• El Encanto de lo Inesperado
    Fandom Harry Potter
    Categoría Fantasía
    Starter Balthazar Octavius Blythe


    Cazador de Secretos, guardiana de criaturas.


    “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.”



    >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo.

    – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo.

    – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha.

    En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler.

    Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre.

    Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído.
    Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza.
    Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado.



    Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow.
    Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas.

    Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley.

    El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”.

    – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca.

    – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía.

    – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía .

    – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento.

    Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar.

    – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro.

    – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –.

    Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida.

    En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia.

    Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre.

    Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo.

    No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar.

    – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –.

    Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.

    Starter [B0BProphet] Cazador de Secretos, guardiana de criaturas. “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.” >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo. – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo. – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha. En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler. Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre. Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído. Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza. Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado. Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow. Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas. Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley. El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”. – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca. – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía. – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía . – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento. Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar. – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro. – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –. Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida. En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia. Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre. Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo. No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar. – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –. Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.
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    Grupal
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  • Bajo el sol ardiente del desierto, el tiempo parecía detenerse. La arena, infinita y dorada, se extendía en todas direcciones, mientras Kelly descansaba sobre alfombras tejidas y cojines bordados con historias ancestrales. Con sus gafas oscuras, una sonrisa serena y la brisa cálida acariciándole el rostro, parecía ajena a todo excepto a ese momento.

    No había ruido, solo el susurro del viento moviendo las telas y el latido tranquilo de una conexión silenciosa. Su mano diestra sostenía el libro que estaba leyendo, pero honestamente hubiera preferido estar posada sobre una pierna ajena. Deseaba tener con "él" esa clase de gestos simples, pero cargados de complicidad, de esos que nacen cuando sobran las explicaciones.

    Pero ahí, en medio de la nada, se sentía todo. Paz. Confianza. Y una promesa no dicha de llevarle allí algún día.
    Bajo el sol ardiente del desierto, el tiempo parecía detenerse. La arena, infinita y dorada, se extendía en todas direcciones, mientras Kelly descansaba sobre alfombras tejidas y cojines bordados con historias ancestrales. Con sus gafas oscuras, una sonrisa serena y la brisa cálida acariciándole el rostro, parecía ajena a todo excepto a ese momento. No había ruido, solo el susurro del viento moviendo las telas y el latido tranquilo de una conexión silenciosa. Su mano diestra sostenía el libro que estaba leyendo, pero honestamente hubiera preferido estar posada sobre una pierna ajena. Deseaba tener con "él" esa clase de gestos simples, pero cargados de complicidad, de esos que nacen cuando sobran las explicaciones. Pero ahí, en medio de la nada, se sentía todo. Paz. Confianza. Y una promesa no dicha de llevarle allí algún día.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Ahora que está sola está buscando esa estrella
    La misma que de noche alumbraba sus huellas
    Cansada del amor ahora piensa en ella
    Y aunque todos le tiran, ninguno lo consigue

    Se puso más linda y no pa' que la miren
    Le cambió la vibra y se siente más libre
    Ya no hay quien la privé, ahora es la que decide
    Ponerse primero y que no la lastimen, yeah

    Parece haber vivido tanto
    Que ya está curada de espanto, yeah
    No sufre desde hace cuánto
    Solo quiere pasar el rato, yeah

    Sin compromiso ni contrato
    Ya no le preguntan cuánto, cómo, cuándo, dónde y quién
    No da explicaciones y está bien
    Ahora que está sola está buscando esa estrella La misma que de noche alumbraba sus huellas Cansada del amor ahora piensa en ella Y aunque todos le tiran, ninguno lo consigue Se puso más linda y no pa' que la miren Le cambió la vibra y se siente más libre Ya no hay quien la privé, ahora es la que decide Ponerse primero y que no la lastimen, yeah Parece haber vivido tanto Que ya está curada de espanto, yeah No sufre desde hace cuánto Solo quiere pasar el rato, yeah Sin compromiso ni contrato Ya no le preguntan cuánto, cómo, cuándo, dónde y quién No da explicaciones y está bien
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  • Soy una criatura muy simple, o me conoces o sacas tus propias conclusiones, no pierdo mi tiempo dando explicaciones.
    Soy una criatura muy simple, o me conoces o sacas tus propias conclusiones, no pierdo mi tiempo dando explicaciones.
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  • Boticaria.... creo que con esto me ahorre MUCHAS explicaciones...

    https://vm.tiktok.com/ZMBPXyp6h/
    Boticaria.... creo que con esto me ahorre MUCHAS explicaciones... https://vm.tiktok.com/ZMBPXyp6h/
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  • Reunion
    Fandom Historia Original
    Categoría Crossover
    *Una serie de eventos y complicaciones inesperados la mantenian en constante alerta. Continua vigilia era la que mantienia. Al menos hasta que termino recibiendo un inesperado llamado. Una convocacion para una audiencia. Un evento asi rara vez se daba y sabia que tenia dar una explicacion de todo lo ocurrido recientemente*

    *Lo primero que hacia era contactar a sus compañeras del Consejo. De momento solo puedo comunicarse con dos de ellas, luego de una breve explicacion sobre quien desea verlas, abriria un portal enfrente de ambas para que pudieran al punto de reunion directamente. Por su parte y como medida de seguridad se encargo de crear una copia de si misma. Alguien que se encargara de mantener todo en orden durante lo que espera sea una breve ausencia*

    *Asia era como un espejo de cristal de grandes dimensiones se forma frente a ella. Del otro lado podia ver un elegante jardin. Con un breve suspiro se adentraba en este. De inmediato se encuentra en un entorno abierto con un cielo azul. Un jardin con estructuras de marmol. Con una fuente con Lirios flotando en la cristalina agua. Enfrente una pequeña escalera, que lleva a una plataforma donde espera quien la ha convocado*

    *Al momento de llegar delante de ella hacia una reverencia en su delante* Nos ha llamado. Asumo que desea un informe de lo que ocurre en el mundo? *Menciono al erguirse por completo delante de la mujer de joven apariencia*



    *Una serie de eventos y complicaciones inesperados la mantenian en constante alerta. Continua vigilia era la que mantienia. Al menos hasta que termino recibiendo un inesperado llamado. Una convocacion para una audiencia. Un evento asi rara vez se daba y sabia que tenia dar una explicacion de todo lo ocurrido recientemente* *Lo primero que hacia era contactar a sus compañeras del Consejo. De momento solo puedo comunicarse con dos de ellas, luego de una breve explicacion sobre quien desea verlas, abriria un portal enfrente de ambas para que pudieran al punto de reunion directamente. Por su parte y como medida de seguridad se encargo de crear una copia de si misma. Alguien que se encargara de mantener todo en orden durante lo que espera sea una breve ausencia* *Asia era como un espejo de cristal de grandes dimensiones se forma frente a ella. Del otro lado podia ver un elegante jardin. Con un breve suspiro se adentraba en este. De inmediato se encuentra en un entorno abierto con un cielo azul. Un jardin con estructuras de marmol. Con una fuente con Lirios flotando en la cristalina agua. Enfrente una pequeña escalera, que lleva a una plataforma donde espera quien la ha convocado* *Al momento de llegar delante de ella hacia una reverencia en su delante* Nos ha llamado. Asumo que desea un informe de lo que ocurre en el mundo? *Menciono al erguirse por completo delante de la mujer de joven apariencia*
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  • Lia sonreía al ver donde se encontraba, un gran bosque con copos de nieve ocupaba toda su visión, quizás habia sido muy específica en el lugar, pero habia valido la pena, el guía habia dado unas indicaciones de los cuidados y lugares donde ir. Sin embargo, vivir una aventura, la curiosidad de explorar el lugar estaban a flor de piel, inquieta espero que terminaran de dar las explicaciones, las cuales solo estaban parte de la mitad en su cerebro. Se dispuso a caminar sin un rumbo fijo, solo dejandose llevar por las pequeñas cosas que se iba encontrando que captaban su interés, adentrándose cada vez más en el bosque, escucho un par de ruidos, quizas pensado que al igual que ella alguien más habia decidió explorar sin rumbo, trato de mantenerse lo más silenciosa posible para seguir el ruido.
    Mood: Llego el momento de utilizar mis habilidades de dora exploradora.
    Anthork BloodMoon
    Lia sonreía al ver donde se encontraba, un gran bosque con copos de nieve ocupaba toda su visión, quizás habia sido muy específica en el lugar, pero habia valido la pena, el guía habia dado unas indicaciones de los cuidados y lugares donde ir. Sin embargo, vivir una aventura, la curiosidad de explorar el lugar estaban a flor de piel, inquieta espero que terminaran de dar las explicaciones, las cuales solo estaban parte de la mitad en su cerebro. Se dispuso a caminar sin un rumbo fijo, solo dejandose llevar por las pequeñas cosas que se iba encontrando que captaban su interés, adentrándose cada vez más en el bosque, escucho un par de ruidos, quizas pensado que al igual que ella alguien más habia decidió explorar sin rumbo, trato de mantenerse lo más silenciosa posible para seguir el ruido. Mood: Llego el momento de utilizar mis habilidades de dora exploradora. [Alpha.Anthork]
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  • -otro sueño mas.. joshua se encontro en un sueño, sorprendetemente volvia a ser lucido, no.. mentia.. era el mismo sueño, ya no parecia un sueño, la zona blanca, el espacio blanco se volvia interminable, solo servia para recordarle la verdad qu no aceptaba, esperando que eso le sirviera-

    mierda... que voy a hacer..? estoy perdido..

    -un sollozo vago lo lleno de desesperacion, se sento en el piso y penso, intento darle una explicacion, sus recuerdos como un mar a cataratas, estaba aterrado, cada hora podia ver a una persona distinta en este lugar blanco, ellos a el? no lo sabia, simplemente observaba a lo lejos, "yo sere el intruso talvez.." se repetia esas palabras en su cabeza, millones de teorias llenaban su cabeza, cada una mas surealista que la anterior, apenas percatandose del gatito, su mas reciente compañero, que se desvaneceria cuando despierte, la teoria mas logica que alcanzo a pensar-

    veamos piensa.. piensa.. piensa...

    -intento recapitular en su vida, para recordar que le habia pasado, obviamente recordaba su vida pero.. el momento exacto en cuando llego a este sitio no, eso le provocaba panico, su mente no le dejaba recordarlo? el no lograba entender.. porque su mente haria algo asi? se suponia que era suya.. no podia decidir por su cuenta que bloquear y que no!-

    estaba.. en un centro comercial.. creo.. em.. AHGG! no tiene caso..

    -un pensamiento de podredumbre y descomposicion, antiguedad, empezaba a recordar pero cada que lo hacia algo le impedia recordar al completo. el gato se quedo mirando curioso, intrigado, la estatua parecia tener hongos en su cabeza, una representacion muy literal de que su cuerpo se fundia con el entorno como si de una esquina musgosa se tratase-
    -otro sueño mas.. joshua se encontro en un sueño, sorprendetemente volvia a ser lucido, no.. mentia.. era el mismo sueño, ya no parecia un sueño, la zona blanca, el espacio blanco se volvia interminable, solo servia para recordarle la verdad qu no aceptaba, esperando que eso le sirviera- mierda... que voy a hacer..? estoy perdido.. -un sollozo vago lo lleno de desesperacion, se sento en el piso y penso, intento darle una explicacion, sus recuerdos como un mar a cataratas, estaba aterrado, cada hora podia ver a una persona distinta en este lugar blanco, ellos a el? no lo sabia, simplemente observaba a lo lejos, "yo sere el intruso talvez.." se repetia esas palabras en su cabeza, millones de teorias llenaban su cabeza, cada una mas surealista que la anterior, apenas percatandose del gatito, su mas reciente compañero, que se desvaneceria cuando despierte, la teoria mas logica que alcanzo a pensar- veamos piensa.. piensa.. piensa... -intento recapitular en su vida, para recordar que le habia pasado, obviamente recordaba su vida pero.. el momento exacto en cuando llego a este sitio no, eso le provocaba panico, su mente no le dejaba recordarlo? el no lograba entender.. porque su mente haria algo asi? se suponia que era suya.. no podia decidir por su cuenta que bloquear y que no!- estaba.. en un centro comercial.. creo.. em.. AHGG! no tiene caso.. -un pensamiento de podredumbre y descomposicion, antiguedad, empezaba a recordar pero cada que lo hacia algo le impedia recordar al completo. el gato se quedo mirando curioso, intrigado, la estatua parecia tener hongos en su cabeza, una representacion muy literal de que su cuerpo se fundia con el entorno como si de una esquina musgosa se tratase-
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  • Las noches espesas de los finales del invierno en una ciudad que para su gusto, era demasiado fría, su vida entera había sido en un lugar donde la mayor parte del año, era muy caluroso, tanto que parecía asfixiar a todo aquel que respiraba ese aire pesado de los manglares en el bayou, pero ahora más que calor cuando respiraba era todo lo contrario, era como miles de pequeños pedazos de hielo que se infiltraban en lo más profundo de los pulmones y que se burlaba de sí mismo como para recordarle que jamás podría congelarle le todo, por más que no usara una bufanda o incluso un cubrebocas, nunca se enfermaría o se congelaría, todo incluso el calor en el bayou no le harían ningún daño y ahora si lo pensaba, ni el sol mismo le hacía daño, entonces porque últimamente sentía que había un vacío que, al parecer nada podía llenar. Aveces se encontraba pensando en su hermana, otras en sus padres y otras más más simplemente parecía no querer salir de la ducha, suponía que no estar con su familia era su razón de sentir ese vacío, pero otras veces creía que era mejor así, no depender de nadie, no dar explicaciones.

    De pronto cuando llegaba a casa, el gato de su hermana lo recibía en la entrada, antes e igual que Lestat, él odiaba a cualquier animal que se le acercaba, eran la razón de alguna de las peleas entre sus padres, por lo que, los detestaba, pero ahora en ese pequeño departamento de Manhattan, el gato Alfonso se restregaba contra su pierna mientras él se agachaba para recogerlo con ambas manos y acariciando lo entre las orejas para tranquilizarlo.

    Era un poco agotador pero tenía toda una vida por delante y ante ese solo pensamiento le provocó una risa, ¿durante cuanto tiempo había pensado así?, no podía recordarlo, pero los últimos cuarenta años habían sido más que solo una experiencia. Un pequeño suspiro inundó sus pulmones, no sabía si se arrepentía de no haber detenido a su hermana o si más bien era culpa al no poder protegerla, justo como cuando eran niños, justo como cuando los habían convertido. Sacudió la cabeza con una mueca de dolor, ya no era un niño pero seguía cometiendo los mismos errores de cuando tenía cinco; bajo al gato y le sirvió un tazón de comida y agua. — Lo siento Alfonso, hay una partida de póquer y hay muchas cosas en juego, pórtate bien.—


    Ahora era el único dueño y anfitrión de ese casino, por lo que debía estar listo para cuando abrieran las puertas, por lo que, se duchó y se alistó con el mismo traje que había llevado los últimos dos años, una camisa blanca perfectamente planchada, unos pantalones negros, chaleco y saco a juego con el pantalón, odiaba las corbatas por lo que solía usar L camisa sin corbata y con un par de botones abiertos. No le gustaba tampoco usar perfume pero era un factor que muchas veces se podía usar como distractor por lo que en algunas ocasiones solía usarlo, solo lo necesario para crear el ambiente perfecto, el cabello bien arreglado, y el Rolex en su muñeca gritaban seriedad, pero al mismo tiempo lo hacían llamativo.
    Una vez que dejo el departamento y llego al casino, con ese paso firme y decidido, con el que siempre se movía entre las multitudes, sonriendo de forma “formal” cada vez que se requería, entró en la sala vip sentándose como uno más de los jugadores. Por un solo momento disfruto como si el vacío dentro de él se desvaneciera y por lo menos por un momento así era, ¿Qué tenía que perder?, aquí no se apostaban cosas materiales, bueno en ocasiones así era, pero nomás que dinero muchas veces se apostaban personas, que para él no eran más que un bien material, claro con algunas excepciones, pero los que realmente importaban jamás los podría en tela de apuesta. Pero normalmente el apostaba tiempo. Su hermana fue la primera en hacer esa clase de apuestas, ella siempre decía que lo que tenían de sobra las “personas” como ellos era el tiempo, por ello, él apostaba siempre tiempo y nunca solía poner reglas, normalmente todos los que llegaban a apostar eran “personas” del “otro mundo” por lo que podían hacer cualquier tipo de trampa, aquí ganaba el que tenía la mejor trampa, pero una vez ganada la apuesta, se debía pagar lo pactado o jamás saldrían del casino. — Bien… espero que puedan pagar este día sus apuestas.— Esto era más emocionante que dirigir los burdeles en el bayou, era más emocionante en general, nunca se sabe cuándo va terminar perdiendo, cuando alguien puede obtener su tiempo.
    Las noches espesas de los finales del invierno en una ciudad que para su gusto, era demasiado fría, su vida entera había sido en un lugar donde la mayor parte del año, era muy caluroso, tanto que parecía asfixiar a todo aquel que respiraba ese aire pesado de los manglares en el bayou, pero ahora más que calor cuando respiraba era todo lo contrario, era como miles de pequeños pedazos de hielo que se infiltraban en lo más profundo de los pulmones y que se burlaba de sí mismo como para recordarle que jamás podría congelarle le todo, por más que no usara una bufanda o incluso un cubrebocas, nunca se enfermaría o se congelaría, todo incluso el calor en el bayou no le harían ningún daño y ahora si lo pensaba, ni el sol mismo le hacía daño, entonces porque últimamente sentía que había un vacío que, al parecer nada podía llenar. Aveces se encontraba pensando en su hermana, otras en sus padres y otras más más simplemente parecía no querer salir de la ducha, suponía que no estar con su familia era su razón de sentir ese vacío, pero otras veces creía que era mejor así, no depender de nadie, no dar explicaciones. De pronto cuando llegaba a casa, el gato de su hermana lo recibía en la entrada, antes e igual que Lestat, él odiaba a cualquier animal que se le acercaba, eran la razón de alguna de las peleas entre sus padres, por lo que, los detestaba, pero ahora en ese pequeño departamento de Manhattan, el gato Alfonso se restregaba contra su pierna mientras él se agachaba para recogerlo con ambas manos y acariciando lo entre las orejas para tranquilizarlo. Era un poco agotador pero tenía toda una vida por delante y ante ese solo pensamiento le provocó una risa, ¿durante cuanto tiempo había pensado así?, no podía recordarlo, pero los últimos cuarenta años habían sido más que solo una experiencia. Un pequeño suspiro inundó sus pulmones, no sabía si se arrepentía de no haber detenido a su hermana o si más bien era culpa al no poder protegerla, justo como cuando eran niños, justo como cuando los habían convertido. Sacudió la cabeza con una mueca de dolor, ya no era un niño pero seguía cometiendo los mismos errores de cuando tenía cinco; bajo al gato y le sirvió un tazón de comida y agua. — Lo siento Alfonso, hay una partida de póquer y hay muchas cosas en juego, pórtate bien.— Ahora era el único dueño y anfitrión de ese casino, por lo que debía estar listo para cuando abrieran las puertas, por lo que, se duchó y se alistó con el mismo traje que había llevado los últimos dos años, una camisa blanca perfectamente planchada, unos pantalones negros, chaleco y saco a juego con el pantalón, odiaba las corbatas por lo que solía usar L camisa sin corbata y con un par de botones abiertos. No le gustaba tampoco usar perfume pero era un factor que muchas veces se podía usar como distractor por lo que en algunas ocasiones solía usarlo, solo lo necesario para crear el ambiente perfecto, el cabello bien arreglado, y el Rolex en su muñeca gritaban seriedad, pero al mismo tiempo lo hacían llamativo. Una vez que dejo el departamento y llego al casino, con ese paso firme y decidido, con el que siempre se movía entre las multitudes, sonriendo de forma “formal” cada vez que se requería, entró en la sala vip sentándose como uno más de los jugadores. Por un solo momento disfruto como si el vacío dentro de él se desvaneciera y por lo menos por un momento así era, ¿Qué tenía que perder?, aquí no se apostaban cosas materiales, bueno en ocasiones así era, pero nomás que dinero muchas veces se apostaban personas, que para él no eran más que un bien material, claro con algunas excepciones, pero los que realmente importaban jamás los podría en tela de apuesta. Pero normalmente el apostaba tiempo. Su hermana fue la primera en hacer esa clase de apuestas, ella siempre decía que lo que tenían de sobra las “personas” como ellos era el tiempo, por ello, él apostaba siempre tiempo y nunca solía poner reglas, normalmente todos los que llegaban a apostar eran “personas” del “otro mundo” por lo que podían hacer cualquier tipo de trampa, aquí ganaba el que tenía la mejor trampa, pero una vez ganada la apuesta, se debía pagar lo pactado o jamás saldrían del casino. — Bien… espero que puedan pagar este día sus apuestas.— Esto era más emocionante que dirigir los burdeles en el bayou, era más emocionante en general, nunca se sabe cuándo va terminar perdiendo, cuando alguien puede obtener su tiempo.
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  • -de la nada te encontraste con un tipo arrodillado en mitad de la nada, te habras metido en su sueño? o el en el tuyo...? el punto es que es una situacion algo surreal.. sin explicacion, el sujeto se percata de tu presencia y te mira con una mirada monotona, te saluda pero parece no sentir sorpresa al encontrarte aqui, como si ya hubiera pasado por esto cientos de veces-

    hola, que tal? tremendo dia tuve... ojala haya sido un sueño como esto, aunque ya no estoy seguro en este punto, jaja.. ja.
    -de la nada te encontraste con un tipo arrodillado en mitad de la nada, te habras metido en su sueño? o el en el tuyo...? el punto es que es una situacion algo surreal.. sin explicacion, el sujeto se percata de tu presencia y te mira con una mirada monotona, te saluda pero parece no sentir sorpresa al encontrarte aqui, como si ya hubiera pasado por esto cientos de veces- hola, que tal? tremendo dia tuve... ojala haya sido un sueño como esto, aunque ya no estoy seguro en este punto, jaja.. ja.
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