se movió colocando su cuerpo por encima del de Dean, despertándole en el proceso de estirarse a coger el móvil. Miró el identificador de llamadas y al reacomodarse en la cama le colocó el móvil a Dean en el pecho desnudo. -Es Jody -anunció mientras el móvil vibraba contra la piel desnuda de Dean- Quizás ha muerto alguien. Habían pasado aproximadamente dos meses desde que Hope Mikaelson había decidido establecer su residencia habitual en el dormitorio de Dean en un pacto que habían resuelto con helado de chocolate, sexo y un extraño maratón de Scooby Doo. La combinación mas rara del mundo. Y aun asi.. funcionaba. A esas alturas, Hope conocía bastante acerca del circulo familiar de Dean, sus amigos, los que seguían vivos, los que estaban muertos y los que habían venido de ese otro universo paralelo. Había ampliado su conocimiento acerca de criaturas mágicas y tambien ella había puesto los propios al servicio del bunker: seres a los que se había enfrentado, diferentes mitologías, pociones… Castiel ya casi se fiaba de ella y Jack estaba entusiasmado con la tríbrida. A fin de cuentas los dos eran únicos en su especie y el joven parecía haber encontrado en Hope un alma raramente afín. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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