• • CARTA A CALEB •
    06 / 09 / ¿?

    Se que te prometí volver pronto, lo siento Caleb. Tuve que tomar una decisión.

    Encontré una pista, una de las grandes, estoy un paso mas cerca de encontrarlo. Se que dije eso la vez pasada pero es verdad. El problema es... debo salir de la ciudad. Encontré un brujo en el mercado de las sombras, un tipo de esos que siempre ayudan si les pagas bien, invertí la mayoría de nuestros ahorros y conseguí que abriera un portal hacia Kansas. No quise dejarte atrás, se que odias a la vieja Bailey, pero no será por mucho tiempo, resiste por mi y por nuestra meta, definitivamente acabare con el, aun así tenga que ir al mismo infierno, te lo prometo.
    • CARTA A CALEB • 06 / 09 / ¿? Se que te prometí volver pronto, lo siento Caleb. Tuve que tomar una decisión. Encontré una pista, una de las grandes, estoy un paso mas cerca de encontrarlo. Se que dije eso la vez pasada pero es verdad. El problema es... debo salir de la ciudad. Encontré un brujo en el mercado de las sombras, un tipo de esos que siempre ayudan si les pagas bien, invertí la mayoría de nuestros ahorros y conseguí que abriera un portal hacia Kansas. No quise dejarte atrás, se que odias a la vieja Bailey, pero no será por mucho tiempo, resiste por mi y por nuestra meta, definitivamente acabare con el, aun así tenga que ir al mismo infierno, te lo prometo.
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  • Reír juntos, llorar juntos,
    esas emociones tan simples… quizás eran todo para mí.
    ¿Cuándo será? Cuando te vuelva a encontrar,
    miraré tus ojos y te diré:
    “Te he echado de menos”.

    En los recuerdos de momentos que parecían hechizar el alma.
    Aunque baile solo, aún llueve…
    Abrázame entonces.
    Sabía que algún día llegaría la mañana,
    pero aun así, quería quedarme en tu cielo, como una estrella.

    Aquel día, aquel instante…
    Si hubiera sabido que sería así,
    habría guardado más de esos momentos en mi memoria.
    ¿Cuándo será? Cuando te vuelva a encontrar,
    miraré tus ojos y te diré:
    “Te he echado de menos”.
    Reír juntos, llorar juntos, esas emociones tan simples… quizás eran todo para mí. ¿Cuándo será? Cuando te vuelva a encontrar, miraré tus ojos y te diré: “Te he echado de menos”. En los recuerdos de momentos que parecían hechizar el alma. Aunque baile solo, aún llueve… Abrázame entonces. Sabía que algún día llegaría la mañana, pero aun así, quería quedarme en tu cielo, como una estrella. Aquel día, aquel instante… Si hubiera sabido que sería así, habría guardado más de esos momentos en mi memoria. ¿Cuándo será? Cuando te vuelva a encontrar, miraré tus ojos y te diré: “Te he echado de menos”.
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  • +no sabia por que en medio de aquella peculiar festividad que su hermano habría organizado un recuerdo fugaz y olvidado se le vino a la mente, el como en una ocasión le obligaron a bailar con un alma pura, este se sintió tan fuera de lugar que su poder de fuego se salió de control y dio gracias de que aquellas almas no salen lastimadas por este+

    ahora recuerdo porque odio los bailes
    +no sabia por que en medio de aquella peculiar festividad que su hermano habría organizado un recuerdo fugaz y olvidado se le vino a la mente, el como en una ocasión le obligaron a bailar con un alma pura, este se sintió tan fuera de lugar que su poder de fuego se salió de control y dio gracias de que aquellas almas no salen lastimadas por este+ ahora recuerdo porque odio los bailes
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  • —Ya estaba listo para ir pero sus esposos no aparecían mire el reloj de bolsillo —

    Bueno supongo que el trabajo que tuvieron les tomo más tiempo de lo pensado les dejare una nota a los dos

    Nota: mis amores en el armario están sus trajes el de la izquierda es de Dante Son Of Sparda y el de la derecha es de Vergil Sparda el del centro es de Nero Angelo Sparda por favor no se peleen ni nada los estaré esperando con Damián en el baile los amo

    -Tomo mi abrigo y dirijo mis pasos hacia la puerta -
    —Ya estaba listo para ir pero sus esposos no aparecían mire el reloj de bolsillo — Bueno supongo que el trabajo que tuvieron les tomo más tiempo de lo pensado les dejare una nota a los dos Nota: mis amores en el armario están sus trajes el de la izquierda es de [solar_yellow_frog_924] y el de la derecha es de [Vergil_Sparda_Oficial] el del centro es de [legend_malachite_kangaroo_286] por favor no se peleen ni nada los estaré esperando con Damián en el baile los amo -Tomo mi abrigo y dirijo mis pasos hacia la puerta -
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  • —Bien, todo listo para el baile~

    Se estiró, sólo quedaba esperar a que su esfuerzo rindiera frutos, intentando disimular que se moría de nervios.


    #SeductiveSunday
    —Bien, todo listo para el baile~ Se estiró, sólo quedaba esperar a que su esfuerzo rindiera frutos, intentando disimular que se moría de nervios. #SeductiveSunday
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  • ꧁⚜𝔾𝕣𝕒𝕟 ℝ𝕖-𝕚𝕟𝕒𝕦𝕘𝕦𝕣𝕒𝕔𝕚ó𝕟⚜꧂
    Fandom Hellaverse/Crossover
    Categoría Crossover
    🇱​​🇺​​🇬​​🇦​​🇷​: 𝓗𝓪𝔃𝓫𝓲𝓷 𝓗𝓸𝓽𝓮𝓵

    ʀᴏʟ ɢʀᴜᴘᴀʟ (Se etiquetará a los interesados en comentarios)


    El día llegó finalmente, el gran baile para reinaugurar el hotel Hazbin parecía que sería un completo éxito esa noche pues, muy a diferencia de sus bajas expectativas, muchos invitados se mostraron interesados.

    El salón principal brillaba en todo su esplendor, una recepción digna para la misma realeza pero, a su vez, lo suficientemente casual para no limitar o intimidar a aquellos que quisieran pasar un momento ameno, con la música más variada que pudiera armonizar con todos los gustos, bocadillos desde lo dulce, salado y picante hasta gran variedad de bebidas.

    Revisaba los últimos detalles, sonriendo satisfecho por su trabajo y, más aún, por el apoyo que tuvo para lograr todo en tiempo record.

    —Las invitaciones no tardarán en llegarles.
    Es hora del show~
    🇱​​🇺​​🇬​​🇦​​🇷​: 𝓗𝓪𝔃𝓫𝓲𝓷 𝓗𝓸𝓽𝓮𝓵 ʀᴏʟ ɢʀᴜᴘᴀʟ (Se etiquetará a los interesados en comentarios) El día llegó finalmente, el gran baile para reinaugurar el hotel Hazbin parecía que sería un completo éxito esa noche pues, muy a diferencia de sus bajas expectativas, muchos invitados se mostraron interesados. El salón principal brillaba en todo su esplendor, una recepción digna para la misma realeza pero, a su vez, lo suficientemente casual para no limitar o intimidar a aquellos que quisieran pasar un momento ameno, con la música más variada que pudiera armonizar con todos los gustos, bocadillos desde lo dulce, salado y picante hasta gran variedad de bebidas. Revisaba los últimos detalles, sonriendo satisfecho por su trabajo y, más aún, por el apoyo que tuvo para lograr todo en tiempo record. —Las invitaciones no tardarán en llegarles. Es hora del show~
    Tipo
    Grupal
    Líneas
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    Estado
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    https://vt.tiktok.com/ZSAS7C91b/
    Esto me hizo recordar a tu baile darling Dante Son Of Sparda jxjxjxjx
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    @dancingsfinks

    Nauczyłem papugę wszystkiego co tylko mogłem 😭

    ♬ Everybody (Backstreet's Back) (Radio Edit) - Backstreet Boys
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    ||Pequeño recordatorio que para mañana se realizará el evento de inauguración/baile de Hazbin Hotel.
    Recuerden que todos son bienvenidos independiente de su fandom y es con fin de ampliar la convivencia.
    En mi perfil o el de Eren Jaeger encontrarán el artículo al cual pueden enlistarse.

    Se agradece igual los que ayuden a difundir para llegar a más gente ♡
    ||Pequeño recordatorio que para mañana se realizará el evento de inauguración/baile de Hazbin Hotel. Recuerden que todos son bienvenidos independiente de su fandom y es con fin de ampliar la convivencia. En mi perfil o el de [Rumb1ing] encontrarán el artículo al cual pueden enlistarse. Se agradece igual los que ayuden a difundir para llegar a más gente ♡
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  • (Para entrar en escena, musica bailada: So good https://open.spotify.com/intl-es/track/18CEEhZoQBHBiGfGANm0zJ?si=194c6285ac6346f2)

    La noche en La Rapsodia Carmesí había terminado. Las luces estroboscópicas se habían apagado, dejando solo la iluminación tenue y carmesí que bañaba el gran salón. El aire, denso con el aroma residual de la noche, ahora olía a cedro y ozono. Alexander se había quitado la camiseta, sus músculos tensos y definidos brillando con un fino sudor bajo las luces. En el centro de la pista, su figura imponente se movía, no para nadie más que para sí mismo.

    La música, una de sus propias composiciones, llenaba el espacio. No era el ritmo frenético de antes, sino una melodía hipnótica, con un bajo profundo y pulsante que parecía vibrar en las paredes del club. Una percusión tribal marcaba un pulso primario, mientras que sintetizadores melódicos, casi fantasmales, se movían por encima. Era un sonido que mezclaba la agresividad de un depredador y la elegancia de una melodía clásica. Con cada compás, Alexander se movía con una precisión que era a la vez brutal y fluida.

    Sus movimientos de cadera eran afilados y potentes, como un golpe, pero luego su cuerpo se deslizaba con una fluidez que parecía desafiar la física. Era el baile de un depredador en su territorio. Sus brazos se extendían y se contraían con una velocidad letal, mientras que sus pies se movían con una ligereza que negaba su imponente físico. La fuerza de su herencia licántropa se manifestaba en la solidez de sus pies contra el suelo, en la potencia de sus saltos. Su lado demoníaco, en cambio, se reflejaba en la forma en que sus caderas se movían con una cadencia hipnótica, en la fluidez de sus brazos y en la manera en que la oscuridad parecía seguir cada una de sus transiciones. Su mirada, fija en un punto invisible, era una mezcla de concentración y una emoción cruda que rara vez se permitía mostrar.

    Su baile no era una simple coreografía. Era la expresión de su doble vida. La tensión en sus hombros, la manera en que su cuerpo se doblaba y se recuperaba, era el reflejo de la presión de su vida militar. Pero la gracia en sus movimientos, la pasión en cada giro, era la liberación de su alma artística. En ese momento, no era el líder de las fuerzas especiales, ni el descendiente de linajes prohibidos. Era solo él, Alexander, bailando para encontrar el equilibrio entre la fuerza y la gracia.

    El ritmo llegó a su clímax, y Alexander se detuvo en seco, el pecho subiendo y bajando con un aliento pesado. La música se desvaneció, dejando el salón en un silencio que solo el eco de sus pasos rompía. Su cuerpo, bañado en el brillo carmesí de las luces, parecía más un espectro que un hombre. Era un momento de paz total, un recordatorio de que, a pesar de sus demonios internos, él tenía el control.
    (Para entrar en escena, musica bailada: So good https://open.spotify.com/intl-es/track/18CEEhZoQBHBiGfGANm0zJ?si=194c6285ac6346f2) La noche en La Rapsodia Carmesí había terminado. Las luces estroboscópicas se habían apagado, dejando solo la iluminación tenue y carmesí que bañaba el gran salón. El aire, denso con el aroma residual de la noche, ahora olía a cedro y ozono. Alexander se había quitado la camiseta, sus músculos tensos y definidos brillando con un fino sudor bajo las luces. En el centro de la pista, su figura imponente se movía, no para nadie más que para sí mismo. La música, una de sus propias composiciones, llenaba el espacio. No era el ritmo frenético de antes, sino una melodía hipnótica, con un bajo profundo y pulsante que parecía vibrar en las paredes del club. Una percusión tribal marcaba un pulso primario, mientras que sintetizadores melódicos, casi fantasmales, se movían por encima. Era un sonido que mezclaba la agresividad de un depredador y la elegancia de una melodía clásica. Con cada compás, Alexander se movía con una precisión que era a la vez brutal y fluida. Sus movimientos de cadera eran afilados y potentes, como un golpe, pero luego su cuerpo se deslizaba con una fluidez que parecía desafiar la física. Era el baile de un depredador en su territorio. Sus brazos se extendían y se contraían con una velocidad letal, mientras que sus pies se movían con una ligereza que negaba su imponente físico. La fuerza de su herencia licántropa se manifestaba en la solidez de sus pies contra el suelo, en la potencia de sus saltos. Su lado demoníaco, en cambio, se reflejaba en la forma en que sus caderas se movían con una cadencia hipnótica, en la fluidez de sus brazos y en la manera en que la oscuridad parecía seguir cada una de sus transiciones. Su mirada, fija en un punto invisible, era una mezcla de concentración y una emoción cruda que rara vez se permitía mostrar. Su baile no era una simple coreografía. Era la expresión de su doble vida. La tensión en sus hombros, la manera en que su cuerpo se doblaba y se recuperaba, era el reflejo de la presión de su vida militar. Pero la gracia en sus movimientos, la pasión en cada giro, era la liberación de su alma artística. En ese momento, no era el líder de las fuerzas especiales, ni el descendiente de linajes prohibidos. Era solo él, Alexander, bailando para encontrar el equilibrio entre la fuerza y la gracia. El ritmo llegó a su clímax, y Alexander se detuvo en seco, el pecho subiendo y bajando con un aliento pesado. La música se desvaneció, dejando el salón en un silencio que solo el eco de sus pasos rompía. Su cuerpo, bañado en el brillo carmesí de las luces, parecía más un espectro que un hombre. Era un momento de paz total, un recordatorio de que, a pesar de sus demonios internos, él tenía el control.
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  • El Bartender de La Rapsodia
    Fandom OC
    Categoría Original
    ||Rol libre, únase el que quiera||

    El aire en La Rapsodia Carmesí vibraba con una energía palpable, una mezcla embriagadora de sudor, luces estroboscópicas carmesíes y el latido profundo de la música electrónica que Alexander mismo había compuesto. El club, escondido tras una fachada anodina en una calle lateral de Hongdae, era su santuario secreto, un lugar donde las convenciones se desvanecían y la gente se entregaba al ritmo primal.

    Esta noche, sin embargo, Alexander no estaba en la cabina del DJ ni guiando los movimientos de sus bailarines. Vestido con una camiseta negra ajustada que dejaba entrever los músculos tensos de sus brazos y un delantal de cuero oscuro, se movía con una eficiencia silenciosa detrás de la barra. Su cabello azabache, generalmente impecable, estaba ligeramente revuelto, y su intensa mirada café observaba la pista de baile como un halcón acechando a su presa.

    Fingir ser un simple bartender era una estrategia. Le permitía observar, sentir el pulso del club, identificar cualquier amenaza potencial sin levantar sospechas. Su aroma, usualmente una mezcla embriagadora de cedro y metal, estaba sutilmente reprimido, mezclándose con los efluvios de alcohol y feromonas que flotaban en el aire.

    Una joven con cabello de color fantasía y ojos delineados con glitter se acercó a la barra. Su aroma dulce y ligeramente ansioso la delataba como una Omega nerviosa.

    "Un 'Sangre de Demonio', por favor," pidió, su voz apenas audible por encima del ritmo palpitante.

    Alexander asintió con una cortesía fría y profesional, sus movimientos al preparar el cóctel eran precisos y rápidos, producto de años de disciplina militar. Mientras vertía el licor carmesí, sus sentidos agudizados captaron una conversación cerca de la entrada. Dos hombres con auras ásperas y un aroma familiar a Alfa estaban hablando en voz baja, sus miradas recorriendo el club con una intensidad que no era de simples curiosos.

    Su instinto licántropo se encendió, una punzada de alerta recorriéndole la espalda. Eran Alfas desconocidos, y su presencia en su territorio era una nota discordante en la sinfonía de la noche.

    Entregó el cóctel a la joven, sus dedos rozando brevemente los de ella. Pudo sentir una ligera descarga de excitación nerviosa, un testimonio de la energía que emanaba incluso de su fachada de bartender.

    "Aquí tienes," dijo, su voz un murmullo grave que apenas superaba la música. Sus ojos, por un instante, se encontraron con los de ella, transmitiendo una calma inusual en medio del caos.

    Mientras la Omega se alejaba hacia la pista de baile, Alexander apoyó los antebrazos en la barra, su mirada fija en los dos Alfas de la entrada. Su fachada de bartender tranquilo no reflejaba la tensión que se acumulaba bajo su piel. Su lado demoníaco disfrutaba del peligro, la anticipación del conflicto. Su lado licántropo, en cambio, sentía la necesidad de proteger su territorio, su manada de bailarines que se movían ajenos a la potencial amenaza.

    Una leve sonrisa, fría y depredadora, curvó sus labios por un instante. Fingir ser alguien que no era tenía sus ventajas. Subestimarlo sería su mayor error. La noche en La Rapsodia Carmesí aún era joven, y Alexander Wolfen estaba listo para cualquier melodía que tuviera que bailar.
    ||Rol libre, únase el que quiera|| El aire en La Rapsodia Carmesí vibraba con una energía palpable, una mezcla embriagadora de sudor, luces estroboscópicas carmesíes y el latido profundo de la música electrónica que Alexander mismo había compuesto. El club, escondido tras una fachada anodina en una calle lateral de Hongdae, era su santuario secreto, un lugar donde las convenciones se desvanecían y la gente se entregaba al ritmo primal. Esta noche, sin embargo, Alexander no estaba en la cabina del DJ ni guiando los movimientos de sus bailarines. Vestido con una camiseta negra ajustada que dejaba entrever los músculos tensos de sus brazos y un delantal de cuero oscuro, se movía con una eficiencia silenciosa detrás de la barra. Su cabello azabache, generalmente impecable, estaba ligeramente revuelto, y su intensa mirada café observaba la pista de baile como un halcón acechando a su presa. Fingir ser un simple bartender era una estrategia. Le permitía observar, sentir el pulso del club, identificar cualquier amenaza potencial sin levantar sospechas. Su aroma, usualmente una mezcla embriagadora de cedro y metal, estaba sutilmente reprimido, mezclándose con los efluvios de alcohol y feromonas que flotaban en el aire. Una joven con cabello de color fantasía y ojos delineados con glitter se acercó a la barra. Su aroma dulce y ligeramente ansioso la delataba como una Omega nerviosa. "Un 'Sangre de Demonio', por favor," pidió, su voz apenas audible por encima del ritmo palpitante. Alexander asintió con una cortesía fría y profesional, sus movimientos al preparar el cóctel eran precisos y rápidos, producto de años de disciplina militar. Mientras vertía el licor carmesí, sus sentidos agudizados captaron una conversación cerca de la entrada. Dos hombres con auras ásperas y un aroma familiar a Alfa estaban hablando en voz baja, sus miradas recorriendo el club con una intensidad que no era de simples curiosos. Su instinto licántropo se encendió, una punzada de alerta recorriéndole la espalda. Eran Alfas desconocidos, y su presencia en su territorio era una nota discordante en la sinfonía de la noche. Entregó el cóctel a la joven, sus dedos rozando brevemente los de ella. Pudo sentir una ligera descarga de excitación nerviosa, un testimonio de la energía que emanaba incluso de su fachada de bartender. "Aquí tienes," dijo, su voz un murmullo grave que apenas superaba la música. Sus ojos, por un instante, se encontraron con los de ella, transmitiendo una calma inusual en medio del caos. Mientras la Omega se alejaba hacia la pista de baile, Alexander apoyó los antebrazos en la barra, su mirada fija en los dos Alfas de la entrada. Su fachada de bartender tranquilo no reflejaba la tensión que se acumulaba bajo su piel. Su lado demoníaco disfrutaba del peligro, la anticipación del conflicto. Su lado licántropo, en cambio, sentía la necesidad de proteger su territorio, su manada de bailarines que se movían ajenos a la potencial amenaza. Una leve sonrisa, fría y depredadora, curvó sus labios por un instante. Fingir ser alguien que no era tenía sus ventajas. Subestimarlo sería su mayor error. La noche en La Rapsodia Carmesí aún era joven, y Alexander Wolfen estaba listo para cualquier melodía que tuviera que bailar.
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