—Rol privado con [barcat75] —Especial #inkfest #dia5 #dia6 #dia7 —Un año más, había llegado la fecha de Halloween. Solo que ese iba a ser uno muy, pero que muy especial ya que Rummy y Lottie ya eran lo bastante mayores como para tener su propia fiesta. Y no solo ellos, ya que a causa de las anomalías, otros muchos niños fueron naciendo en el infierno durante esos años. Por lo que por orden de Lucifer, se abrieron diferentes escuelas en los distintos sectores y anillos del infierno. Y no solo eso, si no que, Charlie, para celebrar la propia existencia de estos y que pasasen un buen rato, decidió que en el hotel se haría una gran fiesta de Halloween, tanto para mayores como para niños, con todo tipo de actividades que comenzaban por empezar a preparar las decoraciones, y así, asegurarse de que muchos de estos niños se conocían en dichos talleres y divirtiéndose juntos se hacían amigos. Y así fue, pues a penas era la mañana y el hotel ya se había llenado de familias que traían a sus pequeños a divertirse y explotar su creatividad de cara a la fiesta que se daria esa noche. Entre tanto, en las habitaciones había una familia que dormía plácidamente, o así fue, hasta que dos bolas de pelo,una más grande que la otra, saltaron sobre la cama de sus padres. —¡Es hoy!¡Es hoy!¡Es hoy!— exclamaba la diminuta Lottie emocionada, mientras rodaba por la cama, chocando en su croqueteo con Husk y Angel, mientras que Rummy, simplemente permanecía sentado sobre su felino padre de brazos cruzados —¡Venga!¡Arriba! O los demás niños se reirán de nosotros por llegar tarde…—se quejó preocupado y de brazos cruzados con las orejas gachas, mientras que su hermana no dejaba de rodar entre uno y otro y reír de forma alegre. —Husk… nos atacan…—bostezó la araña, a penas abriendo un poco los ojos, para luego atrapar entre sus brazos a la pequeña Lottie para que dejara de golpearles al rodar, abrazándola como si fuera un peluche. —¡Eh!¡Que no puedo moverme!—se quejó divertida —De eso se trata, hija. Además eres tan suave y blandita, como un peluche…Creo que no te voy a soltar nunca, y nos quedaremos aquí durmiendo para siempre—expuso A gel su malvado plan, acomodándose con los ojos cerrados. —¡Noooooo!—chilló en pánico, pero sin dejar de reír. Entre tanto, Rummy, quien estaba encima de Husk, comenzó a darle pequeños golpecitos en el pecho para que se levantase. —