#RolAbierto
Viernes por la noche, recorre cada rincón de su apartamento, siente nostalgia y ganas de llorar. El sillón favorito de Alek se conserva intacto, lo recorre con la punta de los dedos y se sienta en ese pequeño hundimiento que dejó. Su cojín, aún con pelitos conserva el aroma a cesped, hunde su rostro.
— Tengo miedo de olvidarte Alek.- Una lágrima salió y otra, ahogaba su llanto contra el cojín. Lo extraña cada segundo de su vida. De pronto, sus ojos llorosos, las mejillas enrojecidas como un par fresas levantaron su vista.
—Lucas, deja de maullar, no puedes salir a estas horas.- Suspiro, él no tenía la culpa y tal vez, solo tal vez el aire fresco y nocturno le ayudaría a despejarse. Se limpio el rostro, se vistió con ropas apropiadas por el clima fresco de temporada, tomo la correa y arnés de Lucas para envolverlo, está más gordo porque se olvida de racionar su comida.
— Vamos, mi niño.- Le maullo de vuelta y juntos salieron del departamento, cruzaron el ascensor, salieron a las calles, dividieron su trayecto al parque porque Lucas tenía muchas ganas de ir ahí tal vez buscando a su hermano perruno. Y ella, no tenía los mejores animos en ese momento, como odiaba que el periodo la hiciera tan sensible.
Viernes por la noche, recorre cada rincón de su apartamento, siente nostalgia y ganas de llorar. El sillón favorito de Alek se conserva intacto, lo recorre con la punta de los dedos y se sienta en ese pequeño hundimiento que dejó. Su cojín, aún con pelitos conserva el aroma a cesped, hunde su rostro.
— Tengo miedo de olvidarte Alek.- Una lágrima salió y otra, ahogaba su llanto contra el cojín. Lo extraña cada segundo de su vida. De pronto, sus ojos llorosos, las mejillas enrojecidas como un par fresas levantaron su vista.
—Lucas, deja de maullar, no puedes salir a estas horas.- Suspiro, él no tenía la culpa y tal vez, solo tal vez el aire fresco y nocturno le ayudaría a despejarse. Se limpio el rostro, se vistió con ropas apropiadas por el clima fresco de temporada, tomo la correa y arnés de Lucas para envolverlo, está más gordo porque se olvida de racionar su comida.
— Vamos, mi niño.- Le maullo de vuelta y juntos salieron del departamento, cruzaron el ascensor, salieron a las calles, dividieron su trayecto al parque porque Lucas tenía muchas ganas de ir ahí tal vez buscando a su hermano perruno. Y ella, no tenía los mejores animos en ese momento, como odiaba que el periodo la hiciera tan sensible.
#RolAbierto
Viernes por la noche, recorre cada rincón de su apartamento, siente nostalgia y ganas de llorar. El sillón favorito de Alek se conserva intacto, lo recorre con la punta de los dedos y se sienta en ese pequeño hundimiento que dejó. Su cojín, aún con pelitos conserva el aroma a cesped, hunde su rostro.
— Tengo miedo de olvidarte Alek.- Una lágrima salió y otra, ahogaba su llanto contra el cojín. Lo extraña cada segundo de su vida. De pronto, sus ojos llorosos, las mejillas enrojecidas como un par fresas levantaron su vista.
—Lucas, deja de maullar, no puedes salir a estas horas.- Suspiro, él no tenía la culpa y tal vez, solo tal vez el aire fresco y nocturno le ayudaría a despejarse. Se limpio el rostro, se vistió con ropas apropiadas por el clima fresco de temporada, tomo la correa y arnés de Lucas para envolverlo, está más gordo porque se olvida de racionar su comida.
— Vamos, mi niño.- Le maullo de vuelta y juntos salieron del departamento, cruzaron el ascensor, salieron a las calles, dividieron su trayecto al parque porque Lucas tenía muchas ganas de ir ahí tal vez buscando a su hermano perruno. Y ella, no tenía los mejores animos en ese momento, como odiaba que el periodo la hiciera tan sensible.
