• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tú eres aire, yo papel
    Donde vayas, yo me iré
    Si me quedo a oscuras, luz de la locura
    Ven y alúmbrame.

    No quiero estrella errante
    No quiero ver la aurora
    Quiero mirar tus ojos
    Del color de la Coca-Cola.
    Tú eres aire, yo papel Donde vayas, yo me iré Si me quedo a oscuras, luz de la locura Ven y alúmbrame. No quiero estrella errante No quiero ver la aurora Quiero mirar tus ojos Del color de la Coca-Cola.
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  • Aurora avanzaba con paso firme, por unas calles poco transitadas pero ya conocidas por la pelinegra. Sin embargo, la tranquilidad fue interrumpida de golpe: seis hombres aparecieron de la nada, sus ojos cargados de una intención oscura e inexplicable.

    Sin tiempo para reaccionar, Aurora intentó defenderse con toda su fuerza, esquivando golpes y respondiendo con rapidez, pero el número en su contra era abrumador. Uno a uno, la rodearon y sin piedad comenzaron a atacarla con ferocidad; Ella resistía, cada movimiento cálido de voluntad, pero pronto la fatiga empezó a ganarle terreno.


    El amargo filo de la navaja cortó el aire, y con seis puñaladas consecutivas, desgarraron su cuerpo, una de aquellas puñaladas alcanzó un corte profundo y terrible, rozando su corazón.


    El daño no solo le provocó un dolor insoportable, sino que también ralentizó su proceso de curación, poniendo en grave peligro su vida. Alguien cercano, horrorizado ante la escena, llamó de inmediato al hospital y a la policía, mientras Aurora luchaba por mantenerse consciente, sus manos temblorosas buscando fuerza en un cuerpo herido, atrapada entre el dolor y la esperanza de sobrevivir.
    Aurora avanzaba con paso firme, por unas calles poco transitadas pero ya conocidas por la pelinegra. Sin embargo, la tranquilidad fue interrumpida de golpe: seis hombres aparecieron de la nada, sus ojos cargados de una intención oscura e inexplicable. Sin tiempo para reaccionar, Aurora intentó defenderse con toda su fuerza, esquivando golpes y respondiendo con rapidez, pero el número en su contra era abrumador. Uno a uno, la rodearon y sin piedad comenzaron a atacarla con ferocidad; Ella resistía, cada movimiento cálido de voluntad, pero pronto la fatiga empezó a ganarle terreno. El amargo filo de la navaja cortó el aire, y con seis puñaladas consecutivas, desgarraron su cuerpo, una de aquellas puñaladas alcanzó un corte profundo y terrible, rozando su corazón. El daño no solo le provocó un dolor insoportable, sino que también ralentizó su proceso de curación, poniendo en grave peligro su vida. Alguien cercano, horrorizado ante la escena, llamó de inmediato al hospital y a la policía, mientras Aurora luchaba por mantenerse consciente, sus manos temblorosas buscando fuerza en un cuerpo herido, atrapada entre el dolor y la esperanza de sobrevivir.
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  • Aurora siempre sintió que el mundo intentaba hacerla odiar su propio cuerpo. Desde niña, le susurraron que la perfección era sin marcas, sin imperfecciones, sin nada que interrumpiera aquella imagen inmaculada que los ojos ajenos parecían esperar. Pero Aurora, a pesar de cada comentario pesado, de cada mirada insistente, nunca pudo ni quiso someterse a esa idea estricta. En su piel, ella llevaba historias vivas, una geografía personal en forma de tatuajes y cicatrices, que para otros podían ser defectos, pero para ella eran medallas de su propia existencia.

    Sus tatuajes, especialmente, no eran solo dibujos sobre la piel; eran mapas de su alma. Cada línea y color había sido elegida con intención, marcas profundas que hablaban de sus luchas, sus sueños y sus triunfos. A veces, en la quietud de la noche, se sentaba frente al espejo y recorría con los ojos esos símbolos que formaban parte de su identidad. En lugar de esconderlos, los mostraban con orgullo porque representaban capítulos difíciles que había superado, decisiones valientes y momentos de celebración.

    No todo fue fácil. Hubo momentos (como ahora) en que el espejo le devolvía una imagen dura y la voz interior se tornaba crítica, alimentada por el ruido externo. Pero cada vez que sentía esa sombra de inseguridad, se detenía a recordar que su cuerpo no era el enemigo. Más bien, era un lienzo lleno de enseñanzas, una historia escrita con tinta indeleble que ningún juicio podría borrar.

    Aurora adoraba cada aspecto de sí mismo: la textura de su piel, las formas únicas, las curvas que otros podrían llamar imperfecciones. Ella entendía que amarse era radical y revolucionario porque elegía mirarse con amor cuando la cultura le decía lo contrario. En esa elección constante, encontraba su libertad y su poder.
    Aurora siempre sintió que el mundo intentaba hacerla odiar su propio cuerpo. Desde niña, le susurraron que la perfección era sin marcas, sin imperfecciones, sin nada que interrumpiera aquella imagen inmaculada que los ojos ajenos parecían esperar. Pero Aurora, a pesar de cada comentario pesado, de cada mirada insistente, nunca pudo ni quiso someterse a esa idea estricta. En su piel, ella llevaba historias vivas, una geografía personal en forma de tatuajes y cicatrices, que para otros podían ser defectos, pero para ella eran medallas de su propia existencia. Sus tatuajes, especialmente, no eran solo dibujos sobre la piel; eran mapas de su alma. Cada línea y color había sido elegida con intención, marcas profundas que hablaban de sus luchas, sus sueños y sus triunfos. A veces, en la quietud de la noche, se sentaba frente al espejo y recorría con los ojos esos símbolos que formaban parte de su identidad. En lugar de esconderlos, los mostraban con orgullo porque representaban capítulos difíciles que había superado, decisiones valientes y momentos de celebración. No todo fue fácil. Hubo momentos (como ahora) en que el espejo le devolvía una imagen dura y la voz interior se tornaba crítica, alimentada por el ruido externo. Pero cada vez que sentía esa sombra de inseguridad, se detenía a recordar que su cuerpo no era el enemigo. Más bien, era un lienzo lleno de enseñanzas, una historia escrita con tinta indeleble que ningún juicio podría borrar. Aurora adoraba cada aspecto de sí mismo: la textura de su piel, las formas únicas, las curvas que otros podrían llamar imperfecciones. Ella entendía que amarse era radical y revolucionario porque elegía mirarse con amor cuando la cultura le decía lo contrario. En esa elección constante, encontraba su libertad y su poder.
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  • —A veces los años no borran lo que el corazón ya había decidido mucho antes, ¿sabes lo que quiero decir? —suspiró el ex-auror— Y cuando al fin ambos se atreven, todo encaja… —junta sus manos entrelazando los dedos unos con otros— Como si el tiempo solo hubiese estado esperándolos.

    El hombre guarda silencio un instante, con su mirada centrada en el vaso de whisky de fuego. Sus dedos juguetean sobre el borde del vaso, mas sin llegar a tomarlo entre ellos.

    —No fue un impulso, ni un error. Eso lo tengo muy claro... Lo que fue... -entrecierra los ojos buscando las palabras al guardar un breve silencio— Fue el final inevitable de años de miradas que decían demasiado… y labios que callaban aún más.

    Había creído que solo existía un amor para cada uno. Y que cuando este se iba, todo terminaba. Qué idiota. ¿Se permitiría ser feliz? ¿Se permitiría ser feliz con ella?



    γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€ Danielle Fernwick
    —A veces los años no borran lo que el corazón ya había decidido mucho antes, ¿sabes lo que quiero decir? —suspiró el ex-auror— Y cuando al fin ambos se atreven, todo encaja… —junta sus manos entrelazando los dedos unos con otros— Como si el tiempo solo hubiese estado esperándolos. El hombre guarda silencio un instante, con su mirada centrada en el vaso de whisky de fuego. Sus dedos juguetean sobre el borde del vaso, mas sin llegar a tomarlo entre ellos. —No fue un impulso, ni un error. Eso lo tengo muy claro... Lo que fue... -entrecierra los ojos buscando las palabras al guardar un breve silencio— Fue el final inevitable de años de miradas que decían demasiado… y labios que callaban aún más. Había creído que solo existía un amor para cada uno. Y que cuando este se iba, todo terminaba. Qué idiota. ¿Se permitiría ser feliz? ¿Se permitiría ser feliz con ella? γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€γ…€ [Fernw1ck]
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  • Mi corazon seguira congerado pero seguire billando, como las aurorias que guaran mi camino una noche si estrella.
    Mi corazon seguira congerado pero seguire billando, como las aurorias que guaran mi camino una noche si estrella.
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  • El sol y el espacio contra el vacío
    CategorΓ­a Acción
    *El cosmos respiraba en calma.
    Durante un breve instante, las estrellas parecían dormidas, los cometas viajaban sin rumbo, y la inmensidad era un océano silencioso. Pero esa quietud era solo la antesala del caos.

    Muy lejos, en los límites donde la materia se curva sobre sí misma, algo comenzó a moverse.
    Una masa colosal, oscura, imposible de medir. Una entidad que devoraba estrellas enteras sin emitir ni un destello. Era el Devoraluz, un monstruo nacido del olvido, un eco de universos extinguidos.

    Entre aquel mar de vacío, una figura luminosa descendió.
    Cabello flotante como la aurora, ojos que reflejaban galaxias enteras.
    Tsukumo Sana, la guardiana del tamaño, la diosa que podía contener mundos enteros en la palma de su mano.*

    *Su sonrisa, inocente pero cargada de poder divino, fue lo primero que atravesó la oscuridad.
    El bastón que portaba vibró, generando ondas que alteraban la curvatura del espacio.*

    -Ohhh… ¡qué bicho tan glotón~! Se está tragando mis estrellas favoritas. No puedo permitir eso, ¿verdad?

    *El vacío respondió con un rugido, un sonido tan profundo que ni el tiempo quiso tocarlo. Fragmentos de materia interestelar se desintegraron al contacto con la criatura.
    Sana giró lentamente, alzando su mano. En su palma, una esfera ardiente comenzó a formarse —una réplica en miniatura de un sol—.*

    -Serithra…

    *Sus palabras viajaron como un canto suave por el vacío.*

    -Mi pequeño sol… necesito tu calor aquí. El universo se está enfriando demasiado, y parece que tenemos trabajo que hacer.

    El espacio se iluminó con una brecha dorada, como si el amanecer atravesara la nada.
    Del resplandor surgió una figura radiante: Serithra, diosa del Sol y fiel compañera de Sana. Su energía era tan intensa que el propio monstruo se contrajo, como si la luz le quemara la existencia.

    *Sana sonrió, con un aire casi travieso, sosteniendo su bastón con ambas manos.*

    -¿Lista para encender un nuevo amanecer, Serithra? Vamos a mostrarle a este grandulón lo que significa brillar.

    *El cosmos tembló. Y entre la oscuridad y el fuego, el primer destello de batalla nació.*
    *El cosmos respiraba en calma. Durante un breve instante, las estrellas parecían dormidas, los cometas viajaban sin rumbo, y la inmensidad era un océano silencioso. Pero esa quietud era solo la antesala del caos. Muy lejos, en los límites donde la materia se curva sobre sí misma, algo comenzó a moverse. Una masa colosal, oscura, imposible de medir. Una entidad que devoraba estrellas enteras sin emitir ni un destello. Era el Devoraluz, un monstruo nacido del olvido, un eco de universos extinguidos. Entre aquel mar de vacío, una figura luminosa descendió. Cabello flotante como la aurora, ojos que reflejaban galaxias enteras. Tsukumo Sana, la guardiana del tamaño, la diosa que podía contener mundos enteros en la palma de su mano.* *Su sonrisa, inocente pero cargada de poder divino, fue lo primero que atravesó la oscuridad. El bastón que portaba vibró, generando ondas que alteraban la curvatura del espacio.* -Ohhh… ¡qué bicho tan glotón~! Se está tragando mis estrellas favoritas. No puedo permitir eso, ¿verdad? *El vacío respondió con un rugido, un sonido tan profundo que ni el tiempo quiso tocarlo. Fragmentos de materia interestelar se desintegraron al contacto con la criatura. Sana giró lentamente, alzando su mano. En su palma, una esfera ardiente comenzó a formarse —una réplica en miniatura de un sol—.* -Serithra… *Sus palabras viajaron como un canto suave por el vacío.* -Mi pequeño sol… necesito tu calor aquí. El universo se está enfriando demasiado, y parece que tenemos trabajo que hacer. El espacio se iluminó con una brecha dorada, como si el amanecer atravesara la nada. Del resplandor surgió una figura radiante: Serithra, diosa del Sol y fiel compañera de Sana. Su energía era tan intensa que el propio monstruo se contrajo, como si la luz le quemara la existencia. *Sana sonrió, con un aire casi travieso, sosteniendo su bastón con ambas manos.* -¿Lista para encender un nuevo amanecer, Serithra? Vamos a mostrarle a este grandulón lo que significa brillar. *El cosmos tembló. Y entre la oscuridad y el fuego, el primer destello de batalla nació.*
    Tipo
    Individual
    LΓ­neas
    20
    Estado
    Disponible
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  • Estaba en su habitación, el reflejo del espejo capturando cada movimiento con detalle. Primero pasó sus dedos por su cabello largo y oscuro, dejándolo caer en ondas naturales que enmarcaban su rostro con suavidad. Tomó el vestido que había elegido para la salida con Darküs Volkøv : un vestido ligero, de tela fluida, que abrazaba su figura sin apretar, dejando ver parte de sus tatuajes y sus piernas.

    Con movimientos delicados, se deslizó el vestido sobre su cuerpo, sintiendo cómo la tela rozaba su piel y acomodando lo igual para que nada se viera demás. Mientras se acomodaba el vestido, hizo una pausa frente al espejo, admirando ese vestido y mi cuerpo.

    Con una sonrisa suave, comenzó a hablarse en voz baja, casi para sí misma:

    —Este vestido... me hace sentir cómoda pero no resultará demasiado?.

    Aurora hizo un pequeño giro frente al espejo, dejando que el vestido se moviera con ella, y luego acarició suavemente el cabello que caía suelto, brillando bajo la luz tenue. Sus ojos brillaban bajo la luz de la habitación y el leve maquillaje resaltaba lo justo y necesario.

    —No lo voy a saber hasta que el llegue pero voy a disfrutar esta noche sin duda alguna por lo cómoda que el me hace sentir.

    Tomó su cartera y luego escucho la puerta de la casa, se dió una última mirada al espejo con una sonrisa y fue a abrir a ver quién era.
    Estaba en su habitación, el reflejo del espejo capturando cada movimiento con detalle. Primero pasó sus dedos por su cabello largo y oscuro, dejándolo caer en ondas naturales que enmarcaban su rostro con suavidad. Tomó el vestido que había elegido para la salida con [Darkus] : un vestido ligero, de tela fluida, que abrazaba su figura sin apretar, dejando ver parte de sus tatuajes y sus piernas. Con movimientos delicados, se deslizó el vestido sobre su cuerpo, sintiendo cómo la tela rozaba su piel y acomodando lo igual para que nada se viera demás. Mientras se acomodaba el vestido, hizo una pausa frente al espejo, admirando ese vestido y mi cuerpo. Con una sonrisa suave, comenzó a hablarse en voz baja, casi para sí misma: —Este vestido... me hace sentir cómoda pero no resultará demasiado?. Aurora hizo un pequeño giro frente al espejo, dejando que el vestido se moviera con ella, y luego acarició suavemente el cabello que caía suelto, brillando bajo la luz tenue. Sus ojos brillaban bajo la luz de la habitación y el leve maquillaje resaltaba lo justo y necesario. —No lo voy a saber hasta que el llegue pero voy a disfrutar esta noche sin duda alguna por lo cómoda que el me hace sentir. Tomó su cartera y luego escucho la puerta de la casa, se dió una última mirada al espejo con una sonrisa y fue a abrir a ver quién era.
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  • Mi lealtad con Howars es incuestionable. Que se preparen los malvados por que ha venido Víctor Alonso, Auror y aliado leal a su casa y al colegio de magia.
    Mi lealtad con Howars es incuestionable. Que se preparen los malvados por que ha venido Víctor Alonso, Auror y aliado leal a su casa y al colegio de magia.
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  • Joder que foto mas chula saco La IA de mi anterior foto de perfil pero ¿Por que me siento como que acabo de salir de howars en el universo de harry potter y ahora estoy en mi entrenamiento como auror? xD
    Joder que foto mas chula saco La IA de mi anterior foto de perfil pero ¿Por que me siento como que acabo de salir de howars en el universo de harry potter y ahora estoy en mi entrenamiento como auror? xD
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  • Están en una misión mucho mas importante que aquello que lo mantiene despierto a las cuatro y media de la madrugada. Pero por mucho que ahora vivan en una realidad diferente, el 4 de Noviembre sigue siendo un día importante en el calendario del auror.

    El único problema es que no tiene ningún regalo. Al menos no uno que estuviera a la altura de aquella mujer. Al final decide improvisar.
    No necesita buscar mucho para encontrarla y por suerte tenia una pluma que no necesitaba tinta.

    ❝𝐹𝑒𝑙𝑖𝑧 π‘π‘’π‘šπ‘π‘™π‘’π‘Žπ‘›Μƒπ‘œπ‘ , π‘‰π‘–π‘œπ‘™π‘’π‘‘.
    π‘π‘œ π‘π‘Ÿπ‘’π‘œ π‘žπ‘’π‘’ π‘’π‘›π‘π‘’π‘’π‘›π‘‘π‘Ÿπ‘’π‘  π‘’π‘ π‘‘π‘œ π‘Žπ‘›π‘‘π‘’π‘  𝑑𝑒 π‘žπ‘’π‘’ π‘ π‘Žπ‘™π‘”π‘Žπ‘šπ‘œπ‘  𝑑𝑒 π‘Žπ‘žπ‘’π‘–Μ. 𝑃𝑒𝑒𝑑𝑒 π‘žπ‘’π‘’ π‘‘π‘Žπ‘šπ‘π‘–π‘’π‘› π‘ π‘’π‘Ž π‘’π‘›π‘Ž π‘’π‘ π‘π‘’π‘Ÿπ‘Žπ‘›π‘§π‘Ž, π‘žπ‘’π‘’ π‘™π‘Ž π‘£π‘’π‘Žπ‘  π‘π‘’π‘Žπ‘›π‘‘π‘œ π‘’π‘›π‘‘π‘–π‘’π‘›π‘‘π‘Žπ‘  𝑠𝑒 π‘ π‘–π‘”π‘›π‘–π‘“π‘–π‘π‘Žπ‘‘π‘œ.
    πΏπ‘Ž π‘™π‘™π‘’π‘£π‘œ π‘π‘œπ‘›π‘šπ‘–π‘”π‘œ π‘ π‘–π‘’π‘šπ‘π‘Ÿπ‘’, π‘π‘œπ‘šπ‘œ π‘’π‘›π‘Ž π‘“π‘œπ‘Ÿπ‘šπ‘Ž 𝑑𝑒 π‘‘π‘’π‘›π‘’π‘Ÿπ‘‘π‘’ π‘ π‘–π‘’π‘šπ‘π‘Ÿπ‘’ π‘π‘’π‘Ÿπ‘π‘Ž. π‘Œ π‘Žπ‘’π‘›π‘žπ‘’π‘’ π‘›π‘œ π‘™π‘œ π‘π‘Žπ‘Ÿπ‘’π‘§π‘π‘Ž π‘šπ‘’ β„Žπ‘Ž π‘Žπ‘¦π‘’π‘‘π‘Žπ‘‘π‘œ π‘Ž π‘šπ‘Žπ‘›π‘‘π‘’π‘›π‘’π‘Ÿπ‘šπ‘’ π‘π‘’π‘’π‘Ÿπ‘‘π‘œ π‘‘π‘œπ‘‘π‘œ 𝑒𝑠𝑑𝑒 π‘‘π‘–π‘’π‘šπ‘π‘œ.
    𝑇𝑒 π‘π‘Ÿπ‘œπ‘šπ‘’π‘‘π‘œ π‘Žπ‘™π‘”π‘œ π‘šπ‘’π‘β„Žπ‘œ π‘šπ‘’π‘—π‘œπ‘Ÿ π‘π‘’π‘Žπ‘›π‘‘π‘œ π‘Žπ‘šπ‘π‘œπ‘  π‘£π‘œπ‘™π‘£π‘Žπ‘šπ‘œπ‘  π‘ π‘’π‘Ÿ π‘›π‘œπ‘ π‘œπ‘‘π‘Ÿπ‘œπ‘  π‘šπ‘–π‘ π‘šπ‘œπ‘ .
    𝑇𝑒 π‘žπ‘’π‘–π‘’π‘Ÿπ‘œ π‘‰π‘–π‘œπ‘™π‘’π‘‘ π΅π‘Žπ‘Ÿπ‘Ÿπ‘œπ‘€.❞

    Dobla la foto por la misma marca que ya tiene y se la guarda en el abrigo, con el mayor de los cuidados, justo antes de volver a su lucha de aquella noche, intentar dormir.
    Violet Barrow
    Están en una misión mucho mas importante que aquello que lo mantiene despierto a las cuatro y media de la madrugada. Pero por mucho que ahora vivan en una realidad diferente, el 4 de Noviembre sigue siendo un día importante en el calendario del auror. El único problema es que no tiene ningún regalo. Al menos no uno que estuviera a la altura de aquella mujer. Al final decide improvisar. No necesita buscar mucho para encontrarla y por suerte tenia una pluma que no necesitaba tinta. ❝𝐹𝑒𝑙𝑖𝑧 π‘π‘’π‘šπ‘π‘™π‘’π‘Žπ‘›Μƒπ‘œπ‘ , π‘‰π‘–π‘œπ‘™π‘’π‘‘. π‘π‘œ π‘π‘Ÿπ‘’π‘œ π‘žπ‘’π‘’ π‘’π‘›π‘π‘’π‘’π‘›π‘‘π‘Ÿπ‘’π‘  π‘’π‘ π‘‘π‘œ π‘Žπ‘›π‘‘π‘’π‘  𝑑𝑒 π‘žπ‘’π‘’ π‘ π‘Žπ‘™π‘”π‘Žπ‘šπ‘œπ‘  𝑑𝑒 π‘Žπ‘žπ‘’π‘–Μ. 𝑃𝑒𝑒𝑑𝑒 π‘žπ‘’π‘’ π‘‘π‘Žπ‘šπ‘π‘–π‘’π‘› π‘ π‘’π‘Ž π‘’π‘›π‘Ž π‘’π‘ π‘π‘’π‘Ÿπ‘Žπ‘›π‘§π‘Ž, π‘žπ‘’π‘’ π‘™π‘Ž π‘£π‘’π‘Žπ‘  π‘π‘’π‘Žπ‘›π‘‘π‘œ π‘’π‘›π‘‘π‘–π‘’π‘›π‘‘π‘Žπ‘  𝑠𝑒 π‘ π‘–π‘”π‘›π‘–π‘“π‘–π‘π‘Žπ‘‘π‘œ. πΏπ‘Ž π‘™π‘™π‘’π‘£π‘œ π‘π‘œπ‘›π‘šπ‘–π‘”π‘œ π‘ π‘–π‘’π‘šπ‘π‘Ÿπ‘’, π‘π‘œπ‘šπ‘œ π‘’π‘›π‘Ž π‘“π‘œπ‘Ÿπ‘šπ‘Ž 𝑑𝑒 π‘‘π‘’π‘›π‘’π‘Ÿπ‘‘π‘’ π‘ π‘–π‘’π‘šπ‘π‘Ÿπ‘’ π‘π‘’π‘Ÿπ‘π‘Ž. π‘Œ π‘Žπ‘’π‘›π‘žπ‘’π‘’ π‘›π‘œ π‘™π‘œ π‘π‘Žπ‘Ÿπ‘’π‘§π‘π‘Ž π‘šπ‘’ β„Žπ‘Ž π‘Žπ‘¦π‘’π‘‘π‘Žπ‘‘π‘œ π‘Ž π‘šπ‘Žπ‘›π‘‘π‘’π‘›π‘’π‘Ÿπ‘šπ‘’ π‘π‘’π‘’π‘Ÿπ‘‘π‘œ π‘‘π‘œπ‘‘π‘œ 𝑒𝑠𝑑𝑒 π‘‘π‘–π‘’π‘šπ‘π‘œ. 𝑇𝑒 π‘π‘Ÿπ‘œπ‘šπ‘’π‘‘π‘œ π‘Žπ‘™π‘”π‘œ π‘šπ‘’π‘β„Žπ‘œ π‘šπ‘’π‘—π‘œπ‘Ÿ π‘π‘’π‘Žπ‘›π‘‘π‘œ π‘Žπ‘šπ‘π‘œπ‘  π‘£π‘œπ‘™π‘£π‘Žπ‘šπ‘œπ‘  π‘ π‘’π‘Ÿ π‘›π‘œπ‘ π‘œπ‘‘π‘Ÿπ‘œπ‘  π‘šπ‘–π‘ π‘šπ‘œπ‘ . 𝑇𝑒 π‘žπ‘’π‘–π‘’π‘Ÿπ‘œ π‘‰π‘–π‘œπ‘™π‘’π‘‘ π΅π‘Žπ‘Ÿπ‘Ÿπ‘œπ‘€.❞ Dobla la foto por la misma marca que ya tiene y se la guarda en el abrigo, con el mayor de los cuidados, justo antes de volver a su lucha de aquella noche, intentar dormir. [brxvestslytherin]
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