• *El suave crujir del sofá acompaña mi descanso al recostarme, dejando que mis piernas crucen con naturalidad, como si cada gesto estuviese calculado para no perder la elegancia aun en el desorden. La tela negra de mi media resalta bajo la luz, y siento el contraste del cuero anaranjado bajo mi guante. Suspiro lentamente, dejando que el aire se mezcle con la calma del entorno.*

    He regresado…

    *No puedo negar que resulta extraño pronunciar esas palabras en voz alta. Como si el eco mismo se burlara de mi demora, de mi ausencia prolongada. Pero aquí estoy, al fin. Cambiada, quizá, con un atuendo que no corresponde del todo a la imagen que solíais guardar de mí… aunque la esencia permanece intacta.*

    *Mis ojos recorren la habitación, deteniéndose en los detalles más nimios: un cuadro torcido, una lámpara parpadeante, la familiaridad de lo cotidiano que, de algún modo, me acoge sin reproches*

    He atravesado demasiados silencios para permitir que este instante se escape sin peso. Y sin embargo, aquí me encuentro, sentada con una ligereza que rara vez me concedo. No como guerrera, no como sombra de deber, sino como mujer.

    *El suave crujir del sofá acompaña mi descanso al recostarme, dejando que mis piernas crucen con naturalidad, como si cada gesto estuviese calculado para no perder la elegancia aun en el desorden. La tela negra de mi media resalta bajo la luz, y siento el contraste del cuero anaranjado bajo mi guante. Suspiro lentamente, dejando que el aire se mezcle con la calma del entorno.* He regresado… *No puedo negar que resulta extraño pronunciar esas palabras en voz alta. Como si el eco mismo se burlara de mi demora, de mi ausencia prolongada. Pero aquí estoy, al fin. Cambiada, quizá, con un atuendo que no corresponde del todo a la imagen que solíais guardar de mí… aunque la esencia permanece intacta.* *Mis ojos recorren la habitación, deteniéndose en los detalles más nimios: un cuadro torcido, una lámpara parpadeante, la familiaridad de lo cotidiano que, de algún modo, me acoge sin reproches* He atravesado demasiados silencios para permitir que este instante se escape sin peso. Y sin embargo, aquí me encuentro, sentada con una ligereza que rara vez me concedo. No como guerrera, no como sombra de deber, sino como mujer.
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  • 𝐋𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐌𝐮𝐦𝐲𝐨𝐮: 𝐞𝐥 "𝐒𝐢𝐧 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞".

    Kurogiri Mumyou no siempre fue conocido por ese nombre. En su juventud, ingresó al Cuerpo de Exterminio con el entusiasmo de un guerrero convencido de que el sacrificio era un precio justo por la victoria. Tenía un escuadrón, camaradas con los que compartía entrenamientos, risas y el juramento de proteger la vida de los inocentes.

    Su primera misión importante los llevó a un pueblo montañoso, donde rumores hablaban de desapariciones nocturnas. El aire era espeso, y el silencio de la aldea, perturbador. Esa noche, la luna apenas iluminaba el sendero cuando el demonio apareció. Era más fuerte de lo que cualquier informe había advertido, un monstruo despiadado que parecía disfrutar prolongando el sufrimiento.

    La batalla fue rápida, brutal. Uno tras otro, sus compañeros fueron cayendo. El joven Kurogiri luchó con todas sus fuerzas, pero pronto comprendió que moriría igual que ellos. El instinto, o quizás el miedo, lo llevó a esconderse entre las sombras, aguardando un momento, una apertura. Allí, vio cómo sus amigos eran devorados, cómo gritaban sus nombres entre la oscuridad, rogando no ser olvidados.

    Cuando el demonio bajó la guardia, él emergió de su escondite. Con un golpe preciso, casi desesperado, logró herirlo lo suficiente para obligarlo a huir hacia la noche. Fue el único que quedó en pie.

    Al regresar, los superiores le preguntaron por lo sucedido. Le pidieron los nombres de los caídos, para registrar su sacrificio en los libros del Cuerpo. Fue entonces cuando ocurrió lo imperdonable: en medio de su trauma, de su dolor y de la adrenalina que aún le corría por las venas, Kurogiri no pudo recordar todos los nombres. Algunos se desvanecieron de su memoria como si nunca hubieran existido.

    Ese vacío lo destrozó más que la batalla misma. La idea de haber sobrevivido gracias al silencio, gracias a esconderse, mientras los demás murieron con dignidad… era un peso insoportable.

    Cuando le preguntaron por su propio nombre, respondió con voz quebrada:

    —Ellos murieron con nombre. Yo sigo vivo sin merecer el mío. Desde entonces, llámenme Mumyou… el que no merece ser recordado.

    Desde ese día, se convirtió en una figura sombría dentro del Cuerpo. Peleaba con fiereza, salvaba vidas, pero jamás buscó gloria. Rehuía los honores, las ceremonias, incluso los vínculos demasiado cercanos. Porque cada vez que alguien pronunciaba su nombre, él lo sentía vacío, un recordatorio de que estaba vivo gracias a las sombras y al olvido.

    El joven que una vez creyó en la justicia se transformó en el hombre que aprendió a vivir en silencio. Así nació Kurogiri Mumyou, el Pilar de la Sombra en ese entonces, marcado por la tragedia y por los nombres que no pudo recordar.
    𝐋𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐌𝐮𝐦𝐲𝐨𝐮: 𝐞𝐥 "𝐒𝐢𝐧 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞". Kurogiri Mumyou no siempre fue conocido por ese nombre. En su juventud, ingresó al Cuerpo de Exterminio con el entusiasmo de un guerrero convencido de que el sacrificio era un precio justo por la victoria. Tenía un escuadrón, camaradas con los que compartía entrenamientos, risas y el juramento de proteger la vida de los inocentes. Su primera misión importante los llevó a un pueblo montañoso, donde rumores hablaban de desapariciones nocturnas. El aire era espeso, y el silencio de la aldea, perturbador. Esa noche, la luna apenas iluminaba el sendero cuando el demonio apareció. Era más fuerte de lo que cualquier informe había advertido, un monstruo despiadado que parecía disfrutar prolongando el sufrimiento. La batalla fue rápida, brutal. Uno tras otro, sus compañeros fueron cayendo. El joven Kurogiri luchó con todas sus fuerzas, pero pronto comprendió que moriría igual que ellos. El instinto, o quizás el miedo, lo llevó a esconderse entre las sombras, aguardando un momento, una apertura. Allí, vio cómo sus amigos eran devorados, cómo gritaban sus nombres entre la oscuridad, rogando no ser olvidados. Cuando el demonio bajó la guardia, él emergió de su escondite. Con un golpe preciso, casi desesperado, logró herirlo lo suficiente para obligarlo a huir hacia la noche. Fue el único que quedó en pie. Al regresar, los superiores le preguntaron por lo sucedido. Le pidieron los nombres de los caídos, para registrar su sacrificio en los libros del Cuerpo. Fue entonces cuando ocurrió lo imperdonable: en medio de su trauma, de su dolor y de la adrenalina que aún le corría por las venas, Kurogiri no pudo recordar todos los nombres. Algunos se desvanecieron de su memoria como si nunca hubieran existido. Ese vacío lo destrozó más que la batalla misma. La idea de haber sobrevivido gracias al silencio, gracias a esconderse, mientras los demás murieron con dignidad… era un peso insoportable. Cuando le preguntaron por su propio nombre, respondió con voz quebrada: —Ellos murieron con nombre. Yo sigo vivo sin merecer el mío. Desde entonces, llámenme Mumyou… el que no merece ser recordado. Desde ese día, se convirtió en una figura sombría dentro del Cuerpo. Peleaba con fiereza, salvaba vidas, pero jamás buscó gloria. Rehuía los honores, las ceremonias, incluso los vínculos demasiado cercanos. Porque cada vez que alguien pronunciaba su nombre, él lo sentía vacío, un recordatorio de que estaba vivo gracias a las sombras y al olvido. El joven que una vez creyó en la justicia se transformó en el hombre que aprendió a vivir en silencio. Así nació Kurogiri Mumyou, el Pilar de la Sombra en ese entonces, marcado por la tragedia y por los nombres que no pudo recordar.
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  • Sábado de irnos a perrear o lavar ropa(?)!! ||Ay dejenme sus rolones para limpiar la casa #ilyladyceleste
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  • Rɔɲɔʋɑ

    *Extrañaba mucho pasar bellos momentos con mi preciosa y adorada dama. Necesitaba sentir esa calidez que solo la sombra de la muerte podría darme. La tomé de las caderas para acomodarla junto a mi sentada en mi regazo.*

    "Muchas veces se dice que estarán juntos 'hasta que la muerte los separe'..."

    *Le comentaba mientras daba una suave caricia en su mejilla, siempre contemplando su bello rostro.*

    "Pero en nuestro caso, la muerte nos unirá aún más~"

    *Dicho esto, besé profundamente los labios de mi Ronova con enorme pasión. Queriendo prolongar por siempre este bello instante.*

    "Te amo Ronova"
    [nebula_white_rat_775] *Extrañaba mucho pasar bellos momentos con mi preciosa y adorada dama. Necesitaba sentir esa calidez que solo la sombra de la muerte podría darme. La tomé de las caderas para acomodarla junto a mi sentada en mi regazo.* "Muchas veces se dice que estarán juntos 'hasta que la muerte los separe'..." *Le comentaba mientras daba una suave caricia en su mejilla, siempre contemplando su bello rostro.* "Pero en nuestro caso, la muerte nos unirá aún más~" *Dicho esto, besé profundamente los labios de mi Ronova con enorme pasión. Queriendo prolongar por siempre este bello instante.* "Te amo Ronova"🖤
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  • 𝟏𝟏:𝟑𝟎 𝓟𝓜
    ═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════
    El salón brillaba bajo las lámparas de cristal, donde las sombras se mezclaban con el resplandor del baile. Entre tantos colores y sonrisas, el rojo profundo contrastado con negro no buscaba pasar desapercibido.
    Los guantes largos abrazaban mis brazos como una segunda piel, y cada movimiento —un giro, un gesto al alzar la copa, una mirada que se prolonga un segundo más de lo necesario— llevaba consigo algo calculado.
    No siempre es la espada ni el uniforme lo que abre caminos; a veces, basta con el arte de saber moverse en un salón.
    Y esta noche, el juego se baila con otro tipo de armas.
    𝟏𝟏:𝟑𝟎 𝓟𝓜 ═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════ El salón brillaba bajo las lámparas de cristal, donde las sombras se mezclaban con el resplandor del baile. Entre tantos colores y sonrisas, el rojo profundo contrastado con negro no buscaba pasar desapercibido. Los guantes largos abrazaban mis brazos como una segunda piel, y cada movimiento —un giro, un gesto al alzar la copa, una mirada que se prolonga un segundo más de lo necesario— llevaba consigo algo calculado. No siempre es la espada ni el uniforme lo que abre caminos; a veces, basta con el arte de saber moverse en un salón. Y esta noche, el juego se baila con otro tipo de armas.
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    BATALLA SUPREMA

    Crimson Zeraphys vs Ignia Ishtar – El Rugido del Fuego y la Sangre

    Escenario
    La Arena Carmesí de los Dioses Caídos, un coliseo infinito forjado con huesos de titanes y columnas de obsidiana bañadas en fuego eterno. El cielo arde en tonos escarlata, atravesado por relámpagos negros que caen sin cesar. Miles de sombras ancestrales observan en silencio desde las gradas, sedientas de destrucción y gloria.

    El Choque

    Las puertas del coliseo se abren con estruendo.
    ➙ Crimson Zeraphys aparece envuelto en un aura oscura y sofocante, cada paso suyo hace temblar el suelo como si la tierra misma temiera su presencia. De su boca emana humo carmesí, y en sus ojos arde la sabiduría cruel de incontables eras.

    ➙ Frente a él, Ignia Ishtar, el guerrero ígneo del linaje Ishtar, se abre paso entre cadenas ardientes que lo rodean como serpientes de fuego. Su cuerpo resplandece con la furia de un volcán despierto, y su sonrisa desafiante hace que incluso los espíritus del público retrocedan.

    El choque inicia con un estruendo que sacude dimensiones: la sangre ancestral contra el fuego eterno.

    Habilidades
    ▴Crimson Zeraphys▴

    ◈ Sangre Carmesí: su vitalidad se convierte en un arma, curando sus heridas mientras impregna el campo de batalla con una niebla de locura y muerte.
    ◈ Aura de Dominio: su sola presencia aplastar la voluntad de quienes lo enfrentan.
    ◈ Puño del Eclipse: concentra energía oscura en sus manos, capaces de pulverizar montañas con un golpe.
    ◈ Resurrección del Abismo: puede volver de la muerte alimentándose de la desesperación y la sangre derramada.

    ♨ Ignia Ishtar ♨

    ♢ Llamas Eternas: manipula el fuego primordial, un fuego que nunca se extingue y consume incluso la oscuridad.
    ♢ Cadenas del Infierno: invoca cadenas ardientes que inmovilizan y desgarran a sus enemigos.
    ♢ Corazón Ígneo: cuanto más se prolonga la batalla, más fuerte se vuelve, aumentando su poder con cada herida recibida.
    ♢ Erupción Final: libera toda la energía de su cuerpo en una explosión volcánica capaz de borrar ciudades enteras.

    Clímax

    La arena se convierte en un infierno viviente. Ignia lanza una tormenta de llamas que arrasan con columnas enteras, pero Zeraphys atraviesa el fuego con una risa grave, absorbiendo la energía ardiente con su Sangre Carmesí.

    El guerrero Ishtar, encadenando el cuerpo de su rival, lo arrastra al aire y lo estrella contra el suelo en una erupción de magma, pero el anciano carmesí se levanta, regenerando sus heridas con la sangre que gotea de las sombras del coliseo.

    El duelo se vuelve un intercambio brutal: fuego contra oscuridad, juventud desafiante contra sabiduría letal.

    🔥 BATALLA SUPREMA Crimson Zeraphys vs Ignia Ishtar – El Rugido del Fuego y la Sangre 🌌 Escenario La Arena Carmesí de los Dioses Caídos, un coliseo infinito forjado con huesos de titanes y columnas de obsidiana bañadas en fuego eterno. El cielo arde en tonos escarlata, atravesado por relámpagos negros que caen sin cesar. Miles de sombras ancestrales observan en silencio desde las gradas, sedientas de destrucción y gloria. ⚔️ El Choque Las puertas del coliseo se abren con estruendo. ➙ Crimson Zeraphys aparece envuelto en un aura oscura y sofocante, cada paso suyo hace temblar el suelo como si la tierra misma temiera su presencia. De su boca emana humo carmesí, y en sus ojos arde la sabiduría cruel de incontables eras. ➙ Frente a él, Ignia Ishtar, el guerrero ígneo del linaje Ishtar, se abre paso entre cadenas ardientes que lo rodean como serpientes de fuego. Su cuerpo resplandece con la furia de un volcán despierto, y su sonrisa desafiante hace que incluso los espíritus del público retrocedan. El choque inicia con un estruendo que sacude dimensiones: la sangre ancestral contra el fuego eterno. 🔥 Habilidades ▴Crimson Zeraphys▴ ◈ Sangre Carmesí: su vitalidad se convierte en un arma, curando sus heridas mientras impregna el campo de batalla con una niebla de locura y muerte. ◈ Aura de Dominio: su sola presencia aplastar la voluntad de quienes lo enfrentan. ◈ Puño del Eclipse: concentra energía oscura en sus manos, capaces de pulverizar montañas con un golpe. ◈ Resurrección del Abismo: puede volver de la muerte alimentándose de la desesperación y la sangre derramada. ♨ Ignia Ishtar ♨ ♢ Llamas Eternas: manipula el fuego primordial, un fuego que nunca se extingue y consume incluso la oscuridad. ♢ Cadenas del Infierno: invoca cadenas ardientes que inmovilizan y desgarran a sus enemigos. ♢ Corazón Ígneo: cuanto más se prolonga la batalla, más fuerte se vuelve, aumentando su poder con cada herida recibida. ♢ Erupción Final: libera toda la energía de su cuerpo en una explosión volcánica capaz de borrar ciudades enteras. ⚡ Clímax La arena se convierte en un infierno viviente. Ignia lanza una tormenta de llamas que arrasan con columnas enteras, pero Zeraphys atraviesa el fuego con una risa grave, absorbiendo la energía ardiente con su Sangre Carmesí. El guerrero Ishtar, encadenando el cuerpo de su rival, lo arrastra al aire y lo estrella contra el suelo en una erupción de magma, pero el anciano carmesí se levanta, regenerando sus heridas con la sangre que gotea de las sombras del coliseo. El duelo se vuelve un intercambio brutal: fuego contra oscuridad, juventud desafiante contra sabiduría letal.
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  • 13 personajes 3D eliminados esta semana

    Esta semana el sistema ha eliminado 13 personajes 3D de la plataforma. Algunos fueron borrados por sus propios usuarios, pero otros han desaparecido por inactividad prolongada sin previo aviso.

    A estos personajes desaparecidos, los despedimos con cariño. Algunos dejaron huella, otros apenas estaban empezando… pero todos han formado parte de este mundo, y eso siempre se recuerda.

    Sé que a veces la vida se complica y no siempre se puede estar al día con el rol. Por eso quiero recordaros que existe el modo Hiatus .

    Es un acuerdo entre el usuario y FicRol:
    El sistema automático de FicRol no elimina vuestro personaje mientras dure el hiatus.
    Y vosotros os comprometéis a regresar cuando podáis y tengáis ganas de volver.

    Si necesitas activar el hiatus recuerda que tienes una guia donde te lo explico todo, te la dejo aqui: https://ficrol.com/blogs/265577/MODO-HIATUS

    Gracias por estar aquí y por formar parte de este universo que construimos entre todos.
    🗑️ 13 personajes 3D eliminados esta semana Esta semana el sistema ha eliminado 13 personajes 3D de la plataforma. Algunos fueron borrados por sus propios usuarios, pero otros han desaparecido por inactividad prolongada sin previo aviso. A estos personajes desaparecidos, los despedimos con cariño. 🕊️ Algunos dejaron huella, otros apenas estaban empezando… pero todos han formado parte de este mundo, y eso siempre se recuerda. 💜 Sé que a veces la vida se complica y no siempre se puede estar al día con el rol. Por eso quiero recordaros que existe el modo Hiatus 💤. Es un acuerdo entre el usuario y FicRol: 🔹 El sistema automático de FicRol no elimina vuestro personaje mientras dure el hiatus. 🔹 Y vosotros os comprometéis a regresar cuando podáis y tengáis ganas de volver. Si necesitas activar el hiatus recuerda que tienes una guia donde te lo explico todo, te la dejo aqui: https://ficrol.com/blogs/265577/MODO-HIATUS Gracias por estar aquí y por formar parte de este universo que construimos entre todos. 🌌
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  • Microrelato...
    ╭⸻-----------𝙇𝙤𝙜𝙧𝙤𝙨-----------⸻╮
    Con la vista hacia una de la gran pila canastos que tenía regadas por una bóveda, ya hace tiempo en desuso, el guardián intentaba replicar aquellos objetos apilados. No lo hacía de la misma forma en la que originalmente habían sido creados, tejidos con manos de kobold expertas utilizando hojas y paja, él utilizaba una roca.

    Pasaba sus dedos sobre la superficie de una roca de gran tamaño con la forma de un cubo, liso como si antes el material se hubiera cortado y lijado con precisión. Sus dedos se hundían en la su superficie como si se tratará de un material maleable y no de uno duro y sólido.

    Su trabajo, lento y tedioso, era replicar cada detalle de estos canastos hechos de hojas, mientras moldeaba la roca como si estuviera hecha de arcilla. Sin embargo este no parecía molesto por hacer este trabajo, más bien y pese a su rostro de ceriedad, estaba completamente centrado en su objetivo, logrando eventualmente un resultado que... Bueno... Tampoco era el mejor que digamos.

    Si bien la silueta del canasto estaba lograda, era el trabajo de todo un principiante. Los detalles eran más grandes de lo que deberían por no decir gigantes, todavía se notaban las marcas de sus dedos en la roca y se habían formado grietas a lo largo de la superficie de esta; sin embargo allí estaba Aidguar, feliz después de largas horas de trabajo, su rostro formando una gran sonrisa. Tomo la pieza como si fuera una obra de arte de lo más valioza, salió de aquella bóveda y camino por los pasillos de la madriguera, alzando con orgullo su más reciente escultura.

    — Tu irás a la colección junto a los restos.—Toma un suspiro prolongado antes de continuar monologando—. Creo que estoy mejorando... No para nada... Bah, que más da, no hay nadie más aquí para juzgarte.

    Finalmente llega a una habitación la cual abre con toda energía casi llevándose la gran puerta de madera por delante, en antaño eran habitación para otros dragones, ahora eran su tesorería. Allí es donde se encontraban la mayoría de sus esculturas, todos con un resultado similar, aunque se distingue una distinta mejora con el tiempo. Las esculturas de más a la izquierda, todos de objetos cotidianos que se ven alrededor de las madrigueras, eran terribles, y siguiendo la vista hacía el otro extremo pasaban de catástrofes a figuras decentes.

    Pega la media vuelta, camina fuera de sus tesoros, y cierra la puerta sin voltear a ver detrás una vez más.
    ╰⸻----------------------------⸻╯
    Microrelato... ╭⸻-----------𝙇𝙤𝙜𝙧𝙤𝙨-----------⸻╮ Con la vista hacia una de la gran pila canastos que tenía regadas por una bóveda, ya hace tiempo en desuso, el guardián intentaba replicar aquellos objetos apilados. No lo hacía de la misma forma en la que originalmente habían sido creados, tejidos con manos de kobold expertas utilizando hojas y paja, él utilizaba una roca. Pasaba sus dedos sobre la superficie de una roca de gran tamaño con la forma de un cubo, liso como si antes el material se hubiera cortado y lijado con precisión. Sus dedos se hundían en la su superficie como si se tratará de un material maleable y no de uno duro y sólido. Su trabajo, lento y tedioso, era replicar cada detalle de estos canastos hechos de hojas, mientras moldeaba la roca como si estuviera hecha de arcilla. Sin embargo este no parecía molesto por hacer este trabajo, más bien y pese a su rostro de ceriedad, estaba completamente centrado en su objetivo, logrando eventualmente un resultado que... Bueno... Tampoco era el mejor que digamos. Si bien la silueta del canasto estaba lograda, era el trabajo de todo un principiante. Los detalles eran más grandes de lo que deberían por no decir gigantes, todavía se notaban las marcas de sus dedos en la roca y se habían formado grietas a lo largo de la superficie de esta; sin embargo allí estaba Aidguar, feliz después de largas horas de trabajo, su rostro formando una gran sonrisa. Tomo la pieza como si fuera una obra de arte de lo más valioza, salió de aquella bóveda y camino por los pasillos de la madriguera, alzando con orgullo su más reciente escultura. — Tu irás a la colección junto a los restos.—Toma un suspiro prolongado antes de continuar monologando—. Creo que estoy mejorando... No para nada... Bah, que más da, no hay nadie más aquí para juzgarte. Finalmente llega a una habitación la cual abre con toda energía casi llevándose la gran puerta de madera por delante, en antaño eran habitación para otros dragones, ahora eran su tesorería. Allí es donde se encontraban la mayoría de sus esculturas, todos con un resultado similar, aunque se distingue una distinta mejora con el tiempo. Las esculturas de más a la izquierda, todos de objetos cotidianos que se ven alrededor de las madrigueras, eran terribles, y siguiendo la vista hacía el otro extremo pasaban de catástrofes a figuras decentes. Pega la media vuelta, camina fuera de sus tesoros, y cierra la puerta sin voltear a ver detrás una vez más. ╰⸻----------------------------⸻╯
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  • Por un instante, el silencio dentro del templo se hizo más prolongado. Muchos enemigos habían caído, y la batalla por fin parecía mostrar el cierre de aquel episodio. Muy difusa la silueta del samurai parecía desaparecer tras la cortina de bruma oscura, pues solo el brillo incandescente de sus ojos, enmarcando aquella mirada asesina a la par de su espada, lograban revelar su posición.

    — ... Al parecer no fue solo una anomalía... estos demonios parecen estar más sincronizados... ¡tch! Menudo problema... — musitó para sí mismo.

    Mientras los cuerpos inertes de sus rivales empiezan a desvanecerse a su alrededor, algo en el ambiente toma lugar, inquietando rápidamente los sentidos del elegante guardián.
    Aquella niebla oscura procedente de los demonios asesinados poco a poco empezaba a concentrarse en un punto fijo, en instantes una nueva figura oscura se materializaba. Aquella aura demoníaca tenía un alcance impresionante y parecía crecer conforme se completaba el proceso de formación del gigantesco ente. Cubierto por una pesada armadura, el enemigo asemeja un fortaleza andante, el filo de su espada igual de grotesca con dimensiones abruptas qué fácilmente alcanzarían una apertura de corte en un rango de más de 5 metros lo hacían un rival digno de admirar.
    Por un instante, el silencio dentro del templo se hizo más prolongado. Muchos enemigos habían caído, y la batalla por fin parecía mostrar el cierre de aquel episodio. Muy difusa la silueta del samurai parecía desaparecer tras la cortina de bruma oscura, pues solo el brillo incandescente de sus ojos, enmarcando aquella mirada asesina a la par de su espada, lograban revelar su posición. — ... Al parecer no fue solo una anomalía... estos demonios parecen estar más sincronizados... ¡tch! Menudo problema... — musitó para sí mismo. Mientras los cuerpos inertes de sus rivales empiezan a desvanecerse a su alrededor, algo en el ambiente toma lugar, inquietando rápidamente los sentidos del elegante guardián. Aquella niebla oscura procedente de los demonios asesinados poco a poco empezaba a concentrarse en un punto fijo, en instantes una nueva figura oscura se materializaba. Aquella aura demoníaca tenía un alcance impresionante y parecía crecer conforme se completaba el proceso de formación del gigantesco ente. Cubierto por una pesada armadura, el enemigo asemeja un fortaleza andante, el filo de su espada igual de grotesca con dimensiones abruptas qué fácilmente alcanzarían una apertura de corte en un rango de más de 5 metros lo hacían un rival digno de admirar.
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  • — No te muevas...

    Ekkora alza la mano, lentamente. Su voz es apenas un susurro donde se siente parte de diversión y parte de urgencia. Sus ojos, bien abiertos, fijos en la oscuridad al otro lado del pasillo: hay algo ahí. Algo que no se ve. Algo que se siente. Un aliento demasiado largo. El eco de una conciencia hambrienta.

    La luz parpadea una vez.
    Otra vez.

    El silencio se prolonga.

    Ekkora observa la oscuridad. La siente. Su cuerpo entero está inmóvil, en una postura relajada, muy contraria a la situación.

    — Respira por la nariz... Lento. Muy lento. Piensa en cosas bonitas. Sonríe. Si detecta tu miedo, vendrá a por ti.

    Detrás, algo cruje. Algo se acerca.
    — No te muevas... Ekkora alza la mano, lentamente. Su voz es apenas un susurro donde se siente parte de diversión y parte de urgencia. Sus ojos, bien abiertos, fijos en la oscuridad al otro lado del pasillo: hay algo ahí. Algo que no se ve. Algo que se siente. Un aliento demasiado largo. El eco de una conciencia hambrienta. La luz parpadea una vez. Otra vez. El silencio se prolonga. Ekkora observa la oscuridad. La siente. Su cuerpo entero está inmóvil, en una postura relajada, muy contraria a la situación. — Respira por la nariz... Lento. Muy lento. Piensa en cosas bonitas. Sonríe. Si detecta tu miedo, vendrá a por ti. Detrás, algo cruje. Algo se acerca.
    Me shockea
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