—Halloween estaba a la vuelta de la esquina y, aunque no podía importarle menos, cierta princesa se había puesto como objetivo decorar el hotel para la ocasión y, cómo no, cierto demonio radiofónico iba a darle el gusto.
Aunque, claro, quien al final del día iba a tener que hacer todo el trabajo era él.
Maldecía entre dientes al demonio por obligarlo a decorar. Con cajas llenas de decoraciones como murciélagos, arañas, entre otras cosas en mano, las apoyó en el suelo un momento para ir por calabazas. No podían faltar las calabazas con rostros.
Volvería poco después con una calaba en mano, aunque se sobresaltó cuando al llegar vio la caja vacía. Sólo quedaban las serpentinas y las falsas telas de araña—
¿Pero qué carajo?...
—Se preguntó antes de gruñir molesto. Estaba seguro que era alguna estupidez del dulce o truco.—
Ni crean que voy a perseguir al imbécil que se llevó todo
—Se aseguró a sí mismo. Las decoraciones serían un problema para después.
Sentándose en un taburete, tomaría un cuchillo y comenzaría a cortar la calabaza para formar sus ojos, labios y nariz. Aunque faltando sólo la nariz, volvió a sobresaltarse al oír un estruendo.
Volteando con cuchillo en mano, miró a todos lados pero nada encontró—
¡Si esto es alguna estupidez del dulce o truco...!
—Comenzó, orejas abajo y gruñendo. Pero nadie respondió. Bufando, se dio la vuelta para seguir con su trabajo, pero la calabaza ahora mostraba una sonrisa maliciosa y en cuando volvió a mirarla la misma, de alguna forma, saltó a su rostro para atacarlo.
Un grito ahogado se le escapó por la sorpresa mientras caía de espaldas al suelo. Tomando la calabaza y lanzándola lejos aunque pronto comenzó a reír y parecía dispuesto a perseguirlo—
¡¡Alastor!! ¡¡Esto no me hace ni puta gracia!!
—Gritó, creyendo era alguna travesura por su parte. Sin embargo, después de eso, fue atacado por murciélagos y tuvo que echar a correr.
Al mirar, comenzó a percatarse que el lugar era un completo caos y no demoró en darse cuenta que eran las propias decoraciones las causantes de todo—
¿Pero qué carajo?....
—Ahora estaba perplejo de la sorpresa. Y para peor, las decoraciones no parecían querer colaborar en mantenerse como lo que eran... Ni hablar de la calabaza que continuaba queriendo atraparlo....—
Bien, hagamos esta mierda
—Se dijo a sí mismo. Sabiendo que de una u otra forma tendría que atrapar todo y... contenerlo de alguna manera para lograr que todo estuviera en su lugar—
#Inkfest #Dia1 #Dia2 —Halloween estaba a la vuelta de la esquina y, aunque no podía importarle menos, cierta princesa se había puesto como objetivo decorar el hotel para la ocasión y, cómo no, cierto demonio radiofónico iba a darle el gusto.
Aunque, claro, quien al final del día iba a tener que hacer todo el trabajo era él.
Maldecía entre dientes al demonio por obligarlo a decorar. Con cajas llenas de decoraciones como murciélagos, arañas, entre otras cosas en mano, las apoyó en el suelo un momento para ir por calabazas. No podían faltar las calabazas con rostros.
Volvería poco después con una calaba en mano, aunque se sobresaltó cuando al llegar vio la caja vacía. Sólo quedaban las serpentinas y las falsas telas de araña—
¿Pero qué carajo?...
—Se preguntó antes de gruñir molesto. Estaba seguro que era alguna estupidez del dulce o truco.—
Ni crean que voy a perseguir al imbécil que se llevó todo
—Se aseguró a sí mismo. Las decoraciones serían un problema para después.
Sentándose en un taburete, tomaría un cuchillo y comenzaría a cortar la calabaza para formar sus ojos, labios y nariz. Aunque faltando sólo la nariz, volvió a sobresaltarse al oír un estruendo.
Volteando con cuchillo en mano, miró a todos lados pero nada encontró—
¡Si esto es alguna estupidez del dulce o truco...!
—Comenzó, orejas abajo y gruñendo. Pero nadie respondió. Bufando, se dio la vuelta para seguir con su trabajo, pero la calabaza ahora mostraba una sonrisa maliciosa y en cuando volvió a mirarla la misma, de alguna forma, saltó a su rostro para atacarlo.
Un grito ahogado se le escapó por la sorpresa mientras caía de espaldas al suelo. Tomando la calabaza y lanzándola lejos aunque pronto comenzó a reír y parecía dispuesto a perseguirlo—
¡¡Alastor!! ¡¡Esto no me hace ni puta gracia!!
—Gritó, creyendo era alguna travesura por su parte. Sin embargo, después de eso, fue atacado por murciélagos y tuvo que echar a correr.
Al mirar, comenzó a percatarse que el lugar era un completo caos y no demoró en darse cuenta que eran las propias decoraciones las causantes de todo—
¿Pero qué carajo?....
—Ahora estaba perplejo de la sorpresa. Y para peor, las decoraciones no parecían querer colaborar en mantenerse como lo que eran... Ni hablar de la calabaza que continuaba queriendo atraparlo....—
Bien, hagamos esta mierda
—Se dijo a sí mismo. Sabiendo que de una u otra forma tendría que atrapar todo y... contenerlo de alguna manera para lograr que todo estuviera en su lugar—
#Inkfest #Dia1 #Dia2