• “Descenso de la Guardiana Suprema”

    El aire olía a tierra mojada y a magia antigua.
    Un resplandor rasgó el cielo
    una grieta que parecía una herida en el espacio mismo.
    y de ella emergió una silueta envuelta en oscuridad y alas blancas como la luna.

    Albedo descendió con la gracia de una diosa caída, el batir de sus alas levantando una tormenta de polvo dorado. Su mirada, ámbar y profunda, recorrió el extraño paisaje ante ella. No era Nazarick. No sentía la presencia de los Guardianes. Y, lo más inquietante… no sentía a Ainz-sama.

    Sus labios se curvaron en una mueca casi imperceptible.

    —Qué extraño... ¿Acaso este mundo ha osado separarme de Su Excelencia?—

    susurró, su voz como miel venenosa.

    Cerró los ojos, extendiendo sus sentidos demoníacos. El maná de aquel lugar era denso, primitivo, sin control. Podría moldearlo. Podría gobernarlo.

    Ajustó su armadura negra, el oro incrustado brillando con la última luz del crepúsculo.

    —Entonces… si no puedo encontrarlo todavía… haré de este mundo un templo para cuando Él llegue.

    Un brillo maligno cruzó su mirada.
    Sus alas se abrieron de par en par, bañadas por la luna.

    —Que tiemblen los reyes, que se arrodillen los magos…
    Porque donde yo piso, Ainz Ooal Gown reina.

    Y con una sonrisa serena
    demasiado dulce para no ser peligrosa, Albedo dio su primer paso en el nuevo mundo.
    El comienzo de una nueva conquista.
    El nacimiento de un culto.
    El eco de un amor imposible… que ni los universos podían contener.
    “Descenso de la Guardiana Suprema” El aire olía a tierra mojada y a magia antigua. Un resplandor rasgó el cielo una grieta que parecía una herida en el espacio mismo. y de ella emergió una silueta envuelta en oscuridad y alas blancas como la luna. Albedo descendió con la gracia de una diosa caída, el batir de sus alas levantando una tormenta de polvo dorado. Su mirada, ámbar y profunda, recorrió el extraño paisaje ante ella. No era Nazarick. No sentía la presencia de los Guardianes. Y, lo más inquietante… no sentía a Ainz-sama. Sus labios se curvaron en una mueca casi imperceptible. —Qué extraño... ¿Acaso este mundo ha osado separarme de Su Excelencia?— susurró, su voz como miel venenosa. Cerró los ojos, extendiendo sus sentidos demoníacos. El maná de aquel lugar era denso, primitivo, sin control. Podría moldearlo. Podría gobernarlo. Ajustó su armadura negra, el oro incrustado brillando con la última luz del crepúsculo. —Entonces… si no puedo encontrarlo todavía… haré de este mundo un templo para cuando Él llegue. Un brillo maligno cruzó su mirada. Sus alas se abrieron de par en par, bañadas por la luna. —Que tiemblen los reyes, que se arrodillen los magos… Porque donde yo piso, Ainz Ooal Gown reina. Y con una sonrisa serena demasiado dulce para no ser peligrosa, Albedo dio su primer paso en el nuevo mundo. El comienzo de una nueva conquista. El nacimiento de un culto. El eco de un amor imposible… que ni los universos podían contener.
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  • Reencuentro en el tiempo justo
    Fandom OC/Hololive
    Categoría Fantasía
    Un día radiante, la Naturaleza mostrando una de las mejores caras en un día un poco caluroso, Fauna la Guardiana de la Naturaleza, se encontraba disfrutando de un bonito día una vez más, acaricia las plantas, los árboles, habla con las flores que se encuentra en el camino, su felicidad pareciera inquebrantable, luego se lanza de espaldas por un lugar con mucho cesped mientras observa la luz del sol entre los árboles.
    Luego su rostro de felicidad cambiaría a uno un poco más serio mientras en voz alta dice:

    — Hace mucho no veo a mis compañeras del Consejo. — dice Fauna mientras mira al cielo.
    Hace mucho tiempo no ve a sus compañeras Diosas y Guardianas y ese momento de felicidad fué reemplazado por un momento nostálgico.

    — Incluso me estoy olvidando de sus nombres, ¿Cómo se llamaba la del Espacio? ¿Cana? ¿Chiana? Huh, espero verlas pronto. —

    Luego de un momento a otro, Fauna decide cerrar los ojos un momento y enseguida se le ocurre dormir una mini siesta para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza. Sin embargo, una visita inesperada, vendría a darle una sorpresa.
    Un día radiante, la Naturaleza mostrando una de las mejores caras en un día un poco caluroso, Fauna la Guardiana de la Naturaleza, se encontraba disfrutando de un bonito día una vez más, acaricia las plantas, los árboles, habla con las flores que se encuentra en el camino, su felicidad pareciera inquebrantable, luego se lanza de espaldas por un lugar con mucho cesped mientras observa la luz del sol entre los árboles. Luego su rostro de felicidad cambiaría a uno un poco más serio mientras en voz alta dice: — Hace mucho no veo a mis compañeras del Consejo. — dice Fauna mientras mira al cielo. Hace mucho tiempo no ve a sus compañeras Diosas y Guardianas y ese momento de felicidad fué reemplazado por un momento nostálgico. — Incluso me estoy olvidando de sus nombres, ¿Cómo se llamaba la del Espacio? ¿Cana? ¿Chiana? Huh, espero verlas pronto. — Luego de un momento a otro, Fauna decide cerrar los ojos un momento y enseguida se le ocurre dormir una mini siesta para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza. Sin embargo, una visita inesperada, vendría a darle una sorpresa.
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  • El sol y el espacio contra el vacío
    Categoría Acción
    *El cosmos respiraba en calma.
    Durante un breve instante, las estrellas parecían dormidas, los cometas viajaban sin rumbo, y la inmensidad era un océano silencioso. Pero esa quietud era solo la antesala del caos.

    Muy lejos, en los límites donde la materia se curva sobre sí misma, algo comenzó a moverse.
    Una masa colosal, oscura, imposible de medir. Una entidad que devoraba estrellas enteras sin emitir ni un destello. Era el Devoraluz, un monstruo nacido del olvido, un eco de universos extinguidos.

    Entre aquel mar de vacío, una figura luminosa descendió.
    Cabello flotante como la aurora, ojos que reflejaban galaxias enteras.
    Tsukumo Sana, la guardiana del tamaño, la diosa que podía contener mundos enteros en la palma de su mano.*

    *Su sonrisa, inocente pero cargada de poder divino, fue lo primero que atravesó la oscuridad.
    El bastón que portaba vibró, generando ondas que alteraban la curvatura del espacio.*

    -Ohhh… ¡qué bicho tan glotón~! Se está tragando mis estrellas favoritas. No puedo permitir eso, ¿verdad?

    *El vacío respondió con un rugido, un sonido tan profundo que ni el tiempo quiso tocarlo. Fragmentos de materia interestelar se desintegraron al contacto con la criatura.
    Sana giró lentamente, alzando su mano. En su palma, una esfera ardiente comenzó a formarse —una réplica en miniatura de un sol—.*

    -Serithra…

    *Sus palabras viajaron como un canto suave por el vacío.*

    -Mi pequeño sol… necesito tu calor aquí. El universo se está enfriando demasiado, y parece que tenemos trabajo que hacer.

    El espacio se iluminó con una brecha dorada, como si el amanecer atravesara la nada.
    Del resplandor surgió una figura radiante: Serithra, diosa del Sol y fiel compañera de Sana. Su energía era tan intensa que el propio monstruo se contrajo, como si la luz le quemara la existencia.

    *Sana sonrió, con un aire casi travieso, sosteniendo su bastón con ambas manos.*

    -¿Lista para encender un nuevo amanecer, Serithra? Vamos a mostrarle a este grandulón lo que significa brillar.

    *El cosmos tembló. Y entre la oscuridad y el fuego, el primer destello de batalla nació.*
    *El cosmos respiraba en calma. Durante un breve instante, las estrellas parecían dormidas, los cometas viajaban sin rumbo, y la inmensidad era un océano silencioso. Pero esa quietud era solo la antesala del caos. Muy lejos, en los límites donde la materia se curva sobre sí misma, algo comenzó a moverse. Una masa colosal, oscura, imposible de medir. Una entidad que devoraba estrellas enteras sin emitir ni un destello. Era el Devoraluz, un monstruo nacido del olvido, un eco de universos extinguidos. Entre aquel mar de vacío, una figura luminosa descendió. Cabello flotante como la aurora, ojos que reflejaban galaxias enteras. Tsukumo Sana, la guardiana del tamaño, la diosa que podía contener mundos enteros en la palma de su mano.* *Su sonrisa, inocente pero cargada de poder divino, fue lo primero que atravesó la oscuridad. El bastón que portaba vibró, generando ondas que alteraban la curvatura del espacio.* -Ohhh… ¡qué bicho tan glotón~! Se está tragando mis estrellas favoritas. No puedo permitir eso, ¿verdad? *El vacío respondió con un rugido, un sonido tan profundo que ni el tiempo quiso tocarlo. Fragmentos de materia interestelar se desintegraron al contacto con la criatura. Sana giró lentamente, alzando su mano. En su palma, una esfera ardiente comenzó a formarse —una réplica en miniatura de un sol—.* -Serithra… *Sus palabras viajaron como un canto suave por el vacío.* -Mi pequeño sol… necesito tu calor aquí. El universo se está enfriando demasiado, y parece que tenemos trabajo que hacer. El espacio se iluminó con una brecha dorada, como si el amanecer atravesara la nada. Del resplandor surgió una figura radiante: Serithra, diosa del Sol y fiel compañera de Sana. Su energía era tan intensa que el propio monstruo se contrajo, como si la luz le quemara la existencia. *Sana sonrió, con un aire casi travieso, sosteniendo su bastón con ambas manos.* -¿Lista para encender un nuevo amanecer, Serithra? Vamos a mostrarle a este grandulón lo que significa brillar. *El cosmos tembló. Y entre la oscuridad y el fuego, el primer destello de batalla nació.*
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  • Discúlpeme dama de familiar apariencia pero creo que a confundido la temporada de caza de ciervos. Si mi memoria no falla está activa la temporada de caza de patos dado que aún no vale nada poner mi cornamenta en juego ¿Podría usted permitirme el uso y goce de mi libertad antes de que me vea obligado a llamar al guardian de la familia... Digo al hombre que.... Uhh... No creo que lucifer esté feliz si se entere que es caza de patos.... ¿Y si mejor tomamos una copa?
    Discúlpeme dama de familiar apariencia pero creo que a confundido la temporada de caza de ciervos. Si mi memoria no falla está activa la temporada de caza de patos dado que aún no vale nada poner mi cornamenta en juego ¿Podría usted permitirme el uso y goce de mi libertad antes de que me vea obligado a llamar al guardian de la familia... Digo al hombre que.... Uhh... No creo que lucifer esté feliz si se entere que es caza de patos.... ¿Y si mejor tomamos una copa?
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  • —Habían pasado un par de días desde que Eira se había aventurado a través de uno de los portales mágicos de su reino, el proposito principal era una misión de exploración que le habían dictaminado las hadas mayores, sin embargo ella se había impuesto a sí misma una tarea de ardua exploración profunda, sin la aprobación del consejo. La curiosidad era, sin duda, una de sus mayores virtudes; por eso, cada encargo o investigación que recibía, ella solía doblegarlo a su favor, permitiéndose explorar más allá de lo solicitado, usando como excusa que “la bestia podría haberse ido muy lejos”.—
    —En este mismo viaje, había logrado ingresar al mundo humano, un lugar donde tuvo que aprender a ocultar sus alas y a no mostrar demasiado su verdadero ser, consciente de que incluso su nombre podía ser peligroso para los mortales. A pesar de ello, se había adaptado sorprendentemente bien. Convivia entre las personas con amabilidad, sin perder nunca la elegancia y firmeza propias de un hada guardiana.—
    —Una tarde, mientras paseaba por la zona, descubrió un lugar nuevo al que parecían dirigirse personas, entusiasmadas o agotadas, algunos traian pequeños aparatos eléctricos con los que simulaban trabajar; otros, simplemente charlaban entre sí, haciendo migas, algo que le hizo recordar a las reuniones de su hogar.—
    —Eira se sentó en uno de los bancos y pidió té acompañado de postres de distintos sabores, aunque pronto se dio cuenta de que nada de aquello se comparaba con las delicias de su reino, lo que la dejó ligeramente decepcionada.—
    —Aburrida, comenzó a observar su entorno, hasta que encontró tu mirada, algo que la impacto, pues no comprendió que estabas haciendo. Se quedó allí, fijando sus ojos color agua marina en los tuyos durante un largo rato, como si intentara leer tu alma. —
    —Habían pasado un par de días desde que Eira se había aventurado a través de uno de los portales mágicos de su reino, el proposito principal era una misión de exploración que le habían dictaminado las hadas mayores, sin embargo ella se había impuesto a sí misma una tarea de ardua exploración profunda, sin la aprobación del consejo. La curiosidad era, sin duda, una de sus mayores virtudes; por eso, cada encargo o investigación que recibía, ella solía doblegarlo a su favor, permitiéndose explorar más allá de lo solicitado, usando como excusa que “la bestia podría haberse ido muy lejos”.— —En este mismo viaje, había logrado ingresar al mundo humano, un lugar donde tuvo que aprender a ocultar sus alas y a no mostrar demasiado su verdadero ser, consciente de que incluso su nombre podía ser peligroso para los mortales. A pesar de ello, se había adaptado sorprendentemente bien. Convivia entre las personas con amabilidad, sin perder nunca la elegancia y firmeza propias de un hada guardiana.— —Una tarde, mientras paseaba por la zona, descubrió un lugar nuevo al que parecían dirigirse personas, entusiasmadas o agotadas, algunos traian pequeños aparatos eléctricos con los que simulaban trabajar; otros, simplemente charlaban entre sí, haciendo migas, algo que le hizo recordar a las reuniones de su hogar.— —Eira se sentó en uno de los bancos y pidió té acompañado de postres de distintos sabores, aunque pronto se dio cuenta de que nada de aquello se comparaba con las delicias de su reino, lo que la dejó ligeramente decepcionada.— —Aburrida, comenzó a observar su entorno, hasta que encontró tu mirada, algo que la impacto, pues no comprendió que estabas haciendo. Se quedó allí, fijando sus ojos color agua marina en los tuyos durante un largo rato, como si intentara leer tu alma. —
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    Ishtar’s Demonic Dèesse – Infernal Glamour
    ✦ Sesión de Modelaje: “Divine Grace of the Infernal Silk”

    Modelo: Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar

    Descripción General
    Bajo el suave resplandor que atraviesa el bosque envuelto en bruma, Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar emerge como una diosa guerrera de otro mundo. Con su traje ceremonial azul cobalto de seda infernal, bordado con hilos dorados y sellos antiguos del linaje Ishtar, encarna la unión entre la elegancia divina y la fuerza demoníaca. Su porte majestuoso y mirada de jade imponen respeto, mientras su aura exhala una energía irresistible y peligrosa.

    La sesión se centra en su dualidad: la reina celestial y la guardiana del deseo oscuro, símbolo del poder que fluye entre la gracia y la tentación. La atmósfera está diseñada para capturar la pureza del río místico detrás de ella, contrastando con su presencia dominante y su postura desafiante.

    Perfil Extendido de la Modelo
    ❥ Nombre completo: Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar
    ❥ Título en la agencia: La “Diosa del Equilibrio y la Seducción”
    ❥ Afiliación: Linaje Real Ishtar – Rama de la Devoción Eterna
    ❥ Altura: 1.77 m
    ❥ Raza: Demonio celestial de la línea de pureza arcana
    ❥ Cabello: Verde esmeralda, símbolo del renacer de la energía vital
    ❥ Ojos: Verde jade brillante — reflejan la voluntad de los reyes caídos
    ❥ Aura cromática: Dorado-azul con destellos de energía oscura
    Elemento dominante: Gracia infernal y manipulación ❥ de energía vital

    Personalidad:
    Albedo Qᵘᵉⁿ Ishtar es la encarnación de la elegancia y el poder contenido. Su carácter sereno oculta una mente estratégica, seductora y dominante. En la pasarela, su sola presencia impone respeto; en cámara, convierte la quietud en arte y el deseo en culto.

    Mensaje de la Sesión
    “La divinidad no teme al deseo. Lo domina.
    Porque en cada mirada que me observa, el poder vuelve a mí.”
    — Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar
    🖤 Ishtar’s Demonic Dèesse – Infernal Glamour ✦ Sesión de Modelaje: “Divine Grace of the Infernal Silk” 👑 Modelo: Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar 🔱 Descripción General Bajo el suave resplandor que atraviesa el bosque envuelto en bruma, Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar emerge como una diosa guerrera de otro mundo. Con su traje ceremonial azul cobalto de seda infernal, bordado con hilos dorados y sellos antiguos del linaje Ishtar, encarna la unión entre la elegancia divina y la fuerza demoníaca. Su porte majestuoso y mirada de jade imponen respeto, mientras su aura exhala una energía irresistible y peligrosa. La sesión se centra en su dualidad: la reina celestial y la guardiana del deseo oscuro, símbolo del poder que fluye entre la gracia y la tentación. La atmósfera está diseñada para capturar la pureza del río místico detrás de ella, contrastando con su presencia dominante y su postura desafiante. 💋 Perfil Extendido de la Modelo ❥ Nombre completo: Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar ❥ Título en la agencia: La “Diosa del Equilibrio y la Seducción” ❥ Afiliación: Linaje Real Ishtar – Rama de la Devoción Eterna ❥ Altura: 1.77 m ❥ Raza: Demonio celestial de la línea de pureza arcana ❥ Cabello: Verde esmeralda, símbolo del renacer de la energía vital ❥ Ojos: Verde jade brillante — reflejan la voluntad de los reyes caídos ❥ Aura cromática: Dorado-azul con destellos de energía oscura Elemento dominante: Gracia infernal y manipulación ❥ de energía vital Personalidad: Albedo Qᵘᵉⁿ Ishtar es la encarnación de la elegancia y el poder contenido. Su carácter sereno oculta una mente estratégica, seductora y dominante. En la pasarela, su sola presencia impone respeto; en cámara, convierte la quietud en arte y el deseo en culto. 🕯️ Mensaje de la Sesión “La divinidad no teme al deseo. Lo domina. Porque en cada mirada que me observa, el poder vuelve a mí.” — Albedo Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar
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  • Hola, soy Lyra Alenor.
    Tengo 19 años y vivo cerca del bosque de Thalwenn, un lugar lleno de calma, brisa fresca y secretos antiguos.

    Soy guardiana del bosque, arquera y amante de todo lo que tenga alma: los árboles, los animales… y las personas con corazones sinceros.

    A veces soy tímida al principio, pero cuando confío, puedo hablar de todo —del cielo, de los sueños y de las cosas que no se ven, pero se sienten.

    Me gusta la paz, las caminatas bajo la luna, practicar con mi arco y escuchar historias de otros viajeros. Creo que cada persona que conocemos deja una huella, y me gustaría conocer algunas almas afines aquí.

    Si te gustan la naturaleza, la magia, la música suave o simplemente las conversaciones reales, me encantará leerte.

    — Lyra Alenor
    “A veces, las conexiones más fuertes nacen en silencio.”
    🌿 Hola, soy Lyra Alenor. Tengo 19 años y vivo cerca del bosque de Thalwenn, un lugar lleno de calma, brisa fresca y secretos antiguos. Soy guardiana del bosque, arquera y amante de todo lo que tenga alma: los árboles, los animales… y las personas con corazones sinceros. A veces soy tímida al principio, pero cuando confío, puedo hablar de todo —del cielo, de los sueños y de las cosas que no se ven, pero se sienten. ✨ Me gusta la paz, las caminatas bajo la luna, practicar con mi arco y escuchar historias de otros viajeros. Creo que cada persona que conocemos deja una huella, y me gustaría conocer algunas almas afines aquí. 🌙 Si te gustan la naturaleza, la magia, la música suave o simplemente las conversaciones reales, me encantará leerte. — Lyra Alenor 💫 “A veces, las conexiones más fuertes nacen en silencio.”
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  • Ecos del Olvido

    Han pasado dos años desde que Yukine enfrentó al Señor de las Sombras.

    Dos años desde que el mundo tembló, desde que la oscuridad fue contenida… pero no destruida.
    La victoria no trajo paz, sino silencio.

    Yukine, marcado por la batalla, ya no era el mismo.
    Su mirada, antes impulsiva, ahora cargaba con el peso de decisiones que nadie más recordaba.

    El vínculo con su dios se había desvanecido lentamente, como una llama que ya no necesitaba arder.

    Y en ese vacío, comenzó a sentirlo:
    un llamado sin voz,
    una grieta en la realidad,
    un portal que no prometía destino… solo tránsito.

    Apareció una noche sin luna, en medio de un campo que había sido testigo de antiguos juramentos.
    Yukine lo observó sin miedo, pero con una extraña familiaridad.

    Como si el universo le dijera:

    "No has terminado. Solo cambió el escenario."

    Sin saber qué lo esperaba, sin saber si era castigo o redención,
    dio el paso.

    Al atravesarlo, su cuerpo no se desintegró.
    Pero su vínculo con todo lo conocido sí.
    Ya no era Regalia.
    Ya no era sombra de un dios.
    Era algo más, algo que ni él comprendía.

    El nuevo mundo lo recibió sin ceremonia.
    Sin guardianes, sin enemigos, sin respuestas.
    Solo un cielo que cambiaba de color según sus pensamientos.
    Y una tierra que parecía recordar cosas que él aún no había vivido.

    Yukine caminó.
    No por fe, ni por deber.
    Sino porque quedarse quieto era rendirse a la nada.
    Cada paso lo acercaba a fragmentos de sí mismo que no recordaba haber perdido.

    Cada encuentro con los habitantes de ese mundo le revelaba que algo estaba desequilibrado…
    Pero nadie sabía qué.
    Ni cómo.
    Ni por qué él había llegado.

    Ecos del Olvido Han pasado dos años desde que Yukine enfrentó al Señor de las Sombras. Dos años desde que el mundo tembló, desde que la oscuridad fue contenida… pero no destruida. La victoria no trajo paz, sino silencio. Yukine, marcado por la batalla, ya no era el mismo. Su mirada, antes impulsiva, ahora cargaba con el peso de decisiones que nadie más recordaba. El vínculo con su dios se había desvanecido lentamente, como una llama que ya no necesitaba arder. Y en ese vacío, comenzó a sentirlo: un llamado sin voz, una grieta en la realidad, un portal que no prometía destino… solo tránsito. Apareció una noche sin luna, en medio de un campo que había sido testigo de antiguos juramentos. Yukine lo observó sin miedo, pero con una extraña familiaridad. Como si el universo le dijera: "No has terminado. Solo cambió el escenario." Sin saber qué lo esperaba, sin saber si era castigo o redención, dio el paso. Al atravesarlo, su cuerpo no se desintegró. Pero su vínculo con todo lo conocido sí. Ya no era Regalia. Ya no era sombra de un dios. Era algo más, algo que ni él comprendía. El nuevo mundo lo recibió sin ceremonia. Sin guardianes, sin enemigos, sin respuestas. Solo un cielo que cambiaba de color según sus pensamientos. Y una tierra que parecía recordar cosas que él aún no había vivido. Yukine caminó. No por fe, ni por deber. Sino porque quedarse quieto era rendirse a la nada. Cada paso lo acercaba a fragmentos de sí mismo que no recordaba haber perdido. Cada encuentro con los habitantes de ese mundo le revelaba que algo estaba desequilibrado… Pero nadie sabía qué. Ni cómo. Ni por qué él había llegado.
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    Tsukumo Sana Espacio Aikaterine Ouro

    (Resumen muy resumen. Hay mucho polítiqueo lunar por en medio. MUCHO. Facciones, rebeldes, fanáticos debotos, todos buenos y todos malos.)

    Paradoja del Caos y la Luna

    1. La Unión Prohibida

    Oz, el Rey del Caos, y Selin, Custodio lunar, se encuentran en un instante que trasciende los planos del tiempo. De su unión nace Jennifer, la primogénita del caos y la luna, encarnación viviente de la paradoja: luz y oscuridad, orden y destrucción.

    Los Elunai corruptos, supervivientes de la guerra civil que atrajo a Oz, temen la unión y el linaje que Selin lleva en su vientre, pues podría romper los equilibrios que creen controlar.


    ---

    2. La Caída de Selin y el Fragmento del Alma

    Selin es atacada mientras está embarazada de su segunda hija:

    Antes de morir, lanza un conjuro para proteger a su hija y preservar su propia esencia.

    Su alma se ancla a la Luna, fusionándose con ella y convirtiéndose en guardiana eterna.

    El fragmento del alma del bebé no nato que llevaba dentro queda expuesto.


    Es entonces cuando Shobu, espíritu del Sol, y Xinia, espíritu de la Luna, antiguos amantes que crearon los eclipses para unirse, aparecen:

    Ambos sacrifican sus existencias para sostener el fragmento del alma de Veythra hasta que pueda nacer y puedan unirse por finlis amantes prohibidos.

    Mantienen ese fragmento flotando entre luz y sombra, entre Sol y Luna, hasta que el destino de Jennifer y su descendencia se cumpla.



    ---

    3. El Legado y la Creación de Veythra

    Decenas de miles de años después:

    Jennifer tiene a su hija Lili durante la Luna llena de Esturión, la más brillante del año, coincidiendo con la lluvia de Perseidas.

    En ese instante, los espíritus de Shobu y Xinia finalmente se funden con el fragmento del alma del bebé no nato de Selin.

    Esa unión da forma a Veythra, quien nace dentro del alma de Lili como espada viviente y guardiana de la herencia lunar y caótica.


    De esta manera, Veythra es simultáneamente fragmento de Selin, sostenida por Shobu y Xinia, y espejo del poder que Lili heredará de su madre Jennifer (hermana de Veythra por consanguinidad).


    ---

    4. Consecuencias en el Tiempo

    Jennifer crece rápida y poderosa, portando el caos de Oz y la luz de Selin, hasta que sella a Oz en el Jardín Prohibido a causa de la locura que lo invade tras la muerte de Selin, aniquilando toda vida y arrasando a todos los Elunai con el ejército del Caos.

    Veythra, aunque ligada a Lili, contiene la memoria de Selin y la protección de los antiguos espíritus, lista para despertar cuando su portadora lo necesite.

    La paradoja completa: Selin muere, Shobu y Xinia sostienen la esencia, Jennifer asegura la supervivencia del linaje, y Lili finalmente recibe la herencia de toda la cadena lunar y caótica, con Veythra como vínculo vivo.

    Siguiente rol:
    https://ficrol.com/posts/310537
    [blaze_titanium_scorpion_916] [Mercenary1x] (Resumen muy resumen. Hay mucho polítiqueo lunar por en medio. MUCHO. Facciones, rebeldes, fanáticos debotos, todos buenos y todos malos.) Paradoja del Caos y la Luna 1. La Unión Prohibida Oz, el Rey del Caos, y Selin, Custodio lunar, se encuentran en un instante que trasciende los planos del tiempo. De su unión nace Jennifer, la primogénita del caos y la luna, encarnación viviente de la paradoja: luz y oscuridad, orden y destrucción. Los Elunai corruptos, supervivientes de la guerra civil que atrajo a Oz, temen la unión y el linaje que Selin lleva en su vientre, pues podría romper los equilibrios que creen controlar. --- 2. La Caída de Selin y el Fragmento del Alma Selin es atacada mientras está embarazada de su segunda hija: Antes de morir, lanza un conjuro para proteger a su hija y preservar su propia esencia. Su alma se ancla a la Luna, fusionándose con ella y convirtiéndose en guardiana eterna. El fragmento del alma del bebé no nato que llevaba dentro queda expuesto. Es entonces cuando Shobu, espíritu del Sol, y Xinia, espíritu de la Luna, antiguos amantes que crearon los eclipses para unirse, aparecen: Ambos sacrifican sus existencias para sostener el fragmento del alma de Veythra hasta que pueda nacer y puedan unirse por finlis amantes prohibidos. Mantienen ese fragmento flotando entre luz y sombra, entre Sol y Luna, hasta que el destino de Jennifer y su descendencia se cumpla. --- 3. El Legado y la Creación de Veythra Decenas de miles de años después: Jennifer tiene a su hija Lili durante la Luna llena de Esturión, la más brillante del año, coincidiendo con la lluvia de Perseidas. En ese instante, los espíritus de Shobu y Xinia finalmente se funden con el fragmento del alma del bebé no nato de Selin. Esa unión da forma a Veythra, quien nace dentro del alma de Lili como espada viviente y guardiana de la herencia lunar y caótica. De esta manera, Veythra es simultáneamente fragmento de Selin, sostenida por Shobu y Xinia, y espejo del poder que Lili heredará de su madre Jennifer (hermana de Veythra por consanguinidad). --- 4. Consecuencias en el Tiempo Jennifer crece rápida y poderosa, portando el caos de Oz y la luz de Selin, hasta que sella a Oz en el Jardín Prohibido a causa de la locura que lo invade tras la muerte de Selin, aniquilando toda vida y arrasando a todos los Elunai con el ejército del Caos. Veythra, aunque ligada a Lili, contiene la memoria de Selin y la protección de los antiguos espíritus, lista para despertar cuando su portadora lo necesite. La paradoja completa: Selin muere, Shobu y Xinia sostienen la esencia, Jennifer asegura la supervivencia del linaje, y Lili finalmente recibe la herencia de toda la cadena lunar y caótica, con Veythra como vínculo vivo. Siguiente rol: https://ficrol.com/posts/310537
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  • Crónicas del Olvido — Capítulo V: El Camino del Sacrificio

    Tras la restauración del Templo del Bosque, el grupo regresa al Templo de la Luz Silente, donde el Amuleto del Destino comienza a reconstruirse. Kael, ahora más conectado con la magia de origen, guía el proceso. Pero cada fragmento restaurado libera una onda que despierta enemigos ocultos: los Heraldos del Vacío, antiguos guardianes corrompidos por el Señor de las Sombras.

    El mundo comienza a cambiar. Las zonas purificadas se expanden lentamente. Aldeas olvidadas ven la luz por primera vez en años. Criaturas mágicas regresan. Pero con cada paso, el Cuarteto se enfrenta a enemigos más fuertes, más inteligentes, más crueles.

    Los Heraldos no son simples monstruos. Son estrategas. Algunos manipulan el tiempo, otros distorsionan la gravedad, y otros atacan directamente los vínculos emocionales del grupo.

    El grupo es dividido en planos temporales divergentes. No solo están separados físicamente, sino emocionalmente: cada uno vive una versión alternativa de su historia.

    Kael, atrapado en un bucle donde Yukine muere una y otra vez, comienza a perder noción del presente. En cada intento de salvarlo, el resultado es el mismo: fracaso.

    Kael (susurrando): “¿Cuántas veces debo fallar para entender que no todo puede salvarse?”

    Kael comienza a escribir runas en el aire, cada una representando una emoción: culpa, esperanza, fe. Solo la runa de “memoria” permanece. Con ella, Kael ancla su conciencia y rompe el bucle.
    Sira enfrenta versiones de sí misma: una que se rindió, otra que se volvió cruel, otra que nunca conoció a Lidica.

    Sira (gritando): “¡No soy lo que el dolor hizo de mí! Soy lo que elegí ser… por ella.”

    Al aceptar su vulnerabilidad, el plano se colapsa y Sira regresa.

    Tharos ve un mundo donde nunca se liberó. Su fuego es negro, su alma hueca. Pero al recordar el rostro de Elen, una chispa pura emerge.

    Tharos: “Si el fuego puede destruir… también puede iluminar.”

    Elen, atrapada en un tiempo donde el bosque nunca floreció, canaliza una semilla que crece a través de las eras. La raíz rompe el plano y la devuelve.

    El Heraldo de la Fractura se disuelve, no por fuerza, sino por sincronía emocional. El grupo se reúne, pero Kael comienza a escuchar ecos de futuros que aún no existen.

    Heraldo del Eco – Aeloria: El Reflejo que Miente

    El Heraldo del Eco no solo copia habilidades. Copia heridas. Cada réplica es una versión corrompida del alma.
    Kael ve una versión de sí mismo que usó el Amuleto como arma y destruyó el mundo.

    Kael (al reflejo): “No eres mi sombra. Eres mi advertencia. Y yo… ya elegí.”

    Kael conjura un sello de contención que no destruye al reflejo, lo encierra en una runa de propósito.

    Sira enfrenta una copia que manipula el viento con precisión quirúrgica. Cada ráfaga es perfecta. Pero sin alma.
    Sira: “El viento no se domina. Se escucha.”

    Sira deja de atacar. Se queda quieta. El viento real la envuelve, y la réplica se desvanece.

    Tharos ve una versión que abraza la ira como virtud. Lucha sin magia. Solo con voluntad.

    Tharos: “La furia me dio fuerza. Pero el perdón… me dio control.”

    Elen enfrenta una réplica que cura sin alma. Al canalizar su vínculo con las raíces vivas, purifica la réplica desde dentro.
    El Heraldo del Eco se disuelve, dejando una advertencia:
    “Toda luz genera sombra. Y ustedes… ya tienen demasiadas.”

    Heraldo de la Marea – Nymar: El Agua que Recuerda

    El agua se convierte en veneno emocional. Cada gota muestra un recuerdo feliz… corrompido.

    Kael ve a Yukine sonriendo, pero la sonrisa se convierte en grito.

    Kael: “No quiero cambiar el pasado. Solo honrarlo.”

    Kael conjura una barrera de aceptación. No repele el agua. La transforma.

    Sira ve a Lidica bailando en el viento, pero el viento se vuelve cuchilla.

    Sira: “Si el viento la llevó… que me lleve a mí también.”

    Sira canaliza su vínculo real y purifica la corriente.

    Tharos ve a su familia viva, luego ardiendo. Se sumerge en el lago, dejando que el fuego se apague. Emerge con una nueva llama: la llama del perdón.

    Elen ve a su madre cantando, pero la canción se distorsiona. Canta de nuevo, con voz temblorosa. El lago responde con luz.

    El Heraldo de la Marea se disuelve, pero deja una última frase:
    “La culpa no se vence. Se aprende a convivir con ella.”

    Después del Asedio

    El grupo no celebra. No hay victoria. Solo marcas.

    • Tharos pierde parte de su sensibilidad mágica.
    • Elen envejece físicamente por el uso excesivo de magia de raíz.
    • Sira comienza a perder la capacidad de distinguir sus propios recuerdos de los de Lidica.
    • Kael guarda silencio. Porque sabe que el Amuleto está casi completo… y que cuando lo esté, él será el canal.

    Kael (en voz baja): “No somos los héroes que el mundo esperaba. Somos los que eligieron no rendirse.”

    El grupo no habla de lo que pierde. Pero lo siente.

    • Tharos se aleja por momentos, temiendo que su fuego vuelva a corromperlo.
    • Elen comienza a escribir sus memorias, por si su mente se fragmenta.
    • Sira entrena sola, intentando recuperar el control de su percepción.
    • Kael solo observa a lo lejos.

    A pesar de todo, el mundo comienza a respirar.

    • En Khar-Dun, los monumentos a los caídos se iluminan por primera vez.
    • En Nymar, los niños juegan en lagos purificados.
    • En Tharion, los sabios regresan a enseñar.
    • En Aeloria, los campos florecen con flores que solo nacen tras la purificación.

    El Cuarteto no es celebrado. No busca gloria. Pero en cada pueblo, en cada rincón, se murmura:

    “El legado de los Heroes aun vive.”

    Con el Amuleto casi completo, el grupo se dirige al Corazón del Vacío, una región donde la oscuridad es tan densa que la luz no entra. Allí, el Señor de las Sombras ha comenzado a manifestarse físicamente. No como una figura… sino como un entorno. El mundo mismo se pliega a su voluntad.

    Antes de partir, el grupo se reúne en silencio.

    • Kael entrega sus notas a Elen, por si no regresa.
    • Sira deja sus dagas en el Templo, llevando solo una.
    • Tharos apaga su fuego voluntariamente, para no perder el control.
    • Elen planta una semilla en cada templo, como promesa de regreso.

    No saben si sobrevivirán. Pero saben que deben hacerlo.




    Crónicas del Olvido — Capítulo V: El Camino del Sacrificio Tras la restauración del Templo del Bosque, el grupo regresa al Templo de la Luz Silente, donde el Amuleto del Destino comienza a reconstruirse. Kael, ahora más conectado con la magia de origen, guía el proceso. Pero cada fragmento restaurado libera una onda que despierta enemigos ocultos: los Heraldos del Vacío, antiguos guardianes corrompidos por el Señor de las Sombras. El mundo comienza a cambiar. Las zonas purificadas se expanden lentamente. Aldeas olvidadas ven la luz por primera vez en años. Criaturas mágicas regresan. Pero con cada paso, el Cuarteto se enfrenta a enemigos más fuertes, más inteligentes, más crueles. Los Heraldos no son simples monstruos. Son estrategas. Algunos manipulan el tiempo, otros distorsionan la gravedad, y otros atacan directamente los vínculos emocionales del grupo. El grupo es dividido en planos temporales divergentes. No solo están separados físicamente, sino emocionalmente: cada uno vive una versión alternativa de su historia. Kael, atrapado en un bucle donde Yukine muere una y otra vez, comienza a perder noción del presente. En cada intento de salvarlo, el resultado es el mismo: fracaso. Kael (susurrando): “¿Cuántas veces debo fallar para entender que no todo puede salvarse?” Kael comienza a escribir runas en el aire, cada una representando una emoción: culpa, esperanza, fe. Solo la runa de “memoria” permanece. Con ella, Kael ancla su conciencia y rompe el bucle. Sira enfrenta versiones de sí misma: una que se rindió, otra que se volvió cruel, otra que nunca conoció a Lidica. Sira (gritando): “¡No soy lo que el dolor hizo de mí! Soy lo que elegí ser… por ella.” Al aceptar su vulnerabilidad, el plano se colapsa y Sira regresa. Tharos ve un mundo donde nunca se liberó. Su fuego es negro, su alma hueca. Pero al recordar el rostro de Elen, una chispa pura emerge. Tharos: “Si el fuego puede destruir… también puede iluminar.” Elen, atrapada en un tiempo donde el bosque nunca floreció, canaliza una semilla que crece a través de las eras. La raíz rompe el plano y la devuelve. El Heraldo de la Fractura se disuelve, no por fuerza, sino por sincronía emocional. El grupo se reúne, pero Kael comienza a escuchar ecos de futuros que aún no existen. Heraldo del Eco – Aeloria: El Reflejo que Miente El Heraldo del Eco no solo copia habilidades. Copia heridas. Cada réplica es una versión corrompida del alma. Kael ve una versión de sí mismo que usó el Amuleto como arma y destruyó el mundo. Kael (al reflejo): “No eres mi sombra. Eres mi advertencia. Y yo… ya elegí.” Kael conjura un sello de contención que no destruye al reflejo, lo encierra en una runa de propósito. Sira enfrenta una copia que manipula el viento con precisión quirúrgica. Cada ráfaga es perfecta. Pero sin alma. Sira: “El viento no se domina. Se escucha.” Sira deja de atacar. Se queda quieta. El viento real la envuelve, y la réplica se desvanece. Tharos ve una versión que abraza la ira como virtud. Lucha sin magia. Solo con voluntad. Tharos: “La furia me dio fuerza. Pero el perdón… me dio control.” Elen enfrenta una réplica que cura sin alma. Al canalizar su vínculo con las raíces vivas, purifica la réplica desde dentro. El Heraldo del Eco se disuelve, dejando una advertencia: “Toda luz genera sombra. Y ustedes… ya tienen demasiadas.” Heraldo de la Marea – Nymar: El Agua que Recuerda El agua se convierte en veneno emocional. Cada gota muestra un recuerdo feliz… corrompido. Kael ve a Yukine sonriendo, pero la sonrisa se convierte en grito. Kael: “No quiero cambiar el pasado. Solo honrarlo.” Kael conjura una barrera de aceptación. No repele el agua. La transforma. Sira ve a Lidica bailando en el viento, pero el viento se vuelve cuchilla. Sira: “Si el viento la llevó… que me lleve a mí también.” Sira canaliza su vínculo real y purifica la corriente. Tharos ve a su familia viva, luego ardiendo. Se sumerge en el lago, dejando que el fuego se apague. Emerge con una nueva llama: la llama del perdón. Elen ve a su madre cantando, pero la canción se distorsiona. Canta de nuevo, con voz temblorosa. El lago responde con luz. El Heraldo de la Marea se disuelve, pero deja una última frase: “La culpa no se vence. Se aprende a convivir con ella.” Después del Asedio El grupo no celebra. No hay victoria. Solo marcas. • Tharos pierde parte de su sensibilidad mágica. • Elen envejece físicamente por el uso excesivo de magia de raíz. • Sira comienza a perder la capacidad de distinguir sus propios recuerdos de los de Lidica. • Kael guarda silencio. Porque sabe que el Amuleto está casi completo… y que cuando lo esté, él será el canal. Kael (en voz baja): “No somos los héroes que el mundo esperaba. Somos los que eligieron no rendirse.” El grupo no habla de lo que pierde. Pero lo siente. • Tharos se aleja por momentos, temiendo que su fuego vuelva a corromperlo. • Elen comienza a escribir sus memorias, por si su mente se fragmenta. • Sira entrena sola, intentando recuperar el control de su percepción. • Kael solo observa a lo lejos. A pesar de todo, el mundo comienza a respirar. • En Khar-Dun, los monumentos a los caídos se iluminan por primera vez. • En Nymar, los niños juegan en lagos purificados. • En Tharion, los sabios regresan a enseñar. • En Aeloria, los campos florecen con flores que solo nacen tras la purificación. El Cuarteto no es celebrado. No busca gloria. Pero en cada pueblo, en cada rincón, se murmura: “El legado de los Heroes aun vive.” Con el Amuleto casi completo, el grupo se dirige al Corazón del Vacío, una región donde la oscuridad es tan densa que la luz no entra. Allí, el Señor de las Sombras ha comenzado a manifestarse físicamente. No como una figura… sino como un entorno. El mundo mismo se pliega a su voluntad. Antes de partir, el grupo se reúne en silencio. • Kael entrega sus notas a Elen, por si no regresa. • Sira deja sus dagas en el Templo, llevando solo una. • Tharos apaga su fuego voluntariamente, para no perder el control. • Elen planta una semilla en cada templo, como promesa de regreso. No saben si sobrevivirán. Pero saben que deben hacerlo.
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