• ¡𝑷𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐.ᐟ 𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒅𝒂𝒎𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐 𝒐𝒔𝒐.
    Fandom DnD, Dungeons and Dragons
    Categoría Otros
    — 𝒔𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 ℛ𝒽𝑒𝓉𝓉

    Hacía ya meses que la pelirroja había atravesado un portal del Feywild y había terminado en tierras mortales, concretamente en algún lugar que no conocía en la región de la Costa de la Espada.

    Anraste estaba sentada con las piernas en posición de flor de loto, frente a un guardia Puño de Hierro, ambos parecían excesivamente concentrados en lo que estaban haciendo, estaban tirando unos dados, y por la cara del guardia, la cosa pintaba demasiado bien para él. Al menos en sus últimas tiradas, claro.

    Anraste estaba cruzada de brazos con su gran espadón detrás de ella en el suelo, lo cual era raro en ella pero teniendo en cuenta que estaba jugando a los dados no era tan raro.

    El guardia tiró los dados y su cara reflejó una derrota aplastante lo que hizo que la pelirroja mujer sonriera de forma ladina.

    — Ale, ya puedes dármelo. ¡Dame eso que tienes que es de más valor para ti!

    La enguantada mano de cuero de Anraste se extendía hacia el guardia que se echaba hacia atrás a la vez que la pelirroja se echaba hacia delante.

    — ¡VAMOS! UN TRATO ES UN TRATO.

    Alzó la voz, por supuesto que la alzó. El Puño de Hierro giró levemente hacia su zurrón y sacó un osito de peluche, se veía muy maltratado por el tiempo y de hecho, le faltaba uno de sus ojos que era un botón.

    Aquello molestó a Anraste pues esperaba algo como un arma, o comida, no un ¡Oso mohoso!

    — ¡𝑷𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐.ᐟ 𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒅𝒂𝒎𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐 𝒐𝒔𝒐.

    Pronunció con un acento que claramente no era de aquel plano, sus r's marcadas, sus vocales casi cantadas, era una voz que invitaba a obedecer, era la voz de un fae, de un Eladrin.
    — 𝒔𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 [m4sterofshadows] Hacía ya meses que la pelirroja había atravesado un portal del Feywild y había terminado en tierras mortales, concretamente en algún lugar que no conocía en la región de la Costa de la Espada. Anraste estaba sentada con las piernas en posición de flor de loto, frente a un guardia Puño de Hierro, ambos parecían excesivamente concentrados en lo que estaban haciendo, estaban tirando unos dados, y por la cara del guardia, la cosa pintaba demasiado bien para él. Al menos en sus últimas tiradas, claro. Anraste estaba cruzada de brazos con su gran espadón detrás de ella en el suelo, lo cual era raro en ella pero teniendo en cuenta que estaba jugando a los dados no era tan raro. El guardia tiró los dados y su cara reflejó una derrota aplastante lo que hizo que la pelirroja mujer sonriera de forma ladina. — Ale, ya puedes dármelo. ¡Dame eso que tienes que es de más valor para ti! La enguantada mano de cuero de Anraste se extendía hacia el guardia que se echaba hacia atrás a la vez que la pelirroja se echaba hacia delante. — ¡VAMOS! UN TRATO ES UN TRATO. Alzó la voz, por supuesto que la alzó. El Puño de Hierro giró levemente hacia su zurrón y sacó un osito de peluche, se veía muy maltratado por el tiempo y de hecho, le faltaba uno de sus ojos que era un botón. Aquello molestó a Anraste pues esperaba algo como un arma, o comida, no un ¡Oso mohoso! — ¡𝑷𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐.ᐟ 𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒅𝒂𝒎𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒕𝒐 𝒐𝒔𝒐. Pronunció con un acento que claramente no era de aquel plano, sus r's marcadas, sus vocales casi cantadas, era una voz que invitaba a obedecer, era la voz de un fae, de un Eladrin.
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  • Nadie recuerda con claridad en qué momento comenzó todo. Fue un susurro al principio, un simple juego en línea, una promesa de gloria, tesoros y aventuras sin fin. Millones se lanzaron al abismo virtual buscando emoción… pero el abismo no era un juego.

    Un rugido silencioso se extendió desde sus profundidades y, sin advertencia, los jugadores fueron absorbidos por la oscuridad digital, arrancados de sus cuerpos y arrastrados al interior de un mundo que no obedece las leyes humanas. Ahora, su consciencia habita en este reino olvidado, un universo hecho de mazmorras infinitas, monstruos hambrientos y misterios prohibidos.

    No hay salida. No hay botón de pausa. Aquí, la muerte no es un reinicio, es un final eterno.
    Para sobrevivir deberán subir de nivel, forjar alianzas, cazar criaturas inimaginables y enfrentar horrores que ni siquiera deberían existir.

    Cada paso los llevará más profundo… y cada nivel los acercará a la verdad detrás de esta prisión. Pero cuidado: el abismo observa, el abismo aprende… y el abismo nunca olvida.
    Nadie recuerda con claridad en qué momento comenzó todo. Fue un susurro al principio, un simple juego en línea, una promesa de gloria, tesoros y aventuras sin fin. Millones se lanzaron al abismo virtual buscando emoción… pero el abismo no era un juego. Un rugido silencioso se extendió desde sus profundidades y, sin advertencia, los jugadores fueron absorbidos por la oscuridad digital, arrancados de sus cuerpos y arrastrados al interior de un mundo que no obedece las leyes humanas. Ahora, su consciencia habita en este reino olvidado, un universo hecho de mazmorras infinitas, monstruos hambrientos y misterios prohibidos. No hay salida. No hay botón de pausa. Aquí, la muerte no es un reinicio, es un final eterno. Para sobrevivir deberán subir de nivel, forjar alianzas, cazar criaturas inimaginables y enfrentar horrores que ni siquiera deberían existir. Cada paso los llevará más profundo… y cada nivel los acercará a la verdad detrás de esta prisión. Pero cuidado: el abismo observa, el abismo aprende… y el abismo nunca olvida.
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  • —Entonces, juntas flores de varios colores, qué curioso...

    *El botón de mi camisa se escapa volando.*

    —Oh, qué molestia, pienso que deberíamos concluir esta cita preciosura . No te inquietes, ya poseo tu número; yo te llamaré.—


    *Parandome de mi asiento guiñando un ojo para luego ir Saliendo del sitio casi de prisa, arrugando el papel lo aplastó y lo echó a la basura.*

    —Qué desperdicio de tiempo es realizar esto.—
    —Entonces, juntas flores de varios colores, qué curioso...😅— *El botón de mi camisa se escapa volando.* —Oh, qué molestia, pienso que deberíamos concluir esta cita preciosura . No te inquietes, ya poseo tu número; yo te llamaré.— *Parandome de mi asiento guiñando un ojo para luego ir Saliendo del sitio casi de prisa, arrugando el papel lo aplastó y lo echó a la basura.* —Qué desperdicio de tiempo es realizar esto.—
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  • *El sol de la mañana se filtraba suavemente por los ventanales, iluminando con un resplandor cálido la estancia. El aroma del pan recién horneado se mezclaba con el tenue perfume del té que reposaba en mi mano. Hoy me levanté más temprano de lo habitual; sentía que el día exigía de mí cierta solemnidad, como si incluso la rutina debiera teñirse de elegancia.

    Me acomodé en la silla, dejando que el vestido negro y blanco se desplegara con naturalidad a mi alrededor. La tela crujió apenas, recordándome la disciplina que se esconde en cada botón, en cada listón que me ciñe la figura.

    Al llevar la taza a mis labios, sentí el calor reconfortante y pensé en la extraña paz que reina en instantes como este. No es una calma vacía: es un silencio que guarda, bajo su superficie, la certeza de que el deber volverá a reclamarme en cualquier momento.*

    —Un sorbo de té para el espíritu, un respiro antes de la tormenta —me permití murmurar, apenas con una sonrisa.

    Hoy, como siempre, no sé qué me deparará el día. Pero estoy preparada.
    *El sol de la mañana se filtraba suavemente por los ventanales, iluminando con un resplandor cálido la estancia. El aroma del pan recién horneado se mezclaba con el tenue perfume del té que reposaba en mi mano. Hoy me levanté más temprano de lo habitual; sentía que el día exigía de mí cierta solemnidad, como si incluso la rutina debiera teñirse de elegancia. Me acomodé en la silla, dejando que el vestido negro y blanco se desplegara con naturalidad a mi alrededor. La tela crujió apenas, recordándome la disciplina que se esconde en cada botón, en cada listón que me ciñe la figura. Al llevar la taza a mis labios, sentí el calor reconfortante y pensé en la extraña paz que reina en instantes como este. No es una calma vacía: es un silencio que guarda, bajo su superficie, la certeza de que el deber volverá a reclamarme en cualquier momento.* —Un sorbo de té para el espíritu, un respiro antes de la tormenta —me permití murmurar, apenas con una sonrisa. Hoy, como siempre, no sé qué me deparará el día. Pero estoy preparada.
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  • Se está vistiendo a las 13:00 de la tarde, aún con un ojo cerrado y maldiciendo en voz baja cada botón que no atina a cerrar. El aire huele a tabaco y café frío, aunque él todavía no ha tocado la taza olvidada en la mesa: su verdadero desayuno es el cigarro que cuelga torcido entre sus labios. Con el cabello revuelto y la camisa a medio poner, parece más un boxeador después de una pelea que alguien recién levantado.

    —Buenos días, mundo... —murmura con ironía, como si se lo dijera a un público invisible que lo ha estado esperando demasiado tiempo.
    Se está vistiendo a las 13:00 de la tarde, aún con un ojo cerrado y maldiciendo en voz baja cada botón que no atina a cerrar. El aire huele a tabaco y café frío, aunque él todavía no ha tocado la taza olvidada en la mesa: su verdadero desayuno es el cigarro que cuelga torcido entre sus labios. Con el cabello revuelto y la camisa a medio poner, parece más un boxeador después de una pelea que alguien recién levantado. —Buenos días, mundo... —murmura con ironía, como si se lo dijera a un público invisible que lo ha estado esperando demasiado tiempo.
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  • - Debido a la colaboración con Vox, la realización de videos también estaba en el contrato, y había terminado de grabar un video promocional del club nocturno de Valentino. A pesar de las ideas de Val con sexo y todo, no quería hacer una *****; iba en contra de mi ética laboral, así que tomé un poco de lo que vi en los dominios de Ozz. Lo poco que vi me hizo entender por qué es el pecado de la lujuria, así que dejé que mis sombras se encargaran de ello. No pude descartar la escena sexual por la insistencia de Valentino, pero podía simular que lo hacía. riendo con malicia divertida, por lo que verán. Me iba vistiendo en mi camerino; sabía que esos dos ignoraban lo que hice, pero haría que el lugar esté dando que hablar. 
    Terminé de vestirme y, sentado en el sillón Vox, apretó el botón de transmitir el video en todos los anillos del infierno. -

    https://youtu.be/3gOHvDP_vCs?si=VYdh23Jfn6Ri8FNp
    - Debido a la colaboración con Vox, la realización de videos también estaba en el contrato, y había terminado de grabar un video promocional del club nocturno de Valentino. A pesar de las ideas de Val con sexo y todo, no quería hacer una porno; iba en contra de mi ética laboral, así que tomé un poco de lo que vi en los dominios de Ozz. Lo poco que vi me hizo entender por qué es el pecado de la lujuria, así que dejé que mis sombras se encargaran de ello. No pude descartar la escena sexual por la insistencia de Valentino, pero podía simular que lo hacía. riendo con malicia divertida, por lo que verán. Me iba vistiendo en mi camerino; sabía que esos dos ignoraban lo que hice, pero haría que el lugar esté dando que hablar.  Terminé de vestirme y, sentado en el sillón Vox, apretó el botón de transmitir el video en todos los anillos del infierno. - https://youtu.be/3gOHvDP_vCs?si=VYdh23Jfn6Ri8FNp
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  • #MiniguíaRápida

    ¿Ya publicaste la ficha de tu personaje?
    No olvides que puedes darle al botón verde que dice "Fijar como ficha".

    De esta manera, tu ficha quedará visible directamente en tu perfil, justo bajo la portada, y será mucho más fácil para todos encontrar la información de tu personaje sin tener que buscar entre publicaciones o recurrir al post fijado, ya que en los perfiles privados la opción "Ficha" sí es visible pero no los posts.

    ¡Un detalle pequeño que hace toda la diferencia!

    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
    ✨ #MiniguíaRápida ✨ ¿Ya publicaste la ficha de tu personaje? 👀 No olvides que puedes darle al botón verde que dice "Fijar como ficha". De esta manera, tu ficha quedará visible directamente en tu perfil, justo bajo la portada, y será mucho más fácil para todos encontrar la información de tu personaje sin tener que buscar entre publicaciones o recurrir al post fijado, ya que en los perfiles privados la opción "Ficha" sí es visible pero no los posts. 📝💚 ¡Un detalle pequeño que hace toda la diferencia! 🌟 #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
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  • Lentamente caminó en dirección a la cochera, fuera del departamento que había alquilado, sus pasos eran firmes y lentos y sin prisa indicaban la tranquilidad de su espíritu que parecía no verse perturbado con nada. Ni siquiera con la estruendosa tormenta que había caído la noche anterior siendo la misma, responsable por tan placentera noche de sueño.

    Presionó el botón que se hallaba en la pared derecha para abrir la cortina que daba acceso a la calle. Pronto, el sonido metálico del mecanismo automático inició su monótono y robótico ruido mientras dicha cortina se elevaba dejando entrar algo de luz a la cochera que se hallaba un par de metros debajo del nivel del suelo de la calle. Se podía mirar la humedad del asfalto en la rampa de acceso.

    Mientras terminaba de abrir la compuerta, aquel calmado caballero ajustó el micrófono con bluetooth de su casco, enlazándolo con su teléfono celular, listo para escuchar aquella lista de reproducción que había armado para viajar en su motocicleta. Se acomodó sobre la misma, giró la llave y la puso en marcha, ya era hora de trabajar...
    Lentamente caminó en dirección a la cochera, fuera del departamento que había alquilado, sus pasos eran firmes y lentos y sin prisa indicaban la tranquilidad de su espíritu que parecía no verse perturbado con nada. Ni siquiera con la estruendosa tormenta que había caído la noche anterior siendo la misma, responsable por tan placentera noche de sueño. Presionó el botón que se hallaba en la pared derecha para abrir la cortina que daba acceso a la calle. Pronto, el sonido metálico del mecanismo automático inició su monótono y robótico ruido mientras dicha cortina se elevaba dejando entrar algo de luz a la cochera que se hallaba un par de metros debajo del nivel del suelo de la calle. Se podía mirar la humedad del asfalto en la rampa de acceso. Mientras terminaba de abrir la compuerta, aquel calmado caballero ajustó el micrófono con bluetooth de su casco, enlazándolo con su teléfono celular, listo para escuchar aquella lista de reproducción que había armado para viajar en su motocicleta. Se acomodó sobre la misma, giró la llave y la puso en marcha, ya era hora de trabajar...
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  • -Los consejos de 𝕷𝖚𝖈𝖎𝖋𝖊𝖗 𝖒𝖔𝖗𝖓𝖎𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 me hicieron cuestionar si realmente tener esta vida era lo que quería. Incluso con lo que crece en mi interior, me resulta desconocido. El hombre de mis pinturas había desaparecido nuevamente. Sin darme cuenta, terminé en una zona céntrica de la ciudad. La gente caminaba apresurada como si el tiempo los devorara. Podía oír el resonar de sus almas gritando de agonía. Me cubría los oídos; no me gustaba oírlos. El sonido era horrible. Empecé a sentirme ansioso y nervioso; quería volver a casa, pero no sabía cómo, hasta que un anuncio en una pantalla gigante empezó a transmitir a un cantante. Me quedé estático por las ondas sonoras que emitía su voz. Era como si todo quedara en silencio; todos mis sentidos se centraron en la voz del cantante, era como si me invitara a liberarme.-



    //Si quieren saber lo que dice aprieten el botón de subtitulos ʕ⁠·⁠ᴥ⁠·⁠ʔ //

    https://youtu.be/hsxnNGaQ7g8?si=AqaedqIxL1Y16ml8
    -Los consejos de [Luzbel666] me hicieron cuestionar si realmente tener esta vida era lo que quería. Incluso con lo que crece en mi interior, me resulta desconocido. El hombre de mis pinturas había desaparecido nuevamente. Sin darme cuenta, terminé en una zona céntrica de la ciudad. La gente caminaba apresurada como si el tiempo los devorara. Podía oír el resonar de sus almas gritando de agonía. Me cubría los oídos; no me gustaba oírlos. El sonido era horrible. Empecé a sentirme ansioso y nervioso; quería volver a casa, pero no sabía cómo, hasta que un anuncio en una pantalla gigante empezó a transmitir a un cantante. Me quedé estático por las ondas sonoras que emitía su voz. Era como si todo quedara en silencio; todos mis sentidos se centraron en la voz del cantante, era como si me invitara a liberarme.- //Si quieren saber lo que dice aprieten el botón de subtitulos ʕ⁠·⁠ᴥ⁠·⁠ʔ // https://youtu.be/hsxnNGaQ7g8?si=AqaedqIxL1Y16ml8
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  • “Donde mueren las voces”

    Soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=QHnwDuzR1wg&list=RDQHnwDuzR1wg&start_radio=1

    Nysarra tenía nueve años y ojos demasiado cansados para su edad. No porque supiera mucho, sino porque veía más de lo que debía. Los otros niños en el campamento decían que estaba loca, que hablaba sola, que tenía pesadillas a gritos.
    Solo su hermano mayor, Elian, le creía.
    Elian le había dado un pequeño aparato de metal, como un walkie-talkie sin antena.
    —Si te pasa algo... algo de verdad, aprieta este botón. Yo vendré. Siempre — Y él lo hacía. Siempre.

    Pero la noche del tercer viernes, los muertos no susurraban... gritaban.

    Nysarra temblaba en su litera mientras las sombras se estiraban por las paredes. Aquello no era como los otros fantasmas. No se lamentaba ni pedía ayuda. Este ser quería algo. Sentía su hambre. Cuando vio cómo la forma oscura se materializaba frente a su cama, con ojos como carbones ardientes y dedos que goteaban sombra líquida, no pensó. Corrió. Descalza, con los pies helados, se internó en el bosque, tropezando con raíces y ramas. La criatura venía tras ella, siempre detrás, sin hacer ruido pero llenándolo todo. En medio de su huida, sus dedos se cerraron alrededor del aparato de Elian. Lo apretó.

    Y él vino.

    Apareció con linterna en mano, gritando su nombre entre la oscuridad.
    —¡Nia! ¿Dónde estás?- Ella corrió hacia su voz, pero el suelo era barro resbaloso y la orilla del río estaba cerca.

    Un mal paso.
    Un grito.
    Agua helada.

    El mundo giró. Nysarra apenas sabía flotar. Gritó. Tragó agua. Brazos fuertes la tomaron.

    Elian.

    Entre la corriente, logró empujarla hacia una rama. Ella se sostuvo, temblando, llorando.

    —¡Sube! —le gritó entre sollozos.
    —La rama no aguanta a los dos —respondió él. Le sonrió. Como siempre. Como si no tuviera miedo. Y se soltó.
    —¡¡Elian!!- Gritó Nyssa desesperada.
    —Te amo, Nia. Nunca olvides eso- Su cuerpo fue arrastrado por el agua. Nysarra bajó como pudo, rodando por barro, raíces, ramas. Sangraba, tenía raspones en el rostro y piernas, pero no se detuvo. Lo encontró flotando cerca de la orilla, inmóvil, con los ojos cerrados. Lo arrastró fuera del río, con manos temblorosas.
    —Vamos, Elian. Ya, despierta... -Le apretó el pecho. Le sopló aire. Lloró sobre él. Pero su hermano ya no estaba. El campamento despertó con su llanto. La encontraron abrazada al cuerpo. Y entonces comenzaron los murmullos.

    "Es su culpa."
    "Esa niña está maldita."
    "¿No decía que hablaba con los muertos?"

    Nyssara solo calló. Desde ese día evitaba hablar de Elian. No porque lo hubiera olvidado, sino porque pronunciar su nombre dolía más que el silencio. En sueños, él seguía apareciendo. Nunca hablaba. A veces estaba de pie bajo el agua, con la linterna encendida en la mano, aún goteando río. Otras, aparecía en la rama rota, justo antes de soltarse, con esa sonrisa suya que parecía perdonarlo todo. Y a veces… solo estaba allí, de pie junto a su cama, empapado y temblando, con los ojos llenos de amor y pena.

    El aparato que Elian le había dado aún descansaba bajo su almohada. Lo apretaba cada noche, sabiendo que no volvería a responder. Y sin embargo, parte de ella no dejaba de esperar. Dejó de llorar en voz alta. Se guardó el dolor como un secreto sucio, como si haber sobrevivido fuera un castigo que debía pagar en silencio.

    Dejó de ser la misma. La poca esperanza que alguna vez había habitado en su pecho se desvaneció. Ya no soñaba con días mejores, ni buscaba consuelo. Solo existía. Su familia también cambió. Su madre apenas la miraba, como si temiera lo que vería en sus ojos. Su padre hablaba con distancia, como si las palabras se volvieran espinas en su garganta. Nadie lo decía, pero todos la juzgaban. Como si su dolor fuera menos válido. Como si su existencia fuera una culpa.
    “Donde mueren las voces” Soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=QHnwDuzR1wg&list=RDQHnwDuzR1wg&start_radio=1 Nysarra tenía nueve años y ojos demasiado cansados para su edad. No porque supiera mucho, sino porque veía más de lo que debía. Los otros niños en el campamento decían que estaba loca, que hablaba sola, que tenía pesadillas a gritos. Solo su hermano mayor, Elian, le creía. Elian le había dado un pequeño aparato de metal, como un walkie-talkie sin antena. —Si te pasa algo... algo de verdad, aprieta este botón. Yo vendré. Siempre — Y él lo hacía. Siempre. Pero la noche del tercer viernes, los muertos no susurraban... gritaban. Nysarra temblaba en su litera mientras las sombras se estiraban por las paredes. Aquello no era como los otros fantasmas. No se lamentaba ni pedía ayuda. Este ser quería algo. Sentía su hambre. Cuando vio cómo la forma oscura se materializaba frente a su cama, con ojos como carbones ardientes y dedos que goteaban sombra líquida, no pensó. Corrió. Descalza, con los pies helados, se internó en el bosque, tropezando con raíces y ramas. La criatura venía tras ella, siempre detrás, sin hacer ruido pero llenándolo todo. En medio de su huida, sus dedos se cerraron alrededor del aparato de Elian. Lo apretó. Y él vino. Apareció con linterna en mano, gritando su nombre entre la oscuridad. —¡Nia! ¿Dónde estás?- Ella corrió hacia su voz, pero el suelo era barro resbaloso y la orilla del río estaba cerca. Un mal paso. Un grito. Agua helada. El mundo giró. Nysarra apenas sabía flotar. Gritó. Tragó agua. Brazos fuertes la tomaron. Elian. Entre la corriente, logró empujarla hacia una rama. Ella se sostuvo, temblando, llorando. —¡Sube! —le gritó entre sollozos. —La rama no aguanta a los dos —respondió él. Le sonrió. Como siempre. Como si no tuviera miedo. Y se soltó. —¡¡Elian!!- Gritó Nyssa desesperada. —Te amo, Nia. Nunca olvides eso- Su cuerpo fue arrastrado por el agua. Nysarra bajó como pudo, rodando por barro, raíces, ramas. Sangraba, tenía raspones en el rostro y piernas, pero no se detuvo. Lo encontró flotando cerca de la orilla, inmóvil, con los ojos cerrados. Lo arrastró fuera del río, con manos temblorosas. —Vamos, Elian. Ya, despierta... -Le apretó el pecho. Le sopló aire. Lloró sobre él. Pero su hermano ya no estaba. El campamento despertó con su llanto. La encontraron abrazada al cuerpo. Y entonces comenzaron los murmullos. "Es su culpa." "Esa niña está maldita." "¿No decía que hablaba con los muertos?" Nyssara solo calló. Desde ese día evitaba hablar de Elian. No porque lo hubiera olvidado, sino porque pronunciar su nombre dolía más que el silencio. En sueños, él seguía apareciendo. Nunca hablaba. A veces estaba de pie bajo el agua, con la linterna encendida en la mano, aún goteando río. Otras, aparecía en la rama rota, justo antes de soltarse, con esa sonrisa suya que parecía perdonarlo todo. Y a veces… solo estaba allí, de pie junto a su cama, empapado y temblando, con los ojos llenos de amor y pena. El aparato que Elian le había dado aún descansaba bajo su almohada. Lo apretaba cada noche, sabiendo que no volvería a responder. Y sin embargo, parte de ella no dejaba de esperar. Dejó de llorar en voz alta. Se guardó el dolor como un secreto sucio, como si haber sobrevivido fuera un castigo que debía pagar en silencio. Dejó de ser la misma. La poca esperanza que alguna vez había habitado en su pecho se desvaneció. Ya no soñaba con días mejores, ni buscaba consuelo. Solo existía. Su familia también cambió. Su madre apenas la miraba, como si temiera lo que vería en sus ojos. Su padre hablaba con distancia, como si las palabras se volvieran espinas en su garganta. Nadie lo decía, pero todos la juzgaban. Como si su dolor fuera menos válido. Como si su existencia fuera una culpa.
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