• Solo reproduce cualquier canción

    No era raro que a inicio del invierno el grupo que lo conocían de la orquesta le invitaran a salir a beber, siempre lo hacían cuadrando los tiempos necesarios para que él saliera, como si estuviesen a una agrupación conspirativa que se enfoca única y exclusivamente en salir a beber juntos, lo agradecía, muchas veces se olvidaba de lo divertido que era no estar preocupado, con los tiempos sobre su espalda, agotando su cuerpo hasta más no poder. Esa noche ya todos estaban un poco pasados de copas, hablando algunos más coherentes que otros, pero Yuiichi solo estaba callado con una sonrisa boba que no mostraba los dientes, nunca le gusto mostrar los dientes por el colmillo que sobresalía de forma suave. Por lo general, mantenía su rostro sereno, caracterizado por la expresión que muchas veces solo denotaba incomodidad, pero en ese momento solo tenía la sonrisa por el obvio estado de ebriedad era bastante adorable de ver.

    No supo en qué momento, pero soltaron papelillo en el ambiente del bar en el que estaban, algo de verdad muy bonito de ver. Por lo general no bebía, y si lo hacía no era en exceso, no quería terminar muriendo tan joven, además de que tenía una resistencia al alcohol en números negativos, pero a veces le era difícil medirse, en especial cuando sus amigos hacían juegos tontos que todo el mundo pensaba que habían quedado en la universidad. A pesar de todo, no podía evitar la risa baja que le hacía mostrar su rostro más pequeño ante las expresiones que se le escapaban.

    Había tenido días tranquilos a pesar del ajetreo de la ciudad, apenas le dieran las vacaciones su primer viaje sería estar un tiempo en su casa de la infancia, cada navidad se juntaban todos en la familia y de verdad es que era algo agradable, salir al mar de vez en cuando con el aire gélido en su piel y el olor a salitre en el ambiente era algo que le llenaba. A pesar de eso, estar donde su padre había fallecido era algo que le oprimía el pecho de vez en cuando.

    Después de una extensa conversación sobre qué harían para navidad que comenzó después de un largo rato jugando, Yuiichi se excusó un momento para salir a tomar aire, apenas podía caminar bien sin tropezar con sus propios zapatos y decidió no salir con su chaqueta, pero debido al alcohol no sentía con fuerza el clima gélido que estaba a su alrededor, sólo tenía su camisa blanca con un jean casual con algunos parches hechos en bordado tradicional que hacía su padre cuando él estaba más joven, tenía papelitos metalizados en el cabello y parte de la camisa al momento que salió del local, solo andaba sonriendo mientras miraba a la gente pasar por la calle, apoyado bajo los faroles neón del lugar siendo opacado por la leve capa de nieve vieja que se había asentado en distintos lugares.
    Solo reproduce cualquier canción No era raro que a inicio del invierno el grupo que lo conocían de la orquesta le invitaran a salir a beber, siempre lo hacían cuadrando los tiempos necesarios para que él saliera, como si estuviesen a una agrupación conspirativa que se enfoca única y exclusivamente en salir a beber juntos, lo agradecía, muchas veces se olvidaba de lo divertido que era no estar preocupado, con los tiempos sobre su espalda, agotando su cuerpo hasta más no poder. Esa noche ya todos estaban un poco pasados de copas, hablando algunos más coherentes que otros, pero Yuiichi solo estaba callado con una sonrisa boba que no mostraba los dientes, nunca le gusto mostrar los dientes por el colmillo que sobresalía de forma suave. Por lo general, mantenía su rostro sereno, caracterizado por la expresión que muchas veces solo denotaba incomodidad, pero en ese momento solo tenía la sonrisa por el obvio estado de ebriedad era bastante adorable de ver. No supo en qué momento, pero soltaron papelillo en el ambiente del bar en el que estaban, algo de verdad muy bonito de ver. Por lo general no bebía, y si lo hacía no era en exceso, no quería terminar muriendo tan joven, además de que tenía una resistencia al alcohol en números negativos, pero a veces le era difícil medirse, en especial cuando sus amigos hacían juegos tontos que todo el mundo pensaba que habían quedado en la universidad. A pesar de todo, no podía evitar la risa baja que le hacía mostrar su rostro más pequeño ante las expresiones que se le escapaban. Había tenido días tranquilos a pesar del ajetreo de la ciudad, apenas le dieran las vacaciones su primer viaje sería estar un tiempo en su casa de la infancia, cada navidad se juntaban todos en la familia y de verdad es que era algo agradable, salir al mar de vez en cuando con el aire gélido en su piel y el olor a salitre en el ambiente era algo que le llenaba. A pesar de eso, estar donde su padre había fallecido era algo que le oprimía el pecho de vez en cuando. Después de una extensa conversación sobre qué harían para navidad que comenzó después de un largo rato jugando, Yuiichi se excusó un momento para salir a tomar aire, apenas podía caminar bien sin tropezar con sus propios zapatos y decidió no salir con su chaqueta, pero debido al alcohol no sentía con fuerza el clima gélido que estaba a su alrededor, sólo tenía su camisa blanca con un jean casual con algunos parches hechos en bordado tradicional que hacía su padre cuando él estaba más joven, tenía papelitos metalizados en el cabello y parte de la camisa al momento que salió del local, solo andaba sonriendo mientras miraba a la gente pasar por la calle, apoyado bajo los faroles neón del lugar siendo opacado por la leve capa de nieve vieja que se había asentado en distintos lugares.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //últimamente estoy con muy bajas energías pero responderé lo que pueda sus roles
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  • -aquel hombre se encontraba sentado frente a la barra de madera gastada, el ambiente del bar envuelto en un ambiente tranquilo e incluso familiar para el y el murmullo constante de conversaciones ajenas hacían de ese lugar un nue lugar para finalmente dejar de pensar. Entre sus dedos descansaba una botella de cerveza, las gotas de condensación resbalaban lentamente por el vidrio, reflejando la luz amarillenta de las lámparas. Sus ojos, cansados pero atentos, permanecían fijos en la pantalla del televisor que colgaba en la pared. En ella, una reportera relataba los detalles del último caso en el que había trabajado, con esa voz ensayada que busca dramatismo donde para el solo era un día más de trabajo -

    Supongo que las noticias vuelan bastante rápido...

    -murmuró con una media sonrisa antes de bajar la mirada, observando el recorrido de una gota que descendía hasta su mano. Por un instante, se quedó inmóvil, perdido entre sus pensamientos, el reflejo del televisor se dibujaba en sus pupilas como una sombra conocida; cada palabra de la periodista resonaba como un eco y el solo ponia atención repasando cada detalle en su cabeza-

    Valla que sabe cómo narrar mis días con tanta elocuencia

    -Llevó la botella a los labios, dejando que el amargor de la cerveza le recordara que seguía vivo. Afuera llovía, podía escucharlo golpear el techo del bar como un reloj invisible que marcaba un tiempo solo suyo. Entonces, el crujir de la silla a su costado lo trajo de vuelta a la realidad. Su acompañante había llegado.-

    -El hombre no volteó de inmediato. Tomó otro trago, colocó la botella con suavidad sobre la barra y solo entonces giró ligeramente el rostro, dedicando una sonrisa cordial, Habían acordado encontrarse allí para hablar. De qué exactamente, no lo sabía. Tal vez del pasado, de los fantasmas que ambos compartían, o simplemente para conocer un nuevo mundo, Sea como fuere, aquella noche no tenía nada mejor que hacer. Y en el fondo, una parte de él agradecía la distracción.-

    Llegas justo a tiempo

    -Dijo finalmente, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno al recién llegado

    Las noches siempre son menos pesadas cuando alguien más comparte el silencio.
    -aquel hombre se encontraba sentado frente a la barra de madera gastada, el ambiente del bar envuelto en un ambiente tranquilo e incluso familiar para el y el murmullo constante de conversaciones ajenas hacían de ese lugar un nue lugar para finalmente dejar de pensar. Entre sus dedos descansaba una botella de cerveza, las gotas de condensación resbalaban lentamente por el vidrio, reflejando la luz amarillenta de las lámparas. Sus ojos, cansados pero atentos, permanecían fijos en la pantalla del televisor que colgaba en la pared. En ella, una reportera relataba los detalles del último caso en el que había trabajado, con esa voz ensayada que busca dramatismo donde para el solo era un día más de trabajo - Supongo que las noticias vuelan bastante rápido... -murmuró con una media sonrisa antes de bajar la mirada, observando el recorrido de una gota que descendía hasta su mano. Por un instante, se quedó inmóvil, perdido entre sus pensamientos, el reflejo del televisor se dibujaba en sus pupilas como una sombra conocida; cada palabra de la periodista resonaba como un eco y el solo ponia atención repasando cada detalle en su cabeza- Valla que sabe cómo narrar mis días con tanta elocuencia -Llevó la botella a los labios, dejando que el amargor de la cerveza le recordara que seguía vivo. Afuera llovía, podía escucharlo golpear el techo del bar como un reloj invisible que marcaba un tiempo solo suyo. Entonces, el crujir de la silla a su costado lo trajo de vuelta a la realidad. Su acompañante había llegado.- -El hombre no volteó de inmediato. Tomó otro trago, colocó la botella con suavidad sobre la barra y solo entonces giró ligeramente el rostro, dedicando una sonrisa cordial, Habían acordado encontrarse allí para hablar. De qué exactamente, no lo sabía. Tal vez del pasado, de los fantasmas que ambos compartían, o simplemente para conocer un nuevo mundo, Sea como fuere, aquella noche no tenía nada mejor que hacer. Y en el fondo, una parte de él agradecía la distracción.- Llegas justo a tiempo -Dijo finalmente, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno al recién llegado Las noches siempre son menos pesadas cuando alguien más comparte el silencio.
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  • "Una copa con la muerte"

    El murmullo del mundo se detuvo.
    Ni un suspiro, ni un tic del reloj, ni el latido más rebelde osó moverse.
    Solo él seguía ahí, reclinado en su silla, el guante negro apoyado sobre el mentón, la otra mano girando con parsimonia una copa de vino que parecía absorber la luz.

    El líquido tenía un color profundo, casi hipnótico, como si guardara siglos dentro.
    Cillian alzó la vista. Su mirada era tranquila, pero su calma tenía filo.

    —No temas —dijo, con voz baja y limpia, más cercana a un pensamiento que a un sonido—. Este es un lugar fuera de todo. Aquí no existe el tiempo, ni el juicio… solo la verdad.

    Dejó que el silencio se asentara, antes de deslizar otra copa hacia el frente.
    El vino reflejaba los destellos de una eternidad que pocos podrían soportar ver.

    —Bebe —ordenó suavemente, una sonrisa leve curvando sus labios—. Es el vino de las almas. Fino, añejo, destilado de los últimos suspiros de quienes ya no están. Cada trago… contiene un eco.

    Sus ojos brillaron apenas, un resplandor carmesí en medio de la penumbra.

    —Mientras lo bebas, el tiempo no correrá para ti.
    Podrás preguntarme lo que desees. Cualquier cosa.
    El precio es simple… —su voz se tornó casi un susurro de humo—: la verdad nunca llega sin costo.

    Apoyó el codo en la mesa, observando con detenimiento, casi con un aire de fascinación morbosa.
    La copa entre sus dedos parecía flotar, temblando con una vida propia.

    —Entonces, humano… —dijo con una elegancia perezosa, pero con un fondo de algo implacable—
    ¿qué deseas saber de la Muerte?
    "Una copa con la muerte" El murmullo del mundo se detuvo. Ni un suspiro, ni un tic del reloj, ni el latido más rebelde osó moverse. Solo él seguía ahí, reclinado en su silla, el guante negro apoyado sobre el mentón, la otra mano girando con parsimonia una copa de vino que parecía absorber la luz. El líquido tenía un color profundo, casi hipnótico, como si guardara siglos dentro. Cillian alzó la vista. Su mirada era tranquila, pero su calma tenía filo. —No temas —dijo, con voz baja y limpia, más cercana a un pensamiento que a un sonido—. Este es un lugar fuera de todo. Aquí no existe el tiempo, ni el juicio… solo la verdad. Dejó que el silencio se asentara, antes de deslizar otra copa hacia el frente. El vino reflejaba los destellos de una eternidad que pocos podrían soportar ver. —Bebe —ordenó suavemente, una sonrisa leve curvando sus labios—. Es el vino de las almas. Fino, añejo, destilado de los últimos suspiros de quienes ya no están. Cada trago… contiene un eco. Sus ojos brillaron apenas, un resplandor carmesí en medio de la penumbra. —Mientras lo bebas, el tiempo no correrá para ti. Podrás preguntarme lo que desees. Cualquier cosa. El precio es simple… —su voz se tornó casi un susurro de humo—: la verdad nunca llega sin costo. Apoyó el codo en la mesa, observando con detenimiento, casi con un aire de fascinación morbosa. La copa entre sus dedos parecía flotar, temblando con una vida propia. —Entonces, humano… —dijo con una elegancia perezosa, pero con un fondo de algo implacable— ¿qué deseas saber de la Muerte?
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  • ──── 𝘈 𝘷𝘦𝘳 ¿𝘊𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘰𝘵𝘰? ¡𝘈𝘩í 𝘦𝘴𝘵𝘢! 𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘰𝘵𝘰𝘨é𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘦𝘳𝘦𝘴; 𝘥𝘦𝘴𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘥𝘰. ──── 𝐷í𝑎 𝑑𝑒 𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑗𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑦 𝑐𝑜𝑛 𝑠𝑢 ℎ𝑖𝑗𝑜. [♡]

    ||• Ando con mucho trabajo últimamente. En estos días me pongo al pendiente de todo. Gracias por paciencia y no olviden que los quiero. ♡
    ──── 𝘈 𝘷𝘦𝘳 ¿𝘊𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘰𝘵𝘰? ¡𝘈𝘩í 𝘦𝘴𝘵𝘢! 𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘰𝘵𝘰𝘨é𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘦𝘳𝘦𝘴; 𝘥𝘦𝘴𝘨𝘳𝘢𝘤𝘪𝘢𝘥𝘰. ──── 𝐷í𝑎 𝑑𝑒 𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑗𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑦 𝑐𝑜𝑛 𝑠𝑢 ℎ𝑖𝑗𝑜. [♡] ||• Ando con mucho trabajo últimamente. En estos días me pongo al pendiente de todo. Gracias por paciencia y no olviden que los quiero. ♡
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  • Ya que el inútil encargado de la exterminacion está feliz cantando canciones maricas de amor. Yo me encargaré de limpiar a esta familia

    Demonios, animales y cualquier inmundicia infernal .... Nada se va a salvar. Con quién voy a iniciar ?
    Ya que el inútil encargado de la exterminacion está feliz cantando canciones maricas de amor. Yo me encargaré de limpiar a esta familia Demonios, animales y cualquier inmundicia infernal .... Nada se va a salvar. Con quién voy a iniciar ?
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  • "Lo que no se puede limpiar"

    El aire olía a hierro y desesperación.
    El hombre temblaba, las manos manchadas de lo que no podía limpiar ni con mil ríos.
    Delante de él, Cillian sonreía. No con burla, sino con algo mucho peor: placer contenido.

    —¿Te tiemblan las manos? —murmuró, inclinando la cabeza—. Qué curioso… cuando las alzabas sobre los débiles no temblaban, ¿verdad?

    El otro quiso hablar, pero la voz se le quebró. Cillian se acercó, despacio, con esa elegancia casi animal que helaba la sangre.

    —Te gustaba verlos rogar. Te gustaba creer que eras un dios en su miseria. —Su tono era una caricia que cortaba—. ¿Y ahora? ¿Dónde está tu fe? ¿Dónde están tus rezos?

    El silencio pesó, como una confesión que nadie pidió.
    Cillian lo observó con sus ojos incandescentes, tan llenos de vacío que reflejaban todos los pecados de la Tierra.

    —Yo no castigo —continuó—. Solo muestro lo que en verdad son.
    Y tú… —se inclinó hasta quedar a un susurro de su oído— tú eres nada más que carne podrida intentando fingir humanidad.

    El hombre rompió en sollozos, un ruido tosco y patético.
    Cillian rio, bajo, con un eco que parecía provenir del fondo del abismo.

    —¿Quieres redención? —preguntó, casi divertido—. No la mereces.
    Tu alma ya está marcada, y lo sabes. Yo solo vengo a cobrar lo que sembraste.

    Sus palabras eran fuego helado. No necesitaba tocarlo; bastaba su voz para desarmar cualquier resto de orgullo.
    En el rostro del hombre, la desesperación se mezcló con una súplica muda.

    Cillian sonrió una última vez, los colmillos brillando como relámpagos en una noche sin luna.

    —No temas… —susurró mientras la sombra a su espalda se movía, viva, ansiosa—.
    La muerte no te salvará. Te recordará.

    Y el silencio volvió a caer, espeso, absoluto.
    Solo quedó Cillian, de pie entre los restos del miedo, tan tranquilo como si nada hubiese ocurrido.
    Porque para él, no había castigo. Solo equilibrio.
    "Lo que no se puede limpiar" El aire olía a hierro y desesperación. El hombre temblaba, las manos manchadas de lo que no podía limpiar ni con mil ríos. Delante de él, Cillian sonreía. No con burla, sino con algo mucho peor: placer contenido. —¿Te tiemblan las manos? —murmuró, inclinando la cabeza—. Qué curioso… cuando las alzabas sobre los débiles no temblaban, ¿verdad? El otro quiso hablar, pero la voz se le quebró. Cillian se acercó, despacio, con esa elegancia casi animal que helaba la sangre. —Te gustaba verlos rogar. Te gustaba creer que eras un dios en su miseria. —Su tono era una caricia que cortaba—. ¿Y ahora? ¿Dónde está tu fe? ¿Dónde están tus rezos? El silencio pesó, como una confesión que nadie pidió. Cillian lo observó con sus ojos incandescentes, tan llenos de vacío que reflejaban todos los pecados de la Tierra. —Yo no castigo —continuó—. Solo muestro lo que en verdad son. Y tú… —se inclinó hasta quedar a un susurro de su oído— tú eres nada más que carne podrida intentando fingir humanidad. El hombre rompió en sollozos, un ruido tosco y patético. Cillian rio, bajo, con un eco que parecía provenir del fondo del abismo. —¿Quieres redención? —preguntó, casi divertido—. No la mereces. Tu alma ya está marcada, y lo sabes. Yo solo vengo a cobrar lo que sembraste. Sus palabras eran fuego helado. No necesitaba tocarlo; bastaba su voz para desarmar cualquier resto de orgullo. En el rostro del hombre, la desesperación se mezcló con una súplica muda. Cillian sonrió una última vez, los colmillos brillando como relámpagos en una noche sin luna. —No temas… —susurró mientras la sombra a su espalda se movía, viva, ansiosa—. La muerte no te salvará. Te recordará. Y el silencio volvió a caer, espeso, absoluto. Solo quedó Cillian, de pie entre los restos del miedo, tan tranquilo como si nada hubiese ocurrido. Porque para él, no había castigo. Solo equilibrio.
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  • -cantar canciones de amor me parece algo hipócrita de mi siendo que eh tenido tantos novios como un recién nacido, 0- soltó unas risitas justo cuando la música empezo preparándose para cantar
    -Don't you notice how
    I get quiet when there's no one else around?
    Me and you and awkward silence
    Don't you dare look at me that way
    I don't need reminders of how you don't feel the same
    Oh, the burning pain
    Listening to you harp on 'bout some new soulmate
    "She's so perfect, " blah, blah, blah
    Oh, how I wish you'll wake up one day
    Run to me, confess your love, at least just let me say-

    https://music.youtube.com/watch?v=h8DeZSB2o-c&si=kHCIPUmp-40b4zMv
    -cantar canciones de amor me parece algo hipócrita de mi siendo que eh tenido tantos novios como un recién nacido, 0- soltó unas risitas justo cuando la música empezo preparándose para cantar -Don't you notice how I get quiet when there's no one else around? Me and you and awkward silence Don't you dare look at me that way I don't need reminders of how you don't feel the same Oh, the burning pain Listening to you harp on 'bout some new soulmate "She's so perfect, " blah, blah, blah Oh, how I wish you'll wake up one day Run to me, confess your love, at least just let me say- https://music.youtube.com/watch?v=h8DeZSB2o-c&si=kHCIPUmp-40b4zMv
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  • ⸻ Oh, si. Eres una rosa con espinas, la más bella, la más salvaje. Ya entendimos, preciosa. El problema es que ningún jardinero con dos neuronas vivas se romperá las manos cuidando de una planta ingrata, por hermosa que sea, y te quedarás sola, luchando contra la maleza y los insectos, si continúas empeñada en ser tan rosa espinosa.
    ⸻ Oh, si. Eres una rosa con espinas, la más bella, la más salvaje. Ya entendimos, preciosa. El problema es que ningún jardinero con dos neuronas vivas se romperá las manos cuidando de una planta ingrata, por hermosa que sea, y te quedarás sola, luchando contra la maleza y los insectos, si continúas empeñada en ser tan rosa espinosa.
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  • —¿Sabes que tengo en común con un gato? La elegancia, la indiferencia y la tendencia a empujar cosas del borde solo para ver qué pasa~
    —¿Sabes que tengo en común con un gato? La elegancia, la indiferencia y la tendencia a empujar cosas del borde solo para ver qué pasa~
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