• El pelo de Morana se movía suavemente por la brisa que recorría el bosque.

    Cuantos recuerdos le traían este bosque... ¿Dónde estaba? Nadie lo sabía, solo ella. Cada día que venía aquí su corazón, endurecido por los años, latía con fuerza, algo que solamente una persona podía provocar.

    Él, su ya fallecido esposo, con el que seguía teniendo encuentros incluso siglos después de su muerte.

    Él, el único que miró a Morana con amor, con honestidad. Sus ojos eran el foco que iluminaba a Morana…

    Una pena que ya perdieron esa luz.

    Morana continuó caminando con una mano en su pecho, hasta que finalmente la vio, la tumba que había hecho para su esposo, cubierta en todas las flores que le trajo a lo largo de los años, y colocó las que trajo en esta visita.

    — Ahí estás. — Murmuró, nadie había perturbado su descanso...

    Esbozó una pequeña sonrisa que poco a poco se fue haciendo más amplia. — Te echo de menos. — Comentó, siempre lo decía, pero sabía bien que su Esposo no quería una segunda vida.

    Acostumbraba a venir cada cierto tiempo, no solo a verlo... Sino a tomar una nueva forma, cada visita a su esposo era un cambio en su identidad, solo venía para que él pudiera verla, para que si, desde algún lado la estaba mirando, pudiera reconocerla.

    Entonces su rostro comenzó a retorcerse.
    Sus huesos comenzaron a crujir, rompiéndose solo para poder tomar una forma nueva. Sus músculos se rompieron, su cabello cayó para volver a crecer de forma diferente, su piel se desgarró, abriéndole paso a un nuevo rostro, a un nuevo cuerpo...

    Y cuando terminó, ya no quedaba nada de la antigua Morana, solamente la sangre en el suelo recordaría la vieja forma de Morana.

    Miró hacia la tumba. — ¿Te gusta...? — Preguntó, pero como siempre, no tuvo respuesta, pero así estaba bien, si así lo quería él, lo permitiría descansar en paz...

    Su sonrisa se desvaneció y echó una última mirada... Quizás en el fondo odiaba que no quisiera volver con ella, pero lo respetaría...

    Por ahora.
    El pelo de Morana se movía suavemente por la brisa que recorría el bosque. Cuantos recuerdos le traían este bosque... ¿Dónde estaba? Nadie lo sabía, solo ella. Cada día que venía aquí su corazón, endurecido por los años, latía con fuerza, algo que solamente una persona podía provocar. Él, su ya fallecido esposo, con el que seguía teniendo encuentros incluso siglos después de su muerte. Él, el único que miró a Morana con amor, con honestidad. Sus ojos eran el foco que iluminaba a Morana… Una pena que ya perdieron esa luz. Morana continuó caminando con una mano en su pecho, hasta que finalmente la vio, la tumba que había hecho para su esposo, cubierta en todas las flores que le trajo a lo largo de los años, y colocó las que trajo en esta visita. — Ahí estás. — Murmuró, nadie había perturbado su descanso... Esbozó una pequeña sonrisa que poco a poco se fue haciendo más amplia. — Te echo de menos. — Comentó, siempre lo decía, pero sabía bien que su Esposo no quería una segunda vida. Acostumbraba a venir cada cierto tiempo, no solo a verlo... Sino a tomar una nueva forma, cada visita a su esposo era un cambio en su identidad, solo venía para que él pudiera verla, para que si, desde algún lado la estaba mirando, pudiera reconocerla. Entonces su rostro comenzó a retorcerse. Sus huesos comenzaron a crujir, rompiéndose solo para poder tomar una forma nueva. Sus músculos se rompieron, su cabello cayó para volver a crecer de forma diferente, su piel se desgarró, abriéndole paso a un nuevo rostro, a un nuevo cuerpo... Y cuando terminó, ya no quedaba nada de la antigua Morana, solamente la sangre en el suelo recordaría la vieja forma de Morana. Miró hacia la tumba. — ¿Te gusta...? — Preguntó, pero como siempre, no tuvo respuesta, pero así estaba bien, si así lo quería él, lo permitiría descansar en paz... Su sonrisa se desvaneció y echó una última mirada... Quizás en el fondo odiaba que no quisiera volver con ella, pero lo respetaría... Por ahora.
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  • Luces cálidas, sin dudas son mis favoritas. Llámame anticuado pero siento que lo hacen todo más especial.. Sobre todo en buena compañía.
    Luces cálidas, sin dudas son mis favoritas. Llámame anticuado pero siento que lo hacen todo más especial.. Sobre todo en buena compañía.
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  • Sinceramente, últimamente todo se ha vuelto muy aburrido, nada que hacer.. No eh tenido pedidos para guiar en las cavidades...

    Me pregunto ¿que estarás haciendo, Hugo? Ya no me has vistado.
    Sinceramente, últimamente todo se ha vuelto muy aburrido, nada que hacer.. No eh tenido pedidos para guiar en las cavidades... Me pregunto ¿que estarás haciendo, Hugo? Ya no me has vistado.
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  • Faust dio una clase de capacitación hacía... a sujetos de prueba que deben hacer una misión. Esperemos funcionen, si no tendrán un final mortal...
    Faust dio una clase de capacitación hacía... a sujetos de prueba que deben hacer una misión. Esperemos funcionen, si no tendrán un final mortal...
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  • *Sin previo aviso y de forma repentina, abracé a mi 𝕹𝖆𝖛𝖎𝖆 rodeándola de la cinturita para comerme a besos sus ricos y dulces labios. Necesitaba urgentemente amar a mi mujer porque mi corazón se vuelve loco al tenerla así en mis brazos. No podía parar de besarla y quería prolongar mucho este hermoso momento con el amor de mi vida*♥️
    *Sin previo aviso y de forma repentina, abracé a mi [Navia01] rodeándola de la cinturita para comerme a besos sus ricos y dulces labios. Necesitaba urgentemente amar a mi mujer porque mi corazón se vuelve loco al tenerla así en mis brazos. No podía parar de besarla y quería prolongar mucho este hermoso momento con el amor de mi vida*♥️
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  • ────No garantizo que este ponche cure un mal día, pero sí que te haga sonreír después del segundo vaso. Así que adelante, prueba uno. No preguntes por la receta; es un secreto mágico especial de Afro.
    ────No garantizo que este ponche cure un mal día, pero sí que te haga sonreír después del segundo vaso. Así que adelante, prueba uno. No preguntes por la receta; es un secreto mágico especial de Afro.
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  • Los dioses festivos danzan al anunciarse el solsticio de invierno. Las plegarias son deseos que se confunden con estrellas que hibernan, ya no hay santuario para adorar, solo el propio cuerpo.

    ¿Hm? No, solo divago mientras estoy de paso. Observo, pero no pretendas hacerme partícipe. Caerás en el olvido; nunca nada tuvo sentido, pero es mejor que sigas pretendiendo.
    Los dioses festivos danzan al anunciarse el solsticio de invierno. Las plegarias son deseos que se confunden con estrellas que hibernan, ya no hay santuario para adorar, solo el propio cuerpo. ¿Hm? No, solo divago mientras estoy de paso. Observo, pero no pretendas hacerme partícipe. Caerás en el olvido; nunca nada tuvo sentido, pero es mejor que sigas pretendiendo.
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  • Vaya.. Pues parece que la primera lección aqui es que ninguno es un blanco Corderito..(?) Al menos el sitio es interesante.. Lo consideraré. Pero no se ve aburrido..
    Vaya.. Pues parece que la primera lección aqui es que ninguno es un blanco Corderito..(?) Al menos el sitio es interesante.. Lo consideraré. Pero no se ve aburrido..
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  • No le extrañaba que aún los niños continuasen apagados, pero eso no quitaba el hecho de que le partiera el corazón verlos de aquella manera. Incluso, admitía, extrañaba esos estridentes chillidos de Lottery que le aturdían los oídos al punto de dejarlo sordo durante varios minutos. El ruido de pequeñas pisadas correteando por los pasillos del hotel o las risas en la mañana temprano provenientes de su habitación mientras intentaban ocultar, de forma pésima, que estaban "dormidos".

    Y es que dudaba que hasta Nuggets no extrañara ser correteado o vestido por los menores (aunque esto último era debatible). Suspiró con las orejas abajo mientras cambiaba el vendaje de Lottery. Rummy recostado a su lado.
    Intentó pensar, así sea paso a paso debía lograr sacarlos de aquel trance oscuro en el que se encontraban. Finalmente, alzó las orejas ante una idea.

    — Hey ¿Quieren ayudarme hoy? —

    Una propuesta que, con un poco de suerte, emocionaría un poco a sus hijos.
    Hacía ya bastante tiempo le había propuesto matrimonio a quien tanto amaba pero ninguno de los dos había contado con el tiempo libre suficiente para comenzar los preparativos. ¿Y qué mejor que ahora para animar a los menores, dejándoles ayudarios en las preparaciones? Las más pequeños, claro, como escoger la ropa a usar.
    Sí, su viejo traje de overlord no era ni de cerca una opción. Y realmente no tenía demasiada variedad de ropa para elegir, una nueva era indispensable... Y la idea de elegir algo más "moderno" pareció emocionar, principalmente, a Rummy.

    Al menos había logrado su objetivo y, aunque con cierta inseguridad, los niños habían accedido a salir del hotel. Juntos pasearon por las calles infernales hasta llegar con un sastre que, le constaba, confeccionaba la ropa de Alastor. Claro, que él no compartiera el gusto del demonio no quería decir que el sastre fuese malo.
    Y así fue como se encontró a sí mismo probándose un traje, observando con ceño fruncido mientras intentaba anudar la corbata en su cuello. Delante, sus hijos sentados cómodamente en un sofá mientras con ojitos brillantes observaban a su padre probarse el posible traje para su boda.
    No le extrañaba que aún los niños continuasen apagados, pero eso no quitaba el hecho de que le partiera el corazón verlos de aquella manera. Incluso, admitía, extrañaba esos estridentes chillidos de Lottery que le aturdían los oídos al punto de dejarlo sordo durante varios minutos. El ruido de pequeñas pisadas correteando por los pasillos del hotel o las risas en la mañana temprano provenientes de su habitación mientras intentaban ocultar, de forma pésima, que estaban "dormidos". Y es que dudaba que hasta Nuggets no extrañara ser correteado o vestido por los menores (aunque esto último era debatible). Suspiró con las orejas abajo mientras cambiaba el vendaje de Lottery. Rummy recostado a su lado. Intentó pensar, así sea paso a paso debía lograr sacarlos de aquel trance oscuro en el que se encontraban. Finalmente, alzó las orejas ante una idea. — Hey ¿Quieren ayudarme hoy? — Una propuesta que, con un poco de suerte, emocionaría un poco a sus hijos. Hacía ya bastante tiempo le había propuesto matrimonio a quien tanto amaba pero ninguno de los dos había contado con el tiempo libre suficiente para comenzar los preparativos. ¿Y qué mejor que ahora para animar a los menores, dejándoles ayudarios en las preparaciones? Las más pequeños, claro, como escoger la ropa a usar. Sí, su viejo traje de overlord no era ni de cerca una opción. Y realmente no tenía demasiada variedad de ropa para elegir, una nueva era indispensable... Y la idea de elegir algo más "moderno" pareció emocionar, principalmente, a Rummy. Al menos había logrado su objetivo y, aunque con cierta inseguridad, los niños habían accedido a salir del hotel. Juntos pasearon por las calles infernales hasta llegar con un sastre que, le constaba, confeccionaba la ropa de Alastor. Claro, que él no compartiera el gusto del demonio no quería decir que el sastre fuese malo. Y así fue como se encontró a sí mismo probándose un traje, observando con ceño fruncido mientras intentaba anudar la corbata en su cuello. Delante, sus hijos sentados cómodamente en un sofá mientras con ojitos brillantes observaban a su padre probarse el posible traje para su boda.
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  • Hoy me pasó algo muuy raro
    Hubo una persona que... Al parecer es coleccionista de... Bueno, de ropa interior... Y... Pese a que acabo de conocerla, quería que yo... Bueno, le hiciera una donación para su colección, pese a que acababa de conocerla... ¡Literalmente quería que le entregara mis calzones!
    No estoy seguro de qué pensar al respecto. ¡Todo fue muy extraño! ¡De veras!
    Hoy me pasó algo muuy raro :STK-16: Hubo una persona que... Al parecer es coleccionista de... Bueno, de ropa interior... Y... Pese a que acabo de conocerla, quería que yo... Bueno, le hiciera una donación para su colección, pese a que acababa de conocerla... 😅😅😅😅😅😅 ¡Literalmente quería que le entregara mis calzones! No estoy seguro de qué pensar al respecto. ¡Todo fue muy extraño! ¡De veras!
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