• Es la primera ves que se le pasaba seriamente esto por la cabeza... "¿y mis hermanos?. Nunca les tuvo cariño. No los conoció así que no les pudo importar, pero justo ahora pensó que si los conociera probablemente no estaría tan solo. Ellos habían muerto y reencarnado, solo Khatsis sobrevivo gracias a los elementos que les tocó

    — Hermanos... ¿dónde estarán?, quiero conocerlos...

    La tristeza empezó a llegar a el. Ese choque de emociones nuevas que tenía en este momento era grande. El tan solo pensar en la soledad que es estar sin alguien, sin sus hermanos fue suficiente para hacerlo llorar, sobretodo porque si mentalidad aún es muy joven
    Es la primera ves que se le pasaba seriamente esto por la cabeza... "¿y mis hermanos?. Nunca les tuvo cariño. No los conoció así que no les pudo importar, pero justo ahora pensó que si los conociera probablemente no estaría tan solo. Ellos habían muerto y reencarnado, solo Khatsis sobrevivo gracias a los elementos que les tocó — Hermanos... ¿dónde estarán?, quiero conocerlos... La tristeza empezó a llegar a el. Ese choque de emociones nuevas que tenía en este momento era grande. El tan solo pensar en la soledad que es estar sin alguien, sin sus hermanos fue suficiente para hacerlo llorar, sobretodo porque si mentalidad aún es muy joven
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  • La estación orbital Aurora estaba abarrotada como nunca. Los viajeros se agolpaban en los corredores, mirando las pantallas holográficas que anunciaban el evento del año: un concierto de Robin, la voz que había conquistado galaxias enteras. Su música era más que entretenimiento; era un puente que conectaba a seres de diferentes mundos, un idioma universal que resonaba con el corazón de todos.

    Robin estaba en su camerino, ajustándose el último detalle de su atuendo: un vestido que parecía estar hecho de nebulosas en movimiento, diseñado por un famoso artista de Andrómeda. Frente al espejo, respiró profundamente. A pesar de los años de experiencia, aún sentía ese cosquilleo antes de salir al escenario.

    “Cinco minutos, Robin,” anunció su asistente, una androide llamada Selene con voz melodiosa y ojos que brillaban como pequeñas lunas.

    “Gracias, Selene,” respondió Robin, tomando un momento para mirar por la ventana hacia el espacio infinito. Cada estrella que veía le recordaba una historia, un rostro, una emoción que había capturado en sus canciones.

    Cuando las luces del escenario se encendieron y el público rugió, Robin dio un paso adelante. Desde la primera nota, el ambiente cambió. Las galaxias parecían detenerse para escuchar. Su voz era un torbellino de emociones: la calidez de un amanecer, la tristeza de una despedida, la esperanza de un nuevo comienzo.

    Entre las canciones, Robin habló al público. “He viajado por muchos lugares, visto maravillas que nunca olvidaré, pero siempre me sorprende lo que la música puede hacer. No importa de dónde vengamos, quiénes somos o qué hemos vivido. Aquí, en este momento, somos uno.”

    El público respondió con una ovación que hizo temblar los muros de la estación. Robin continuó, tocando su balada más famosa, una canción que había inspirado a exploradores a cruzar galaxias y a soñadores a nunca rendirse.

    Cuando el concierto terminó, Robin se quedó un momento más en el escenario, mirando a los miles de rostros emocionados frente a ella. Sabía que, aunque su vida estaba llena de viajes y luces brillantes, lo que realmente importaba era la conexión que creaba con cada palabra y cada nota.

    Al salir del escenario, Selene la esperaba con una toalla y una sonrisa. “El universo sigue hablando de ti, Robin.”

    Robin sonrió, agotada pero feliz. “Es porque, en el fondo, todos necesitamos una canción que nos haga sentir menos solos.”

    Y así, la estrella que iluminaba galaxias volvió a perderse entre las luces del cosmos, dejando a su paso una melodía que nunca se apagaría.

    La estación orbital Aurora estaba abarrotada como nunca. Los viajeros se agolpaban en los corredores, mirando las pantallas holográficas que anunciaban el evento del año: un concierto de Robin, la voz que había conquistado galaxias enteras. Su música era más que entretenimiento; era un puente que conectaba a seres de diferentes mundos, un idioma universal que resonaba con el corazón de todos. Robin estaba en su camerino, ajustándose el último detalle de su atuendo: un vestido que parecía estar hecho de nebulosas en movimiento, diseñado por un famoso artista de Andrómeda. Frente al espejo, respiró profundamente. A pesar de los años de experiencia, aún sentía ese cosquilleo antes de salir al escenario. “Cinco minutos, Robin,” anunció su asistente, una androide llamada Selene con voz melodiosa y ojos que brillaban como pequeñas lunas. “Gracias, Selene,” respondió Robin, tomando un momento para mirar por la ventana hacia el espacio infinito. Cada estrella que veía le recordaba una historia, un rostro, una emoción que había capturado en sus canciones. Cuando las luces del escenario se encendieron y el público rugió, Robin dio un paso adelante. Desde la primera nota, el ambiente cambió. Las galaxias parecían detenerse para escuchar. Su voz era un torbellino de emociones: la calidez de un amanecer, la tristeza de una despedida, la esperanza de un nuevo comienzo. Entre las canciones, Robin habló al público. “He viajado por muchos lugares, visto maravillas que nunca olvidaré, pero siempre me sorprende lo que la música puede hacer. No importa de dónde vengamos, quiénes somos o qué hemos vivido. Aquí, en este momento, somos uno.” El público respondió con una ovación que hizo temblar los muros de la estación. Robin continuó, tocando su balada más famosa, una canción que había inspirado a exploradores a cruzar galaxias y a soñadores a nunca rendirse. Cuando el concierto terminó, Robin se quedó un momento más en el escenario, mirando a los miles de rostros emocionados frente a ella. Sabía que, aunque su vida estaba llena de viajes y luces brillantes, lo que realmente importaba era la conexión que creaba con cada palabra y cada nota. Al salir del escenario, Selene la esperaba con una toalla y una sonrisa. “El universo sigue hablando de ti, Robin.” Robin sonrió, agotada pero feliz. “Es porque, en el fondo, todos necesitamos una canción que nos haga sentir menos solos.” Y así, la estrella que iluminaba galaxias volvió a perderse entre las luces del cosmos, dejando a su paso una melodía que nunca se apagaría.
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  • un profundo odio que habia aprecido por una estupida pelea habia convertido a aquel joven en un ser tan poderoso y sin control en si, aquellos jovenes luchaban contra aquel pelirrojo el cual estaba consumido por una ira tan potente que parecia interminable.

    en aquel momento cerca de su derrota se ven cómo gotas brillantes las cuales solo mostraban recuerdos dolorosos, una fuerte punzada aparece al ver a <lector> verlo de una manera <emoción(enojo, tristeza, miedo, terror)> aquello hace que se de cuenta de cuanto habia dañado a aquellos seres los cuales querian ayudar.

    -....yo....lo siento...mamá- dice mientras deja caer lagrimas cómo si se tratase de una cascada la cual deja caer tanta agua junta.

    se podia notar la tristeza en sus ojos y el arrepentimiento en sus palabras, solo se preguntaba el porque...porque era asi? porque no podia ser normal ¿normal? pudrete es solo un muchacho que tiene traumas, que es normal? se preguntaba mientras su forma oberblot se apagaba y dejaba a los demas ver cómo lloraba.

    //tengo peleas conmigo mismo en mis roles shhh//
    un profundo odio que habia aprecido por una estupida pelea habia convertido a aquel joven en un ser tan poderoso y sin control en si, aquellos jovenes luchaban contra aquel pelirrojo el cual estaba consumido por una ira tan potente que parecia interminable. en aquel momento cerca de su derrota se ven cómo gotas brillantes las cuales solo mostraban recuerdos dolorosos, una fuerte punzada aparece al ver a <lector> verlo de una manera <emoción(enojo, tristeza, miedo, terror)> aquello hace que se de cuenta de cuanto habia dañado a aquellos seres los cuales querian ayudar. -....yo....lo siento...mamá- dice mientras deja caer lagrimas cómo si se tratase de una cascada la cual deja caer tanta agua junta. se podia notar la tristeza en sus ojos y el arrepentimiento en sus palabras, solo se preguntaba el porque...porque era asi? porque no podia ser normal ¿normal? pudrete es solo un muchacho que tiene traumas, que es normal? se preguntaba mientras su forma oberblot se apagaba y dejaba a los demas ver cómo lloraba. //tengo peleas conmigo mismo en mis roles shhh//
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  • -Tras un tiempo viajando , el ladrón decidiría tomar un breve descanso de su interminable viaje , se sentaría en la orilla del risco para poder contemplar el lago en un hermoso atardecer que bañaría su ser con una luz crepuscular , este se sacaría su mascara para dejar que el viento que desde las montañas bajaba , refrescara sus profundos pensamientos llenos de una tristeza por una decisión que tuvo que tomar , cuando a lo lejos vería la ilusión de una joven de pelo blanco bailar sobre el lago que en su mente parecía congelar , sonreiría con tristeza y murmullaría para sus adentros unas plegarias que el viento se llevaría lejos-

    Solo espero... que las llamas guíen tu camino querida mía....
    -Tras un tiempo viajando , el ladrón decidiría tomar un breve descanso de su interminable viaje , se sentaría en la orilla del risco para poder contemplar el lago en un hermoso atardecer que bañaría su ser con una luz crepuscular , este se sacaría su mascara para dejar que el viento que desde las montañas bajaba , refrescara sus profundos pensamientos llenos de una tristeza por una decisión que tuvo que tomar , cuando a lo lejos vería la ilusión de una joven de pelo blanco bailar sobre el lago que en su mente parecía congelar , sonreiría con tristeza y murmullaría para sus adentros unas plegarias que el viento se llevaría lejos- Solo espero... que las llamas guíen tu camino querida mía....
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  • —Te rogué irnos, escapar de la muerte. "Solo un cargamento más", dijiste, y yo como tonto enamorado acepté. Con la fé ciega en ti y con las manos atadas a tu corazón no pude huir. Me destrozaste, verte en ese camastro, inmóvil, frío, tan frio que el hielo se veía caliente al lado tuyo. Toqué tu mejilla, la acaricié, rogándote, entre llantos y lloriqueos caprichosos que no te fueras, que te quedaras conmigo.
    Pero no hiciste caso, y tu alma lentamente escapó por tu boca, y tú, volaste para nunca más regresar. El dolor de tu pérdida me persigue desde aquella fría mañana. Al despertar, esa sensación de extrañeza me ataca. "¿Dónde estoy?", me pregunto entre confusión, tristeza y dolor. ¿Cuánto más tardaré en darme cuenta que te has ido, amor mío? ¿Cuánto tardaré en aceptar que, aunque sigas aquí conmigo tú no estás? ¿Cuántas veces tendré que llorar frente a tu tumba, apuntar un arma hacia mí, cortar mis muñecas, morir lentamente aunque parezca que no puedo hacerlo? Tal vez y sea hasta envejecer, donde por fin, mi alma con la tuya de abrazarán, para lograr lo que nosotros no pudimos; amarnos.
    —Te rogué irnos, escapar de la muerte. "Solo un cargamento más", dijiste, y yo como tonto enamorado acepté. Con la fé ciega en ti y con las manos atadas a tu corazón no pude huir. Me destrozaste, verte en ese camastro, inmóvil, frío, tan frio que el hielo se veía caliente al lado tuyo. Toqué tu mejilla, la acaricié, rogándote, entre llantos y lloriqueos caprichosos que no te fueras, que te quedaras conmigo. Pero no hiciste caso, y tu alma lentamente escapó por tu boca, y tú, volaste para nunca más regresar. El dolor de tu pérdida me persigue desde aquella fría mañana. Al despertar, esa sensación de extrañeza me ataca. "¿Dónde estoy?", me pregunto entre confusión, tristeza y dolor. ¿Cuánto más tardaré en darme cuenta que te has ido, amor mío? ¿Cuánto tardaré en aceptar que, aunque sigas aquí conmigo tú no estás? ¿Cuántas veces tendré que llorar frente a tu tumba, apuntar un arma hacia mí, cortar mis muñecas, morir lentamente aunque parezca que no puedo hacerlo? Tal vez y sea hasta envejecer, donde por fin, mi alma con la tuya de abrazarán, para lograr lo que nosotros no pudimos; amarnos.
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  • Los vestidos que su maestro le regaló de niña parecían hechos a medida para ella. No los usaba a menudo, pero cuando sí le provocaban una mezcla de sentimientos; tristeza, alegría, añoranza... Eso sí, su expresión impasible parecía no cambiar nunca.
    Los vestidos que su maestro le regaló de niña parecían hechos a medida para ella. No los usaba a menudo, pero cuando sí le provocaban una mezcla de sentimientos; tristeza, alegría, añoranza... Eso sí, su expresión impasible parecía no cambiar nunca.
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  • UN FINAL CON SABOR A BELGA:PARTE 1/2

    —Una mañana,Joseph estaba preparando su cafe tranquilo,pensaba un poco en ir a comprar algo para la cena,algo elegante y elaborado por mas de que el este solo,asi que desayuno rapido y salio en su auto hacia un pequeño pueblo cerca del bosque en donde vivia,alli compró algo de carne y champaña,cuando vio por la televisión a un muchacho con una mascara metalica y armadura atacando un edificio enorme,los medios afirmaban que se apellidaba Wimbleton,este sintio como su corazon crujia de tristeza,ver como otro miembro de su familia caia en la violencia,este sintio como se desvanecia poco a poco hasta perder el aire,desmayandose en el supermercado frente a todos—


    —El no sintio que ese desmayo duro un par de horas,para el fue un abrir y cerrar de ojos,cuando desperto,se vio acostado en una camilla junto a dos mujeres adultas,este se asusto un poco por su presencia pero reconoció esos rostros,eran sus dos bisnietas Hana y Holly—


    —¿Que hacen aqui?


    "Empatia,Joseph,Empatia por ti,quizas tu criaste al peor monstruo de la historia llamado Michael Wimbleton,pero tu fuiste el ultimo Wimbleton noble y justo"

    —Tal vez...pero yo ya soy el pasado...el futuro de nuestra familia esta en peligro,Sirius,deben salvar a Sirius...


    CONTINUARA...
    UN FINAL CON SABOR A BELGA:PARTE 1/2 —Una mañana,Joseph estaba preparando su cafe tranquilo,pensaba un poco en ir a comprar algo para la cena,algo elegante y elaborado por mas de que el este solo,asi que desayuno rapido y salio en su auto hacia un pequeño pueblo cerca del bosque en donde vivia,alli compró algo de carne y champaña,cuando vio por la televisión a un muchacho con una mascara metalica y armadura atacando un edificio enorme,los medios afirmaban que se apellidaba Wimbleton,este sintio como su corazon crujia de tristeza,ver como otro miembro de su familia caia en la violencia,este sintio como se desvanecia poco a poco hasta perder el aire,desmayandose en el supermercado frente a todos— —El no sintio que ese desmayo duro un par de horas,para el fue un abrir y cerrar de ojos,cuando desperto,se vio acostado en una camilla junto a dos mujeres adultas,este se asusto un poco por su presencia pero reconoció esos rostros,eran sus dos bisnietas Hana y Holly— —¿Que hacen aqui? "Empatia,Joseph,Empatia por ti,quizas tu criaste al peor monstruo de la historia llamado Michael Wimbleton,pero tu fuiste el ultimo Wimbleton noble y justo" —Tal vez...pero yo ya soy el pasado...el futuro de nuestra familia esta en peligro,Sirius,deben salvar a Sirius... CONTINUARA...
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  • -hace mucho que no salia de casa, em parte por tristeza pues incineroar ya no esta, pero Chandelure siempre me empuja a dar paseos nocturnos y a visitar a otros pokemon tipo fantasma, cuando los encontre con sus pre-evoluciones no pude evitar tomarle suna foto- solto una risita suave
    -hace mucho que no salia de casa, em parte por tristeza pues incineroar ya no esta, pero Chandelure siempre me empuja a dar paseos nocturnos y a visitar a otros pokemon tipo fantasma, cuando los encontre con sus pre-evoluciones no pude evitar tomarle suna foto- solto una risita suave
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  • —De nuevo, sentía esa necesidad de huir de aquella dimensión. Y esta vez por una tontería. O, de eso trataba de convencerse a sí mismo ¿Como podía dolerle tanto la imagen de quien no recordaba?¿Por que pasó de sentirse alegre e ilusionado con la perspectiva de una nueva relación a de repente sentirse tan inseguro? A estar aterrado. Tener miedo de ser abandonado, de no ser suficiente de amar y a cambio ser desechado, de sentir de nuevo aquella profunda tristeza que durante unos segundos lo había paralizado.

    Se llevó las manos a la cabeza ante un nuevo ataque de dolor al tratar de recordar. Pero…¿De verdad quería recordar? Si tanta agonía le estaba produciendo solo la imagen de esa mujer ¿Hasta qué punto valía la pena?

    —No… No lo hace…—musitó casi sin voluntad, decidiendo que, fuera quien fuera esa mujer e independientemente de lo que sucediera en el pasado, estaba mejor olvidada. Bastante confundido estaba como para querer sentirse así de miserable. Sorbió por la nariz y se frotó con la manga los ojos, para darse cuenta de que estos estaban llenos de lágrimas. Frunciendo el ceño y extrañado se preguntó cuando fue la ultima vez que lloró. Para sorpresa de nadie, no lo recordaba. Suspiró y rodeando sus rodillas con los brazos, hundió la cara ahí, con sus alas completamente caídas a sus lados.

    Tenía el impulso de huir. Pero, no iba a hacerlo.
    —De nuevo, sentía esa necesidad de huir de aquella dimensión. Y esta vez por una tontería. O, de eso trataba de convencerse a sí mismo ¿Como podía dolerle tanto la imagen de quien no recordaba?¿Por que pasó de sentirse alegre e ilusionado con la perspectiva de una nueva relación a de repente sentirse tan inseguro? A estar aterrado. Tener miedo de ser abandonado, de no ser suficiente de amar y a cambio ser desechado, de sentir de nuevo aquella profunda tristeza que durante unos segundos lo había paralizado. Se llevó las manos a la cabeza ante un nuevo ataque de dolor al tratar de recordar. Pero…¿De verdad quería recordar? Si tanta agonía le estaba produciendo solo la imagen de esa mujer ¿Hasta qué punto valía la pena? —No… No lo hace…—musitó casi sin voluntad, decidiendo que, fuera quien fuera esa mujer e independientemente de lo que sucediera en el pasado, estaba mejor olvidada. Bastante confundido estaba como para querer sentirse así de miserable. Sorbió por la nariz y se frotó con la manga los ojos, para darse cuenta de que estos estaban llenos de lágrimas. Frunciendo el ceño y extrañado se preguntó cuando fue la ultima vez que lloró. Para sorpresa de nadie, no lo recordaba. Suspiró y rodeando sus rodillas con los brazos, hundió la cara ahí, con sus alas completamente caídas a sus lados. Tenía el impulso de huir. Pero, no iba a hacerlo.
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  • 𝕷𝖆 𝖕𝖗𝖔𝖒𝖊𝖘𝖆 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖆𝖗𝖎 - 𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖟𝖔𝖗𝖗𝖔 (parte 1)

    El primer siglo de la vida de Kazuo fue, por así decirlo, "sencillo". Solo tenía que preocuparse de aquello que cualquier zorro debía hacer: cazar, resguardarse del clima, correr, defender su territorio... Era su cometido, pura y dura supervivencia.

    Kazuo nació a principios del siglo, en el período Asuka, mucho antes de que al shintoísmo se le diera un nombre como tal. Nació del vientre de una zorra salvaje, en las profundidades de un bosque nocturno. Ella agonizaba, incapaz de parir a la última de sus crías. Entonces, por gracia divina, Inari apareció para darle las fuerzas que tanto necesitaba, a cambio de entregárselo cuando el Kami lo solicitase. Fue entonces cuando nació un zorro muy pequeño y débil, con un pelaje blanco como la luz de la luna y unos ojos tan brillantes como dos zafiros, capaces de hacerte naufragar en su inmenso mar azul.

    Vivió con su madre y hermanos hasta que fue lo suficientemente grande para emanciparse. Así era la naturaleza; lo más probable es que no volviera a ver a su progenitora ni a sus hermanos nunca más. Ese sentimiento de pérdida no se sentía de forma humana. Simplemente, su instinto guiaba sus pasos. A diferencia de otros zorros, además de su pelaje llamativamente blanco, Kazuo no envejecía, manteniéndose fuerte y joven década tras década. A medida que el tiempo pasaba, se volvía más consciente de su pensamiento, haciéndose preguntas complejas para un zorro salvaje: ¿Qué soy?, ¿Por qué siento?, ¿Por qué duele? Espera... ¿qué es el dolor?

    No sabía cuál era el poder de las palabras, pero sí fue capaz de alcanzar un nivel de consciencia más allá de lo primitivo, de relacionar y comprender sentimientos catalogados como "humanos". Aunque no hubiera una forma de definirlo, sabía lo que era sentir tristeza, amor, nostalgia, alegría... diferenciar entre el bien y el mal. No eran pensamientos pasajeros; era capaz de entenderlos y razonar sobre ellos.

    No sabía cuánto tiempo había pasado desde que nació; solo sabía que había sido mucho tiempo cuando, de pronto, entre llamas azules, su cola se dividió en dos. ¿Dos colas? ¿Por qué? ¿Qué significa esto? Ningún animal ordinario se cuestionaría este tipo de cambios; sin embargo, la conciencia e inteligencia que había desarrollado Kazuo iba más allá de lo establecido por la propia naturaleza. Su tamaño también cambió: ya no era un zorro pequeño y delgaducho; había alcanzado casi el tamaño de un lobo, los cuales eran enemigos naturales de los zorros. Su tamaño facilitaba sus posibles enfrentamientos con otros animales, además de otorgarle una fuerza y velocidad únicas. A veces, mientras corría por el bosque, dependiendo de su estado de ánimo, llamas azul zafiro lo acompañaban en la penumbra, iluminando su camino y su futuro destino.
    𝕷𝖆 𝖕𝖗𝖔𝖒𝖊𝖘𝖆 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖆𝖗𝖎 - 𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖟𝖔𝖗𝖗𝖔 (parte 1) El primer siglo de la vida de Kazuo fue, por así decirlo, "sencillo". Solo tenía que preocuparse de aquello que cualquier zorro debía hacer: cazar, resguardarse del clima, correr, defender su territorio... Era su cometido, pura y dura supervivencia. Kazuo nació a principios del siglo, en el período Asuka, mucho antes de que al shintoísmo se le diera un nombre como tal. Nació del vientre de una zorra salvaje, en las profundidades de un bosque nocturno. Ella agonizaba, incapaz de parir a la última de sus crías. Entonces, por gracia divina, Inari apareció para darle las fuerzas que tanto necesitaba, a cambio de entregárselo cuando el Kami lo solicitase. Fue entonces cuando nació un zorro muy pequeño y débil, con un pelaje blanco como la luz de la luna y unos ojos tan brillantes como dos zafiros, capaces de hacerte naufragar en su inmenso mar azul. Vivió con su madre y hermanos hasta que fue lo suficientemente grande para emanciparse. Así era la naturaleza; lo más probable es que no volviera a ver a su progenitora ni a sus hermanos nunca más. Ese sentimiento de pérdida no se sentía de forma humana. Simplemente, su instinto guiaba sus pasos. A diferencia de otros zorros, además de su pelaje llamativamente blanco, Kazuo no envejecía, manteniéndose fuerte y joven década tras década. A medida que el tiempo pasaba, se volvía más consciente de su pensamiento, haciéndose preguntas complejas para un zorro salvaje: ¿Qué soy?, ¿Por qué siento?, ¿Por qué duele? Espera... ¿qué es el dolor? No sabía cuál era el poder de las palabras, pero sí fue capaz de alcanzar un nivel de consciencia más allá de lo primitivo, de relacionar y comprender sentimientos catalogados como "humanos". Aunque no hubiera una forma de definirlo, sabía lo que era sentir tristeza, amor, nostalgia, alegría... diferenciar entre el bien y el mal. No eran pensamientos pasajeros; era capaz de entenderlos y razonar sobre ellos. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que nació; solo sabía que había sido mucho tiempo cuando, de pronto, entre llamas azules, su cola se dividió en dos. ¿Dos colas? ¿Por qué? ¿Qué significa esto? Ningún animal ordinario se cuestionaría este tipo de cambios; sin embargo, la conciencia e inteligencia que había desarrollado Kazuo iba más allá de lo establecido por la propia naturaleza. Su tamaño también cambió: ya no era un zorro pequeño y delgaducho; había alcanzado casi el tamaño de un lobo, los cuales eran enemigos naturales de los zorros. Su tamaño facilitaba sus posibles enfrentamientos con otros animales, además de otorgarle una fuerza y velocidad únicas. A veces, mientras corría por el bosque, dependiendo de su estado de ánimo, llamas azul zafiro lo acompañaban en la penumbra, iluminando su camino y su futuro destino.
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