No más niñita tierna. Jaja!
La habitación estaba llena de gente, pero la chica solo veía a él. Estaba rodeado de chicas sonrientes, riendo y tocándolo, y ella se sentía como si estuviera quemando por dentro.
Se acercó a él con pasos lentos y deliberados, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Su rostro usualmente tierno y sonriente había dado paso a una expresión dura y dominante.
"¿Qué pasa aquí?", preguntó ella, su voz baja y peligrosa.
Él se dio la vuelta, sorprendido por su tono. "Nada, solo estoy pasando el rato", dijo él, sonriendo.
Pero la chica no se dejó engañar. Podía ver la forma en que las otras chicas lo miraban, la forma en que él las tocaba y las hacía reír. Se sentía traicionada.
"No te atreves a mentirme", dijo ella, su voz subiendo de tono. "Sé lo que estás haciendo"..
La chica se acercó más, su rostro cerca del suyo. "Tú me perteneces", dijo ella, su voz baja y sensual. "No te permito que coquetees con otras".
Él se sintió atrapado por su mirada, por su intensidad. Nunca había visto a la chica así antes, y se sentía atraído y asustado al mismo tiempo
La chica lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. Luego, sin decir una palabra, lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación.
La gente los miraba, sorprendida por la escena. Pero la chica no se importaba. Solo quería estar a solas con él, quería hacerle entender que él era suyo.
Una vez fuera de la habitación.
La habitación estaba llena de gente, pero la chica solo veía a él. Estaba rodeado de chicas sonrientes, riendo y tocándolo, y ella se sentía como si estuviera quemando por dentro.
Se acercó a él con pasos lentos y deliberados, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Su rostro usualmente tierno y sonriente había dado paso a una expresión dura y dominante.
"¿Qué pasa aquí?", preguntó ella, su voz baja y peligrosa.
Él se dio la vuelta, sorprendido por su tono. "Nada, solo estoy pasando el rato", dijo él, sonriendo.
Pero la chica no se dejó engañar. Podía ver la forma en que las otras chicas lo miraban, la forma en que él las tocaba y las hacía reír. Se sentía traicionada.
"No te atreves a mentirme", dijo ella, su voz subiendo de tono. "Sé lo que estás haciendo"..
La chica se acercó más, su rostro cerca del suyo. "Tú me perteneces", dijo ella, su voz baja y sensual. "No te permito que coquetees con otras".
Él se sintió atrapado por su mirada, por su intensidad. Nunca había visto a la chica así antes, y se sentía atraído y asustado al mismo tiempo
La chica lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. Luego, sin decir una palabra, lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación.
La gente los miraba, sorprendida por la escena. Pero la chica no se importaba. Solo quería estar a solas con él, quería hacerle entender que él era suyo.
Una vez fuera de la habitación.
No más niñita tierna. Jaja!
La habitación estaba llena de gente, pero la chica solo veía a él. Estaba rodeado de chicas sonrientes, riendo y tocándolo, y ella se sentía como si estuviera quemando por dentro.
Se acercó a él con pasos lentos y deliberados, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Su rostro usualmente tierno y sonriente había dado paso a una expresión dura y dominante.
"¿Qué pasa aquí?", preguntó ella, su voz baja y peligrosa.
Él se dio la vuelta, sorprendido por su tono. "Nada, solo estoy pasando el rato", dijo él, sonriendo.
Pero la chica no se dejó engañar. Podía ver la forma en que las otras chicas lo miraban, la forma en que él las tocaba y las hacía reír. Se sentía traicionada.
"No te atreves a mentirme", dijo ella, su voz subiendo de tono. "Sé lo que estás haciendo"..
La chica se acercó más, su rostro cerca del suyo. "Tú me perteneces", dijo ella, su voz baja y sensual. "No te permito que coquetees con otras".
Él se sintió atrapado por su mirada, por su intensidad. Nunca había visto a la chica así antes, y se sentía atraído y asustado al mismo tiempo
La chica lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. Luego, sin decir una palabra, lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación.
La gente los miraba, sorprendida por la escena. Pero la chica no se importaba. Solo quería estar a solas con él, quería hacerle entender que él era suyo.
Una vez fuera de la habitación.