• ☾ La Caída de Élona — El Goce que la Desterró
    Fandom OC
    Categoría Original
    M o n o r r o l

    Él no entró como una encarnación del mal.

    Entró como un perfume antiguo.

    Como un humo que se enrosca en los huesos.

    Azh’kar, el demonio sin rostro verdadero, cubrió su esencia con belleza celestial.
    Ojos color fiebre, labios que suaves e impregnados del veneno de la lujuria.

    Y cuando Élona lo vio por primera vez, algo en su pecho y en su centro más íntimo se estremeció sin su permiso.

    No hubo violencia.
    Azh’kar no la necesitó.
    Porque su deseo la quebró desde dentro.

    Y cuando el primer beso ocurrió, Élona se rindió a sus pies anhelando que la hiciera suya.

    Élona, diosa del deseo, de la pasión sin nombre,
    fue desnudada, desbordada y ofrecida a un abismo que la supo devorar como ella más ansiaba.


    Fueron semanas.

    Semanas sin sol, sin plegarias, sin aliento puro. Semanas en las que fornicaron como dos seres nacidos con ese único propósito en la vida.

    El lecho del templo, antaño lugar de oración, se volvió altar de gemidos y cadenas de placer.

    No hubo tregua. No hubo compasión.
    Solo cuerpos entrelazados, entre la penumbra y el incienso, en un vaivén que parecía no tener final.

    Azh’kar no amaba.
    No buscaba ternura.

    Solo quería poseerla hasta que no quedara nada de ella que no supiera a él.

    Y Élona…
    Ella gemía su nombre como un idioma nuevo,
    como un castigo que se sentía más real que la vida eterna.

    Él exploró cada rincón de su cuerpo, la abrió, la marcó, la llenó de un deseo que dolía y de su semilla mil veces,
    hasta que no supo dónde acababa su piel y comenzaba su condena.

    Los dioses lo vieron.

    Vieron a su hermana desnuda en cuerpo y alma, bajo el cuerpo de un demonio que la hacía temblar, llorar de placer, y suplicar por más una y otra vez.

    No lo detuvo.
    No quiso.
    O no pudo.

    Porque el ansia era más fuerte que el juicio.

    Y cuando por fin el demonio la dejó —no por piedad, sino por haberla colmado hasta lo irreparable—
    Élona quedó tendida sobre los restos de su altar, los labios partidos de los besos y las lamidas,
    los muslos aún temblando,
    el alma… irreversible.

    Entonces vino el juicio.

    Los dioses no escucharon excusas.
    No hubo defensa.

    No importó si fue engañada o si lo eligió.
    Había sido penetrada por un demonio, adorada por él en la forma más carnal,
    y ella había respondido con hambre.

    Y eso, en el Cielo, era traición.

    Le arrancaron el nombre sagrado.
    Y pronunciaron la maldición con una voz helada:

    > ❝Que su cuerpo arda cuando se niegue.
    Que el deseo la consuma si intenta escapar.
    Que lo que le dio placer… le dé dolor si no lo acoge.❞

    Y así cayó Élona.

    La diosa que había sido venerada, ahora era buscada por hombres desesperados, devota de un deseo que no podía rechazar, presa de una lujuria que la encadenaba con espinas invisibles.

    Y cada vez que la tocaban,
    ella los abrazaba con fuerza, los montaba como si buscara romperse a sí misma, y cuando terminaban,
    ellos la suplicaban por más.

    Azh’kar nunca volvió.

    No lo necesitaba.

    Él ya la habitaba.
    🥀M o n o r r o l🥀 Él no entró como una encarnación del mal. Entró como un perfume antiguo. Como un humo que se enrosca en los huesos. Azh’kar, el demonio sin rostro verdadero, cubrió su esencia con belleza celestial. Ojos color fiebre, labios que suaves e impregnados del veneno de la lujuria. Y cuando Élona lo vio por primera vez, algo en su pecho y en su centro más íntimo se estremeció sin su permiso. No hubo violencia. Azh’kar no la necesitó. Porque su deseo la quebró desde dentro. Y cuando el primer beso ocurrió, Élona se rindió a sus pies anhelando que la hiciera suya. Élona, diosa del deseo, de la pasión sin nombre, fue desnudada, desbordada y ofrecida a un abismo que la supo devorar como ella más ansiaba. Fueron semanas. Semanas sin sol, sin plegarias, sin aliento puro. Semanas en las que fornicaron como dos seres nacidos con ese único propósito en la vida. El lecho del templo, antaño lugar de oración, se volvió altar de gemidos y cadenas de placer. No hubo tregua. No hubo compasión. Solo cuerpos entrelazados, entre la penumbra y el incienso, en un vaivén que parecía no tener final. Azh’kar no amaba. No buscaba ternura. Solo quería poseerla hasta que no quedara nada de ella que no supiera a él. Y Élona… Ella gemía su nombre como un idioma nuevo, como un castigo que se sentía más real que la vida eterna. Él exploró cada rincón de su cuerpo, la abrió, la marcó, la llenó de un deseo que dolía y de su semilla mil veces, hasta que no supo dónde acababa su piel y comenzaba su condena. Los dioses lo vieron. Vieron a su hermana desnuda en cuerpo y alma, bajo el cuerpo de un demonio que la hacía temblar, llorar de placer, y suplicar por más una y otra vez. No lo detuvo. No quiso. O no pudo. Porque el ansia era más fuerte que el juicio. Y cuando por fin el demonio la dejó —no por piedad, sino por haberla colmado hasta lo irreparable— Élona quedó tendida sobre los restos de su altar, los labios partidos de los besos y las lamidas, los muslos aún temblando, el alma… irreversible. Entonces vino el juicio. Los dioses no escucharon excusas. No hubo defensa. No importó si fue engañada o si lo eligió. Había sido penetrada por un demonio, adorada por él en la forma más carnal, y ella había respondido con hambre. Y eso, en el Cielo, era traición. Le arrancaron el nombre sagrado. Y pronunciaron la maldición con una voz helada: > ❝Que su cuerpo arda cuando se niegue. Que el deseo la consuma si intenta escapar. Que lo que le dio placer… le dé dolor si no lo acoge.❞ Y así cayó Élona. La diosa que había sido venerada, ahora era buscada por hombres desesperados, devota de un deseo que no podía rechazar, presa de una lujuria que la encadenaba con espinas invisibles. Y cada vez que la tocaban, ella los abrazaba con fuerza, los montaba como si buscara romperse a sí misma, y cuando terminaban, ellos la suplicaban por más. Azh’kar nunca volvió. No lo necesitaba. Él ya la habitaba.
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  • Traición, desolación y soledad.

    Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo.

    Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse.

    Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma.
    Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición.
    En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar.
    En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado.

    A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes.
    Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano.

    Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus.
    Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus.

    Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo.
    Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración.

    — Está bien, ya pasó. —

    Se decía a sí mismo en su mente.

    — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido —

    Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
    Traición, desolación y soledad. Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo. Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse. Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma. Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición. En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar. En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado. A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes. Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano. Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus. Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus. Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo. Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración. — Está bien, ya pasó. — Se decía a sí mismo en su mente. — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido — Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Hay un instante eterno en el que el tiempo parece detenerse mientras el corazón le sigue latiendo. Tuc. Tuc. Tuc. Siente la vibración contra su caja torácica, retumbando en sus tímpanos mientras intenta recuperar el aliento solo para darse cuenta de que no puede hacerlo.

    Tony está a su derecha, pero por primera vez desde que se conocen, él no está prestándole atención. No tiene lugar para más que la imagen amarillenta que se transmite sin sonido en una pantalla maltratada a treinta centímetros de él. A la izquierda, Bucky tiene una expresión desencajada por la angustia de un recuerdo vívido pero antiguo, que literalmente se reproduce frente a él.

    Y justo en el medio de ambos, está Stephanie. Solo ella, junto a un corazón que late con fuerza y unos pulmones que han dejado de servir.

    Hay un torbellino de sensaciones encontradas en su interior, que se revuelven para hacerla sentir mareada. Por un lado, quiere sujetar a Tony y abrazarlo como lo ha hecho desde la primera pesadilla con agujeros de gusano y vacíos oscuros. Por el otro, su corazón se rompe al ver la expresión ausente en el rostro de su mejor amigo, captado por la cámara de video mientras asesina a Howard y María Stark con la automaticidad con la que ha sido maldecido desde el día en que cayó del tren.

    La capitana siente una culpa que no puede controlar, como si la culpa que ha sentido desde el día en que eso pasó, se acrecentara para engullirla entera solo por la forma en la que los dedos de la armadura de Tony se flexionan.

    Su corazón comienza a deshacerse justo ahí. A medio camino de lo único que tiene en la vida después de tanto perder. A medio camino entre los dos hombres que ama. A su izquierda, el hombre con el que había compartido toda su vida. A su derecha, el hombre con el que, hasta ese instante, creyó que estaba destinada a vivir los años que le quedasen.

    Si alguien se lo hubiese preguntado en un cuestionario, definitivamente Stephanie no hubiese podido contestar.

    Más eligió a uno sobre el otro de forma automática, sin siquiera titubear, cuando al terminar el video Tony se giró hacia James y ella le sujetó el antebrazo de la armadura.

    Allí, con ese único gesto, todo lo que había sido especial en su vínculo con Stark, se deshizo como arena entre los dedos. Se hizo añicos mientras él la miraba con el ardor de la traición y la furia en sus ojos castaños.

    —Tony, no—susurró ella, con voz carrasposa. El hombre de acero tira del agarre, como queriendo quitársela de encima, pero la rubia insiste, esta vez con desesperación:—. No ha sido su culpa, por favor.

    A partir de allí todo es caos. Gritos. Disparos.

    Stephanie es consciente de una forma casi dolorosa, de que en reiteradas oportunidades Tony no la enfrenta sino que la aparta. En muchos encontronazos el uno con el otro, simplemente la empuja contra las paredes con la fuerza de la armadura y la aleja de él, porque su objetivo es Bucky. Pero ella vuelve a la carrera, arrojándose hacia él y sujetándolo mientras le grita a su mejor amigo que se vaya. Las manos le duelen y las uñas se le parten por el esfuerzo que hace arrancando los trozos de la armadura para descomponerla, como una manifestación física de todo el dolor que la hace trizas desde adentro.

    En algún punto, la paciencia de Tony se agota y empieza lo verdaderamente duro. Los golpes van y vuelven, el escudo regresa a su mano para protegerla de los disparos y estrellarse contra el metal que ya no puede alcanzar porque es demasiado grueso para ser arrancado. Su prometido la ataca, pero eventualmente continúa diciendole que se aleje cada vez que logra estrellarla contra una pared a diez metros de dónde él está parado. Ella le dice que no puede, que podría hacer eso todo el día, un mantra casi típico de sí que toda la vida ha sido el pilar de su personalidad. Tony dispara contra James y el super soldado vuela por los aires antes de que la capitana embista en su contra y lo arroje contra el suelo, se le trepa encima y le da un puñetazo. Luego otro, y otro más. Arranca un pedazo de la máscara que se agrieta con un golpe del filo del escudo y un golpe del propulsor en la mano ajena se le estrella en el pecho. Arde, el calor atraviesa el traje y hace un agujero al mismo tiempo en que ella utiliza el escudo para romper el reactor en su pecho con un chasquido vidriado, grotesco.

    Ella está llorando. Tiene el rostro cubierto de sangre que brota por los cortes y lágrimas que se le escapan de los ojos. Escucha su propia voz, suplicándole a Tony, diciéndole que lo siente.

    La armadura se apaga, porque ella le arranca el reactor del pecho. Le arranca la fuente de energía de una forma casi tan poética como irónica al pensar que, ese reactor, en algún momento era como el corazón de Tony Stark.

    Ella le está arrancando el corazón.
    En algún punto, el que es su prometido llega a la misma conclusión, porque no lucha más en su contra después de que la capitana arranque el escudo de su pecho. Tiene la mirada fija en los ojos de ella, con el dolor y la tristeza golpeándola como una bofetada.
    Stephanie se pone de pie con la respiración cortada, se acerca a James para ayudarlo a incorporarse y comienza a alejarse despacio, sabiendo que Tony no va a seguirlos.

    Él grita, sin embargo. El tono de su voz está cargado de rencor, frustración e ira.

    —¡Ese escudo no te pertenece! ¡No lo mereces! ¡Mi padre hizo ese escudo!
    Los dedos de Stephanie tiemblan en el agarre de cuero sujeto al vibranio. Se estremece.

    —¡No mereces nada de lo que tenía para ti!

    Inhala con brusquedad, sin siquiera molestarse en detener el llanto que se escapa de sus ojos azules. El escudo se afloja, resbalándose del enganche alrededor de su antebrazo cuando abre los dedos y lo deja ir, empuñando los ojos. Hay un segundo de silencio en el que nadie dice nada, en el que nada suena, pero en el que el aire quema en sus pulmones agitados y el peso de las miradas ajenas le hace doler los hombros. Cuando vuelve a abrirlos, ha tomado la decisión sin retorno, incluso si en ese punto ya no existía. Bucky sigue la mirada de la capitana, que baja a su propia mano izquierda dónde un discreto anillo de oro blanco lanza un guiño burlesco desde su dedo anular. Ella fleziona el pulgar para enganchar el anillo y deslizarlo por las falanges hasta que queda colgando de la punta del anular antes de que lo suelte.

    Otro chasquido. Esta vez, el del oro repicando contra el vibranio.

    Después, silencio.

    Tony no los sigue. Bucky no le habla.

    El frío del exterior le acaricia la cara, congelando sus lágrimas y causando un escozor sobre las heridas abiertas, que ni siquiera tiene una mínima comparación con el dolor de su corazón al desangrarse por dentro.

    Hay un instante eterno en el que el tiempo parece detenerse mientras el corazón le sigue latiendo. Tuc. Tuc. Tuc. Siente la vibración contra su caja torácica, retumbando en sus tímpanos mientras intenta recuperar el aliento solo para darse cuenta de que no puede hacerlo. Tony está a su derecha, pero por primera vez desde que se conocen, él no está prestándole atención. No tiene lugar para más que la imagen amarillenta que se transmite sin sonido en una pantalla maltratada a treinta centímetros de él. A la izquierda, Bucky tiene una expresión desencajada por la angustia de un recuerdo vívido pero antiguo, que literalmente se reproduce frente a él. Y justo en el medio de ambos, está Stephanie. Solo ella, junto a un corazón que late con fuerza y unos pulmones que han dejado de servir. Hay un torbellino de sensaciones encontradas en su interior, que se revuelven para hacerla sentir mareada. Por un lado, quiere sujetar a Tony y abrazarlo como lo ha hecho desde la primera pesadilla con agujeros de gusano y vacíos oscuros. Por el otro, su corazón se rompe al ver la expresión ausente en el rostro de su mejor amigo, captado por la cámara de video mientras asesina a Howard y María Stark con la automaticidad con la que ha sido maldecido desde el día en que cayó del tren. La capitana siente una culpa que no puede controlar, como si la culpa que ha sentido desde el día en que eso pasó, se acrecentara para engullirla entera solo por la forma en la que los dedos de la armadura de Tony se flexionan. Su corazón comienza a deshacerse justo ahí. A medio camino de lo único que tiene en la vida después de tanto perder. A medio camino entre los dos hombres que ama. A su izquierda, el hombre con el que había compartido toda su vida. A su derecha, el hombre con el que, hasta ese instante, creyó que estaba destinada a vivir los años que le quedasen. Si alguien se lo hubiese preguntado en un cuestionario, definitivamente Stephanie no hubiese podido contestar. Más eligió a uno sobre el otro de forma automática, sin siquiera titubear, cuando al terminar el video Tony se giró hacia James y ella le sujetó el antebrazo de la armadura. Allí, con ese único gesto, todo lo que había sido especial en su vínculo con Stark, se deshizo como arena entre los dedos. Se hizo añicos mientras él la miraba con el ardor de la traición y la furia en sus ojos castaños. —Tony, no—susurró ella, con voz carrasposa. El hombre de acero tira del agarre, como queriendo quitársela de encima, pero la rubia insiste, esta vez con desesperación:—. No ha sido su culpa, por favor. A partir de allí todo es caos. Gritos. Disparos. Stephanie es consciente de una forma casi dolorosa, de que en reiteradas oportunidades Tony no la enfrenta sino que la aparta. En muchos encontronazos el uno con el otro, simplemente la empuja contra las paredes con la fuerza de la armadura y la aleja de él, porque su objetivo es Bucky. Pero ella vuelve a la carrera, arrojándose hacia él y sujetándolo mientras le grita a su mejor amigo que se vaya. Las manos le duelen y las uñas se le parten por el esfuerzo que hace arrancando los trozos de la armadura para descomponerla, como una manifestación física de todo el dolor que la hace trizas desde adentro. En algún punto, la paciencia de Tony se agota y empieza lo verdaderamente duro. Los golpes van y vuelven, el escudo regresa a su mano para protegerla de los disparos y estrellarse contra el metal que ya no puede alcanzar porque es demasiado grueso para ser arrancado. Su prometido la ataca, pero eventualmente continúa diciendole que se aleje cada vez que logra estrellarla contra una pared a diez metros de dónde él está parado. Ella le dice que no puede, que podría hacer eso todo el día, un mantra casi típico de sí que toda la vida ha sido el pilar de su personalidad. Tony dispara contra James y el super soldado vuela por los aires antes de que la capitana embista en su contra y lo arroje contra el suelo, se le trepa encima y le da un puñetazo. Luego otro, y otro más. Arranca un pedazo de la máscara que se agrieta con un golpe del filo del escudo y un golpe del propulsor en la mano ajena se le estrella en el pecho. Arde, el calor atraviesa el traje y hace un agujero al mismo tiempo en que ella utiliza el escudo para romper el reactor en su pecho con un chasquido vidriado, grotesco. Ella está llorando. Tiene el rostro cubierto de sangre que brota por los cortes y lágrimas que se le escapan de los ojos. Escucha su propia voz, suplicándole a Tony, diciéndole que lo siente. La armadura se apaga, porque ella le arranca el reactor del pecho. Le arranca la fuente de energía de una forma casi tan poética como irónica al pensar que, ese reactor, en algún momento era como el corazón de Tony Stark. Ella le está arrancando el corazón. En algún punto, el que es su prometido llega a la misma conclusión, porque no lucha más en su contra después de que la capitana arranque el escudo de su pecho. Tiene la mirada fija en los ojos de ella, con el dolor y la tristeza golpeándola como una bofetada. Stephanie se pone de pie con la respiración cortada, se acerca a James para ayudarlo a incorporarse y comienza a alejarse despacio, sabiendo que Tony no va a seguirlos. Él grita, sin embargo. El tono de su voz está cargado de rencor, frustración e ira. —¡Ese escudo no te pertenece! ¡No lo mereces! ¡Mi padre hizo ese escudo! Los dedos de Stephanie tiemblan en el agarre de cuero sujeto al vibranio. Se estremece. —¡No mereces nada de lo que tenía para ti! Inhala con brusquedad, sin siquiera molestarse en detener el llanto que se escapa de sus ojos azules. El escudo se afloja, resbalándose del enganche alrededor de su antebrazo cuando abre los dedos y lo deja ir, empuñando los ojos. Hay un segundo de silencio en el que nadie dice nada, en el que nada suena, pero en el que el aire quema en sus pulmones agitados y el peso de las miradas ajenas le hace doler los hombros. Cuando vuelve a abrirlos, ha tomado la decisión sin retorno, incluso si en ese punto ya no existía. Bucky sigue la mirada de la capitana, que baja a su propia mano izquierda dónde un discreto anillo de oro blanco lanza un guiño burlesco desde su dedo anular. Ella fleziona el pulgar para enganchar el anillo y deslizarlo por las falanges hasta que queda colgando de la punta del anular antes de que lo suelte. Otro chasquido. Esta vez, el del oro repicando contra el vibranio. Después, silencio. Tony no los sigue. Bucky no le habla. El frío del exterior le acaricia la cara, congelando sus lágrimas y causando un escozor sobre las heridas abiertas, que ni siquiera tiene una mínima comparación con el dolor de su corazón al desangrarse por dentro.
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  • (HACE MUCHOS CICLOS)

    *La piedra crujió** bajo los pies del dragón mientras avanzaba. Sus ojos, aún en su forma humana, brillaban con el fuego antiguo de los dragones.

    Frente a él, colgando despreocupadamente de su capa como si fuera una cuerda de lavandería, se encontraba **Naru Saigo**, suspendido en el aire por una sola mano del dragón ancestral.

    —**¡Oropo…!** —gruñó, apretando los dientes—. Tu disfraz no engaña a un ser de mi linaje. Has vuelto, ¿para qué esta vez? ¿Destruir otra era? ¿Reescribir otro destino?

    **Naru** alzó ambas cejas bajo la capucha, con una expresión más aburrida que preocupada.

    —Em… sí, disculpa, ¿"Oropo"?
    *(mueve las manos con suavidad, como quien calma a un niño)*
    —Creo que estás confundiendo al "gran enemigo del tiempo" con un tipo que solo quería sentarse bajo un árbol y comer una tarta de pera en paz.

    El dragón parpadeó, sus ojos de fuego vacilaron.

    —No juegues conmigo, impostor.

    —Créeme, si fuera ese tal Oropo… probablemente te estaría dando un monólogo dramático en este mismo momento, hablando del dolor eterno, la traición de los dioses y alguna que otra frase pretenciosa sobre la existencia.
    *(hace una pausa)*
    Yo, en cambio, solo tengo hambre y los bolsillos llenos de migajas de pan.

    El dragón lo bajó lentamente, dejándolo de pie en el suelo con una mezcla de confusión y fastidio. Naru se acomodó la capa, se sacudió el polvo y chasqueó la lengua.

    —Además —añadió, señalándose a sí mismo—, ¿te parezco el tipo de sujeto que planea genocidios metafísicos? Apenas planeo mis almuerzos.

    El dragón frunció el ceño, ahora más curioso que enfadado.

    —Entonces… ¿quién eres?

    Naru sonrió, girando sobre sus talones para marcharse.

    —Solo un héroe errante. Con un muy mal historial con capas largas, aparentemente.

    Y con eso, desapareció entre los árboles, dejando a al dragón rascándose la cabeza.
    (HACE MUCHOS CICLOS) *La piedra crujió** bajo los pies del dragón mientras avanzaba. Sus ojos, aún en su forma humana, brillaban con el fuego antiguo de los dragones. Frente a él, colgando despreocupadamente de su capa como si fuera una cuerda de lavandería, se encontraba **Naru Saigo**, suspendido en el aire por una sola mano del dragón ancestral. —**¡Oropo…!** —gruñó, apretando los dientes—. Tu disfraz no engaña a un ser de mi linaje. Has vuelto, ¿para qué esta vez? ¿Destruir otra era? ¿Reescribir otro destino? **Naru** alzó ambas cejas bajo la capucha, con una expresión más aburrida que preocupada. —Em… sí, disculpa, ¿"Oropo"? *(mueve las manos con suavidad, como quien calma a un niño)* —Creo que estás confundiendo al "gran enemigo del tiempo" con un tipo que solo quería sentarse bajo un árbol y comer una tarta de pera en paz. El dragón parpadeó, sus ojos de fuego vacilaron. —No juegues conmigo, impostor. —Créeme, si fuera ese tal Oropo… probablemente te estaría dando un monólogo dramático en este mismo momento, hablando del dolor eterno, la traición de los dioses y alguna que otra frase pretenciosa sobre la existencia. *(hace una pausa)* Yo, en cambio, solo tengo hambre y los bolsillos llenos de migajas de pan. El dragón lo bajó lentamente, dejándolo de pie en el suelo con una mezcla de confusión y fastidio. Naru se acomodó la capa, se sacudió el polvo y chasqueó la lengua. —Además —añadió, señalándose a sí mismo—, ¿te parezco el tipo de sujeto que planea genocidios metafísicos? Apenas planeo mis almuerzos. El dragón frunció el ceño, ahora más curioso que enfadado. —Entonces… ¿quién eres? Naru sonrió, girando sobre sus talones para marcharse. —Solo un héroe errante. Con un muy mal historial con capas largas, aparentemente. Y con eso, desapareció entre los árboles, dejando a al dragón rascándose la cabeza.
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    HIGHWAY 33 — ATARDECER.


    La carretera se abre, vacía como nunca en California. Las montañas en el horizonte, el sol bajando lento. El rugido de la Harley Davidson es lo único que se escucha, sin su chaleco de SAMCRO, el rubio conduce con la mirada perdida.


    "— California es tierra de contrastes. Libertad y condena, belleza y ruina… como la vida misma. A veces necesito dejar atrás Charming, el club, todo el ruido. Salgo a rodar para recordar quién era antes de que todo se jodiera. Antes de la sangre, antes de la traición. hay algo en la soledad del viaje que no puedes encontrar en ningún otro lugar. No hay lealtades, no hay decisiones que maten a tus hermanos. Solo el sonido del motor y el viento que te grita verdades que llevas años evitando. A veces me pregunto si el club me salvó… o si solo me dio una nueva forma de perderme."

    La presencia de uno de los tantos pueblos fantasma pasa inadvertida. Un cartel oxidado dice "Welcome to Santa Lucía “. Todo está cerrado, abandonado. No se detiene.


    "— He visto lo mejor y lo peor del hombre bajo el escudo de un parche. Y aun así, es en la carretera, solo, donde me siento más real. Más yo. Tal vez porque la soledad, por dura que sea, no te traiciona. Solo te acompaña. Y a veces, eso es todo lo que necesitas para seguir rodando."

    La figura difusa del rubio en la distancia se perdía, su silueta recortada contra el cielo naranja fue lo último que se vio de el aquel día.
    HIGHWAY 33 — ATARDECER. La carretera se abre, vacía como nunca en California. Las montañas en el horizonte, el sol bajando lento. El rugido de la Harley Davidson es lo único que se escucha, sin su chaleco de SAMCRO, el rubio conduce con la mirada perdida. "— California es tierra de contrastes. Libertad y condena, belleza y ruina… como la vida misma. A veces necesito dejar atrás Charming, el club, todo el ruido. Salgo a rodar para recordar quién era antes de que todo se jodiera. Antes de la sangre, antes de la traición. hay algo en la soledad del viaje que no puedes encontrar en ningún otro lugar. No hay lealtades, no hay decisiones que maten a tus hermanos. Solo el sonido del motor y el viento que te grita verdades que llevas años evitando. A veces me pregunto si el club me salvó… o si solo me dio una nueva forma de perderme." La presencia de uno de los tantos pueblos fantasma pasa inadvertida. Un cartel oxidado dice "Welcome to Santa Lucía “. Todo está cerrado, abandonado. No se detiene. "— He visto lo mejor y lo peor del hombre bajo el escudo de un parche. Y aun así, es en la carretera, solo, donde me siento más real. Más yo. Tal vez porque la soledad, por dura que sea, no te traiciona. Solo te acompaña. Y a veces, eso es todo lo que necesitas para seguir rodando." La figura difusa del rubio en la distancia se perdía, su silueta recortada contra el cielo naranja fue lo último que se vio de el aquel día.
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  • La única persona con la que he follado en los últimos meses, me sacó esta foto a traición. ¿Creéis que debería dejar de invitarla a mi cama? #SeductiveSunday
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  • "Delicadas bestias"

    Hay mujeres que huelen a lavanda
    y esconden pólvora entre los pétalos.
    Que susurran con voz de doncella,
    pero piensan como generales.

    Llevan vestidos suaves como caricias,
    pero sus costuras están hechas de secretos.
    Te miran con ojos de lago en calma
    y bajo la superficie habitan monstruos pacientes.

    Son las que ríen bajo la lluvia
    mientras calculan la caída de imperios.
    Las que acarician con una mano
    y con la otra afilan cuchillos invisibles.

    Se disfrazan de cordero,
    pero sus pasos no crujen con miedo,
    crujen con intención.

    No buscan aprobación.
    Buscan acceso.
    Y cuando lo consiguen,
    ya es tarde para huir.

    No gritan, no lloran,
    no ruegan.
    Actúan.

    El mundo las llama traicioneras.
    Yo prefiero el término precisas.
    Porque no es traición cuando fue advertencia,
    cuando los ojos hablaron
    y tú elegiste no escuchar.

    Estas mujeres no son errores.
    Son advertencias con perfume.
    Caminan entre nosotras,
    silenciosas, bellas, letales.

    Y cuando muerden,
    no es por hambre.
    Es porque pudieron.
    "Delicadas bestias" Hay mujeres que huelen a lavanda y esconden pólvora entre los pétalos. Que susurran con voz de doncella, pero piensan como generales. Llevan vestidos suaves como caricias, pero sus costuras están hechas de secretos. Te miran con ojos de lago en calma y bajo la superficie habitan monstruos pacientes. Son las que ríen bajo la lluvia mientras calculan la caída de imperios. Las que acarician con una mano y con la otra afilan cuchillos invisibles. Se disfrazan de cordero, pero sus pasos no crujen con miedo, crujen con intención. No buscan aprobación. Buscan acceso. Y cuando lo consiguen, ya es tarde para huir. No gritan, no lloran, no ruegan. Actúan. El mundo las llama traicioneras. Yo prefiero el término precisas. Porque no es traición cuando fue advertencia, cuando los ojos hablaron y tú elegiste no escuchar. Estas mujeres no son errores. Son advertencias con perfume. Caminan entre nosotras, silenciosas, bellas, letales. Y cuando muerden, no es por hambre. Es porque pudieron.
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  • 𝕎𝔼𝕃ℂ𝕆𝕄𝔼 𝕋𝕆 𝕋ℍ𝔼 𝔼ℕ𝔻𝔾𝔸𝕄𝔼
    Fandom Supernatural
    Categoría Acción
    ㅤㅤㅤㅤ𝒮𝓉𝒶𝓇𝓉ℯ𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶: DEAN WINCHESTER

    Tres años.
    Habían pasado tres años desde que Claire había vuelto al pasado. Tres años desde que había irrumpido en la vida de los Winchester, tres años desde que casi le provoca un infarto a su madre adoptiva al presentarse en su casa.
    Habían pasado tres años, y habían pasado demasiadas cosas en aquellos tres años. El bunker se había convertido en su hogar. Los hermanos, Castiel y Jack se habían convertido en su familia. Llevaba…. ¿podia ser cierto? Una idea frena los pensamientos de Claire, una idea que hace que todo lo demás se paralice, la mirada azul de la cazadora salta de la extraña e improvisada reunión que se estaba llevando a cabo en el bunker en aquellos momentos, a la pared del mismo, de donde colgaba un calendario realmente cutre, pero que le recordaba y le confirmaba lo que ella buscaba, en pocas horas haría tres años desde que su relación con Dean había comenzado.

    Tres años en los que había llevado a cabo su plan de mantenerlo a salvo. Con más tropiezos y vueltas de las que le gustaría, pero al fin y al cabo el mayor de los hermanos estaba allí, a su lado, respirando.
    Tenía, en todo aquello, que agradecerle a Sam su incondicional ayuda, ya que era el único que sabía la verdadera razón de su viaje, su misión, y le había prometido ayudarle a cumplirla.
    Por el momento, el más alto había cumplido su promesa, incluso cuando parecía imposible, y casi pierden a Dean por su idea de enterrarse vivo en el fondo de Pacifico.
    Si en algún momento había estado tentada de revelarle su secreto, sin duda había sido ese.
    Pero se había mantenido firme y habían superado aquella bala también, y seguía manteniendo una relación con un hombre al que le ocultaba un gran secreto.

    Pero todo aquello, en esos momentos no tenía demasiado importancia, tan solo Claire había disociado ligeramente de la situación que estaban viviendo porque… ¿Cómo no hacerlo? Tenían al puñetero Dios sentado frente a ellos, jugueteando con la radio del bunker (sin tocarla, claro) diciendo que Jack era altamente apocalíptico, y que debia de intervenir.
    Es justamente en ese punto de la conversación en el que Claire vuelve a conectar al cien por cien con la realidad. Justo cuando Chuck señala el “𝑒𝑐𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜𝑟” el único arma, recién salida del horno de la creación capaz de matar a Jack. Pero… ¿a qué precio?

    Los ojos de Claire saltaban, como los de Sam y el mismísimo Dios, de Castiel a Dean, y de vuelta al ángel, mientras son testigos de su discusión.
    En el fondo la rubia estaba de acuerdo con Castiel. ¿Iban a matar a Jack? Había matado a Mary, eso era cierto, y sabía que el dolor y la traición que Dean sentía hablaban por él, pero… ¿no habían hecho ellos, todos los que estaban reunidos allí, cosas terribles a seres queridos en los momentos más bajos? ¿Debían abandonar a Jack de aquella manera?
    No, por mucho que le molestara (y sin contar con el hecho de que si Dean mataba a Jack, morirían ambos) aquella vez estaba del lado de Castiel, y una vez disuelta aquella reunión, va en busca del más mayor para hacerle cambiar de opinion.

    O al menos esa es su intención ya que al llegar a la puerta de la habitación de Dean esta estaba abierta y de ella salían las voces de los dos hermanos.
    Debería haberse ido, debería haber seguido su camino, pero se para justo unos centímetros antes de poder ser vista por Sam quien estaba sentado a los pies de la cama, de cara a la puerta.

    La cazadora se mantiene en silencio, mientras escucha. La salida del más alto la toma por sorpresa por lo repentina, pero de un salto se dispone a seguirlo varios metros hasta que considera que sus voces ya no se podrían escuchar y le frena posando una mano en su brazo.

    — Tienes que pararlo, tienes que quitarle la idea de la cabeza, Sam.

    — Lo dices como si fuera algo sencillo hacer eso, Claire. Conoces a Dean…

    — No se merecen esto, ninguno de los dos, y lo sabes, Jack no es culpable de sus actos, no en este estado, no cuando se sacrificó por nosotros, por Dean y me prometiste que le salvarías a toda costa…

    — ¡Nada! No hay nada que quiera hacer más que salvar a mi hermano, pero no sé cómo hacerlo.

    — La clave está en esa pistola… en el ecualizador.

    No tenía claro que Chuck, que Dios, le permitiera vivir allí, o que le permitiera vivir directamente, no sabía si ella estaba siguiendo el plan del altísimo, o si se había salido de la hoja de ruta y la eliminaría con un chasquido de dedos, al igual que había acabado con el tema de no poder mentir, así de sencillo. Quizás debería haber muerto en aquel mundo, y su escapada había torcido sus planes, hecho que, no tenía duda arreglaría muy pronto.
    Así que le daba lo mismo si se arriesgaba a hacer aquello, las personas más peligrosas eran aquellas que no tenían nada que perder.

    Robaría esa pistola y huiría con ella, sabía que la encontrarían, sabía que Chuck sabría dónde está en todo momento, pero esperaba poder tener una mínima posibilidad de poner aquella creación lejos de Dean.
    Sam estaba distrayendo a Chuck, en la biblioteca, pero cuando Claire llega hasta la sala de mandos, Dean estaba subiendo por las escaleras, y saliendo por la puerta, sin mirar atrás, con la pistola encima, y sin despedirse.

    >> — ¿Puedes ir un poco más deprisa?

    El pie derecho de Claire se hundía hacia delante, presionando un acelerador que no existía. No tenía intención de dejar que aquello pasara, no iba a perder a Jack, y por supuesto no iba a perder a Dean.

    — Voy todo lo deprisa que puedo, ya estamos llegando.

    — Joder Sam. JODER.

    La pareja sale del coche y corre a toda prisa, por la suave pradera del cementerio, gritando el nombre de Dean. Aquello era una puñetera ejecución, Jack estaba arrodillado delante del Winchester esperando su suerte, sin oponer resistencia, sin desatar el terrible apocalipsis prometido… Pero Dean estaba demasiado ciego para verlo, debían llegar antes.

    — ¡DEAN. DEAN PARA! ¡NO LO HAGAS!

    Sam se había parado, casi en seco, porque Dean se lo había pedido, pero ella no tenía intención alguna de hacerle caso, no iba a escucharlo cuando él tampoco la escuchaba a ella. Y lo hubiera conseguido si al pasar por su lado, Sam no la hubiera rodeado con el brazo, frenándola y pegándola contra él.

    — Dean…

    Claire ya no gritaba, la tensión del momento había dejado al mundo entero en silencio, Sam seguía sujetándola, al menos hasta que… hasta que Dean baja el arma, y todos (menos Chuck) parecen volver a respirar de nuevo. En ese momento Sam la libera, y Claire toma posición tras Dean, a su derecha, colocando una mano sobre el hombro masculino y casi hinchándose de orgullo al ver como Dean plantaba cara al puñetero Dios. Y de un segundo para el siguiente… se desata el caos.

    Jack estaba muriendo.
    Dean salta por los aires, aterrizando contra una lápida.
    Sam se adelanta a la idea de Claire y es él quien dispara a Chuck, hiriéndose él mismo en el proceso.
    Claire se agacha sobre Sam, comprobando su estado… y de repente…

    — 𝗕𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻.

    Aquellas palabras se quedan vibrando en el ambiente. Ahora eran cuatro y un cadáver, y era noche cerrada.
    Claire ayuda a Sam a levantarse, y cuando Dean se acerca, coge la mano de este, permitiéndose aquel sencillo gesto entre ambos para confirmar que estaban bien. Algo sencillo y escueto ya que los ojos de todos los allí presentes no podían separarse de Jack y de los horribles agujeros quemados que exhibía donde antes había lucido unos precioso ojos azules.

    Claire había visto demasiadas cosas en su vida, al igual que los Winchester y sin embargo su mano libre había acudido a cubrir su boca, horrorizada ante la imagen del cuerpo de Jack, aquel muchacho que a pesar de no tener alma, había aceptado la muerte a manos de Dean, consciente de sus actos y las consecuencias que ellos acarreaban. Aún sin alma era mucho mejor, mucho más humano que demasiadas personas. No se merecía aquel final.

    — Deberíamos llevarlo a ca— La tenue voz de la rubia se apaga de golpe cuando de pronto toda la tierra comienza a temblar mientras una brecha de fuego abre el suelo en dos, dejando salir de ella almas condenadas. Ven volar unas cuantas, pero lo más preocupante, por mucho que costara creerlo no era eso, si no que las tumbas a su alrededor estaba comenzando, literalmente a explotar y de ella salían cadáveres, decenas y decenas de ellos, rodeándoles.

    Solo entonces Dean suelta su mano, para armarse a él mismo, a su hermano y a Claire con tres picas de hierro.

    Pronto la lucha se vuelve encarnizada, los zombies atacaban en masa, y ellos se esforzaban en tratar de alejarlos.
    Cada uno luchaba solo contra cuatro, cinco o más cuerpos. Claire los apartaba con asco, a base de patadas, empentones y en cuanto tenía un hueco, por pequeño que fuera, les hundía su pica con rabia. Tenía un objetivo, aparte de no morir bajo aquel asedio descompuesto, y era llegar hasta Dean para evitar que él sucumbiera también. Habían llegado hasta allí, y no iba a permitir que el jodido capricho de un mini Dios con complejo de micro pene, acabara con todo su plan.

    Mientras más y más almas seguían sobrevolando el cielo, escapando de la brecha.
    El poder de Castiel acabando con los zombies iluminaba la noche, y los gruñidos y los chasquidos de los huesos y los dientes desnudos de aquellos bichos le revolvían el estómago a Claire.
    La llamada del ángel mientras se echaba al hombro a Jack, se hace escuchar por encima de todo aquel caos, y esta vez es Dean quien quitándole un zombie de encima coge su mano y tira de ella sacándola del circulo que habían creado a su alrededor para poder correr tras Sam, Jack y Cas. “𝑆𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒” había liberado parcialmente el camino, y ahora empalaban muertos mientras corrían hacia lo que claramente era un mausoleo.
    Los cinco (incluyendo a Jack) se precipitan dentro, Sam y Dean cierran la puerta, atrancándola.

    — Perfecto, dos minutos de calma en un puta ratonera. Que alguien haga una marca, acabamos de romper una ley mística del universo.

    Ahí estaba el mal humor de Claire camuflado con un comentario ácido y parcialmente pasota mientras veía a Castiel depositar en el suelo a Jack con el mayor de los cuidados. Tenía las manos cerradas en dos puños, el derecho rodeando aun la pica de hierro, con tanta fuerza que tenía blancos los nudillos.
    Sam pensaba que aquella puerta iba a aguantar, pero Claire, viendo los empujones que daban desde fuera, y la forma en la que, las hojas temblaban contra los goznes, tenía serias dudas, de modo que mientras los hermanos inspeccionaban el lugar, y Castiel se ocupaba de Jack o lo que quedaba de él, ella sube los tres pequeños escalones que hay entre la puerta y ellos, y se coloca allí, como una pobre pero fiera primera línea de defensa si aquellas abominaciones conseguían entrar.


    𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 Hope Mikaelson
    ㅤㅤㅤㅤ𝒮𝓉𝒶𝓇𝓉ℯ𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶: [JerkHuntxr] Tres años. Habían pasado tres años desde que Claire había vuelto al pasado. Tres años desde que había irrumpido en la vida de los Winchester, tres años desde que casi le provoca un infarto a su madre adoptiva al presentarse en su casa. Habían pasado tres años, y habían pasado demasiadas cosas en aquellos tres años. El bunker se había convertido en su hogar. Los hermanos, Castiel y Jack se habían convertido en su familia. Llevaba…. ¿podia ser cierto? Una idea frena los pensamientos de Claire, una idea que hace que todo lo demás se paralice, la mirada azul de la cazadora salta de la extraña e improvisada reunión que se estaba llevando a cabo en el bunker en aquellos momentos, a la pared del mismo, de donde colgaba un calendario realmente cutre, pero que le recordaba y le confirmaba lo que ella buscaba, en pocas horas haría tres años desde que su relación con Dean había comenzado. Tres años en los que había llevado a cabo su plan de mantenerlo a salvo. Con más tropiezos y vueltas de las que le gustaría, pero al fin y al cabo el mayor de los hermanos estaba allí, a su lado, respirando. Tenía, en todo aquello, que agradecerle a Sam su incondicional ayuda, ya que era el único que sabía la verdadera razón de su viaje, su misión, y le había prometido ayudarle a cumplirla. Por el momento, el más alto había cumplido su promesa, incluso cuando parecía imposible, y casi pierden a Dean por su idea de enterrarse vivo en el fondo de Pacifico. Si en algún momento había estado tentada de revelarle su secreto, sin duda había sido ese. Pero se había mantenido firme y habían superado aquella bala también, y seguía manteniendo una relación con un hombre al que le ocultaba un gran secreto. Pero todo aquello, en esos momentos no tenía demasiado importancia, tan solo Claire había disociado ligeramente de la situación que estaban viviendo porque… ¿Cómo no hacerlo? Tenían al puñetero Dios sentado frente a ellos, jugueteando con la radio del bunker (sin tocarla, claro) diciendo que Jack era altamente apocalíptico, y que debia de intervenir. Es justamente en ese punto de la conversación en el que Claire vuelve a conectar al cien por cien con la realidad. Justo cuando Chuck señala el “𝑒𝑐𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜𝑟” el único arma, recién salida del horno de la creación capaz de matar a Jack. Pero… ¿a qué precio? Los ojos de Claire saltaban, como los de Sam y el mismísimo Dios, de Castiel a Dean, y de vuelta al ángel, mientras son testigos de su discusión. En el fondo la rubia estaba de acuerdo con Castiel. ¿Iban a matar a Jack? Había matado a Mary, eso era cierto, y sabía que el dolor y la traición que Dean sentía hablaban por él, pero… ¿no habían hecho ellos, todos los que estaban reunidos allí, cosas terribles a seres queridos en los momentos más bajos? ¿Debían abandonar a Jack de aquella manera? No, por mucho que le molestara (y sin contar con el hecho de que si Dean mataba a Jack, morirían ambos) aquella vez estaba del lado de Castiel, y una vez disuelta aquella reunión, va en busca del más mayor para hacerle cambiar de opinion. O al menos esa es su intención ya que al llegar a la puerta de la habitación de Dean esta estaba abierta y de ella salían las voces de los dos hermanos. Debería haberse ido, debería haber seguido su camino, pero se para justo unos centímetros antes de poder ser vista por Sam quien estaba sentado a los pies de la cama, de cara a la puerta. La cazadora se mantiene en silencio, mientras escucha. La salida del más alto la toma por sorpresa por lo repentina, pero de un salto se dispone a seguirlo varios metros hasta que considera que sus voces ya no se podrían escuchar y le frena posando una mano en su brazo. — Tienes que pararlo, tienes que quitarle la idea de la cabeza, Sam. — Lo dices como si fuera algo sencillo hacer eso, Claire. Conoces a Dean… — No se merecen esto, ninguno de los dos, y lo sabes, Jack no es culpable de sus actos, no en este estado, no cuando se sacrificó por nosotros, por Dean y me prometiste que le salvarías a toda costa… — ¡Nada! No hay nada que quiera hacer más que salvar a mi hermano, pero no sé cómo hacerlo. — La clave está en esa pistola… en el ecualizador. No tenía claro que Chuck, que Dios, le permitiera vivir allí, o que le permitiera vivir directamente, no sabía si ella estaba siguiendo el plan del altísimo, o si se había salido de la hoja de ruta y la eliminaría con un chasquido de dedos, al igual que había acabado con el tema de no poder mentir, así de sencillo. Quizás debería haber muerto en aquel mundo, y su escapada había torcido sus planes, hecho que, no tenía duda arreglaría muy pronto. Así que le daba lo mismo si se arriesgaba a hacer aquello, las personas más peligrosas eran aquellas que no tenían nada que perder. Robaría esa pistola y huiría con ella, sabía que la encontrarían, sabía que Chuck sabría dónde está en todo momento, pero esperaba poder tener una mínima posibilidad de poner aquella creación lejos de Dean. Sam estaba distrayendo a Chuck, en la biblioteca, pero cuando Claire llega hasta la sala de mandos, Dean estaba subiendo por las escaleras, y saliendo por la puerta, sin mirar atrás, con la pistola encima, y sin despedirse. >> — ¿Puedes ir un poco más deprisa? El pie derecho de Claire se hundía hacia delante, presionando un acelerador que no existía. No tenía intención de dejar que aquello pasara, no iba a perder a Jack, y por supuesto no iba a perder a Dean. — Voy todo lo deprisa que puedo, ya estamos llegando. — Joder Sam. JODER. La pareja sale del coche y corre a toda prisa, por la suave pradera del cementerio, gritando el nombre de Dean. Aquello era una puñetera ejecución, Jack estaba arrodillado delante del Winchester esperando su suerte, sin oponer resistencia, sin desatar el terrible apocalipsis prometido… Pero Dean estaba demasiado ciego para verlo, debían llegar antes. — ¡DEAN. DEAN PARA! ¡NO LO HAGAS! Sam se había parado, casi en seco, porque Dean se lo había pedido, pero ella no tenía intención alguna de hacerle caso, no iba a escucharlo cuando él tampoco la escuchaba a ella. Y lo hubiera conseguido si al pasar por su lado, Sam no la hubiera rodeado con el brazo, frenándola y pegándola contra él. — Dean… Claire ya no gritaba, la tensión del momento había dejado al mundo entero en silencio, Sam seguía sujetándola, al menos hasta que… hasta que Dean baja el arma, y todos (menos Chuck) parecen volver a respirar de nuevo. En ese momento Sam la libera, y Claire toma posición tras Dean, a su derecha, colocando una mano sobre el hombro masculino y casi hinchándose de orgullo al ver como Dean plantaba cara al puñetero Dios. Y de un segundo para el siguiente… se desata el caos. Jack estaba muriendo. Dean salta por los aires, aterrizando contra una lápida. Sam se adelanta a la idea de Claire y es él quien dispara a Chuck, hiriéndose él mismo en el proceso. Claire se agacha sobre Sam, comprobando su estado… y de repente… — 𝗕𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻. Aquellas palabras se quedan vibrando en el ambiente. Ahora eran cuatro y un cadáver, y era noche cerrada. Claire ayuda a Sam a levantarse, y cuando Dean se acerca, coge la mano de este, permitiéndose aquel sencillo gesto entre ambos para confirmar que estaban bien. Algo sencillo y escueto ya que los ojos de todos los allí presentes no podían separarse de Jack y de los horribles agujeros quemados que exhibía donde antes había lucido unos precioso ojos azules. Claire había visto demasiadas cosas en su vida, al igual que los Winchester y sin embargo su mano libre había acudido a cubrir su boca, horrorizada ante la imagen del cuerpo de Jack, aquel muchacho que a pesar de no tener alma, había aceptado la muerte a manos de Dean, consciente de sus actos y las consecuencias que ellos acarreaban. Aún sin alma era mucho mejor, mucho más humano que demasiadas personas. No se merecía aquel final. — Deberíamos llevarlo a ca— La tenue voz de la rubia se apaga de golpe cuando de pronto toda la tierra comienza a temblar mientras una brecha de fuego abre el suelo en dos, dejando salir de ella almas condenadas. Ven volar unas cuantas, pero lo más preocupante, por mucho que costara creerlo no era eso, si no que las tumbas a su alrededor estaba comenzando, literalmente a explotar y de ella salían cadáveres, decenas y decenas de ellos, rodeándoles. Solo entonces Dean suelta su mano, para armarse a él mismo, a su hermano y a Claire con tres picas de hierro. Pronto la lucha se vuelve encarnizada, los zombies atacaban en masa, y ellos se esforzaban en tratar de alejarlos. Cada uno luchaba solo contra cuatro, cinco o más cuerpos. Claire los apartaba con asco, a base de patadas, empentones y en cuanto tenía un hueco, por pequeño que fuera, les hundía su pica con rabia. Tenía un objetivo, aparte de no morir bajo aquel asedio descompuesto, y era llegar hasta Dean para evitar que él sucumbiera también. Habían llegado hasta allí, y no iba a permitir que el jodido capricho de un mini Dios con complejo de micro pene, acabara con todo su plan. Mientras más y más almas seguían sobrevolando el cielo, escapando de la brecha. El poder de Castiel acabando con los zombies iluminaba la noche, y los gruñidos y los chasquidos de los huesos y los dientes desnudos de aquellos bichos le revolvían el estómago a Claire. La llamada del ángel mientras se echaba al hombro a Jack, se hace escuchar por encima de todo aquel caos, y esta vez es Dean quien quitándole un zombie de encima coge su mano y tira de ella sacándola del circulo que habían creado a su alrededor para poder correr tras Sam, Jack y Cas. “𝑆𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒” había liberado parcialmente el camino, y ahora empalaban muertos mientras corrían hacia lo que claramente era un mausoleo. Los cinco (incluyendo a Jack) se precipitan dentro, Sam y Dean cierran la puerta, atrancándola. — Perfecto, dos minutos de calma en un puta ratonera. Que alguien haga una marca, acabamos de romper una ley mística del universo. Ahí estaba el mal humor de Claire camuflado con un comentario ácido y parcialmente pasota mientras veía a Castiel depositar en el suelo a Jack con el mayor de los cuidados. Tenía las manos cerradas en dos puños, el derecho rodeando aun la pica de hierro, con tanta fuerza que tenía blancos los nudillos. Sam pensaba que aquella puerta iba a aguantar, pero Claire, viendo los empujones que daban desde fuera, y la forma en la que, las hojas temblaban contra los goznes, tenía serias dudas, de modo que mientras los hermanos inspeccionaban el lugar, y Castiel se ocupaba de Jack o lo que quedaba de él, ella sube los tres pequeños escalones que hay entre la puerta y ellos, y se coloca allí, como una pobre pero fiera primera línea de defensa si aquellas abominaciones conseguían entrar. 𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 [thetribrid]
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  • "Son tan predecibles... una reverencia, una orden, una traición. Siempre en ese orden. Y yo, siempre limpiando el desastre con una sonrisa."

    (Pasa un dedo por el borde afilado de su arma decorativa, como quien acaricia porcelana fina.)

    "¿Es esto lo que llaman servidumbre? Qué farsa más exquisita."
    "Son tan predecibles... una reverencia, una orden, una traición. Siempre en ese orden. Y yo, siempre limpiando el desastre con una sonrisa." (Pasa un dedo por el borde afilado de su arma decorativa, como quien acaricia porcelana fina.) "¿Es esto lo que llaman servidumbre? Qué farsa más exquisita."
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte!

    Hoy damos la bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡Gemma Madock de Sons of Anarchy!

    Gemma Madock es la versión adolescente de Gemma Teller, una joven que narra los orígenes del club antes del comienzo de Sons of Anarchy: los First 9, la traición de Clay, la verdad sobre la muerte de John y la pérdida de Thomas. Humana, decidida y con un carácter que ya empieza a forjar a la futura matriarca de Charming.



    ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo.

    Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!

    Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie:

    Normas básicas del de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines

    Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
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    Directorios para encontrar personajes y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS
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    ¿Quieres mejorar tu escritura o narración?
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    ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol!

    #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte! 🎉 Hoy damos la bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[R3DROSE] 🔒 de Sons of Anarchy! Gemma Madock es la versión adolescente de Gemma Teller, una joven que narra los orígenes del club antes del comienzo de Sons of Anarchy: los First 9, la traición de Clay, la verdad sobre la muerte de John y la pérdida de Thomas. Humana, decidida y con un carácter que ya empieza a forjar a la futura matriarca de Charming. 👋 ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie: 📌 Normas básicas del de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines 👩‍🏫 Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 👥 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar personajes y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS 🔗 Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📝 ¿Quieres mejorar tu escritura o narración? 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol! 🚀🔥 #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
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