• -Mi sombra al verme perdido en mis pensamientos ronpio el silencio haciendo ruido las otras sombras animados hicieron aparecer algunos instrumentos haciéndolos sonar viendo lo que tratan de hacer me quedo conmovido así que me animé hago aparecer mi micrófono para enpesar a cantar mientras caminaba por la habitación-

    -De la nada Mi sombra me quita el micrófono burlándose mientras canta en descontrol-

    -Viendo tal atrevimiento me enpieso a reir balanceando mi cuerpo las sombras a mi alrededor danzaban conmigo para luego adentrarse en mi interior podía sentir sus emociones desbordarse mi sonrisa se hacía más amplia colapsando en el piso tras reír a carcajadas a todo pulmón por lo que pasó -

    Cielos eso se sintió bastante bien


    https://youtu.be/BnHMuV8twj0?si=ViMdJbhaTCotroxO
    -Mi sombra al verme perdido en mis pensamientos ronpio el silencio haciendo ruido las otras sombras animados hicieron aparecer algunos instrumentos haciéndolos sonar viendo lo que tratan de hacer me quedo conmovido así que me animé hago aparecer mi micrófono para enpesar a cantar mientras caminaba por la habitación- -De la nada Mi sombra me quita el micrófono burlándose mientras canta en descontrol- -Viendo tal atrevimiento me enpieso a reir balanceando mi cuerpo las sombras a mi alrededor danzaban conmigo para luego adentrarse en mi interior podía sentir sus emociones desbordarse mi sonrisa se hacía más amplia colapsando en el piso tras reír a carcajadas a todo pulmón por lo que pasó - Cielos eso se sintió bastante bien https://youtu.be/BnHMuV8twj0?si=ViMdJbhaTCotroxO
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  • Miro lo que las palomas de afrodita había dejado en la entrada del inframundo, saco de aquella caja un oso gris adorable, definitivamente combinaría con su cuarto, continuo viendo el contenido de aquella caja para encontrar la cosa mas adorable y hermosa que alguien le había regalado. Una cabra de peluche que era idéntica a Albina su cabra mascota.

    No había conversado nunca con la diosa del amor, su tía vivía en el olimpo y ella no solía frecuentar aquellos lugares. Sin embargo de alguna manera se había enterado de su adoración por aquellos animales.

    -Gracias tía phrodi...

    Susurro para ella misma, con una sonrisa llevando consigo los regalos a su habitación, ahora debía encontrar la forma de devolver aquel dulce gesto.

    𝓐𝐩𝐡𝐫𝐨𝐝𝐢𝐭𝒆 𝑶𝒇 𝐋𝒐𝒗𝒆
    Miro lo que las palomas de afrodita había dejado en la entrada del inframundo, saco de aquella caja un oso gris adorable, definitivamente combinaría con su cuarto, continuo viendo el contenido de aquella caja para encontrar la cosa mas adorable y hermosa que alguien le había regalado. Una cabra de peluche que era idéntica a Albina su cabra mascota. No había conversado nunca con la diosa del amor, su tía vivía en el olimpo y ella no solía frecuentar aquellos lugares. Sin embargo de alguna manera se había enterado de su adoración por aquellos animales. -Gracias tía phrodi... Susurro para ella misma, con una sonrisa llevando consigo los regalos a su habitación, ahora debía encontrar la forma de devolver aquel dulce gesto. [blast_emerald_turtle_646]
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  • La bodega olía a hierro y encierro.**
    John se sacudía los guantes azules mientras Jerry, con su camisa floreada y sonrisa falsa, intentaba zafarse.

    —¿Y bien? —dijo John, seco como el concreto bajo sus botas—. Lo pactado eran cincuenta por cada uno. Doble por el de traje.

    Jerry soltó una carcajada fingida.
    —Las cosas cambiaron, John. Tu trabajo no era lo que esperaba. Igual hiciste tu parte… pero el pago será otro día.

    John lo miró. Ni enfado, ni sorpresa. Solo silencio.
    Asintió con la cabeza.
    —Claro. Otro día.

    Y se fue.

    ---

    **A la mañana siguiente.**
    Frente a la jefatura del distrito 8, tres grandes **bolsas negras** esperaban a ser notadas.
    Dentro, los cuerpos.
    Pero no solo eso. Una **carpeta de evidencia completa**, impecablemente organizada: registros financieros, ubicaciones, mensajes de voz, videos donde Jerry ordenaba los crímenes, incluso facturas.

    Todo.

    Lo suficiente no solo para incriminarlo, sino para hacerlo ver como el ejecutor directo.

    En la sala de interrogación, Jerry gritaba, desencajado.
    —¡Eso no estaba allí! ¡Ese almacén estaba limpio, maldita sea! ¡Esto es una trampa!
    —Tranquilo, Jerry —dijo el detective Mace, hojeando los documentos—. ¿Seguro que no tienes enemigos más listos que tú?

    —¡Fue él! ¡Fue ese tipo, John!

    Mace alzó una ceja.
    —¿El padre soltero? ¿Sin vínculos? ¿Que entró y salió sin dejar rastro, sin una cámara activa, sin una huella?- el detective se masajeo el puente de la nariz -aunque si es un tipo extraño ese Doe—cerró la carpeta de golpe—, Jerry. Tú hiciste esto.

    ---

    **A kilómetros de ahí**, John se lavaba las manos en un baño de gasolinera, el agua manchada apenas por una pizca de aceite viejo.
    Se miró al espejo y murmuró:

    —idiota orgulloso.
    La bodega olía a hierro y encierro.** John se sacudía los guantes azules mientras Jerry, con su camisa floreada y sonrisa falsa, intentaba zafarse. —¿Y bien? —dijo John, seco como el concreto bajo sus botas—. Lo pactado eran cincuenta por cada uno. Doble por el de traje. Jerry soltó una carcajada fingida. —Las cosas cambiaron, John. Tu trabajo no era lo que esperaba. Igual hiciste tu parte… pero el pago será otro día. John lo miró. Ni enfado, ni sorpresa. Solo silencio. Asintió con la cabeza. —Claro. Otro día. Y se fue. --- **A la mañana siguiente.** Frente a la jefatura del distrito 8, tres grandes **bolsas negras** esperaban a ser notadas. Dentro, los cuerpos. Pero no solo eso. Una **carpeta de evidencia completa**, impecablemente organizada: registros financieros, ubicaciones, mensajes de voz, videos donde Jerry ordenaba los crímenes, incluso facturas. Todo. Lo suficiente no solo para incriminarlo, sino para hacerlo ver como el ejecutor directo. En la sala de interrogación, Jerry gritaba, desencajado. —¡Eso no estaba allí! ¡Ese almacén estaba limpio, maldita sea! ¡Esto es una trampa! —Tranquilo, Jerry —dijo el detective Mace, hojeando los documentos—. ¿Seguro que no tienes enemigos más listos que tú? —¡Fue él! ¡Fue ese tipo, John! Mace alzó una ceja. —¿El padre soltero? ¿Sin vínculos? ¿Que entró y salió sin dejar rastro, sin una cámara activa, sin una huella?- el detective se masajeo el puente de la nariz -aunque si es un tipo extraño ese Doe—cerró la carpeta de golpe—, Jerry. Tú hiciste esto. --- **A kilómetros de ahí**, John se lavaba las manos en un baño de gasolinera, el agua manchada apenas por una pizca de aceite viejo. Se miró al espejo y murmuró: —idiota orgulloso.
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  • Mair estaba camianndo por el jardín, con su vista perdida en las nubes. Pronto tropezo con una pequeña caja que estaba en su camino, al abrirla encontró esa nota y aquella preciosa rosa.

    -Que bella... muchas gracias desconocido...

    Agradeció el elemental al aire, esperando que el viento llevara esas palabras a quien debían.
    Mair estaba camianndo por el jardín, con su vista perdida en las nubes. Pronto tropezo con una pequeña caja que estaba en su camino, al abrirla encontró esa nota y aquella preciosa rosa. -Que bella... muchas gracias desconocido... Agradeció el elemental al aire, esperando que el viento llevara esas palabras a quien debían.
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  • [rol abierto]


    Lenore Dove amaba la primavera: el canto de las aves en el bosque, las flores estallando en el prado, sus gansos correteando libres bajo el sol.
    Pero no era solo el calor del sol sobre su rostro, ni ese aroma inconfundible a cedro, madera y rosas. Era ese momento especial, ese respiro único cuando podía sentarse en las puertas de su casa, rodeada de su familia, vibrando todos juntos con el mundo que los rodeaba.

    Tam Amber, Clerk Carmine, su tía Barb Azure… todos le habían enseñado historias tan antiguas como el tiempo mismo, historias que eran solo de la bandada, transmitidas de padres a hijos, inquebrantables.
    No era solo música.
    No eran solo las ansias de ser libres, de viajar de distrito en distrito.
    Era su idioma, su manera de mirar el mundo. Y eso nadie podría arrebatárselo.


    Durante el atardecer, sus tíos solían hacer una fogata, y tocar sus instrumentos frente a esta, Lenore Dove bailaba y se movía, alzando los brazos e imitando el ritmo de las llamas.


    ─ Suerte a Lenore Dove.. ─

    Recitó Tam Amber, mientras hacía sonar una caja de madera rítmicamente. No pudo evitar sonreír¿Cómo sería en aquellos tiempos? Dónde toda la bandada vivía y convive junta, y no eran solo ellos cuatro.

    ─ Suerte a la Bandada.

    A Burdock, madre,

    Clerk Carmine, afortunado.

    A tam Amber, madre.

    Que venga la suerte entre las manos



    Recitó, mientras Imaginaba risas, imaginaba música e imaginaba la calidez de una tarde de primavera. Lenore Dove abrió sus ojos, para encontrarse con el rostro de un desconocido, la música paró de golpe y Tam Amber se levantó serio.

    ─ Si no traes malas noticias, puedes quedarte con nosotros y comer del guiso a las brasas, si no, vete. ─

    Habló Lenore Dove, acostumbrada a las miradas del resto sobre ellos, que les dijeran que eran raros, que creían en cuentos. Pero ¿Que tenía de malo? Sus costumbres venían desde antes del tiempo mismo.
    [rol abierto] Lenore Dove amaba la primavera: el canto de las aves en el bosque, las flores estallando en el prado, sus gansos correteando libres bajo el sol. Pero no era solo el calor del sol sobre su rostro, ni ese aroma inconfundible a cedro, madera y rosas. Era ese momento especial, ese respiro único cuando podía sentarse en las puertas de su casa, rodeada de su familia, vibrando todos juntos con el mundo que los rodeaba. Tam Amber, Clerk Carmine, su tía Barb Azure… todos le habían enseñado historias tan antiguas como el tiempo mismo, historias que eran solo de la bandada, transmitidas de padres a hijos, inquebrantables. No era solo música. No eran solo las ansias de ser libres, de viajar de distrito en distrito. Era su idioma, su manera de mirar el mundo. Y eso nadie podría arrebatárselo. Durante el atardecer, sus tíos solían hacer una fogata, y tocar sus instrumentos frente a esta, Lenore Dove bailaba y se movía, alzando los brazos e imitando el ritmo de las llamas. ─ Suerte a Lenore Dove.. ─ Recitó Tam Amber, mientras hacía sonar una caja de madera rítmicamente. No pudo evitar sonreír¿Cómo sería en aquellos tiempos? Dónde toda la bandada vivía y convive junta, y no eran solo ellos cuatro. ─ Suerte a la Bandada. A Burdock, madre, Clerk Carmine, afortunado. A tam Amber, madre. Que venga la suerte entre las manos Recitó, mientras Imaginaba risas, imaginaba música e imaginaba la calidez de una tarde de primavera. Lenore Dove abrió sus ojos, para encontrarse con el rostro de un desconocido, la música paró de golpe y Tam Amber se levantó serio. ─ Si no traes malas noticias, puedes quedarte con nosotros y comer del guiso a las brasas, si no, vete. ─ Habló Lenore Dove, acostumbrada a las miradas del resto sobre ellos, que les dijeran que eran raros, que creían en cuentos. Pero ¿Que tenía de malo? Sus costumbres venían desde antes del tiempo mismo.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    #DiezCosasSobre 𝔸𝕥𝕣𝕠𝕡𝕠𝕤.


    ◆ 1. Ama la poesía, leerla y escribirla.
    No por sentimentalismo, sino porque las palabras tienen filo. Cada verso que crea es como una hoja oculta entre pétalos. Hermoso, pero letal. Como ella.

    ◆ 2. Sólo un par de personas no le resultan insoportables.
    No es amor. No es ternura. Es algo más tenue, más antiguo: una forma torcida de aprecio que no se atreve a nombrar. No lo demuestra, pero lo siente... y eso, para alguien como ella, ya es demasiado.

    ◆ 3. Detesta la doble moral.
    No hay nada más repulsivo que quien predica luz y actúa en sombras. Para Atropos, la falsedad merece el hilo más fino y rápido.

    ◆ 4. Rechaza a quienes buscan encajar.
    Los que moldean su alma para pertenecer, olvidan que el destino no premia máscaras. Y ella corta sin mirar disfraces.

    ◆ 5. No corta por gusto. Corta por orden.
    Su poder no nace del placer, sino de la necesidad. La compasión nunca fue parte del contrato.

    ◆ 6. Escucha el tiempo como otros oyen música.
    Cada tic, cada segundo, es una nota en la sinfonía del final. Y ella baila al compás de su propia condena.

    ◆ 7. Prefiere la noche.
    No porque sea más amable, sino porque el mundo baja la voz. Y es más fácil oír el momento exacto en que un alma se rinde.

    ◆ 8. No busca compañía, pero rara vez está sola.
    Hay cosas que se arrastran tras ella: recuerdos, arrepentimientos, fragmentos de voces que suplicaron demasiado tarde.

    ◆ 9. No miente. Jamás.
    La verdad es su única arma, y también su condena. A veces, la dice con una mirada. A veces, con la ausencia.

    ◆ 10. No es la muerte, pero camina con ella.
    Ella no llega cuando mueres, sino cuando es tiempo. La muerte obedece. Atropos decide.
    #DiezCosasSobre 𝔸𝕥𝕣𝕠𝕡𝕠𝕤. ◆ 1. Ama la poesía, leerla y escribirla. No por sentimentalismo, sino porque las palabras tienen filo. Cada verso que crea es como una hoja oculta entre pétalos. Hermoso, pero letal. Como ella. ◆ 2. Sólo un par de personas no le resultan insoportables. No es amor. No es ternura. Es algo más tenue, más antiguo: una forma torcida de aprecio que no se atreve a nombrar. No lo demuestra, pero lo siente... y eso, para alguien como ella, ya es demasiado. ◆ 3. Detesta la doble moral. No hay nada más repulsivo que quien predica luz y actúa en sombras. Para Atropos, la falsedad merece el hilo más fino y rápido. ◆ 4. Rechaza a quienes buscan encajar. Los que moldean su alma para pertenecer, olvidan que el destino no premia máscaras. Y ella corta sin mirar disfraces. ◆ 5. No corta por gusto. Corta por orden. Su poder no nace del placer, sino de la necesidad. La compasión nunca fue parte del contrato. ◆ 6. Escucha el tiempo como otros oyen música. Cada tic, cada segundo, es una nota en la sinfonía del final. Y ella baila al compás de su propia condena. ◆ 7. Prefiere la noche. No porque sea más amable, sino porque el mundo baja la voz. Y es más fácil oír el momento exacto en que un alma se rinde. ◆ 8. No busca compañía, pero rara vez está sola. Hay cosas que se arrastran tras ella: recuerdos, arrepentimientos, fragmentos de voces que suplicaron demasiado tarde. ◆ 9. No miente. Jamás. La verdad es su única arma, y también su condena. A veces, la dice con una mirada. A veces, con la ausencia. ◆ 10. No es la muerte, pero camina con ella. Ella no llega cuando mueres, sino cuando es tiempo. La muerte obedece. Atropos decide.
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  • Aquí, en la página treinta y cuatro, claramente dice que eres una persona sin amor propio. Que te arrastras por la vida con una dignidad rota, remendada con excusas baratas. Que careces de todo: de integridad, de valor, de verdad. Que te vistes con capas de falsedad para no tener que mirarte al espejo, para encajar en un mundo donde, al final del día, a nadie le importas. Y finges que eso no te destruye, pero yo puedo ver las grietas.
    Aquí, en la página treinta y cuatro, claramente dice que eres una persona sin amor propio. Que te arrastras por la vida con una dignidad rota, remendada con excusas baratas. Que careces de todo: de integridad, de valor, de verdad. Que te vistes con capas de falsedad para no tener que mirarte al espejo, para encajar en un mundo donde, al final del día, a nadie le importas. Y finges que eso no te destruye, pero yo puedo ver las grietas.
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  • La tarde teñía el cielo con tonos anaranjados y púrpuras, mientras las sombras de los árboles se alargaban sobre la tierra húmeda. Unas hojas secas crujieron bajo las botas de John cuando empujó la puerta de la cabaña con el pie. El interior estaba en penumbra, apenas iluminado por los últimos rayos del sol que se colaban por las rendijas de las persianas rotas.

    Con un gruñido bajo, cargó la body bag amarilla sobre su hombro. No era liviana, pero no era la primera vez que transportaba algo así. El cierre metálico estaba firme, cruzando el bulto como una cicatriz.

    —Siempre los dejan en el piso más alejado… como si esto pesara aire —masculló entre dientes, mientras avanzaba hacia la salida.

    La puerta osciló con un rechinido leve al abrirse de par en par. El exterior lo recibió con una brisa tibia, cargada del aroma de pino y tierra mojada. El contraste con el olor estancado de la cabaña le hizo exhalar con fuerza. Caminó con paso constante por el porche de madera, que crujía a cada paso.

    La body bag rebotaba ligeramente en su hombro a cada zancada, y John ajustó su agarre con un resoplido.

    —Una cerveza. Solo quiero una maldita cerveza y una ducha fría.

    Al llegar al borde del camino, dejó caer la bolsa por un momento sobre el pasto. Se quitó los guantes, los lanzó dentro de una caja de herramientas metálica, y se apoyó contra un árbol, mirando la escena con los lentes oscuros resbalando un poco por su nariz sudada.

    Detrás de él, la cabaña seguía en silencio. Ni un cuervo, ni un grillo. Solo el viento entre las ramas.

    —Nadie ve lo que hacemos —murmuró—. Pero todos duermen tranquilos gracias a eso.

    Se incorporó otra vez, volvió a cargar el bulto y comenzó a caminar hacia donde había estacionado la vieja furgoneta sin logotipos. El motor aún estaba caliente. En unos minutos, estaría en camino al lago.
    La tarde teñía el cielo con tonos anaranjados y púrpuras, mientras las sombras de los árboles se alargaban sobre la tierra húmeda. Unas hojas secas crujieron bajo las botas de John cuando empujó la puerta de la cabaña con el pie. El interior estaba en penumbra, apenas iluminado por los últimos rayos del sol que se colaban por las rendijas de las persianas rotas. Con un gruñido bajo, cargó la body bag amarilla sobre su hombro. No era liviana, pero no era la primera vez que transportaba algo así. El cierre metálico estaba firme, cruzando el bulto como una cicatriz. —Siempre los dejan en el piso más alejado… como si esto pesara aire —masculló entre dientes, mientras avanzaba hacia la salida. La puerta osciló con un rechinido leve al abrirse de par en par. El exterior lo recibió con una brisa tibia, cargada del aroma de pino y tierra mojada. El contraste con el olor estancado de la cabaña le hizo exhalar con fuerza. Caminó con paso constante por el porche de madera, que crujía a cada paso. La body bag rebotaba ligeramente en su hombro a cada zancada, y John ajustó su agarre con un resoplido. —Una cerveza. Solo quiero una maldita cerveza y una ducha fría. Al llegar al borde del camino, dejó caer la bolsa por un momento sobre el pasto. Se quitó los guantes, los lanzó dentro de una caja de herramientas metálica, y se apoyó contra un árbol, mirando la escena con los lentes oscuros resbalando un poco por su nariz sudada. Detrás de él, la cabaña seguía en silencio. Ni un cuervo, ni un grillo. Solo el viento entre las ramas. —Nadie ve lo que hacemos —murmuró—. Pero todos duermen tranquilos gracias a eso. Se incorporó otra vez, volvió a cargar el bulto y comenzó a caminar hacia donde había estacionado la vieja furgoneta sin logotipos. El motor aún estaba caliente. En unos minutos, estaría en camino al lago.
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  • El moreno hacia un intento de poner una expresión seductora para la foto. Luego de tomar la foto la voz en su cabeza río fuertemente
    Zet —Te vez ridículo haciendo eso mocoso — Solto otra gran carcajada, eso provocó que keirot frunciera el ceño —¡Callate! Maldito anciano. De este modo conquistare algunas nenas — claramente solo se encontraba haciendo el ridículo
    El moreno hacia un intento de poner una expresión seductora para la foto. Luego de tomar la foto la voz en su cabeza río fuertemente Zet —Te vez ridículo haciendo eso mocoso — Solto otra gran carcajada, eso provocó que keirot frunciera el ceño —¡Callate! Maldito anciano. De este modo conquistare algunas nenas — claramente solo se encontraba haciendo el ridículo
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  • Bien es momento de reedecorar el cuarto de mi querido Damián cuando vuelva se llevará una gran sorpresa

    -Sonriendo mientras ponía todo en diferentes cajas sacando los muebles -

    Mmm que color esconjeré para las paredes necesito una opinión no sé si pintarlo de azul aqua o amarillo azufre mmmm que haré
    Bien es momento de reedecorar el cuarto de mi querido Damián cuando vuelva se llevará una gran sorpresa -Sonriendo mientras ponía todo en diferentes cajas sacando los muebles - Mmm que color esconjeré para las paredes necesito una opinión no sé si pintarlo de azul aqua o amarillo azufre mmmm que haré
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