• ❝ — 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 ¿𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐? ❞




    Fue de un cerrar de ojos

    Un día atendía papeles mientras Kiev aún no despertaba, Ryan se había ido, sin dejar una nota, ni una palabra, absolutamente nada.

    Aunque sabía que el rescate de Kiev lo había afectado de sobremanera, no creyó que terminaría provocando un mal dentro de su cabeza, algo que terminaría atormentandolo.

    Trato de hablar, pero ella era la menos indicada para hacerlo, porque también tenía sus propios problemas.

    Su ausencia ocurrió de la nada. Estaba cansada y exhausta, había tomado el control de todo de forma repentina para que la mafia no cayera, ordenó documentos, firmó contratos, controló los negocios, cuidó de Kiev como si fuera su enfermera, y las dudas la carcomían lentamente... ¿por qué no despertaba?, ¿por qué sus heridas no sanaban?, ¿por qué parecía tan simple, tan tranquilo? Su cuerpo no sanaba, parecía un simple mortal...


    Fue una de tanta noches, bebía unas copas, mientras hablaba con Kyo, su supuesta libertad se convirtió en una trampa, en un agujero oscuro que no vio venir. Alguien a quien consideraba un amigo, lo más cercano a ello.

    Cuando sus ojos se abrieron, estaba dentro de una casa antigua con arquitectura japonesa, todo era demasiado silencioso, demasiado ajeno

    Fue la primera alerta

    Buscó a alguien, a cualquiera, y cuando una mujer abrió la boca, el idioma japonés se le clavó como una daga en el oído

    La habían secuestrado y la habían llevado a un país donde no entendía el idioma, donde no tenía poder, donde no era nadie

    — ¡Voy a matarte, Kyo! — gritó con rabia

    Su cabello rojo era un desastre, su respiración desordenada, y los extraños la miraban como si fuera un espectro fuera de lugar.

    Se había olvidado de lo lejos que Kyo estaba dispuesto a llegar para sacarla del camino, alejarla tanto de Kiev como de Ryan, y lo había logrado, porque aunque Ryan fue el primero en desaparecer, a ella la empujaron aún más lejos

    ¿Qué tan difícil podía ser sobrevivir a esto?

    Esperó durante tres días la llegada del japonés, pero ninguna sombra se acercó, no tenía dinero, ni identificación, ni un contacto, ni un maldito plan para regresar a Albania

    Era un desastre, y no solo por fuera

    Intentó conseguir dinero, buscar salidas, improvisar, pero todo era ajeno, todo era hostil, todo estaba en su contra

    Y al final, terminó por involucrarse con los yakuza, fue inevitable, uno de ellos intentó tocarla y sin pensarlo le rompió el brazo, y cuando el resto vino a buscar explicaciones, ya era tarde

    No tuvo más opción que hundirse en ese mundo, meterse en los bajos fondos, adaptarse, ensuciarse, sobrevivir con lo poco que tenía, con lo que recordaba, con las ganas de volver a casa y verlos de nuevo

    Días, semanas, meses

    Todo era una cuenta regresiva


    — .... —

    El humo se disipaba con tranquilidad mientras ella lo observaba, solo tenía que terminar el contrato, solo eso y nada más.

    Estaba en una habitación japonesa, sentada con elegancia, vestía una yukata roja que dejaba parte de sus hombros al descubierto, el cabello recogido a medias, su piel marcada por el cansancio pero su sonrisa intacta, los dedos firmes alrededor de la pipa que encendía con lentitud, la mirada tranquila de quien lleva dentro una tormenta

    — ¿Es un trato? — sus labios soltaron las palabras tan suaves como venenosos mientras caminaba alrededor del hombre que tenía frente a ella, sus pasos suaves, calculados, su tono dulce como veneno — te lo prometo... esto te traerá más beneficios a ti que a mí. — Sus dedos recorrieron los hombros ajenos.

    El humo se escapaba de sus labios con naturalidad mientras se agachaba para sentarse, la yukata se deslizaba lo justo para jugar con su atención, su presencia era un arma, y ese hombre no tenía idea de en qué momento había bajado la guardia

    Estaba acompañado, claro, pero Rubi no se inmutó, los observó con la serenidad de quien ya había hecho esto muchas veces

    No podía decir nada más, cualquier palabra de más lo arruinaría, solo le quedaban unas frases suaves, una sonrisa y esa forma suya de mentir como si no lo hiciera, aunque sus dedos se aferraban a la tela roja que la envolvía.

    — Bien, es un trato — dijo él, haciendo un gesto japonés con la cabeza

    Rubi sonrió, como si acabara de escuchar una melodía perfecta. Aplaudió suavemente, juntó las manos con elegancia.

    Los hombres ingresaron a la sala con los papeles. El sello. El final.

    ¿Estaba contenta?
    Más que eso.
    El contrato era el precio exacto de su libertad.
    Su pasaje de regreso.

    Y mientras firmaban, aquella pregunta flotó por su cabeza, silenciosa, cálida y dolorosa:

    ¿Cómo estarían los chicos...?
    ❝ — 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 ¿𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐? ❞ Fue de un cerrar de ojos Un día atendía papeles mientras Kiev aún no despertaba, Ryan se había ido, sin dejar una nota, ni una palabra, absolutamente nada. Aunque sabía que el rescate de Kiev lo había afectado de sobremanera, no creyó que terminaría provocando un mal dentro de su cabeza, algo que terminaría atormentandolo. Trato de hablar, pero ella era la menos indicada para hacerlo, porque también tenía sus propios problemas. Su ausencia ocurrió de la nada. Estaba cansada y exhausta, había tomado el control de todo de forma repentina para que la mafia no cayera, ordenó documentos, firmó contratos, controló los negocios, cuidó de Kiev como si fuera su enfermera, y las dudas la carcomían lentamente... ¿por qué no despertaba?, ¿por qué sus heridas no sanaban?, ¿por qué parecía tan simple, tan tranquilo? Su cuerpo no sanaba, parecía un simple mortal... Fue una de tanta noches, bebía unas copas, mientras hablaba con Kyo, su supuesta libertad se convirtió en una trampa, en un agujero oscuro que no vio venir. Alguien a quien consideraba un amigo, lo más cercano a ello. Cuando sus ojos se abrieron, estaba dentro de una casa antigua con arquitectura japonesa, todo era demasiado silencioso, demasiado ajeno Fue la primera alerta Buscó a alguien, a cualquiera, y cuando una mujer abrió la boca, el idioma japonés se le clavó como una daga en el oído La habían secuestrado y la habían llevado a un país donde no entendía el idioma, donde no tenía poder, donde no era nadie — ¡Voy a matarte, Kyo! — gritó con rabia Su cabello rojo era un desastre, su respiración desordenada, y los extraños la miraban como si fuera un espectro fuera de lugar. Se había olvidado de lo lejos que Kyo estaba dispuesto a llegar para sacarla del camino, alejarla tanto de Kiev como de Ryan, y lo había logrado, porque aunque Ryan fue el primero en desaparecer, a ella la empujaron aún más lejos ¿Qué tan difícil podía ser sobrevivir a esto? Esperó durante tres días la llegada del japonés, pero ninguna sombra se acercó, no tenía dinero, ni identificación, ni un contacto, ni un maldito plan para regresar a Albania Era un desastre, y no solo por fuera Intentó conseguir dinero, buscar salidas, improvisar, pero todo era ajeno, todo era hostil, todo estaba en su contra Y al final, terminó por involucrarse con los yakuza, fue inevitable, uno de ellos intentó tocarla y sin pensarlo le rompió el brazo, y cuando el resto vino a buscar explicaciones, ya era tarde No tuvo más opción que hundirse en ese mundo, meterse en los bajos fondos, adaptarse, ensuciarse, sobrevivir con lo poco que tenía, con lo que recordaba, con las ganas de volver a casa y verlos de nuevo Días, semanas, meses Todo era una cuenta regresiva — .... — El humo se disipaba con tranquilidad mientras ella lo observaba, solo tenía que terminar el contrato, solo eso y nada más. Estaba en una habitación japonesa, sentada con elegancia, vestía una yukata roja que dejaba parte de sus hombros al descubierto, el cabello recogido a medias, su piel marcada por el cansancio pero su sonrisa intacta, los dedos firmes alrededor de la pipa que encendía con lentitud, la mirada tranquila de quien lleva dentro una tormenta — ¿Es un trato? — sus labios soltaron las palabras tan suaves como venenosos mientras caminaba alrededor del hombre que tenía frente a ella, sus pasos suaves, calculados, su tono dulce como veneno — te lo prometo... esto te traerá más beneficios a ti que a mí. — Sus dedos recorrieron los hombros ajenos. El humo se escapaba de sus labios con naturalidad mientras se agachaba para sentarse, la yukata se deslizaba lo justo para jugar con su atención, su presencia era un arma, y ese hombre no tenía idea de en qué momento había bajado la guardia Estaba acompañado, claro, pero Rubi no se inmutó, los observó con la serenidad de quien ya había hecho esto muchas veces No podía decir nada más, cualquier palabra de más lo arruinaría, solo le quedaban unas frases suaves, una sonrisa y esa forma suya de mentir como si no lo hiciera, aunque sus dedos se aferraban a la tela roja que la envolvía. — Bien, es un trato — dijo él, haciendo un gesto japonés con la cabeza Rubi sonrió, como si acabara de escuchar una melodía perfecta. Aplaudió suavemente, juntó las manos con elegancia. Los hombres ingresaron a la sala con los papeles. El sello. El final. ¿Estaba contenta? Más que eso. El contrato era el precio exacto de su libertad. Su pasaje de regreso. Y mientras firmaban, aquella pregunta flotó por su cabeza, silenciosa, cálida y dolorosa: ¿Cómo estarían los chicos...?
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  • Los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos para superar las dificultades, y sobrevivir, aún en los terrenos más hostiles...
    Mi maestro me enseñó que vale más la pena construir ciudades a las faldas del Vesubio, bailar al borde del alcantilado o sobre una cuerda encima del vacío... Porque el riesgo siempre implica sentirse realmente vivo. Las heridas siempre son valiosas porque ahí está presente con furor esa fuerza vital que nos impulsa a seguir vivos, la voluntad de poder...
    He escuchado que se necesitan compañeros. Y afortunadamente los tengo, en medio del campo de batalla. No hay vínculo más fuerte entre hombres que aquel forjado en la guerra, ni gloria más grande que vivir, pelear y morir por la gloria de Roma. Es lo que escuché decir a un antiguo general romano. Y tiene razón. En medio del infierno de la guerra las cosas surgen genuinamente. Y tuve la fortuna de ser capitán del escuadrón "Punta de flecha", donde, junto a mis valerosos compañeros, partimos en aquella misión especial de reconocimiento para atravesar el territorio controlado por la Legión.
    Lo mencioné al principio, los humanos podemos sobrevivir... Y aún con todo en contra, con recursos limitados y armas inferiores, atravesamos ese territorio y sobrevivimos esa misión, sólo para descubrir que la humanidad aún sobrevivía...
    Los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos para superar las dificultades, y sobrevivir, aún en los terrenos más hostiles... Mi maestro me enseñó que vale más la pena construir ciudades a las faldas del Vesubio, bailar al borde del alcantilado o sobre una cuerda encima del vacío... Porque el riesgo siempre implica sentirse realmente vivo. Las heridas siempre son valiosas porque ahí está presente con furor esa fuerza vital que nos impulsa a seguir vivos, la voluntad de poder... He escuchado que se necesitan compañeros. Y afortunadamente los tengo, en medio del campo de batalla. No hay vínculo más fuerte entre hombres que aquel forjado en la guerra, ni gloria más grande que vivir, pelear y morir por la gloria de Roma. Es lo que escuché decir a un antiguo general romano. Y tiene razón. En medio del infierno de la guerra las cosas surgen genuinamente. Y tuve la fortuna de ser capitán del escuadrón "Punta de flecha", donde, junto a mis valerosos compañeros, partimos en aquella misión especial de reconocimiento para atravesar el territorio controlado por la Legión. Lo mencioné al principio, los humanos podemos sobrevivir... Y aún con todo en contra, con recursos limitados y armas inferiores, atravesamos ese territorio y sobrevivimos esa misión, sólo para descubrir que la humanidad aún sobrevivía...
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  • Detective's Play - The Phantomhive Family.
    Fandom Jujutsu Kaisen/Kuroshitsuji.
    Categoría Suspenso
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 14 de Febrero, 1913.

    ⠀⠀La niebla nocturna cae como un sudario sobre las calles, cubriéndolas con la humedad grisácea característica de la Europa de aquella época. Hace más de un siglo, su viaje no había hecho más que empezar, cada parada, cada destino, era un nuevo punto de comienzo.

    ⠀⠀Siempre lo perseguía... Ese hedor a muerte.

    ⠀⠀El maleficio cobraba vida en las calles, anunciaba su llegada de la miseria, y con él, la caminata de cierto individuo. Un hombre con ropas oscuras, gastadas pero impecables. Lleva un maletín de cuero curtido, y en su mano izquierda, protegida por un guante raído, una sortija de origen indescifrable. Con el paso de las eras, debía adaptarse a los códigos de vestimenta, no había nada que le disgustase más que usar trajes, pero era la etiqueta.

    ⠀⠀Por el pseudónimo "A", como le llaman quienes se atreven a pagar por sus servicios. No tiene título, ni oficina, ni papeles legales que lo respalden, pero quienes lo han contratado saben que si algo escapa a las leyes naturales, él sabrá qué hacer. Una forma más precisa de describirlo es que sabrá cómo destruirlo. Siempre cobra por adelantado. Tenía una carta en la mano, proveniente de un comisario que decidió contratar al hombre sin tiempo, bajo la duda sobre si los rumores de su persona son ciertos.

    ⠀⠀Nadie con sentido común camina por Shadwell cuando cae la noche y los pocos que se atreven a hacerlo no hablan de lo que ven, ni del hedor extraño que emana de ciertos portones cerrados desde hace décadas. Pero hace tres semanas, el primer cuerpo apareció bajo uno de esos faroles: un hombre joven, obrero, con la garganta abierta de forma limpia, sin rastro de sangre.

    ⠀⠀Tres días después, una mujer apareció sentada en los escalones de una iglesia abandonada, completamente vestida, el rostro lívido pero con las cuencas oculares vacías. Ni una sola marca de violencia. Solo piel cerrada, como si jamás hubiera tenido ojos.

    ⠀⠀La Scotland Yard —que nunca fue famosa por su competencia— cerró ambos casos como "ataques relacionados", probablemente un asesino serial excéntrico, algo que las imprentas sensacionalistas devoraron con entusiasmo. Pero Alaric sabía que no, estos parecían los requisitos de una especie de ritual, y seguía acumulando víctimas día tras día.

    ⠀⠀No están asesinando al azar, los están preparando meticulosamente. Algo despertará y será terrorífico.

    ⠀⠀Pero él no será el único que investigue ese caso...

    Jean Phantomhive
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 14 de Febrero, 1913. ⠀ ⠀⠀La niebla nocturna cae como un sudario sobre las calles, cubriéndolas con la humedad grisácea característica de la Europa de aquella época. Hace más de un siglo, su viaje no había hecho más que empezar, cada parada, cada destino, era un nuevo punto de comienzo. ⠀⠀Siempre lo perseguía... Ese hedor a muerte. ⠀⠀El maleficio cobraba vida en las calles, anunciaba su llegada de la miseria, y con él, la caminata de cierto individuo. Un hombre con ropas oscuras, gastadas pero impecables. Lleva un maletín de cuero curtido, y en su mano izquierda, protegida por un guante raído, una sortija de origen indescifrable. Con el paso de las eras, debía adaptarse a los códigos de vestimenta, no había nada que le disgustase más que usar trajes, pero era la etiqueta. ⠀⠀Por el pseudónimo "A", como le llaman quienes se atreven a pagar por sus servicios. No tiene título, ni oficina, ni papeles legales que lo respalden, pero quienes lo han contratado saben que si algo escapa a las leyes naturales, él sabrá qué hacer. Una forma más precisa de describirlo es que sabrá cómo destruirlo. Siempre cobra por adelantado. Tenía una carta en la mano, proveniente de un comisario que decidió contratar al hombre sin tiempo, bajo la duda sobre si los rumores de su persona son ciertos. ⠀⠀Nadie con sentido común camina por Shadwell cuando cae la noche y los pocos que se atreven a hacerlo no hablan de lo que ven, ni del hedor extraño que emana de ciertos portones cerrados desde hace décadas. Pero hace tres semanas, el primer cuerpo apareció bajo uno de esos faroles: un hombre joven, obrero, con la garganta abierta de forma limpia, sin rastro de sangre. ⠀⠀Tres días después, una mujer apareció sentada en los escalones de una iglesia abandonada, completamente vestida, el rostro lívido pero con las cuencas oculares vacías. Ni una sola marca de violencia. Solo piel cerrada, como si jamás hubiera tenido ojos. ⠀⠀La Scotland Yard —que nunca fue famosa por su competencia— cerró ambos casos como "ataques relacionados", probablemente un asesino serial excéntrico, algo que las imprentas sensacionalistas devoraron con entusiasmo. Pero Alaric sabía que no, estos parecían los requisitos de una especie de ritual, y seguía acumulando víctimas día tras día. ⠀⠀No están asesinando al azar, los están preparando meticulosamente. Algo despertará y será terrorífico. ⠀⠀Pero él no será el único que investigue ese caso... [littl3gr3y]
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    Se inicia una nueva fase para mi personaje. Editare mi ficha par adaptar lo que se cuenta en este par de relatos.
    Pueden leerlos al entrar a la imagen y ver la sección de comentarios de estas.
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    El Nacimiento del Oni Lunar y Las Cadenas del Equilibrio

    En un mundo donde la sangre determina el destino y las estrellas observan el alma, existe una joven marcada por 2 fuerzas ancestrales.

    Akane no es una elegida. Es una consecuencia.

    Heredera del caos de Jenifer y la realeza del Clan Ishtar a través de su madre Sasha.

    Esta forma no vino sola. Trajo consigo cadenas, grilletes invisibles que surgen como sombra del poder que aún no le pertenece. Cadenas que pesan más cuanto más se atreve. Cadenas que no atan, pero advierten: el equilibrio entre la destrucción y la belleza aún pende de un hilo.

    ""Cada relato está en la sección de comentarios de cada imagen""
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    𝔽𝕀ℂℍ𝔸 𝔻𝔼 ℝ𝕆𝕃𝔼ℝ

    ❥︎ No realizo rol sexual explícito. Sin embargo puedo incluir escenas íntimas de forma puntual, siempre que tengan coherencia con la trama y los personajes.

    ❥︎ Dependiendo del tipo de rol, mis respuestas pueden demorar bastante. Más allá de que, como todos, tengo una vida allí fuera, prefiero tomarme el tiempo necesario para desarrollar un rol pensado y auténtico en lugar de caer en un "fast rol" solo por cumplir.

    ❥︎ Así como busco crear un rol con un mínimo de elaboración, también espero lo mismo de la otra parte. Me gusta recibir el mismo nivel de dedicación que ofrezco.

    ❥︎ Llevo a Maomao con relativa flexibilidad por lo que puedo adaptarme a distintos tipos de rol, siempre manteniendo la esencia y coherencia del personaje. De todos modos, creo que lo ideal es hablar y acordar estas cuestiones con anticipación.

    ❥︎ No tengo una GRAN experiencia roleando, y menos aún llevando a un personaje que no ha sido creado por mí, lo cual implica el desafío de mantenerme dentro de ciertos estándares. Por eso pido paciencia y perdón de antemano por cualquier error que pueda cometer.

    Eso es todo ✿︎
         ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ∩
           \\
           /  )
    ⊂\_/ ̄ ̄ ̄  /
     \_/ ° ͜ʖ ° (
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     (  /
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     ⠀⠀⠀ U
    𝔽𝕀ℂℍ𝔸 𝔻𝔼 ℝ𝕆𝕃𝔼ℝ 📃 ❥︎ No realizo rol sexual explícito. Sin embargo puedo incluir escenas íntimas de forma puntual, siempre que tengan coherencia con la trama y los personajes. ❥︎ Dependiendo del tipo de rol, mis respuestas pueden demorar bastante. Más allá de que, como todos, tengo una vida allí fuera, prefiero tomarme el tiempo necesario para desarrollar un rol pensado y auténtico en lugar de caer en un "fast rol" solo por cumplir. ❥︎ Así como busco crear un rol con un mínimo de elaboración, también espero lo mismo de la otra parte. Me gusta recibir el mismo nivel de dedicación que ofrezco. ❥︎ Llevo a Maomao con relativa flexibilidad por lo que puedo adaptarme a distintos tipos de rol, siempre manteniendo la esencia y coherencia del personaje. De todos modos, creo que lo ideal es hablar y acordar estas cuestiones con anticipación. ❥︎ No tengo una GRAN experiencia roleando, y menos aún llevando a un personaje que no ha sido creado por mí, lo cual implica el desafío de mantenerme dentro de ciertos estándares. Por eso pido paciencia y perdón de antemano por cualquier error que pueda cometer. Eso es todo ✿︎      ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ∩        \\        /  ) ⊂\_/ ̄ ̄ ̄  /  \_/ ° ͜ʖ ° (    )    / \   /  ___/\ ⊃  (  /   \\  ⠀⠀⠀ U
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    “Titanes de la Destruccion: Godzilla vs Shin Godzilla”

    ☠ Escenario:
    Una ciudad costera japonesa sumida en ruinas. El cielo está cubierto por nubes oscuras y relámpagos radiactivos. Ríos de lava brotan del suelo destruido mientras el océano se agita violentamente. Las alarmas han cesado. Solo queda el eco del temor ante dos formas colosales que se aproximan para el juicio final.

    ✟ Habilidades de Godzilla:
    ☥ Aliento atómico azul de alto poder destructivo
    ☥ Fuerza física y resistencia sobrehumanas
    ☥ Regeneración rápida
    ☥ Inteligencia táctica en combate
    ☥ Cola devastadora con fuerza sísmica

    ✡ Habilidades de Shin Godzilla:
    ✠ Evolución y adaptación constante durante el combate
    ✠ Aliento térmico láser carmesí de gran alcance
    ✠ Rayos dorsales múltiples (ataques omnidireccionales)
    ✠ Emisión de radiación intensa
    ✠ Regeneración gradual incluso tras daños críticos

    ✇ Choque:
    El combate inicia con una explosión de energía cuando ambos titanes desatan sus alientos atómicos. Godzilla avanza con fuerza bruta, arrasando con su cuerpo y cola, mientras Shin responde con rayos láser de su boca, espalda y cola, envolviendo el campo de batalla en un infierno radiactivo.

    Shin intenta adaptarse rápidamente, mutando sus extremidades y endureciendo su piel, pero Godzilla lo domina físicamente, desgarrando su cuerpo y rompiendo su ritmo de evolución. Cada vez que Shin dispara, Godzilla responde con precisión, impactándola directamente con su aliento concentrado y ondas de energía.

    ♛ Resultado Final: ( Tu decides )
    “Titanes de la Destruccion: Godzilla vs Shin Godzilla” ☠ Escenario: Una ciudad costera japonesa sumida en ruinas. El cielo está cubierto por nubes oscuras y relámpagos radiactivos. Ríos de lava brotan del suelo destruido mientras el océano se agita violentamente. Las alarmas han cesado. Solo queda el eco del temor ante dos formas colosales que se aproximan para el juicio final. ✟ Habilidades de Godzilla: ☥ Aliento atómico azul de alto poder destructivo ☥ Fuerza física y resistencia sobrehumanas ☥ Regeneración rápida ☥ Inteligencia táctica en combate ☥ Cola devastadora con fuerza sísmica ✡ Habilidades de Shin Godzilla: ✠ Evolución y adaptación constante durante el combate ✠ Aliento térmico láser carmesí de gran alcance ✠ Rayos dorsales múltiples (ataques omnidireccionales) ✠ Emisión de radiación intensa ✠ Regeneración gradual incluso tras daños críticos ✇ Choque: El combate inicia con una explosión de energía cuando ambos titanes desatan sus alientos atómicos. Godzilla avanza con fuerza bruta, arrasando con su cuerpo y cola, mientras Shin responde con rayos láser de su boca, espalda y cola, envolviendo el campo de batalla en un infierno radiactivo. Shin intenta adaptarse rápidamente, mutando sus extremidades y endureciendo su piel, pero Godzilla lo domina físicamente, desgarrando su cuerpo y rompiendo su ritmo de evolución. Cada vez que Shin dispara, Godzilla responde con precisión, impactándola directamente con su aliento concentrado y ondas de energía. ♛ Resultado Final: ( Tu decides )
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  • Recuerdos de un Zorro.

    Kuragari: la oscuridad creciente (parte 2)


    "Cada día mi cuerpo era profanado, como un objeto sin valor, usado y desechado por manos que nunca aprendieron a amar. Como si no tuviese valor, como si este no me perteneciera."

    Kuragari; un ser que había nacido desde el sufrimiento del Kitsune Kazuo. Este había tomado su propia forma, su propia conciencia. Un ser que, por mucho que el zorro no lo deseara, seguiría sujeto a él por siempre.

    Acabar con él no era una opción. De hacerlo, el alma de Kazuo estaría incompleta, convirtiéndolo en un ser roto, condenado a vagar por el mundo sintiéndose un tarro a medio llenar.

    Kuragari estaba, poco a poco, mermando la voluntad de Kazuo. Quedándose cada noche con un poquito más de su alma. Haciéndola suya de las formas más depravadas posibles.

    Aquella noche, como muchas otras, Kuragari apareció detrás de la espalda de Kazuo. Este se había acomodado en el futón donde el zorro intentaba conciliar el sueño. Sus manos, aparentemente normales a la vista, pero con la sensación de estar tocando hueso, rodeaban el torso de Kazuo acariciando su pecho con la yema de los dedos.

    Kazuo había perdido prácticamente la voluntad de su propio cuerpo. Ni siquiera se movió; no tenía fuerza física ni mental. Kuragari se había apoderado de la voluntad de su alma.

    Este le susurraba al oído, ofreciéndole promesas de amor, de seguridad y bienestar. Unas promesas vacías y, aun así, Kazuo creyó creerlas.

    Kuragari comenzó a bajar sus manos por el pecho y el torso de Kazuo, mientras seguía prometiéndole promesas vacías de una paz que jamás llegaría. Aquella noche Kazuo no tenía fuerzas para seguir luchando, su cuerpo se había negado a moverse ante el profanamiento al que iba a ser sometido.

    Aquellas manos, limpias en apariencia pero sucias en intención, bajaron hasta su vientre y, de allí sin mostrar piedad, siguieron bajando hasta su virilidad. Kuragari rodeó la extensión de esta con sus frías manos, apropiándose de aquello que reclamaba como suyo.

    En aquel punto el cuerpo de Kazuo le pertenecía más a Kuragari que a él mismo. Su cuerpo no respondía a su propia voluntad.

    "Relájate… Pronto estarás bien" —ronroneaba el demonio al oído del zorro.

    Kazuo estuvo dispuesto a protestar, pero cuando abrió la boca para hablar esta no emitió sonido alguno. Un nudo constreñía su garganta, apenas dejándole pasar el aire necesario para poder seguir respirando. La sonrisa maliciosa de Kuragari se ensanchó.

    Kazuo se sentía sucio. Aquella asquerosa criatura se estaba apoderando sin pudor de su fuerte cuerpo y su débil alma. Estaba siendo usado como algo sin valor, aunque las palabras de Kuragari dijesen lo contrario.

    La lengua bífida de Kuragari se paseaba por el cuello de Kazuo, de forma lenta y letal. Sumiéndolo en un estado de letargo, como si su cuerpo languideciera con cada toque. Jamás había enfermado y, sin embargo, de poder describir la sensación sería justo aquella.

    Kuragari, con movimientos lentos, manejaba el cuerpo de Kazuo a voluntad. En cierto momento de aquella larga noche, Kazuo se encontraba boca abajo, sometido ante un embiste sin piedad. Su mirada estaba clavada en algún lugar sin definir, mientras su cuerpo chocaba contra el futón una y otra vez. En otro punto de la madrugada fue consciente, por breves instantes, de estar boca arriba. Kuragari lo cabalgaba como quien lo hace sobre un corcel desbocado; con su cabeza echada hacia atrás y sus frías manos sobre el pecho de Kazuo.

    Así era cada noche… Él mismo estaba siendo víctima y verdugo. Siendo abusado por algo que había dejado que creciera dentro de él. Pensó que se convertiría en una vía de escape, pero se había convertido en una tortuosa pesadilla.

    Entonces Kazuo despertó de pronto, incorporándose sobre sí mismo, con una mano sobre el pecho, en un intento de calmar la hiperventilación que cabalgaba sobre este. Sus ojos por unos instantes miraron a todos lados, de forma frenética, buscando una figura que no se encontraba allí.

    Sus ojos se adaptaron a la iluminación. No era aquella casucha en mitad de un bosque, tampoco se encontraba Kuragari allí; habían pasado más de mil años. Se encontraba en su templo, en su dormitorio, en el futón que compartía con su amada Elizabeth.

    Este se llevó las manos a la cabeza mientras su rostro quedaba cabizbajo.
    ¿Por qué estaban volviendo aquellos recuerdos?
    Él no está aquí, no puede volver... ¿no?

    Este miró hacia la ventana, observando la luna, que había comenzado con su primer ciclo. Entonces recordó que en pocas semanas habría un eclipse lunar.

    —¿Podría ser que…? —murmuró de una forma tan baja que apenas podría haberse percibido el sonido saliendo de sus labios.

    Tras unos largos segundos pensativo, Kazuo se volvió a acostar. Este se giró para encontrarse con el rostro de Elizabeth, quien dormía plácidamente. Aquel era su lugar seguro, por lo que no dudó en rodearla con sus brazos y empaparse de aquella sensación.
    Recuerdos de un Zorro. Kuragari: la oscuridad creciente (parte 2) "Cada día mi cuerpo era profanado, como un objeto sin valor, usado y desechado por manos que nunca aprendieron a amar. Como si no tuviese valor, como si este no me perteneciera." Kuragari; un ser que había nacido desde el sufrimiento del Kitsune Kazuo. Este había tomado su propia forma, su propia conciencia. Un ser que, por mucho que el zorro no lo deseara, seguiría sujeto a él por siempre. Acabar con él no era una opción. De hacerlo, el alma de Kazuo estaría incompleta, convirtiéndolo en un ser roto, condenado a vagar por el mundo sintiéndose un tarro a medio llenar. Kuragari estaba, poco a poco, mermando la voluntad de Kazuo. Quedándose cada noche con un poquito más de su alma. Haciéndola suya de las formas más depravadas posibles. Aquella noche, como muchas otras, Kuragari apareció detrás de la espalda de Kazuo. Este se había acomodado en el futón donde el zorro intentaba conciliar el sueño. Sus manos, aparentemente normales a la vista, pero con la sensación de estar tocando hueso, rodeaban el torso de Kazuo acariciando su pecho con la yema de los dedos. Kazuo había perdido prácticamente la voluntad de su propio cuerpo. Ni siquiera se movió; no tenía fuerza física ni mental. Kuragari se había apoderado de la voluntad de su alma. Este le susurraba al oído, ofreciéndole promesas de amor, de seguridad y bienestar. Unas promesas vacías y, aun así, Kazuo creyó creerlas. Kuragari comenzó a bajar sus manos por el pecho y el torso de Kazuo, mientras seguía prometiéndole promesas vacías de una paz que jamás llegaría. Aquella noche Kazuo no tenía fuerzas para seguir luchando, su cuerpo se había negado a moverse ante el profanamiento al que iba a ser sometido. Aquellas manos, limpias en apariencia pero sucias en intención, bajaron hasta su vientre y, de allí sin mostrar piedad, siguieron bajando hasta su virilidad. Kuragari rodeó la extensión de esta con sus frías manos, apropiándose de aquello que reclamaba como suyo. En aquel punto el cuerpo de Kazuo le pertenecía más a Kuragari que a él mismo. Su cuerpo no respondía a su propia voluntad. "Relájate… Pronto estarás bien" —ronroneaba el demonio al oído del zorro. Kazuo estuvo dispuesto a protestar, pero cuando abrió la boca para hablar esta no emitió sonido alguno. Un nudo constreñía su garganta, apenas dejándole pasar el aire necesario para poder seguir respirando. La sonrisa maliciosa de Kuragari se ensanchó. Kazuo se sentía sucio. Aquella asquerosa criatura se estaba apoderando sin pudor de su fuerte cuerpo y su débil alma. Estaba siendo usado como algo sin valor, aunque las palabras de Kuragari dijesen lo contrario. La lengua bífida de Kuragari se paseaba por el cuello de Kazuo, de forma lenta y letal. Sumiéndolo en un estado de letargo, como si su cuerpo languideciera con cada toque. Jamás había enfermado y, sin embargo, de poder describir la sensación sería justo aquella. Kuragari, con movimientos lentos, manejaba el cuerpo de Kazuo a voluntad. En cierto momento de aquella larga noche, Kazuo se encontraba boca abajo, sometido ante un embiste sin piedad. Su mirada estaba clavada en algún lugar sin definir, mientras su cuerpo chocaba contra el futón una y otra vez. En otro punto de la madrugada fue consciente, por breves instantes, de estar boca arriba. Kuragari lo cabalgaba como quien lo hace sobre un corcel desbocado; con su cabeza echada hacia atrás y sus frías manos sobre el pecho de Kazuo. Así era cada noche… Él mismo estaba siendo víctima y verdugo. Siendo abusado por algo que había dejado que creciera dentro de él. Pensó que se convertiría en una vía de escape, pero se había convertido en una tortuosa pesadilla. Entonces Kazuo despertó de pronto, incorporándose sobre sí mismo, con una mano sobre el pecho, en un intento de calmar la hiperventilación que cabalgaba sobre este. Sus ojos por unos instantes miraron a todos lados, de forma frenética, buscando una figura que no se encontraba allí. Sus ojos se adaptaron a la iluminación. No era aquella casucha en mitad de un bosque, tampoco se encontraba Kuragari allí; habían pasado más de mil años. Se encontraba en su templo, en su dormitorio, en el futón que compartía con su amada Elizabeth. Este se llevó las manos a la cabeza mientras su rostro quedaba cabizbajo. ¿Por qué estaban volviendo aquellos recuerdos? Él no está aquí, no puede volver... ¿no? Este miró hacia la ventana, observando la luna, que había comenzado con su primer ciclo. Entonces recordó que en pocas semanas habría un eclipse lunar. —¿Podría ser que…? —murmuró de una forma tan baja que apenas podría haberse percibido el sonido saliendo de sus labios. Tras unos largos segundos pensativo, Kazuo se volvió a acostar. Este se giró para encontrarse con el rostro de Elizabeth, quien dormía plácidamente. Aquel era su lugar seguro, por lo que no dudó en rodearla con sus brazos y empaparse de aquella sensación.
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  • 𝑰𝒏𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔
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    𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝒞𝑜𝓊𝓃𝓉 𝑜𝒻 𝒮𝒶𝒾𝓃𝓉 𝒢𝑒𝓇𝓂𝒶𝒾𝓃 ⚜️

    No era raro para Anraste cruzar planos, y mucho menos era raro adaptarse a ellos a medida que los iba conociendo, lo raro era que un plano terminase por fascinarle tanto como ocurría cada vez que visitaba aquel lugar.

    Bajo 𝘕𝘰𝘵𝘳𝘦 𝘋𝘢𝘮𝘦 un portal se abrió, dejando pasar a una dama de cabellos color otoño, un aura como el fuego mismo y sin duda unos ojos que habían visto miles de guerras a lo largo de las eras.

    Era una dama que rozaba su treintena, tal vez unos veintilargos años, era esa clase de dama que hacía que las miradas se posasen en ella con su presencia, su energía era contraria a los mitos de aquellas damas llamadas 𝘥𝘢𝘮𝘦 𝘣𝘭𝘢𝘯𝘤𝘩𝘦 que se dedicaban a sanar y ayudar a los demás, la energía que irradiaba aquella mujer era caótica y mística, como la guerra misma.

    Sus ropajes cambiaron, ya no eran los mismos que empleaba en su plano, un vestido largo, negro, de satén, con las mangas transparentes y un escote mostrando una ilustración hecha de hilo, le daban aquel aspecto parisino que demasiadas pocas veces había tenido, sus manos cubiertas por guantes de cuero y sus pies adornados con unos zapatos de tacón harto incómodos completaron el look. Su cabello había acabado recogido, a la moda de la época, y sus picudas orejas se disimulaban con parte del recogido que portaba. No había más joyas que en sus orejas, unos pendientes en forma de lágrima que brillaban como los ojos de algún dios olvidado.

    Su paso fue lento para salir por uno de los pasadizos subterráneos que daba al 𝘏𝘰̂𝘵𝘦𝘭 𝘋𝘪𝘦𝘶, era como si conociera perfectamente aquel lugar, como si ya hubiera recorrido aquellas intrincadas callejuelas subterráneas.

    Una vez fuera, se quitó el polvo de las faldas atusándolas, y haciendo volar aquellas partículas por el aire. Suspiró pesadamente, tenía una misión, encontrar el artefacto, estuviera en el plano que estuviera, así... que una vez más tendría que mezclarse con la alta sociedad mortal para encontrar alguna pista.

    ¿Qué mejor lugar que el 𝘗𝘢𝘭𝘢𝘪𝘴 𝘥𝘦 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘦 para ver cuánto habían avanzado aquellos mortales?
    𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 [SaintG02] No era raro para Anraste cruzar planos, y mucho menos era raro adaptarse a ellos a medida que los iba conociendo, lo raro era que un plano terminase por fascinarle tanto como ocurría cada vez que visitaba aquel lugar. Bajo 𝘕𝘰𝘵𝘳𝘦 𝘋𝘢𝘮𝘦 un portal se abrió, dejando pasar a una dama de cabellos color otoño, un aura como el fuego mismo y sin duda unos ojos que habían visto miles de guerras a lo largo de las eras. Era una dama que rozaba su treintena, tal vez unos veintilargos años, era esa clase de dama que hacía que las miradas se posasen en ella con su presencia, su energía era contraria a los mitos de aquellas damas llamadas 𝘥𝘢𝘮𝘦 𝘣𝘭𝘢𝘯𝘤𝘩𝘦 que se dedicaban a sanar y ayudar a los demás, la energía que irradiaba aquella mujer era caótica y mística, como la guerra misma. Sus ropajes cambiaron, ya no eran los mismos que empleaba en su plano, un vestido largo, negro, de satén, con las mangas transparentes y un escote mostrando una ilustración hecha de hilo, le daban aquel aspecto parisino que demasiadas pocas veces había tenido, sus manos cubiertas por guantes de cuero y sus pies adornados con unos zapatos de tacón harto incómodos completaron el look. Su cabello había acabado recogido, a la moda de la época, y sus picudas orejas se disimulaban con parte del recogido que portaba. No había más joyas que en sus orejas, unos pendientes en forma de lágrima que brillaban como los ojos de algún dios olvidado. Su paso fue lento para salir por uno de los pasadizos subterráneos que daba al 𝘏𝘰̂𝘵𝘦𝘭 𝘋𝘪𝘦𝘶, era como si conociera perfectamente aquel lugar, como si ya hubiera recorrido aquellas intrincadas callejuelas subterráneas. Una vez fuera, se quitó el polvo de las faldas atusándolas, y haciendo volar aquellas partículas por el aire. Suspiró pesadamente, tenía una misión, encontrar el artefacto, estuviera en el plano que estuviera, así... que una vez más tendría que mezclarse con la alta sociedad mortal para encontrar alguna pista. ¿Qué mejor lugar que el 𝘗𝘢𝘭𝘢𝘪𝘴 𝘥𝘦 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘦 para ver cuánto habían avanzado aquellos mortales?
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  • Tras años de servicio en el frente de combate oriental, se me ha concedido un n "descanso", me han asignado a un mundo pacifico, lejos del conflicto de las fronteras Imperiales y aunque para muchos sería una recompensa, para mí, es una situación que aún me cuesta trabajo aceptar por tan radical cambio.

    Trataré de adaptarme a esta harmonía y tranquilidad que muchos aseguran me merezco.
    Tras años de servicio en el frente de combate oriental, se me ha concedido un n "descanso", me han asignado a un mundo pacifico, lejos del conflicto de las fronteras Imperiales y aunque para muchos sería una recompensa, para mí, es una situación que aún me cuesta trabajo aceptar por tan radical cambio. Trataré de adaptarme a esta harmonía y tranquilidad que muchos aseguran me merezco.
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  • EPIC BATTLE #23: Satoru Gojo vs Sung Jin Woo

    Título del encuentro: "La Límite Infinita contra la Sombra Eterna"

    Satoru Gojo – El Ilimitado
    Vestido de negro absoluto, Gojo se desplaza como un dios entre estrellas. Su técnica de Infinito distorsiona el espacio, haciendo que cualquier ataque sea detenido antes de tocarlo. Sus ojos brillan bajo la venda, listos para desatar la Expansión de Dominio: Vacío Infinito, que paraliza la mente del enemigo en un mar infinito de información.

    Movimientos clave:

    — Cursed Technique Lapse: Azul – aplasta el espacio con fuerza gravitacional.

    — Cursed Technique Reversal: Rojo – explosión devastadora de energía repelente.

    — Hollow Purple – colisión de Azul y Rojo, aniquilando todo en su camino.

    Sung Jin-Woo – El Monarca de las Sombras (Tenebrous)
    Vestido con una gabardina oscura, rodeado por un ejército de sombras, Jin-Woo camina con la autoridad de la muerte misma. Con solo una orden, invoca miles de soldados oscuros desde su sombra. Su espada cortaría incluso la esencia de las maldiciones.

    Movimientos clave:

    — Shadow Extraction – convierte a enemigos caídos en aliados.

    — Monarch’s Domain – multiplica su poder y el de sus sombras en área.

    — Kamish´s Wrath – invoca el poder de un dragón legendario.

    — Beru, Igris y Bellion – sus tres élites lideran la carga, imparables.

    El Choque:
    Gojo lanza un Hollow Purple a velocidades imposibles, pero Jin-Woo desaparece en su sombra y contraataca con una horda liderada por Igris. La batalla se convierte en un vals entre el espacio deformado de Gojo y la oscuridad creciente del monarca. Gojo activa su Expansión de Dominio, pero Jin-Woo responde abriendo su propio Reino del Monarca, donde la oscuridad consume incluso el infinito.

    ¿Quién ganará?

    ⚜ Gojo tiene el poder de detener cualquier ataque físico, pero…

    ⚜ Jin-Woo puede multiplicarse, adaptarse, y revivir constantemente desde la sombra.

    Ambos son titanes de su universo. El resultado… solo puede ser escrito por los dioses
    ⚔️ EPIC BATTLE #23: Satoru Gojo vs Sung Jin Woo⚔️ Título del encuentro: "La Límite Infinita contra la Sombra Eterna" 🧿 Satoru Gojo – El Ilimitado Vestido de negro absoluto, Gojo se desplaza como un dios entre estrellas. Su técnica de Infinito distorsiona el espacio, haciendo que cualquier ataque sea detenido antes de tocarlo. Sus ojos brillan bajo la venda, listos para desatar la Expansión de Dominio: Vacío Infinito, que paraliza la mente del enemigo en un mar infinito de información. ✨ Movimientos clave: — Cursed Technique Lapse: Azul – aplasta el espacio con fuerza gravitacional. — Cursed Technique Reversal: Rojo – explosión devastadora de energía repelente. — Hollow Purple – colisión de Azul y Rojo, aniquilando todo en su camino. 👑 Sung Jin-Woo – El Monarca de las Sombras (Tenebrous) Vestido con una gabardina oscura, rodeado por un ejército de sombras, Jin-Woo camina con la autoridad de la muerte misma. Con solo una orden, invoca miles de soldados oscuros desde su sombra. Su espada cortaría incluso la esencia de las maldiciones. 🛡️ Movimientos clave: — Shadow Extraction – convierte a enemigos caídos en aliados. — Monarch’s Domain – multiplica su poder y el de sus sombras en área. — Kamish´s Wrath – invoca el poder de un dragón legendario. — Beru, Igris y Bellion – sus tres élites lideran la carga, imparables. 🔥 El Choque: Gojo lanza un Hollow Purple a velocidades imposibles, pero Jin-Woo desaparece en su sombra y contraataca con una horda liderada por Igris. La batalla se convierte en un vals entre el espacio deformado de Gojo y la oscuridad creciente del monarca. Gojo activa su Expansión de Dominio, pero Jin-Woo responde abriendo su propio Reino del Monarca, donde la oscuridad consume incluso el infinito. 💥 ¿Quién ganará? ⚜ Gojo tiene el poder de detener cualquier ataque físico, pero… ⚜ Jin-Woo puede multiplicarse, adaptarse, y revivir constantemente desde la sombra. Ambos son titanes de su universo. El resultado… solo puede ser escrito por los dioses
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