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    No hay mejor verdad, como un relato de la propia madre y raíz, que vio nacer, lo sintió y creó mi existencia. En lo único que estoy agradecido infinitamente es tener una madre como ella, solo una vez lo diré: Gracias padre, por haber caído al sublime encanto de Madre.
    No hay mejor verdad, como un relato de la propia madre y raíz, que vio nacer, lo sintió y creó mi existencia. En lo único que estoy agradecido infinitamente es tener una madre como ella, solo una vez lo diré: Gracias padre, por haber caído al sublime encanto de Madre.
    “Recuerdo del Nacimiento de Zagreus”

    A veces, cuando el silencio me envuelve en los pasillos del Inframundo, me detengo a recordar aquel día.
    El día en que nació nuestro hijo.

    Mi cuerpo no se transformó como el de una mortal. Cambió con lentitud y poder, como si el universo mismo estuviera dentro de mí, latiendo con un pulso antiguo y profundo. La energía que me habitaba alteró todo a mi alrededor: el aire se volvió denso, los jardines florecían sin control, y las sombras murmuraban a cada paso que daba.

    Hades no me dejó sola ni un instante. Estaba conmigo en cada respiración, en cada estremecimiento de mi piel. Me cuidaba con manos firmes y ojos llenos de una ternura que rara vez mostraba a otros. Sentía cómo cada noche, entre palabras y caricias, fortalecíamos lo que habíamos creado juntos.

    Y entonces, llegó el momento.

    Recuerdo el temblor del suelo bajo mis pies. Recuerdo el grito que brotó de lo más profundo de mí, no de dolor, sino de vida. Un llamado primitivo, antiguo, que hizo eco en cada rincón del Inframundo.

    Hades llegó a mi lado cubierto en ceniza, como si él también hubiese ardido en la espera. Me sostuvo con fuerza, y nuestros ojos se encontraron. En ese instante, no éramos rey y reina. Éramos simplemente dos almas esperando recibir un milagro.

    Y cuando nuestro hijo nació…
    no lloró.
    Rugió.

    Un sonido profundo, ancestral, como si la esencia del Inframundo tomara forma en su voz. Tenía el cabello oscuro como la noche sin luna y ojos que parecían hechos de estrellas muertas. En su piel brillaba un fuego que no quemaba, pero que imponía respeto.

    Lo sostuve en brazos, y el mundo pareció detenerse.

    —Nuestro hijo —dije, con lágrimas en los ojos—. Nacido del amor, del poder… del destino.

    Hades lo alzó al cielo oscuro del Inframundo, y en ese preciso instante, algo cambió en el universo.
    El Olimpo despertó inquieto.
    Los dioses sintieron que un nuevo poder caminaba entre los suyos.

    Zagreus había llegado.

    No era solo un niño.

    Era la prueba viviente de que el Inframundo no era estéril.
    Que incluso en la oscuridad más absoluta puede florecer la vida.
    Que el amor no necesita la luz del sol para ser fecundo.
    Que una reina de primavera puede dar a luz entre las cenizas y el fuego, sin perder su esencia, sino transformándola.

    Él fue mi renacer.
    Mi hijo.
    Mi legado.
    La fusión de lo salvaje y lo tierno.
    Del fin y del comienzo.

    Y mientras los dioses se agitaban en sus tronos, temiendo lo que aún no entendían, yo sonreía.

    Porque en mis brazos dormía algo más que poder.
    Dormía esperanza.
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    "Cómo domar a tu Monstruo (sin darte cuenta)"

    Akane escuchaba atenta mientras sus ojos se llenaban de emoción al escuchar el relato de su compañera del kinder, con graan dramatismo digno de una pelicula palomera de horror. La niña juraba que había visto un monstruo aterrador en el bosque durante un campamento con su familia. La pequeña mitad ogresa y demonio sintió que algo en esa historia hacia que le picara la curiosidad. ¿Y si no era un monstruo, sino otro ser especial como ella? ¡Tenía que averiguarlo!

    Esperó pacientemente el día perfecto para su aventura: sus madres no estarían en casa por la tarde, así que podría darse el lujo de escaparse un rato. Cuando finalmente llegó el momento, fingió entrar a casa como toda niña responsable y en cuanto el autobús escolar desapareció de vista, ¡pum! Se acomodo su mochila amarilla en la espalda, partió al bosque con la emoción zumbándole en el pecho.

    El lugar era más grande de lo que imaginaba, pero ella se sentía una exploradora experta. Caminó y caminó, revisando cada rincón con sus pequeños ojos astutos, hasta que empezó a dudar ¿Y si su amiga se había confundido? Justo en ese instante, un ruido extraño rompió el silencio. Akane pegó un salto, tragó saliva y miró hacia lo más profundo del bosque. Ahí estaba. Una enorme criatura la observaba, inmóvil.

    "¡Era real!" Sin dudar, corrió hacia el supuesto monstruo, pero algo extraño pasó. La criatura, un majestuoso lobo de pelaje castaño, abrió los ojos con terror y salió corriendo como si hubiera visto a algo más aterrador que un monstruo. “¡Espera, no corras!”, gritó Akane, pero el lobo no escuchó. Así que ella aceleró, sin notar que ahora corría más rápido de lo que cualquier niña humana podría. Antes de darse cuenta, lo alcanzó.

    El lobo temblaba. ¿Le tenía miedo? Akane inclinó la cabeza, confundida, y luego decidió hacer lo más lógico para una niña de seis años: se acercó con calma y lo abrazó. “Tranquilo, ya somos amigos,” murmuró con dulzura. El lobo dejó escapar un respiro largo y, sin darse cuenta, Akane había domado a la gran bestia.
    Ahora solo quedaba un pequeño problema. Si lo llevaba a casa… ¿qué dirían sus madres?
    "Cómo domar a tu Monstruo (sin darte cuenta)" Akane escuchaba atenta mientras sus ojos se llenaban de emoción al escuchar el relato de su compañera del kinder, con graan dramatismo digno de una pelicula palomera de horror. La niña juraba que había visto un monstruo aterrador en el bosque durante un campamento con su familia. La pequeña mitad ogresa y demonio sintió que algo en esa historia hacia que le picara la curiosidad. ¿Y si no era un monstruo, sino otro ser especial como ella? ¡Tenía que averiguarlo! Esperó pacientemente el día perfecto para su aventura: sus madres no estarían en casa por la tarde, así que podría darse el lujo de escaparse un rato. Cuando finalmente llegó el momento, fingió entrar a casa como toda niña responsable y en cuanto el autobús escolar desapareció de vista, ¡pum! Se acomodo su mochila amarilla en la espalda, partió al bosque con la emoción zumbándole en el pecho. El lugar era más grande de lo que imaginaba, pero ella se sentía una exploradora experta. Caminó y caminó, revisando cada rincón con sus pequeños ojos astutos, hasta que empezó a dudar ¿Y si su amiga se había confundido? Justo en ese instante, un ruido extraño rompió el silencio. Akane pegó un salto, tragó saliva y miró hacia lo más profundo del bosque. Ahí estaba. Una enorme criatura la observaba, inmóvil. "¡Era real!" Sin dudar, corrió hacia el supuesto monstruo, pero algo extraño pasó. La criatura, un majestuoso lobo de pelaje castaño, abrió los ojos con terror y salió corriendo como si hubiera visto a algo más aterrador que un monstruo. “¡Espera, no corras!”, gritó Akane, pero el lobo no escuchó. Así que ella aceleró, sin notar que ahora corría más rápido de lo que cualquier niña humana podría. Antes de darse cuenta, lo alcanzó. El lobo temblaba. ¿Le tenía miedo? Akane inclinó la cabeza, confundida, y luego decidió hacer lo más lógico para una niña de seis años: se acercó con calma y lo abrazó. “Tranquilo, ya somos amigos,” murmuró con dulzura. El lobo dejó escapar un respiro largo y, sin darse cuenta, Akane había domado a la gran bestia. Ahora solo quedaba un pequeño problema. Si lo llevaba a casa… ¿qué dirían sus madres?
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  • ¿Has escuchado aquellos relatos de un monstruo capaz de ocultar el sol con su silueta?
    ¿No?
    Qué bueno, es mala propaganda.
    ¿Has escuchado aquellos relatos de un monstruo capaz de ocultar el sol con su silueta? ¿No? Qué bueno, es mala propaganda.
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  • ──────A menudo la belleza de una espalda pasa desapercibida. Estas pueden mostrar diferentes relatos; en la forma en que los músculos se tensan. Como esta se endereza y estremece ante la caricia de una suave pluma, bajo el roce de las manos, ante la presión de un beso en la piel.
    ──────A menudo la belleza de una espalda pasa desapercibida. Estas pueden mostrar diferentes relatos; en la forma en que los músculos se tensan. Como esta se endereza y estremece ante la caricia de una suave pluma, bajo el roce de las manos, ante la presión de un beso en la piel.
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    / me vienen dando ganas de escribir un relato al estilo antiguo de lo más gore oscuro y perturbador que se puedan imaginar, pero me preocupa la salud mental de mis lectores que ya están acostumbrados a los versos románticos, pa que vean que como artista soy responsable y pienso en ustedes .
    / me vienen dando ganas de escribir un relato al estilo antiguo de lo más gore oscuro y perturbador que se puedan imaginar, pero me preocupa la salud mental de mis lectores que ya están acostumbrados a los versos románticos, pa que vean que como artista soy responsable y pienso en ustedes 🤣.
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  • The Right Tool
    Fandom Historia Original
    Categoría Acción
    +Luego de buscar el area finalmente encontraba la entrada. Una puerta Tori y unas escaleras que ascienden por una montaña+ Aqui es Bibs. el arma perfecta para ti esta arriba. Mmm que raro la vez anterior que estuve aqui este lugar no parecia tan tetrico...

    Como sea. Lista? +Volteo a verla dedicandole una sonrisa optimista+ Recuerdas en prision cuando hablabas de querer una de estas? Pues tuve la suerte de encontrar este lugar +Comento a un lado de ella+

    Ya sabes viene con esos relatos de ´´Es un lugar maldito´´ y demas rumores. Nada que no puedas manejar Bibs. Entonces lista para subir?
    +Luego de buscar el area finalmente encontraba la entrada. Una puerta Tori y unas escaleras que ascienden por una montaña+ Aqui es Bibs. el arma perfecta para ti esta arriba. Mmm que raro la vez anterior que estuve aqui este lugar no parecia tan tetrico... Como sea. Lista? +Volteo a verla dedicandole una sonrisa optimista+ Recuerdas en prision cuando hablabas de querer una de estas? Pues tuve la suerte de encontrar este lugar +Comento a un lado de ella+ Ya sabes viene con esos relatos de ´´Es un lugar maldito´´ y demas rumores. Nada que no puedas manejar Bibs. Entonces lista para subir?
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  • "Nunca olvido un nombre"
    Fandom Castle || OC
    Categoría Acción
    ㅤㅤ

    ㅤㅤㅤㅤㅤ "Nunca olvido una cara, Grace.
    ㅤㅤㅤㅤㅤAunque hayan pasado años,
    ㅤㅤㅤㅤㅤaún recuerdo quién eras."
    ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ Grace Leighton

    ㅤㅤ

    ㅤㅤㅤㅤㅤEl sonido del teclado llenaba la oficina mientras Kate revisaba el informe por enésima vez. Había algo en el caso que no terminaba de encajar, una pieza que faltaba en el rompecabezas. La banda de Jaxon había sido un problema en la ciudad durante años, pero desde su encarcelamiento, sus integrantes habían desaparecido en las sombras, sin hacer ruido. Sin embargo, los últimos meses habían cambiado todo.

    Un cadáver encontrado en un callejón. Una ejecución rápida, limpia y sin testigos… o eso pensaban. Algo que le recordaba a horrores al asesinato de su propia madre. Johanna Beckett también había sido ejecutada en un callejón y había sido abandonada como si fuera basura. Al fin, semanas después de todo aquello un confidente anónimo había proporcionado un nombre a la policía. No el del asesino, sino el de alguien que podría saber más de lo que decía.

    Grace Leighton.

    El nombre le sonó familiar desde el primer instante, pero no fue hasta que introdujo datos en la base de datos que la ficha de la testigo le hizo abrir los ojos. Grace… ¿Grace Leighton? ¿La misma Grace que conoció en el colegio?

    El recuerdo llegó con fuerza. Una chica reservada, de esas que siempre parecían cargar con más problemas de los que mostraban. Habían coincidido en algunas clases, lo suficiente como para saber que su vida jamás había sido sencilla. Pero un día, dejó de asistir al colegio y nunca regresó. Kate nunca supo qué había sido de ella. Hasta ahora.

    Tomó su abrigo y su placa antes de que pudiera reflexionar demasiado. En su mano llevaba su bloc con la dirección, un vecindario tranquilo, una casa pequeña donde vivía con su hija. Una vida normal. Pero si estaba relacionada con la banda de Jaxon, entonces su existencia estaba a punto de cambiar.

    La inspectora Beckett no solía otorgar segundas oportunidades ni confiar en relatos de redención sin pruebas. Pero había algo en esto que no la dejaba tranquila. No sabía qué encontraría en Grace… ¿A una mujer asustada que trataba de enterrar su pasado y dejarlo atrás? ¿A la persona que un dia conoció?

    Lo averiguaría pronto.



    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
    ㅤㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ "Nunca olvido una cara, Grace. ㅤㅤㅤㅤㅤAunque hayan pasado años, ㅤㅤㅤㅤㅤaún recuerdo quién eras." ㅤㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤㅤ˹ [twilight_brass_crab_245] ㅤㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤEl sonido del teclado llenaba la oficina mientras Kate revisaba el informe por enésima vez. Había algo en el caso que no terminaba de encajar, una pieza que faltaba en el rompecabezas. La banda de Jaxon había sido un problema en la ciudad durante años, pero desde su encarcelamiento, sus integrantes habían desaparecido en las sombras, sin hacer ruido. Sin embargo, los últimos meses habían cambiado todo. Un cadáver encontrado en un callejón. Una ejecución rápida, limpia y sin testigos… o eso pensaban. Algo que le recordaba a horrores al asesinato de su propia madre. Johanna Beckett también había sido ejecutada en un callejón y había sido abandonada como si fuera basura. Al fin, semanas después de todo aquello un confidente anónimo había proporcionado un nombre a la policía. No el del asesino, sino el de alguien que podría saber más de lo que decía. Grace Leighton. El nombre le sonó familiar desde el primer instante, pero no fue hasta que introdujo datos en la base de datos que la ficha de la testigo le hizo abrir los ojos. Grace… ¿Grace Leighton? ¿La misma Grace que conoció en el colegio? El recuerdo llegó con fuerza. Una chica reservada, de esas que siempre parecían cargar con más problemas de los que mostraban. Habían coincidido en algunas clases, lo suficiente como para saber que su vida jamás había sido sencilla. Pero un día, dejó de asistir al colegio y nunca regresó. Kate nunca supo qué había sido de ella. Hasta ahora. Tomó su abrigo y su placa antes de que pudiera reflexionar demasiado. En su mano llevaba su bloc con la dirección, un vecindario tranquilo, una casa pequeña donde vivía con su hija. Una vida normal. Pero si estaba relacionada con la banda de Jaxon, entonces su existencia estaba a punto de cambiar. La inspectora Beckett no solía otorgar segundas oportunidades ni confiar en relatos de redención sin pruebas. Pero había algo en esto que no la dejaba tranquila. No sabía qué encontraría en Grace… ¿A una mujer asustada que trataba de enterrar su pasado y dejarlo atrás? ¿A la persona que un dia conoció? Lo averiguaría pronto. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol ㅤ
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  • -Caminando por el palacio viendo el trono de mi esposo vacío hago una reverencia ante el trono
    notando lo silencioso que estaba el lugar con un golpe de mi cetro en el piso iluminó la sala del trono
    la iluminación proyecta una ilucion donde lucifer estária sentado en su trono inponente con un velo cubriendo su rostro de esa manera sus súbditos no se sentirian abandonados -

    Mi amado rey eh oído que
    le encantan los cuentos déjeme contarle una historia que paso hace mucho mucho tiempo atrás

    -Mis sombras enpiesan a tocar una melodía. Que empezaba con un Hola y terminaba en un Adiós
    Empezaba a cantar contando el relato recordando en parte mi vida humana plasmandola en lo que cantaba -






    https://youtu.be/ADjjuKBoNsM?si=yN8rOwPYFRK9yFo2
    -Caminando por el palacio viendo el trono de mi esposo vacío hago una reverencia ante el trono notando lo silencioso que estaba el lugar con un golpe de mi cetro en el piso iluminó la sala del trono la iluminación proyecta una ilucion donde lucifer estária sentado en su trono inponente con un velo cubriendo su rostro de esa manera sus súbditos no se sentirian abandonados - Mi amado rey eh oído que le encantan los cuentos déjeme contarle una historia que paso hace mucho mucho tiempo atrás 🎶🎶🎶 -Mis sombras enpiesan a tocar una melodía. Que empezaba con un Hola y terminaba en un Adiós Empezaba a cantar contando el relato recordando en parte mi vida humana plasmandola en lo que cantaba - https://youtu.be/ADjjuKBoNsM?si=yN8rOwPYFRK9yFo2
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  • Sendero de calma
    Fandom Oc
    Categoría Aventura
    El viento silbaba suavemente mientras Jimoto descendía desde el cielo, su chaqueta ondeando con la corriente. Había viajado largas distancias, impulsado por su determinación de encontrar las siete esferas, y ahora su intuición lo guiaba hasta un bosque majestuoso que se extendía bajo él como un manto esmeralda.

    Al aterrizar entre la hierba alta y húmeda, se encontró rodeado de árboles colosales cuyos troncos estaban cubiertos de musgo y cuyas copas se entrelazaban, dejando filtrar rayos de sol dorado que iluminaban el suelo con patrones danzantes. A lo lejos, un río de aguas cristalinas serpenteaba a través del valle, reflejando el cielo con una pureza inigualable. El sonido del agua corriendo era una melodía serena, acompañada por el canto de aves ocultas entre las hojas.

    Sin embargo, más allá de la belleza del lugar, Jimoto sintió algo más. Una presencia. No era algo opresivo ni asfixiante, sino todo lo contrario: era antigua, vasta, como si la misma tierra estuviera observándolo con curiosidad. No sintió miedo.
    Avanzó con cautela, sus botas apenas dejando huella en el suelo blando. Se inclinó junto al río y sumergió sus manos en el agua fresca, dejándola correr entre sus dedos. Respiró hondo. Algo en este sitio le relajaba.

    Con el mapa desplegado en su mano, estudió las marcas que había recopilado en su viaje. Según los antiguos relatos, una de las esferas debía encontrarse en un lugar oculto dentro de este mismo. Aunque Jimoto no estaba seguro de si este era el lugar, pero su instinto le decía que debía seguir adelante.

    Se adentró entre los árboles, atento a cada detalle. Sin apartar la vista de su objetivo, continuó su exploración. Sabía que estaba cerca.
    El viento silbaba suavemente mientras Jimoto descendía desde el cielo, su chaqueta ondeando con la corriente. Había viajado largas distancias, impulsado por su determinación de encontrar las siete esferas, y ahora su intuición lo guiaba hasta un bosque majestuoso que se extendía bajo él como un manto esmeralda. Al aterrizar entre la hierba alta y húmeda, se encontró rodeado de árboles colosales cuyos troncos estaban cubiertos de musgo y cuyas copas se entrelazaban, dejando filtrar rayos de sol dorado que iluminaban el suelo con patrones danzantes. A lo lejos, un río de aguas cristalinas serpenteaba a través del valle, reflejando el cielo con una pureza inigualable. El sonido del agua corriendo era una melodía serena, acompañada por el canto de aves ocultas entre las hojas. Sin embargo, más allá de la belleza del lugar, Jimoto sintió algo más. Una presencia. No era algo opresivo ni asfixiante, sino todo lo contrario: era antigua, vasta, como si la misma tierra estuviera observándolo con curiosidad. No sintió miedo. Avanzó con cautela, sus botas apenas dejando huella en el suelo blando. Se inclinó junto al río y sumergió sus manos en el agua fresca, dejándola correr entre sus dedos. Respiró hondo. Algo en este sitio le relajaba. Con el mapa desplegado en su mano, estudió las marcas que había recopilado en su viaje. Según los antiguos relatos, una de las esferas debía encontrarse en un lugar oculto dentro de este mismo. Aunque Jimoto no estaba seguro de si este era el lugar, pero su instinto le decía que debía seguir adelante. Se adentró entre los árboles, atento a cada detalle. Sin apartar la vista de su objetivo, continuó su exploración. Sabía que estaba cerca.
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  • Jimoto llevaba años recorriendo el mundo, documentando sus viajes, conociendo nuevas culturas y enfrentando desafíos que pusieran a prueba su espíritu aventurero. Sin embargo, en su interior, siempre había sentido que algo le faltaba, una pieza perdida en el rompecabezas de su existencia.

    Desde pequeño, recordaba haber visto una fotografía en la habitación de su madre adoptiva, Mikasa. En la imagen, ella aparecía junto a un grupo de personas que Jimoto no reconocía, todos sonriendo mientras sostenían siete esferas brillantes de color ámbar, cada una decorada con pequeñas estrellas. Cuando era niño, había preguntado por aquella foto, pero Mikasa solo sonreía con nostalgia y le decía que era un recuerdo de otro tiempo.

    Años después, mientras exploraba una biblioteca antigua en un pueblo remoto, Jimoto encontró un manuscrito que hablaba de aquellas misteriosas esferas. Según el relato, quien reuniera las siete recibiría la oportunidad de ver cumplido un único deseo, sin importar cuán imposible pareciera.

    La revelación lo dejó inquieto. ¿Por qué Mikasa tenía una foto con esas esferas? ¿Quiénes eran las personas que la acompañaban? Y lo más importante, ¿qué había ocurrido con ellas y con las esferas después de que la foto fuera tomada?

    Sin recuerdos de su infancia más temprana, Jimoto siempre había sentido que su pasado estaba lleno de sombras. Había fragmentos de memorias que no lograba conectar, preguntas que nadie podía responder. Ahora, tenía un objetivo claro: encontrar las siete esferas y pedir como deseo la recuperación de sus memorias perdidas.

    Su travesía lo llevaría a cruzarse con aliados y enemigos, desde mercenarios que también codiciaban su poder hasta sabios que custodiaban antiguos secretos. Entre ellos, Shunrei, el dragón azul con el que había forjado una inquebrantable amistad, sería su mayor apoyo, ayudándolo a descifrar los enigmas ocultos y protegiéndolo en los momentos más críticos.

    Pero conforme Jimoto se acercaba más a la verdad, no podía evitar preguntarse: si recuperaba sus memorias… ¿estaría preparado para enfrentarlas?
    Jimoto llevaba años recorriendo el mundo, documentando sus viajes, conociendo nuevas culturas y enfrentando desafíos que pusieran a prueba su espíritu aventurero. Sin embargo, en su interior, siempre había sentido que algo le faltaba, una pieza perdida en el rompecabezas de su existencia. Desde pequeño, recordaba haber visto una fotografía en la habitación de su madre adoptiva, Mikasa. En la imagen, ella aparecía junto a un grupo de personas que Jimoto no reconocía, todos sonriendo mientras sostenían siete esferas brillantes de color ámbar, cada una decorada con pequeñas estrellas. Cuando era niño, había preguntado por aquella foto, pero Mikasa solo sonreía con nostalgia y le decía que era un recuerdo de otro tiempo. Años después, mientras exploraba una biblioteca antigua en un pueblo remoto, Jimoto encontró un manuscrito que hablaba de aquellas misteriosas esferas. Según el relato, quien reuniera las siete recibiría la oportunidad de ver cumplido un único deseo, sin importar cuán imposible pareciera. La revelación lo dejó inquieto. ¿Por qué Mikasa tenía una foto con esas esferas? ¿Quiénes eran las personas que la acompañaban? Y lo más importante, ¿qué había ocurrido con ellas y con las esferas después de que la foto fuera tomada? Sin recuerdos de su infancia más temprana, Jimoto siempre había sentido que su pasado estaba lleno de sombras. Había fragmentos de memorias que no lograba conectar, preguntas que nadie podía responder. Ahora, tenía un objetivo claro: encontrar las siete esferas y pedir como deseo la recuperación de sus memorias perdidas. Su travesía lo llevaría a cruzarse con aliados y enemigos, desde mercenarios que también codiciaban su poder hasta sabios que custodiaban antiguos secretos. Entre ellos, Shunrei, el dragón azul con el que había forjado una inquebrantable amistad, sería su mayor apoyo, ayudándolo a descifrar los enigmas ocultos y protegiéndolo en los momentos más críticos. Pero conforme Jimoto se acercaba más a la verdad, no podía evitar preguntarse: si recuperaba sus memorias… ¿estaría preparado para enfrentarlas?
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