• Rumores que no pueden ser ignorados.
    Fandom Z.Y.X.S
    Categoría Acción
    Ya había pasado un tiempo desde la última vez que debían ir a investigar acerca de alguna leyenda urbana o un rumor "fantasmal" en los alrededores de la ciudad, pero finalmente había llegado el día, no era de las actividades favoritas del grupo, ya que cuando es algo de ese tipo siempre resulta ser cierto e incluso peor de lo que las personas cuentan de boca en boca.

    Cómo habían acordado, debían reunirse en lo alto de aquel terreno abandonado que usaban cómo "base", anteriormente se había acordado quienes irían, la mayoría del grupo estaba ocupado y para sorpresa de nadie, aquellos tres si que estaban disponibles para explorar, Keirot, Jasuke y Anyel, podría decirse que eran los tres que iniciaron todo aquello que pertenece a su vida desde entonces.

    La dirección era sencilla, debían continuar desde la calle de dónde se ubicaba aquel terreno y seguir hasta que la ciudad dejara de ser visible al horizonte. Mas adelante de un rotulo, debían encontrar un sendero, que para sorpresa de nadie estaba "cerrado" con cinta policial entre varios árboles.

    —Parece que es aquí... —Dijo el azabache, mirando en su celular la ubicación que Erison les había marcado a los tres, además comenzó a repasar un poco acerca de lo que habían contado sobre lo que ocurría en ese supuesto lugar embrujado.

    Estaban a poco más de 40 kilómetros de su residencial, pero aquella distancia era poca para ellos, incluso andando a pie cómo podía verse en ese momento. —Sigo sin entender porque venimos a ver sobre un animal gigante que se ha comido a tres personas... ¿No debería ser trabajo de Sheiry y los suyos? —Murmuró mirando aún la pantalla de su celular, sin intenciones de avanzar entre aquella cinta amarilla.
    Ya había pasado un tiempo desde la última vez que debían ir a investigar acerca de alguna leyenda urbana o un rumor "fantasmal" en los alrededores de la ciudad, pero finalmente había llegado el día, no era de las actividades favoritas del grupo, ya que cuando es algo de ese tipo siempre resulta ser cierto e incluso peor de lo que las personas cuentan de boca en boca. Cómo habían acordado, debían reunirse en lo alto de aquel terreno abandonado que usaban cómo "base", anteriormente se había acordado quienes irían, la mayoría del grupo estaba ocupado y para sorpresa de nadie, aquellos tres si que estaban disponibles para explorar, Keirot, Jasuke y Anyel, podría decirse que eran los tres que iniciaron todo aquello que pertenece a su vida desde entonces. La dirección era sencilla, debían continuar desde la calle de dónde se ubicaba aquel terreno y seguir hasta que la ciudad dejara de ser visible al horizonte. Mas adelante de un rotulo, debían encontrar un sendero, que para sorpresa de nadie estaba "cerrado" con cinta policial entre varios árboles. —Parece que es aquí... —Dijo el azabache, mirando en su celular la ubicación que Erison les había marcado a los tres, además comenzó a repasar un poco acerca de lo que habían contado sobre lo que ocurría en ese supuesto lugar embrujado. Estaban a poco más de 40 kilómetros de su residencial, pero aquella distancia era poca para ellos, incluso andando a pie cómo podía verse en ese momento. —Sigo sin entender porque venimos a ver sobre un animal gigante que se ha comido a tres personas... ¿No debería ser trabajo de Sheiry y los suyos? —Murmuró mirando aún la pantalla de su celular, sin intenciones de avanzar entre aquella cinta amarilla.
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  • Luz Roja
    Fandom Original.
    Categoría Suspenso
    Cole Manson

    ⠀⠀El tren se detuvo con un quejido metálico en la estación cubierta de escarcha. Cipriano descendió al andén con una mochila negra al hombro y el cuello del abrigo alzado hasta las orejas. El viento le mordió la piel como agujas invisibles, pero no le importó. Su mente estaba demasiado ocupada descifrando las señales que lo habían traído hasta allí.

    ⠀⠀Aunque Cipriano es joven —apenas veintipocos—, las memorias de su vida pasada laten con fuerza en su interior. Desde que los recuerdos comenzaron a aflorar —años atrás, tras aquella comunión que no supo si era bendición o condena— había reaprendido lo prohibido. En todos esos ecos pasados flotaba una sombra que ahora perseguía.

    ⠀⠀Un joven desaparecido semanas atrás tras una excavación menor a las afueras de la ciudad. No era famoso ni influyente, apenas un muchacho con un historial sin brillo. Pero Cipriano había visto su rostro en las llamas de los candelabros del Vaticano, y este mismo se dedicó a leer las palabras de Dios ante él, algo muy antiguo había despertado. Esa esencia abismal fluctuaba en el ambiente, era asqueroso.

    ⠀⠀Su primer paso fue instalarse en una pensión modesta cerca del centro histórico, donde los muros de ladrillo conservaban todavía la humedad de los siglos. Desde allí comenzó a desplegar sus recursos.
    ⠀⠀Durante el día recorría los archivos municipales, revisando actas de nacimiento, reportes de desapariciones y viejas cartas policiales que nadie reclamaba. Su mirada se deslizaba rápida, pero implacable; buscaba patrones que escapaban a los ojos comunes.

    ⠀⠀Por las noches, usaba métodos que no se enseñaban en ninguna universidad.
    ⠀⠀En la habitación apenas iluminada, extendía sobre la mesa fotografías ajadas, mapas trazados a mano y objetos impregnados de memoria. Con las yemas de los dedos recorría cada superficie, dejando que las memorias latentes se filtraran hacia su mente.
    ⠀⠀A veces eran visiones fugaces: un cementerio cubierto de niebla, un rostro que giraba demasiado rápido, un símbolo grabado en piedra que se deshacía al mirarlo. Otras veces sencillamente eran escenas montadas por un niño de cinco años, completamente sin sentido.

    ⠀⠀Fue en una de esas sesiones que la verdad emergió.
    ⠀⠀El apellido no era lo importante. Era el lugar donde había desaparecido.

    ⠀⠀A la mañana siguiente, cuando el reloj marcaba las seis, salió del hostal con un solo destino en mente:
    la iglesia de San Estanislao, bajo cuya cripta los registros indicaban entidades menos ortodoxas del exorcismo católico, debía investigar.

    ⠀⠀El viento helado arrastraba copos de nieve sucia mientras Cipriano se perdía entre las calles grises.
    ⠀⠀En el bolsillo interior de su abrigo, sus dedos rozaban el colgante gastado que llevaba desde niño.
    [colemanson123] ⠀ ⠀⠀El tren se detuvo con un quejido metálico en la estación cubierta de escarcha. Cipriano descendió al andén con una mochila negra al hombro y el cuello del abrigo alzado hasta las orejas. El viento le mordió la piel como agujas invisibles, pero no le importó. Su mente estaba demasiado ocupada descifrando las señales que lo habían traído hasta allí. ⠀⠀Aunque Cipriano es joven —apenas veintipocos—, las memorias de su vida pasada laten con fuerza en su interior. Desde que los recuerdos comenzaron a aflorar —años atrás, tras aquella comunión que no supo si era bendición o condena— había reaprendido lo prohibido. En todos esos ecos pasados flotaba una sombra que ahora perseguía. ⠀⠀Un joven desaparecido semanas atrás tras una excavación menor a las afueras de la ciudad. No era famoso ni influyente, apenas un muchacho con un historial sin brillo. Pero Cipriano había visto su rostro en las llamas de los candelabros del Vaticano, y este mismo se dedicó a leer las palabras de Dios ante él, algo muy antiguo había despertado. Esa esencia abismal fluctuaba en el ambiente, era asqueroso. ⠀⠀Su primer paso fue instalarse en una pensión modesta cerca del centro histórico, donde los muros de ladrillo conservaban todavía la humedad de los siglos. Desde allí comenzó a desplegar sus recursos. ⠀⠀Durante el día recorría los archivos municipales, revisando actas de nacimiento, reportes de desapariciones y viejas cartas policiales que nadie reclamaba. Su mirada se deslizaba rápida, pero implacable; buscaba patrones que escapaban a los ojos comunes. ⠀⠀Por las noches, usaba métodos que no se enseñaban en ninguna universidad. ⠀⠀En la habitación apenas iluminada, extendía sobre la mesa fotografías ajadas, mapas trazados a mano y objetos impregnados de memoria. Con las yemas de los dedos recorría cada superficie, dejando que las memorias latentes se filtraran hacia su mente. ⠀⠀A veces eran visiones fugaces: un cementerio cubierto de niebla, un rostro que giraba demasiado rápido, un símbolo grabado en piedra que se deshacía al mirarlo. Otras veces sencillamente eran escenas montadas por un niño de cinco años, completamente sin sentido. ⠀⠀Fue en una de esas sesiones que la verdad emergió. ⠀⠀El apellido no era lo importante. Era el lugar donde había desaparecido. ⠀⠀A la mañana siguiente, cuando el reloj marcaba las seis, salió del hostal con un solo destino en mente: la iglesia de San Estanislao, bajo cuya cripta los registros indicaban entidades menos ortodoxas del exorcismo católico, debía investigar. ⠀⠀El viento helado arrastraba copos de nieve sucia mientras Cipriano se perdía entre las calles grises. ⠀⠀En el bolsillo interior de su abrigo, sus dedos rozaban el colgante gastado que llevaba desde niño. ⠀
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  • En el LANTV Channel 4 Noticiero nocturno:

    La transmisión era en vivo, en el estudio principal una locutora con tono grave y profesional, pero con un leve temblor en la voz.

    -"Buenas noches. Una tragedia inimaginable ha sacudido a la comunidad de Santa Carolina esta madrugada. El exclusivo club nocturno ‘Ministry’, ubicado en el distrito portuario, fue consumido por una explosión masiva alrededor de la 3:33 a.m., mientras albergaba a cientos de asistentes a una fiesta privada. Autoridades están haciendo lo posible para apagar el incendio y encontrar sobrevivientes."

    Un corte a imágenes grabadas por testigos retrata como el edificio estalla en una bola de fuego silenciosa por un segundo, antes de que el sonido ensordecedor llegue a la cámara. Gritos de pánico se escuchan de fondo.

    Transiciona a un reportero con los cascos de bomberos desesperados detrás de él, hablando rápido.

    -"Claire, el caos aquí es indescriptible. La explosión fue tan violenta que ventanas a tres calles de distancia se hicieron añicos. Los equipos de rescate trabajan contra reloj, pero… Las llamas eran demasiado intensas. No hubo tiempo de evacuar."

    La cámara enfoca brevemente a una mujer en shock, envuelta en una manta térmica, hablando entre sollozos.

    -"¡Vi gente corriendo… pero las puertas no se abrían! Y luego… ¡Dios mío, el fuego los alcanzó primero a ELLOS…"

    El audio se corta abruptamente. Y vuelve al estudio, la locutora con ceño fruncido lee en voz alta un reporte de última hora.

    -" Según registros, el dueño del local, Christopher Baudelair, estaba presente. Baudelair, un empresario de baja exposición pública, había cerrado el club a medios de esta noche por un “evento exclusivo.’” Fuentes policiales sugieren que…"

    Hace una pausa incómoda.

    -"...El sistema de emergencia fue saboteado. Las salidas estaban bloqueadas desde dentro."

    Aparece una foto de Baudelair. Un hombre bello de unos 30 años, traje impecable, sonrisa fría. La imagen se desvanece para mostrar un primer plano de las ruinas en llamas que alguna vez fueron la fachada del edificio. Súbitamente la transmisión empieza a deteriorarse rápidamente, hasta llenarse de nieve estática.

    La locutora, forzando la calma.

    -"Parece que tenemos problemas técnicos. Volvemos con más después de estos mensajes.”

    El shock de los espectadores recibiría la frialdad de un aviso comercial sobre un nuevo modelo de automóvil eléctrico.
    En el LANTV Channel 4 Noticiero nocturno: La transmisión era en vivo, en el estudio principal una locutora con tono grave y profesional, pero con un leve temblor en la voz. -"Buenas noches. Una tragedia inimaginable ha sacudido a la comunidad de Santa Carolina esta madrugada. El exclusivo club nocturno ‘Ministry’, ubicado en el distrito portuario, fue consumido por una explosión masiva alrededor de la 3:33 a.m., mientras albergaba a cientos de asistentes a una fiesta privada. Autoridades están haciendo lo posible para apagar el incendio y encontrar sobrevivientes." Un corte a imágenes grabadas por testigos retrata como el edificio estalla en una bola de fuego silenciosa por un segundo, antes de que el sonido ensordecedor llegue a la cámara. Gritos de pánico se escuchan de fondo. Transiciona a un reportero con los cascos de bomberos desesperados detrás de él, hablando rápido. -"Claire, el caos aquí es indescriptible. La explosión fue tan violenta que ventanas a tres calles de distancia se hicieron añicos. Los equipos de rescate trabajan contra reloj, pero… Las llamas eran demasiado intensas. No hubo tiempo de evacuar." La cámara enfoca brevemente a una mujer en shock, envuelta en una manta térmica, hablando entre sollozos. -"¡Vi gente corriendo… pero las puertas no se abrían! Y luego… ¡Dios mío, el fuego los alcanzó primero a ELLOS…" El audio se corta abruptamente. Y vuelve al estudio, la locutora con ceño fruncido lee en voz alta un reporte de última hora. -" Según registros, el dueño del local, Christopher Baudelair, estaba presente. Baudelair, un empresario de baja exposición pública, había cerrado el club a medios de esta noche por un “evento exclusivo.’” Fuentes policiales sugieren que…" Hace una pausa incómoda. -"...El sistema de emergencia fue saboteado. Las salidas estaban bloqueadas desde dentro." Aparece una foto de Baudelair. Un hombre bello de unos 30 años, traje impecable, sonrisa fría. La imagen se desvanece para mostrar un primer plano de las ruinas en llamas que alguna vez fueron la fachada del edificio. Súbitamente la transmisión empieza a deteriorarse rápidamente, hasta llenarse de nieve estática. La locutora, forzando la calma. -"Parece que tenemos problemas técnicos. Volvemos con más después de estos mensajes.” El shock de los espectadores recibiría la frialdad de un aviso comercial sobre un nuevo modelo de automóvil eléctrico.
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  • Del pasado al presente.
    Fandom Crossover
    Categoría Crossover
    La ciudad de los angeles era mucho mas calurosa de lo que esperaba un citadino Inglés sin ningún ápice de explorar mas haya de los mares para probar que tan atractivos eran los climas del otro lado del mundo. Pero las opciones eran tan reducidas y con el tiempo en contra, no se detendría a buscar una ropa mas cómoda de la que ya le brindaron., aunque esta fueran simples jeans rotos, una playera blanca y una camisa a cuadros, un conjunto espantoso si se lo preguntaran a cualquiera. "Quedate en la habitacion" fue lo que dijo su buen amigo Magnus al irse con sus buenos años a buscar respuestas entre viejas amistades "No te metas en problemas" Una de las frases que siempre le costo captar.

    Para cuando dieron la 1 de la tarde ya se encontraba cansado, buscando exhaustivamente por todos los rincones de una habitación con ventanas dando hacia una calle silenciosa con solo uno que otro mundano dando sus rondines cotidianos en su vida comun. No era que le interesara mucho el mundo moderno, pero tampoco era alguien tan paciente que simplemente espera respuestas. Salio por la ventana y bajo rápidamente por las escaleras de emergencia con agilidad hasta llegar al suelo, suspiro y se prometió que simplemente seria una vuelta tranquila por los alrededores, no mas de 10 minutos para estirar las piernas , pero esa promesa era completamente un engaño del destino cuando un monton de gente se reunió alrededor de una casucha vieja de una sola planta, imagino, era el estilo de aquella zona no muy lejos del viejo edificio del que salio.

    -Parece que alguien grito. -Cuchicheo una mujer de mediana edad hacia la joven a su lado.- Es una casa abandonada, muchos indigentes entran ahi, pero nunca los vi salir... Llamare a la policia 

    Levanto los hombros con indiferencia, no estaba en servicio como hacia unos años, pero podia dar por hecho que ahi se estaba desarrollando algo inusual, algo que lo atraía naturalmente hacia el peligro. Gracias a sus habilidades como nefilim ser invisible al ojo común era facil,logrando atravesar a la multitud sin llamar la atención de nadie sin la visión suficiente para verlo o a cualquier ser sobrenatural por lo que es.
    La ciudad de los angeles era mucho mas calurosa de lo que esperaba un citadino Inglés sin ningún ápice de explorar mas haya de los mares para probar que tan atractivos eran los climas del otro lado del mundo. Pero las opciones eran tan reducidas y con el tiempo en contra, no se detendría a buscar una ropa mas cómoda de la que ya le brindaron., aunque esta fueran simples jeans rotos, una playera blanca y una camisa a cuadros, un conjunto espantoso si se lo preguntaran a cualquiera. "Quedate en la habitacion" fue lo que dijo su buen amigo Magnus al irse con sus buenos años a buscar respuestas entre viejas amistades "No te metas en problemas" Una de las frases que siempre le costo captar. Para cuando dieron la 1 de la tarde ya se encontraba cansado, buscando exhaustivamente por todos los rincones de una habitación con ventanas dando hacia una calle silenciosa con solo uno que otro mundano dando sus rondines cotidianos en su vida comun. No era que le interesara mucho el mundo moderno, pero tampoco era alguien tan paciente que simplemente espera respuestas. Salio por la ventana y bajo rápidamente por las escaleras de emergencia con agilidad hasta llegar al suelo, suspiro y se prometió que simplemente seria una vuelta tranquila por los alrededores, no mas de 10 minutos para estirar las piernas , pero esa promesa era completamente un engaño del destino cuando un monton de gente se reunió alrededor de una casucha vieja de una sola planta, imagino, era el estilo de aquella zona no muy lejos del viejo edificio del que salio. -Parece que alguien grito. -Cuchicheo una mujer de mediana edad hacia la joven a su lado.- Es una casa abandonada, muchos indigentes entran ahi, pero nunca los vi salir... Llamare a la policia  Levanto los hombros con indiferencia, no estaba en servicio como hacia unos años, pero podia dar por hecho que ahi se estaba desarrollando algo inusual, algo que lo atraía naturalmente hacia el peligro. Gracias a sus habilidades como nefilim ser invisible al ojo común era facil,logrando atravesar a la multitud sin llamar la atención de nadie sin la visión suficiente para verlo o a cualquier ser sobrenatural por lo que es.
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  • Investigacion-Codigo Shinkaku
    Fandom Anime, Manga
    Categoría Acción
    Eres un detective a quien tu jefe le asignaron un caso complicado..un chico que ha estado causandole problemas a la policia. Este sujeto..no es uno cualquiera..ni siquiera los mejores del FBI han podido descubrir su paradero ni como ni cuando ocasiona sus asesinatos. El sabe que iras detras de el..el sabe tus pasos..sera que podras ser mas listo que el? O acaso podras saber quien es realmente..?
    Eres un detective a quien tu jefe le asignaron un caso complicado..un chico que ha estado causandole problemas a la policia. Este sujeto..no es uno cualquiera..ni siquiera los mejores del FBI han podido descubrir su paradero ni como ni cuando ocasiona sus asesinatos. El sabe que iras detras de el..el sabe tus pasos..sera que podras ser mas listo que el? O acaso podras saber quien es realmente..?
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  • 𝐏𝐨𝐰𝐞𝐫 𝐚𝐧𝐝 𝐌𝐨𝐧𝐞𝐲 Pt 3
    ──── #3D #MonoRol

    ❝ El dinero si importa y cada billete... cuenta. ❞

    Bajo el cielo gris y sombrío de aquella tarde nublada, las patrullas rusas vagaban perdidas entre las calles enrevesadas de un barrio que parecía un laberinto más que un suburbio peligroso. El aroma omnipresente del dinero robado flotaba en el aire, invisible y tentador, burlándose de los policías cuya incapacidad para rastrear el vil metal auguraba la impunidad de George y sus colegas.

    En la oscuridad de un callejón anexo a un taller mecánico, el automóvil de George reposaba agradando con calma y cautela. Deslizándose fuera del vehículo con la cautela de un felino, George se apoyó contra un poste, esperando la desaparición de las sirenas policiales en la distancia. En ese instante, una ola de alivio lo invadió: sus deudas se desvanecían como niebla al sol, y su incipiente imperio criminal se erigía con nuevos cimientos de poder y recursos.

    Sin embargo, a pesar del júbilo que retumbaba en su pecho, George no podía eludir la sombra de una verdad incómoda: con más dinero, venían también mayores responsabilidades hacia su esposa e hija. Y ese compromiso le resultaba una espina envenenada, un pesar profundo que manchaba la euforia de su recién adquirida fortuna.

    𝐏𝐨𝐰𝐞𝐫 𝐚𝐧𝐝 𝐌𝐨𝐧𝐞𝐲 🇷🇺 Pt 3 ──── #3D #MonoRol ❝ El dinero si importa y cada billete... cuenta. ❞ Bajo el cielo gris y sombrío de aquella tarde nublada, las patrullas rusas vagaban perdidas entre las calles enrevesadas de un barrio que parecía un laberinto más que un suburbio peligroso. El aroma omnipresente del dinero robado flotaba en el aire, invisible y tentador, burlándose de los policías cuya incapacidad para rastrear el vil metal auguraba la impunidad de George y sus colegas. En la oscuridad de un callejón anexo a un taller mecánico, el automóvil de George reposaba agradando con calma y cautela. Deslizándose fuera del vehículo con la cautela de un felino, George se apoyó contra un poste, esperando la desaparición de las sirenas policiales en la distancia. En ese instante, una ola de alivio lo invadió: sus deudas se desvanecían como niebla al sol, y su incipiente imperio criminal se erigía con nuevos cimientos de poder y recursos. Sin embargo, a pesar del júbilo que retumbaba en su pecho, George no podía eludir la sombra de una verdad incómoda: con más dinero, venían también mayores responsabilidades hacia su esposa e hija. Y ese compromiso le resultaba una espina envenenada, un pesar profundo que manchaba la euforia de su recién adquirida fortuna.
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  • —Es hora de encarcelar pecadores~

    Curiosamente no trata de ser caliente, le divierte jugar al policia desquiciado nada más y, como aún tiene pendiente torturar las almas que Adán le dejó como regalo, así puede sacarle provecho al outfit.
    —Es hora de encarcelar pecadores~ Curiosamente no trata de ser caliente, le divierte jugar al policia desquiciado nada más y, como aún tiene pendiente torturar las almas que Adán le dejó como regalo, así puede sacarle provecho al outfit.
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  • #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Pt. 02

    Las alarmas de los vehículos policiales que sonaban al fondo de sus pensamientos, se escuchaban como un eco sordo. Los pasos de los oficiales recorrían la escena sobre el piso de madera cubierto de sangre, y las voces de las conversaciones se escuchaban lejanas, como si su mente intentara apagar el ruido. Una pequeña Illyiv de siete años estaba sentada sobre una silla de madera, sus pies no tocaban el suelo. Estaba cubierta por una manta que una oficial le había ofrecido, intentando brindarle algo de consuelo en medio de la situación.

    La escena era desoladora. Su madre, quien había sido asesinada a golpes por su padrastro, yacía sobre el piso frío. Los oficiales y autoridades analizaban la escena, tomando notas y fotografiando cada detalle. Su padrastro había huido, y la única prueba era el testimonio de la pequeña niña de cabello blanco, quien una hora antes había realizado una llamada al servicio de emergencia.

    —Mi padrastro ha matado a mi madre... —había dicho Illyiv a través del teléfono, con una voz tan plana como el agua estancada, fría, vacía, y carente de emociones.

    Ahora, Illyiv observaba la escena como si fuera una extraña en su propio cuerpo. No hubo lágrimas, ni gritos, ni siquiera un temblor en su voz. Era como si una parte de sí misma hubiera muerto hacía mucho tiempo. Los años de abuso la habían convertido en eso, una observadora fría y distante de su propia vida.

    Una trabajadora social, que había sido llamada para hacerse cargo de la niña, se acercó a Illyiv. Colocó unos zapatos en sus pies pequeños y le dijo que era momento de que se fueran, con una voz que intentaba ser amable y comprensiva. La pequeña Illyiv, con la mirada perdida en la distancia, solo podía sentir un vacío abrumador.

    —Vamos, cariño. Es hora de irnos —dijo la trabajadora social, tomando la mano de Illyiv con suavidad—. Pronto todo estará bien.

    Illyiv no respondió, su mirada perdida en algún punto del suelo. La mujer la guió hacia un carro, abriendo la puerta trasera y ayudándola a subir. Mientras el vehículo se alejaba de la escena, Ia pequeña miró por la ventana, viendo cómo las luces de las patrullas se desvanecían en la distancia.

    La trabajadora social la llevó a un centro de acogida temporal, un lugar donde los niños en situaciones de emergencia eran llevados hasta que se pudiera encontrar una solución más permanente. El edificio tenía paredes grises y habitaciones austeras. Illyiv fue llevada a una pequeña habitación con una cama y una mesita de noche.

    —Aquí estarás segura por ahora —dijo la trabajadora social, intentando sonreír—. Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo.

    Illyiv asintió ligeramente, pero no dijo nada. Se sentó en la cama, abrazando la manta que aún llevaba consigo. Sabía que las palabras de la trabajadora social eran una mentira piadosa. Nada estaría bien. No ahora, no nunca. Pero en ese momento, no tenía la energía para pensar en el futuro. Solo podía concentrarse en el presente, y en la confusión que la envolvía.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que lo que había dicho esa mujer fuera cierto; que todo pronto estuviera bien. Pero sabía que no era así. Esta era su nueva realidad, y tendría que encontrar la manera de sobrevivir en ella.

    El centro de acogida temporal fue solo eso, temporal. Unos días más tarde, Illyiv fue trasladada a un orfanato en un pueblo cercano, donde tendría una estadía más "permanente", o al menos hasta que alguien decidiera adoptarla, si es que eso llegaba a suceder.

    La pequeña de cabello blanco y ojos vacíos, ahora en el orfanato, estaba sentada en una pequeña sala de terapia, con paredes decoradas con dibujos infantiles y juguetes brillantes que la rodeaban y parecían burlarse de ella. El lugar había sido diseñado para ser acogedor, pero para Illyiv resultaba frío y ajeno. Frente a ella, una psicóloga infantil la observaba con una mirada comprensiva. Sobre la mesa, había un dibujo que Illyiv había hecho a petición de la psicóloga: una casa solitaria sin puertas ni ventanas, rayada con un lápiz negro.

    La psicóloga, sentía un nudo en el estómago mientras miraba a la pequeña niña frente a ella. Sabía que debía manejar la situación con delicadeza, pero cada respuesta de Illyiv le rompía un poco más el corazón.

    —Illyiv, ¿tu padrastro te llegó a maltratar de alguna forma? ¿También te pegaba? —preguntó la psicóloga con suavidad, tratando de mantener su voz calmada, mientras permanecía atenta ante cualquier señal de dolor o miedo en sus ojos.

    —No —respondió Illyiv, su voz vacía y carente de emociones—. Mi padrastro nunca me pegó.

    La doctora asintió, tomando notas, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación, siendo consciente de que cada detalle era importante para reconstruir el rompecabezas de su trauma.

    —¿No te hizo daño de ninguna otra forma? —insistió, esperando obtener más información.

    —No. Solo le pegaba a mi madre, no a mí.

    La psicóloga frunció el ceño ligeramente, mirando las cicatrices de quemaduras que cubrían la piel de Illyiv, que iban desde su espalda y se extendían hasta llegar hacia parte sus hombros. Aquellas marcas parecían formar el mapa de un territorio devastado por el fuego.

    —Entonces, ¿quién te hizo esas quemaduras en la espalda? —preguntó, con un nudo en la garganta.

    —Mi madre —dijo Illyiv, con la misma voz vacía—. Era un castigo.

    La doctora intentó mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza.

    —¿Por qué te castigaba de esa manera?

    —Me castigaba cuando me equivocaba en mis pasos de ballet, cuando me cansaba, cuando me quejaba por no querer practicar, o simplemente cuando era débil...

    La psicóloga tragó saliva y respiró hondo, tratando de procesar la información. Sentía una profunda tristeza por la niña que tenía frente a ella.

    —¿Nunca se lo contaste a nadie? ¿Por qué no se lo contaste a amigos o algún maestro? ¿Nunca intentaste pedir ayuda?

    —No tengo amigos. Mi madre no me dejaba salir de casa, y no iba al instituto.

    —Entonces, ¿no has recibido ningún tipo de educación?

    —Mis clases eran particulares... en casa.

    —¿Nunca le contaste a tu profesora particular sobre lo que hacía tu madre?

    —Mi madre siempre estaba presente en mis clases. No quería que nadie me metiera ideas en la cabeza o me malinfluyera.

    La doctora asintió lentamente, sintiendo una mezcla de impotencia, frustración y compasión.

    —¿Tu padrastro sabía lo que te hacía tu madre? ¿Cómo era tu relación con él?

    —Nunca estaba en casa. No sabía que me quemaba, pero tampoco le importaba. Decía que yo no era su hija.

    La psicóloga tomó notas, su corazón pesado con la carga de la historia de Illyiv. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaba decidida a ayudar a la niña a encontrar algo de paz en medio de su tormento.

    —Illyiv, ¿cómo te sientes ahora? —preguntó la psicóloga, intentando conectar con la niña.

    —No lo sé —respondió Illyiv, su voz aún carente de emoción—. No me gusta este lugar —se limitó a decir.

    —¿Hay algo que te haga sentir mejor? —insistió la psicóloga, buscando una chispa de esperanza.

    Illyiv pensó por un momento.

    —Me gusta bailar...

    La mujer sonrió ligeramente, viendo una pequeña chispa de interés en los ojos de Illyiv.

    —Eso es bueno. Bailar puede ser una forma de expresar tus sentimientos y encontrar un poco de paz...

    Illyiv no respondió, parecía atrapada en su propio mundo, pero la psicóloga sentía que había encontrado un pequeño punto de conexión. Ella estaba dispuesta a acompañarla en cada paso del proceso, genuinamente interesada en ayudar a la pequeña. Sin embargo, para ese momento aquella mujer desconocía que el destino no le permitiría ayudarla, y es que la vida muchas veces puede ser cruel e impredecible.
    #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Pt. 02 Las alarmas de los vehículos policiales que sonaban al fondo de sus pensamientos, se escuchaban como un eco sordo. Los pasos de los oficiales recorrían la escena sobre el piso de madera cubierto de sangre, y las voces de las conversaciones se escuchaban lejanas, como si su mente intentara apagar el ruido. Una pequeña Illyiv de siete años estaba sentada sobre una silla de madera, sus pies no tocaban el suelo. Estaba cubierta por una manta que una oficial le había ofrecido, intentando brindarle algo de consuelo en medio de la situación. La escena era desoladora. Su madre, quien había sido asesinada a golpes por su padrastro, yacía sobre el piso frío. Los oficiales y autoridades analizaban la escena, tomando notas y fotografiando cada detalle. Su padrastro había huido, y la única prueba era el testimonio de la pequeña niña de cabello blanco, quien una hora antes había realizado una llamada al servicio de emergencia. —Mi padrastro ha matado a mi madre... —había dicho Illyiv a través del teléfono, con una voz tan plana como el agua estancada, fría, vacía, y carente de emociones. Ahora, Illyiv observaba la escena como si fuera una extraña en su propio cuerpo. No hubo lágrimas, ni gritos, ni siquiera un temblor en su voz. Era como si una parte de sí misma hubiera muerto hacía mucho tiempo. Los años de abuso la habían convertido en eso, una observadora fría y distante de su propia vida. Una trabajadora social, que había sido llamada para hacerse cargo de la niña, se acercó a Illyiv. Colocó unos zapatos en sus pies pequeños y le dijo que era momento de que se fueran, con una voz que intentaba ser amable y comprensiva. La pequeña Illyiv, con la mirada perdida en la distancia, solo podía sentir un vacío abrumador. —Vamos, cariño. Es hora de irnos —dijo la trabajadora social, tomando la mano de Illyiv con suavidad—. Pronto todo estará bien. Illyiv no respondió, su mirada perdida en algún punto del suelo. La mujer la guió hacia un carro, abriendo la puerta trasera y ayudándola a subir. Mientras el vehículo se alejaba de la escena, Ia pequeña miró por la ventana, viendo cómo las luces de las patrullas se desvanecían en la distancia. La trabajadora social la llevó a un centro de acogida temporal, un lugar donde los niños en situaciones de emergencia eran llevados hasta que se pudiera encontrar una solución más permanente. El edificio tenía paredes grises y habitaciones austeras. Illyiv fue llevada a una pequeña habitación con una cama y una mesita de noche. —Aquí estarás segura por ahora —dijo la trabajadora social, intentando sonreír—. Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo. Illyiv asintió ligeramente, pero no dijo nada. Se sentó en la cama, abrazando la manta que aún llevaba consigo. Sabía que las palabras de la trabajadora social eran una mentira piadosa. Nada estaría bien. No ahora, no nunca. Pero en ese momento, no tenía la energía para pensar en el futuro. Solo podía concentrarse en el presente, y en la confusión que la envolvía. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que lo que había dicho esa mujer fuera cierto; que todo pronto estuviera bien. Pero sabía que no era así. Esta era su nueva realidad, y tendría que encontrar la manera de sobrevivir en ella. El centro de acogida temporal fue solo eso, temporal. Unos días más tarde, Illyiv fue trasladada a un orfanato en un pueblo cercano, donde tendría una estadía más "permanente", o al menos hasta que alguien decidiera adoptarla, si es que eso llegaba a suceder. La pequeña de cabello blanco y ojos vacíos, ahora en el orfanato, estaba sentada en una pequeña sala de terapia, con paredes decoradas con dibujos infantiles y juguetes brillantes que la rodeaban y parecían burlarse de ella. El lugar había sido diseñado para ser acogedor, pero para Illyiv resultaba frío y ajeno. Frente a ella, una psicóloga infantil la observaba con una mirada comprensiva. Sobre la mesa, había un dibujo que Illyiv había hecho a petición de la psicóloga: una casa solitaria sin puertas ni ventanas, rayada con un lápiz negro. La psicóloga, sentía un nudo en el estómago mientras miraba a la pequeña niña frente a ella. Sabía que debía manejar la situación con delicadeza, pero cada respuesta de Illyiv le rompía un poco más el corazón. —Illyiv, ¿tu padrastro te llegó a maltratar de alguna forma? ¿También te pegaba? —preguntó la psicóloga con suavidad, tratando de mantener su voz calmada, mientras permanecía atenta ante cualquier señal de dolor o miedo en sus ojos. —No —respondió Illyiv, su voz vacía y carente de emociones—. Mi padrastro nunca me pegó. La doctora asintió, tomando notas, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación, siendo consciente de que cada detalle era importante para reconstruir el rompecabezas de su trauma. —¿No te hizo daño de ninguna otra forma? —insistió, esperando obtener más información. —No. Solo le pegaba a mi madre, no a mí. La psicóloga frunció el ceño ligeramente, mirando las cicatrices de quemaduras que cubrían la piel de Illyiv, que iban desde su espalda y se extendían hasta llegar hacia parte sus hombros. Aquellas marcas parecían formar el mapa de un territorio devastado por el fuego. —Entonces, ¿quién te hizo esas quemaduras en la espalda? —preguntó, con un nudo en la garganta. —Mi madre —dijo Illyiv, con la misma voz vacía—. Era un castigo. La doctora intentó mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza. —¿Por qué te castigaba de esa manera? —Me castigaba cuando me equivocaba en mis pasos de ballet, cuando me cansaba, cuando me quejaba por no querer practicar, o simplemente cuando era débil... La psicóloga tragó saliva y respiró hondo, tratando de procesar la información. Sentía una profunda tristeza por la niña que tenía frente a ella. —¿Nunca se lo contaste a nadie? ¿Por qué no se lo contaste a amigos o algún maestro? ¿Nunca intentaste pedir ayuda? —No tengo amigos. Mi madre no me dejaba salir de casa, y no iba al instituto. —Entonces, ¿no has recibido ningún tipo de educación? —Mis clases eran particulares... en casa. —¿Nunca le contaste a tu profesora particular sobre lo que hacía tu madre? —Mi madre siempre estaba presente en mis clases. No quería que nadie me metiera ideas en la cabeza o me malinfluyera. La doctora asintió lentamente, sintiendo una mezcla de impotencia, frustración y compasión. —¿Tu padrastro sabía lo que te hacía tu madre? ¿Cómo era tu relación con él? —Nunca estaba en casa. No sabía que me quemaba, pero tampoco le importaba. Decía que yo no era su hija. La psicóloga tomó notas, su corazón pesado con la carga de la historia de Illyiv. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaba decidida a ayudar a la niña a encontrar algo de paz en medio de su tormento. —Illyiv, ¿cómo te sientes ahora? —preguntó la psicóloga, intentando conectar con la niña. —No lo sé —respondió Illyiv, su voz aún carente de emoción—. No me gusta este lugar —se limitó a decir. —¿Hay algo que te haga sentir mejor? —insistió la psicóloga, buscando una chispa de esperanza. Illyiv pensó por un momento. —Me gusta bailar... La mujer sonrió ligeramente, viendo una pequeña chispa de interés en los ojos de Illyiv. —Eso es bueno. Bailar puede ser una forma de expresar tus sentimientos y encontrar un poco de paz... Illyiv no respondió, parecía atrapada en su propio mundo, pero la psicóloga sentía que había encontrado un pequeño punto de conexión. Ella estaba dispuesta a acompañarla en cada paso del proceso, genuinamente interesada en ayudar a la pequeña. Sin embargo, para ese momento aquella mujer desconocía que el destino no le permitiría ayudarla, y es que la vida muchas veces puede ser cruel e impredecible.
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    𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎
    ...
    𝐋𝐚 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚
    𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈

    El joven albino, había alcanzado sus dieciocho primaveras. En su pecho, el corazón latía con una mezcla de emoción y temor, pues se encontraba en su primer día en la academia policial de Rumanía, un lugar que prometía forjar su destino como un buen hombre pese a lo que hizo en el orfanato.

    Alrededor de él, desfilaban rostros juveniles, muchachos y muchachas que no paraban de charlar o reir.

    Caminando entre los demás, con la vista baja, se sentía como un navegante en un océano de ansiedades, donde cada ola amenazaba con devorarlo.

    El eco del timbre rompió aquel mar de sensaciones, anunciando el momento de agruparse en filas.

    Con un suspiro que intentaba calmar su agitado ser, se unió a sus compañeros para cantar el himno nacional.

    De pronto, como si de un proyectil se tratase, una bola de papel choco contra su rostro, justo allí donde el tapabocas cubría su albina piel.

    Con un estruendo sordo, el papel se estrelló contra él, lanzado desde la mano de un jovencito burlesco.

    La risa pícaramente contenida del provocador se extendía y llegaba a sus oídos.

    El joven albino bajó la mirada, atrapado entre la humillación y el deber. Sin poder evitarlo, un ardor siseante invadió su corazón.

    :Ø: Se está burlando de ti y con ello todo mundo se burla de ti, se ríen a tus espaldas y creeme que si los ves, te darás cuenta de lo que te digo. ¡Devuélvele lo que te hizo!

    Aquel alto joven apretó sus puños, sintiendo cómo la rabia e indignación hervían hasta la punta de sus dedos.

    Sin poder contenerse, se agachó, recogió la bola de papel y, al identificar al provocador, la lanzó de vuelta con toda la fuerza que su frustración le permitió.

    La bola surcó el aire como una flecha impaciente, impactando con tal intensidad en el rostro del otro joven que este retrocedió, sorprendido y dolorido.

    Pero no hubo triunfo en aquel gesto, solo una breve chispa de revancha seguida por el control de la autoridad.

    Un maestro, con mirada severa y ceño fruncido, tomó a Dorian por las orejas.

    "¡Esto no es forma de comportarse en esta academia!"

    Reprendió. La voz del maestro resonó en Dorian y así fue como la vida le dió la bienvenida en su nueva etapa.
    #MonoRol 𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎 ... 𝐋𝐚 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈 El joven albino, había alcanzado sus dieciocho primaveras. En su pecho, el corazón latía con una mezcla de emoción y temor, pues se encontraba en su primer día en la academia policial de Rumanía, un lugar que prometía forjar su destino como un buen hombre pese a lo que hizo en el orfanato. Alrededor de él, desfilaban rostros juveniles, muchachos y muchachas que no paraban de charlar o reir. Caminando entre los demás, con la vista baja, se sentía como un navegante en un océano de ansiedades, donde cada ola amenazaba con devorarlo. El eco del timbre rompió aquel mar de sensaciones, anunciando el momento de agruparse en filas. Con un suspiro que intentaba calmar su agitado ser, se unió a sus compañeros para cantar el himno nacional. De pronto, como si de un proyectil se tratase, una bola de papel choco contra su rostro, justo allí donde el tapabocas cubría su albina piel. Con un estruendo sordo, el papel se estrelló contra él, lanzado desde la mano de un jovencito burlesco. La risa pícaramente contenida del provocador se extendía y llegaba a sus oídos. El joven albino bajó la mirada, atrapado entre la humillación y el deber. Sin poder evitarlo, un ardor siseante invadió su corazón. :Ø: Se está burlando de ti y con ello todo mundo se burla de ti, se ríen a tus espaldas y creeme que si los ves, te darás cuenta de lo que te digo. ¡Devuélvele lo que te hizo! Aquel alto joven apretó sus puños, sintiendo cómo la rabia e indignación hervían hasta la punta de sus dedos. Sin poder contenerse, se agachó, recogió la bola de papel y, al identificar al provocador, la lanzó de vuelta con toda la fuerza que su frustración le permitió. La bola surcó el aire como una flecha impaciente, impactando con tal intensidad en el rostro del otro joven que este retrocedió, sorprendido y dolorido. Pero no hubo triunfo en aquel gesto, solo una breve chispa de revancha seguida por el control de la autoridad. Un maestro, con mirada severa y ceño fruncido, tomó a Dorian por las orejas. "¡Esto no es forma de comportarse en esta academia!" Reprendió. La voz del maestro resonó en Dorian y así fue como la vida le dió la bienvenida en su nueva etapa.
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    𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎
    ...
    𝐿𝑎 𝑉𝑜𝑟𝑎𝑔𝑖𝑛𝑒
    𝐿𝑎𝑠𝑡 𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟


    ➤ En otras noticias tenemos el Trágico Incidente en la Mansión Vorágine.

    En un evento que ha conmocionado a la comunidad, la Mansión Vorágine, un conocido orfanato caritativo que llevaba operando más de 12 años, ha sido escenario de uno de los episodios más tristes de su historia. Las fuerzas policiales rumanas ingresaron al establecimiento y encontraron numerosos cadáveres de los trabajadores. Lo más extraño de todo era que los pequeños afirmaron no haber visto ni oído nada, pero según testimonios de los vecinos, se escucharon tiroteos y explosiones durante el incidente.

    Hasta el momento, las autoridades están trabajando arduamente para esclarecer los hechos y encontrar respuestas a esta trágica situación. En una sorprendente revelación, el dueño del orfanato, el doctor Joseph Schmidt, quien lideraba está organización caritativa, no ha sido localizado. La policía está investigando tanto su desaparición como el trágico suceso ocurrido en la mansión.

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    #Monorol 𝙋𝘼𝙍𝘼𝙉𝙊𝙓 𝙇𝙊𝙎𝙏 𝙁𝙄𝙇𝙀𝙎 ... 𝐿𝑎 𝑉𝑜𝑟𝑎𝑔𝑖𝑛𝑒 𝐿𝑎𝑠𝑡 𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟 ➤ En otras noticias tenemos el Trágico Incidente en la Mansión Vorágine. En un evento que ha conmocionado a la comunidad, la Mansión Vorágine, un conocido orfanato caritativo que llevaba operando más de 12 años, ha sido escenario de uno de los episodios más tristes de su historia. Las fuerzas policiales rumanas ingresaron al establecimiento y encontraron numerosos cadáveres de los trabajadores. Lo más extraño de todo era que los pequeños afirmaron no haber visto ni oído nada, pero según testimonios de los vecinos, se escucharon tiroteos y explosiones durante el incidente. Hasta el momento, las autoridades están trabajando arduamente para esclarecer los hechos y encontrar respuestas a esta trágica situación. En una sorprendente revelación, el dueño del orfanato, el doctor Joseph Schmidt, quien lideraba está organización caritativa, no ha sido localizado. La policía está investigando tanto su desaparición como el trágico suceso ocurrido en la mansión. . . .
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